aprendizaje significativo, provocar la disonancia o el conflicto cognitivo, estimular en los

alumnos expectativas y atribuciones deseables, separar las experiencias de aprendizaje

de las actividades de evaluación y orientar el aprendizaje de los alumnos. En esta misma
línea, Good y Brophy (1995), sugieren también algunas condiciones previas, para motivar
el aprendizaje de los alumnos, tales como: 1. Ambiente motivador: conseguir que los
alumnos se sientan cómodos en la realización de sus tareas se darán cuenta que son
valorizados sus esfuerzos de aprendizaje, dentro de un clima de aprendizaje motivador.
2.- Actividades de aprendizaje: con grado adecuado de dificultad, según las capacidades
y posibilidades de los alumnos, las tareas no podrán ser tan familiares o tan
desconocidas, de lo contrario, ninguna estrategia motivadora funcionará. 3.- Objetivos de
aprendizaje significativo: Despertar la motivación con objetivos académicos y actividades
valiosas, con sentido y aplicables a la vida diaria de los estudiantes, para que aprendan
conocimientos o habilidades útiles, así los alumnos percibirán que sus esfuerzos son
valiosos. 4.- Uso moderado de estrategias: el constante uso de la misma estrategia,
pierde su efectividad y se tornan contraproducentes, para mantener el interés serán
programadas y presentadas ocasionalmente. Según el autor citado, muestra de igual
forma los principios y estrategias, para motivar el aprendizaje de los alumnos, de Keller
(1983): A) Adaptar la enseñanza a los intereses de los alumnos. B) Relevancia: Que los
alumnos descubran que la enseñanza se basa en sus necesidades e intereses
personales. C) Expectativa: Los estudiantes comprenderán que pueden lograr el éxito
mediante un poco de esfuerzo. D) Satisfacción: Propiciar la satisfacción en el aprendizaje
de forma intrínseca o extrínseca, en los alumnos. Percibiendo que este enfoque teórico,
es más didáctico – pedagógico, que los anteriores, es válido mencionar también las cinco
estrategias de Keller, para motivar el aprendizaje en los alumnos: 1.- Introducir estímulos
y situaciones novedosas, incongruentes, conflictivos y paradógicos, para despertar el
interés y atención en los aprendices. Innovar estrategias. 2.- Emplear anécdotas, u otros
tipos de textos, para que el aprendizaje de los contenidos curriculares, sea de manera
emocional e involucre los intereses personales de los alumnos. 3.- Brindar a los alumnos
la oportunidad de aprender más sobre las cosas que ya saben, e ir introduciendo
contenidos desconocidos, para despertar su curiosidad de forma moderada. 4.- Emplear
analogías para hacer familiar lo extraño y extraño lo familiar. 5.- Conducir a los
estudiantes en un proceso de investigación e indagación. Es así como en el ámbito de la
motivación, son encontradas estrategias de acción muy interesantes que coadyuven como
ejes motores motivantes, para despertar la emoción e interés de los alumnos, con el
objetivo de lograr un mejor aprendizaje y rendimiento escolar. La cosa, parece
complicada, pero creemos que será factible explicarla, después del estudio e
interpretación y comprensión de las ideologías de los sujetos de indagación, quiénes para
este caso, lo son los docentes tlaxcaltecas. Ad hoc, en este subacápite, con especial
remembranza, se menciona al sabio Platón (Siglo V), quien en su filosofía trataba de
comprender e interpretar el pensamiento de los individuos, a partir de las ideas, del bien o
del mal. Aristóteles (Siglo V. ), explicaba también los hechos, versando su filosofía en la
naturaleza, en la realidad, cada uno a partir de sus academias con enseñanzas maestras
que impartían ante sus discípulos. Actualmente, se piensa, que si no hay interpretación de
las mentalidades, no se comprenden los acontecimientos, y si no hay comprensión, no se
pueden explicar las eventualidades o hechos, presentados como engranajes
sistematizados que nos permiten conocer el ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Cómo? ¿Por
qué? y el ¿Para qué?, de los sucesos. Pues bien, sólo falta en este espacio teórico
abordar el último de los términos conceptuales que cierra en planteamiento de
investigación, nos referimos al rendimiento escolar. Cerramos con las definiciones de
rendimiento, del "(lat. reddere = restituir, pagar), como la relación entre lo obtenido y el
esfuerzo empleado, para obtenerlo. Nivel de éxito en la escuela, en el trabajo, etc."
(Merani, 1985:130), cabe indicar, que existe una gran diversidad documental de
investigaciones que se han desarrollado en diferentes partes del mundo al respecto. El
término "rendimiento" ha sido relacionado con diversos ámbitos (psicológico, sociólogico y
pedagógico) y a la vez, con factores múltiples que inciden en el logro educativo de los
alumnos. Cabe abrir un paréntesis en la apertura de este abanico conceptual, para citar
algunas definiciones referentes al término en desarrollo. De acuerdo a Navarro (2003), en
su interesante artículo sobre rendimiento escolar, enfatiza en la complejidad del mismo,
iniciada desde su conceptualización, ya que, rendimiento académico, aptitud escolar o
rendimiento escolar, son conceptualizaciones que se explican semánticamente diferentes,
pero que sin embargo, son manejados como sinónimos. Con base en Jiménez (2000)
agrega, el rendimiento escolar, es un nivel de conocimientos demostrado, en un área o
materia, comparado con la norma de edad y nivel académico. Lo que debería ser
concebido mediante sus procesos de evaluación, sin embargo, la simple evaluación y/o
medición, del rendimiento alcanzado por los alumnos, no satisfacen los requerimientos
necesarios, para lograr mejorar la calidad educativa. En:
https://researchgate.net/profile/Ruben_Edel... Consultado:12/sep./2018. Otras
definiciones sobre esta temática subrayan que el rendimiento, es un fenómeno vigente,
porque es el parámetro, mediante el cual son determinadas, la calidad y la cantidad de los
aprendizajes de los alumnos, además, porque es de carácter social, puesto que no solo
reside en éstos, sino que están implicados los docentes y el contexto escolar, según
(Ruiz, 2002). Para Retana (2007),el rendimiento escolar es el nivel de conocimientos,
expresado en una nota numérica, que obtiene un estudiante, como resultado de una
evaluación, que mide el producto, del proceso enseñanza – aprendizaje, en el cual
participa. En esta misma línea Martínez Otero (1996), dice que es el producto que rinde o
da el alumnado, en el ámbito de los centros oficiales de enseñanza, y que habitualmente,
es expresado a través de las calificaciones escolares. Capdevila (2013), concluye al
respecto, que el rendimiento académico, es el resultado del complejo proceso de
aprendizaje, en el que intervienen diversas variables, siendo las calificaciones, el