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ESCUELA SUPERIOR POLITÉCNICA DE CHIMBORAZO

FACULTAD DE CIENCIAS PECUARIAS


CARRERA DE ZOOTÉCNIA

TEMA:
Alimentos de origen voluminosos para rumiantes

ASIGNATURA:
Alimentación animal aplicada

INTEGRANTES
JONATHAN NÚÑEZ
ANDREA CARRILLO
KARLA VALLE
Cristian amaguaya

FECHA
5 de mayo de 2020

SEMESTRE
Octavo “a”

RIOBAMBA – ECUADOR
I. INTRODUCCIÓN
En nutrición animal y química agrícola la fibra es un término indefinido. Ésta es un agregado de
compuestos y no es una entidad química definida (I.N.R.A. 2014). Los nutricionistas de rumiantes no
se han puesto de acuerdo en su definición y comúnmente la describen como: a) la fracción menos
digestible de los alimentos, b) el componente estructural de la pared celular de las plantas, c) la
porción del alimento digerida principalmente en el rumen y d) la fracción del alimento que promueve
la rumia. Desde el punto de vista de la fisiología de la nutrición, la fibra es la porción del alimento
que: a) limita la digestión, b) requiere ser masticada para la reducción del tamaño de partícula y c)
ocupa espacio en el rumen (BLAS 2016).

La fibra o pared celular está constituida por celulosa, hemicelulosa, pectina, lignina, nitrógeno
lignificado, cutina y una fracción de minerales insolubles formada especialmente por sílica. La
celulosa y la hemicelulosa sólo son digeridas por los procesos de fermentación microbiana, donde la
población de bacterias, protozoarios y hongos producen enzimas que son capaces de romper los
carbohidratos complejos de la pared en moléculas más pequeñas, las cuales son disponibles para el
animal, primero como glucosa y luego como ácidos grasos volátiles. Estos ácidos aportan la mayor
parte de la energía que requiere un animal rumiante (GARCÍA 2014).

En revisiones realizadas por (BLAS 2016).se informa que aproximadamente un 50% de la grasa láctea
proviene de la fermentación de la hemicelulosa y celulosa, las cuales a su vez son los principales
precursores del ácido acético. En los últimos años se ha venido desarrollando el concepto de fibra
efectiva y actualmente hay consenso en describirla como aquella fibra que es capaz de estimular la
rumia y con ello la salivación (I.N.R.A. 2014).

II. REVISION DE LITERATURA


Clasificación de los alimentos Aunque cada animal utiliza de forma distinta los diferentes tipos de
alimentos, para todos y en general, se puede hacer una clasificación básica de los alimentos
fundamentada en el contenido de nutrientes por unidad de peso, a modo de densidad nutritiva, muy
relacionada con la composición química (contenido en FB y agua, sobre todo) y según qué fracción
de nutrientes predomine sobre otros. (BLAS 2016).

1. Dependiendo de la cantidad de nutrientes por kg de producto fresco, muy relacionado con la


cantidad de agua y su contenido en fibra, los alimentos se pueden clasificar en los siguientes tipos:
A. Alimentos de volumen o groseros Se denominan alimentos de volumen ya que ocupan mucho
volumen y tienen relativamente poco valor nutritivo. Se les conoce también como alimentos bastos o
groseros. Podemos distinguir en este grupo los alimentos fibrosos y los alimentos suculentos.
(McDONAL 2018).

Alimentos fibrosos con alto contenido en fibra que sólo puede ser aprovechada por los rumiantes.
Podemos destacar aquí los forrajes de los cuales entran a formar parte todas las partes fibrosas de las
plantas que son aprovechables por los rumiantes y otros herbívoros. Dependiendo de su tipo de
conservación tenemos:
* Forrajes verdes: todas las partes verdes y fibrosas de las plantas que son muy apetecibles por los
animales. Tienen un alto contenido en humedad y en sus estados más tiernos pueden llegar a tener
muy bajos contenidos de FB, que los incluiría dentro de los alimentos groseros suculentos.
* Ensilados: son forrajes verdes conservados mediante un proceso de acidificación láctica. Este
proceso permite el almacenamiento de grandes cantidades de alimento sobrante en épocas de
producción para ser utilizadas a posteriori en épocas de escasez. Existe una pérdida de valor nutritivo
en el paso de forraje verde a forraje ensilado. También tienen un alto contenido en humedad aunque
menos que el forraje verde.
* Henos: Se trata de otro sistema de conservación de alimentos, consistente en la siega de forrajes
verdes, desecación al sol y posterior almacenamiento en forma de pacas. Es un sistema fácil de
conservación aunque las pérdidas de valor nutritivo son mayores respecto de los procesos anteriores.
* Subproductos fibrosos: son alimentos que se obtienen de los residuos derivados de otras actividades
principales. Entre ellos cabe destacar todas las pajas (tanto de cereales como de leguminosas), los
orujos de aceituna y de uva, los ramones de olivo y encina u otros frutales, la gallinaza, etc.
Alimentos groseros suculentos con alto contenido en humedad (más del 80%) pero bajo contenido en
fibra. Básicamente se engloban dentro de este grupo raíces y tubérculos (nabo, remolacha, zanahoria,
etc.) y gramíneas y leguminosas en estados vegetativos muy tempranos y siempre que se consuman
en fresco.
Se trata de alimentos de muy alto valor nutritivo si descontamos el agua que contienen; tienen una
cantidad de energía similar a los alimentos concentrados si la referimos a materia seca. Su contenido
en MS es bajo.
TIPOS DE ALIMENTOS VOLUMINOSOS
Alfalfa granulada (16,5% PB)
La alfalfa (Medicago sativa) es uno de los principales forrajes producidos en el área mediterránea.
Puede consumirse en forma fresca, ensilada, henificada o deshidratada. Estos dos últimos procesos
son los de mayor interés para la industria de piensos compuestos (BLAS 2016).

La henificación es un secado natural del forraje que precisa de un cierto tiempo (24 a 70 horas en
función de la temperatura y humedad relativa) para reducir su contenido en humedad, lo que supone
pérdidas de hojas y del valor nutritivo (proteína y vitaminas) y mayores riesgos de contaminación por
tierra. (McDONAL 2018).

TABLA 1.

FUENTE: I.N.R.A. 2014


TABLA2.

FUENTE: I.N.R.A. 2014

Harina forrajera mezcla (<13% PB)

La alfalfa es uno de los principales forrajes producidos en el área mediterránea. Puede consumirse
en forma fresca, ensilada, henificada o deshidratada. Estos dos últimos procesos son los de mayor
interés para la industria de piensos compuestos. La henificación es un secado natural del forraje que
precisa de un cierto tiempo (24 a 70 horas en función de la temperatura y humedad relativa) para
reducir su contenido en humedad, lo que supone pérdidas de hojas y del valor nutritivo (proteína y
vitaminas) y mayores riesgos de contaminación por tierra (CARAVACA 2016).

TABLA 3.

FUENTE: I.N.R.A. 2014

TABLA 4.

FUENTE: I.N.R.A. 2014


Cascarilla de algodón

La cascarilla de algodón pura se caracteriza por su alto contenido en fibra bruta y lignina (en torno
al 50 y 20%, respectivamente). El producto comercial contiene un porcentaje variable de borra, que
por su naturaleza (celulosa), es altamente digestible en rumiantes. Además, como el proceso
industrial no es perfecto, aproximadamente de un 5 a un 10% de semillas entran a formar parte del
producto, lo que mejora su contenido en proteína y energía. A diferencia de otros productos del
algodón, tiene un contenido muy bajo en gosipol libre (0,06%) lo que permite su uso a niveles libres
en piensos para conejos y rumiantes (GARCÍA 2014).

TABLA 5.

FUENTE: I.N.R.A. 2014

TABLA 6.

FUENTE: I.N.R.A. 2014

Cascarilla de avena

Las cascarillas de avena y girasol están compuestas por las cubiertas externas de la semilla y son el
subproducto del proceso de descascarillado para la obtención de ingredientes de mayor valor
nutritivo para piensos concentrados o consumo humano. Su composición presenta una cierta
variabilidad en función principalmente de la cantidad de endospermo que permanece adherida a la
cascarilla. Esto supone cambios, especialmente en el contenido de almidón en el caso de la cascarilla
de avena y de grasa y proteína en la de girasol (McDONAL 2018).
TABLA 7.

FUENTE: I.N.R.A. 2014

TABLA 8.

FUENTE: I.N.R.A. 2014

Cascarilla de girasol

TABLA 9.

FUENTE: I.N.R.A. 2014


TABLA 10.

FUENTE: I.N.R.A. 2014

Cascarilla de soja

La cascarilla de soja es un subproducto del procesado del haba de soja para la obtención de aceite.
En este proceso, los granos se molturan a un tamaño de 3-4 mm y la cascarilla se separa por
aspiración. La cascarilla representa un 8% del peso del haba y contiene alrededor del 40% de su
fracción fibrosa. Posteriormente, a veces se tuesta (90º C, 1 hora) antes de molerse (BLAS 2016).

TABLA 11.

FUENTE: I.N.R.A. 2014

TABLA 12.

FUENTE: I.N.R.A. 2014


III. BIBLIOGRAFIA

GARCÍA R. (2014). La alimentación de la vaca de leche. Curso práctico de racionamiento para


ganaderos. Junta de Andalucía. Sevilla.

CARAVACA F. (2016). Bases de la producción animal. Universidad de Sevilla.

BLAS C. (2016). Nutrición y alimentación del ganado. Mundi-Prensa. Madrid. 451 págs.

I.N.R.A. (2014). Alimentación de los animales monogástricos. Cerdos, conejos y aves. Mundi Prensa.
Madrid.

McDONAL D. (2018). Nutrición Animal. Ed. Acribia. Zaragoza.

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