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RTÍCULO

Revista Arbitrada de la Facultad Experimental de Arte


de la Universidad del Zulia. Maracaibo, Venezuela
ISSN 1856-7134. Depósito legal pp 200602ZU2376
AÑO 5 N° 8. JULIO - DICIEMBRE 2010 ~ pp. 20 - 37

Corporeidad, semiosis y memoria*


Corporeity, semiosis and memory
Víctor Fuenmayor
Universidad del Zulia
Recibido: 09-11-10
victorfuenmayor@gmail.com
Aceptado: 08-12-10

Resumen Abstract

La corporeidad y la comunicación tienen el mismo origen en Corporeity and communication have the same origin in the
la organización de un espacio de semiosis donde el cuerpo organization of a space for semiosis where the biological
biológico se convierte en corporeidad cultural. A partir de body becomes cultural corporeity. Based on the concepts
los conceptos de corporeidad, semiosis y memoria se tratará of corporeity, semiosis and memory, this study will try to
de situar la implicación del cuerpo en los textos. Los proce- situate the implication of body in texts. The autopoietic
sos autopoiéticos de construcción de la corporeidad (bioló- processes of constructing corporeity (biological, cultural
gicos, culturales y antropológicos) implican la evolución de and anthropological) imply the evolution of learning from
los aprendizajes desde una memoria biológica o procedi- a biological or procedural memory without representation
mental sin representación a la memoria semántica pasando to the semantic memory, passing through the multisen-
por la memoria multisensorial de la imagen inconsciente del sory memory of the unconscious image of the body. Auto-
cuerpo. La construcción autopoyética determina que la uni- poietic construction determines that the unit of textual
dad de lectura textual no es el signo sino la lexía que reúne reading is not in the sign but in the lexia that gathers to-
en los significantes las marcas de las tres memorias en un gether in the signifiers the marks of the three memories in
mismo texto. one same text.

Palabras clave: Key words:


Corporeidad, semiosis, memoria corporal o procedimental, Corporeity, semiosis, corporal or procedural memory,
culturo-poiesis, lexía. cultural-poiesis, lexia.

* Conferencia dictada en el VI Congreso Venezolano-Internacional de Semiótica, “Nuevas formas de la comunicación, escritu-


ras, cuerpos e imágenes”. Trujillo, 14, 15, y 16 de Julio, 2010.
Víctor Fuenmayor
Corporeidad, semiosis y memoria

”Le corps interroge à sa façon l’origine des mots”.


Daniel Syboni, Le corps et le nom.

”…se tratará de reconocer y reunir las sílabas directrices,


como Isis reunía el cuerpo fragmentado de Osiris”.
Jean Starobonski, Las palabras bajo las palabras. La teoría de los anagramas
de Ferdinand de Saussure

”Porque algunos afirman que cuerpo (soma) es sepulcro (sema) del alma, en el que está al
presente enterrada, y porque mediante el cuerpo, el alma da a significar (semainei) lo que
quiere significar, por tal razón correctamente se le llama signo (sema)”.
Platón, Cratilo, 400c.

Considero un acierto cuando existe una acepta- palabra “comunicación”. Pero semiotics pre-
ción general, por parte de un gran número de investiga- valece: las actas del coloquio tendrán esa pa-
dores, de crear un nuevo nombre para conceptualizar labra por título, y es sabido el éxito que ha te-
una idea necesaria en una forma más integral que otros nido. En su prefacio, Thomas Sebeok, Alfred
términos precedentes. Fue lo que ocurrió con el término Hayes y Mary Catherine Bateson, justifican la
semiótica en los años 60 que substituyó al término co- elección en estos términos:
municación y ahora, con el concepto contemporáneo de
corporeidad en lugar de cuerpo. En la temática del con- “Queremos subrayar el contexto interaccio-
greso sobre las nuevas formas de comunicación entre nal y comunicacional del uso de los signos
cuerpos, escrituras e imágenes, debemos considerar la por el hombre y la manera en que estos inte-
complejidad que toma el concepto corporeidad en rela- gran la visión, audición, tacto, olfato y gus-
ción con la semiosis. Con un espectro más amplio (bioló- to”. (Bateson, C., Hayes, A. y Sebeok, T., 1964,
gico-afectivo-mental) que el término cuerpo, el concep- Approches to semiotics. La Haya, Mouton, p.
to de corporeidad producirá efectos renovadores en la 5, cit. por Winkin, p. 110).
semiología. El término de autopoiesis, usado por biólo-
Las nuevas formas de comunicación implican-
gos, semiólogos y antropólogos servirá para designar ese
do el cuerpo en el texto exigen un cambio de modelo de
proceso de autoconstrucción poética común del espacio
investigación con un método más interdisciplinario o
semiótico y de la vida.
transdisciplinario, así mismo el término corporeidad asi-
Me gustaría recordar la pertinencia del tema de
mila la comprensión contemporánea del cuerpo como
relacionar la corporeidad y semiosis en la temática del VI
tema semiótico más allá de la lingüística o de las observa-
Congreso recordando uno de los orígenes del término
ciones kinésicas dirigiéndose hacia la investigación de la
semiótica y de la aceptación del término que reúne cuer-
comunicación cultural no verbal o corporal ampliada por
po y comunicación:
otras ciencias como la etología de la comunicación, el
A principios de los años 60, poco antes de la psicoanálisis, la biología y la antropología.
explosión de las investigaciones semióticas Me es difícil situar el momento preciso cuando
en Europa, un coloquio reúne a sesenta in- los autores contemporáneos se distanciaron de la pala-
vestigadores en ciencias humanas en la In- bra cuerpo, dejaron de usar el término comunicación no
diana University. Las jornadas se consagran verbal y crearon el concepto de corporeidad. La adop-
a la kinésica y la paralingüística en sus rela- ción del concepto debe comportar transformaciones en
ciones con la psiquiatría, la enseñanza de las el método, en la actitud que deben adoptar los investiga-
lenguas y la antropología cultural. En la dis- dores y en el cambio de la visión de acuerdo a la comple-
cusión final, Margaret Mead propone el tér- jidad de elementos que deben ser analizados y que for-
mino semiotics para hablar del “estudio de marían parte de la semiótica de la corporeidad en sus as-
todas las modalidades de comunicación es- pectos bio-psico-socio-antropológicos.
tructurada” (patterned comunication in all La dificultad mayor estaría en la necesidad de
modalities). Birdwhistell sugiere conservar la construir un método interdisciplinario o transdisciplina-

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rio e incluso intercultural que tomase en cuenta ciertos taforiza con la sintaxis las situaciones biológicas donde
planteamientos del pensamiento complejo. Relaciono la puede encontrarse el cuerpo-cuerpo: nacimiento y
complejidad de la tríada (individuo, cultura y condición muerte, feto y cadáver, mientras que la corporeidad ocu-
humana) con el eje pancrónico estableciendo una salida pa toda la fase intermedia de la vida que atraviesa como
a las limitaciones del método lingüístico donde solo se una línea esos dos puntos extremos del largo párrafo.
consideran pertinentes los estudios de la diacronía y de La corporeidad es el proceso constante donde
la sincronía y no del eje pancrónico, tal como lo conside- se desarrolla la vida humana, no en el sentido solo bioló-
raba Ferdinand de Saussure en su Curso de lingüística ge- gico, sino humano, es decir con vivencias humanas. Esa
neral, sin tomar en cuenta la pancronía del sistema psí- corporeidad es invisible, pero se hace visible o se dejar
quico y de los lenguajes artísticos. entrever en las huellas que marcan los significantes
Articularé mi exposición “Corporeidad, semio- como extensión del cuerpo.
sis y memoria” a partir de tres partes explicativas y una
conclusiva: 1.1. La dimensión invisible que la semiótica
1. Cuerpo y corporeidad, donde resumiré las difi- hace visible
cultades de la investigación de la corporeidad. Algunos autores angloamericanos de la dimen-
2. Corporeidad y semiosis planteará el origen
sión invisible integraron otras ciencias a la semiótica con
común de los procesos de corporeidad y de los el fin de resolver las dificultades del método lingüístico
procesos semióticos en la comunicación. en su aplicación a la kinésica, proxémica y cronémica. Ha-
3. Semiosis y memoria tratará el problema de los
cer intervenir el psicoanálisis, la etología y la antropolo-
procesos de memorización corporal implícita y
gía aportó a la teoría semiótica una serie de conceptos:
semántica o explícita en las determinaciones de
transferencia, determinaciones inconscientes, cultura
construcción del sentido de los textos.
primaria o primitiva y sobre todo la intención de investi-
gar la implicación del cuerpo como transferencia de ex-
1. Cuerpo y corporeidad tensión en los lenguajes e instituciones. Intentaron cons-
truir la semiótica para investigar las modalidades estruc-
Encuentro un texto ejemplarmente circular del turadas de la comunicación y las determinaciones in-
investigador español Jesús Paredes Ortiz donde se hacen conscientes de los actos, conductas y comportamientos
notables las diferencias entre cuerpo y corporeidad: de individuos en su propia cultura o en contacto con
Nacemos con un cuerpo que desde el mo- otras culturas.
mento del nacimiento, a través de la acción, Los códigos culturales descubiertos, en esas de-
del movimiento se adapta, transforma y con- terminaciones inconscientes, se consideran articulados
forma como corporeidad. Esta conformación más con principios artísticos e inconscientes (comunica-
viene dada por el movimiento, por la acción y ción orquestal, partitura no escrita y coreográfica o danza
por la percepción sensorial (vista, oído, tacto, de la vida), que con determinaciones lingüísticas y cons-
gusto, olfato y percepción cinestésica). Ya en cientes. Recurren a la creación de términos como codifi-
el vientre de nuestra madre necesitamos mo- caciones o gramáticas inconscientes, dimensión invisi-
vernos. Todo este proceso se va desarrollan- ble, oculta o silente para conceptualizar esas determina-
do a lo largo de toda nuestra vida, de manera ciones.
que vamos cambiando y conociéndonos de- Lo que los autores de la dimensión invisible de-
pendiendo de la imagen corporal que tene- mostraron con metáforas conceptuales fue que los códi-
mos de nosotros mismos y de la imagen que gos de la comunicación cultural eran implícitos, incons-
nos hacemos al interpretar el mundo exterior cientes, determinados más por leyes artísticas o poéticas
a lo largo del día y de nuestra vida. Este proce- que por acciones conscientes y lingüísticas. Definirían lo
so acaba con la muerte: es entonces cuando que ellos llamaron cultura básica, primera, primitiva, a
dejamos nuestra corporeidad, para acabar partir de las investigaciones kinésicas y proxémicas
siendo un cuerpo (http://www.efdeportes. como la dimensión invisible de los códigos corporales
com/efd62/corpo.htm). que podía hacer visibles su estructuración de partitura o
coreografía de la comunicación cotidiana si sabían cap-
En la composición circular del párrafo donde la tarse por medios tecnológicos que permitirían investi-
posición de la palabra cuerpo, en frase inicial y final, me- garlos con imágenes captadas en fotografías y filmogra-

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Corporeidad, semiosis y memoria

fías. Con la asociación del concepto biológico de auto- temporáneas que pueden o no ser expresiones en len-
poiesis junto con el de corporeidad continúo en la pro- guajes tecnológicos.
puesta de los primeros investigadores del cuerpo que Esos procedimientos pictórico-poemáticos son
plantean una semiosis cultural inconsciente determina- semejantes a las escrituras que mezclan anagramatismos
ba por leyes artísticas y poéticas. visuales y literales cuya lectura puede estar dirigida a re-
construir más allá de la imagen y de la letra un punto que
1.2. Interdisciplinaridad, transdisciplinaridad
reúna la representación cuerpo-imagen-escritura. Ape-
o pancronía
nas enuncio el nombre de Antoni Tàpies para notar en
Las lingüísticas resultan ser restrictivas para es- sus obras la dispersión de letras de sus nombres o frag-
tudiar las nuevas formas de la comunicación en todas las mentos de sus nombres en las imágenes de pies o de me-
modalidades estructuradas, de la semiosis compleja en- dias (Figs. 2 y 3), los materiales con que se construyen las
tre cuerpo, imágenes y signos. Aceptar el paso hacia una tapias o muros en su obra visual, para que comience a
metodología más compleja, interdisciplinaria o transdis- construirse el cuerpo-nombre-imagen en el espacio del
ciplinarias todavía es una necesidad epistemológica. Al arte. Una escritura caleidoscópica de muchos códigos
situarse la corporeidad en una diversidad de semiosis se- entre anagramatismos literales y visuales deben reducir-
gún su desarrollo entre aprendizajes biológicos incons- se a un punto de unión de emisión y recepción de todos
cientes (fijados por afectos e impresiones sensoriales) en ellos: las letras dibujadas forman parte de los significan-
su primera fase, por adquisiciones psicológicas de una tes de su nombre, los pies y las medias de las imágenes
fase intermedia (de la imagen inconsciente del cuerpo son parte nominal de su patronímico Ta-pies y aún las
tan determinante en los lenguajes) y por la última fase de materialidades hacen referencia a la construcción de ta-
adquisición y dominio de la lengua, se hacen muy com- pias o muros en su lengua catalana. ¿Anagramastismos?
plejas las relaciones entre ciencias y métodos que sean ¿Cábalas? ¿Inconscientes? Es todo eso en una misma
idóneos al análisis de la corporeidad. La construcción obra.
biológica autopoyética a partir de informaciones multi- Esa co-existencia de diversas materialidades de
sensoriales, las imágenes inconscientes y los lenguajes lenguajes plantearía el problema contemporáneo de las
que guardan debajo de los signos las memorizaciones lecturas que cabalgan entre varios códigos y que exigen
más arcaicas, muestran la complejidad de la investiga- un reconocimiento del eje pancrónico, de unión de to-
ción de todos esos registros co-existiendo en un mismo dos los códigos y de todos los tiempos, tan problemático
texto plural. para la lingüística. Si para Saussure, sólo existen en la len-
Desde el concepto de la corporeidad, el cuerpo gua los hechos diacrónicos (“términos sucesivos no perci-
no es sólo cuerpo; ni la imagen, solo sombra de las cosas, bidos por la misma conciencia colectiva”) y sincrónicos
ni la escritura, sólo signo y letra, ni siquiera la lengua se (“términos coexistentes y formando sistema”) (Saussure,
compone solo de significantes y significados. El arte, 1972, p. 134), la corporeidad vendría a plantear lo contra-
cualquier arte, hace más evidente la corporeidad que rio, sobre todo en las artes, el paso del signo arbitrario al
atraviesa la materialidad de los textos. Algunas formas símbolo motivado por motivaciones arcaicas, poéticas o
contemporáneas cabalgan entre cuerpo, imagen y escri- inconscientes con organizaciones pre-verbales o pre-ex-
tura acercándose a esa complejidad de la investigación presivas más cercanas a la poética que a la lengua.
que debe abordar los textos complejos actuales. Así, los Con la posibilidad de aceptar un punto de vista
poemas visuales del artista español Antoni Tàpies, por pancrónico para el estudio de los textos simbólicos des-
ejemplo, entre imágenes con fragmentos de cuerpo, de la corporeidad, tenemos que pensar necesariamente
acompañadas de números, signos de operaciones mate- en el pensamiento complejo de nuestra contemporanei-
máticas y letras, tienen una composición entre imagen, dad. No podemos desterrar la pancronía ni siquiera en la
letra y cifras cuya lectura exige el punto de partida de uni- literatura. La creación sígnica de la lengua con las imáge-
ficar todos esos lenguajes con los soportes materiales: nes y juegos significantes inconscientes elaboran una
polvo de mármol, cementos, cales, yeso, para encontrar coexistencia entre estructuras más antiguas con fone-
el sentido de un texto complejo multidimensional o en- mas arcaicos y protopalabras, más allá de los usos lin-
tre varios lenguajes (Fig. 1). Todo eso que coexiste en el güísticos, que pueden estar vehiculados parasitariamen-
texto nos remite al problema de la significación con las te entre cuerpos, imágenes multisensoriales y signos co-
nuevas modalidades de comunicación en las artes con- mo muchas de las creaciones artísticas contemporáneas.

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Figura 2. Antoni Tàpies. Matèria en forma de peu (1965).


Procedimiento mixto sobre tela 130 × 162 cm.
Ubicación: Fundació Antoni Tàpies, Barcelona.

Figura 1. Antoni Tàpies. Armari (1973). Madera y ropa. 231


× 201 × 156 cm. Ubicación: Fundació Antoni Tàpies,
Barcelona.

A esa pancronía metodológica quisiera darle un


sentido contemporáneo dentro de los saberes necesa-
rios del pensamiento complejo que resuena en la com-
plejidad de la corporeidad:
Es necesario introducir y desarrollar en la
educación el estudio de las características
cerebrales, mentales y culturales del conoci-
miento humano, de sus procesos y modali-
dades, de las disposiciones tanto psíquicas
como culturales (…). El ser humano es a la
vez físico, biológico, psíquico, cultural, social
e histórico. Esa unidad compleja de la natu-
raleza humana está completamente desin-
tegrada en la educación, a través de las disci-
plinas, y hace imposible aprender qué signi-
fica ser humano (Morin, 2001, pp. 18-9).

No creo necesario hacer ningún comentario de


las relaciones entre el pensamiento complejo promo-
Figura 3. Antoni Tàpies. Collage del mitjó (1979). Pintura,
viendo un tipo de conocimiento más allá de una discipli-
barniz y collage sobre papel, 63,5 × 45 cm.
na con el eje pancrónico tan negado como imposible en
Ubicación: Fundació Antoni Tàpies, Barcelona.
virtud de los estudios diacrónicos o sincrónicos de la lin-
güística. La semiología puede ocupar ese lugar de la

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Corporeidad, semiosis y memoria

complejidad como teoría general que tiene que aportar Traigo el ejemplo aportado por Hall al tratarse
algo en ese aspecto del saber complejo de los signos y de de artes contemporáneas en escritura, pintura y escultu-
los símbolos en la vida social. ¿Cómo introducir ese saber ra cuya referencia estética no reside en la copia realista
complejo? Será nuestro problema pancrónico del saber del cuerpo sino en la expresión metafórica o imaginaria
contemporáneo, que debemos asumir los semiólogos, de procesos cerebrales internos de la corporeidad expre-
aunque lo llamemos con otro nombre. sada en los diversos significantes de los textos artísticos
Bastaría leer un verso de Octavio Paz para en- contemporáneos. El poema de Octavio Paz, por ejemplo,
tender lo que es unir la pancronía poética entre sincronía puede considerarse una implicación de procesos arcai-
y diacronía de la corporeidad: “Estoy en donde estuve: cos cenestésicos en la poesía para construir imágenes si-
/voy detrás del murmullo/, pasos dentro de mí, oídos con nestésicas proyectadas en palabras, tal como dice al fina-
los ojos,/ el murmullo es mental, yo soy mis pasos” (1999, lizar del poema, Soy la sombra que arrojan mis palabras,
p. 43). Todo parece confundirse entre los tiempos dife- que van a remitir al cuerpo invisible con asociaciones
rentes unidos en el presente y pasado, pero la asociación perceptivas sin separación sentida de una percepción a
de significantes Paz, Pasos, Pasado, van agregando al es- otra como la primera organización sensorial arcaica y ce-
toy y al estuve un soy de autorepresentación corpórea nestésica del cuerpo donde una red perceptiva entre va-
del poeta. Es una poesía que transfiere al poema el senti- rios órganos organiza la percepción entre varios sentidos
do corpóreo de esa unión de tiempos de la pancronía del cuerpo.
que toda corporeidad detenta en su espacio interior. Esa
implicación que crea al poema es planteado a su vez por
2. Corporeidad y semiosis
los autores contemporáneos respecto a las creaciones
humanas.
El origen de la corporeidad se confunde con la
1.3. Implicación o extensión del cuerpo incorporación de procesos semióticos en un cuerpo bio-
en los lenguajes lógico para hacer posible el intercambio de información
Los autores de la dimensión invisible con el con- y la comunicación entre los seres humanos. La corporei-
cepto de transferencia de extensión implican al cuerpo en dad entraría en los procesos de interiorización-exteriori-
los lenguajes, instituciones, invenciones. La implicación, zación que organizan las secuencias evolutivas de acuer-
prolongación o extensión es una implicación del cuerpo do a la construcción de las semiosis y de las matrices per-
en los textos que pueden corresponderse a procesos de ceptivas y motrices del cuerpo, la estructuración de la
interiorización de una semiosis arcaica o primitiva o de la imagen inconsciente del cuerpo y el acceso al orden sim-
representación de procesos internos de ciertos textos bólico de la lengua. Si la corporeidad se refiere a la auto-
contemporáneos que remiten a las determinaciones de construcción del cuerpo biológico que para algunos bió-
la huella del cuerpo en los lenguajes. La definición de la logos se trata de un proceso de construcción autopoiéti-
transferencia según Edward T. Hall llega por ejemplo a ni- co de los sistemas vivientes; la semiosis se referirá a la or-
vel neurobiológico en ciertas expresiones artísticas: ganización inconsciente autopoyética de un espacio de
comunicación entre cuerpo individual y cultural. La cor-
Trasferencias de la extensión (ET) es el nom- poreidad es cuerpo y semiosis, semiosis corporeizante.
bre que se le ha dado a la habitual maniobra La corporeidad es la organización primera y originaria de
intelectual mediante la que la extensión se la comunicación tal como lo afirma Jesús Paredes Ortiz:
confunde con, u ocupe el lugar de, el proce- “La corporeidad es realidad y origen de la comunicación
so extendido. El factor ET, y las tensiones tan- a través de ella se puede perfilar nuestra imagen” (http://
to reales como conceptuales que engendra, www.efdeportes.com/efd62/corpo.htm).
ha ocupado a algunas de las inteligencias Ese paso del cuerpo biológico a la corporeidad
brillantes de la cultura occidental. En Finne- cultural necesita de un proceso de autoconstrucción de
gans Wake, Joyce retrata en escritura el fun- un espacio semiótico que procede de lo concreto a la
cionamiento de las partes verbales del cere- abstracción donde podemos señalar tres tipos de apren-
bro. Muchas de las pinturas de Picasso y de dizajes que van del cuerpo sensorial a la abstracción síg-
las esculturas de Moore constituyen analo- nica: Los primeros aprendizajes son biológicos y perma-
gías visuales así como táctiles de la obra de nentes; los segundos pertenecen a la imagen inconscien-
Joyce, es decir exteriorizaciones de los pro- te del cuerpo y son latentes; por último, la semiosis del
cesos visuales del cerebro (1976, p. 34). signo que instaura el dominio de la lengua materna y el

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ingreso del sujeto al orden simbólico es una semiosis las matrices sensoriales y motrices del ser humano. Que
consciente donde domina la memoria semántica. El ac- lo llamemos dones, potencialidades, sentidos de… (del
ceso al orden simbólico no elimina los otros procesos se- espacio, del ritmo, del color), o inteligencias múltiples, no
mióticos que se encuentran en la memoria inconsciente cambia el sentido que tiene un aprendizaje determinan-
del cuerpo o en estado de latencia. te corpóreo y sensorial desde fases pre-expresivas y pre-
lingüísticas que deben tomarse en cuenta sobre todo en
2.1. Semiosis de aprendizaje biológico las semióticas de las artes, las psico-semióticas y en las
Se hace difícil pensar el cuerpo sin la palabra, socio-semióticas al considerar las materialidades de los
pero aún más difícil pensar el origen del cuerpo humano lenguajes como extensión del cuerpo. Lo paradójico de
sin otro cuerpo ya dotado de corporeidad y de la palabra esa determinación sensorio-motriz es que procede de
para construir los procesos de semiotización y memori- una memoria sin representación, puesto que lo que de-
zación originarias de la corporeidad y de la comunica- termina son los procedimientos intuitivos de las accio-
ción. El cuerpo-cuerpo necesita de un juego de cuerpo a nes, un saber hacer, más allá de la consciencia de la per-
corporeidad para construir la propia corporeidad a partir sona o de la comprensión teórica de los procedimientos
del otro. aplicados en su hacer.
El cuerpo inicia los aprendizajes biológicos en 2.2. Semiosis de aprendizaje de la imagen
las interacciones con la corporeidad de la madre y de La memoria corporal que fija ciertas informacio-
otros seres para transformar los órganos en sentidos. Del nes en la zona especializada del córtex permite el desa-
cuerpo sensorio-motriz, cenestésico y multisensorial se rrollo multisensorial de la imagen inconsciente del cuer-
van diferenciando, según impresiones modulantes y fun- po. Esa imagen inconsciente es insituable anatómica-
ciones específicas, cada órgano biológico organizando mente al no ser un punto orgánico o anatómico sino ima-
un sentido al incorporar procedimientos aprendidos de ginario de emisión y recepción de todas las expresiones
la otra corporeidad. El cuerpo biológico va desarrollando del sujeto.
sentidos haciéndose entonces corporeidad a partir del El proceso de dar un sentido a lo percibido des-
sentido y de la conciencia del cuerpo. Esa transformación de la primera organización sensorial cenestésica o desde
del cuerpo a corporeidad es el mismo proceso que sufre la imagen multisensorial del cuerpo en la representación
parcialmente cada órgano: del ojo a tener la visión, de la mental, resulta difícil de pensar desde la palabra, pero no
nariz a tener olfato e igualmente para otros órganos que imposible. Al entender que se trata de las fases pre-ver-
se organizan en sentidos. Se puede tener un órgano con bales o pre-expresivas del infante antes del dominio de la
el sentido faltante: el ciego de nacimiento tiene órgano lengua, la imagen puede ser trabajada como sentido ce-
pero no visión. El ojo se transforma en visión inicialmente nestésico. Con todas las asociaciones de los sentidos per-
fijando la mirada en el cara a cara con la madre; la piel, en ceptivos en relaciones sinestésicas o cenestésicas, senti-
tacto; la nariz, en olfato; la oreja, en audición, que van es- dos funcionando juntos en la multisensorialidad neuro-
tabilizando neurológicamente las primeras vías sensoria- nal y cerebral, emerge un perfil determinado por alguno
les que pasan a ser estructuras perceptivas estables o de los sentidos que construirán las capacidades sensoria-
permanentes, con fijaciones energéticas, semióticas y les que luego se convertirán en sentidos prioritarios en la
asociaciones metafóricas sinestésicas. Las primeras per- distribución de las inteligencias múltiples según la me-
cepciones son modulantes de las estructuras neuronales moria sensorial que se tenga de la imagen del cuerpo.
perceptivas, que asocian la actividad de los órganos de la Bajo formas de estilos individuales o escrituras
imagen a redes cenestésicas, energéticas, afectivas y sociales o tradiciones culturales, la imagen del cuerpo
mentales convirtiendo la percepción orgánica en selecti- marca narcisísticamente todas las extensiones aposen-
va y mental. Esas redes sensoriomotrices semiotizadas y tando sus huellas del sujeto en las materialidades de los
afectadas por vías del afecto al ser moldeadas originaria- lenguajes más que en los significados de los textos.
mente por las percepciones varían según las fases evolu-
tivas de la condición humana, pero quedarán siempre 2.3. Semiosis del aprendizaje de la lengua
como huellas latentes imborrables en el imaginario y de- Cuando surge el lenguaje tenemos que supo-
finen aptitudes en la memoria corporal como facilitación ner la complejidad de su adquisición que no está relacio-
neuronal a ciertos procedimientos intuitivos, según la in- nada directamente a la relación referencial objeto-signo
tensidad de la inscripción en la memoria corporal con o cuerpo-lengua ya que los hechos observados por psi-
que han sido precozmente inscritas esas impresiones en coanalistas, psicólogos y etólogos de la comunicación

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Corporeidad, semiosis y memoria

hacen suponer una escena o situación conductual y tener una base neurológica y mental para la adquisición
afectuosa en la designación, compuesta casi teatral- de la lengua con un pensamiento ya organizado.
mente con espacios, objetos y personas de apego. Ese El origen del lenguaje, visto desde esa perspec-
paso del cuerpo a la lengua no se hace de manera direc- tiva etológica de la comunicación, pertenece más a las
ta sino que implica, como hemos visto, una primera co- determinaciones corporales e inconscientes de la expre-
municación etológica y corpórea llamada habla etológi- sión que a la consciencia, pero con la adquisición de la
ca, antes de pasar al pensamiento ya organizado del se- lengua las asociaciones sensoriales re-elaboran otras de-
ñalamiento con el índice que prepara el acceso a la de- terminaciones, sin borrar las determinaciones más arcai-
signación y a la lengua. La descripción de la escena pre- cas, donde se agregarían a los significantes las asociacio-
fiero hacerla con tres citas del etólogo y psicoanalista nes lingüísticas, poéticas y oníricas como el trabajo de fi-
francés Boris Cyrulnik: gurabilidad o representatividad inconsciente a partir de
la imagen del cuerpo.
• El lenguaje surge inicialmente a partir de un
La transferencia de extensión trabaja las analo-
conjunto conductual designativo, que presu-
gías entre varias expresiones significantes de diversos
pone una maduración biológica determina-
lenguajes donde se reúnen huellas del cuerpo deseante,
da, y se impone no en un cara a cara del niño
marca de imágenes cenestésicas o visuales y elementos
con la cosa designada, sino gracias a una do-
lingüísticos. Desde el punto de vista de estos autores de
ble referencia afectiva a la cosa y a la persona
la dimensión invisible, la separación entre la comunica-
de apego (2004, p. 54).
ción verbal y no verbal parece inoperante como algunos
• El habla etológica, en cambio es corpórea. de ellos lo declararon en entrevistas como una autocríti-
Está formada por sonoridades, melodías, ca a la separación de la comunicación entre lo verbal y no
pautadas por silencios, en un contexto de mí- verbal. El cuerpo se extiende a todas partes marcando
micas faciales que expresan emociones ver- con sus determinaciones inconscientes los estilos en los
bales, gestos que subrayan o “contradicen” el significantes de los lenguajes, la lengua busca extender-
discurso y posturas que dan la palabra al es- se a todas partes de los significados de la conciencia que
pacio (2004, p. 106). inhibe, censura, prohíbe, las expresiones. La corporeidad
es la tensión de la vida entre los registros de las memorias
• La maduración neurológica llega a un punto del cuerpo sin representación y de la representación se-
en que el niño deja de extender los dedos mántica de la lengua. El trabajo artístico resulta liberador
abiertos. Se produce el acontecimiento: co- al encontrar el artista la manera de superar la inhibición
mienza a apuntar con el dedo. Se trata de un con mecanismos de liberación del dinamismo creativo y
gesto muy significativo, porque para realizar encontrar sus potencialidades creativas. Muchos autores
dicho gesto el niño requiere un pensamiento afirman que el trabajo artístico se corresponde a proce-
organizado. Es preciso que deje de empeñar- sos intuitivos de cognición o a estructuras arcaicas de
se en alcanzar el objeto para apropiárselo en construcción autopoyética de la vida.
forma inmediata; debe adquirir la represen-
2.4. La corporeidad entre la comunicación verbal
tación elaborada que, por designación, remi-
y no verbal
te a cualquier cosa que se encuentre alejada
en el espacio y que puede obtener por inter- Los primeros investigadores del cuerpo admira-
mediación de la madre (…). El niño, cuando ban demasiado los métodos lingüísticos hasta hacer de
efectúa el gesto de señalar, mira a la madre, la lingüística, como se ha dicho, una ciencia piloto; pero
padre o adulto que se encuentre con él en la tenían conocimientos concernientes al psicoanálisis y a
habitación (2004, p. 53). la antropología que influyeron en los cambios metodoló-
gicos de la lingüística para admitir principios de la comu-
Las tres citas pertenecen a un mismo autor, Bo- nicación y construir algunos postulados de la semiótica.
ris Cyrulnik, donde podemos establecer los alcances bio- No obstante, podemos considerar que los primeros in-
lógicos de la maduración neurológica, el contacto del vestigadores priorizaron la lingüística, aunque el objeto
cuerpo con la presencia y afectos de otras corporeidades de la investigación fuera no verbal, como muestra la ter-
en la autoconstrucción inicial de la corporeidad para ob- minología empleada en desmedro del cuerpo. Algunos

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autores, con el tiempo, reconocieron la utilidad o los eminentemente heurísticos. Nuestras atri-
errores de la división entre lo verbal y lo no verbal. buciones deben ser consideradas como pri-
Para testimoniar el malestar de esa división, uno meras aproximaciones, (…) La historia de la
de los creadores de la kinésica, Gregory Bateson se refiere investigación fonológica tranquiliza al inves-
a esa inconformidad en una entrevista: tigador en kinésica que no está demasiado
seguro de la validez de sus modelos; una fu-
La distinción entre lo verbal y no verbal ha
tura investigación…los confirmará o recha-
sido un grave error. En los años 50 todos creí-
zará (Birdwhistell, 1994, pp. 169-172).
mos en ello, pero no fue útil. Desde luego
cada modo de comunicación tiene sus ca- Crear una visión más compleja e interdisciplina-
racterísticas propias. La expresión auditiva ria o transdisciplinarias con métodos que abarquen una
difiere de la expresión visual, y la expresión tercera posición metodológica es lo que creo encontrar
kinésica es también diferente y tiene sus en el concepto nuevo de corporeidad. Le atribuyo al con-
propias implicaciones; no cambiamos fácil- cepto de corporeidad el gran problema de hacerme pen-
mente de código, lo cual significa que las sar en la complejidad de comprender todos los sentidos,
personas más sensibles a los códigos no no sólo de los sentidos semiológicos de lectura de los
verbales no “oyen” los mensajes verbales, textos, sino reconocer la dimensión del sentido cenesté-
mientras que las personas más sensibles a sico que tiene el cuerpo y la naturaleza multisensorial
los códigos verbales no entienden realmen- que tiene el cerebro y el pensamiento antes de expresar-
te los mensajes kinésicos y así sucesivamen- se en uno de los lenguajes.
te (Beels, 1994, p. 305).
2.5. La corporeidad: solución de la oposición
La oposición no verbal y verbal de la comunica- La mayoría de los autores que han tratado los
ción, en su época, fue un avance y un error. Al otorgarle temas de la corporeidad no han reconocido que la crea-
una codificación implícita fue un avance, pero al formali- ción del concepto viene a resolver la disconformidad
zar las prácticas corporales semejante al código o gramá- planteada por investigadores con la división de la comu-
tica de la lengua tuvieron sus errores. Me interesa hacer nicación en verbal y no verbal. Reunir lo verbal y lo no
notar la dificultad que tiene el investigador de cambiar verbal, el cuerpo y la lengua, en un tercer espacio de in-
de los códigos que determinan las implicaciones de su tersecciones o interacciones que son determinantes en
propia sensibilidad hacia una de las expresiones y las in- la comunicación individual, cultural y humana no es
comprensiones o poca escucha a los otros tipos de ex- nada fácil desde una sola disciplina. No estaría demás
presión. añadir en ese espacio, los conceptos pertinentes del psi-
Un testimonio de otro de los autores de la di- coanalista francés Jacques Lacan que nos ha ofrecido la
mensión invisible puede servir de contrapeso y testimo- teoría de la instancia de la letra en el inconsciente que
niar lo contrario al hablar de las analogías de las expre- pueden adaptarse a la conceptualización y a la compren-
siones: sión, puesto que este tercer espacio de comunicación
Desde los primeros descubrimientos morfo- puede ser el de la corporeidad que determina el espacio
lógicos, ha resultado claro que el comporta- semiótico interactuando entre la literalización del cuer-
miento comunicativo perceptible por el ojo po y la corporalización de los signos.
presentaba propiedades formales al menos 2.6. Definiciones de corporeidad
análogas a las que podía observarse en el
Veamos tres definiciones de la corporeidad que
comportamiento comunicativo perceptible
la implican en todas las acciones humanas que integran
por el oído. He tenido ocasión de encontrar-
la vida desde el origen corporal de la comunicación:
me en contacto constante con investigado-
res en lingüística: este contacto ha determi- • “La corporeidad es la realidad y origen de la
nado el modo de investigación y el aparato comunicación a través de ella se puede perfi-
terminológico de la investigación kinésica. lar muestra imagen” (Paredes Ortiz, http://
www.efdeportes.com/efd62/corpo.htm).
Las distinciones entre kine y kinema, kine-
morfo y kinemorfema siguen siendo útiles y • “No solo los cuerpos ajenos, sino el propio
eficaces. Sin embargo, esos términos son cuerpo del sujeto que reflexiona sobre la cor-

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Víctor Fuenmayor
Corporeidad, semiosis y memoria

poreidad y trata de atenerse a ella como el rrieron a conceptos definitorios tuvieron que ser metafó-
único dato fiable, al ser percibido, viene ya fil- ricos como lo había planteado Rousseau en el origen de
trado por la corporeidad misma” (L. Cencillo, las lenguas. Cuando nombramos el código cultural: comu-
citado por Paredes Ortiz, 2003). nicación orquestal, partitura no escrita, danza o coreogra-
fía de la vida, pensamos en la teoría del origen poético de
• Corporeidad es la “vivenciación del hacer, la lengua de Rousseau. A esos primeros autores que pasa-
sentir, pensar y querer” (Zubiri, citado por Pa- ron del método lingüístico a las conceptualizaciones con
redes Ortiz, 2003). metáforas escénicas, debo agregarles un eje del pensa-
miento contemporáneo cuyo postulado es que la organi-
Una cosa es la definición de corporeidad y otra,
zación biológica, semiótica y humana de la comunicación
la respuesta metodológica que haga posible la investiga-
es de carácter autopoiético comprendiendo:
ción semiótica de ella. Es desde ese ángulo que debe en-
1. La autopoiesis de los sistemas vivientes en
trar la semiología en la experiencia de dos tipos de inves-
las teorías de los biólogos chilenos Francisco
tigación que provienen de la proxémica y kinésica, pero
Varela y Humberto Maturana.
también la biología puede esclarecer procesos que con- 2. La sociopoiesis o programas culturopoyéti-
ciernen no solo a la lengua sino a la imagen y al cuerpo.
cos subyacentes en las colectividades en la teo-
Así, por ejemplo, reunir el concepto de autopoiesis de los
ría del culturólogo estoniano Iuri Lotman.
sistemas vivientes y la autoconstrucción poética e in- 3. La antropopoiesis de la condición humana
consciente de la corporeidad permitiría tener una visión en el antropólogo italiano Eugenio Barba, el et-
biológica y simbólica en una búsqueda de un espacio in- no-escenólogo francés Jean-Marie Pradier y el
terdisciplinario entre la etología de la comunicación y au- etnomusicólogo inglés John Blacking y otros.
topoiesis que comprende biología, sociología y antropo- El orden escogido se adapta a las propuestas
logía. Entre el espacio del cuerpo biológico al símbolo del pensamiento complejo: “el ser humano tiene que ser
poético, antes de racionalizar la lengua, tenemos que al mismo tiempo individuo, parte de una sociedad y par-
pensar, con muchos autores contemporáneos (artistas o te de una especie” (Morin, 2001, p. 22).
científicos), en un espacio transdisciplinario o interdisci-
plinario de la autoconstrucción poética de la corporei- 3.1. Autopoiesis y memoria procedimental
dad entre cuerpo y semiosis. sin representación
Que la corporeidad sea una cuestión de poética
3. Semiosis y memorias y de biología más que de lingüística, nos sorprende ha-
de la corporeidad ciéndonos interrogar sobre el uso del término autopoie-
sis desplazado de la estética a la biología:
“Las necesidades dictaron los primeros gestos y las
pasiones arrancaron las primeras voces”. La afirmación de que los sistemas autopoyé-
J.J. Rousseau, Ensayo sobre el origen de las lenguas ticos son sistemas vivientes exige demostrar
que toda la fenomenología de un sistema
Rousseau pudiese tener una parte de razón al vivo puede reducirse o subordinarse a su au-
hacernos pensar, todavía hoy, que el primer lenguaje de- topoiesis. (…) Una organización autopoiéti-
bió ser figurado, dicho de otra manera y con sus propias ca constituye un dominio cerrado de relacio-
palabras: Se nos enseñó que el lenguaje de los primeros nes especificadas solamente con respeto a la
hombres eran lenguas de geómetras y ahora vemos que, en organización autopoyética que ellas compo-
cambio, fueron lenguas de poetas (1970, p. 47). La auto- nen, determinando así un espacio donde
poiesis tiene que ver con lo planteado por Rousseau en puede materializarse esta organización
ritmos, energías y afectos de los procesos de memoriza- como sistema concreto, espacio cuyas di-
ción de la primera comunicación autopoyética cuyos mensiones son las relaciones de producción
efectos son determinantes en la adquisición de la lengua. de los componentes que los constituyen
Algo similar pienso respecto al paso de un mé- (Maturana y Varela, 1974, p. 79).
todo semiótico basado en la lingüística para investigar
las prácticas corporales a la búsqueda de la transdiscipli- Lo interesante de esas afirmaciones es que
naridad que exige la corporeidad. Considero un indicio Francisco Varela contempla una opción metodológica si-
que, cuando los autores de la dimensión invisible recu- milar aplicable a la comunicación:

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Ligar la autopoiesis como una opción episte- preverbales o pre-expresivos de la percepción y frag-
mológica, más allá de la vida celular, al ope- mentos literales o silábicos de la lengua. Las intuiciones
rar del sistema nervioso y de los fundamen- del cuerpo de acuerdo al sentido del ritmo y del espacio
tos de la comunicación humana, es clara- son precoces y obedecen a las primeras adquisiciones de
mente fructífera (Varela, 2000, p. 442.) organización de orientación espacial o musical del ser
humano. Una semiosis sensorial y asociativa podría ser el
La autopoiesis opera por autoconstrucción ya resumen de esa parte encriptada del origen que cuando
que los componentes de la corporeidad y de la semiosis se expresa en enigma puede ser descifrable como lectura
así lo indican al tener relaciones de constitución material, poética o retórica del inconsciente. Si existe algún con-
de especificidad de los componentes que participan y de cepto que acoja la lectura de ese nivel será el estilo en su
ordenación de los mismos según su especificidad. La or- definición barthesiana que el estilo es el cuerpo del escri-
ganización de la corporeidad a partir de la memoria hasta tor: “es la voz decorativa de una carne desconocida y se-
llegar a la representación por la palabra, me hace adoptar creta; funciona al modo de una Necesidad, (…) salida de
el término que va acorde con la teoría del psicoanalista un infralenguaje en el límite de la carne y del mundo”
francés Boris Cyrulnik quien propone una primera orga- (Barthes, 1973, p. 19).
nización de la corporeidad a partir de una memoria pro-
cedimental, biológica, corporal, sin representación cuyos 3.2. Culturo-poiesis y memoria cultural
aprendizajes son sensoriales y determinantes en el mol- subyacente
deamiento de los órganos perceptivos: Podemos establecer correspondencias entre el
sistema autopoiético de la organización de lo vivo de los
Este tipo de aprendizaje constituye una me-
biólogos Maturana y Varela y la semiosfera o espacio se-
moria sin representación y consiste en la ad-
miótico del culturólogo estoniano Iuri Lotman:
quisición de una soltura corporal o mental
que no necesariamente es consciente. Se Estamos tratando con una determinada es-
trata de una memoria procedimental en la fera que posee los rasgos distintivos que se
que la zona neurológica del córtex que pro- le atribuyen a un sistema cerrado en sí mis-
cesa un determinado tipo de informaciones mo. Solo dentro de tal espacio resultan posi-
visuales, sonoras o cinestésicas es moldea- bles la realización de los procesos comunica-
da. De este modo, el cerebro se vuelve pre- tivos y la producción de nueva información
dominantemente sensible a este tipo de in- (1991, p. 4).
formaciones, los cuales, al haber sido perci-
bidas en un estadio precoz, hacen que ese Autopoiesis y semiosfera se definen con las mis-
cerebro adquiera la capacidad de percibirlas mas características: espacios cerrados con sus membra-
mejor que las demás (2007, p. 84). nas o fronteras, organizadores y productores de sistemas
a partir de los componentes. El mismo biólogo había ya
La memoria procedimental sin representa- planteado la existencia de la autopoiesis en sistemas no
ción forma parte de las adquisiciones comunes del moleculares:
cuerpo y de la mente, aunque no sean conscientes. Se
Son sistemas autopoiéticos de otra clase,
trata de un desarrollo predominante de capacidades
que comparten con los seres vivos lo que tie-
para toda la vida focalizado en determinados sentidos
nen que ver con la autopoiesis, pero que al
sensoriales como efecto de recepción de informacio-
existir en otros dominios tienen otras carac-
nes con esa estructura orgánica neurológica en esta-
terísticas que los hacen completamente di-
dios precoces que sensibilizan el cerebro a determina-
ferentes. Así, por ejemplo, es posible que la
das informaciones.
cultura sea un sistema autopoiético que
La tesis del biólogo permite desplazar la opción
existe en un espacio de conversaciones,
de la construcción autopoiética a nivel de vida celular,
pero es una cultura, no un ser vivo (Maturana
sistema nervioso y comunicación humana.
y Varela, 1974, p. 15).
Cuando llega a expresarse en algún lenguaje,
esa primera semiosis de la corporeidad transforma el Si entre lo biológico y lo cultural existen tales re-
cuerpo en enigma con un código secreto o encriptado, laciones, podemos considerar la autopoiesis como siste-
silencioso o no escrito, formado entre varios registros ma de la cultura y la cultura como cuerpo autopoiético.

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Víctor Fuenmayor
Corporeidad, semiosis y memoria

Las referencias corporales u orgánicas en Lotman son mos suponer ya el aprendizaje de la lengua, pero lo im-
evidentes: portante desde la poiesis cultural es que es una auto-or-
ganización u organización interna de la propia cultura:
• … el concepto de frontera es correlativo a in-
dividualidad semiótica. (…) todo el espacio Para la cultura, que no es sólo información
semiótico puede ser considerado como un potencial encerrada en un tal o cual sistema,
mecanismo único (si no como un organis- sino también información real, extraída por
mo). (….) En este sentido se puede decir que ella por tal o cual colectividad históricamente
la semiosfera es “una persona semiótica” (…). dada, la estructura de la conciencia que reci-
Es sabido que la frontera de la persona como be los textos y el repertorio de los empleos
fenómeno histórico-cultural depende de la funcionales de esos textos no representarían
codificación (1991, p. 8). algo externo. Constituirían uno de los aspec-
• Así pues, los puntos de la frontera de la se- tos de su organización interna (1998, p. 121).
miosfera pueden ser equiparados a los recep-
Sería fácil hacer coincidir los dos sistemas: uno
tores sensoriales que traducen los irritantes
interiorizado y otro, exteriorizado, uno implícito y otro
externos al lenguaje de nuestro sistema ner-
explícito, como hablar la lengua sin conocer la gramática
vioso (1991, p. 6).
y luego aprender la gramática de la lengua ya hablada. El
El planteamiento central de Lotman respecto a aprendizaje de otra lengua extranjera, diferente a la ma-
las fronteras puede ser desplazado hacia el problema de terna, se hace generalmente con una gramática explícita
cómo incorpora el cuerpo biológico un espacio semióti- y no está ligada al afecto y al inconsciente como la lengua
co. Lotman no se refiere a una memoria procedimental o materna o primera.
corporal sino a considerar la cultura como lenguaje que El paso de la autopoiesis biológica con una me-
debe introducirse en el individuo y en colectividades: moria procedimental sin representación difiere de los
programas culturopoyéticos que están más referidos a la
Si la cultura es la suma de la información no memoria semántica que es opuesta a la primera. Pode-
hereditaria, entonces la cuestión de cómo se mos relacionar esos programas culturopoyéticos de Lot-
introduce esa información en el hombre y las man con las dos memorias de Cyrulnik:
colectividades humanas no es ociosa (1998,
p. 124). Nuestra memoria ya no es biológica, es epi-
sódica y semántica, y por lo tanto forzosa-
Para explicar cómo se realiza esa incorporación, mente consciente. (…) Esta memoria permi-
Lotman toma dos tipologías de aprendizajes: por contac- te una representación de sí que puede evo-
to de textos como el aprendizaje de la lengua materna o carse deliberadamente.
por aprendizaje de reglas que puedan generar textos:
Por un lado, está la memoria declarativa, ex-
El primero se practica en la enseñanza de la plícita, descansa sobre las estructuras cere-
lengua natal y en la segunda lengua a edad brales de la palabra y de la memoria de las
temprana. En este caso, en la conciencia del áreas temporales y del hipocampo. Esta fa-
enseñado no se introducen ningunas reglas: cultad neurológica hace que el sujeto sea ca-
son substituidas por textos. El niño retiene paz de ir a buscar en su pasado aquellos ele-
numerosas empleos y sobre la base de estos mentos de las imágenes que componen el
aprende a generar textos de manera inde- sentimiento de sí mismo y las convierte en
pendiente. un relato. Por otra lado, la memoria implícita
El segundo caso se presenta cuando en la no es accesible a la consciencia, ya que sim-
conciencia del enseñado se introducen de- plemente se encuentra trazada, “desbroza-
terminadas reglas, sobre la base de las cua- da”, dice Freud, en el córtex asociativo alre-
les puede generar textos de manera inde- dedor de la zona del lenguaje y en el cerebro
pendiente (1998, p. 124). temporal derecho. Las experiencias prever-
bales impregnan el cerebro de una sensibili-
Con esta fase de incorporación de los progra- dad preferente que no puede hacerse cons-
mas culturopoyéticos subyacentes en las culturas debe- ciente porque no nos damos cuenta de que

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percibimos de forma preferente un determi- es una marca específica de la especie huma-


nado tipo de mundo: creemos en él porque na. Los procesos fisiológicos y cognitivos
lo vemos. No puede tratarse de inconsciente esenciales que engendran la composición y
reprimido y conflictivo de los psicoanalistas, la ejecución musicales podrían ser hereda-
pero esta impronta que influye en la vida dos genéticamente y entonces encontrarse
emocional del individuo mediante la selec- en todo ser humano. Si comprendemos esos
ción de un determinado tipo de información procesos, entre otros, podría aportarnos la
evoca más bien la idea de que nos hallamos prueba de que los hombres son las criaturas
ante la “sólida roca biológica del inconscien- más notables y más capaces que jamás le
te”, la cual puede surgir de manera sorpresi- han permitido ser la mayoría de las socieda-
va, en forma de indicios, de embajadores del des (John Blacking, en How musical is Man?,
inconsciente, cuando soñamos, tenemos citado por Pradier, 1996, p. 35).
lapsus o realizamos actos fallidos (Cyrulnik,
2007, pp. 84-5). La cuestión que se plantea el etnomusicólogo
es que no solo las artes son el origen de la humanidad,
En esta larga cita, resaltaré las diferencias entre desde el punto de vista ontogenético y filogenético, sino
la memoria que pertenece a la sólida roca biológica del in- que esa afirmación puede ser completada por las pre-
consciente y la otra memoria semántica declarativa, epi- guntas del investigador Pradier que lo cita: “¿hasta qué
sódica, explícita, que puede hacerse consciente delibera- punto el hombre piensa con su cuerpo? ¿Cuál es la naturale-
damente. No obstante, diré que los procesos que reúnen za humana? ¿Qué limites tiene el desarrollo cultural?”
la memoria semántica con las otras memorias se refieren Eugenio Barba también define muy cerca de la
a un tipo de informaciones cuando implican la imagen pregunta de Blacking al considerar la relación del teatro
de la representación de uno mismo: con el bios-escénico:
La memoria procedimental no consciente, Los primeros dos aspectos (personalidad y
inscrita en las neuronas, puede reforzarse o tradiciones escénicas) determinan el pasaje
borrarse, de modo que evoluciona como de la pre-expresividad a la representación. El
cualquier proceso biológico. Sin embargo, tercero es aquello que no varía por debajo
los guiones de las representaciones de uno de las individualidades personales, estilísti-
mismo pueden reorganizarse, volverse a ela- cas y culturales. Es el nivel del bios escénico,
borar, como consecuencia del trabajo de la el nivel “biológico” del teatro sobre la cual se
palabra (Cyrulnik, 2007, p. 85). fundan las diversas técnicas, las utilizaciones
particulares de la presencia escénica y del di-
Los procesos que relacionan las dos memorias namismo del actor (1992, p. 27).
(la procedimental y la semántica) pueden considerarse
espacios de reconstrucción poética de las representacio- Al poner en relación los planteamientos de bió-
nes cuya pertenencia y más profunda implicación la en- logos, culturólogos, psicoanalistas, antropólogos y etnó-
contramos en los textos artísticos reuniendo la sensoria- logos nos topamos con los problemas inexplorados de
lidad preferencial de la memoria biológica y los códigos una bio-semiosis autopoyética (pre-verbal, pre-lingüísti-
artísticos y culturales de los aprendizajes según los pro- ca, pre-expresiva) del ser humano que prepara la adquisi-
gramas culturopoyéticos. ción de todas las modalidades de comunicación estruc-
turada y de lenguajes, sean cotidianos o artísticos cuya ti-
3.3. Antropo-poiética de la condición humana
pología de aprendizajes no podemos obviar.
Si la autopoiesis es individual y cultural, pode- En la teoría de Barba, las tradiciones técnicas
mos suponerla una condición de todos los humanos fijan- personalizantes (Polo Sur) y despersonalizantes (Polo
do aptitudes inexploradas de los individuos en cualquier Norte) son coincidentes con los programas culturopoyé-
cultura. En ese sentido, John Blacking, etnomusicólogo, se ticos de textos y de reglas de Lotman. Veamos lo que es-
preguntaba sobre naturaleza artística del ser humano: cribe Barba: “Las diferentes técnicas del actor pueden ser
Existe tanta música en el mundo que razona- conscientes y codificadas o no conscientes pero implíci-
blemente se puede suponer que la música, tas en el hacer y en la repetición de la práctica teatral”
lo mismo que el lenguaje y quizás la religión, (1992, p. 25).

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Corporeidad, semiosis y memoria

Cambiamos las técnicas conscientes por apren- do desde la corporeidad, ese que se ha ido elaborando
dizaje por reglas y no conscientes o implícitas, o por tex- de acuerdo a las vivencias pasadas determina el sentido
tos y coinciden en su planteamiento. Pareciera que nos actual por procesos precoces de memorización biológica
topáramos con resonancias de la autopoiesis entre la se- que aparecen incluso en organismos más simples cuan-
miosis biológica inconsciente, programas culturopoyéti- do las informaciones dependientes del sistema nervioso
cos y principios artísticos que resuenan en todas las cien- hace que retorne una representación para que dispare
cias humanas estableciendo un primer sistema de auto- una respuesta de acuerdo a las informaciones pasadas,
construcción autopoyética implícita y compleja que Aunque en los seres humanos la elaboración de la ima-
comprende lo corporal individual, las culturas y la condi- gen inconsciente del cuerpo establece otra dimensión
ción humana antes de que puedan convertirse en siste- entre la imagen narcisística de sí mismo, la fijación de los
ma explícito o formalizado de manera verbal. afectos o apegos hacia otros y las relaciones con los obje-
tos investidos de afectos, la respuesta neurológica es se-
3.4. El primer acto semiótico mejante.
Dejo la explicación de la transmisión afectiva a Una memorización intermediaria entre la me-
un psicoanalista para que veamos aparecer el primer moria corporal sin representación y la memoria semánti-
gesto semiótico señalado en las mismas líneas afectivas ca, la constituye la imagen inconsciente del cuerpo como
tal como lo hacía el filósofo Rousseau respecto al origen un espacio intermedio, preconsciente, de reconocimien-
de las lenguas: to de la separación del objeto, la imagen y la nominación.

Por consiguiente, la transmisión es inevita- 3.5. Memoria por impregnación de la imagen


ble. Dado que un lactante tiene necesidad El pasaje de los modelos operatorios mentales
de un vínculo afectivo para desarrollarse con del bebé acompañado de un sentimiento de sí mismo
plenitud, solo puede desarrollarse en el tiene una fase esencial con el ingreso a la imagen de sí
mundo sensorial que otro genera. (…) La mismo con el estadio del espejo como base de un cambio
concordancia afectiva parece el eslabón más de registro del sentimiento de sí a la imagen de sí mismo
práctico para dar cuenta de la transmisión diferenciada de la imagen de los otros. Tal como el psi-
psíquica transgeneracional. La burbuja sen- coanalista francés Boris Cyrulnik lo describe:
sorial formada por los comportamientos di-
Tal vez pudiéramos considerar el problema
rigidos al niño emigra desde el mundo ínti-
como una impronta, como un aprendizaje
mo del adulto al niño y termina guiando la
solapado capaz de favorecer la tendencia re-
evolución del niño. (….)
lacional. En el transcurso de las interacciones
Cuando un niño de diez meses apunta a un cotidianas, el niño ha aprendido a responder
objeto señalándolo con el índice, realiza su a la idea que ha concebido de “sí mismo con
primer acto semiótico (Cyrulnik, 2008, p. 85). los otros”. Todo ser vivo reacciona inevita-
blemente a determinadas percepciones,
No se trata solamente de un acto de simple de- pero el bebé humano responde también, a
signación sino que tiene que ver con el origen afectivo partir del sexto mes, a la representación de
del gesto con sentido que es al mismo tiempo designa- “sí mismo con los otros” que ha quedado
ción, primer acto semiótico e intersubjetividad. Señal del constituida por impregnación en su memo-
cuerpo, afecto sentido y sentido de representación men- ria (2007, p. 83).
tal ya organizada nos indicaría las condiciones de una
corporeidad ya preparada para comenzar el aprendizaje Podemos situar, por medio de las correspon-
de la lengua. dencias por edades, los conceptos usados por otros psi-
Si hablamos desde un cuerpo construido en coanalistas que refuerzan el poder de la imagen en el re-
corporeidad por vivencias preverbales o pre-expresivas gistro de su propia imagen y de la representación en ge-
donde solo algunas informaciones pueden pasar a las neral. Citaré la definición de la psicoanalista francesa
palabras o a la consciencia, el sentido se elabora de Françoise Dolto:
acuerdo a la representación del tiempo pasado que mar- Esta pregnancia de los fonemas más arcai-
cará el porvenir por inscripciones memorables que fijan cos, de los que el nombre es el ejemplo tipo
en una hipermemoria lo que debe ser retenido. El senti- demuestra que la imagen del cuerpo es la

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huella estructural de la historia emocional sentación en imagen en el lugar del cuerpo; mientras que
del ser humano. Ella es el lugar inconsciente para el culturólogo Lotman se trata de un espacio semió-
(¿y presente dónde?) en el cual se elabora tico abstracto de la cultura que puede metaforizarse
toda la expresión del sujeto, lugar de la emi- como cuerpo, persona o individuo. Ambos conceptos,
sión y de la recepción de las emociones in- sean semióticos o psicoanalíticos, pueden servir a expli-
terhumanas fundadas en el lenguaje. (…) Es car el pasaje del cuerpo a una primera abstracción en
una estructura que emana de un proceso in- imagen y en nombre. En uno, el proceso va del cuerpo al
tuitivo de organización de los fantasmas (…) fantasma de la memorización (Dolto), en el otro, de la
Aquí fantasma significa memorización olfati- abstracción del concepto de semiosfera a la metaforiza-
va, auditiva, gustativa, visual, táctil, baresté- ción con el cuerpo (Lotman).
sica y cenestésica de percepciones sutiles,
3.6. Memoria semántica con impregnaciones
débiles o intensas experimentadas como
de otras memorias
lenguaje de deseo del sujeto en relación a
otro… (1994, p. 42.) El último proceso del nacimiento de la palabra
provoca la derrota del cuerpo y de las cosas con la instau-
Debo señalar en el ámbito de la autoconstruc- ración del orden simbólico. A pesar de la capacidad de
ción de la imagen inconsciente lo que puede interesar- crear elementos simbólicos, de substituir las cosas por
nos desde nuestra disciplina al establecerse en la memo- los signos y los pensamientos, no será posible cortar las
rización los primeros elementos del lenguaje por medio fases “primeras, primitivas o primarias” que han precedi-
de la impregnación de fonemas arcaicos relacionados do la adquisición de la lengua. Todo lo que trate de cons-
con la imagen y el nombre. truir un sentido se topará con todos los sentidos super-
La imagen inconsciente del cuerpo es un lugar, puestos de percepciones preferenciales y con las diver-
un espacio, una historia emocional, un punto semiótico sas memorias.
de emisión y recepción de todas las emociones interhu- La actividad sintética de la semiosis de la corpo-
manas fundadas en el lenguaje y es la huella de la historia reidad plantearía al semiólogo el problema de encontrar,
emocional. Podemos situarla en el espacio intermediario en la materialidad de los significantes, los representantes
entre la autopoiesis biológica de memorización sensorial de la corporeidad que implicaría el reconocimiento de di-
e inicio del espacio semiótico autopoiético de emisión y versas memorias organizadoras actualizándose en un
recepción con una fijación de imágenes y de elementos mismo texto. De todas esas memorizaciones la más per-
lingüísticos arcaicos. manente es la imagen inconsciente del cuerpo:
La imagen inconsciente relaciona la memoriza-
Este breve razonamiento implica que la me-
ción arcaica con el lenguaje del deseo que puede expre-
moria procedimental no consciente, inscrita
sarse en los diversos significantes de la comunicación,
en las neuronas, puede reforzarse o borrarse,
con asociaciones sinestésicas y con trazos de fonemas de
de modo que evoluciona como cualquier
la lengua.
otro proceso biológico. Sin embargo, los
Señalo ese último rasgo que retomaré como
guiones de las representaciones de uno mis-
origen común de la corporeidad y de la semiosis, donde
mo pueden en cambio reorganizarse, vol-
el cuerpo se espacializa y se proyecta ya en una imagen
verse a elaborar, como consecuencia del tra-
de representación cenestésica multisensorial creando un
bajo de la palabra (Cyrulnik, 2007, p. 85).
lugar no anatómico, de reconocimiento de sí mismo,
pero que se convierte en punto de emisión y recepción Me interesa señalar que, a pesar de las separacio-
de todas expresiones del sujeto. Ese espacio es semejan- nes entre ambas memorias y diferentes inscripciones ce-
te a la semiosfera o espacio semiótico del cual trata Iuri rebrales, los límites no son definitivos sino de fronteras de
Lotman en calidad de ser éste un espacio cerrado y abs- interconexión de todos los textos como en la semiosfera
tracto que reúne a todos los textos de una cultura que de Lotman. Las informaciones de la memoria procedi-
hacen posible crear nuevas informaciones y la comunica- mental pueden borrarse como cualquier proceso biológi-
ción, pero tendríamos que agregar que se trata de textos co, pero pueden surgir de manera sorpresiva como infor-
de imágenes sensoriales e individuales. maciones latentes del inconsciente que pasan a la inlaten-
Para la psicoanalista Dolto, ese punto es la indi- cia de la realización en la producción de textos. Al tratarse
vidualización de la comunicación a partir de una repre- de las representaciones de uno mismo, esos guiones per-

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Víctor Fuenmayor
Corporeidad, semiosis y memoria

sonales, pueden reorganizarse o re-elaborarse con el tra- corporeidad es como la encrucijada donde se unen la
bajo de la palabra. ¿No será esa la función de la escritura y materia biológica, afectiva y lingüística. Es un nombre-i-
de las artes en realización simbólica narcisística e incons- magen-cuerpo que concierta la realidad de la corporei-
ciente de autorepresentación de la corporeidad impli- dad como estructurante de las semiosis productoras de
cando huellas en las materialidades de los lenguajes? textos corporales, imaginarios y lingüísticos. El estableci-
Esa es una propuesta que trataremos de resol- miento de intercambios o relaciones vinculantes entre la
ver al tratar sobre la lectura de las huellas de la corporei- autopoiesis biológica, la autopoiesis de la imagen del
dad pensando todavía en las palabras del poeta mexica- cuerpo y los programas culturopoyéticos internos de la
no Octavio Paz: Soy la sombra que arrojan mis palabras o lengua llegan a los alcances de que sea el nombre el sig-
los poemas visuales del artista catalán Antoni Tapies con nificante tutor de la corporeidad, en el sentido de que
resonancias simbólicas de letras nominales, representa- Barthes hablaba de la lexía como unidad de lectura dife-
ciones en imágenes de pies (Ta-pies) y ejecución con ma- rente al signo y que podía dividirse en fragmentos conti-
terias de tapias o muros (Figs. 1, 2 y 3). guos como esos fonemas que constelan al nombre de la
imagen inconsciente del cuerpo. Así la lexía del texto y de
3.7. Huellas de la corporeidad: la lexía
la corporeidad puede estar/ser constituida por el fonema
Tomaré una cita donde la coexistencia del eje o los fonemas arcaicos insistentes e impregnados de la
pancrónico con interconexiones entre varios registros imagen inconsciente del cuerpo, la letra reiterada de los
memorables se integran en una misma corporeidad a anagramatismos, las sílabas que articulan el nombre-
partir de las huellas de autorepresentación en el texto. El cuerpo de los anagramas como significante no escrito,
elemento integrador del nombre que ya ha sido prioriza- como cuerpo invisible escondido bajo la letra, como
do en el pensamiento occidental, nos hace reflexionar cuerpo pasando de la dimensión invisible a la visible
sobre un significante tutor de la unidad de lectura de la cuando se descubre su coreografía o partitura que lo arti-
corporeidad que funciona como un eje semiótico crea- cula. Así el significante del nombre con sus constelacio-
dor de sentidos. Voy a referirme a las interconexiones del nes de significantes familiares puede determinar todas
cuerpo, de la imagen y del nombre que podemos llamar las asociaciones productoras del texto y todas transfor-
la huella de corporeidad a partir de la imagen inconscien- maciones del retoque e intercambio productivo de sus
te citando un texto de la psicoanalista Françoise Dolto: elementos constitutivos que implican elementos lingüís-
De todos los fonemas, de todas las palabras ticos y afectivos que no tienen que ver con las funciones
oídas por el niño, hay una que ostentará una de un simple nombre (como en Paz, paso, pasado, o
importancia primordial, asegurando la cohe- como Tapies en sus materialidades poemáticas de muros
sión narcisística del sujeto: su nombre. Ya al y pies) porque funcionarán más como núcleo de metáfo-
nacer, el nombre -ligado al cuerpo y a la pre- ras fonéticas creadoras de otros signos y con rememora-
sencia del próximo- contribuye de manera ción de inscripción arcaica de afectos que como el redu-
decisiva a la estructuración de las imágenes cido significado nominal de ser nombre propio de un
del cuerpo, incluidas las más arcaicas. El cuerpo.
nombre es el o los fonema(s) que acompa- He tomado el nombre como significante tutor
ñan al sensorio del niño, primero en la rela- de la lexía y ya se encuentra en la tradición occidental y
ción con sus padres y luego con el otro, des- en el Cratilo de Platón, las cábalas, los anagramas, el psi-
de el nacimiento hasta la muerte. La pronun- coanálisis, y en ninguno aparece que la unidad sea la pa-
ciación de su nombre puede despertar al su- labra o el signo más que como referencia a la relación co-
jeto aun en estado profundo. Si se encuentra sa-nombre. En todos esos textos, la unidad es el fonema,
en coma y lo llaman por su nombre, abre los la letra o la sílaba, y Barthes agregaba a esas unidades sig-
ojos. Su nombre es el primero y último fone- nificantes pocas palabras o algunas frases (S/Z, 1980, p. 9).
ma en relación con su vida para él y con otro, Las lexías son fragmentos arbitrarios que dictan la lectura
y el que la sostiene, porque fue así mismo y escritura de los significantes del texto. Proyectada la
desde su nacimiento, el significante de la re- lexía sobre la corporeidad es el significante tutor que se
lación con su madre (1984, p. 40). exhibe y se esconde en los juegos rítmicos de letras y pa-
labras, juegos literales o anagramáticos, en el lugar don-
Tal como esa referencia a la imagen inconscien- de se evocan las imágenes o hacia donde remiten las rei-
te del cuerpo con fonemas preferenciales o tutores, la teraciones significantes construyendo la significación o

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s AITU RTE
REVISTA ARBITRADA DE LA FACULTAD EXPERIMENTAL DE ARTE DE LA UNIVERSIDAD DEL ZULIA. AÑO 5 Nº 9. JULIO - DICIEMBRE 2010

imaginación que pueda inducir un nombre o la constela- Y podría decir, para cerrar, como la investigado-
ción de nombres. ra costarricense Patricia Cardona: Del cuerpo nacen todas
La lexía tiene sus antecedentes en los aspectos las escrituras. Desde el cuerpo se hacen todas las lecturas
de la arbitrariedad o la motivación del signo que aparece (1993, p. 11). Aprendamos a hacer las nuevas lecturas
ya planteado en Platón (El Cratilo) y que Saussure ha de- desde la corporeidad para saber situar donde está el
bido seguramente conocer y diferenciar lo arbitrario de cuerpo extendido, aposentado, implicado que determi-
la lingüística y lo motivado en la lectura anagramática. Lo na inconscientemente todas las nuevas escrituras de la
que digo tiene sus antecedentes. Está en el juego de pa- comunicación sean de cuerpo, de imágenes o de pala-
labras soma-sema (cuerpo-signo) del Cratilo de Platón, bras o de su interconexión en técnicas sintéticas del arte
en el imaginario de las letras y cifras de la gran tradición contemporáneo.
cabalística de las tres religiones del libro (judaísmo, cris-
tianismo, islamismo), en las lecturas anagramáticas de
Referencias
Ferdinand de Saussure reuniendo letras y sílabas para re-
construir un nombre-cuerpo de un discurso poético que
Barba, Eugenio. (1992). La canoa de papel, Tratado de an-
no está escrito en ningún lugar del texto, en la letra en el
tropología teatral. México: Grupo Editorial Gaceta.
inconsciente del psicoanalista francés Jacques Lacan o
en la figurabilidad de la interpretación de los sueños de Barthes, Roland. (1980). S/Z. México: Siglo XXI.
Sigmund Freud. _____________. (1973). El grado cero de la escritura. Bue-
En todos ellos, el nombre es la lexía o unidad tu- nos Aires: Siglo XXI.
tora cuya motivación es necesario buscar en los lazos de
Beels, Christian. (1994). “Entrevista a Gregory Bateson”.
unión entre la corporeidad individual con sus tres memo-
En Bateson, Birdwhistell, Goffman, Hall, Jackson,
rizaciones interconectadas (procedimental, imaginaria y
Schleflen, Sigman, Watzlawick. La nueva comunica-
semántica), en las implicaciones de las tres construccio-
ción. Barcelona: Editorial Kairós.
nes de la semiosis autopoiéticas que dan sentido desde
la inscripción neuronal o mental, desde la inscripción de Birdwhistell, Ray. (1994). “Un ejercicio de kinésica y de
la imagen narcisística integrando fonemas arcaicos del lingüística: la escena del cigarrillo”. En Bateson,
nombre dando cohesión al sujeto y uniendo todos los Birdwhistell, Goffman, Hall, Jackson, Schleflen,
programas culturopoyéticos en los principios antropoló- Sigman, Watzlawick. La nueva comunicación. Bar-
gicos transculturales que nos unen como especie. Esta- celona: Editorial Kairós. pp. 169-172.
bleciendo una especie de ideograma, jeroglífico, un pic-
Cardona, Patricia. (1993). La percepción del espectador.
tograma de la corporeidad, somos Verbo, al menos en los
México: Consejo Nacional para la Cultura y Bellas
comienzos de autopoiesis biológica o al principio como
Artes.
dice el Evangelio de San Juan y como lo repetía siglos
más tarde Lacan en el Discurso de Roma. Cuisiner, Jean. (1978). L’homme et son corps dans la socié-
Y como Verbo humano estamos determinados té traditionnelle. Paris: Editions de la Réunion des
en el inconsciente por el significante de las letras que musées nationaux.
nombran nuestro cuerpo. Es gracias a esas determinacio- Cyrulnik, Boris. (2008). Los patitos feos. La resiliencia: una
nes, que Edgar A. Poe se pueda leer en inglés como infancia infeliz no determina la vida. Barcelona: Ge-
Edgar, a poet, según el análisis de Marie Bonaparte, Edgar, disa.
un poeta; que Picasso pinte tantos picos; que Matisse sea
___________. (2007). El amor que nos cura. Barcelona: Ge-
un pintor que matiza, que los hermanos Lumière hayan
disa.
inventado el cinematógrafo, que Fruto Vivas sea un ar-
quitecto que defiende una arquitectura arbórea capaz de ___________. (2004). Del gesto a la palabra. La etología de
construir el pabellón de Venezuela en la exposición de la comunicación en los seres vivos. Barcelona: Gedi-
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abría, es decir viva, como lo que da el fruto del nombre y Descams, Marc-Alain. (1989). Le langage du corps et la
en movimiento o viviente como su apellido Vivas, flor communication corporelle. Paris: PUF.
viva construida como extensión o como autorepresenta-
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