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Género y Salud: Herramientas para el

acompañamiento en la interrupción
voluntaria del embarazo en tres causales

Módulo I: Salud, género y derechos humanos


Módulo I: Salud, género y derechos humanos

El presente curso busca contribuir a que los funcionarios y funcionarias incorporen el


enfoque de género en el desarrollo de su profesión, para que conozcan, apliquen e
incorporen estos conocimientos en el desempeño de sus funciones diarias, y de esta
manera se pueda contribuir a la construcción de relaciones igualitarias tanto en el trabajo
como en el ámbito personal, con enfoque género en salud, de derechos y de respeto a la
diversidad de las personas.
En los cuatro módulos que componen el curso, revisaremos diversos elementos que
permitirán el logro de este objetivo.
Los módulos son:

MÓDULO 1 MÓDULO 2 MÓDULO 3 MÓDULO 4

Salud, género y Ley 21.030, rol del Acompañamiento Requisitos y


derechos humanos sector Salud en su Psicosocial habilidades para el
implementación y acompañamiento
modelo de atención psicosocial
Les invitamos a comenzar este desafío

Módulo 1
Salud, género y derechos humanos
El objetivo de este módulo es que podamos reconocer los principales conceptos de género
y salud, el marco de derechos humanos en la salud reproductiva y la trayectoria de las
políticas del Ministerio de Salud en esta materia.
Trabajaremos en dos unidades:

Unidad 1:
El marco de los Derechos Humanos y Derechos Reproductivos

Unidad 2:
Chile: políticas, leyes y programas relativos a la salud de la mujer, su salud
reproductiva y sexual

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos

Género, determinantes sociales de la Salud y Derechos Humanos


La asignación del género se produce desde que nacemos, a través de la socialización en la
familia, la escuela y las relaciones con los pares. Este se va reforzando a lo largo de la vida
por el condicionamiento de reglas, normas institucionales, mensajes y discursos sociales.

Al hablar de género nos referimos al:

A partir de las diferencias biológicas de los cuerpos, las culturas definen lo femenino y lo
masculino, ideales de lo que es ser hombre y ser mujer, establecen valoraciones de lo
femenino y lo masculino, estereotipos, identidades, les asignan funciones y
responsabilidades diferentes dando origen a una estructura de poder y jerarquía social
que se manifiesta en las creencias, normas, organizaciones, conductas y prácticas de la
sociedad. Es un elemento constitutivo de las identidades, subjetividades y de las
relaciones sociales y culturales, es decir, tiene dimensiones individuales y sociales.
A diferencia del género, el sexo alude a las diferencias estrictamente biológicas que
existen entre hombres y mujeres y, sobre estas diferencias sexuales se construyen las

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos
distinciones y desigualdades sociales de género. Es un sistema de significación y acción
que va mucho más allá del cuerpo, de hecho, el género constituye una de las formas de
diferenciación y estratificación que han construido las sociedades.
Aunque la diferencia entre sexo y género es fundamental, no significa que los aspectos
biológicos y los culturales sean realidades separadas. Por el contrario, se trata de procesos
en estrecha conexión, ya que la interacción cuerpo–cultura es parte de la biografía de
cada persona y de las relaciones de género. La clave de esta distinción reside en asumir
que no hay conductas exclusivas de un sexo, sino procesos sociales que asignan y dan
sentido a las diferencias biológicas.

Sexo Género

- Hecho biológico / natural. - Hecho cultural / social.


- Características biológicas (anatómicas, - Características que la sociedad y la cultura
fisiológicas, hormonales, etc.) que distinguen atribuyen a cada sexo.
a mujeres y a hombres. - “Mujer” / “Hombre”.
- “Macho”/ “Hembra”. - Femenino / Masculino.
- Universal. - Contextual, histórico.
- Adquirido al nacer. - Aprendido.

(Valdés y Fritz, 2005)

La importancia de reconocer que las mujeres y los hombres no somos resultado


exclusivo de la biología sino de los procesos sociales, radica en que la identidad de las
personas y las condiciones a través de las cuales dichos procesos se reproducen,
cambian y se transforman.

Las dimensiones del género


Dimensión individual: identidades de género

Las identidades de género son ideas,


interpretaciones y representaciones
sociales de lo que es ser hombre y ser
mujer, ya sea para un individuo o una
colectividad.

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos
IDENTIDAD

Es la definición que una persona hace de sí mismo en relación a otros; es


un conjunto de representaciones de sí elaboradas a lo largo de la vida, por
el cual la persona comprueba que es siempre igual a sí mismo y a la vez
diferente de otros, y por ello digna de ser reconocida en su particularidad.
Es el sentimiento de pertenencia al sexo femenino o masculino o a otras
posibles definiciones de género.

IDENTIDAD SEXUAL

Se configura a partir del posicionamiento del deseo de una persona.


Intervienen aquí la subjetividad, el psiquismo y la forma de construcción de
la sexualidad. La identidad sexual nace de una estructura psíquica – de
ubicación del deseo – sobre la cual no hay control. Se la llama también
“orientación sexual”, que se expresa en el amor y el deseo hacia personas
de igual o distinto sexo: homosexual, heterosexual o bisexual. Los hombres
con atracción hacia otros hombres son comúnmente llamados gays. Las
mujeres con atracción hacia mujeres son generalmente conocidas como
lesbianas

IDENTIDAD DE GÉNERO

Es la consciencia de sentir pertenencia a un sexo u otro, es decir, sentirse


hombre o mujer. No necesariamente coinciden identidad de género e
identidad sexual (orientación sexual). El hecho de ser y sentirse hombre
o mujer, no se vincula con el gusto por personas de igual o distinto sexo.

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos
TRANSEXUALIDAD

Se refiere a la no correspondencia del sexo físico con la identidad de


género. Existe transexualidad femenina o mujeres transexuales: quienes
naciendo con un físico y/o genitales de un sexo masculino, desde la niñez
sienten que su sexo es femenino. Y transexualidad masculina u hombres
transexuales, quienes naciendo con un físico y/o genitales del sexo
femenino, desde la niñez sienten que su sexo es masculino.

En cada sociedad/cultura, se generan versiones de ser mujer y de ser hombre, de


femineidad y masculinidad dominantes, que se erigen en normas. Se incorporan a la
subjetividad/identidad de hombres y mujeres y se imponen como mandatos, es decir lo
que se espera de hombres y mujeres.
Se refleja en los cuerpos de hombres y mujeres, configuran las relaciones interpersonales,
sustentan las instituciones sociales y culturales e informan las políticas públicas y el uso de
recursos públicos.

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos
La dimensión social del género: división sexual del trabajo
Sobre el hecho biológico de la reproducción, la cultura organiza las tareas necesarias
para la producción y la reproducción sociales, llamada “división sexual del trabajo”, que
especifica el tipo de actividad permitida, obligada o prohibida para mujeres y hombres.
Esta división es aprendida y ha cambiado a través del tiempo.
Básicamente se distinguen el trabajo reproductivo, realizado en el espacio doméstico, que
involucra todas aquellas actividades necesarias para el cuidado y mantenimiento de los
miembros del hogar; y el trabajo productivo, asociado a lo masculino, a la producción de
bienes y servicios y de la sociedad, a la política y el liderazgo.

El trabajo reproductivo es el que realizan las mujeres desde su


condición biológica y del cual derivan todas las demás
actividades que se les asignan, las que no son reconocidas
como trabajo propiamente tal. Este se desarrolla en dos
niveles: generacional, con la reposición de los individuos
(procreación), y cotidiano, con la renovación de sus
condiciones de vida (comida, abrigo, etc.), lo que se llama la
reproducción social.

A pesar de las diferentes formas en que las distintas sociedades humanas se organizan, las
mujeres están siempre más dedicadas al cuidado de los/as hijos/ hijas y al trabajo
doméstico, por el hecho de que la reproducción tiene lugar en sus cuerpos; así como los
hombres están más dedicados a las actividades inherentes a la producción de bienes y
servicios, fundamentalmente en el espacio público, por las cuales reciben ingresos
monetarios.

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos

Las implicancias de esta situación en la


vida cotidiana son múltiples y se
manifiestan, por ejemplo, en la división
del trabajo doméstico y extra-doméstico,
en las responsabilidades familiares, en la
educación, en las oportunidades de
promoción profesional, en las instancias
ejecutivas, etc.
Estas diferencias de acceso entre
hombres y mujeres son fuente de
inequidades socio - económicas, étnicas
y laborales, lo que también genera
inequidad en la situación de salud o
bienestar de las mujeres y la sociedad en
general.
Existe evidencia que la situación de
salud es peor en mujeres de escasos
recursos o en zonas rurales donde están
empobrecidas.
Se trata, entonces de una división de
trabajo, del poder y de las
responsabilidades, que se traduce en una
distribución desigual de los recursos y las
recompensas, y está en la base de la
subordinación de las mujeres.

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos
Roles y estereotipos de género
La asignación del género se produce desde que nacemos, a través de la socialización en la
familia, la escuela y las relaciones con los pares, y se va reforzando a lo largo de la vida por
el condicionamiento de reglas, normas institucionales, mensajes y discursos sociales. Una
de las características de esta asignación es que se realiza en función de roles y
estereotipos sociales, que encasillan las actividades e identidades de mujeres y hombres.
El género se aprende
Uno de los espacios primarios y primordiales en la construcción y organización de los
géneros y las relaciones de género es la familia. Es en este espacio inicial en que las
personas aprenden cómo comportarse y dónde participar en tanto hombres o mujeres,
modelando y estructurando las formas de ser, pensar y hacer.

Construcción y organización de los géneros y las relaciones de


género

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos

En definitiva, las familias están permeadas por relaciones de género, relaciones de


subordinación, complementariedad y dependencia; relaciones de poder, inequidades y
privilegios. Es bastante frecuente que en la distribución de la comida, por ejemplo, los
platos más abundantes y las mejores presas sean asignados a los hombres, porque se
supone que necesitan más energías. Esto, a pesar de que las adolescentes, cuando están
menstruando, tienen mayores necesidades alimentarias que sus hermanos hombres y su
padre. Esta cuestión, lejos de ser anecdótica, define simbólicamente quiénes son más
importantes, aparte de tener consecuencias nutricionales en el desarrollo de niñas y
niños.

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos
Estereotipos, juicios subjetivos y prejuicios
Los estereotipos son creencias sobre las actividades, los roles, rasgos, características o
atributos que distinguen a las personas. Consisten en una generalización y atribución de
valor (la mayoría de las veces negativo) a algunas características de un grupo,
reduciéndolo tan sólo a esas características.
Revisemos este tema en profundidad en el siguiente artículo:

Estereotipos, juicios subjetivos y prejuicios


(Valdés, 2011)

Los estereotipos son creencias sobre las actividades, los roles, rasgos, características o
atributos que distinguen a las personas. Consisten en una generalización y atribución
de valor (la mayoría de las veces negativo) a algunas características de un grupo,
reduciéndolo tan sólo a esas características. Son juicios subjetivos que imponen un
lugar de inferioridad y de incapacidad en el caso de los estereotipos negativos (“harina
del mismo costal”; “de tal palo tal astilla”; “tenía que ser mujer”). Son una manera de
“biologizar” las características de un grupo, de considerarlas como un producto
exclusivo de la biología, de la anatomía o incluso de la genética (por ejemplo, la
homosexualidad concebida como una especie de anomalía de la naturaleza).
Los prejuicios son juicios anticipados sobre las personas o un grupo de personas,
basados en una generalización simplista y frecuentemente, peyorativa. Los
estereotipos funcionan como una marca que alimenta los prejuicios al definir a priori
quiénes y cómo son las personas.
En nuestra sociedad existen prácticas basadas en un profundo prejuicio de parte de
los sectores dominantes, es decir, de parte de quienes se aproximan a lo considerado
“correcto” según quienes detentan algún tipo de poder. Por ejemplo, la condena de
las prácticas homosexuales y homoafectivas, considerándolas contrarias a la
heterosexualidad, que sería “normal y natural”. En temas vinculados al género, la
religión, la etnia y/u orientación sexual son frecuentes las prácticas prejuiciosas y
discriminatorias.
Si el estereotipo y el prejuicio están en el campo de las ideas, la discriminación
está en el campo de la acción, es decir en una actitud (una disposición a la
acción). Discriminar es negar oportunidades, negar accesos, negar respeto y
reconocimiento, negar humanidad. La omisión y la invisibilidad de un grupo o
sector también se constituyen en discriminación.

Un ejemplo de esta situación es la ausencia de figuras femeninas, de los pueblos


indígenas o de personas de la diversidad sexual en la historia que se enseña en los
colegios, o una caracterización menos calificada de la mujer que la del hombre,
que contribuyen a reforzar la imagen de inferioridad femenina y de superioridad

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos
masculina, así como de la superioridad de la heterosexualidad sobre la
homosexualidad.
Cuando las personas son discriminadas se ofende y daña a la diversidad de la
sociedad y del país, afectando la dignidad de quién es excluido y al conjunto de la
sociedad. La discriminación que afecta a los homosexuales, sean hombres o
mujeres, es conocida como homofobia, y la que daña a transexuales, como
transfobia.

Modelo occidental dominante de losgéneros


Mujer / Femenino Hombre / Masculino

Roles o Papeles Trabajo reproductivo del hogar – Trabajo Productivo remunerado


Definidos invisible y no remunerado: la crianza de “Proveedor”
los hijos, el cuidado, los parientes. “Jefe de hogar”
“Dueña de casa” El conocimiento, los estudios
Los afectos, la vida cotidiana y las para la autonomía
amistades. Ser para otros Ser para
Objeto sí. Sujeto
Su trabajo remunerado es una El trabajo reproductivo en el hogar es
“colaboración” al “jefe de hogar” una “colaboración a la dueña de casa”

Espacios Esfera del Cuidado Esfera del mercado de trabajo, la


Definidos Esfera doméstica - política, los movimientos sociales y la
privada Ligada a la representación pública
Naturaleza Cultura y la ciencia

Estereotipos Subjetiva, Dependiente, Pasiva Objetivo, Independiente, Activo/


Espectadora, Frágil, Cooperadora ejecutor, Fuerte, Competitivo,
Emocional/ ilógica, irracional, Racional/lógico, Líder, Agresivo
Seguidora, Conciliadora, Flexible Enfocado
Ser mujer = maternidad, sexualidad Ser hombre = No ser mujer (no ser
subordinada “poco hombre”), sexualmente activo,
heterosexual

Valoración Social, Secundaria Importante


Estratificación de Menor valoración social Mayor valoración social
Género Menor acceso a prestigio Mayor prestigio social
Menor acceso a posiciones de Predominio en posiciones de
poder Restricciones en la toma de poder Mayor acceso a toma
decisiones decisiones

Fuente: Fritz, H. y Valdés, T. (2005) op.cit

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos

Si bien este puede ser el modelo dominante en nuestra sociedad, no existe un modelo
universal de comportamiento femenino o masculino que sea considerado normal,
correcto, superior o, a priori, el mejor. Somos las personas, hombres y mujeres,
pertenecientes a distintas sociedades, a diversos tiempos históricos y contextos
culturales, quienes establecemos formas “adecuadas” y modos de “deber ser y actuar”
de hombres y mujeres; somos quienes establecemos sistemas de organización social
y de significación social que determinan modos específicos de clasificación,
jerarquización y de convivencia sociales.
Todos estos elementos conforman un “sistema de género” u “orden de género”
presente en cada sociedad, que establece diferencias, desigualdades y estructuras de
privilegio entre los géneros, tanto de orden simbólico como material.

El género se aprende y es transmitido de generación en generación, no es una


realidad natural.
Desde que nacemos somos educados/as para convivir en sociedad, pero de
manera diferente, según si somos hombres o mujeres, en las familias, en la
escuela y los medios de comunicación, en la organización del trabajo, en el
acceso a recursos.

En síntesis, un sistema de género involucra:

A. Una forma predominante de división sexual del trabajo (producción /


reproducción).
B. La diferenciación de espacios y esferas sociales ancladas en género (esfera pública
visible/esfera privada invisible).
C. Relaciones de poder y distinciones jerárquicas, o que implica cuotas diferenciales
reconocimiento, prestigio y legitimidad.
D. Relaciones de poder dentro de cada género, basadas en la clase, grupo étnico,
etc.
E. La construcción de identidades de género que coinciden con otras dimensiones
diferenciadoras, produciendo una identidad masculina anclada al trabajo, la
provisión y la administración de poder. Por su parte, la identidad femenina está
anclada en el trabajo doméstico, la maternidad y su rol en la pareja.
F. La construcción de identidades “dominantes” asociadas a las relaciones de poder
en la sociedad (hetero/ homosexuales, blanco/ negro-indígena-pobre).

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos
Las relaciones de género como determinante social de la salud
El concepto de “determinantes
sociales de la salud” (OMS,
2008), surge ante el
reconocimiento de las
limitaciones que tienen las
intervenciones dirigidas a riesgos
individuales de enfermar,
cuando no se toma en cuenta el
rol de la sociedad. Se entienden
como las condiciones sociales en
que las personas nacen, crecen,
viven, trabajan y envejecen,
incluyendo el sistema de salud.
Son características sociales en que se desarrolla la vida de una persona, de un grupo de
personas y/o de una comunidad, generado consecuencias en la salud de cada quien. Esas
circunstancias son el resultado de la distribución del dinero, el poder y los recursos a nivel
mundial, nacional y local, que dependen a su vez de las políticas adoptadas

Las estructuras y patrones sociales forman u orientan las decisiones y


oportunidades que tienen las personas de ser saludables. La salud, por lo
tanto, no es sólo una responsabilidad individual, sino también es una
responsabilidad social, cuestión que es clave considerar en el diseño de las
políticas públicas destinadas al sector.

Analizar la situación de salud de la población según el modelo de determinantes sociales


implica considerar que las oportunidades para tener acceso a la salud son diferenciadas,
que dependen de la manera como se estructura y funciona la sociedad en relación al
poder y los privilegios.
El género constituye uno de los determinantes sociales de la salud, por cuanto se expresa
en desigualdad en el reparto de poder, recursos y prestaciones, en las normas y valores;
en la forma cómo se estructuran las organizaciones y en cómo se administran las políticas
y programas de salud.

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos
Determinantes sociales

La posición de mujeres y hombres en la sociedad, los roles que les son asignados, la
división sexual del trabajo, su acceso diferenciado al poder y los recursos, sus
responsabilidades y expectativas, entre otros, están ligados a su salud, y también a la
supervivencia de los niños y las niñas.

Las desigualdades de género influyen en la salud en distintas formas: pautas de


alimentación discriminatorias, violencia contra las mujeres, falta de poder de decisión y
reparto desigual del trabajo, el tiempo libre y las posibilidades de mejorar en la vida,
entre otras cosas.

Las mujeres ganan menos que los hombres, incluso con trabajos equivalentes; las jóvenes
y las mujeres tienen menos oportunidades de empleo. En salud mental, la morbilidad
femenina se concentra en depresión y neurosis, mientras que en los hombres, en
alcoholismo y drogadicción. Otras importantes diferenciales por sexo en la mortalidad y la

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos
enfermedad asociados con conductas de riesgo más prevalentes entre los hombres son los
relativos al cáncer de pulmón, cirrosis del hígado y VIH/SIDA.
La organización de género tiene consecuencias diferenciadas en la salud, tanto positiva
como negativa.

Hombres Mujeres
Es ahí, donde las políticas de salud públicas buscan actuar sobre aquellos determinantes
sociales susceptibles de ser modificados mediante intervenciones efectivas.

En hombres

 Mayor probabilidad de desarrollar abuso y dependencia del alcohol y otras drogas.


 Menor exposición a la violencia y abuso de personas cercanas.
 Mayor acceso a recursos en la familia.
 Mayores posibilidades de exploración y de nuevos aprendizajes.
 Mayor aceptación social de sus conductas riesgosas.
 Mayor capacidad de respuesta frente a la violencia intrafamiliar y sexual.
 Mayores posibilidades de pasar más tiempo y desde una edad más temprana en la
calle, o fuera de la casa, expuestos a riesgos y modelos de conducta de riesgo.
 Mayor represión de la expresión de sus necesidades emocionales.
 Mayor frecuencia de respuestas agresivas contra los demás o contra sí mismo.
 Mayor tendencia a negar o ignorar el estrés.
 Mayor posibilidad de percibir sus primeras conductas sexuales como logro o expresión
de competencia y no como un logro de intimidad y creación de vínculo.
 Mayor probabilidad de comportamientos violentos en ámbitos distintos al familiar
(tanto de sufrirlos como de ejercerlos).
 Mayor probabilidad de sufrir accidentes. Suelen realizar menos consultas que las
mujeres por problemas de salud, incluso asisten a los establecimientos de salud
cuando se encuentran en una situación grave, en general invalidante.

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos
En mujeres

 Mayor probabilidad de tener un embarazo no deseado y asumir las responsabilidades


de crianza en edades tempranas.
 Mayor probabilidad de presentar un episodio depresivo, entre otros síntomas de salud
mental.
 Mayor capacidad de interpretar emociones y decodificar mensajes no verbales.
 Mayor capacidad de empatía emocional.
 Menor capacidad de incidir en la toma de decisiones.
 Mayor probabilidad de sufrir abuso y violencia.
 Mayor probabilidad de contraer una infección de transmisión sexual.
 Menor capacidad de “negociar” y mucho menos, de “imponer” el uso de métodos de
protección en las relaciones de pareja.
 Menor autoestima.

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos
Derechos humanos, salud y género

Tras las terribles consecuencias de la II Guerra Mundial, el 10 de diciembre de


1948, los estados reunidos en la Asamblea General de las Naciones Unidas
adoptaron y proclamaron una Declaración Universal de los Derechos Humanos
que, en los artículos 1 y 2 estableció que:

“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos…”. “Toda
persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin
distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier
otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra
condición.” (ONU, 1948).

Todos los pactos y convenciones internacionales de Derechos Humanos posteriores


reafirman este principio de igualdad, dando cuenta, por una parte, de la universalización
de dichos derechos, pero sobre todo, de un consenso internacional en torno a la prioridad
de la igualdad entre mujeres y hombres.
Dichos pactos y convenciones mundiales dan origen a convenciones, normativas
regionales y leyes nacionales que incorporan crecientemente la protección de los
derechos humanos y avanzan en una visión integral de los mismos, inspirada en la idea
que no hay libertad sin igualdad y tampoco hay igualdad sin libertad.
"Los derechos básicos y las libertades
fundamentales son inherentes a todos los seres
humanos, inalienables y aplicables en igual
medida a todas las personas, y que todos y cada
uno de nosotros hemos nacido libres y con
igualdad de dignidad y de derechos.
Independientemente de nuestra nacionalidad,
lugar de residencia, género, origen nacional o
étnico, color de piel, religión, idioma o cualquier
otra condición". (ONU, 1948).
A continuación los y las invitamos a leer el siguiente artículo, donde profundizaremos
sobre el Derecho a la salud y los derechos de las mujeres.

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos
El Derecho a la Salud
El artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, indica que el Derecho
a la SaluYa en 1948, la Organización Mundial de la Salud definió que "La salud es un
estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de
afecciones o enfermedades" (OMS, 1948).

“Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como
a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la
vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo
derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez,
vejez y otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias
independientes de su voluntad” (ONU, 1948)

La Conferencia de Alma Ata (1978) reafirmó que entiende la “salud” como aquel estado de
total bienestar físico, social y mental, y no simplemente la falta de enfermedades o
malestares, siendo un derecho humano fundamental y convirtiendo a la búsqueda del
máximo nivel posible de salud en la meta social más importante a nivel mundial, cuya
realización requiere de la participación de otros sectores sociales y económicos en adición
al sector salud. (Alma Ata, 1978)
Mirar la salud desde un enfoque de Derechos Humanos apunta a garantizar el derecho a la
salud y de otros derechos relacionados con ella, sin distinción de edad, etnia o raza, sexo,
género, orientación sexual, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen
nacional o social, posición económica, nacimiento, o cualquier otra condición social.

Los elementos del derecho a la salud son los siguientes:

Número suficiente de establecimientos, bienes y servicios públicos de


DISPONIBILIDAD salud, centros de atención de la salud, personal de salud y especialistas,
así como de programas específicos para las necesidades de la población.

Dimensiones: no discriminación, accesibilidad física, accesibilidad


ACCESIBILIDAD económica y accesibilidad de la información.

Respeto a la ética médica, culturalmente apropiados (cultura de las


personas, las minorías, los pueblos originarios, los migrantes), género y
ACEPTABILIDAD
etapa del ciclo de vida.

Apropiados desde el punto de vista científico y médico, buena calidad.


CALIDAD

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos
Derechos humanos de las mujeres
En los años 70 se formulan derechos específicos de las mujeres, al reconocer que a pesar
de la vigencia de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, siguen
siendo objeto de importantes discriminaciones, lo que viola los principios de la igualdad
de derechos y de respeto de la dignidad humana, establecidos en ella.
En 1979 los Estados aprobaron la Convención sobre la Eliminación de toda forma de
discriminación contra la Mujer (CEDAW), principal instrumento jurídico internacional
relativo a los derechos de las mujeres como derechos humanos, es decir, explicita los
derechos humanos de la mitad femenina de la humanidad en sus distintas
manifestaciones. Reafirma la fe en los derechos humanos fundamentales, en la dignidad y
el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, define
el significado de la igualdad e indica cómo lograrla.
Aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 18 de diciembre de 1979
(1975 Primera Conferencia mundial sobre la Mujer – México), se fundamenta en que, a
pesar de la vigencia de la Declaración Universal de los DDHH (1948), "las mujeres siguen
siendo objeto de importantes discriminaciones" y subraya que esa discriminación viola los
principios de la igualdad de derechos y del respeto de la dignidad humana. Constituye no
sólo una declaración internacional de derechos para la mujer, sino también un programa
de acción para que los Estados Partes garanticen el goce de esos derechos. Entró en vigor
a nivel internacional en septiembre de 1981 y fue ratificada por Chile en 1989.
La Convención sobre la Eliminación de toda forma de discriminación contra la Mujer
(CEDAW), define la discriminación contra la mujer como:

“La expresión ‘discriminación contra la mujer’ denotará toda distinción,


exclusión a restricción basada en el sexo que tenga por objeto o por resultado
menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer,
independientemente de su estado civil, sobre la base de la igualdad del
hombre y la mujer, de los derechos humanos y las libertades fundamentales
en las esferas política, económica, social, cultural y civil o en cualquier otra
esfera” (CEDAW, 1979, Art. 1).
Esta Convención pide a los Estados Partes que tomen "todas las medidas apropiadas,
incluso de carácter legislativo, para asegurar el pleno desarrollo y adelanto de la mujer,
con el objeto de garantizarle el ejercicio y el goce de los derechos humanos y las
libertades fundamentales en igualdad de condiciones con el hombre". (CEDAW, 1979,
Art. 3)
Incorpora los derechos reproductivos de las mujeres y la obligación de entregar
información, educación, asesoría para la planificación de la familia y de crear códigos
sobre la familia que garanticen el derecho de las mujeres "a decidir libre y
responsablemente el número de sus hijos y el intervalo entre los nacimientos y a tener

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos
acceso a la información, la educación y los medios que les permitan ejercer estos
derechos”. (CEDAW, 1979, Art. 10 h)

Los Estados quedan obligados a colaborar a la modificación de los


patrones socioculturales de conducta de hombres y mujeres para
eliminar "los prejuicios y las prácticas consuetudinarias y de cualquier
otra índole que estén basados en la idea de la inferioridad o
superioridad de cualquiera de los sexos o en funciones estereotipadas
de hombres y mujeres”. (CEDAW 1979, Art. 5)

La CEDAW obliga a los gobiernos, entre otras cosas, a:


 Asegurar igualdad y protección jurídica de los derechos de las mujeres.
 Tomar medidas para eliminar la discriminación contra la mujer practicada por
cualquier persona, organización o empresa.
 Tomar medidas para asegurar el pleno desarrollo y adelanto de las mujeres.
 Modificar patrones socio-culturales de conducta de hombres y mujeres para alcanzar
la eliminación de prejuicios y las prácticas basadas en la idea de inferioridad o
superioridad de los sexos.
 Promover la maternidad como función social y reconocimiento de la responsabilidad
común de hombres y mujeres respecto de los hijos/as, derecho a definir número y
espaciamiento de hijos/as, impedir la discriminación por maternidad.
 Eliminar la discriminación en la atención médica y asegurar acceso a planificación
familiar, dar atención especial a la mujer rural.
 Asegurar igualdad de derechos y responsabilidades en el matrimonio y su disolución
 Penar la trata de mujeres y su explotación sexual.
 Asegurar la participación en actividades de esparcimiento, deportes y cultura.

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos
Por su parte, la Declaración de la Conferencia Internacional de Derechos Humanos de
Viena (1993) específica:

“Los derechos humanos de la mujer y de la niña son parte inalienable,


integrante e indivisible de los derechos humanos universales. La plena
participación, en condiciones de igualdad, de la mujer en la vida política,
civil, económica, social y cultural en los planos nacional, regional e
internacional y la erradicación de todas las formas de discriminación
basadas en el sexo son objetivos prioritarios de la comunidad
internacional”. (Art. 18)
En esta declaración, se señala que la violencia y todas las formas de acoso y explotación
sexuales son incompatibles con la dignidad de la persona humana e insta a los gobiernos,
las instituciones intergubernamentales y las organizaciones no gubernamentales a que
intensifiquen sus esfuerzos en favor de la protección y promoción de los derechos
humanos de la mujer y de la niña.

Al suscribir estos convenios y acuerdos internacionales, Chile se hace parte


del objetivo de avanzar en igualdad entre mujeres y hombres, lo que
supone disolver las jerarquías de género y reconocer a todas las personas
como sujetos titulares de derechos, impidiendo que las diferencias
originadas por el sexo y por la capacidad reproductiva de las mujeres se
transformen en desigualdad y discriminación.

El diseño y aplicación de las políticas públicas exige considerar, valorar y favorecer las
diferencias en las necesidades, intereses, comportamientos y aspiraciones de mujeres y
hombres, independientemente de sus orientaciones sexuales e identidades de género,
respecto a los mismos e iguales derechos.

Derechos humanos y relaciones de género


Como ya se señaló, la igualdad entre mujeres y hombres, entre niñas y niños, está en el
centro mismo de los derechos humanos y los valores de las Naciones Unidas. Para
garantizar de manera eficaz los derechos humanos de las mujeres y las niñas es necesario,
en primer lugar, comprender las estructuras sociales y culturales y las relaciones de poder
que condicionan no sólo las leyes y las políticas, sino también la economía, la dinámica
social y la vida familiar y comunitaria.

22
Módulo I: Salud, género y derechos humanos
El derecho a la igualdad de género en salud exige que los Estados (OPS, 2011):

Los derechos reproductivos


Los derechos reproductivos son derechos humanos relacionados con la reproducción y las
decisiones y prácticas reproductivas de las personas. Promueven la capacidad de decidir
autónomamente sobre la reproducción y garantizan que cada persona tenga acceso a las
condiciones y los medios que permitan la realización y expresión de sus decisiones
reproductivas, sin coerción, discriminación o violencia y en un contexto respetuoso de la
dignidad.
Como tales son universales, indivisibles, interconectados e interdependientes de los otros
derechos humanos reconocidos.
La Convención CEDAW aborda el derecho de procreación y señala que "el papel de la
mujer en la procreación no debe ser causa de discriminación". Destaca el vínculo entre la
discriminación y la función procreadora de la mujer, abogando por "una comprensión
adecuada de la maternidad como función social", lo que requiere que ambos sexos
compartan plenamente la responsabilidad de criar los/as hijos/as.
De esta forma, la reproducción no es abordada desde la perspectiva de la planificación
familiar, sino desde la óptica de los derechos individuales y la libre opción, en torno a la

23
Módulo I: Salud, género y derechos humanos
sexualidad y la reproducción. En consecuencia, las disposiciones relativas a la protección
de la maternidad y el cuidado de los hijos se proclaman como derechos esenciales y se
incorporan en todas las esferas que abarca la Convención, ya traten éstas del empleo, el
derecho de familia, la atención de la salud o la educación. La obligación de la sociedad se
extiende a la prestación de servicios sociales, en especial servicios de guardería, que
permitan a los padres combinar sus responsabilidades familiares con el trabajo y
participar en la vida pública. Se recomiendan medidas especiales para la protección de la
maternidad que "no se considerará discriminación". (CEDAW, 1979. Art. 4).
De este modo, la CEDAW incorpora los derechos reproductivos de las mujeres y la
obligación de los Estados Partes de entregar información, educación, asesoría para la
planificación de la familia y de crear códigos sobre la familia, que garanticen el derecho
de las mujeres a decidir libre y responsablemente el número de sus hijos/as y el intervalo
entre los nacimientos y a tener acceso a la información, la educación y los medios que les
permitan ejercer estos derechos". (CEDAW, 1979. Art. 1 h y Art. 16 e).
Por otra parte, la Convención amplía la interpretación del concepto de los derechos
humanos al reconocer formalmente el papel desempeñado por la cultura y la tradición en
la limitación del ejercicio por la mujer de sus derechos fundamentales. Reconoce que la
cultura y la tradición se manifiestan en estereotipos, normas y costumbres más o menos
institucionalizados que van moldeando las características y atributos de las relaciones
entre los géneros y, en particular, han ido construyendo una situación de subordinación y
subvaloración para las mujeres, así como roles y estatus que las ubican en una posición de
discriminación.
Expresamente señala:

Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para eliminar la
discriminación contra la mujer en la esfera de la atención médica a fin de
Artículo 12, párrafo 1
asegurar, en condiciones de igualdad entre hombres y mujeres, el acceso a
servicios de atención médica, inclusive los que se refieren a la planificación de
la familia.

Sin perjuicio de lo dispuesto en el párrafo 1 supra, los Estados Partes


garantizarán a la mujer servicios apropiados en relación con el embarazo, el
Artículo 12, párrafo 2 parto y el periodo posterior al parto, proporcionando servicios gratuitos
cuando fuere necesario, y le asegurarán una nutrición adecuada durante el
embarazo y la lactancia.

Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para eliminar la
discriminación contra la mujer en las zonas rurales a fin de asegurar, en
condiciones de igualdad entre hombres y mujeres, su participación en el
Artículo 14, párrafo 2 desarrollo rural y en sus beneficios, y en particular le asegurarán el derecho a:
b) Tener acceso a servicios adecuados de atención médica, inclusive
información, asesoramiento y servicios en materia de planificación de la
familia.

24
Módulo I: Salud, género y derechos humanos
Los Estados Partes adoptarán todas las medidas adecuadas para eliminar la
discriminación contra la mujer en todos los asuntos relacionados con el
matrimonio y las relaciones familiares y, en particular, asegurarán, en
condiciones de igualdad entre hombres y mujeres:
c) Los mismos derechos y responsabilidades durante el matrimonio y con
ocasión de su disolución;
Artículo 16, párrafo 1 d) Los mismos derechos y responsabilidades como progenitores, cualquiera que
sea su estado civil, en materias relacionadas con sus hijos; en todos los casos, los
intereses de los hijos serán la consideración primordial;
e) Los mismos derechos a decidir libre y responsablemente el número de sus
hijos y el intervalo entre los nacimientos, y a tener acceso a la información, la
educación y los medios que les permitan ejercer estos derechos.

No tendrán ningún efecto jurídico los esponsales y el matrimonio de niños y


se adoptarán todas las medidas necesarias, incluso de carácter legislativo,
Artículo 16, párrafo 2 para fijar una edad mínima para la celebración del matrimonio y hacer
obligatoria la inscripción del matrimonio en un registro oficial.

Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo de El Cairo


La Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo del Cairo (CIPD), realizada en
1994 por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), entiende la salud
reproductiva como un estado de absoluto bienestar físico, mental y social en todos los
aspectos relacionados con el sistema reproductivo, sus funciones y procesos.
El su programa de acción se instala por primera vez el enfoque de derechos humanos, por
sobre la impronta demográfica que anteriormente tuvieron las políticas de población.
Desde la nueva perspectiva, reconoce las desigualdades de género a través del ciclo vital y
enfatiza en que reflejan carencia de poder e insuficiente ejercicio de derechos de las
mujeres.
Al respecto señala:

“La habilitación y la autonomía de la mujer y el mejoramiento de su condición política,


social, económica y sanitaria constituyen en sí un fin de la mayor importancia. Además
son indispensables para lograr el desarrollo sostenible. Es preciso que mujeres y
hombres participen e intervengan por igual en la vida productiva y reproductiva,
incluida la división de responsabilidades en cuanto a la crianza de los hijos y al
mantenimiento del hogar. …Las relaciones de poder que impiden que las mujeres
tengan una vida sana y plena se hacen sentir en muchos planos de la sociedad, desde
el ámbito más personal hasta el más público.” (CIPD, 1994)

25
Módulo I: Salud, género y derechos humanos
En lo referido a los derechos reproductivos, entre otros objetivos plantea “poner servicios
de planificación de la familia de buena calidad y aceptables al alcance y disposición de
cuantos los necesiten y desean, manteniendo su carácter confidencial”.
La CIPD plantea que, el poder tener y ejercer una salud
reproductiva también debe incluir la capacidad de disfrutar
de una vida sexual satisfactoria y la capacidad de procrear.
De este modo, la salud reproductiva debe asegurar el
disfrute de esta vida sexual satisfactoria sin riesgos,
considerando además, que las personas tienen derecho al
nivel más alto de disfrute de lo que son los beneficios del
progreso.

Consenso de Montevideo sobre la Población y Desarrollo


(2013)
Aprobado en 2013, incluye más de 120 medidas sobre ocho temas identificados como
prioritarios para dar seguimiento al Programa de Acción de la Conferencia Internacional
sobre la Población y el Desarrollo (CIPD) de las Naciones Unidas, realizada en El Cairo en
1994.
El primer tema prioritario fue derechos, necesidades y demandas de los niños, niñas,
adolescentes y jóvenes. Respecto a este punto los países acordaron garantizar a todos
estos grupos las oportunidades para tener una vida libre de pobreza y de violencia, sin
ningún tipo de discriminación. También se acordó invertir más en juventud, especialmente
en educación pública, así como implementar programas de salud sexual y reproductiva
integrales y dar prioridad a la prevención del embarazo en la adolescencia y eliminar el
aborto inseguro, entre otras.
El tercer tema se relaciona con el acceso universal a los servicios de salud sexual y
reproductiva, contempla promover políticas que aseguren que las personas puedan
ejercer sus derechos sexuales y tomar decisiones al respecto de manera libre y
responsable, con respeto a su orientación sexual, sin coerción, discriminación ni violencia.
Asimismo los países se comprometen a revisar las legislaciones, normas y prácticas que
restringen el acceso a los servicios de salud reproductiva, y garantizar su acceso universal.
De igual forma, acordaron asegurar la existencia de servicios seguros y de calidad de
aborto para las mujeres que cursan embarazos no deseados en los casos en que el aborto
es legal, e instar a los Estados a avanzar en la modificación de leyes y políticas públicas
sobre la interrupción voluntaria del embarazo para salvaguardar la vida y la salud de
mujeres y adolescentes.
En el cuarto tema prioritario, sobre igualdad de género, los delegados acordaron entre
otras medidas cumplir con el compromiso de incrementar los espacios de participación
igualitaria de las mujeres en la formulación de las políticas en todos los ámbitos del poder

26
Módulo I: Salud, género y derechos humanos
público, hacer efectivas las acciones preventivas que contribuyan a la erradicación de
todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas, garantizando la
corresponsabilidad del Estado, el sector privado, la comunidad, las familias, las mujeres y
hombres en el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado, integrándolo en los
sistemas de protección social.
Sobre la migración internacional y la protección de los derechos de todas las personas
migrantes, se acordó garantizar la plena inclusión de todos los asuntos relacionados con
este fenómeno en las agendas y estrategias mundiales, regionales y nacionales para el
desarrollo post-2015, brindando asistencia y protección a las personas migrantes,
respetando cabalmente sus derechos y promoviendo la suscripción de convenios
bilaterales y multilaterales de seguridad social, que incluyan a los trabajadores migrantes.
El séptimo tema relevante se relaciona con los pueblos indígenas, interculturalidad y
derechos, en el cuál se acordó respetar las disposiciones de la Declaración de las Naciones
Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, así como las del Convenio 169 de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT), exhortando a los países a ratificarlo.
Asimismo, se insta a garantizar los derechos territoriales de los pueblos indígenas y a
prestar especial atención a su movilidad y desplazamientos forzados y desarrollar políticas
que permitan el consentimiento libre e informado en los asuntos que les afecten.
En relación a los afrodescendientes, derechos y combate al racismo y la discriminación
racial, los países recomiendan aplicar las disposiciones de la Conferencia Mundial contra el
Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia y
abordar las desigualdades de género, raza y generacionales, especialmente la
discriminación que sufren las mujeres y jóvenes de este grupo poblacional.
Finalmente, se aprobó entonces una Agenda regional en población y desarrollo para
América Latina y el Caribe. Posteriormente se estableció un mecanismo de monitoreo y
rendición de cuentas en el que Chile participa.
En relación a los derechos reproductivos, los gobiernos comprometieron, expresamente:
Eliminar las causas prevenibles de morbilidad y mortalidad materna, incorporando en
el conjunto de prestaciones integrales de los servicios de salud sexual y salud
reproductiva medidas para prevenir y evitar el aborto inseguro, que incluyan la
educación en salud sexual y salud reproductiva, el acceso a métodos anticonceptivos
modernos y eficaces y el asesoramiento y atención integral frente al embarazo no
deseado y no aceptado y, asimismo, la atención integral después del aborto, cuando
se requiera, sobre la base de la estrategia de reducción de riesgo y daños. (Párrafo
40).
Asegurar, en los casos en que el aborto es legal o está despenalizado en la
legislación nacional, la existencia de servicios de aborto seguros y de calidad para las
mujeres que cursan embarazos no deseados y no aceptados e instar a los demás
Estados a considerar la posibilidad de modificar las leyes, normativas, estrategias y
políticas públicas sobre la interrupción voluntaria del embarazo para salvaguardar la

27
Módulo I: Salud, género y derechos humanos
vida y la salud de mujeres y adolescentes, mejorando su calidad de vida y
disminuyendo el número de abortos. (Párrafo 42).
Asegurar el acceso efectivo de todas las mujeres a la atención integral en salud en
el proceso reproductivo, específicamente a atención obstétrica humanizada,
calificada, institucional y de calidad, y a servicios óptimos de salud de la mujer
durante el embarazo, parto y puerperio, así como a servicios que integren la
interrupción del embarazo en los casos previstos por la ley y garantizar el acceso
universal a técnicas de fertilización asistida. (Párrafo 43).
Garantizar el acceso efectivo a una amplia gama de métodos anticonceptivos
modernos, basados en evidencia científica con pertinencia cultural, incluyendo la
anticoncepción oral de emergencia. (Párrafo 44).
Formular planes para fortalecer los mecanismos de detección de alteraciones del
embarazo, incluida la preconcepción, elevar la calidad de atención prenatal con
enfoque intercultural, garantizar la provisión de sangre segura para la atención del
embarazo, parto y puerperio, y mejorar la atención humanizada del parto y el
nacimiento y los cuidados perinatales integrales, teniendo en cuenta las necesidades
de las mujeres, los niños, las niñas y las familias. (Párrafo 45).
Avanzar en igualdad entre mujeres y hombres supone disolver las jerarquías de género y
reconocer a todas las personas como sujetos titulares de derechos, impidiendo que las
diferencias originadas por el sexo y por la capacidad reproductiva de las mujeres se
transformen en desigualdad y discriminación. Sin duda la implementación de políticas que
aseguren los derechos de las mujeres ha permitido ir disminuyendo esta brecha, pero
debemos tener en cuenta que aún falta mucho por recorrer.

Hemos terminado con la primera Unidad del Módulo 1, donde revisamos algunas
definiciones fundamentales tales como sexo, genero, identidad e identidad de género.
Además, revisamos el marco internacional de los derechos humanos, derechos de las
mujeres y derechos reproductivos.
Ahora, en la segunda Unidad revisaremos la situación de estas temáticas en Chile.
¡¡Los y las invitamos a continuar!!

28
Módulo I: Salud, género y derechos humanos
Unidad 2:
Chile: políticas, leyes y programas relativos a la salud de la mujer,
su salud reproductiva y sexual
Integrar un enfoque de equidad de género es de vital importancia para el Gobierno y el
Minsal, por lo que traspasa esta visión a su quehacer hacia la población chilena, los
recursos humanos sectoriales y el intersector.
En 1990, el gobierno de Chile asumió un
compromiso con la democratización del país y
con la superación de las desigualdades entre
los sexos. Esto, porque al garantizar a hombres
y mujeres un acceso equitativo a los
beneficios, recursos y oportunidades, permitía
a las mujeres alcanzar una ciudadanía plena.
Para ello, en 1991 se creó el Servicio Nacional
de la Mujer (Sernam), mediante la Ley N°
19.023, cuyo objetivo es promover la igualdad de oportunidades entre hombres y
mujeres. Su misión institucional es diseñar, proponer y coordinar políticas, planes,
medidas y reformas legales conducentes a la igualdad de derechos y oportunidades entre
hombres y mujeres, disminuyendo las prácticas discriminatorias en el proceso de
desarrollo político, social, económico y cultural del país.
Desde su creación, el Sernam ha cumplido con dicho objetivo creando numerosas
reformas legales, políticas y programas destinados a eliminar las discriminaciones e
inequidades que afectan a las mujeres en nuestra sociedad.
Dentro de estas iniciativas encontramos:
En 1994, el Plan de Igualdad de Oportunidades para las Mujeres marcó el inicio de los
esfuerzos de incorporación de género en las políticas públicas, que incluyó como
objetivo “mejorar la situación de salud de las mujeres”. Este fue actualizado para el
período 2000-2010.

En 2002, en el marco de las políticas de modernización de la gestión pública, el gobierno


incorporó a su Programa de Mejoramiento de la Gestión (PMG), el Sistema de Equidad de
Género, involucrando a todos los servicios públicos en la tarea de igualdad. Este sistema
busca mejorar las oportunidades de mujeres y hombres, de modo que puedan acceder y
disfrutar de igual forma de los beneficios de las políticas públicas. Para tales efectos, todas
las instituciones públicas, nacionales y regionales, deben revisar los productos
estratégicos (bienes y/o servicios) que entregan con el fin de identificar los obstáculos
para la equidad de género y proponer soluciones.
En 2006 el Sernam elaboró la “Agenda de género 2006-2010”, que cuenta con mandatos
sectoriales específicos incluido el sector salud. (Sernam, 2007)

29
Módulo I: Salud, género y derechos humanos
Para entender el contexto en que se dan los cambios los y las invitamos a leer el siguiente
artículo:

Leyes para la igualdad de género


(Valdés,2012)

A partir de 1990 se aprobaron y modificaron numerosas leyes para avanzar hacia la


equidad, al consagrar derechos para las mujeres. Algunas adecuaron el orden jurídico a lo
que las costumbres y la cultura ya habían adoptado (por ejemplo, la Ley de Divorcio) y
otras han sido normas nuevas que invitan al conjunto de la sociedad a avanzar hacia una
cultura más equitativa y no discriminatoria (por ejemplo, la Ley N° 20.047 que introduce el
Permiso Paternal en el Código del Trabajo).
Otras modificaciones legales ajustaron nuestras leyes a los compromisos internacionales
en derechos humanos (la reforma constitucional que establece la igualdad de mujeres y
hombres), buscaron apoyar a las mujeres en su doble condición de trabajadoras y madres
y penalizar conductas que las costumbres habían naturalizado (violencia doméstica,
violencia sexual y asedio sexual en el trabajo).
En Chile, el mayor número de leyes aprobadas se refieren a la familia y a la protección
de la maternidad en las mujeres trabajadoras. Algunas de ellas son las que regulan la
asignación familiar, pensiones alimenticias, filiación, regulación de visitas y tuición,
Tribunales de Familia, regímenes patrimoniales, violencia intrafamiliar,
amamantamiento, sala cuna, descanso dominical, test de embarazo, adopción y
subsidio maternal. La novedad ha sido la incorporación de los padres, tanto a la hora
del nacimiento o adopción, como en caso de enfermedad y en el postnatal parental
(por decisión de la madre).

En el ámbito del trabajo, destacan las leyes que mejoran las condiciones laborales de las
trabajadoras de casa particular (fuero maternal, permisos, salario, jornada laboral) y a las
trabajadoras del comercio, además de la Ley N° 20.348, que establece igualdad de
remuneraciones entre hombres y mujeres.
Las mujeres se han beneficiado por varias leyes vinculadas a
la educación, que las empoderan y ayudan a eliminar las
desigualdades. Ahí encontramos la educación parvularia
obligatoria, jornada escolar completa, los doce años de
educación obligatoria y el derecho a la educación de las
adolescentes embarazadas y madres adolescentes, además
de las leyes de Inclusión y la Gratuidad en la Educación
Superior.

30
Módulo I: Salud, género y derechos humanos
Otro grupo de leyes que ha generado gran impacto es el que penaliza la violencia
doméstica y sexual, así como el tráfico de personas y el acoso sexual en el trabajo, leyes
que han contribuido a modificar el clima cultural frente a esas conductas machistas.
La ratificación de la Convención Interamericana de Belém do Pará (1998) marca un hito y
un derrotero para continuar avanzando en el derecho de las mujeres a una vida sin
violencia.
Esta Convención señala en su artículo 4:
Toda mujer tiene derecho al reconocimiento, goce, ejercicio y protección de todos los
derechos humanos y a las libertades consagradas por los instrumentos regionales e
internacionales sobre derechos humanos. Estos derechos comprenden, entre otros:
a. El derecho a que se respete su vida.
b. El derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral.
c. El derecho a la libertad y a la seguridad personal.
d. El derecho a no ser sometida a torturas.
e. El derecho a que se respete la dignidad inherente a su persona y que se proteja a su
familia.
f. El derecho a igualdad de protección ante la ley y de la ley.
g. El derecho a un recurso sencillo y rápido ante los tribunales competentes, que la
ampare contra actos que violen sus derechos.
h. El derecho a libertad de asociación.
i. El derecho a la libertad de profesar la religión y las creencias propias dentro de la
ley.
j. El derecho a tener igualdad de acceso a las funciones públicas de su país y a participar
en los asuntos públicos, incluyendo la toma de decisiones.

El derecho a que “se respete su integridad física, psíquica y moral” implica que las
mujeres deben ser tratadas con respeto a su dignidad humana y no deben ser sometidas
a torturas, ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. La Comisión
Interamericana de Derechos Humanos señaló la existencia de un estrecho vínculo entre
el derecho a la integridad personal y el derecho a la salud, de tal modo que la provisión
de servicios adecuados y oportunos de salud es una de las medidas principales para
garantizar el derecho a la integridad personal de las mujeres.

31
Módulo I: Salud, género y derechos humanos
Es obligación del Estado hacer efectivos los derechos que ha reconocido a nivel
internacional y en su ordenamiento jurídico interno. Además, debe desarrollar políticas
y generar las condiciones necesarias para avanzar en esa dirección a través de sus
distintos organismos, haciendo uso de sus atribuciones y considerando la multiplicidad
de instrumentos y mecanismos que sean necesarios; respondiendo así a los nuevos
desafíos sociales y culturales a los que se enfrenta el país.
Con el propósito de fortalecer esta tarea, en 2015 el Gobierno de Chile creó el
Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género y el Servicio Nacional de la Mujer y la
Equidad de Género (Sernameg), mediante la promulgación de la Ley N° 20.620.

32
Módulo I: Salud, género y derechos humanos
El Minsal y la equidad de género en salud

Integrar un enfoque de equidad de género es de vital importancia para el Minsal y por eso
traspasa esta visión a su quehacer hacia la población chilena, los recursos humanos
sectoriales y el intersector. Incluso, se consideró expresamente la transversalización de
género en las Políticas de la Reforma en Salud (2000-2001).
La misión institucional del Minsal es:
“Fortalecer la Salud Pública y el Sistema Público de Salud con el objeto de avanzar
en más y mejor salud para las personas, abordar los determinantes sociales y
factores de riesgo de los problemas de salud más prevalentes, convocar al trabajo
intersectorial en la perspectiva de ‘salud en todas las políticas públicas’,
desarrollar e integrar las redes asistenciales para proveer servicios oportunos,
culturalmente pertinentes y de calidad, contemplando la promoción, prevención,
curación y rehabilitación, así como reducir sustantivamente las inequidades en
tanto acceso y resultados sanitarios, considerando la salud como un derecho
ciudadano”. (Gob.cl, 2017)

En 2006 el Minsal nombra una asesora ministerial de género y se constituye formalmente


la Comisión Ministerial de Género que durante ese año formula el Plan de Equidad de
Género del Ministerio de Salud 2006 – 2010, las Metas de Programación Gubernamental
anuales, y se hace cargo de los correspondientes PMG; todo ello con la amplia
participación de los equipos técnicos.
En el año 2007 se crearon Comisiones Regionales de Género conformadas por
representantes de Seremi, Direcciones de Servicios, Fonasa, y Superintendencia Salud
(donde tiene oficina).
Además se creó:
 El Consejo Consultivo de Género y Salud de las Mujeres del Minsal, que abrió la
participación de la sociedad civil en las políticas de salud y género. (2007).
 Se aprobó la Política de Violencia de Género del Minsal (2008).
 Se aprobó la Política de Equidad de Género en Salud del Minsal (2009-2010).

 Comenzó el funcionamiento de las Mesas de Género en las subsecretarías y,


actualmente también en el Gabinete Ministerial (A partir de 2017).

33
Módulo I: Salud, género y derechos humanos
Se creó la Unidad de Género Ministerial mediante Resolución exenta N° 136 (marzo 2015),
que tiene como objetivo “Lograr que todas las políticas, programas, documentos y
acciones del Ministerio de Salud incorporen una perspectiva de género y de derechos
humanos, es decir, que contribuyan a la igualdad y equidad entre mujeres y hombres, y a
la realización efectiva de los derechos en salud”. Esta Unidad ha articulado una red de
género en todo el Ministerio.

Principales hitos sobre salud y género

En la siguiente línea de tiempo se puede ver los principales hitos en la historia de políticas
y programas de salud de la mujer, salud sexual y salud reproductiva son los siguientes:

34
Módulo I: Salud, género y derechos humanos
1924-1939 1953-1973 1974-1989

1924: A través de la Ley 1953: Unificación del 1979: Política de


N° 4.054 se crea la Caja Sistema Nacional de Población (Odeplan).
del Seguro Obrero. Salud (SNS). 1987: Programa
1931: Se legaliza el 1966: Inicio de Plan de Nacional de Cáncer
aborto terapéutico. Regulación de la Cervicouterino.
Artículo 226 del Código Natalidad. 1989: Derogación del
Sanitario. 1967: Programa de artículo N° 119 del
1936: Se crea la Planificación Familiar y Código Sanitario, que
Sección Madre e Hijo Paternidad Responsable. regulaba el aborto
de la Caja del Seguro terapéutico
Obrero.
1939: Se crea “Consejo
Superior de Protección
a la Maternidad, a la
Infancia y a la
Adolescencia”.

35
Módulo I: Salud, género y derechos humanos

1990-1994 1995-2000 2001-2006

1990: Se crea la 1995. Programa Nacional 2002: Sistema de


Comisión Nacional del de Cáncer de Mama. Equidad de Género en el
SIDA (Conasida). Programa de
1997: Programa de Salud
Mejoramiento de la
1991: Programa de de la Mujer.
Gestión (Dipres).
Salud Materna y
2000: Ley N° 19.688.
Perinatal. 2003: Ley N° 19.874.
Derecho de las
Facilita la denuncia en
1994: Ley N° 19.325 estudiantes embarazadas
caso de atentados
de Violencia o que sean madres
sexuales y permite una
Intrafamiliar lactantes a acceder y
mejor investigación del
permanecer en los
delito.
establecimientos
educacionales de 2004: Ley N° 19.966.
cualquier nivel. Establece un régimen de
garantías en salud.
2005: Ley N° 20.066 de
Violencia Intrafamiliar,
modifica la Ley N°
19.325.
2006: Normas
Nacionales de
Regulación de la
Fertilidad.

36
Módulo I: Salud, género y derechos humanos
2007-2010 2011-2014 2014-2017

2007: Se crea el 2011: Orientaciones 2014: El Programa


Sistema Intersectorial técnicas para la atención Nacional de
de Protección Social e integral de mujeres que Inmunizaciones incorpora
Institucionaliza el presentan un aborto y la vacuna contra el Virus
Programa Chile Crece otras pérdidas del Papiloma Humano
Contigo. reproductivas. (VPH) y se administra a
2008: Política Nacional 2011: Ley N° 20.533. todas las niñas a contar
de Salud de Modifica el Código de los 9 años.
Adolescentes y Sanitario, con el objeto 2015: Los productos
Jóvenes. de facultar a las farmacéuticos que
2010: Ley Nº Ley matronas para recetar contengan el principio
20.480. Modifica el anticonceptivos. activo levonorgestrel se
Código Penal y la Ley 2012: Ley N° 20.584. venden sin receta médica.
de Violencia Regula los derechos y 2016: Guía Consejería en
Intrafamiliar, deberes que tienen las Salud Sexual y
sancionando el personas en relación con Reproductiva para
femicidio. acciones vinculadas a su adolescentes.
2010: Ley Nº 20.418. atención en salud. 2017: En
Fija normas sobre 2012: Ley N° 20.609. establecimientos de
Información, Establece medidas atención primaria se
Orientación y contra la discriminación incrementan a 254 los
Prestaciones en Espacios Amigables para
Materia de Regulación adolescentes.
de la Fertilidad. 2017: Ley Nº 21.030
sobre Interrupción
voluntaria del embarazo
en tres causales.

37
Módulo I: Salud, género y derechos humanos
Derechos sexuales y reproductivos
A través de diversos programas y políticas específicas, el Estado busca garantizar los
derechos sexuales y reproductivos de la población desde los años 60. Para lograr esto, el
Minsal formuló una Política de Planificación Familiar y luego estableció como una de las
dieciséis prioridades país la salud sexual y reproductiva. En 1991 creó el Programa de
Salud Materna y Perinatal, el cual fue modificado en 1997 y, que pronto se transformará
en un Programa de Salud Sexual y de Salud Reproductiva con enfoque de curso de vida.
Otras de las iniciativas que ejecutó el Minsal son:
 Se modificó la reglamentación sobre esterilización voluntaria que permite a las
mujeres esterilizarse sin otro requisito que su sola voluntad, además del acceso de
mujeres y hombres a la esterilización quirúrgica en los servicios públicos de salud.
 En el año 2000 se aprobó la Ley N° 19.688, que protege las estudiantes embarazadas y
madres, al asegurar su acceso y permanencia en el sistema escolar.
 En 2001, se aprobó la ley sobre VIH/SIDA. Actualmente, la garantía de salud asegura la
atención y tratamiento gratuito a todas las personas que viven con VIH/SIDA.
 En las Garantías Explícitas en Salud (Plan Auge) se incluyó la atención personalizada y
analgesia en el parto (2006), el tratamiento del cáncer cérvico uterino y de mamas
(2006), la depresión (2006), la atención dental de las mujeres embarazadas (2010) y la
protección especial a niñas y niños en caso de delitos sexuales (Ley 19617, modifica el
código penal, el código de procedimiento penal y otros cuerpos legales en materias
relativas al delito de violación 1999).
 En 2007 se aprobaron las Normas sobre Regulación de la Fertilidad, que incluyen la
anticoncepción de emergencia y su utilización en los casos de violación y el Programa
de Salud Integral para Adolescentes
 En 2010 se logró la aprobación de la Ley N° 20.418, que fija normas sobre información,
orientación y prestaciones en materia de regulación de la fertilidad, asegurando la
provisión de métodos anticonceptivos, incluida la anticoncepción de emergencia y la
educación sexual obligatoria en los establecimientos educacionales.
 En 2010 se aprobó una Política de Equidad de Género en Salud, que explicita el interés
por construir una sociedad más equitativa e inclusiva, considerando la dimensión de
género también en Salud.
 En 2012 se elaboró el Programa Nacional de Salud Integral de Adolescentes y se
fortaleció la estrategia de Espacios Amigables para adolescentes, que facilita el acceso
de la población de 10 a 19 años, al sistema de salud. Este programa se enfoca en la
calidad de la atención y las acciones de Salud Sexual y Reproductiva, de manera de
mejorar el acceso a consejería y uso de métodos anticonceptivos, además de generar
acciones preventivas en los establecimientos educacionales.
 Desde 2014 se incorpora al Programa Nacional de Inmunizaciones, la vacunación

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos
contra el Virus de Papiloma Humano. Esta iniciativa tiene por objetivo inocular a todas
las niñas que cursan 4º básico y 5º año básico, previniéndolas así de contraer cáncer
cérvico uterino.

Ley 21.030

El 23 de septiembre de 2017, el Estado Chileno publicó en el Diario Oficial la Ley N°


21.030, que despenaliza la interrupción voluntaria del embarazo en tres situaciones
extremas para la vida de las mujeres. Sin embargo su discusión no es reciente, en 1931 las
mujeres tenían la posibilidad de someterse a un aborto terapéutico, pero en la década de
los ochentas fue prohibido bajo cualquier circunstancia.
Esta Ley constituye un paso significativo en la historia de las políticas públicas del Estado
chileno para mejorar la salud reproductiva de las mujeres.
A continuación los y las invitamos a interiorizarse sobre el camino y los procesos previos a
la publicación de la Ley.

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos
Historia de la interrupción del embarazo en Chile

1931 – 1989: En Chile estaba permitido que una mujer se sometiera a un aborto por
motivos terapéuticos. La autorización, que fue incluida en el Código Sanitario bajo el
gobierno del Presidente Carlos Ibáñez del Campo, fue reforzada en 1968 bajo el gobierno
del Presidente Eduardo Frei Montalva. Las condiciones para ello eran contar con la
autorización de dos médicos cirujanos y tener por objeto fines terapéuticos.
1989: Bajo el gobierno de Augusto Pinochet, se eliminó esa tradición médico–jurídica al
modificarse el artículo N° 119 del Código Sanitario en los siguientes términos: “No podrá
ejecutarse ninguna acción destinada a provocar el aborto” (Artículo 119). Con esto, la
interrupción del embarazo quedó absolutamente prohibida, tanto en la legislación
sanitaria como en la penal.
2015- 2017: En 2015 la Presidenta Michelle Bachelet ingresa el proyecto de ley que
despenaliza la interrupción del embarazo en tres causales. En 2017, a través de la
promulgación de la Ley N° 21.030, se despenaliza la interrupción voluntaria del embarazo
en tres causales: gestación que coloque en riesgo vital a la mujer, embarazo con
diagnóstico de malformación congénita o adquirida incompatible con la vida extra uterina
de carácter letal, embarazo producto de violación.

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos
Durante la década de los 30, la mortalidad materna producto del aborto se convirtió en un
tema preocupante para el país, gracias al Movimiento Pro Emancipación de la Mujer
Chilena (Memch).

El Memch planteó la necesidad de contar con


métodos anticonceptivos y con reglamentos
adecuados para evitar el aborto clandestino y sus
consecuencias. En ese contexto, se dictó el Código
Sanitario que permitió la interrupción del
embarazo con fines terapéuticos. En 1952, con la
creación del Servicio Nacional de Salud, se instaló
la salud materno- infantil como prioridad de
atención en el sistema sanitario.
En 1967, bajo el gobierno del Presidente Eduardo Frei Montalva, el Ministerio de Salud
dictó la Política de Planificación Familiar, para disminuir la alta morbimortalidad por
aborto inseguro, incorporando las actividades de regulación de la fertilidad al Programa de
Salud materno-infantil; en ese mismo gobierno implementó el primer programa de
Educación Sexual en Chile, en el Ministerio de Educación, el programa “Vida Familiar y
Educación Sexual”.
Desde 1990 en adelante son variados los avances en materia de salud de las mujeres.

En 1997 el Programa de Salud materno-perinatal del Minsal pasó a ser el Programa de


Salud de la Mujer. Su objetivo es contribuir al desarrollo integral, físico, mental y
social de la mujer, en todas las etapas de su ciclo vital, con un enfoque de riesgo que
contempla la promoción, prevención, recuperación, rehabilitación y autocuidado de
su salud, con especial énfasis en la salud reproductiva.

A contar del año 2000, en el contexto de la reforma del sistema de salud, se consagra el
enfoque biopsicosocial, con servicios centrados en las personas, la integralidad y la
continuidad de los cuidados en la atención en salud.
Con la creación del Programa Chile Crece Contigo, en 2007, incorporado en la ley 20.379
(Sistema Intersectorial de Protección Social, 2009), se establece el acompañamiento
biopsicosocial a las mujeres gestantes desde el primer control de su gestación y acciones
específicas a niñas y niños vulnerables en sus controles en el sistema de salud, los que son
apoyados hasta que ingresan al sistema escolar. Se estableció, además, el acceso
preferente de las familias vulnerables a toda la red de servicios y prestaciones sociales del
Estado.

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos
El año 2006 se publicaron las Normas Nacionales sobre Regulación de la Fertilidad,
impugnadas ante el Tribunal Constitucional por incluir la anticoncepción de emergencia.
No obstante, el año 2010 se aprueba la Ley 20.418 que fijó las Normas sobre Información,
Orientación y Prestaciones en Materia de Regulación de la Fertilidad, asegurando el
acceso a todos los métodos modernos de anticoncepción, y legalizando el acceso a la
anticoncepción de emergencia.
Estas políticas sanitarias y los avances de la ciencia y el desarrollo científico, han permitido
que en el país se haya reducido la mortalidad por causa obstétrica, no obstante, los
abortos y pérdidas reproductivas que se siguen produciendo llevaron a la dictación de las
“Orientaciones técnicas para la atención integral de mujeres que presentan un aborto y
otras pérdidas reproductivas” (2011).
La ley Nº 21.030, al igual que las políticas públicas recién mencionadas, tiene por finalidad
resguardar los derechos de las mujeres, desde la niñez y adolescencia, ofreciendo una
adecuada protección para decidir sobre su vida, sobre su salud sexual y reproductiva,
atendiendo a sus necesidades, expectativas y derechos.
Con ello el Estado de Chile, además, cumple con la Convención sobre la Eliminación de
toda forma de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y diversos informes de Comités de
Derechos Humanos sobre el país lo venían recomendando1, en cuanto a reconocer este
derecho a las mujeres chilenas y ordenar la legislación nacional de acuerdo con los
estándares de derechos humanos universalmente reconocidos.

Apoyo ciudadano al proyecto de ley


Desde que se presentó el proyecto de ley y durante toda su tramitación, la opinión pública
nacional se expresó a favor de la iniciativa, con diferencias para cada una de las causales
entre los distintos grupos socio-económicos, religiones y edades. Sin embargo, la mayoría
reconoció el derecho de las mujeres a decidir.
En enero de 2017 se realizó la Encuesta Plaza Pública, Cadem N° 158, que contó con la
participación de 725 hombres y mujeres mayores de 18 años y cuyo margen de error fue
de +/- 3,6 puntos porcentuales al 95% de confianza.
Ante la pregunta ¿En su opinión, usted cree que la mujer debería tener derecho a hacerse
un aborto?
Del total de encuestados las respuestas fueron las siguientes:
Sólo bajo algunas circunstancias 57%
Bajo cualquier circunstancia 22%
Bajo ninguna circunstancia 19%
No sabe, no responde 2%

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos

Ante la pregunta ¿En cuáles circunstancias usted aprobaría el aborto? ¿Cuándo...? Las
respuestas positivas fueron:
La salud de la madre está en riesgo por el embarazo 76%
Existe una alta o total probabilidad que el feto no sobreviva 72%
La mujer ha quedado embarazada debido a una violación 71%
Es probable que el bebé nazca físicamente discapacitado 36%
Se tiene dificultades económicas y costaría mantener al nuevo hijo 20%

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos

Ante la pregunta general, ¿Ud. está de acuerdo o en desacuerdo con el proyecto del
gobierno que legaliza el aborto bajo 3 circunstancias específicas: inviabilidad del feto,
riesgo de salud de la madre y por violación?
Las respuestas fueron:

De acuerdo 71%
En desacuerdo 24%
Ni de acuerdo ni en desacuerdo 4%
No sabe, no responde 1%

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos

Proceso de aprobación de la Ley 21.030


Ingreso de Proyecto de Ley al Congreso
El 31 de enero de 2015 ingresó al Congreso Nacional el proyecto de ley que regula la
despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo (Boletín N° 9895-11),
elaborado conjuntamente por los Ministerios de la Mujer y la Equidad de Género, de
Salud, de Justicia y la Secretaría General de la Presidencia durante el año 2014,
consultando la evidencia internacional y acudiendo a numerosos especialistas del sector
público y privado de salud.

Primer Trámite Constitucional


El proyecto de Ley, en su Primer Trámite Constitucional fue discutido en la Comisión de
Salud, Comisión de Constitución, Legislación y Justicia y Comisión de Hacienda, de la
Cámara de Diputados. En cada una de estas comisiones se recibió la opinión de expertos,
expertas y de representantes de organizaciones de la sociedad civil. El 17 de marzo del
2016, se aprobó en general y particular.

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos

Segundo Trámite Constitucional


El proyecto de ley ingresó el 22 de marzo del 2016 a Segundo Trámite Constitucional en el
Senado. Pasó por las comisiones de Salud, Constitución, Legislación, Justicia y
Reglamento y a la Comisión de Hacienda. Se aprobó en general el 25 de enero de 2017 en
sala del Senado, desde donde volvió a las tres comisiones para discusión en particular,
terminando su votación el 19 de julio. Nuevamente se recibió los aportes de expertos y
expertas y de representantes de numerosas organizaciones de la sociedad civil. El
proyecto aprobado con modificaciones debió volver a la Cámara de Diputados, para la
aprobación de las enmiendas incorporadas las que se votaron 20 de julio, sin que todas
alcanzaran acuerdo suficiente.

Tercer Trámite Constitucional


Debido a los resultados de la votación del 20 de julio, el proyecto de ley pasó a una
comisión mixta, conformada por senadores y diputados, la que acordó un texto definitivo
que fue aprobado por el pleno de ambas salas el 2 de agosto. Entonces quedó en
condiciones de ser enviado a revisión al Tribunal Constitucional para la revisión de
constitucionalidad, que realiza con todas las leyes aprobadas en el Congreso. No obstante,
los días 8 y 28 de agosto fueron enviados dos Requerimientos de Inconstitucionalidad a este
Tribunal Constitucional, patrocinados por un grupo de diputados y un grupo de
senadores.

Cuarto Trámite Constitucional


El día 7 de septiembre el Tribunal Constitucional emitió su fallo, en el que rechazó la
impugnación por inconstitucional del proyecto en su conjunto y aceptó el requerimiento
relativo a la objeción de conciencia para practicar una interrupción voluntaria del
embarazo en las causales consideradas en la ley. El Tribunal Constitucional abrió el
debate a través de audiencias públicas en las que 132 organizaciones argumentaron a
favor y en contra de la ley aprobada

Promulgación de la Ley N° 21.030


Luego de recibir el fallo del Tribunal Constitucional, la Cámara de Diputados envió la
versión definitiva de la Ley a la Presidencia de la República para su promulgación. Esta se
realizó el día 14 de septiembre en el Palacio de la Moneda con la presencia de
autoridades políticas y sociales y antes cientos de mujeres que habían luchado por
obtener esta ley.

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos
Itinerario del proyecto de ley
En la siguiente tabla podrás conocer en detalle el itinerario del proyecto de ley:

Cámara de Diputados 31 de Enero 2015


Comisión de Salud
Comisión de Constitución
Comisión de Hacienda
Primer Sala Pleno Cámara de Diputados 17 de marzo 2016
Trámite
Cámara del Senado
Comisión de Salud
Comisión de Constitución
Comisión de Hacienda
Segundo Sala Pleno Cámara del Senado 19 de julio 2017
Trámite
Comisión Mixta 2 de agosto 2017
Tercer trámite Pleno de ambas cámaras 2 de agosto 2017
Cuarto Tribunal Constitucional 7 de septiembre 2017
Trámite
Despacho de Cámara de Diputados 11 de septiembre 2017
la Ley
Promulgación Presidenta de la República 14 de septiembre 2017
Ley
Publicación Diario Oficial 23 de septiembre 2017
Una vez publicada la ley, el Ministerio de Salud elaboró un Reglamento de las Prestaciones
incluidas en el programa de acompañamiento y materias afines de la ley N° 21.030, que
fue aprobado por la Contraloría General de la República, y dictó un Protocolo para la
Manifestación objeción de conciencia personal y para la objeción de conciencia invocada
por instituciones en el marco de lo dispuesto en el artículo 119 ter del Código Sanitario.
Paralelamente, elaboró, con la participación de las Sociedades Científicas pertinentes, una
Norma Técnica Nacional “Acompañamiento y atención integral a la mujer que se
encuentra en alguna de las tres causales que regula la ley 21.030”, que no sólo regula al
sistema público y privado de salud, sino que además el acceso y calidad técnica de las
acciones definidas en la ley.

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos
Esta norma garantiza que todas las prestaciones a las que tienes derecho las mujeres que
habitan en Chile y que se encuentren en alguna de estas situaciones específicas sean
entregadas de acuerdo a un estándar se seguridad, calidad y oportunidad, tanto en lo
psicosocial como en lo biomédico. Dialoga y se apoya en otras Normas y Orientaciones
Técnicas del Minsal, referidas a acciones y otras situaciones específicas relacionadas con
esta norma.
La implementación de la ley, en el sentido de la exigibilidad de los derechos establecidos
en ella, se inició a nivel de toda la red de Salud con fecha 22 de diciembre. Asimismo, ha
significado el fortalecimiento de las capacidades del Sistema Público de Salud a través de
la red de salud materno-fetal a lo largo de todo Chile (policlínicos de alto riesgo obstétrico,
ARO).

El fallo del Tribunal Constitucional


El Tribunal Constitucional, por mayoría de 6 votos contra 4, estimó que el proyecto que
despenaliza la interrupción del embarazo en tres causales se ajusta a la Constitución,
desestimando el requerimiento formulado.
El fallo señala explícitamente que toda mujer tiene la autonomía para decidir si
interrumpe o continúa con su embarazo, ante alguna de las tres causales que aborda el
proyecto de ley.

Para determinar la constitucionalidad de la despenalización de la interrupción del


embarazo, el Tribunal Constitucional reconoce la relevancia de los derechos de la
mujer. Enfatiza que “la mujer es persona; como tal sujeto de derecho. Por lo mismo,
tiene derechos y puede adquirir obligaciones”. Más aún, el voto de mayoría reconoce
que “la mujer no es un medio”, y por lo tanto, “la madre no puede ser considerada
como un instrumento utilitario de protección del no nacido”, reconociendo
expresamente los derechos de las mujeres.
Con respecto a la preeminencia de la voluntad de la mujer para la interrupción voluntaria
del embarazo, el fallo señala “La Constitución garantiza el pluralismo organizativo y de
ideas. Eso impide que se pueda imponer un modelo determinado de pensamiento, de
moral, propio de organizaciones, de una o más personas, al resto de la sociedad”. “(…) no
es una decisión impuesta por el Estado, si no que recae en la decisión de la mujer y del
equipo médico encargado”.
El Tribunal establece que el que está por nacer no tiene la calidad jurídica de persona, que
ello no obsta a que sea un bien jurídico de la mayor relevancia que debe ser protegido,
pero tal protección tiene como límite el derecho de la mujer. Así da por superado el
conflicto interpretativo presentado por los requirentes.
En lo que respecta a la objeción de conciencia, el organismo acogió los requerimientos por
ocho votos contra dos. El voto de mayoría señala que la objeción de conciencia puede ser
planteada legítimamente por sujetos jurídicos o asociaciones privadas, en este caso, con

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Módulo I: Salud, género y derechos humanos
arreglo a la autonomía constitucional que a los grupos intermedios, incluidas instituciones
religiosas y establecimientos educacionales.
El requerimiento aceptado modificó el derecho a la objeción de conciencia establecida
originalmente sólo para el médico cirujano que realiza la interrupción del embarazo en el
pabellón, ampliándola al equipo profesional que participe en dicha interrupción. Al mismo
tiempo, estableció que una institución podrá invocar la objeción de conciencia.

Con este último tema hemos terminado la segunda Unidad del Primer Módulo, en el que
revisamos los derechos de la mujer y su relación con la Salud.
A continuación, los y las invitamos a realizar la primera evaluación del curso y a comenzar
con el segundo módulo.

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