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INDEMNIZACIÓN PREVISTA EN EL ARTÍCULO 52, CUARTO PÁRRAFO,

DE LA LEY FEDERAL DE PROCEDIMIENTO CONTENCIOSO

ADMINISTRATIVO, POR EL CUMPLIMIENTO EXTEMPORÁNEO DE UNA

SENTENCIA. "PERJUICIOS" DE LOS QUE DERIVA. El precepto citado prevé

una indemnización en favor del actor en el juicio contencioso administrativo,


derivada de los perjuicios ocasionados por el cumplimiento extemporáneo dado por
la autoridad condenada en una sentencia que entrañe el ejercicio o el goce de un
derecho a su favor. Ahora, el concepto "perjuicios" aludido, debe entenderse como
cualquier afectación resentida a causa de la dilación señalada. Ello, porque de una
interpretación finalista, sistémica, pro homine, garantista y principalista del
numeral mencionado, se colige que el interés del legislador fue no dejar indemne la
afectación derivada de la actitud morosa de la autoridad condenada, que repercute
en el actor y, en compensación, concederle una indemnización por esa
circunstancia; de ahí que el "perjuicio" debe entenderse como el significado
común, preferente al especializado jurídico –es decir, no considerar sólo el lucro
cesante, sino también el daño emergente–, por ser el idóneo para conseguir las
consecuencias más justas, razonables y congruentes con la intención de la
porción normativa indicada.

CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL


PRIMER CIRCUITO.

Amparo en revisión 36/2018. María del Carmen Ramos Soto. 27 de septiembre de


2018. Unanimidad de votos. Ponente: Jean Claude Tron Petit. Secretario: Rogelio
Pérez Ballesteros.

Esta tesis se publicó el viernes 07 de diciembre de 2018 a las 10:19 horas en el


Semanario Judicial de la Federación.

Época: Décima Época Registro: 2018681 Instancia: Tribunales Colegiados de


Circuito Tipo de Tesis: Aislada Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación Libro 61, Diciembre de 2018, Tomo II Materia(s): Administrativa
Tesis: I.4o.A.148A (10a.) Página: 1097

RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DEL ESTADO. PARA CUANTIFICAR


EL MONTO DE LA INDEMNIZACIÓN RELATIVA POR DAÑO MATERIAL,
DEBEN TOMARSE EN CONSIDERACIÓN EL LUCRO CESANTE Y EL DAÑO
EMERGENTE. La Corte Interamericana de Derechos Humanos estableció que la
reparación integral del daño implica el restablecimiento de la situación anterior y
la eliminación de los efectos que la violación produjo, así como una indemnización
por los daños causados. En este sentido, señaló que "el daño material" supone la
pérdida o detrimento de los ingresos de la víctima, los gastos efectuados con
motivo de los hechos y las consecuencias de carácter pecuniario que tengan un
nexo causal con los hechos consecuentes, el cual comprende, por un lado, el lucro
cesante, que se refiere a la pérdida de ingresos de la víctima directa o indirecta y,
por otro, el daño emergente, que enmarca los pagos y gastos en los que han
incurrido la víctima o sus familiares. Por tanto, para cuantificar el monto de la
indemnización por daño material derivada de la responsabilidad patrimonial del
Estado, que corresponde por ejemplo, a una persona a quien se le amputó una
extremidad como consecuencia de la actividad administrativa irregular del
Estado, deben tomarse en consideración el lucro cesante y el daño emergente.

CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL


PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 418/2017. Inés Georgina Lledias Velasco y otra. 28 de junio de


2018. Unanimidad de votos. Ponente: Jean Claude Tron Petit. Secretaria: Aideé
Pineda Núñez.

Esta tesis se publicó el viernes 19 de octubre de 2018 a las 10:29 horas en el


Semanario Judicial de la Federación.

Época: Décima Época Registro: 2018207 Instancia: Tribunales Colegiados de


Circuito Tipo de Tesis: Aislada Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación Libro 59, Octubre de 2018, Tomo III Materia(s): Administrativa Tesis:
I.4o.A.136 A (10a.) Página: 2484

DAÑOS Y PERJUICIOS. BASTA LA CONCESIÓN DE LA SUSPENSIÓN Y LA


NEGATIVA O SOBRESEIMIENTO DEL AMPARO PARA QUE SE
ACTUALICE EL PAGARLOS. Este órgano jurisdiccional abandona el criterio
contenido en la tesis I.3o.C.47 K, publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XVII, abril de 2003, página 1144, de
rubro: "SUSPENSIÓN DEL ACTO RECLAMADO. PRESUPUESTOS DE
EXISTENCIA Y EFICACIA DEL INCIDENTE PARA HACER EFECTIVA LA
RESPONSABILIDAD PROVENIENTE DE LA GARANTÍA OTORGADA CON
MOTIVO DE AQUÉLLA.", toda vez que una nueva reflexión sobre el tema lleva a
sostener que si bien es cierto que de una interpretación armónica de los artículos
125 y 129 de la Ley de Amparo, para estar en posibilidad de exigir el pago de la
garantía otorgada para garantizar los posibles daños y perjuicios que se
ocasionaran con motivo de la suspensión del acto reclamado, es necesario que el
incidentista demuestre la existencia y cuantificación de los daños y perjuicios
causados por el otorgamiento de la medida cautelar, también lo es que para
acreditar los perjuicios (no daños) que fueron ocasionados con ese motivo, la parte
incidentista sólo debe acreditar los elementos que conduzcan al juzgador a
establecer la procedencia del derecho en el que se fundó una pretensión, puesto que
esa sola circunstancia es suficiente para declarar fundado el incidente dada la
naturaleza de la prueba presuncional legal, ya que ésta no exige otra prueba diversa
para probar el perjuicio resentido con motivo del otorgamiento de la suspensión del
acto reclamado. Ello, toda vez que basta el transcurso del tiempo para acreditarlo
ya que en este caso, los perjuicios deben entenderse como la existencia de un
daño emergente consistente en un lucro cesante con motivo de éste y su lógica
reparación. En ese tenor, la procedencia del incidente para hacer efectiva la
responsabilidad proveniente de la garantía otorgada con motivo de la suspensión
está condicionada a la satisfacción de los siguientes elementos de existencia y
eficacia: 1) La presencia de un tercero perjudicado en el respectivo juicio de
garantías; 2) El otorgamiento de la medida cautelar, cuya vigencia de sus efectos se
hubiere condicionado a la exhibición de una garantía; 3) La emisión de una
sentencia constitucional que no hubiere resultado favorable al quejoso o acuerdo de
sobreseimiento que hubiere causado ejecutoria o revista esa característica y; 4) La
demostración plena a cargo del incidentista de haber resentido daños o perjuicios
con motivo de la suspensión decretada.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER


CIRCUITO.

Queja 58/2010. Rufina Meléndez Cruz. 2 de septiembre de 2010. Unanimidad de


votos. Ponente: Víctor Francisco Mota Cienfuegos. Secretaria: María Estela España
García.

Nota: La presente tesis abandona el criterio sostenido en la diversa I.3o.C.47 K, de


rubro: "SUSPENSIÓN DEL ACTO RECLAMADO. PRESUPUESTOS DE
EXISTENCIA Y EFICACIA DEL INCIDENTE PARA HACER EFECTIVA LA
RESPONSABILIDAD PROVENIENTE DE LA GARANTÍA OTORGADA CON
MOTIVO DE AQUÉLLA.", que derivó de la queja 723/2002 y aparece publicada en
el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XVII,
abril de 2003, página 1144.

El Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito se apartó


parcialmente del criterio sostenido en esta tesis, según se desprende de la que con
el número de identificación I.3o.C. 106 K (10a.), aparece publicada en el
Semanario Judicial de la Federación del viernes 8 de marzo de 2019 a las 10:11
horas y en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro
64, Tomo III, marzo de 2018, página 2655, de título y subtítulo: "DAÑOS Y
PERJUICIOS OCASIONADOS CON MOTIVO DE LA CONCESIÓN DE LA
SUSPENSIÓN. LA DEMOSTRACIÓN DEL INCIDENTISTA, DE HABERLOS
RESENTIDO, DEBE SER PRESUNTIVA [ABANDONO PARCIAL DEL CRITERIO
SOSTENIDO EN LA TESIS I.3o.C.120 K (9a.)]."

Época: Novena Época Registro: 159870 Instancia: Tribunales Colegiados de


Circuito Tipo de Tesis: Aislada Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta Libro XVIII, Marzo de 2013, Tomo 3 Materia(s): Común Tesis: I.3o.C.120
K (9a.) Página: 1983

RESPONSABILIDAD CIVIL POR DAÑO MATERIAL Y MORAL EN CASO DE


MUERTE. LA LEGITIMACIÓN DEBE ESTABLECERSE A PARTIR DE
CÍRCULOS CONCÉNTRICOS DE AFECTO EN TORNO A LA VÍCTIMA, DE
MANERA QUE LOS MÁS PRÓXIMOS EXCLUYAN A LOS MÁS LEJANOS. En
un accidente automovilístico puede causarse daño material y moral por la muerte,
sólo que la legitimación para obtener la indemnización se desplaza de la víctima a
favor de terceros vinculados, de una u otra forma, con ella, que son los
perjudicados indirectos, según la doctrina. La solución en cuanto a la legitimación
de los terceros varía, según la mayor o menor apertura que prevea cada sistema
legal. En España, está legitimado para reclamar la indemnización el auténtico
perjudicado por el deceso de la víctima, quien no adquiere para sí el derecho a
ser indemnizado como un crédito susceptible de integrar el caudal sucesorio , por
lo que se excluye que sea el carácter de heredero el determinante para considerar
legitimada a una persona, y con base en esa solución, el rango de perjudicados es
variado, pero no excesivamente amplio, pues el acento es puesto en el efectivo
perjuicio derivado de la cercanía con la víctima, de modo que, a partir de ese
ligamen, se puede expandir más o menos el círculo de legitimados, incluyendo a los
padres, otros familiares próximos al difunto y quienes, sin serlo, guarden con él
vínculos afectivos. El resarcimiento del daño moral a favor de los allegados a la
víctima se observa en Alemania, Inglaterra y en algunas entidades de Estados
Unidos de América. En Francia, la legitimación se extiende a un amplio círculo
de allegados a la víctima, aunque en los carentes de parentesco se impone la
carga probatoria de la magnitud del daño, a diferencia de los parientes próximos
cuyo daño se presume. Hay otros sistemas, donde el círculo de legitimados se
restringe a los expresa y objetivamente determinados por el ordenamiento o por
la jurisprudencia, como el venezolano, el portugués, el paraguayo y el italiano .
Entre los legitimados expresamente determinados antes de que acontezca el hecho
dañoso, destacan los herederos, en el caso paraguayo y argentino. En éste prevalece
una corriente doctrinal y jurisprudencial que entiende como herederos a todos
aquellos que tienen potencialmente ese carácter al momento de fallecer la víctima.
Esa opción argentina por ampliar el concepto de herederos es trasladable al
sistema mexicano de legitimación para ejercer la pretensión resarcitoria de daños
en caso de muerte de la víctima, contenido en el Código Civil para el Distrito
Federal, en específico para la indemnización del lucro cesante y para algún
concepto comprendido dentro del daño emergente (los gastos funerarios) ,
mientras que para el resto de los conceptos que integran ese tipo de daño
material y para el daño moral, son aplicables, sin dificultad, los criterios
utilizados en los sistemas expansivos de Europa, Estados Unidos de América y
Latinoamérica. Así, la legitimación para reclamar el daño moral causado por la
muerte de la víctima, al no existir en el artículo 1916 del Código Civil para el
Distrito Federal un criterio cerrado mediante la determinación expresa y objetiva
de damnificados indirectos, se entiende conferida a favor de los allegados del
difunto que, en principio, son los familiares más próximos (padres, hijos,
cónyuges), en quienes se presumirá iuris tantum esa afectación. Ello no excluye el
caso de que algún pariente con menor cercanía de grado, pero mayor en el plano
sentimental (abuelos, primos), se entienda legitimado para reclamar la
compensación por daño moral, en cuyo caso tendrá que probar la afectación por
el deceso de la víctima, de modo semejante a lo que ocurre en el derecho
comparado. La excepción a la amplitud de ese círculo de allegados, se da cuando la
víctima antes de fallecer haya ejercido la pretensión, en que son únicamente los
herederos, sean o no reales perjudicados, quienes pueden beneficiarse,
eventualmente, de la indemnización, porque, en tal hipótesis, el derecho a obtener
el resarcimiento se incorporó al haber del de cujus y es distinto al correspondiente
a los auténticos perjudicados con su muerte, que pueden ser o no herederos por
tratarse de daño moral.

CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER


CIRCUITO.

Amparo directo 719/2011. Marinee Gordian Zamayoa y otro. 5 de julio de 2012.


Unanimidad de votos. Ponente: Francisco J. Sandoval López. Secretario: Raúl
Alfaro Telpalo.

Época: Décima Época Registro: 2002192 Instancia: Tribunales Colegiados de


Circuito Tipo de Tesis: Aislada Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta Libro XIV, Noviembre de 2012, Tomo 3 Materia(s): Civil Tesis: I.4o.C.15
C (10a.) Página: 1934
RESPONSABILIDAD CIVIL POR DAÑO MATERIAL EN CASO DE MUERTE.
FORMA DE ACREDITAR LA LEGITIMACIÓN DE LOS HEREDEROS
CONFORME A LOS PRINCIPIOS PRO ACTIONE Y PRO PERSONA. Una
nueva lectura del artículo 1915 del Código Civil para el Distrito Federal lleva a
considerar que debe incluirse a los herederos potenciales. Permite establecerlo así,
inicialmente, el derecho comparado del cual se advierte que entre los legitimados
expresamente determinados antes de que acontezca el hecho dañoso, destacan los
herederos, como en el caso argentino, donde prevalece una corriente doctrinal y
jurisprudencial que entiende como herederos a todos aquellos que tienen
potencialmente ese carácter al momento de fallecer la víctima. Esa opción por
ampliar el concepto de herederos es trasladable al sistema mexicano de
legitimación para ejercer la pretensión resarcitoria de daños en caso de muerte de
la víctima, en específico para la indemnización del lucro cesante y para algún
concepto comprendido dentro del daño emergente (los gastos funerarios), conforme
al citado artículo 1915 del Código Civil para el Distrito Federal, que se refiere
sólo al daño material o patrimonial, como evidencian los antecedentes
legislativos de su origen y sucesivas reformas, y conforme a ese origen y la
finalidad a que obedece, al aludir a los herederos no se limita a quienes han sido
declarados como tales en juicio sucesorio, sino a los familiares con razonable
potencialidad de tener tal calidad. Ello, en la inteligencia de que los parientes más
próximos excluyen a los más lejanos, como enseñan las reglas ordinarias de
relaciones de parentesco y el derecho comparado, lo que, en cada caso, corresponde
analizar y determinar al operador judicial. Así, en un supuesto, habrá de preferir
a los hijos del difunto cuando concurran con los ascendientes; en otro caso, la
preferencia obrará a favor de los padres del fallecido cuando acudan a reclamar
el daño patrimonial junto con los abuelos. No será necesario que esos herederos
potenciales actúen en juicio, al ejercer la acción de reparación de daño material,
a través del albacea, ya que el derecho a la indemnización de ningún modo forma
parte del caudal hereditario del de cujus, sino que deriva de la afectación sufrida
por los familiares cercanos, aunque si se está tramitando el juicio sucesorio, será
posible también que lo hagan por conducto del albacea designado. Tal es el
sentido de la tesis de jurisprudencia 3a./J. 21/92, de la anterior Tercera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, al señalar "que no cualquier familiar está
legitimado para incoar la acción de responsabilidad civil objetiva sino
precisamente los herederos, en su caso, por conducto del albacea de la sucesión",
o sea, sólo en el supuesto de que exista ese albacea deberán acudir los herederos
a través de él; en caso contrario, podrán hacerlo iure proprio. Considerarlo de
otra manera entrañaría aceptar que el derecho a la indemnización entra a formar
parte del patrimonio de la víctima fallecida, lo que ha sido rechazado
unánimemente por la doctrina, y que el albacea debe repartir el monto respectivo
entre cada heredero, además de sujetar el ejercicio de la pretensión a la
tramitación, así sea parcial, de un juicio sucesorio, lo cual redundaría en
obstruir el acceso a la pronta impartición de justicia, con infracción al principio
pro actione relacionado con el principio pro persona adoptado en el artículo 1o.
constitucional, ya que la optimización del derecho a la jurisdicción puede
lograrse si se facilita la acción, conforme a esos principios.

CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER


CIRCUITO.

Amparo directo 719/2011. Marinee Gordian Zamayoa y otro. 5 de julio de 2012.


Unanimidad de votos. Ponente: Francisco J. Sandoval López. Secretario: Raúl
Alfaro Telpalo.

Nota: La tesis de jurisprudencia 3a./J. 21/92 citada, aparece publicada en la Gaceta


del Semanario Judicial de la Federación, Número 59, noviembre de 1992, página
18, con el rubro: "RESPONSABILIDAD CIVIL OBJETIVA. LOS HEREDEROS DE
LA VÍCTIMA SON LOS LEGITIMADOS PARA RECLAMAR LA
INDEMNIZACIÓN RELATIVA. (INTERPRETACIÓN DE LOS ARTÍCULOS 1915
Y 1836 DE LOS CÓDIGOS CIVILES PARA EL DISTRITO FEDERAL Y EL
ESTADO DE JALISCO, A PARTIR DE SUS REFORMAS DEL DIECISÉIS DE
DICIEMBRE DE MIL NOVECIENTOS SETENTA Y CINCO Y VEINTIOCHO DE
DICIEMBRE DE MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y DOS,
RESPECTIVAMENTE)."

Esta tesis fue objeto de la denuncia relativa a la contradicción de tesis 196/2019 de


la Primera Sala de la que derivó la tesis jurisprudencial 1a./J. 89/2019 (10a.) de
título y subtítulo: "RESPONSABILIDAD CIVIL OBJETIVA EN CASO DE
MUERTE. LOS FAMILIARES DE LA VÍCTIMA Y NO SÓLO SUS HEREDEROS
LEGALMENTE DECLARADOS EN LA SUCESIÓN, TIENEN LEGITIMACIÓN
ACTIVA PARA RECLAMAR LA INDEMNIZACIÓN RESPECTIVA (CÓDIGOS
CIVILES DE LOS ESTADOS DE GUERRERO Y DE LA CIUDAD DE MÉXICO)
(INTERRUPCIÓN DE LA JURISPRUDENCIA 3a./J. 21/92)."

Época: Décima Época Registro: 2002191 Instancia: Tribunales Colegiados de


Circuito Tipo de Tesis: Aislada Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta Libro XIV, Noviembre de 2012, Tomo 3 Materia(s): Civil Tesis: I.4o.C.16
C (10a.) Página: 1933

DAÑOS Y PERJUICIOS CONFORME AL ARTÍCULO 129 DE LA LEY DE


AMPARO, DEBEN ENTENDERSE POR TALES LA ACTUALIZACIÓN DEL
VALOR ECONÓMICO DEL BIEN QUE NO PUDO RECIBIR LA TERCERA
PERJUDICADA EN VIRTUD DE LA SUSPENSIÓN QUE LE FUE CONCEDIDA
A SU CONTRARIA EN RELACIÓN CON LA SENTENCIA DEFINITIVA QUE
DETERMINABA SU LEGAL ENTREGA. La concepción tradicional de los daños
y perjuicios a que hace alusión el artículo 129 de la Ley de Amparo, había
acogido el sistema de derecho privado en materia civil, previsto en los artículos
2108 y 2109 del Código Civil Federal, esto es, la existencia de un daño
emergente, un lucro cesante con motivo de éste y su lógica reparación. Sin
embargo, los conceptos y figuras jurídicos, deben entenderse en razón de su
contexto, de sus circunstancias, no en razón del nombre literal que decidió
otorgarle el legislador, esto es, la concepción jurídica de una situación de hecho
no se determina por el nombre de la misma, sino por su naturaleza; por ende, aun y
cuando los conceptos de daños y perjuicios se encuentran concebidos en la
legislación civil federal en los términos antes precisados, ello no implica que ese
sea el contenido que le corresponda para los fines del juicio de garantías. En
efecto, la naturaleza de la acción de amparo como medio de control constitucional
la aleja del mero conflicto entre particulares para constituirse en una cuestión de
orden público, lo cual se ve reflejado en los efectos restitutorios que establece el
artículo 80 de la Ley de Amparo, en caso de que se establezca la
inconstitucionalidad del acto reclamado en un juicio de garantías, esto es, retornar,
en la medida de lo posible, la situación jurídica del quejoso, al estado en que se
encontraba con antelación a la afectación de sus derechos fundamentales. En
consecuencia, los daños y perjuicios a que hace alusión la Ley de Amparo, se
deben entender en ese contexto: sólo la actualización del valor intrínseco del
bien, que hubiera resultado afectado en virtud del procedimiento constitucional,
es decir, la depreciación del bien que dejó de percibir la tercera perjudicada con
motivo de la medida suspensional, mas no así el lucro comprendido en el
concepto perjuicio que se traduce en la afectación indirecta que resiente una
persona por el incumplimiento de una obligación dentro del ámbito del derecho
privado; concepto que pugna con la naturaleza de una institución de derecho
público como lo es el juicio de amparo.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER


CIRCUITO.

Queja 40/2007. Victoria Alcántara Rivera. 3 de julio de 2007. Unanimidad de


votos. Ponente: Víctor Francisco Mota Cienfuegos. Secretario: Salvador Andrés
González Bárcena.

Época: Novena Época Registro: 170352 Instancia: Tribunales Colegiados de


Circuito Tipo de Tesis: Aislada Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta Tomo XXVII, Febrero de 2008 Materia(s): Civil, Común Tesis: I.3o.C.666
C Página: 2253

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