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con los pensamientos y acciones de los profesores, clasificándolos según

correspondiera. Razón por la que atendiendo a este objeto de estudio, es retomada la


postura teórica indicada, para desarrollarla ahora, en un espacio del contexto tlaxcalteca.
Lo mencionado, argumenta y refuerza la dimensión del concepto “idelogía” como una de
las variables de esta investigación. Antes de adentrarse en esta clasificación sobre el
concepto “ideología”, es preciso abordar la definición que el autor, atribuye a dicho
término, considerando que las ideologías educativas, incluyen supuestos de valor,
sobre lo que es bueno o valioso. La ideología, como patrón de pensamiento
educativo, es una combinación sistemática de una teoría respecto a hechos
psicológicos y sociales, con un conjunto de principios de valor. Son tres las
ideologías que expone Kohlberg, con base en el enfoque de la psicología del desarrollo
moral del niño: a) La ideología educativa de la transmisión cultural: Transmite a los
alumnos los valores, normas e información del pasado, o sea, la herencia cultural, de
generación en generación. Es conductista y estática Esta ideología, comprende dos
variantes: 1) Enfoque académico tradicional: Enfatiza en la transmisión de los valores y
el conocimiento clásico de Occidente, es humanista por sus contenidos de enseñanza
como filosofía, literatura y lenguas clásicas u otras. Prioriza la inculcación de valores en
los contenidos de las asignaturas; su filosofía dicta una internalización de acciones y
conductas mediante la imitación de modelos adultos. 2) Enfoque tecnológico o de
modificación de conductas: La transmisión de las habilidades y hábitos necesarios
para la nueva sociedad tecnológica, así como las técnicas de recompensa y castigo,
es lo más sobresaliente en esta vertiente. Siguiendo esta síntesis, los tecnólogos
educativos, evalúan el éxito personal, como habilidad para internalizar las respuestas
adquiridas y poder responder a las demandas del sistema social. También los
representantes del enfoque académico, creen, que tanto lo enseñado y evaluado en
educación, es la cultura dada. Los dos enfoques suponen que los valores y
conocimientos, primero son localizados en la cultura y luego se internalizan;
externalizan objetivan; se puede agregar; recordando a Berger y Luckman (1986),
imitando modelos de conductas adultas; a lo que L. Kohlberg, llama proceso de
“estampado de los valores”. b) Ideología educativa romántica: Enfatiza que lo que
proviene del interior del niño, es el aspecto fundamental de su desarrollo, por lo tanto la
actitud de los docentes, debe ser permisiva, para hacer surgir “lo bueno” de los párvulos.
Dando gran relevancia a la intuición y sentimiento, sobre la razón y el análisis. Esta
ideología contradice la enseñanza de actitudes, normas, valores y el aprendizaje
memorístico. Aprueba el rechazo a toda norma, se fundamenta en el desarrollo biológico
físico y mental óptimo. Su postura intenta ser global o totalizadora, y dinámica. A.S. Neill
(1960) asume esta ideología, al proponer la abolición de la autoridad, renunciar a toda
instrucción, sugerencia o entrenamiento. Los niños deben crecer sin restricciones, de
forma espontánea, ya que es un ser bueno por naturaleza, razón por lo que no hay nada
que corregir, ordenar u orientar, pues todo lo que el niño hace, surge de su interior y es
bueno, sólo hay que dejarlo crecer; puesto que para los románticos, la libertad no es
considerada un principio ético, sino una cuestión psicológica de hechos, que conllevan a
la salud mental y la felicidad. De igual forma, este enfoque según el autor, está basado en
afirmaciones o ideas valorativas, que defienden la libertad individual de las personas, para
ser ellas mismas y se oponen a la inculcación y control social. Para los románticos, no hay
valores, muy bien aceptados para sentar las bases de la educación. c) La ideología
educativa progresiva. La educación como desarrollo: Esta propuesta estimula la
interacción natural de los niños con la sociedad y su medio ambiente; la meta de la
educación, es lograr superar un estadio superior en la adultez, estimula el
desarrollo a través de la presentación – resolución de problemas “genuinos”, o
naturales, que el alumno sea capaz de resolver, considera al alumno como un ser
interactivo y pensante, que interactúa en un medio educativo formador y organizador de
la cognición y la emoción. Los postulados, según Kohlberg, de este enfoque ideológico,
son seis: 1) La educación y el desarrollo intelectual y moral, son concebidos como una
experiencia continua. 2) La educación promoverá la superación de estadios de forma
progresiva. 3) Los objetivos y procesos educativos, se sustentan bajo argumentos
filosóficos, éticos, científicos y psicológicos. 4) La meta central de la educación está
basada en la comprensión de principios éticos o lógicos, lo que conduce al desarrollo
cognitivo y moral de las personas. Cuando el niño construye por sí mismo los
principios morales y lógicos, significa que aprehende y supera un estadio superior.
5) Dicho este enfoque ideológico, parte de dos doctrinas ideológicas educativas como
antecedentes: La platónica de la educación liberal y de la noción de Dewey de la
educación democrática, cuyo fin debe ser el “desarrollo de un carácter libre y fuerte”,
capaz de forma personas libres y capacitadas para elecciones morales, en lo cual, el
educador estará orientado por principios éticos y psicológicos, que presentará a sus
alumnos libremente. Con el fin de hacerlos críticos y comprensibles de las situaciones
reales. En este sentido, Kohlberg, denomina “docentes rey” a quienes se rigen por una
ideología conductista y “docentes psiquiátricos” a los que promueven la salud
mental de sus alumnos. 6) La educación para el desarrollo y los principios, es liberal,
idealista, basada en cambios de actitudes y la orientación de las acciones humanas a
través de ideales imaginables, posibles de realizarse. El pensamiento kohlberiano, recalca
Moreno (2002), es seguidor de la ideología de J. Dewey, quien era contrario de la
distinción entre educación académica y educación profesional, que prohibía la enseñanza
moral a la primera. El autor considera que estas tres grandes corrientes han tenido
continuidad a pesar de los cambios históricos que ha asumido e incorporado la educación
y que de alguna manera siguen vigentes en el ejercicio docente. Resumiendo: Ideología
educativa de la transmisión cultural, en sus dos variantes (enfoque académico
tradicional y de la tecnología educativa) el aprendizaje no significa el logro y superación
de otro estadio cognitivo o moral, son aceptados los valores, impuestos por la cultura, se
encargan de transmitir los valores, normas, conocimientos con información del pasado,
mediante la educación. Sus enseñanzas son mecanizadas, autoritarias y basadas en el
estímulo – respuesta, adoctrinan valores, en lugar de estimularlos, no permiten que los
niños los descubran por sí mismos, concibe al hombre como sujeto receptor y poco
creativo. Ideología educativa romántica, enfatiza que lo que proviene del interior del
niño, es el aspecto fundamental del desarrollo, sostiene que el conocimiento racional, no
capta en su amplitud, la realidad concreta. Se rebela ante las normas establecidas
socialmente. Está fundamentada en lo biológico, el crecimiento del niño, depende del
desarrollo unilateral físico y mental. La intuición y el sentimiento, sobrepasan la razón y el
análisis. Sus premisas defienden la libertad individual de las personas y conciben al niño
como un ser bueno, del que nada hay que corregir, entre otras posibles características de
dicha afirmación. Ideología educativa progresiva. La educación como desarrollo.
Propuesta ideológica de Kohlberg (2002), quien sostiene que únicamente, el
“progresivismo”, que engloba a una psicología cognitiva del desarrollo, su epistemología
interaccionista y su filosofía ética racional del desarrollo moral, proporcionan el
fundamento necesario para la comprensión del proceso educativo. La meta de la
educación es lograr un estadio superior en la adultez. Presenta a los alumnos la
resolución de problemas “genuinos”, para estimular su desarrollo, y los concibe como
sujetos activos pensantes. Posee un carácter idealista, ya que conciben a los niños como
“filósofos”, que organizan sus vidas, siguiendo patrones universales de significado. La
filosofía, coadyuva en el entendimiento de los conceptos de creencias, normas y valores.
Lo expuesto hasta ahora, es una más de las valiosas revisiones documentales teóricas,
que sustentan el tema de investigación propuesto. Entre otros posibles textos de análisis,
relacionados con nuestra temática de investigación, citamos a: Zertlin, M. Irving (2001)
“Ideología y Teoría Sociológica”. Amorrortu Editores. España. Shavelson, R. (1986)
“Toma de decisiones interactivas: algunas reflexiones sobre los procesos cognoscitivos de
los profesores. Actas del primer Congreso Internacional sobre pensamientos de los
profesores y toma de decisiones”. Huelva. Servicio de Publicaciones de la Universidad de
Sevilla. (Compilador: Villar Angulo, L.), Shavelson, R. y Stern. (1983) “Investigación sobre
el pensamiento del profesor: Sus juicios, decisiones y conducta: en Gimeno Sacristan y
Pérez Gómez: La enseñanza, su teoría y su práctica” Akal y Barcelona. En:
http://www.revistaeducacion.educacion.es/re, bajado 27/1218. Se suma a este estudio el
español García, C. M. (1987) “El Pensamiento del Profesor”. Barcelona. Editor CEAC.
Quien de igual forma analiza el pensamiento de los profesores antes, durante y
después de su ejercicio docente. Antes de enlazar el siguiente término, se subraya, que
en el continente europeo, fue localizada la mayoría de diversos documentos de
investigación sobre ideología, creencias o pensamientos de los docentes; en México, es
casi nula, esta línea de investigación. Lo anterior, indica que el estudio subjetivo, de la
mentalidad de los profesores, pretendido a desarrollarse en el contexto tlaxcalteca, está
sustentado, por anteriores estudios similares, sobre todo, en países anglosajones y en el
vecino país estadounidense, en donde, se consideró como objetivo primordial, conocer e
interpretar el pensamiento de los docentes, tanto en servicio, como los de nuevo ingreso,
en años remotos. Siguiendo el orden, el concepto “profesión”, se sustenta teóricamente
en la obra de Ballesteros (2012) “La Sociología de las Profesiones”, quien realizó una
recopilación histórica de la obra del sociólogo alemán Max Weber (1976), abordando el
tema de la "Ética protestante y el espíritu del capitalismo" (EPYEC) (Die protestantische
Ethik und der Geist des Kapitalismus), obra publicada entre (1904 y 1905), posteriormente
revisada en 1920. En el texto indicado, Weber, aborda con precisión y riqueza intelectual,
desarrollando una “(…) especie de trabajo filológico acerca del origen del concepto
moderno vocación – profesión” (Ballesteros: 71), terna dogmático, en donde fincan sus
raíces los términos indicados. El análisis textual, muestra según el autor, que el concepto
vocación, fue creado por Lutero, (Siglo XV1), monje alemán de la congregación
Agustinos, quien provocó un cisma (división, separación, con la iglesia católica). Lo creó
en su traducción del Nuevo Testamento del latín al alemán, que significa “llamado” o
“vocación divina espiritual”. Otro de los creadores del término vocación, se le atribuye a
Calvino (Siglo XV1), religioso francés, figura central de la Reforma protestante, quien
sucedió a Lutero después de su muerte. Para Juan Calvino, el concepto “vocación” es
interpretado bajo el dogma de la “predestinación”, “La cual consiste en que el Dios
inescrutable decidió que sólo unos seres humanos tendrán vida eterna y los
demás muerte eterna” (Ibid: 73) El tipo de hombre de entrega total al trabajo,
entendido éste como “vocación” y “deber moral”, considerando a la vez, la pérdida de
tiempo, como el mayor pecado del mundo. Los “ascéticos”, o seguidores de la “ascécis”,
un estilo de vida, modelado racionalmente y orientado a la voluntad divina de la existencia
eterna; como la

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