entrevista
Luis Calvo Panzano
“Proyectos como
Pirineos Sur
han de irse reinventando”
Director del Festival Internacional
de las Culturas Pirineos Sur
RUBÉN CARAVACA
L
a labor profesional y la
relación personal no de-
ben impedir la objetiv i-
dad, siendo consciente
de mi estimación y admiración por
esta iniciativa tan distintiva, puesta
en marcha por la Diputación Pro-
vincial de Huesca y por las perso-
nas que la desarrollan y hacen posi-
ble.
Felicidades por estos 18 años de
festival. ¿Son muchos o todavía hay
camino por recorrer en un proyec-
to de esta naturaleza?
Muchas gracias. Dieciocho años no
son tantos si lo comparamos con la
vida longeva de algunos festivales
europeos aunque, quizás, para
nuestro país sí sea un milagro. Pro-
yectos como éste han de irse rein-
ventando, adecuarse a los tiempos y
crecer en los conceptos. Además,
nada que queramos que perdure
puede ser fruto del individualismo.
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Director de Pirineos Sur desde su inicio hace 18 años.
Una apuesta impensable cuando echó a andar que
se ha conve rtido en una referencia cultural a nivel
europeo. Nos conocimos hace 15 años, y desde
entonces he acudido todos los años al festival
Espero que el festival celebre, con
otro director, su cincuenta anive r s a-
rio.
¿Cómo surgió un proyecto así cuan-
do nadie hablaba ni de multicultu-
ralidad ni de diversidad musical?
Las causas fueron diversas. Por un
lado, la proximidad a Francia nos
dio pistas evidentes de lo que iba a
suceder en España con la llegada
masiva de emigrantes. En el país
vecino las llamadas músicas del
mundo habían calado en el conjun-
to de la sociedad, y no sólo entre los
provenientes de otras latitudes.
También pensábamos que había un
gran hueco para adentrarnos en la
defensa de las distintas realidades
culturales existentes en el planeta y
la Diputación de Huesca veía prio-
ritario apoyar el desarrollo econó-
mico de un territorio turístico que
tenía escasa ocupación en julio.
Biodiversidad y diversidad cultural
son los retos de este siglo. Sois pio-
neros en intentar unirlos en un pro-
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yecto como Pirineos Sur, pero
¿existía realmente esa intención
cuando se puso en marcha o se ha
ido desarrollando a posteriori se-
gún se consolidaba la iniciativa?
Los dos primeros años fueron de
experimentación, podemos decir,
de adecuación de una serie de ideas
al territorio. La estructura del festi-
val como lo conocemos ahora pro-
cede de la tercera edición. No obs-
tante el escenario flotante y su ubi-
cación sobre el pantano de Lanuza
existen desde el primer año y se hi-
zo respetando el medioambiente.
No podría ser de otra manera, pues
se intentaba conjugar música y na-
turaleza, y los máximos interesados
en su protección éramos (y somos)
nosotros. Además hemos intentado
realizar obras no agr e s ivas con el
e n t o rno, así como trabajar con la re-
cogida selectiva de basuras. En es-
tos momentos estudiamos fórm u l a s
para restringir el tráfico rodado por
las cercanías del festival.
Proyectos así ¿pueden devaluarse

ante la proliferación de festivales y
“
actividades diversas que surgen co-
mo productos de moda donde se
vende lo multicultural?
Los que se apuntan al carro porque
hay modas corren el riesgo de desa-
parecer cuando las modas pasan.
En el mundo de la cultura —y más
en estos momentos— se valoran so-
bre todo las trayectorias y los pro-
cesos. Para nosotros, lo más impor-
tante es defender un concepto y cre-
ar una marca, más que procesos de
c o rto recorrido. Nosotros no pre-
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tendemos vender lo multicultural,
sino la diversidad cultural, que creo
es distinta cosa.
Un proyecto de estas característi-
cas ha sido una inversión cultural y
económica en la zona ¿Se valora re-
almente a nivel político la importan-
cia de la cultura como generadora
de riqueza, no sólo cultural, tam-
bién económica?
En el caso de Pirineos Sur es ev i-
dente que sí. Es una institución pú-
blica (la Diputación de Huesca)
quien impulsa el festival, y lo ha ido
haciendo desde hace dieciocho
años. Creo que los resultados son
evidentes en nuestro caso: hemos
conseguido que el mes de julio ya
no sea un momento de baja ocupa-
ción en el Valle de Tena, con la re-
percusión económica que eso tiene.
Los responsables de proyectos co-
mo el vuestro, y otros, ¿no sentís un
poco de soledad por parte de los
medios de comunicación más im-
portantes para los que sólo parecen
existir los acontecimientos más co-
merciales y convencionales?
Más que soledad sentimos impo-
tencia. Incluso los medios que se las
dan de más progresistas apuestan
más por lo inmediato, por lo insul-
so y por lo comercial que por lo que
pretende generar dinámicas real-
mente culturales y a largo plazo. No
sólo el mercado puede imponer las
dinámicas en la cultura porque, en
ese caso, estamos abocados a lo efí-
mero. Cuando algo no venda, no es-
té de moda o no sea morboso, desa-
Los que se parecerá de las mismas páginas que
apuntan al carro lo encumbraron. Ya no existe casi
—por ejemplo— crítica musical en
porque hay los grandes diarios de este país. Ni
modas corren el tan siquiera ese cuarto de página
que antes reservaban para estas mú-
riesgo de sicas no convencionales. Ahora ni
tan siquiera eso. Es más modern o
desaparecer dedicar una página de moda a un
cuando las modas desfile de modas no importa dónde.
Somos una minoría, claro. Pero no-
pasan sotros pensamos que somos una in-
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 entrevista
mensa minoría (cerca de cincuenta
mil personas asistieron a Pirineos
Sur el año pasado) que por suerte
d i s f rutamos de otros canales de in-
f o rmación más abiertos, cultura no
homogeneizada ni música, en este
caso, de radio fórmula machacona.
¿Qué se siente cuando se realizan
actividades paralelas, no musica-
les, auténticamente novedosas, de
calidad contrastada, con artistas
únicos… y que casi nadie re fleja?
Ganas de organizar más. Los artis-
tas que se lo merecen y el público
ávido de descubrir cosas, también.
Las mal llamadas actividades para-
lelas han sido un referente y pensa-
mos ampliarlas. A pesar de que los
medios no recojan casi nada sobre
ellas, la realidad es tozuda, y cada
vez son más los que se acercan a
ellas. Como decía, por suerte, para
informar (y he dicho informar en su
sentido más etimológico) ya no son
necesarios imperios mediáticos,
existen canales dispuestos a evitar
el dirigismo.
Los cambios en el Ministerio de Cul-
tura parece que van a paralizar los
“
pocos pasos dados para reconocer
el papel real de la música popular,
¿qué opinión tienes sobre esto?
Si esto es así me parecería fatal,
pues en los últimos dos años y me-
dio se había avanzado más que en
cincuenta. Parecía, por fin, que to-
das las músicas son cultura y no las
mal llamadas músicas cultas. Pero
en fin, espero impere la cultura y
que los últimos cambios en el INA-
EM no tiren por tierra el trabajo —
que era mucho— ya hecho. Y esto
sería lo lógico, pues creo que el Go-
b i e rno como tal es de la misma
orientación política, sería muy tris-
te pensar que estas acciones no eran
fruto de un pensamiento político,
sino de las ideas de un puñado de
personas que han abandonado el
Ministerio.
¿Habría que crear un lobby de mú-
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Somos una inmensa minoría (más de
cincuenta mil personas asistieron a
Pirineos Sur el año pasado) que por
suerte disfrutamos de otros canales
sica popular como parece que ocu-
rre con la clásica o el cine?
No estaría mal, pero lo tenemos fa-
tal. Para ello deberíamos salir en al-
gunos periódicos, en las revistas del
corazón y en otros lugares no muy
edificantes. Mucho de su poder ra-
dica en una popularidad lejana, en
ocasiones, al arte. Lo que debería
haber es más dirigentes dispuestos a
apoyar que, como decía, todas las
músicas son cultura.
Este año habéis abierto la pro-
gramación a artistas y propues-
tas no habituales en festivales
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como el vuestro. ¿A qué es debi-
do?
Siempre hemos defendido más el
t é rmino de músicas populares urba-
nas que el de músicas del mundo.
¿Acaso a Yossou N’Dour no se le
puede calificar de artista pop? Se-
guro que así sería si no hubiera na-
cido en Senegal. Siempre hemos es-
tado abiertos a nuevas sonoridades
provenientes de no importa dónde
(hip hop, electrónica, etcétera). Es-
te año quizás encontremos a artistas
cercanos a la escena pop, pero Piri-
neos Sur no es un festival de músi-
ca africana, es un encuentro de mú-
sicas populares provengan de donde
provengan. El especial de este año
requería, a nuestro entender, de es-
tas propuestas, quizás no habituales
en otras ediciones.
¿Existe un estancamiento en las lla-
madas músicas del mundo a nivel
artístico?
Decía antes que defendemos el tér-
mino de músicas populares. Más
que estancamiento hay, en ocasio-
nes, repetición de propuestas y ten-
dencia a intentar generar estrellas.
O sea imitar formas de trabajar co-
mo con las grandes estrellas mediá-
ticas del pop y el rock.
¿Y a nivel de los profesionales (pro-
motores, managers, medios…)?
Es muy complicado. Managers pro-
piamente dichos hay pocos por des-
gracia en este país. Hay mucho su-
cursalista, que no es lo mismo. En
cuanto a los medios, pues no son
muy numerosos, pero muchos más
de los que había en 1992 cuando
comenzó el festival. La aparición de
las nuevas tecnologías de la infor-
mación también ha servido para

hacer más accesible la información
sobre las músicas no evidentes.
¿No es un sector envejecido, ancla-
do en propuestas similares desde
hace algunos años, sin que real-
mente surjan nuevas que puedan
encandilar a nuevos públicos?
Hay propuestas nuevas y muy inte-
resantes, ocurre que mucha gente
juega a caballo ganador, a progr a-
mar lo que más suena sin asumir
riesgos. En Pirineos Sur tejemos ca-
da año la programación con la pre-
sencia de nuevos valores junto a
grupos consagrados y esta apuesta
funciona.
¿Cuál crees que es la
zona con mayor talento
musical en el mundo?
Seguro que en todos la-
dos existe talento. Lo
que ocurre es que en el
mundo rico no solemos
enterarnos de la impor-
tancia creativa de otros
lugares del planeta.
Desde luego que un
continente masacrado
por diversas lacras co-
mo es África mantiene
un potencial creativo
difícil de superar, con
escasos medios en la
mayoría de los casos.
¿Crees que esto es po-
sible por la inexistencia de indus-
trias culturales como las nuestras,
que no han sucumbido a propues-
tas excesivamente comerciales?
En África la industria cultural es
muy endeble, eso puede ser bueno
para tener libertad creativa pero es
un desastre para otras cosas. Para
un músico es más difícil sobrevivir
sin una distribución decente de sus
trabajos. Los discos piratas son la
mayoría, y con una débil estructura
para la realización de conciertos. La
mayoría de los que han triunfa d o
han tenido que trabajar con empre-
sas y mánagers europeos. Es nece-
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sario que se vayan creando en Áfri-
ca más industrias culturales y profe-
sionalizando algunas de las existen-
tes.
La cooperación cultural es una de
vuestras señas de identidad. Pero,
¿es fácil llevar los programas ade-
lante ante una estructura adminis-
trativa como la española, no capaz
de comprender lo delicado de reali-
zar determinadas actividades con
artistas en y desde sus países de
origen?
La cooperación cultural es tan nece-
saria como cualquier otra. Ayudar a
la creación o mejora de estructuras
autóctonas en el territorio es una
f o rma de asentar a los artistas en
sus países y a la par generar rique-
za. España no ha sido pionera, pero
se van dando pasos muy import a n-
tes. El anterior director de Activ i d a-
des Culturales de la AECID, Alfons
M a rtinell, fomentó esta línea de tra-
bajo. En la actualidad las políticas
de cooperación cultural van tenien-
do visibilidad. Nosotros pert e n e c e-
mos también a una estructura admi-
nistrativa y estamos haciendo coo-
peración cultural con Senegal y
M a rruecos, y es posible. No es fá-
entrevista
cil, procesos administrativos, for-
mas de pago, etcétera, pero con vo-
luntad se puede hacer.
La cooperación cultural puede ser
una de las puertas para corregir las
desigualdades culturales existentes
y que gracias a ella y otras iniciati-
vas similares los artistas puedan vi-
vir de su trabajo sin necesidad de
emigrar, este es el camino o en
tiempos de crisis como el actual ha-
bría que preocuparse más de solu-
cionar nuestros propios problemas
antes de preocuparnos de los de-
más.
La cooperación cultual
ha de servir para asentar
a los creadores en el te-
rritorio, y que no se vean
abocados a dejar sus pa-
íses para trabajar con
dignidad. Quizás sobre
creatividad en algunas
p a rtes del mundo, pero
falta crear tejido indus-
trial cultural y asociati-
vo. Es importante la for-
mación y el asesora-
miento sin ser neocolo-
nialista, respetando las
dinámicas locales.
Sería bueno la creación
de un visado cultural que
p e rmitiría una mejor
imagen de nuestro país y
de la UE ante los artistas.
La política de la UE en materia de
visados en nada beneficia la circu-
lación de los artistas del mal lla-
mado Tercer Mundo. Los procesos
son engorrosos y las condiciones
difíciles de cumplir, a lo que hay
que añadir el corto periodo por el
que se conceden los mismos. Es-
paña, individualmente, lo tiene
muy difícil para cambiar las cosas.
Pero efectivamente, sería impor-
tante que la UE creara un visado
cultural. La mayoría de los artistas
del Tercer Mundo no tienen la mí-
nima intención de quedarse por es-
tos lares. 
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