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Georg Iggers

Como reescribiría hoy mi libro sobre historiografía del siglo XX

El tipo este escribió un libro sobre la historiografía del siglo XX y diez años después se pone a ver
como escribiría el mismo libro, pero el día de hoy. Y asegura que sería un libro muy diferente.

Lo que él dice es que el libro original asegura hablar de la historiografía, pero solo habla del
Occidente y que esta es la realidad en todas las historias de historiografía que han surgido en el siglo
XX en occidente.

El libro salió en 1993 y surgió a través de un texto sobre “racionalidad e historia” en el que se
criticaba el desafío posmoderno a la objetividad erudita.

Recién ahora el autor reconoce las limitaciones de la propuesta original y de su libro sobre la
historiografía del siglo XX. Su libro solo se limita a occidente, aunque incluye Europa del este. El libro
que propone busca tratar del pensamiento y la escritura histórica internacional e intercultural, pero
dice que hay que revisar los supuestos sobre los cuales se han basado.

Primero aclara que no existe el “oriente” como una entidad. El concepto de Occidente (Las naciones
latinas y germánicas incluyendo las Américas y Oceanía) es una construcción del periodo
contemporáneo. Occidente ha sido dividido por unas líneas nacionales, étnicas, confesionales y
regionales y como resultado las historias de la historiografía han seguido generalmente estas
divisiones. En cuanto a los no occidentales, también existen elementos comunes de modelos de
pensamiento y lenguaje que trascienden a estas divisiones y hacen posible hablar de ciertas
unidades culturales como en occidente: El mundo islámico, la india, Asia oriental y África, por
ejemplo.

¿Podemos restringir a la historiografía, como el termino sugiere, solamente a la historia escrita?

Existen unas antiguas y bien establecidas tradiciones de historiografía en Asia oriental y en el mundo
islámico que, a excepción de las de occidente, no tiene equivalentes en otras partes del mundo.
Aunque la conciencia de un pasado histórico parece haber sido una característica de todas las
culturas, no todas las culturas han escrito relatos. Los relatos existen en muy tempranas
inscripciones desde el antiguo Egipto, Mesopotamia y China. Esto difiere con el concepto de
“pueblos sin historia” que empapa el pensamiento europeo para caracterizar a las culturas no
occidentales y para el pensamiento postmoderno y postcolonial. Para algunos historiadores no es
sostenible que la historia sea una señal de superioridad cultural de occidente, sino un instrumento
de occidente usado ante todo como una herramienta para dominar el no occidente.

Cuando revisamos las regiones como Asia Oriental encontramos ricas tradiciones literarias que
reflejan conciencia histórica; en África subsahariana estas eran principalmente orales. La historia
encuentra expresión en formas diferentes: En artes visuales, en ritos religiosos, en la poesía, en las
novelas y en las canciones.

En el nuevo libro que el autor desea escribir se pone 3 limites: uno es el temporal, el mundo desde
1750. El otro es la historia escrita. Y el tercero es la historia que aspira a la representación no
ficcional del pasado.

1750, El siglo 18 es un importante punto de partida porque en ese tiempo surgió en los estudios
históricos en occidente una perspectiva moderna donde la dependencia de la biblia como una
fuente cedía paso a los métodos críticos y a una perspectiva más secular.
Benjamín Elman describe que en China tuvieron desarrollos paralelos con una antigüedad de dos
milenios y medio. Cuando la profesionalización y la institucionalización de la erudición histórica
estaba solo en los comienzos en Europa, ya tenía bases firmes en China que había fundado el
Departamento Histórico de la corte imperial en el siglo séptimo.

En occidente nace una narrativa secular que veía la historia como un relato unificado y coherente,
que conducía hacia el presente y lo focalizaba en un occidente dinámico. Este modelo de narrativa
proporciono una importante fundamentación ideológica para la expansión y colonización de
occidente. Una narrativa similar parece haber estado ausente en todas las otras culturas.

El siglo 18 dio paso a la acentuación de la nación-estado como el centro de la narrativa. Esto no


pasaba en otras culturas, como en China, donde la historia era organizada por dinastías sin intención
de contar un relato tramado y continuado. EN CHINA EN VEZ DE ESCRIBIR UNA SOLA HISTORIA CADA
DINASTIA ESCRIBIA LA SUYA Y BORRABA LA ANTERIOR

El desarrollo de un estilo moderno en occidente estuvo estrechamente relacionado con el


surgimiento de un sistema económico capitalista, el cual estuvo estrechamente relacionado con
cambios en la visión del mundo y con la transformación de la sociedad. Estas transformaciones
empezaron en la edad media cuando comenzaron las exploraciones del mundo no occidental.

Las narraciones se hicieron cada vez más eurocéntricas y los países y regiones no europeas fueron
tratados desde la perspectiva de la penetración europea, no como culturas propias con su propio
carácter y desarrollo.

Durante el siglo veinte se vio un proceso de “occidentalización” donde, por ejemplo, en china se
pasó desde una historia dinástica a una historia nacional y con ella una noción occidental de un
proceso histórico continuado. Otro ejemplo son historiadores hindúes que critican la historia
occidental, pero en un marco de un discurso del mismo occidente y escrito en inglés, no en hindú o
bengalí.

El movimiento es en una sola dirección, desde occidente hasta el no occidente hay un proceso de
“asimilación a occidente”. El impacto de occidente no ocurre de ningún modo en un vacío, sino en
interacción con las tradiciones y perspectivas existentes.

La historiografía es comprendida cada vez más dentro de un amplio proceso de globalización. El


autor habla de la palabra modernización en sentido negativo, que encierra peligros ocultos. Una
globalización que implica la expansión económica y cultural del capitalismo moderno basado en gran
parte en occidente.

El termino poscolonialismo debe ser usado con cuidado, las antiguas colonias han recibido la
independencia formal, pero continúan dependiendo grandemente en lo económico y en otros
aspectos del sistema internacional controlado por las antiguas potencias coloniales

También se analiza como la historia fue enseñada en las escuelas o como fueron escritos los textos
de historia y como estos libros han cambiado en el tiempo. En el caso de Asia la adopción y la
adaptación de la historiografía occidental tuvieron lugar antes en el ámbito de la educación, donde
se hicieron esfuerzos para reescribir los libros históricos.
Hay una línea cronológica que sigue aproximadamente formas compartidas de discurso,
concepciones de la realidad y visiones de la historia. Esto implica cambios generacionales

Hay 3 visiones de la historia y de la realidad: El historicismo hermenéutico, el positivismo científico y


el marxismo. A pesar de las claras diferencias que representan, hay ideas que las tres comparten:
por ejemplo, la manera que veían la ciencia y el progreso. Además, tuvieron en común conceptos
relativos al género y a la raza. Estos enfoques fueron recibidos y modificados especialmente en
china, Japón, india y Latinoamérica donde los tres enfoques u orientaciones desempeñaron un papel
importante en la transformación del pensamiento histórico y de la erudición.

La historiografía debe ser siempre vista en el contexto político, social, económico y cultural en el que
se produce

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