Hace 71 años, el asesinato del líder político de Jorge Eliécer Gaitán
desató una revuelta violenta que fue contenida a tiros y que dejó cientos de cuerpos acribillados en las calles de Bogotá y el país. Le contamos qué fue lo que este episodio transformó en Colombia, tal vez para siempre. "La oligarquía no me mata porque sabe que si lo hace el país se vuelca y las aguas demorarán cincuenta años en regresar a su nivel normal”. Esta es una de las frases más famosas que se atribuyen a Jorge Eliécer Gaitán, el político liberal y abogado cuyo asesinato hace 70 años desencadenó uno de los episodios más dramáticos y simbólicos en la historia de Colombia: el Bogotazo. Un capítulo por el que todavía se entablan numerosas controversias, que motivó la escritura de decenas o cientos de libros y cuyas consecuencias, explican numerosos estudiosos, se viven todavía en este país. Lo que pasó ese 9 de abril de 1948 dejó huellas tan profundas en todo el territorio colombiano que pareciera que Gaitán se hubiese quedado corto al decir que la normalidad tardaría 50 años en volver. Y hay quienes creen que no volverá nunca. A 70 años del inédito fenómeno Gaitán. Entre los tres disparos que acabaron con la vida de Gaitán, después de haber salido de su oficina en el centro de Bogotá, y la última de las muertes de esa tarde pasaron alrededor de cuatro horas. En ese lapso, de acuerdo con las diferentes estimaciones, en la capital colombiana llegan a morir entre 500 y 2.500 personas, aunque la muerte y la destrucción se extendieron a muchas otras zonas de Colombia. El investigador y periodista Mario Jursich señala que ese dato da cuenta de lo intensas y sangrientas que fueron las horas que duró la revuelta en la capital colombiana en la que "disparaban a todo lo que se movía". Meses antes de morir, Gaitán vivía entre concentraciones multitudinarias y discursos enardecidos en busca de lograr la presidencia de Colombia como representante del Partido Liberal, el histórico contendor del Partido Conservador.
"Bogotá era una ciudad y una sociedad muy compartimentada. Uno de
los éxitos de Gaitán como político era que se acercaba a la gente. En ese entonces no había ningún político, fuera conservador o liberal, que se aproximara a los votantes", explicó a BBC Mundo Jursich.
ENSAYO
El bogotazo fue una serie de disturbios ocurridos en Bogotá Colombia
que fue consecuencia de el asesinato del líder del partido liberal, Jorge Eliecer Gaitán ocurrido el 9 de abril de 1948. Para mi el bogotazo fue un acontecimiento muy lamentable la verdad, yo pienso que por culpa de la indiferencia y que la gente no sabe respetar las opiniones de los demás ocurren cosas como esa y ni con dialogo lo arreglan por que no quieren aceptar una opinión que no sea la suya ni tratando de hacer acuerdos. Esto llega a tal extremo que las personas fueron asesinadas y también los líderes políticos, Las consecuencias generales del Bogotazo fue el inicio de una escalada bélica entre liberales y conservadores, en una guerra civil no declarada en un periodo de la historia conocida como “La Violencia”. En esa época, surgieron los primeros grupos de autodefensas armadas comunistas, que se convertirían en las futuras guerrillas de las FARC y el ELN. Gaitán fue un líder importante para la sociedad de su época, pero tras su asesinato se convirtió en un símbolo histórico nacional, al mismo nivel de un prócer de la independencia colombiana.
En la conmemoración del año 2017 hecha en el Congreso Gloria
Gaitán, hija de Jorge Eliecer Gaitán e invitada habitual de esta fecha en el legislativo, acusó al expresidente y entonces senador Álvaro Uribe de perseguirla políticamente durante su gobierno, al haberle levantado 41 procesos judiciales en su contra, como forma de silenciarla por responsabilizar a la CIA de la Operación Pantomima ejecutada contra su padre, y por denunciar las operaciones oscuras que realizó la agencia de inteligencia estadounidense durante el desarrollo del Plan Colombia, ejecutado en su mandato. Todo esto nos hace ver como la violencia cambia las cosas y que las diferencias lleguen a tal extremo de asesinar personas por no compartir su misma opinión.