Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
La mente de Steve da vueltas sin parar mientras hace sus deberes. "Nunca lograré aprobar este
examen de historia –piensa-. Mi padre tiene razón, soy como él —nunca haré gran cosa en la
vida". Distraído, baja la mirada y piensa en lo flacas que son sus piernas. "Uf –se dice-. Seguro
que el entrenador de fútbol no me deja ni intentarlo cuando vea lo poca cosa que soy".
Julio está estudiando para el mismo examen de historia que Steve, y tampoco es un amante de
esa asignatura. Pero aquí se acaban las similitudes. Julio tiene una actitud completamente
diferente. Es más probable que piense: “Bueno, historia otra vez. ¡Vaya palo! Menos mal que
me luciré en la asignatura que me gusta de verdad —las mates". Y, cuando Julio piensa en su
aspecto, también es mucho más positivo. Aunque es más bajo y delgado que Steve, Julio es
mucho menos proclive a culpar o criticar su cuerpo y es más probable que piense: "Tal vez
esté delgado, pero corro bien. Seré una buena incorporación para el equipo de fútbol".
Todos tenemos una imagen mental de quiénes somos, qué aspecto tenemos, en qué somos
buenos y cuáles son nuestros puntos débiles. Nos formamos esa imagen a lo largo del tiempo,
empezando en nuestra más tierna infancia. El término autoimagen se utiliza para referirse a la
imagen mental que una persona tiene de sí misma. Gran parte de nuestra autoimagen se basa
en nuestras interacciones con otras personas y nuestras experiencias vitales. Esta imagen
mental (nuestra autoimagen) contribuye a nuestra autoestima.
La autoestima depende de en qué medida nos sentimos valorados, queridos y aceptados por
otros — y en qué medida nos valoramos, queremos y aceptamos a nosotros mismos. Las
personas con una autoestima sana se sienten bien consigo mismas, aprecian su propia valía y
están orgullosas de sus capacidades, habilidades y logros. Las personas con baja autoestima
sienten que no gustarán a nadie, que nadie los aceptará o que no son buenos en nada.
Problemas de autoestima
Antes de que una persona pueda solucionar sus problemas de autoestima y construir una
autoestima sana, es útil saber en primer lugar qué podría estar causando esos problemas. Dos
cosas en particular —cómo nos ven o nos tratan los demás y cómo nos vemos a nosotros
mismos— pueden tener un gran impacto sobre nuestra autoestima.
Los padres, profesores y otras figuras de autoridad influyen en las ideas que desarrollamos
sobre nosotros mismos —en particular, cuando somos niños pequeños. Si los padres pasan
más tiempo criticando a un hijo que elogiándolo, es difícil que ese niño desarrolle una
autoestima sana. Puesto que los adolescentes aún están formando sus valores y creencias, es
fácil que construyan su autoimagen alrededor de lo que dice uno de sus padres, un entrenador
u otras personas.
Es obvio que la autoestima puede salir muy mal parada cuando alguien cuya aceptación
valoramos mucho (como un padre o un profesor) nos hace de menos constantemente. Pero las
críticas no tienen por qué venir siempre de otras personas. Como Steve en el ejemplo anterior,
algunos adolescentes también tienen un "crítico interior”, una voz interior que encuentra fallos
en todo lo que hacen. Y, como le sucede a Steve, la gente a menudo modela
inintencionadamente su voz interior de acuerdo con la opinión de un padre crítico o cualquier
otra persona cuya opinión es importante para ella.
Con el tiempo, escuchar una voz interior negativa puede dañar la autoestima de una persona
tanto como si la crítica viniera de fuera. Algunas personas están tan acostumbradas a que su
crítico interior siga allí que ni siquiera se dan cuenta cuando se están haciendo de menos.
Las expectativas poco realistas también pueden afectar a la autoestima de una persona. La
gente tiene una imagen de lo que quiere llegar a ser (o de quién cree que debería ser). La
imagen de la persona ideal es diferente para cada uno. Por ejemplo, algunas personas admiran
las habilidades deportivas y otras las aptitudes académicas. Las personas que se ven a sí
mismas teniendo las cualidades que admiran —como la habilidad de hacer amigos fácilmente
— suelen tener una autoestima alta.
Las personas que no se ven a sí mismas teniendo las cualidades que admiran pueden
desarrollar una baja autoestima. Desgraciadamente, las personas que tienen una baja
autoestima a menudo tienen las cualidades que admiran, pero no pueden verlo porque la
imagen que tienen de sí mismos está moldeada de tal modo que les impide hacerlo.
Los sentimientos que tenemos hacia nosotros mismos influyen en cómo vivimos nuestras
vidas. Las personas que sienten que se les quiere y aprecia (en otras palabras, las personas que
tienen la autoestima alta) tienen mejores relaciones sociales. Son más proclives a pedir ayuda
y apoyo a los amigos y la familia cuando la necesiten. Las personas que creen que pueden
alcanzar sus objetivos y solucionar problemas tienden a rendir más en los estudios. Tener una
buena autoestima te permite aceptarte a ti mismo y vivir la vida de forma plena.
Nunca es tarde para construir una autoestima positiva y sana. En algunos casos, cuando la
herida emocional es muy profunda o duradera, es posible que sea necesaria la ayuda de un
profesional de la salud mental, como un psicólogo o terapeuta. Estos expertos actúan a modo
de guías, ayudando a las personas a quererse a sí mismas y a darse cuenta de lo que las hace
únicas y especiales.
La autoestima interviene en casi todo lo que haces. Las personas con una autoestima alta
rinden más en los estudios y les resulta más fácil hacer amigos. Tienden a tener mejores
relaciones con la gente de su edad y con los adultos, son más felices y les cuesta menos
enfrentarse a los errores, decepciones y fracasos, y es más probable que perseveren en algo
hasta que lo consigan. Cuesta cierto trabajo, pero es una habilidad que tendrás de por vida.
http://kidshealth.org/teen/en_espanol/mente/self_esteem_esp.html