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MARIÁN HENAO MONCADA LO QUE SUSCITA LA BIBLIA 07/02/20

LO QUE SUSCITA LA BIBLIA


La biblia es un libro intrigante desde su concepción, conformación literaria y repercusión socio-personal.
Por el valor cultural que ha cobrado a través de la historia, no solo en las comunidades religiosas
propiamente, sino también en todas las personas que han escuchado de su existencia, es preciso
ahondar en el análisis de este texto. Sin embargo, al hablar de ahondar no hay que generar una falsa
expectativa, lo que aquí se propone es una visión somera y parcial de una construcción textual
significada como sagrada.
Establecer la veracidad de la biblia es un paso obligado para los que creen y no en el mensaje del libro.
Sea para fe o contraposición es vital establecer el origen del objeto en cuestión. Se debe decir que la
biblia es real, es real como libro. Es un libro de carácter universal, uno de los más leídos, más
reproducido, más vendido, más estudiado, más controvertido. Y de manera no menos importante, a
pesar de ser en realidad una compilación de libros, no pierde su idea principal y aborda su
configuración literal con una historia que cumple con los principios básicos de la misma (inicio, nudo y
desenlace).
Si bien lo anterior es cierto y medible el aspecto más álgido se establece en el nombramiento sagrado
que se les da a las escrituras bíblicas: ¿qué las hace sagradas? ¿quién ha establecido que son
sagradas? y otras preguntas son las que surgen a raíz de lo que adeptos y detractores argumentan.
Adelantándonos a ciertas discusiones, establezcamos como foco las respuestas simples: la biblia es
sagrada por la inclusión divina de su personaje principal, Dios. Han establecido como sagradas la biblia
dos cosas: los seguidores de su mensaje y la significancia de palabra por sí sola (esto hablando
estrictamente del lenguaje).
Todo este contexto para adentrarnos abruptamente en otra pregunta ¿es la biblia una inspiración de su
propio personaje principal? Parece una película, no lo es, aunque es igualmente sorprendente solo
pensarlo. Imagine por un momento que hay una exitosísima novela en el que el protagonista es el autor
intelectual de su propia historia, pero no es él quien la escribe sino los demás personajes de la historia.
A pesar de esta analogía caricaturesca, es real que, literalmente, la biblia no cayó del cielo. Fue
construida a través de muchos años, contextos históricos y personajes de la época misma. El ser
humano es el otro gran personaje de este libro y a diferencia del coprotagonista (Dios) este sí escribió
físicamente el libro.

Este es el punto de inflexión que suscita la escritura bíblica, la intervención del hombre que, para
muchos como el sacerdote católico Eduardo Arens Kuckelkorn, no puede ignorar las dimensiones
sociales y comunicativas de los seres humanos y reducir la explicación a un corriente fundamentalista,
en donde Dios dicta o toma posesión del ser humano para escribir esta historia. Más bien Kuckelkorn
muestra una visión secuencial donde hubo: comprensión-interpretación-comunicación. Esta última fase
con especial cuidado en cada tradición oral y contexto cultural precedente al escritor. Visión con
ingredientes más imparciales que, los propuestos por el teólogo mesiánico Arnold Furchtenbaum, quien
de entrada descalifica cualquier otra teoría diferente a la inspiración verbal plenaria. Propone que no
existen errores de ningún tipo y hay un control total de Dios sobre el mensaje, si bien el hombre
interviene, Dios ejerce una influencia directa sobre él para poner en las escrituras justo lo que quiere.
Antes tantas pesquisas la mejor opción es hacer su propia introspección, guiado por el conocimiento
que se ha establecido sobre el tema, pero sin desconocer el alcance experiencial, transformador e
inmedible de esta, para mí, sagrada escritura. Porque lo que también es real es que a través de lo que
allí hay escrito, muchas personas nos hemos salvado del sin sentido, como expresa el pastor Darío
Zuleta Largo en alguno de sus escritos. Argumento que la biblia es la palabra de Dios, desde la fe, he
creído que es así y por medio de mi fe he tenido experiencias que me llevan a afirmarlo. Esto es
precisamente lo que se refleja en la biblia, historias de muchas personas que creyeron y tuvieron
experiencias reafirmantes de su fe. Por lo demás debo terminar diciendo que si bien comparto algunas
de las apreciaciones sociológicas expresadas por Kuckelkorn no copio de su argumento que por
MARIÁN HENAO MONCADA LO QUE SUSCITA LA BIBLIA 07/02/20

ejemplo por cuestiones de tiempo, de cultura y teología nosotros la generación actual estemos exentos
de la aplicación bíblica. (salmos 100.5)

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