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En un recóndito lugar, donde la luz solar no lograba llegar, habitaban

sentimientos de angustia y frustración, pero predominaba la esperanza y la


perseverancia.

Sin ocurrirle dar marcha atrás, dio su último aliento. Temía por su vida, sus
manos sudaban y su piel estaba erizada, pero debía correr el riesgo por
todos aquellos que habían muerto en el intento por superar a SAC.

Aún dubitativo, colocó la ficha en la vieja máquina de videojuegos (titulada


“End”). Con mero esfuerzo y pocas horas de juego, logró destituir a SAC.

Joaquín de 16 años, estudiante de colegio secundario, vive con sus padres y


sus tres hermanos. Siempre tuvo una personalidad antisocial (excepto con
su familia) y debido a su afición por los videojuegos, apenas iba a clases.
Pero si había algo que detestaba, era a su tía y su “religión”. Las razones
eran, primero, porque ella se la pasaba juzgando y criticando las malas
decisiones de la familia, sin ser de apoyo realmente y segundo, porque
convencía a su madre de confiscarle algunos videojuegos, y luego
cambiarlos por unos educativos y cristianos. Claro que se vio obligado a
jugarlos, pero el mensaje que su tía quería transmitirle, no era captado por
él. Incluso, al no tener sus videojuegos, en múltiples actos de rebeldía se
escapó del colegio para ir a la sala de videojuegos.

Durante ese tiempo, oía rumores sobre quien, al parecer, estaba en primer
lugar de todos los videojuegos y que este había recibido el premio gordo
(gran variedad de videojuegos para la consola que quisiese). Joaquín estaría
dispuesto a darlo todo por recuperar la diversión que su tía había robado.

Tres meses después…

En la ciudad de Buenos Aires, frente a la casa de Joaquín, un nuevo vecino


ha llegado para darle las “Buenas nuevas”. Nadie sabe cuál es su nombre,
pero siempre está predispuesto para los demás, ganando así, la placa de
“Buen vecino”. Obviamente, Joaquín no se percata de él, sino hasta que
cierta noche en su cuarto, observó por su ventana a un hombre con una
extraña valija frente a su casa, las calles eran poco iluminadas por lo que
sólo veía la silueta de este. Por alguna razón, algo lo llevaba a observarlo,
pero cuando denotó un movimiento rápido entre las sombras, la sensación
de peligro invadió su mente y cerro la ventana con fuerza. Algo golpeaba el
cristal una y otra vez, sin llegar a romperlo, con nervios Joaquín se acostó en
su vieja e incómoda cama, y con sus frazadas se tapo por encima de sus
orejas.

“Esto es sólo una pesadilla” se decía mientras intentaba dormir. Esa noche,
fue el comienzo de un camino que no tendría marcha atrás.

La noche pasó, y las nubes grises que opacaban la luz solar, mostraban un
nuevo y confuso día. Joaquín no escuchó los insistentes llamados de su
madre provenientes de la cocina, debía ir al colegio y como era de
costumbre, su hermanita era quien lograba despertarlo.

-¡Buenos días hermanito!-Dijo mientras subía a la cama- ¡Arriba, arriba!-


Gritó mientras saltaba en la cama-Hermano holgazán-Dijo mientras saltaba
más fuerte-

El sonido de los viejos resortes de la cama, acompañaban los gritos de la


irritante niña. Accidentalmente saltó sobre Joaquín (era de esperarse en una
cama de una plaza) y este dejó de fingir estar dormido, para pasar a una
ahogada tos que lo arrojo de la cama. Molesto y con vagos gestos indicó a
su hermana que retirara.

-Bueno, pero le diré a mamá que tu habitación esta sucia-Dijo caprichosa-


Luego cerró la puerta con fuerza.

Joaquín revoleó sus ojos y su mirada fue directa a su ventana. Los cristales
estaban rajados. Intrépidamente se dirigió al jardín de su ventana, su primer
pensamiento fue: “Lanzaron piedras a mi ventana, tal vez para marcar la
casa y robarnos”. Pero lo que encontró fue mucho peor, moscas, grandes y
muertas, plegadas en grandes cantidades frente a la ventana. Joaquín se
paralizó y una mano desconocida lleno de gritos su boca.

-¡Joaquín! ¡Soy tu madre!-Dijo molesta-

-Ah…-Dijo aliviado-Lo siento…Es que…- Y sin poder terminar, otra voz se


invitó a la insignificante conversación.
-Oh buenos días, oí gritos y no evite preocuparme. ¿Qué ocurre?-Dijo el
vecino-

-¡Buenos días señor Luna! Disculpe, pero es que mi hijo dio un grito sin
sentido y vine a socorrerlo-Dijo molesta-Aunque él debería estar en el
colegio-Dijo mientras reprochaba a su hijo-

Joaquín irrumpiendo, señaló las moscas y relató lo que había ocurrido por la
noche.

-Es suficiente…Me harté de tus mentiras, tantos videojuegos están


alterando tu sueño y rendimiento escolar.-Dijo molesta-

Joaquín solía hacer muchas bromas, inspiradas por algunos videojuegos,


como por ejemplo, vestirse de un horrible monstruo y perseguir a su
hermana pequeña por toda la casa, o hacer llamados telefónicos al 911 y
fingir ser un criminal que debe escapar de la casa sin ser visto. Por esto y
más, a su madre ya no le afectaba.

-Disculpe, pero creo que esas moscas son de la fumigación de anoche, la


Municipalidad se ha estado encargando a causa de los múltiples reclamos-
Dijo- De todos modos, con gusto le daré una mano con la limpieza-Dijo
sonriendo-

Joaquín desesperó.

-Pero les digo que esas moscas las sacó un sujeto de un maletín.
¡Intentaban matarme!-Dijo despavorido-

-Se terminó. No vayas al colegio, pero te quedas para ayudar al señor Luna-
Dijo-

Sin podes objetar nada, su madre se retiró, dejándolos a solas. El silencio


permaneció hasta que terminaron de juntar todas las moscas.
-Escuché que te gustan los videojuegos, yo hice uno.-Dijo-¿Te gustaría
probarlo?

-¿Qué tipo de juego es? –Dijo Joaquín-

-Oh…Uno muy simple, si te gustan los desafíos.-Dijo pícaro-


Instantáneamente saco el videojuego de uno de sus bolsillos, y se lo
entregó.- ¡Adiós chico, dime luego que te parece!-

Joaquín estaba extrañamente ansioso y perturbado, y como cumplió con su


tarea, subió a todo pulmón por las escaleras para poder jugar con su
consola. Pero su madre esta vez fue severa, y cumplió su palabra.

Aunque eso no detendría los limites de un rebelde y ansioso amante de los


videojuegos, sobretodo de uno nuevo.

12PM Joaquín y su hermano aguardaban que todos estuviesen durmiendo


para recuperar la consola, la cual estaba oculta en la habitación de sus
padres. Su hermano (de 9 años), su cómplice, había accedido a cambio de
caramelos y chocolates. Los ronquidos que retumbaban en el silencio de la
noche indicaban que no había moros en la costa. Con gran ingenio, Joaquín
tomó la consola que se encontraba debajo de la cama y se arrastró
sigilosamente. Pero al salir de la habitación, los ladridos de su perro
comenzaron a brotar, junto con gruñidos. Al estar a oscuras su perro pensó
que se trataba de un ladrón, y se abalanzó sobre la pierna, aumentando así
sus ladridos. Intentó darle un suave golpe para que lo soltara, pero su perro
lo tenía bien agarrado, esto generó que sus padres se despertaran. Y allí
comenzó la travesía para escapar de sus padres, hasta llegar a su
habitación, que no hubiese ocurrido si a su hermano de 9 años no le hubiese
dado hambre, abandonando así su puesto de vigilancia. Aún así Joaquín
logró salvarse, y al entrar a su habitación, colocó la cerradura. Dio un
suspiro aliviado, conecto su consola, se colocó en su sillón, y abrió una bolsa
de papas fritas.

¡Bum! ¡Bum! ¡Bum!

Los golpes en la puerta eran constantes y el malestar de sus padres


aumentaba en gran medida.
-¡Joaquín abre la puerta! Tus actitudes están cobrando consecuencias muy
serias-Dijo su padre-

-Pfft…Tomás es mayor que yo y no tienen autoridad sobre él, por lo que no


tengo porque obedecerlos. Ahora déjenme disfrutar mi videojuego en paz.-
Dijo mientras se colocaba sus auriculares-

El videojuego comenzó con un hombre y sus dos hijos…Caín y Abel…

La historia comenzó a atrapar lentamente a Joaquín, se sorprendió ya que


no se asemejaba a los otros juegos cristianos que había jugado. Pero para
su sorpresa, lo que esperaba ser para él una desvelada noche, fue tan solo
una hora. Además, al final del juego, en sus créditos, algo extraño estaba
escrito:

“Pe…o…o…n….Todos…..ob….dientes…. Por lo que…podemos hacer lo que


se nos plazca…y Dios nos perdonara…”

Coordenadas 70.221.7.7789

Buena partida, Joaquín.

A bordo de un micro en dirección a un pueblo cercano, se encontraba


Joaquín. Aquel juego logró atraparlo más de lo debido, aquellas coordenadas
daban a entender algo negativo para él, y luego de una extensa charla con
su tía sobre Dios, emprendió viaje. No dio aviso a nadie, intentó hablar con
el señor Luna, pero desconoció haberle entregado un videojuego.

Cuando llegó al pueblo, la noche lo acechaba y logró hospedarse en un hotel


cercano a la terminal de ómnibus. Mientras estaba cenando, leía unos
versículos de la biblia, los cuales su tía le había recomendado. También,
otra mesa cercana, dos hombres estaban hablando sobre Dios:

-Entonces, si le pido a Dios. ¿Será hecho?

-Si-Dijo-Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis. Mateo


21:22-
Antes de seguir diciendo algo, una mosca se posó sobre la torta de uno de
los hombres. La echaron, y esta junto con dos más, se posaron sobre el
pastel de Joaquín. Lo cual lo inquietó, ya que en ese pueblo usualmente no
había moscas en esa época del año. Sin querer darle demasiada
importancia, decidió irrumpir la conversación de los dos hombres, con
mucho respeto.

-Perdón, yo también soy cristiano, pero creo que se están olvidando de algo
importante.-Dijo- Y es que debemos comprobar si eso que pedimos es
acorde a la voluntad de Dios, y no para satisfacer deseos que van en contra
de Dios o que nos alejaran de él-

-Oh…Ahora que lo pienso, tienes razón, creo que el pedirle por recuperar
viejas amistades que no eran una buena junta, no estarían acorde a su
voluntad, ya que él quiere lo mejor para nosotros...-Dijo-

-Si…Bueno, mejor vamos a hablar en otro lugar-Dijo molesto-

Joaquín no comprendió la actitud del otro hombre, pero no le dio demasiada


importancia. Mientras volvía a su mesa, recordaba la oración de Fe que su
tía le había dicho por teléfono y la cual habían repetido juntos. No había
sentido un cambio, hasta ahora, en donde sintió arder su corazón al oír a
alguien decir la media verdad.

Sin dar más vueltas, se dirigió a su habitación, y luego de investigar mejor


las coordenadas, encontró el lugar:

Iglesia evangélica del pueblo

Al día siguiente, visitó aquella iglesia, era la primera vez que iba a una
iglesia evangélica, y le agradó mucho la atención que le brindaron. A la vez,
el lugar era muy lindo, y tenían un amplio grupo de alabanza. Pero
nuevamente, moscas, y está vez eran muchas. Entonces Joaquín comenzó
a oír con atención la prédica, y se sorprendió, las palabras que se decían
eran medias verdades como las que había oído antes de esos hombres.
Decidió darle una segunda oportunidad, pero día tras día, mensaje tras
mensaje, siempre había una mosca rondando por allí. Al hablar con el
pastor sobre la prédica, este se molesto y cuando menos lo esperó, una
inmensa cantidad de moscas comenzaron a rodear a Joaquín. Al igual que
un personaje de un videojuego, tomó su biblia y la uso como su escudo,
para atravesarlas, al lograr esto, observó que todos estaban bajo ese
obscuro círculo de moscas. Intentó ayudarlos, pero no lo logró.
En una de las inmensas pantallas, unos números comenzaban a digitarse:

Coordenadas: 8.54.69.78

No entendía que estaba ocurriendo, si esto era un juego recreado por un


psicópata, una broma o un simple sueño. Pero ninguna de las tres lo
convencía. Así que, tomo su bolso, y nuevamente se dirigió hacia donde las
coordenadas le indicaban. No se sentía satisfecho con su trabajo en esa
iglesia, pero sentía que mientras más rápido llegara al lugar, menos
víctimas se cobrarían las moscas lideradas por una sombría apostasía.

Nuevos niveles iban siendo superadas por Joaquín, nuevos jefes que
engañaban, más moscas, pero logró hacer ver mediante la verdad de la
palabra, lo que a otros no les convenía.

No tardó mucho en llegar al último nivel, la iglesia de un lejano pueblo.


Todos los pueblos hasta ahora habían sido de su país, anhelaba no tener
que irse más lejos ya que no tenía casi el presupuesto para poder viajar.

Al llegar, el ambiente estaba completamente limpio, sin moscas, y sin nada


que contaminara ese ambiente. Pero cuando vio al pastor, todo ese
ambiente de paz, armonía y luz, se tornó una sombría obscuridad. Allí, en el
pulpito, se encontraba parado, y con su voz gruesa dijo:

-Bienvenido de nuevo Joaquín, me alegra mucho tenerte de nuevo por aquí-


Dijo sonriendo-

-¡…L…L…-U...U...NA!-Dijo impactado- ¿¡Pero qué rayos!?-

-No alces la voz, se que puede sorprenderte, pero esta es la verdad-Dijo-

Y sin más, una tormenta de moscas inundó toda la iglesia, la Biblia de


Joaquín había sido arrebatada y ahora él en encontraba en las manos de la
apostasía, corriendo el riesgo de ser persuadido con sus moscas.

-¿Y bien? ¿No vas a decir nada? ¿A luchar?-Dijo-¡Ja! Al final, no eres más que
un inútil sin esa biblia, ni siquiera puedes citarme versículos bíblicos-Dijo
mientras lanzaba una carcajada-
-Es cierto, soy inútil sin su palabra, y no soy nada sin Dios, pero no necesito
saberme la Biblia de memoria si en la práctica tengo un cero-Dijo Joaquín-

De pronto, aquel hombre, se convirtió en un feroz y gran dragón, quien


tenía sus garras sobre el pecho del muchacho.

-En ese caso…Eres un mentiroso.-Dijo-Porque hasta ahora no has hecho


más que mirar en que se ha equivocado el otro, pero no te has fijado en que
cosas tú te has equivocado. Por lo tanto…-Dijo- ¡PAGARÁS LAS
CONSECUENCIAS!- Y un gigantesco fuego salió de su boca, captando a
Joaquín, quien tenía sus ojos cerrados.

-¡Ahhh! ¡Quema! ¡Quema!-Dijo estremecido- Sentía que su pie ardía, su


hermano mayor (de 20 años) había prendido fuego su calcetín.
Desesperado, tomó un vaso de agua (que tenía siempre sobre su mesita de
luz) y lo vertió sobre su pie. Con un aire confuso y lleno de odio, miro a su
hermano.

Su hermano dio un suspiro.

-No me mires así, mamá me dijo que te despertara, te viene llamando hace
un buen rato. –Dijo- … ¿Qué le paso a esta ventana? – Dijo mientras la
observaba- Desaparezco unos meses y arman estos desastres-

Joaquín, quien luego de apagar el incendio, bajó las escaleras a toda


velocidad (ignorando a su hermano) y preguntó a su madre sobre qué día
era. Y se sorprendió, porque todo lo que había pasado fue un sueño, la
ventana la rompió su hermano pequeño jugando al fútbol en la habitación, y
el señor Luna si existía, pero nunca hubo dicha “fumigación”.

Esto tranquilizó a Joaquín. Pasaron los días, y cada vez le daba menos
importancia a ese viejo sueño, que lejos de parecerle interesante, creaba
más desinterés hacía Dios por parte de él. Una ocasión, hablando con su tía
por teléfono, le nació preguntarle por la iglesia a la que ella asistía. Pero
luego se arrepintió de hacerlo, ya que constantemente su tía le mandaba
mensajes sobre Dios por las redes sociales.
Un día, su madre lo mandó a hacer trabajos del jardín: debía plantar una
orquídea que les había regalado su vecino, el señor Luna.

Mientras estaba cavando, algo llamaba la vista de Joaquín, era el señor


Luna, su vestimenta era sumamente particular. Pero no era solamente eso,
sino que el señor Luna, tenía un espejo tan enorme que aparentaba haber
otro hombre igual a él.

-Esto…no puede ser…-Dijo casi sin aire-

Joaquín arrojó la pala, y con rápidamente, entró y salió de su casa, en


dirección hacia el jardín vecino.

Al estar llegando, oyó la conversación de los dos hombres idénticos:

-Entonces, si le pido a Dios. ¿Será hecho?

-Si-Dijo-Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis. Mateo


21:22-

La llegada sorpresiva de Joaquín provocó que los dos hombres dejaran de


hablar, y con respeto y falta de aire, Joaquín agregó:

-Perdón, yo también soy cristiano, pero creo que se están olvidando de algo
importante.-Dijo- Y es que debemos comprobar si eso que pedimos es
acorde a la voluntad de Dios, y no para satisfacer deseos que van en contra
de Dios o que nos alejaran de él-

-Oh…Ahora que lo pienso, tienes razón, creo que el pedirle por recuperar
viejas amistades que no eran una buena junta, no estarían acorde a su
voluntad, ya que él quiere lo mejor para nosotros...-Dijo- Muchas gracias, tu
madre no me dijo que eran cristianos-

-Bueno…Eso en realidad…Es cierto…Me he equivocado, perdóname


hermano-Dijo el otro avergonzado-
Joaquín nuevamente con malestar interrumpió y abriendo su Biblia citó:

-Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas


pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada
ciencia,

la cual profesando algunos, se desviaron de la fe. La gracia sea contigo.


Amén.-Dijo.

El silencio se volvió automático e instantáneamente aquel hombre


preguntó:

-Dime hijo… ¿Cuál es tu nombre?-Dijo-

-Mi nombre es Joaquín, mucho gusto pastor.-Dijo-

El hombre, sorprendido, le hizo otra pregunta:

-¿Hace cuanto eres cristiano?-Dijo-

El silencio nuevamente reinó. Y con una respuesta segura, respondió:

-Desde que los conocí a ustedes-


“Carta de Joaquín a su familia “: Un largo tiempo pasó desde mi partida, la
verdad, no puedo decir que el camino que he escogido sea fácil, pero puedo
decir que amo servir a Dios de esta forma. Luego de aquella vez que hablé
con los señores Luna, entendí que todo había sido una maravillosa obra de
Dios. El pastor Luna estaba cometiendo apostasía, pero luego de una larga
charla, se arrepintió, y en el tiempo que estuve en su iglesia, puedo
considerar que no se volvió a equivocar (no volví a ver moscas, jaja). Sé que
Dios fue quien hizo todo el trabajo, como lo hizo en mi vida, mejorar mis
actitudes, dedicarles más tiempo a ustedes y aprender a ser obediente.
Todo me ha enseñado a ver el verdadero valor del tiempo y la familia.
Anhelo de todo corazón que puedan acercarse a Dios, así como yo y Camila
lo hicimos (hermanita da tu mejor esfuerzo). Les agradezco darme la
libertad de que a mis 19 años pueda irme de misionero, para ayudar a
quienes lo necesitan, y brindarles el amor de Dios.

Por cierto, no les conté (realmente no lo creo importante), pero… ¿Sabían


que el pastor se la pasaba jugando videojuegos? ¿Y que además su nombre
era SAC? ¡Su nombre es Sac luna!

Su hermano había comenzado a congregarse al mismo tiempo que yo


(parece que estaba apartado). En fin, no quiero agobiarlos mucho… ¡Ah! Me
olvidaba, antes de irme, el día que íbamos a viajar, decidí darme una vuelta
por el viejo centro de videojuegos. Quería ver si mi nombre seguía estando
en primer lugar en el juego “End” donde fue mi última ficha. Entonces, pude
ver, mi puntaje llegó al segundo lugar, en primer lugar estaba alguien
llamado ISA. En ese momento me molesté, y refunfuñé que no volvería a
jugar más para poder pasar a ese ISA. ¿Pero saben qué? Cuando me di
vuelta, ese jugador estaba detrás de mí, era Isabella. La hermosa hija del
pastor, la cual conozco hace tres años, con quien menos creí llevarme tan
bien. Ambos nos despedimos con un abrazo, y lo que me dijo me dejó
pensando mucho: “Buena partida”.

Creo que ya he hablado demasiado, pero debo decir, que ambos tenemos
caminos diferentes, y aunque una parte de mí deseaba quedarse, la otra
anhelaba hacer la voluntad de Dios. Y aquí estoy, no volveré a ser un
rebelde de nuevo.

Familia, los amo, los extraño, estaré orando mucho por ustedes.

Isabella sólo Dios sabe hasta cuándo te amaré como algo más que una
amiga.

Iglesia, lean mucho la Biblia.

Dios, gracias por todo.

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