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Derechos Humanos de los Pueblos y Comunidades Indígenas

Módulo 2. Transversalidad de los Enfoques de Género y Derechos Humanos

Principio de igualdad y no discriminación

Dentro del marco constitucional, el principio de igualdad se encuentra contemplado en el


artículo 1.° constitucional, el cual señala que en México, todas las personas gozarán de los
derechos humanos reconocidos en ella y en los instrumentos internacionales de los que el Estado
mexicano sea parte, así como las garantías para su protección. Las normas relativas a los derechos
humanos se interpretarán de conformidad con la Constitución y los tratados internacionales de la
materia para otorgar en todo tiempo a las personas la protección más amplia.

Nogueira (2006) señala:

El principio de igualdad parte en el nivel de conciencia jurídica actual de la


humanidad de la igual dignidad de toda persona humana, lo cual es sostenido
tanto por las declaraciones y tratados internacionales en materia de derechos
humanos, como por el texto de las constituciones contemporáneas posteriores
a la Segunda Guerra Mundial, constituyendo la igual dignidad de toda persona
el fundamento de todos los derechos fundamentales, del orden constitucional,
como asimismo constituye un principio de ius cogens en el ámbito del derecho
internacional (p. 3).

Para saber más…

La expresión ius cogens significa “derecho común obligatorio”, “derecho impositivo” o


“derecho necesario”. Si desea saber más sobre la misma, revise el siguiente enlace: ius
cogens

Considerar el principio de igualdad hace referencia a que todas las personas, incluidas las
integrantes de pueblos y comunidades indígenas, tienen los mismos derechos y obligaciones,
deben tener acceso en igualdad de condiciones a un trato digno, así como a una igualdad de
oportunidades en todos los ámbitos públicos y privados y en todos los espacios de la vida social,
política, cultural, etcétera.

1
Carbonell (2003) señala:

El derecho a la igualdad, como el resto de los derechos reconocidos en la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, encuentra su fundamento
último en la dignidad de la persona humana. Ahora bien, el que todo ser humano
tenga derecho a ser tratado de la misma manera, en circunstancias similares,
implica, respecto del Estado garante, el deber jurídico correlativo, por parte de
las autoridades que lo integran, consistente en la ausencia total de cualquier
clase de tratos discriminatorios o inequitativos que atenten contra la dignidad
humana (p. 7).

El principio de igualdad en la aplicación de la


ley consiste en el mandato de que los poderes
Ejecutivo y Judicial den un trato igual. Pero el
principio de igualdad ante la ley también es un
mandato dirigido a las instancias legislativas
para que no establezcan en los textos legales
diferencias no razonables o no justificadas para
personas que se encuentran en la misma situación
o para que no se regule, de la misma manera y de
forma injustificada, a personas que se encuentran
Johnson, G. (2017). Principio de igualdad en circunstancias desiguales. El término igualdad
[ilustración]. Tomada de http://bit.ly/2p82f7L significa ser titulares de los mismos derechos y
obligaciones.

Toda esta fundamentación jurídica posibilita a los organismos protectores de derechos humanos
considerar como exigencia ética la observancia y respeto en el orden jurídico mexicano del
principio de igualdad y no discriminación.

Además, el citado artículo 1.° constitucional contempla también la prohibición de discriminación:


“Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, género, edad,
discapacidades, condición social, condiciones de salud, religión, opiniones, preferencias sexuales,
estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o
menoscabar los derechos y libertades de las personas” (SCJN, 2011). No obstante, deja abierta
a cualquier causa que pueda resultar un atentado a la dignidad humana, así como anular o
menoscabar el acceso a derechos y libertades en las personas; de manera manifiesta, considera
al género como una razón que puede ser objeto de discriminación. Asimismo, el artículo 29
constitucional, en su segundo párrafo, dispone que aún en estado de excepción, el derecho a la
no discriminación no se puede restringir ni suspender.

2
Para reforzar la protección internacional de los derechos humanos, en junio de 2011 el Poder
Legislativo realizó una reforma constitucional al artículo 133 donde se reconocen y protegen
en bloque los derechos humanos, incluidos los derechos humanos de las mujeres y los pueblos
y comunidades indígenas, contenidos en todos los tratados internacionales en que el Estado
mexicano ha sido parte y ha ratificado (SCJN, 2011).

Esa normatividad establece de manera expresa


que las autoridades, en el ámbito de sus
competencias, “tienen la obligación de promover,
respetar, proteger y garantizar los derechos
humanos de conformidad con los principios de
universalidad, interdependencia, indivisibilidad y
progresividad” (Carbonell, 2016).

De manera específica, esa modificación al marco


constitucional en México refiere que las normas Fernández, L. (s. f.). Garantizar los derechos humanos de
relativas a los derechos humanos se interpretarán las comunidades y los pueblos indígenas [fotografía]
de conformidad con la Constitución y los tratados
internacionales en la materia para dar reconocimiento a la progresividad de los derechos humanos
mediante el principio propersona en la aplicación de las normas jurídicas que favorezcan y
brinden mayor protección. Por lo tanto, el Estado Mexicano deberá prevenir, investigar, sancionar
y reparar las violaciones a los derechos humanos en los términos que establezca la ley.

Los hechos de discriminación vulneran derechos humanos y libertades fundamentales, a pesar


de las legislaciones nacionales e internacionales para su protección y defensa; con ello, se limita
el acceso en igualdad de oportunidades a las personas que los enfrentan. Por lo anterior, los
organismos de protección y defensa no jurisdiccionales instan a las autoridades gubernamentales
a la observancia y cumplimiento de toda la normatividad que haga vigente el principio de no
discriminación para las poblaciones indígenas.

La discriminación es un fenómeno social y político; consiste en dar un trato de inferioridad a una


persona o grupo, seleccionar mediante la exclusión. Dentro del tema principal de este curso,
por ejemplo, una persona discrimina a otra cuando la considera inferior por ser indígena o tener
alguna discapacidad.

La discriminación es una conducta sistemática y socialmente extendida de desprecio


contra una persona o grupo de personas sobre la base de un prejuicio o estigma, y que tiene
por efecto intencional o no dañar derechos y libertades fundamentales. Cuando el desprecio
sistemático hacia un grupo estigmatizado pasa a los hechos, se alimenta y reproduce una forma
de desigualdad específica. También los espacios de salud, educativos y laborales se han vuelto
centrales cuando se genera una discriminación estructural.

En suma, la discriminación es un mecanismo estructural de exclusión social, una conducta


sistemática culturalmente estandarizada de desprecio social hacia una persona o grupo de
personas, debido a su pertenencia a un colectivo al que se le ha adherido un estigma social; como
efecto, se excluye a sus miembros de los principales circuitos de derechos y de ese bienestar y
desarrollo como parte de la sociedad.

3
En este sentido, la discriminación utiliza una metodología que se sostiene mediante prejuicios,
estereotipos y formas de estigmatización; con ello, lacera la dignidad de las personas y deteriora la
convivencia. Es decir, toda forma de discriminación significa una limitación injusta en cuanto a las
libertades y protecciones fundamentales de las personas y, en ocasiones, limita la participación
social y política, sobre todo el acceso a un sistema de bienes adecuado a las necesidades de la
población. El desprecio sistemático hacia un grupo estigmatizado se concreta en hechos, se
alimenta y reproduce a partir de una forma de desigualdad específica.

Algunas de esas formas específicas tienen consecuencias, como el deterioro de la convivencia de


las personas y la limitación de su desarrollo humano y del disfrute de sus derechos fundamentales;
reproduce la desigualdad, dificulta las relaciones democráticas y daña la dignidad de las personas.

En el ámbito internacional, el término discriminación aparece como norma por vez primera en
1958, dentro del Convenio relativo a la Discriminación en Materia de Empleo y Ocupación, donde
se definió como cualquier distinción, exclusión o preferencia basada en motivos de raza, color,
sexo, religión, opinión política, ascendencia nacional u origen social que tenga por efecto anular
o alterar la igualdad de oportunidades o de trato en el empleo y la ocupación.

En esta consideración, destacan tres elementos fundamentales:

Que la discriminación la constituye un acto u omisión que distingue, excluye o da un


trato diferente a una persona o grupo de personas.

Que este tipo de acciones u omisiones está motivado por alguna condición específica
de la persona.

Que el resultado de dicho acto u omisión es que la persona reciba un trato diferente,
es decir, se produzca una anulación o menoscabo en el reconocimiento, goce o
ejercicio de los derechos humanos y libertades fundamentales de las personas que
padecen el fenómeno de la discriminación.

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A pesar de que varía en relación con los grupos a que va dirigida la discriminación, esta estructura
es adoptada en otros instrumentos internacionales como la Convención Internacional sobre la
Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, la Convención sobre la Eliminación de
todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer y la Declaración sobre la Eliminación de Todas
las Formas de Intolerancia y Discriminación Fundadas en la Religión o Convicciones.

Por parte del deber ser, en el ámbito formal, ninguna persona debe ser discriminada por
pertenecer a un grupo indígena, por razones de género (ser mujer), edad (ser adulta mayor),
padecer alguna discapacidad, condición social y de salud, religión, opiniones, estado civil o
cualquier otra que atente contra la dignidad humana.

La Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, en su artículo 1.°, define a la discriminación
como toda distinción, exclusión, restricción o preferencia que, por acción u omisión, con intención
o sin ella, no sea objetiva, racional ni proporcional y tenga como objeto o resultado obstaculizar,
restringir, impedir, menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos
humanos y libertades, cuando se base en uno o más de los siguientes motivos: origen étnico o
nacional, color de piel, cultura, sexo, género, edad, discapacidades, condición social, económica,
de salud o jurídica, religión, apariencia física, características genéticas, situación migratoria,
embarazo, lengua, opiniones, preferencias sexuales, identidad o filiación política, estado civil,
situación familiar, responsabilidades familiares, idioma, antecedentes penales o cualquier otro
motivo.

Medidas de nivelación Medidas de inclusión Acciones afirmativas

Artículo 15 Ter Artículo 15 Quintus Artículo 15 Séptimus

Las medidas de nivelación son Las medidas de inclusión son Las acciones afirmativas son las
aquéllas que buscan hacer aquellas disposiciones, de medidas especiales, específicas
efectivo el acceso de todas carácter preventivo o correctivo, y de carácter temporal a favor de
las personas a la igualdad cuyo objeto es eliminar personas o grupos en situación
real de oportunidades al mecanismos de exclusión o de discriminación, cuyo objetivo
eliminar las barreras físicas, diferenciaciones desventajosas es corregir situaciones patentes
comunicacionales, normativas para que todas las personas de desigualdad en el disfrute o
o de otro tipo que obstaculizan gocen y ejerzan sus derechos en ejercicio de derechos y libertades,
el ejercicio de derechos y igualdad de trato. aplicables mientras subsistan
libertades, prioritariamente a las dichas situaciones. Se adecuarán a
mujeres y grupos en situación de la situación que quiera remediarse,
discriminación o vulnerabilidad. deberán ser legítimas y respetar
los principios de justicia y
proporcionalidad.

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En ella se establecen medidas para prevenir la discriminación, de nivelación, de inclusión,
acciones afirmativas y procedimientos específicos para investigar y sancionar la práctica de
conductas discriminatorias.

Al contrastar la normatividad con las prácticas jurídicas y sociales que se despliegan en la sociedad
mexicana, se debe partir de la existencia de un orden social enfocado al respeto, igualdad de
oportunidades y reconocimiento de las diferencias. Por tales razones, el derecho humano a la
igualdad va siempre aparejado al de no discriminación, de manera que es posible evaluar si existe
igualdad en la medida que no existe ningún tipo de discriminación. En general, la discriminación
debe ser combatida y erradicada como parte de una concepción fundamental de justicia.

Entonces, una sociedad igualitaria y justa será aquélla donde no existan o no sean significativos
los tratos de desprecio hacia grupos por razón de origen étnico, origen nacional, en razón del
género, edad, discapacidad física o mental, condición social, condiciones de salud, religión,
orientación sexual, estado civil, entre otros. El reconocimiento de las diferencias y la convivencia
en la diversidad son elementos fundamentales en la construcción de un orden democrático de
calidad.

La sociedad mexicana es heterogénea; por ello, debe fomentar una cultura de igualdad y respetar
el derecho a la no discriminación, enfocada en los principios de igualdad de oportunidades y el
reconocimiento de las diferencias.
La propuesta de utilizar una dimensión
intercultural de los derechos humanos tiene
como punto de partida comprobar que no se
toleran prácticas que vulneran los derechos de los
pueblos indígenas ya que, en sentido contrario,
la discriminación, selectividad y omisión en el
ejercicio de la autoridad atentan siempre contra
el valor de la equidad social inherente a toda
democracia.

Por ello, la CNDH se ha dado a la tarea de proteger


la cultura y los derechos indígenas como ejes
Urdapilleta, A. (s. f.). Protección de la cultura
de sus atribuciones al estar consciente que la
y los derechos indígenas [fotografía] situación de marginación de los pueblos indígenas
facilita situaciones de racismo, discriminación
racial e intolerancia contra las personas indígenas
y sus pueblos y comunidades.

En un escenario donde se deben proteger los derechos colectivos de las comunidades indígenas
y sus construcciones culturales, no sólo es indispensable contar con mecanismos jurídicos, sino
resolver de formas alternativas la conflictividad interna que pone en juego su identidad, usos y
costumbres.

Por ejemplo, dentro de los sistemas de procuración y administración de justicia existen diversas
formas de discriminación contra las personas indígenas que les ubican en una posición de
desventaja frente a los demás ciudadanos del país. Las consideraciones que hace la ley para su
aplicación a las personas indígenas equivale a definirlas siempre como ignorantes, atrasados y en
situación permanente de miseria. 6
Entre los obstáculos que enfrenta la población indígena está el factor del lenguaje. Aunque por
ley se establece la necesidad de una persona intérprete o traductora, no siempre se cumple este
requisito. Por ejemplo, en el caso de las personas indígenas en prisión, el desconocimiento del
idioma español o su conocimiento somero influye en la imposibilidad para reclamar sus derechos
en los juicios y el cumplimiento de sus sentencias.

Dentro de los sistemas jurídicos indígenas, el derecho consuetudinario es un modelo diferente


al modelo occidental del derecho positivo; por ello, parte de que la indefensión de la persona
indígena se sustenta en la falta de entendimiento del procedimiento y los mecanismos de
administración de justicia. En la conciliación indígena, la palabra refuerza la identidad y sentido
de la pertenencia a un grupo étnico específico.

En general, la problemática de la marginación que viven los pueblos indígenas sólo puede
entenderse a la luz de la discriminación racial, el racismo y las diferentes formas de intolerancia
que enfrentan. Históricamente, estas formas de exclusión han estado presentes en las políticas
públicas dirigidas a los pueblos indígenas; por ello, es necesario diseñar políticas que escuchen
sus voces y demandas para no continuar marginando y discriminando a través de la exclusión en
la elaboración de directrices políticas que no toman en consideración su diversidad e identidad
cultural.

Fernández, L. (s. f.). Marginación de las comunidades y pueblos indígenas [fotografía]

Aunque la legislación es clara en cuanto al reconocimiento de los derechos de los pueblos


indígenas a ser tratados con equidad e igualdad, aún persisten algunas actitudes racistas,
incluso en forma de lenguaje cotidiano. Incluso, se presentan hechos que además de constituir
violaciones a derechos humanos, puede tipificarse como delito.

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El Código Penal Federal, en su artículo 149 Ter, señala que se aplicará sanción
de uno a tres años de prisión o 150 a 300 días de trabajo comunitario y hasta
200 días de multa a quien, por razones de origen o pertenencia étnica o
nacional, raza, color de piel, lengua, género, sexo, preferencia sexual, edad,
estado civil, origen nacional o social, condición social o económica, condición
de salud, embarazo, opiniones políticas o de cualquier otra índole, atente
contra la dignidad humana o anule o menoscabe los derechos y libertades de
las personas mediante la realización de cualquiera de las siguientes conductas:

1. Negar a una persona un servicio o prestación a que tenga derecho.


2. Negar o restringir derechos laborales, principalmente por razón de género
o embarazo, o limitar un servicio de salud, principalmente a la mujer en
relación con el embarazo.
3. Negar o restringir derechos educativos.

A las personas servidoras públicas que, por las razones previstas en el primer
párrafo de este artículo, nieguen o retarden a una persona un trámite, servicio
o prestación a que tenga derecho, se les aumentará en una mitad la pena
prevista en el primer párrafo del presente artículo y, además, se les impondrá
destitución e inhabilitación para el desempeño de cualquier cargo, empleo o
comisión públicos por el mismo lapso de la privación de la libertad impuesta.

No menos importante es la posibilidad de


analizar la situación que prevalece respecto al
derecho a la igualdad entre mujeres y hombres
en las comunidades indígenas, lo cual supone la
eliminación de toda forma de discriminación en
cualquiera de los ámbitos de la vida social, civil y
política.

La discriminación por género se da con base en


patrones socioculturales, prejuicios, prácticas
discriminatorias y estereotipadas en todos los
niveles sociales, institucionales, familiares y
personales. Incluye mecanismos de subordinación
que se reflejan en el sexismo y la homofobia. Se
funda en la supremacía del género masculino a
partir de supuestos construidos con base en las
diferencias biológicas e identidades de género
Fernández, L. (2005). Discriminación
por género [fotografía]

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que legitiman normas y valores a través de las cuales, por la condición de ser mujeres, se justifican
y legitiman abusos e injusticias que vulneran el principio de igualdad y la dignidad de las mujeres
como sujetos jurídicos.

La discriminación por género es también una forma de desigualdad y violencia que se presenta
en todas las esferas: política, social, económica y cultural, así como en los ámbitos ejecutivo,
legislativo y judicial. Cuando la realizan personas funcionarias de los tres órdenes de gobierno,
vulneran derechos humanos, especialmente el derecho a la igualdad y a la no discriminación.

Fernández, L. (s. f.). Igualdad entre hombres y mujeres [fotografía]

Por ello, el Estado Mexicano debe garantizar el acceso a una vida libre de violencia y sin
discriminación; para ello, debe eliminar todas las formas de desigualdad. La Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos reconoce el derecho a la igualdad entre mujeres y hombres como
derecho fundamental; constituye un principio jurídico universal. De esta manera, la igualdad entre
mujeres y hombres supone el pleno y universal derecho al disfrute de una ciudadanía política,
civil y social. Lo anterior no significa que mujeres y hombres deban convertirse en iguales, sino
que sus derechos, responsabilidades y oportunidades se consideren, valoren y promuevan de
igual manera.

Para el logro de la igualdad real y sustancial, es decir, plena y efectiva entre mujeres y hombres,
se requiere igualdad de oportunidades que promuevan la justicia social y la dignidad de las
personas; por ello, se debe promover especialmente la igualdad entre mujeres y hombres como
parte integral de los derechos humanos, lo cual implica desarrollar acciones dentro de políticas
de igualdad y la eliminación de toda forma de discriminación a través del respeto a las garantías y
los derechos fundamentales en el ordenamiento jurídico mexicano.

Por su parte la CNDH, como lo contempla la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y
Hombres en su artículo 22, es la encargada de la observancia de la política nacional en materia
de igualdad entre mujeres y hombres. Por ello, debe defender, promover, proteger y difundir,
desde una perspectiva de género y derechos humanos, el derecho a la igualdad, justicia y no

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discriminación, entre otros, para alcanzar una igualdad sustantiva. Para ello, debe realizar el
seguimiento, evaluación y monitoreo de esa política de igualdad en las dependencias de la
Administración Pública Federal para que implementen mecanismos de denuncia y sancionen la
discriminación por género.

Cambiar los hechos de discriminación de género conlleva componentes de derechos y


obligaciones. Requiere reconocer que la discriminación de género es estructural, una
mezcla de violencia de género y violencia social que afecta específicamente a las mujeres
y se da a través de medidas, procedimientos, acciones o disposiciones legales que, si bien
aparentan ser genéricamente neutras o tener una justificación aparente, conllevan a acciones
y comportamientos adversos y desproporcionados como la invisibilización, naturalización,
insensibilización, encubrimiento y desvalorización de las diferentes formas de violencia que
enfrentan las mujeres.

Específicamente la discriminación y la inequidad que viven las mujeres de las comunidades


indígenas, así como la multiplicidad de condiciones de opresión que las caracterizan, manifiestan
la falta de respeto a su dignidad como personas, es decir, constituyen violaciones sistemáticas a
sus derechos. El Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2016 refiere:

Las condiciones de desventaja históricas de las mujeres indígenas, por ejemplo,


son tan grandes en comparación con otros grupos sociales (hombres no indígenas)
que la política de pisos firmes, becas para educación básica, menor hacinamiento
o acceso al Seguro Popular serán insuficientes para ver en veinte años a una niña
indígena compitiendo en igualdad de circunstancias con los jóvenes que hoy
tienen acceso a las mejores escuelas del país en zonas urbanas con todos los
servicios (Coneval, 2017, p. 19).

Durante la segunda mitad del siglo XX, la


conciencia sobre la necesidad de superar la
discriminación contra las mujeres ha producido
significativos avances en el ámbito legislativo
internacional. La Declaración Universal de los
Derechos Humanos de las Naciones Unidas en
1948 proclama que su contenido se aplica a todos
los seres humanos de manera incondicional y
sin distingo alguno de raza, color, sexo o idioma.
Fernández, L. (s. f.). Igualdad en la educación [fotografía] Los derechos que ahí se establecen encuentran
una implementación efectiva en instrumentos
internacionales posteriores, como los pactos
internacionales de derechos civiles, políticos,
de derechos económicos, sociales y culturales
de la ONU. La Convención para la Eliminación
de Todas las Formas de Discriminación contra la
Mujer (CEDAW) constituye el instrumento jurídico

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de mayor relevancia sobre los derechos humanos de las mujeres, ya que reconoce los derechos
civiles, políticos, sociales y culturales; además, propone lineamientos para la eliminación de todas
las formas de discriminación contra las mujeres e incluye aspectos sobre la igualdad entre mujeres
y hombres en educación, empleo, salud, participación política, toma de decisiones, relaciones
matrimoniales y familiares, mujeres rurales e igualdad ante la ley.

Fernández, L. (s. f.). Eliminación de todas las formas de discriminación entre hombres y mujeres [fotografía]

Al ratificar la CEDAW, México se comprometió a que en todas las esferas, particularmente la


política, social, económica y cultural, “se lleven a cabo todas las medidas convenientes, incluso
las de carácter legislativo, para asegurar el pleno desarrollo y el adelanto de la mujer, con objeto
de garantizarle el ejercicio y el goce de los derechos humanos y las libertades fundamentales en
igualdad de condiciones con el hombre” (ONU, s. f.).

Concretamente en su artículo 1.°, la CEDAW señala:

A los efectos de la presente Convención, la expresión discriminación contra la mujer


denotará toda distinción, exclusión o restricción basada en el sexo que tenga por
objeto o resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por
la mujer, independientemente de su estado civil, sobre la base de la igualdad del
hombre y la mujer, de los derechos humanos y las libertades fundamentales en las
esferas política, económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera (1979,
p. 2).

Este principio de no discriminación es un principio general de los derechos humanos.

El principio de intervención o responsabilidad estatal está contenido en los artículos 2.° al


16, y establece que el Estado está obligado a adoptar medidas para eliminar la discriminación en
todas las esferas de la vida de las mujeres; permite medidas transitorias de “acción afirmativa”;
reconoce el papel de la cultura y las tradiciones en el mantenimiento de la discriminación contra

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las mujeres y obliga a los Estados a eliminar los estereotipos en los roles de hombres y mujeres.
Asimismo, cuando define la discriminación, establece los conceptos de igualdad sustantiva y
resultados; fortalece el concepto de indivisibilidad de los derechos humanos y obliga al Estado a
reconocer, proteger y garantizar los derechos de las mujeres.

Esta convención y su comité han sido claves en el proceso de construir el concepto de igualdad
como un derecho humano conformado por tres principios:

Principio de Principio de
Principio de no
responsabilidad igualdad de
discriminación
estatal resultados
o igualdad
substantiva

Los avances que en México se han llevado a cabo en el marco jurídico para proteger el derecho
a la igualdad se han introducido a través de una armonización legislativa sobre el principio de
igualdad y no discriminación.

Ante ese marco jurídico internacional, los derechos de las mujeres están planteando nuevas
exigencias y nuevos valores al buscar que en el Estado de Derecho funcione realmente un
sistema de garantías para hacer efectivos sus derechos humanos, pero a partir de que se avalen
las condiciones para su ejercicio, las cuales no deben depender de la buena voluntad de quienes
los proclaman ni de la buena disposición de quienes presiden los medios para protegerlos, sino
de actos de justicia y seguridad.

Los avances llevados a cabo en el marco jurídico mexicano para proteger el derecho a la igualdad
se han introducido a través de una armonización legislativa sobre el principio de igualdad y no
discriminación, así como con la promulgación de la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y
Hombres, la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y la Ley Federal
para Prevenir y Eliminar la Discriminación, entre otras, así como diversas disposiciones que se
relacionan con la temática. Con ello, se ha cumplido en el ámbito formal para la protección del
derecho a la igualdad y no discriminación.

En este sentido, la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres en México contempla
en sus artículos 1.°, 2.° y 6.° respectivamente:

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Artículo 1.° Artículo 2.° Artículo 6.°

La presente ley tiene por objeto Son principios rectores de La igualdad entre mujeres y hombres
regular y garantizar la igualdad la presente ley: igualdad, no implica la eliminación de toda forma
entre mujeres y hombres y discriminación, equidad y de discriminación en cualquiera de
proponer los lineamientos y todos aquéllos contenidos en los ámbitos de la vida, que se genere
mecanismos institucionales la Constitución Política de los por pertenecer a cualquier sexo.
que orienten a la nación hacia Estados Unidos Mexicanos.
el cumplimiento de la igualdad
sustantiva en los ámbitos
público y privado, promoviendo
el empoderamiento de las
mujeres. Sus disposiciones son
de orden público e interés social
y de observancia general en todo
el territorio nacional.

¡Importante!
El empoderamiento tiene que ver con procesos que vayan dotando de
recursos –materiales y simbólicos– y alimentando de fuentes internas de poder
a varios niveles. Tiene que ver con una capacidad, una facultad para hacer y
transformar. Para empoderarnos tenemos que deconstruir las subordinaciones
interiorizadas. Es desarrollar la capacidad crítica, de cuestionamiento, de
autorreconocimiento y reconocimiento en los otros (García, 2004, p. 45).

Es decir, el hecho de que una persona esté empoderada quiere decir, entre otras cosas, que conoce
sus derechos y los mecanismos e instancias para hacerlos valer, participa como ciudadana, toma
decisiones en aquellas situaciones que regulan su comportamiento y realiza acciones a favor de
su persona y de su sociedad, deja de estar en una situación de vulnerabilidad y se convierte en
sujeta plena de derechos.

El derecho a vivir libre de violencia, como parte de los derechos humanos, obliga al Estado
Mexicano a observar y garantizar el derecho a la igualdad, toda vez que el reconocimiento de los
mismos derechos para mujeres y hombres implica romper con las diversas formas de violencia y
desigualdad: discriminación salarial; mayor desempleo femenino; la todavía escasa presencia de
las mujeres en puestos de responsabilidad política, social y económica; problemas de conciliación
entre la vida personal laboral y familiar; obstáculos en el acceso al derecho humano a la salud;
contenidos sexistas en los programas educativos; etcétera.

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Fernández, L. (s. f.). Centro de salud [fotografía] Fernández, L. (s. f.). Derecho a la salud [fotografía]

La CNDH está consciente de que no basta la existencia de leyes y políticas públicas para la
igualdad jurídica o formal, que continúa la falta de equidad en su aplicación y que aún es
necesario implementar mecanismos que prohíban la discriminación y propicien un trato igual y
equitativo entre hombres y mujeres.

Fernández Castro, L. (s. f.). Principio de igualdad [fotografía]

Este organismo nacional identifica que no obstante lo anterior, y a pesar de los esfuerzos
gubernamentales, no termina de permear el principio de igualdad entre las personas servidoras
públicas, lo cual se refleja en su actuar cotidiano, de manera que persisten las quejas en su
contra relacionadas con el derecho a la seguridad jurídica y al derecho a la igualdad. Entre los
hechos violatorios más recurrentes figuran el prestar indebidamente el servicio público; faltar
a la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficacia en el desempeño de las funciones,
empleos, cargos o comisiones; omitir proporcionar igualdad de condiciones en el trabajo;
prestar indebidamente el servicio de educación; impedir el ejercicio del derecho al trabajo

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digno y socialmente útil e infringir los derechos de maternidad. El principio de no discriminación
y el derecho a la igualdad ante la ley exigen que el Estado proteja a las personas frente a la
discriminación por parte de los propios agentes del Estado que vulneran sus derechos humanos.

A través de un programa especial sobre pueblos y comunidades indígenas, adscrito a la Cuarta


Visitaduría General, la CNDH impulsa en México el ejercicio efectivo de sus derechos y promueve
una cultura de respeto al principio de igualdad y no discriminación hacia ellos, toda vez que el
reconocimiento de la composición pluricultural de la nación mexicana exige la consolidación
de estos valores. Tal valoración, debe incidir no solamente en el ejercicio del poder político y
sus múltiples vertientes, sino que debe abrir los cauces hacia la configuración de una sociedad
donde el principio de igualdad tenga como uno de sus contenidos insoslayables el respeto a la
diversidad cultural y a la dignidad humana.

Desde una visión intercultural, ha sido una condición primordial el principio de igualdad y no
discriminación; por ello, se valida una relación plural y diversa desde la cual ningún grupo de
personas está por encima de otras, busca favorecer la interacción respetuosa, la integración grupal
y la convivencia social intra e intercultural, así como el respeto a las diferentes cosmovisiones e
identidades.

Aunado a esa visión, se suman los postulados


de los enfoques de género y derechos humanos,
a consideración de los cuales no se parte de
encubrir la existencia de conflictos generados
por la estructura social, sino que se deben
enfrentar para darles solución a partir de
aceptar que quienes integran la sociedad lo
hacen desde una posición social, económica,
política y cultural que determina sus formas de
relacionarse y comportarse, es decir, se visibilizan
las desigualdades sociales y sus consecuencias,
Fernández, L. (s. f.). Igualdad en la educación [fotografía] así como las situaciones de pobreza, marginación
y exclusión, resultado de un particular sistema de
de producción y dominación, y se diseñan las alternativas sociales e institucionales necesarias
para su transformación.

Reflexión…

A partir del texto Igualdad y Derechos de las Mujeres Indígenas, reflexione sobre la
importancia de utilizar la perspectiva de género y el enfoque de derechos humanos para
proteger la vida y los derechos de las mujeres indígenas, e identifique los cambios que
ha habido en las relaciones intragénero e intergénero en las comunidades respecto a la
participación de las mujeres en el desarrollo nacional.

15
Fuentes de información
Bibliografía

García, A. (Ed.). (2004). Género y Ciudadanía: Un Debate, Hacia el sur. Barcelona: Icaria/ACSUR.

Documentos electrónicos

Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión. Ley Federal para Prevenir y Eliminar la
Discriminación. Última reforma publicada en el DOF 01/12/2016. Consultada el 13 de marzo de
2018 de http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/ref/lfped.htm

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Última reforma publicada en el DOF el
15/09/2017. Consultado el 13 de marzo de 2018 de http://www.internet2.scjn.gob.mx/red/
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Carbonell. M. (Comp.). (2003). El Principio Constitucional de Igualdad. Lecturas de introducción.


México: CNDH. Consultado el 13 de marzo de 2018 de http://200.33.14.34:1033/archivos/pdfs/
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