¿Cómo el COVID-19 moldeará el diseño

para 2020?
El virus COVID-19 está transformando la forma en que diseñamos y
construimos. Para 2020, los efectos de la adopción de nuevas
tecnologías sentirán ampliamente en todos los aspectos de nuestra
vida cotidiana. A medida que el mundo enfrenta una serie de desafíos
urgentes y complejos, miro hacia adelante, evaluando lo que está
sucediendo y, a su vez, imaginando cómo poder mejorar nuestras
vidas.

El desarrollo de sistemas informáticos, se ha visto activado ante la

necesidad de realizar tareas que normalmente requieren inteligencia
humana. El término a menudo se aplica a la capacidad de una
máquina o sistema para razonar, descubrir significado, generalizar o
aprender de la experiencia vivida. Hoy, ya vemos en el mundo como
se utilizan algoritmos para sugerir lo que deberíamos ver, leer y
escuchar, y estos sistemas se han extendido a tareas cotidianas
como rutas de viaje sugeridas, vuelos autónomos, agricultura
optimizada y cadenas de suministro logísticas y de almacenamiento,
incluso atenciones de estudio médico, que si no somos conscientes
de ello, ya estamos sintiendo los efectos de la adopción de la
Inteligencia Artificial.

El acto de seguir las líneas de tendencia hacia posibles conclusiones,

me invita a imaginar cómo podríamos vivir en un ejercicio productivo.
Desde los deliverys aéreos y la inteligencia urbana hasta la
construcción y la singularidad, estos cambios continuarán dando
forma a cómo vivimos, trabajamos y jugamos.

Gran cantidad del trabajo realizado por humanos se reemplazara por

robots, incluso aquellos tradicionalmente asociados con la educación
universitaria (será, on line). Estos trabajos se perderán a medida que
"la inteligencia artificial, la robótica, la nanotecnología y otros
factores socioeconómicos reemplacen la necesidad de empleados
humanos". La conclusión es que los trabajos más difíciles de
reemplazar requieren un alto nivel de creatividad e interacción
humana y tienen un bajo porcentaje de actividades repetitivas. Estos
serán los últimos en ser reemplazados, pero también se crearán
nuevos trabajos que serán necesarios para monitorear y coordinar
máquinas y sistemas inteligentes.

A medida que nos acercamos a un momento en que la amplia

Inteligencia Artificial supere los niveles humanos, surgen preguntas
existenciales. ¿Qué se debe estudiar cuando cualquier trabajo puede
ser programado o reemplazado? ¿Se adoptará el ingreso universal
como resultado? El cofundador de Microsoft, Bill Gates, cree que sí.
"La inteligencia artificial es lo último en tecnología que nos permite
producir muchos más bienes y servicios con menos mano de obra".
La forma en que trabajamos y en qué podemos trabajar comenzará a
cambiar a un ritmo cada vez más rápido. Si la mitad de todo el trabajo
puede ser realizado por robots o máquinas en los próximos 15 años,
es probable que todo el trabajo esté configurado.

La Inteligencia Artificial y el "Internet de las cosas" están cambiando

la forma en que vivimos y, a su vez, la sociedad en general. Los datos
y los sistemas inteligentes darán forma dramática a nuestras
ciudades con un ejemplo de micro sensores y tecnología urbana que
registrarán la calidad del aire, la contaminación acústica y los
paisajes sonoros, así como la infraestructura urbana en general.
Cómo se mueven las personas, dónde las emisiones son peores y qué
tan eficientes son los procesos de la ciudad representan solo algunas
de estas ideas. No es futuro, ya lo he visto en videos que me envían
de lo que sucede en escuelas de China.

De España, he visto reportajes, donde comentan que muchos de los

ciudadanos que viven en áreas urbanas, buscaran opciones para
volver al área rural, un ambiente más sano, agregando la Inteligencia
Artificial del Teletrabajo. En pocos años, también tendremos
versiones completamente nuevas de estas modalidades.

La forma en que nos movemos ya está experimentando una

transformación generalizada. El tránsito se está reinventando en la
calle, desde la transformación del transporte público a servicios de
movilidad más centrados en el usuario, hasta repensar las
estructuras regulatorias y organizativas. Es el caso de Venezuela
que experimentado la falta de gasolina, se inventa (porque se me
hace difícil decir innovar), en combustibles alternos, poniendo
muchas veces en su implementación solo la chispa criolla, sin
conocimiento normalizado.
La construcción ha sido uno de los sectores más desafiantes para
superar el COVID-19. Hoy vemos; aunque prefabricados, hospitales
diseñados y construidos en tiempo record, los robots trabajarán en
equipos para construir estructuras complejas utilizando nuevos
materiales dinámicos, mientras que los elementos de una
construcción se autoensamblarán, tal como lo hace MASISA en un
video que he visto hoy, dando respuesta al futuro. Los drones que
vuelan por encima escanearán el sitio, enviando instrucciones a
grúas y excavadoras robóticas y constructores automáticos sin
necesidad de participación humana. El resultado es un proceso de
construcción libre de humanos, en el que el rol del constructor pasa a
ser "supervisor" y gestionan proyectos de forma remota.

Además, si las personas aún están en el sitio antes de ser

eliminadas, utilizarán exoesqueletos robóticamente mejorados y
tecnología de control neuronal para mover y controlar maquinaria y
otros robots en el sitio, se podrá incrementar la fuerza hasta en 20
veces al humano promedio, no es ciencia ficción, pueden ver el video
en la página altadensidad.com. Sin embargo, hay cambios ideológicos
más profundos que vienen con la construcción libre de humanos. En
términos de diseño y aprecio por la artesanía, podemos comenzar a
perder un "toque humano, para decirlo de otra manera, podemos
comenzar a crear diseños que aún no tenemos la capacidad de
imaginar.

Si, más que ganancias de productividad; o, podemos repensar la

forma en que vivimos y cómo moldeamos el entorno construido. Al
hacerlo, podemos imaginar nuevos procesos creativos y sociales y,
con suerte, trabajar con Inteligencia, para sentar las bases de un
futuro mejor.