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El Ciclo de la Vulnerabilidad:
trabajando con impasses en terapia de pareja
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Michele Scheinkman
Mona Desoven Fishbane
Fam Proc. 43: 279-299, 2004

En este artículo proponemos el ciclo de la vulnerabilidad como un constructo para


entender y trabajar con los impasses de parejas. Expandimos el concepto
interaccional de patrones recíprocos en parejas que incluye la conducta y dimensión
subjetiva y articula procesos específicos que luchan y mantienen los
enmarañamientos en la pareja. Nosotros consideramos que el ciclo de
vulnerabilidad es un nexo de integración en el cual vulnerabilidades y posiciones de
supervivencia son ideas centrales que nos aportan en lo interaccional, sociocultural,
intrapsíquico e intergeneracional distintos procesos y niveles de significación . El
diagrama del ciclo de la vulnerabilidad es presentado como una herramienta para
organizar la información. Sugerimos un abordaje terapéutico para la reconstrucción
de los impasse de las parejas y facilitar nuevos patrones a través de un deliberado
modo de cuestionamiento (preguntar), la técnica del freeze-frame, la estimulación
de la tranquilidad y reflexión, la separación del presente y pasado y la elicitación de
significados alternativos, conductas, empatía y elecciones. Este abordaje, terapeuta
y pareja trabajan de un modo colaborativo en promover el cambio y la resciliencia.

Introducción

Las parejas frecuentemente vienen a terapia polarizadas en reactividad y luchas de


poder que los hace sentir muy desconectados. Atrapados en este impasse que no
les permite cambiar, ellos invitan al terapeuta a su intimidad de sus luchas,
esperando una nueva dirección. En este artículo, nosotros nos focalizamos en el
momento de la alta reactividad e impasses de la relación de pareja. Proponemos un
modelo de la vulnerabilidad para entender interacciones complejas y la experiencia
de la pareja enganchada en el impasse. El constructo del ciclo de vulnerabilidad
presentado aquí trabaja como un nexo que integra en la relación de pareja
aspectos interaccionales, socioculturales, intrapsíquicos e intergeneracionales. Se
describe un abordaje terapéutico que ayuda a identificar patrones relacionales, a
investigar y a desafiar a las corrientes emocionales profundas que podrían estar
alimentando e informando sus dinámicas. El trabajo con parejas en el aquí y ahora,
el objetivo es ayudar a las personas a moverse de lo reactivo a una posición
dialógica y a verse a si mismos tanto como víctimas como villanos e incrementado
su responsabilidad y agencia personal. El proceso de cambio es facilitado por el
darse cuenta, cambios de conductas y negociaciones y creación de narrativas
alternativas basado en el incremento de la empatía y conexión. Este modelo puede
ser aplicado a distintas parejas-casadas y convivientes, hetero u homosex- de
diversas bagaje cultural-.

La literatura de terapia de pareja y familia ha reconocido por largo tiempo la


importancia de los patrones de interacción recíprocos en la persistencia de las
dinámicas problemáticas. Mientras algunos autores han explorado mayormente los
aspectos de la interacción del patrón circular,(Watzlawich& Weakland,1977) otros
con una tradición psicodinámica han considerado procesos y mecanismos
subyacentes en el interjuego dinámico(Catherall, 1992; Dicks, 1963; Feldman,
1982; Framo, 1976; Scharff & Scharff, 1991; Wachtel, 1993). Pinsof (1995) and
Jacobson y Christensen,1996) han ofrecido un abordaje integrativo para tratar los
patrones problemáticos de las parejas. En 1980, teóricas feministas colocaron el
género y el poder como centro de su pensamiento sobre la estructura de las
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relaciones cercanas, con sus aspectos de dominación, subordinación e inequidad


volviéndose un foco central en la comprensión de las dinámicas de pareja (Mc
Goldrick, Anderson & Walsh, 1989; Walters, Carter, papp & Silvertein, 1988). Más
recientemente terapeutas narrativos han focalizado en como estos patrones afectan
y constriñen en general sus relaciones (Zimmerman & Dickerson, 1993). En una
investigación longitudinal, Gottman (1999) ha mirado el patrón circular en términos
de una ecología emocional del matrimonio, encontrando que matrimonios que más
fracasan cuando los ciclos negativos predominan sobre las interacciones positivas.
Otros autores con abordajes relacionales distintos (Bergman & Surrey; Fishbane,
1998, 2001; Jonson 1996))iluminan la experiencia de dimensiones en los patrones
recíprocos en términos de conexión y desconexión: “En un impasse, ambas
personas se sienten cada vez mas menos conectados, más solos y aislados y menos
capacitados para manejar efectivamente su relación” Stiver, 1994). En el tiempo,
“el impasse comienza a tener una cualidad repetitiva y de espiral” y los miembros
de la pareja “se vuelven menos y menos capaces de salirse de ese camino. Hay un
sentimiento de estar atrapados o tomados por este movimiento habitual y
estereotipado, menos libres………. y sintiendo el comienzo de una cerrada lucha de
poder” (Bergman & Surrey, p.5)

En este artículo nosotros tratamos estos patrones en múltiples niveles en términos


de secuencias de conducta/interacción, experiencia subjetiva de cada uno, y
contextos socioculturales que dan forma a estos patrones. Nos focalizamos sobre
los sentimientos, creencias, temas de la familia de origen y culturales, lemas,
lealtades (Boszormengy-Nagy & Krasner, 1989; Papp & Imber-Black, 1996), como
también en el género y factores de poder que establecen posiciones individuales en
esta danza recíproca.

Médula del impasse.

En el curso de la vida las parejas frecuentemente tratan con dilemas normativos o


existenciales que derivan de diferencias o de situaciones en las cuales sus deseos y
necesidades no están satisfechos o sincronizados. Estos dilemas pueden causar
sufrimiento; pueden romper una relación. En estas situaciones, el esfuerzo los
puede llevar a la pareja frecuentemente aclarar la comprensión sobre sus
beneficios y diferencias y estarían capacitados para mirar la perspectiva del otro,
negociar y movilizarse.

En contraste muchas parejas vienen a terapia sintiéndose atascados, enganchados


en un impasse que está caracterizado por intensa reactividad y escaladas,
posiciones rígidas de cada compañero, irracionalidad y una repetitiva recurrencia de
un tipo de dinámica relacional. Cuando se encuentran enganchados es muy difícil
empatizar con la perspectiva del otro. Ellos se sienten ofendidos y violentados a
través de la conducta del otro y aumenta la defensividad, desconexión y
enredados a través de una lucha de poder y malentendidos. Estos impasse
comprenden vulnerabilidad y confusión y estos tiende a volverse más extendidos en
el tiempo, tomando más y más espacio en la relación.

Nosotros proponemos el término “impasse nuclear o medular” para referirnos a


estos momentos de intensa reactividad en las relaciones de pareja. Por otro lado
cuando el problema es una situación directa (concreta) o un dilema existencial las
diferencias en la pareja a veces se descarrilan en el núcleo del impasse en el cual
sus intentos de conversación y negociación con el otro se vuelve parte del
problema. Según nosotros el impasse nuclear es experimentado en cada dificultad
porque comprende la activación de la vulnerabilidad y estrategias de sobre vivencia
que complican el proceso de pareja. Esta activación puede incluir la sobre posición
emocional de significados entre su situación presente y experiencias del pasado o
entre situación presente y la ocurrencia de una experiencia dolorosa de uno de los
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miembros de la pareja en otro contexto. El impasse nuclear puede además


derivarse de tensiones relacionadas a poderes desiguales y desconexiones basadas
en el género y las diferencia culturales.

El ciclo de vulnerabilidad
Lo principal del “impasse nuclear”. Lo principal es el constructo del ciclo de la
vulnerabilidad que desarrollamos en el trabajo clínicoy la docencia desde hace 20
años. Este constructo también ha sido descrito por otros autores (Jacobson y
Christensen (2000; Feldman, 1982; Johnson, 1996; Treppe & Barret, 1998; Carter
& Mc GoldricK, 1989).

Mientras los terapeutas psicodinámicos tradicionales se han focalizado en los déficit


individuales y en la psicopatología para entender los mecanismos subyacentes en
los patrones problemáticos de las parejas, nuestro foco está sobre una manera en
la cual los miembros de la pareja manejan sus vulnerabilidades y las colocan mal
entre sus estrategias interpersonales. Nuestros supuestos básicos son consonantes
con una orientación despatologizada de la familia resciliente y con el sistema de
ciclo de la vida familiar que considera el presente como el pasado como estresores.

Vulnerabilidades
Usamos el término “vulnerabilidad” para referirnos a la sensibilidad individual
traída del pasado histórico o contextos actuales vividos en la intimidad de su
relación. Como injurias que permanecen sensibles al tocarse, cuando
vulnerabilidades son gatilladas por las dinámicas relacionales, éstas producen
intensa reactividad y dolor. Vulnerabilidades podrían ser el resultado de eventos de
pasado traumático o patrones crónicos en la familia de origen (FO), relaciones
primarias o contextos sociales (Johnson 1996) ; pueden ser el resultado de injurias
dentro de la historia de relación de pareja o pueden estar relacionadas con grandes
estrés actual o crisis en la vida de uno de los miembros de la pareja. También
pueden venir de la socialización de género, de la inequidad de poder o de traumas
psicosociales como la discriminación, la pobreza, la marginación, la violencia la
dislocación social o experiencias relacionadas con la guerra. Ejemplo de
vulnerabilidades incluyen experiencias de pérdida, abandono, abuso, traición,
humillación, injusticia, rechazo, descuido o sentimientos de inseguridad,
impotencia, desprotección o inadecuación.

Cuando las vulnerabilidades son gatilladas dentro de la relación de pareja, la


tendencia individual es a percibir el riesgo y anticipar el dolor. El o ella luego
reaccionan en el presente o perciben la conducta hiriente de la otra persona de un
modo automático como si la situación presente fuera la misma que la situación
estresante experimentada en el pasado o en un contexto fuera de la relación. En el
momento en que las vulnerabilidades son gatilladas en la relación, se da un colapso
de significados entre presente y pasado o una superposición de significados de dos
distintos contextos. Esta superposición puede confundir a los individuos, estimular
dolor y gatillar modos defensivos de reacción.

Si bien el set de vulnerabilidades en una relación frecuentemente comprende


resonancias entre situaciones presente y experiencias del pasado, como también
hemos notado que pueden ser además relacionadas con estrés actual o situaciones
traumáticas fuera de la relación que sumerge a uno de sus miembros en el
mecanismo con las que se arregla o viola sistemas de creencias. (B. Lessing,
personal comunication, 2003). Un ejemplo es el marido que pierde su trabajo y se
vuelve muy sensible a las peticiones de su esposa interpretándolas como críticas y
humillaciones. Otro ejemplo es una mujer lesbiana que después de una fuerte pelea
con sus padres, se vuelve muy reactiva a cualquier signo e rechazo de su pareja.
Teniendo sentimiento marginados por años, y actualmente vulnerables con la
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tensión familiar, ella se siente herida y enojada con su pareja si no quiere tener
sexo. Otros ejemplos incluyen patrones de sensibilidad sobre estrés en situaciones
recientes pérdidas, inmigración, o tratar con enfermedades crónicas. Estas
situaciones pueden dejar a los compañeros sintiéndose reducidos, frágiles y por
tanto más reactivos a los gatilladores dentro de la relación.

En el momento en que las vulnerabilidades son gatilladas en la relación, se da un


colapso de significados entre presente y pasado o una superposición de significados
de dos distintos contextos. Esta superposición puede confundir a los individuos,
estimular dolor y gatillar modos defensivos de reacción.

El compañero en la posición inferior frecuentemente la mujer en las relaciones


heterosexuales, puede sentirse devaluada o sin voz y sin comprender mucho por
qué. En relaciones abusivas, las pareja masculinas pueden llegar a ser violentas
cuando se sienten vulnerables, recuperando su posición dominante y de control a
través de la amenaza o fuerza. Porque poderes distintos entre compañeros son
frecuentemente inarticulado con agregados mistificados en la relación de confusión
y sufrimiento. En el proceso de terapia, además de identificar las vulnerabilidades
individuales de cada uno, el terapeuta debe atender a la organización n de la pareja
en términos del balance de poder implícitos en sus arreglos.

Posiciones de sobrevivencia
Usamos este término para referirnos al set de creencias y estrategias que los
individuos adoptan para proteger y manejar sus vulnerabilidades. Estas posiciones
son usualmente la mejor manera que una persona encontró en su pasado para
protegerse a si mismo u a otros en su familia de origen y para mantener un sentido
de integridad y control en las difíciles situaciones emocionales. PS son adoptadas
antes que puedan ser puestas en palabras y ciertamente antes que se pueda
evaluar críticamente. Las posiciones de supervivencia incluyen creencias y
premisas que se vuelven lemas de vida. Algunos ejemplo de creencias de este tipo
son: “ es peligroso enojarse”, “tu solo dependes de ti mismo” “siempre agradar a
las personas” “no confíes en una mujer” “muéstrate debí y te caerás” “siempre ser
fuerte y nuca mostrar vulnerabilidad” y “si te acercas mucho te pueden herir”.
Estas creencias son influidas en la socialización de género, normas culturales e
historias familiares. Estrategias de supervivencia basadas en estas premisas son
acciones que las personas toman para protegerse a si mismas.

En una misma familia distintos hermanos adoptan distintas posiciones de


supervivencias. En una familia con intenso conflicto parental, la mayor de las
hermanas podría volverse la terapeuta de la familia dando amor y aprobación para
ser cuidada; la hija del medio adopta la posición de la rebelde agresiva, sin confiar
a nadie su vulnerabilidad y el hijo más joven pone a punto la tensión familiar
focalizándose en sus propia necesidades y actividades escolares. PS son ayudas y
necesariamente en nuestra crianza se vuelven parte de nuestro repertorio o dote
natura que los individuos traen en sus relaciones adultas. Las posiciones de
supervivencia pueden desarrollarse y volverse flexibles y adaptativas, ayudando a
los individuos a tratas con los estrés y adversidad. O pueden volver congeladas en
la forma adoptada de la infancia, e inflexibles y cuando son aplicadas en el presente
de la pareja se vuelven un impedimento y un elemento más en la perpetuación del
impasse relacional actual. Nosotros no limitamos nuestro pensamiento sobre las
posiciones de sobrevivencia o las estrategias de sobre vivencia al trauma: en vez
de eso, se asume que normalmente en el curso de la vida todos los individuos
experimentan vulnerabilidad y desarrollan núcleos de creencias de sobre vivencia
sobre como manejar mejor esta vulnerabilidades y navegar en este mundo.
Posiciones de supervivencia, cuando son desarrolladas y crecen, pueden volverse
adaptativas y proveer recursos de energía, creatividad e individualidad. Ejemplos
de estas incluye la responsabilidad, humor, organización, liderazgo, flexibilidad,
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espontaneidad y sensibilidad. Cualquiera de estas en sus extremos o formas rígidas


puede volverse problemáticas y terminar en un impasse relacional.

Procesos de activación mutua


Cuando las vulnerabilidades son estimuladas en el contexto de una relación de
intimidad los compañeros sienten como si ellos han sido heridos (picados). Las
estrategias de supervivencia guardadas en la reserva son automáticamente
activadas y los compañeros comienzan a actuar con ellas. En el momento de la
amenaza, los individuos experimentan sus estrategias como teniendo un valor
protector. Como un escudo las estrategias son puestas en un lugar que da
sensación de seguridad y control.
Sin embargo, si bien las estrategias de supervivencia pueden ser protectoras, ellas
son frecuentemente soluciones interpersonales contraproducentes. Ellas tienden a
estimular en la otra persona muchas conductas que el individuo esta tratando de
evitar, inconcientemente promoviendo profecías autocumplidas. Cuando actúan
desde estas estrategias las personas frecuentemente están en la auto referencia y
en modos defensivos y se vuelven ciegos para mirar necesidades, vulnerabilidades
y fortalezas de la otra persona. Esta insensibilidad de la otra persona gatilla las
vulnerabilidades de la pareja, en un modo paralelo, las vulnerabilidades de la
pareja despiertan con fuerza sus propios sistemas y respuestas de protección. El
ciclo de la vulnerabilidad es iniciado, ambos están resguardando sus
vulnerabilidades y actuando y reaccionando desde sus posiciones de sobre
vivencia. Esto es lo que hace que el impasse sea tan acalorado, confuso e intenso.

El diagrama del ciclo de vulnerabilidad: el caso de Mark y Sara


El diagrama del ciclo de la vulnerabilidad es una herramienta para localizar el
patrón interaccional incluyendo sus vulnerabilidades, posiciones de supervivencias y
procesos de activación mutua. El diagrama integra elementos interacciónales,
intrapsíquico, intergeneracionales y socioculturales del impasse. Similar al
genograma, podemos usarlo para organizar la información y planear las
intervenciones y como herramienta que puede ser compartida con la pareja para
entender mejor sus dinámicas.

El caso de Mark & Sara ilustra el ciclo de la vulnerabilidad. M 40 años contratista y


32 años estudiante en el último año, estaban juntos un año antes de legar a
terapia. Ellos estuvieron planeando casarse pero estaban afectados porque su
relación se fue rápidamente deteriorando debido a los intensos celos y sus
escaladas peleas.

Ellos trazaron el comienzo de su problema hace 4 mese atrás cuando S partió su


graduación y se trasladó cerca del campus. Ellos se veían solo una vez a la
semana. M. comenzó a sentirse rechazado y descuidado por Sara y sus peleas se
volvieron cada vez más intensas con M. volviéndose verbalmente abusivo y ella
depresiva. M. se quejaba que ella se había olvidado de llamarlo y que se lo había
prometido. El vio en su acción un rechazo y una evidencia que ella podía estar
traicionándolo. El preocupado que Sara pudiera dejarlo y sentirse atraída por
alguien más educado que él Sara vio el problema como la falta de comprensión de
él sobre las presiones que ella estaba experimentando en su graduación. Ella sintió
intimidación e incapaz de defenderse a si misma contra las acusaciones agresivas
de él.

En la terapia, esto se volvió claro que Sara estaba consumida por su trabajo
estudiantil, ella se volvió no disponible y olvidadiza. Esto gatillo la gran ansiedad de
abandono y traición en Mark y mientras el esperaba su llamada, el se volvió muy
enojado. Cuando finalmente hablaron, el estaba furioso y la acusó de estar con otra
persona. Desconcertada con sus acusaciones ella se volvió más distante y
depresiva. Su distancia intensificó la ansiedad de él, volviéndose ella más
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fieramente perseguidora para él. Inconcientemente, ellos co-crearon una danza de


perseguidor/distante que podía continuar por varios días antes de estallar, Mark se
ponía agresivo y ella concedía. Después de esta “grandes evacuaciones”, Mark se
disculpaba y ellos se reconciliaban, hasta la aparición dentro acto de descuido de la
parte de Sara y se volvía iniciar el ciclo.

Después que el terapeuta localiza la danza interaccional de la pareja, ella se


conecta con las vulnerabilidades y desafíos de sus estrategia de sobre vivencia. En
particular el terapeuta pone límites en las conductas de intimidación de Mark,
sugiriendo otros modos alternativos de expresar sus necesidades de conexión. Ella
anima a Sara a hablar más abiertamente sobre sus necesidades de límites en orden
de estudios y en explicitar re aseguramientos que Mark necesita de que ella es fiel
y leal. El terapeuta y la pareja exploran el impasse considerando elementos
socioculturales subyacentes en términos de hombre intimidando y mujeres
acomodándose. Mark no quiere ser abusivo pero no sabe otra forma de expresar
sus sentimientos. El se conecta con su estrategia de agresividad en su socialización
en deportes como masculino. Sara esta asustada de ser asertiva significándolo
como agresivo y poco femenino.

Como la pareja sintió comprendida y aceptada por el terapeuta, ellos se permitieron


revelar más sus vulnerabilidades. Mark se sintió que sus sentimientos irracionales
de abandono y traición estaban relacionados con su complicada historia personal. El
fue puesto en adopción a los tres años, estuvo en un hogar y recordaba dolores
esperando que su madre regresara. Cuando fue adoptado a sus 5 años, el aprendió
a dar atención a las demandas y persecuciones de su madre para que ella no
estuviera depresiva o emocionalmente fuera.. El se conecto con su padre a través
de actividades y deportes. Cuando el tuvo 17, su madre adoptiva murió
repentinamente de una enfermedad dejándolo con sentimientos de abandono de
nuevo. Como adulto joven decidió buscar a su madre biológica. Mark supo que
cuando él era chiquitito su madre conoció a un hombre quien insistió que para
casarse ella tenía que dejar a su hijo.

Sara contó como sus vulnerabilidades estaban relacionadas a las dinámicas


familiares. Cuando era una niña ella creció gastando mucho tiempo en si misma.
Sus padres si bien la cuidaban eran herméticos e inexpresivos. Ella creció
sintiéndose descuidad y sola. El desafió en su familia era ser autosuficiente y auto
contenido. Las estrategias de sobre vivencia incluían ser muy independiente. Sin
embargo su socialización de genero además formo su estrategia, ella aprendió a ser
muy acomodaticia y no mostrar sus necesidades directamente. En su relación con
Mark en vez de negociar de frente con el cuando necesitaba espacio ella se
“olvidaba” de llamarlo.

El ciclo de vulnerabilidad: cuando Sara comienza sus estudios su no disposición


gatilla las vulnerabilidades de Mark sobre abandono y traición. Esta vulnerabilidad
activa sus estrategias de supervivencia en suspicacia y enojo. Como el se ponga
insistentemente perseguidor , ella se sumerge, en el cual en su turno se activa sus
estrategia de distanciamiento y autosuficiencia. El ciclo de vulnerabilidad se ha
iniciado. Sara y Mark están atrapados en el corazón del impasse en el cual el se
vuelve mas y mas demandante y agresivo y ella se siente mas y mas intimidada y
desamparada .Figura 1

De-construyendo el impasse: de la reactividad a la reflexividad

El núcleo del impasse puede servir como puerta de entrada en la exploración y


deconstrucción de la principal dinámica de la relación de pareja. La naturaleza del
impasse- en el grueso compuesto por malos entendidos y enganches,
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frecuentemente basados en la historia pasada de la pareja y en sus primeras


experiencia, es un campo potencial rico en grandes darse cuenta y cambio…
Trabajando con la pareja el núcleo, generalmente el objetivo es ayudarlos a
moverse de la posición reactiva a una más reflexiva, de acciones automáticas y
reacciones a una mayor diferenciación, darse cuenta y flexibilidad. Usamos el
concepto reflexividad para referirnos a la habilidad de cada uno de parar y ser
reflexivo y paciente antes de actuar o comunicarse. En la facilitación de la
reflexividad, el terapeuta ayuda a cada uno a sentirse más a cargo y hábil y
empatito y a tener más opciones y alternativas en se momento crítico de su
proceso interpersonal. Este trabajo s construido en la diferenciación del si mismo de
Bowen.

Nuestro pensamiento sobre la reconstrucción sido influido por el trabajo de White,


Freemand and Combs (1996) and Zimmerman and Dickerson. Usamos el término
deconstrucción para describir el proceso en el cual el terapeuta en un diálogo con la
pareja identifican el impasse explorando ramas de significados basados en la
historia de la pareja, en lo sociocultural, intrapsíquico e intergeneracional niveles de
experiencia. De un modo respetuoso y usando múltiples lentes el terapeuta
cuestiona y desafía esos significados facilitando una nueva narrativa y patrones
más resilientes.
Figura 1

1. Premisas, creencias Premisas, creencias


“Mujeres no son confiables” “Si estás bajo presión cuídate a ti
“Si no estás encima de ellas te misma”
abandonan” “Las mujeres son acomodaticias y no
“Los hombres son fuertes, no flaquear” son asertivas”

2. Vulnerabilidades Vulnerabilidades
Traición, abandono, pérdida. soledad, sentimientos de aislamiento,
depresión, dificultad para expresar
necesidades.
3. Estrategias de Supervivencia Estrategias de Supervivencia
Suspicacia, control, persecución. autosuficiencia, distanciamiento, no
asertividad

4. Familia de origen Familia de origen


3 años en hogar de menores, incomunicación familiar,
adoptado a los 5 . Madre adoptiva autosuficiencia.
depresiva, y muere a los 17
5. Factores contextuales Factores contextuales
Separación geográfica con Sara Presión académica

Educación desigual

Enfrentando el impasses en un Equipo Colaborativo

Visualizamos el terapeuta y la pareja volviéndose un equipo colaborativo,


confrontando el impasse juntos. Ahora se presentan intervenciones que hemos
encontrado útiles para facilitar el proceso:

Construyendo equipo: en el trabajo inicial se toman activos pasos para intervenir


directamente de modo de enseñar la circularidad, ofreciendo estrategias
alternativas de solución de problemas y habilidades comunicacionales. Con algunas
parejas, enseñar estas habilidades satisface la transformación del impasse.
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Frecuentemente esto no ocurre. En estos casos, no es el terapeuta el que resuelve


el impasse por la pareja. En vez, el terapeuta invita a la pareja a pararse fuera del
impasse y explorarlo con curiosidad y reflexión.

Algunos terapeutas se sienten paralizados por la intensidad del conflicto durante el


impasse. Una de las razones de esta parálisis es que es trabajo del terapeuta
resolver el impasse. Este supuesto promueve frustración y burnout en el terapeuta
y esto puede de hecho ser una tarea imposible. El impasse y sus underpinnings
son frecuentemente complejos basados en las vulnerabilidades y posiciones de
supervivencia, entonces intentar cambiarlo frontalmente puede fracasar.

Las parejas frecuentemente vienen a terapia con un modelo competitivo, buscando


la validación del terapeuta sobre quien está equivocado o correcto. Ellos buscan
que el terapeuta busque una posición de juez. Ellos ponen al terapeuta en un lugar
en que está condenado al fracaso. Nosotros encontramos una forma de ayudar al
terapeuta a esquivar explícitamente o implícitamente el rol de juez y lo
relacionamos con la posición de “parcialidad multidirigida” de (Borszormengy-
Nagy & Krasner, 1986). De este modo, el terapeuta valida a cada uno y se interesa
por sus necesidades y dilemas como oneroso con ambos. El terapeuta ayuda a la
pareja a disminuir su ansiedad legitimando sus sentimientos y asegurando a ambos
en sus necesidades serán consideradas.

Creando seguridad: las parejas en impasse están muy ansiosas y reactivas; en


este estado no son capaces de resolver problemas y reflexionar sobre su
anticipación y sentimientos. Una habilidad es genera nueva información y pensar
creativamente para transformar en clama cuando hay una inundación de ansiedad
o ira.. Una de las maneras de Calmar el sistema es que el terapeuta trasmita
esperanza de que el impasse pueda ser entendido y que la pareja puede ser capaz
de tomar una posición diferente y un nivel de competencia sobre su relación.
Inicialmente es el terapeuta el único que tiene esperanza. El terapeuta
frecuentemente tiene que traspasar esta esperanza a la pareja.

El terapeuta además ayuda a crear un espacio seguro a través de mediatiza las


interacciones de la pareja e interrumpiendo las descalificaciones y acusaciones que
ocurren dentro de la sesión. Cuando la reactividad de la pareja es muy intensa el
terapeuta va ir modulando la comunicación a través de él. El terapeuta pregunta a
uno por su visión y sentimientos mientras está en el impasse y antes que la otra
persona reaccione, el terapeuta responde empáticamente articulando la
vulnerabilidad comprendida en su posición. Luego se hace lo mismo con el otro. La
mediación terapéutica ayuda a clamar la reactividad. En ocasiones el terapeuta
puede cambiar de posición a la pareja para bloquear el contacto visual entre ellos
cuando hay mucha reactividad. Si bien nosotros preferimos que la pareja sea
testigo del trabajo del otro, en la cual se tiende a incrementar la empatía del otro a
veces usamos sesiones individuales para ayudar a la pareja a enfriarlos y a
identificar necesidades y vulnerabilidades detrás de sus defensas. Si hay peligro de
violencia entre ellos , se toman medidas adicionales de protección.

Traduciendo la ira en necesidad: en la posición de la pareja reflexiva, el terapeuta


usa redefiniciones sugestivas en la cual la ira y frustración son traducidas en
necesidades y deseos. Esta traducción ayuda a la pareja a contener su escalada y
crear una narrativa más constructiva en la cual sus necesidades puedan ser
entendidas y negociadas. Por ejemplo con Mark enojado acusando a Sara de
descuidada con el cuan ella estaba preocupada por sus exámenes finales, el
terapeuta lo escucho a él con empatía, sugiriendo que el parecía sintiéndose muy
desconectado y necesitaba un mayor reaseguramiento de ella. Al mismo tiempo, el
terapeuta notó que la ira de Mark intimidaba a Sara y la enviaba hacia fuera (la
alejaba). Mark fue ayudado a hablar de sus necesidades más directamente y
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respetuosamente y a darse cuenta del impacto de sus palabras en Sara. El


terapeuta luego se volvió a Sara y le sugirió que su distancia era la mejor forma
que ella conocía para protegerse a si misma para enfrenar la rabia de Mark. En la
terapia Sara aprendió ha hablar más alto y de un modo más directo poniendo
límites a Mark cuando ella sentía que él iba a explotar. La redefinición permite a
cada uno ver al otro como un sujeto tan vulnerable en vez de un enemigo;
aprendiendo una comunicación más directa de las necesidades permite a cada uno
sentirse más a cargo y potenciado.

Capturando el impasse

Localizando la danza interaccional: Después de obtener una breve historia del


problema y genograma, animamos a la pareja a contar un instante más específico
de sus peleas. En la fase inicial, nuestro esfuerzo es ir a una instancia específica a
una más general de manera de entender sobre el patrón general. El terapeuta
pregunta a cada uno que describa con detalle un momento problemático,
focalizando en la percepción que tiene cada uno del gatillante, quién dice qué a
quién y como éste reacciona sobre el otro en una secuencia. En este proceso la
pareja vuelve a identificar como sus acciones y reacciones pueden ir reforzándose
con las del otro y como juntos han participado en una danza que cuando parte les
toma la vida ambos.. La co-construcción del patrón circular de la pareja
implícitamente desafía sus narrativas lineales de víctima y victimario y los invita a
verse a si mismos con poder para cambiar su participación y eventualmente
volverse coautores de un nuevo patrón.

Contextualizando la danza: como articulamos con la pareja su patrón circular,


además nos focalizamos en cómo emerge este impasse pudiendo ser relacionado
con estrés o cambios en sus contextos socioculturales. Le preguntamos a la pareja
porque vienen a terapia ahora. Exploramos como factores de su ambiente social
pueden estar impactando sus supuestos sobre si mismos y el otro, su quid pro quo,
(su modo de estar) y el balance de poder en la relación. Intervenciones en este
nivel incluyen articular como factores contextuales están afectando la dinámica de
la relación y facilitar negociaciones de un nuevo quid pro quo y una nueva
organización relacional. Por ejemplo cuando Joanna y Marcos emigran de Colombia
ellos no contaron con el apoyo de sus familias para el cuidado de los niños. Como
Marco inmediatamente comenzó su trabajo, Joanna se encontró a si misma
increíblemente sola, deprimida y sumergida en el cuidado de los niños y tareas
domésticas. Fue solo después que la pareja identifico sus perdidas y cambios
producidos por la inmigración que ellos estaban capacitados par reconocer que
Joanna necesitaba tiempo para ella para aprende Ingles y desarrollar habilidades
que eventualmente le permitieran trabajar. Ambos necesitaban hacerse de amigos
para sentirse felices. La terapia incluyó encontrar recursos en la comunidad que
ayudaran a Joanna en sus metas individuales y ayudara a Marcos a encontrar
forman de estar más involucrado con los niños.
En el caso de Mark y Sara el terapeuta los ayudó a identificar como la emergencia
del impasse estaba relacionada con la entrada de Sara al estudio. Como la pareja
exploró el estrés que significaba vivir aparte, ellos además discutieron como ella en
su nuevo rol… el cambio en su ambiente social cambio la organización de la pareja
y estableció un balance de poder de género, que requería que ambos asumieran
cambios en si mismo, del otro y de la relación. Así la pareja tuvo más claridad
sobre su nueva situación.

Técnica del Freeze-frame: una vez que hemos identificado como la pareja se
engancha en el impasse y tenemos identificados los factores contextuales que
impactaron la relación, trabajamos lentamente en su proceso interaccional de modo
que lo puedan entender mejor. Usando el lenguaje del cine, podemos preguntar ala
pareja si ellos pueden congelar un momento reactivo. Como pescando una toma de
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una película, los invitamos a ellos que pausadamente miren sus interacción con
cierta distancia. O podemos sugerirles que ellos miren su secuencia reactiva en
cámara lenta. Con ambas técnica animamos a la pareja a pararse fuera del proceso
y eventualmente tomar control sobre él. Trasmitimos un clima de interés de no
enjuiciamiento y curiosidad en el proceso de la pareja y le estimulamos que ellos
también la adopten.
Por ejemplo, una pareja reportó un impasse que tuvieron en casa. La esposa sintió
que su marido fue muy crítico y no apoyador en su esfuerzo de padres. El terapeuta
la animó a describir el contexto de la pelea y su secuencia. Cuando la esposa contó
su versión, enriquecida con un matiz emocional y de detalle ella dijo algo
avergonzada” ahora se que estoy haciendo una gran historia de algo muy
pequeño”. El terapeuta respondió entusiastamente “esto es justo lo que
necesitamos” Necesitamos tomar la rapidez de la escalada acciones/reacciones
secuencia en una lenta, y mirarla con varios matices y significados: “Hacer pequeña
una historia larga” puede ser un lema en este paso del proceso de reconstrucción.

Externalización del problema: Es una adaptación del trabajo de Michael White´s


(1989) con la externalización del problema (mirar Mirkin & Geib, 1995; Zimmerman
& Dickerson, 1993). El problema aquí es el impasse de la pareja que es redefinido
como externo a la pareja y además potencialmente controlable: en este proceso la
pareja puede ver su ciclo como un enemigo común. En la externalización nosotros
además ayudamos a la pareja a entender los efectos del patrón relacional. Por
ejemplo, Mark y Sara miraron su patrón como externo, de perseguidor/distancia
danza como estaba erosionando su convivencia, lentamente iba permeando todos
los aspectos de su relación.

Desarrollando curiosidad: Las parejas, a menudo, asumen una motivación


negativa en el contexto del impasse. Esta lectura de mente o conocimiento
estereotipado objeta al otro, dejándolo estancado y culpable. En contraste, una
posición de curiosidad y “no conocimiento” (Anderson & Goolishian, 1992) permite
espontaneidad y “disposición para dejarse sorprender” (Fishbane, 1998).
Desafiamos a la pareja a que se vuelvan expertos observadores en sus secuencias
de acción y reacción y a reflejar sus posiciones en estas danza .los animamos a
preguntar en vez de “saber” y sugerir que ellos introducen más complejidad en la
comprensión de las motivación del otro.
Cuando las parejas están apegadas a sus propios supuestos, ellos frecuentemente
pelean sobre quién convence al otro enredándose más sus luchas sobre los
“hechos” y quién dice qué a quién. Los animamos a ellos a abrazar la idea de las
múltiples perspectivas que se dan en la realidad. Este cambio tiende a facilitar una
gran empatía sobre la experiencia del otro.

Desinvitando a la culpa: Parejas en impasse están frecuentemente enganchadas


en un ciclo de culpabilizaciones recíprocas. Las estrategias de supervivencia de la
culpa genera más culpabilizaciones, criticismo y ataque engendra defensividad y
contraataque. Por ejemplo un terapeuta sugirió a una pareja que el subtexto de
sus conversaciones era “quién tiene la culpa”. En este caso, cada uno sintió la
vivencia de una profunda vergüenza ; ambos sintieron que estaban realmente
culpándose por sus problemas maritales. Esta vergüenza y sentimiento de culpa era
muy dolorosa para ambos para culpar al otro. La ira y la culpa hacia el otro
sirvieron como antídoto para el sentimiento de culpa en sí mismo.

Cuando las parejas están pudiendo identificar las secuencias de recriminaciones,


pero tiene dificultades para dejarlas ir, el terapeuta podría sugerir “quizás ustedes
pueden dejar la culpa en mi oficina, va a estar aquí por si la necesitan”. Esta
fantasiosa sugerencia permita la creación de un espacio entre la pareja y la culpa ;
les permite a ellos desinvitar la culpa de su relación. El alejamiento de la culpa
11

potencia ala pareja; ellos tienen la alternativa de que la culpa no domine su


relación. Este es un antídoto que ayuda en la vivencia de desamparo que
frecuentemente caracteriza a las parejas en impasse. El humor y el juego de
dejando “las culpas y recriminaciones en la oficina” sirve, hasta nuevo aviso, para
separar a la pareja d su problema y del aferramiento serio en el cual ellos podrías
estar en su relación.

Identificando ciclos virtuosos: Una vez que la pareja se animó a identificar sus
círculos viciosos, los ayudamos también a “capturar” cuando ellos se sienten
comprendidos y conectados. Estos momentos son parte de los círculos virtuosos en
el cual la propia responsabilidad, generosidad y colaboración de uno promueve
cualidades similares en el otro.

Capturamos esto desarrollos virtuosos en la relación es lo que White denomina


eventos únicos o eventos excepcionales. Estos son momentos cuando la pareja no
está usando su estrategia de supervivencia , cuando ellos están comunicados y se
sienten conectados. Nosotros amplificamos estos momentos y los animamos a
celebrarlos entre ellos. El terapeuta facilita esto permitiéndose a si misma estar
más conmovida y afectiva. El terapeuta podría decir: “woww, me encanta el modo
en que ustedes han negociado esta decisión..” . Wachtel’s (2001) puede ser de
gran ayuda aquí. Por ejemplo, un esposo luchó para expresar lo que le ocurría a él
por la salud de su esposa y su posición de cuidado, en vez de su usual crítica, el
terapeuta respondió entusiastamente “estoy impresionado en como ahora has
podido expresar tu involucración con tu esposa de una manera amorosa. El esposo
estaba complacido al mirar este nuevo desarrollo en sus competencias relacionales.

Desafiando el impasse

Identificar estrategias de supervivencia y vulnerabilidades: El corazón de la


reconstrucción del proceso es el nombrar las posiciones de supervivencia de cada
uno- las premisas y estrategias con las cuales ellos actúan cuando están
enganchadas en el impasse- tan bien como corresponda al subtexto de las
vulnerabilidades y necesidades que activan dichas acciones.
Nosotras trabajamos articulando estas premisas subyacentes en cada una de las
acciones. Estas premisas y creencias no son necesariamente enterradas en el
inconcientes, pero ellas están frecuentemente al acecho sólo debajo de la
superficie, “pre-articulada”s (S. Kennedy, 1992). Ellos podrían volverse una
sorpresa por otra parte en el recipiente de las creencias. Cuando estas premisas
son nombradas, ellas usualmente completan un cuadro que brinda una sensación
de comprensión y alivio. Por ejemplo, las creencias de Mark que su mujer podría
traicionarlo en sus evaluaciones sus celos le hacían perseguirlo. Los supuestos de
Sara que sus sentimientos de dolor ni podrían ser compartidos dejándola distante
como ausente. Mark y Sara pudieron entender la conducta del otro como no
intencional para herir, sino que emanaba de las experiencias pasadas de cada uno.
Porque ellos pudieron ver en las acciones de cada uno en el contexto histórico, no
sólo un artefacto de sus batallas mutua, ellos se sintieron más conectados.

Como hemos descrito, cuando se está en el impasse, ellos no ven el daño, sino solo
los escudos protectores de cada uno. El terapeuta los ayuda a mirar la experiencia
que hay detrás de la escena de las posiciones de supervivencia, para ver la
vulnerabilidad del otro. Esto es similar al abordaje de Jonson(1996)para ayudar a
las parejas a moverse de las emociones defensivas secundarias a las emociones
primarias de daño y deseo de cercanía. Para algunas personas la vulnerabilidad
puede ser relativamente de fácil acceso con un cuestionamiento empático (o un
preguntar empático). Los individuos cuyas vulnerabilidades son extremadamente
dolorosas o amenazantes frecuentemente se benefician con sesiones individuales.
12

Diagrama del ciclo de la vulnerabilidad: Iluminando la reciprocidad: El


terapeuta ayuda a la pareja a ver cómo cada uno en su posición de supervivencia
estimula la vulnerabilidad del otro y su posición de supervivencia y cómo de un
modo recíproco, la pareja vuelve a su cansado patrón de reactividad.

Por ejemplo, Shela y Daved tuvieron un conflicto matrimonial álgido por 10 años.
Sheila estaba resentida con Daved por su falta de ayuda en el trabajo de la casa.
Daved sentía que nunca era suficiente para ella y disminuir su displacer. En el
núcleo del impasse Sheila se volvió agresiva y crítica y Daved se volvió defensivo y
distante con su silencio. En terapia nosotros nombramos las posiciones de
supervivencia y trazamos sus orígenes. Sheila creció sintiéndose desprotegida en
su físico por el abuso familiar. Ella sobrevivió volviéndose extremadamente
responsable y con su contraataque agresivo. Ella literalmente sostuvo un sentido de
realidad a través de su postura agresiva y no mostrándose vulnerable con su padre
abusivo. Dave, por su parte, creció en una familia fría y crítica en la cual se sintió
no visto e inadecuado. Su madre murió cuando tenía 6 años y su padre quien era
crítico y emocionalmente distante se volvió aún más ensimismado y severo. Dave
vivió su infancia sintiéndose asustado y poco querido. Dave se protegió as i mismo
esquivando a su padre y distanciándose en su propio mundo. En la luna de miel
ambos se sentían comprendidos, queridos y seguros. Después del periodo mágico,
se centraron mucho en la relación y ellos comenzaron a estar en desacuerdo. De
cara a los sentimientos de daño, ambos recurrieron a sus viejas posiciones de
diferencias. ( Figura 2 )

El ciclo de Vulnerabilidad

Un importante paso en el proceso de terapia es nominar la posición de


supervivencia en el momento que se está activando. El terapeuta ayuda a la pareja
a identificar cuando ellos comienzan a sentirse amenazados y están entrando en el
modo de supervivencia y animarlos a volverse pensativos en relación a sus
vulnerabilidades y necesidades que gatillan sus defensas. Daved y Sheila aprenden
a ver cuando sus escudos protectores están fuera. En este proceso ellos son
animados a hablar sobre posiciones de supervivencia agresivas de ataque y
defensivas en vez de actuarlas automáticamente y recordar que las
vulnerabilidades se encuentran escondidas en cada uno.

Usamos el diagrama del ciclo de vulnerabilidad en dos sentidos. Al comienzo, el


diagrama, alrededor del genograma, ayuda al terapeuta a organizar la información.
Sumado a iluminar la reciprocidad en el impasse. Dave y Sheila estaban intrigados
con su diagrama; esto echa el ancla para la comprensión de proceso internos e
interacciónales.

Legitimando vulnerabilidades y desafiando la conducta defensiva: al


trabajar con el impasse de la pareja, el terapeuta es simultáneamente sostenedor
de la vulnerabilidad de cada uno, acogiendo los sentimientos de dolor, mientras
desafía la conducta automática que surge de la posición de supervivencia. Este
proceso dual es un aspecto crítico de la terapia. Como una esposa lo puso: “ tú nos
ayudaste a sentir que nosotros estábamos en lo correcto con nuestro sentimientos
pero que necesitábamos actuar de un modo más constructiva” Si el terapeuta
sugiere cambio de conducta sin el soporte de la vulnerabilidad subyacente, la
pareja podría sentirse cogida por los cuernos( tontería) en los cambios y podría
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resistirse. Si la pareja siente que el terapeuta respeta sus sentimientos y están de


su lado, el tpta puede tener mayor latitud para desafiar sus conductas.
Si la estrategia de supervivencia de una pareja es peligrosa o abusiva- incluyendo
por ejemplo, conductas violentas o riesgo suicida- el terapeuta debe tratar
seguramente, con delimitación de setting y acotado…..falta un pedacito

Si la estrategia de supervivencia es peligrosa o abusiva incluyendo por ejemplo


conductas violentas o riesgo suicida- el terapeuta debe poner límites al setting y la
responsabilidad. Las aproximaciones de Jenkins´s(1990), Goldner´s (1999) y
Greenspuns´s son un aporte al respecto. Estrategias de supervivencia son
frecuentemente contraproducentes aún cuando no incluya violencia. Cuando la
pareja está tomada por estas posiciones, es muy común que ninguno sepa que
quiere del otro. Sheila no podía estar escuchando a Dave cuando ella estaba
gritándole. El terapeuta señala que la voz de Sheila era importante y necesitaba
ser escuchada por Dave, que sus sentimientos y frustraciones eran legítimas. Sin
embargo, era imposible para Dave escucharla cuando ella gritaba. El volumen de su
voz aseguró que el se sintiera invadido y distante. Sheila estaba enfrentándose con
sus alternativas: ella podría gritar a Dave, sabiendo que eso la dejaría fuera o ella
podría encontrar un modo más constructivo de comunicarse. Ella aprendió hacer un
reclamo relacional, hablar de sus necesidades y sentimientos mientras estaba
conectada con Dave. Esto era un desafió para Sheila; como mujer y en su FO, ella
no tuvo el sentimiento de sentirse con derecho en sus propias necesidades fueran
vistas. Fue sólo cuando ella estaba furiosa que pudo encontrar su voz.

Dave añoró recibir el calor y afirmación que extrañó en su crecimiento. Cuando ella
lo critica, el se siente nuevamente pequeño e inadecuado, asustado de perderla.
Mientras se protegía a si mismo en ese momento, su defensividad exacerbaba la
frustración de ella, haciéndola aparecer más crítica con él de nuevo. El terapeuta
ayudó a Dave a ser más empático con la sobrecargada su mujer y mostrarle a ella
que el se siente herido por el tono de ella. Dave fue además estimulado a estar
abierto al reclamo relacional de su señora y a desafiar sus supuestos que lo hacían
sentir con poco poder si él accedía a sus requerimientos. Ambos, estaban
estimulados a hablar sobre sus vulnerabilidades y necesidades en vez de sus
respuestas defensivas.

En este proceso, la pareja transforma sus estrategias de supervivencia, la crítica y


agresividad de Sheila volverse en una mayor asertividad de sus necesidades. La
defensividad de Dave elaborada de una manera más flexible de comunicarse con el
dolor o daño de ella y abrirse a sus necesidades. Es nuestra creencia que las
estrategias de supervivencia no desaparecen en el proceso de cambio. En vez de
eso, ellos gradualmente desarrollan un modo más productivo de capacidades
interpersonales en la cual la protección de si mismo no se expande de otras
maneras.
Es esencial que la pareja trabaje en el area de contenido del impasse, también
como en sus vulnerabilidades y estrategias de supervivencia. Ellos exploran sus
supuestos de género sobre la división de tareas con Sheila sobre funcionando en la
casa , pensando que ella tiene un trabajo de tiempo completo, mientras Dave está
fuera. Uniendo sus supuestos y la división de tareas en el discurso sociocultural
sobre roles de género permitiéndoles a ellos dar un salto y reconsiderar un arreglo
más justo. Ellos decidieron un plan para encontrarse todos los domingos en la
noche para hacer una lista con los puntos y tareas que necesitaban ser hechas
durante la semana. En vez que Sheila se hiciera cargo sola de la casa, ellos se
animaron a volverse co-responsables y que juntos determinaran que necesitaba ser
hecho y por quién.

Estimulando la empatía: el terapeuta estimula la empatía a través de iluminar el


subtexto de la vulnerabilidad y legitimación de sentimientos y necesidades
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subyacentes en la posición de cada uno. El otro es luego invitado a considerar el


subtexto y relacionarlo con sus propias experiencias.
Algunos bloques de empatía están basados en posiciones de supervivencia
relacionadas con la socialización de género. Habiendo sido socializados para
empalizar con otros a expensas de sí misma, la mujer podría asustarse de perderse
as i misma si es muy empática con su pareja. En la relación luego se enfrentan las
alternativas de la sobreinvolucración o el distanciamiento para proteger sus límites.
Los hombres tienden a ser descalificados o anulados en su empatía mientras crecen
socializados para asumir problemas, ellos podrían abordar el dolor de sus parejas o
sus temas con consejos más que con escucha. Cuando esto falla, como
frecuentemente ocurre, el hombre tiende a sentirse culpable o enojado porque no
puede hacer feliz a su pareja. En la frustración esto le dificulta aún más ser
empático. Reconstruyendo el impasse en la pareja frecuentemente incluye articular
y desafiar los roles de género y las expectativas que limitan la empatía de los
compañeros y el abrirse al otro. El terapeuta podría trabajar con la mujer para
fortalecerla en sus fronteras y en su capacidad de hacer un relamo por sí misma
mientras permanece conectada y podría trabajar con el hombre a enseñarle
herramientas empáticas.

Explorar la superposición entre el presente y pasado: una vez que hemos


identificado las posiciones de supervivencia y legitimado vulnerabilidades, nos
focalizamos en los significados entre la situación presente y experiencias similares
en el pasado. Nosotros preguntamos: “es este aprieto familiar” Te has sentido así
antes? Quizás en tu FO o en el pasado de tus relaciones?. Estas preguntas, cuando
son hechas con cuidado, empáticamente y en un tiempo adecuado, son poderosas
para abrir a un nuevo nivel de darse cuenta y diálogo.
En el caso de Dave y Sheila, ninguno podía disculparse después de haber herido al
otro: esto termina resultando un segundo impasse en la pareja. El terapeuta
pregunta ¿esto es familia para usted? Alguien cercano a ti quisiera tu disculpa y tu
no pudiste dársela?. Sheila recordó que en las batallas con su padre, después de
pegarle, el trataba de forzarla a que lo disculpara para sentirse aliviado. Su
negativa de la disculpa era su única forma de poder y de integridad, ella recobraba
fuerza después de la humillación sentida. Ahora en su relación con Dave, las
experiencias de Sheila resuenan con sus sentimientos del pasado y otra vez no es
capaz de perdonar.. Dave recuerda la depresión de su padre después de la muerte
de su madre, cuando dio vuelta un vaso de leche su padre se puso furioso y regañó
a su hijo sin misericordia. El rápidamente comenzó a disculparse para aliviar a su
padre, aterrorizado que su padre lo abandonara. Su disculpa sin embargo era más
un apaciguamiento que un reconocimiento de su responsabilidad.Tuvo que ser
inauténtico para mantener la relación con su padre. Embrujados con el pasado,
ambos se volvieron reactivos en su matrimonio sobre el punto de las disculpas.
Explorar las superposiciones de significados entre presente y pasado
frecuentemente pueden brindarnos una infinitud de asunto que los compañeros
tienen en sus historias y familias de origen. En esta situación el terapeuta ofrece un
trabajo intergeneracional más intenso, tanto en sesiones individuales como de
pareja. En particular, un individuo quién está pegado en la rabia o con las
relaciones con su FO cortadas podría actuar sus resentimientos con sus padres en
su actual relación de pareja. Trabajando a través del impasse intergeneracional
frecuentemente libera a los miembros de la pareja a ser más flexible y querer al
otro. Como cada uno es testigo del trabajo de la FO del otro y puede entender la
posición de supervivencia en términos de su dilema histórico, su interacción puede
cambiar dramáticamente. La lucha de la pareja produce un dialogo más
colaborativo. La empatía es palpable en la habitación y cada uno puede visualizar el
dolor de infancia del otro. Este atestiguar ayuda a romper este dominio del pasado
sobre el presente.
En una ocasión, miembros de la pareja usaban su FO para revelar sus formas
destructivas. Cuando la vulnerabilidad de uno es conectado a viejas heridas de la
15

infancia, el otro podría utilizar esa información como una munición diciendo por
ejemplo: tu estás actuando tal cual lo hacía tu asquerosa madre” Nosotros
desafiamos este mal uso de las revelaciones de la historia de la FO y estimulamos a
ambos a ser respetuosos con las vulnerabilidades de otro. En raras instancias,
cuando los miembros de la pareja no son capaces de refrenar sus ataques al otro
con la historia o insight diagnósticos, se hacen sesiones individuales para continuar
explorando los temas de la FO.
Además del trabajo con la FO, el terapeuta podría delinear de una manera muy
directa las diferencias entre el presente y pasado. El terapeuta podría establecer”
cualquier pensamiento de la situación presente parece tu pasado, el presente no es
el pasado, tu pareja no es tu padre o tu ex marido. Tu estrategia de supervivencia
no corresponde a la situación presente y con esto perpetúas el problema.” Esta
intervención transparente, cuando se acopla al reconocimiento de las fortalezas y
habilidades para elegir el presente, promueve resiliencia y puede dar lugar a una
importante transformación.
Identificando las sobre posiciones de significados entre presente y pasado, y
focalizar en la historia y en la FO, como contextos, estamos ensanchando el relato.
El impasse de pareja no es sólo sobre ellos dos. Es más complejo y frecuentemente
envuelve a historias multigeneracionales. Nosotros ayudamos a la pareja a moverse
de una estrecha y rígida perspectiva de su impasse a una mirada amplia en
contextos extendidos. Del mismo modo, situar nuestras observaciones sobre los
dilemas de la pareja dentro de sus contextos de género, poder, etnia además de los
contextos ampliados de sus historias.

Facilitar nuevos patrones: momentos de opciones

Cuando la pareja está menos empantanada en su impasse, la terapia s mueve a


ayudarlos a hacer opciones que sean más consonantes con su proyecto de pareja.
Los animamos a que cada uno trate al otro en un espíritu de colaboración, para
pensarse como coautores de su relación. Así de esta manera, nosotros podríamos
preguntar “si ustedes fueran los autores de esta relación, como les gustaría que
apareciera?” Como les gustaría que se formara? Las siguientes son técnicas
específicas para ayudar a la pareja a elegir alternativas, estrategias más
productivas en esos momentos de alta intensidad que normalmente gatillan el
impasse.

Desarrollando el darse cuenta en el momento: Una bifurcación en el


camino

Como se ha notado, los impasses escalan rápidamente; antes que ellos se den
cuenta, están en un ciclo fuera de control. Nosotros ayudamos a las parejas a
capturar el impasse en un momento temprano, antes de la escalada, por ejemplo, a
través de identificar la ansiedad físicamente, rabia o defensividad o los
pensamientos como “él es un egoísta, un interesado”. Este proceso permite que
cada uno, pueda reflejar y hacer una mejor evaluación, conciente de las opciones
en vez de reaccionar impulsivamente.
Por ejemplo, Daved tiende a responder defensivamente al criticismo de Sheila,
disminuyendo la validez de sus quejas. Esto inevitablemente gatilla el impasse.
Asustada que él no la considere más, se vuelve más crítica y enojadiza esperando
que Dave reaccione. El terapeuta le pregunta a Dave si el tiene noticia de su
defensividad cuando aparece en sesión; ella luego le pide si puede dejar sus
escudos por 5 minutos sobre la mesa, sabiendo que las puede volver a tomar y
dejarlas(Fisbane, 1998). Dave se rió y estuvo de acuerdo en tratar. En ese
momento, el proceso de elegir cuando ser defensivo y cuando dejar las defensa
fuera se vuelve un repertorio natural para ave. El comienza asentir que tiene un
mayor control sobre sus defensividad en vez que la defensividad lo control a el. El
sintió un incremento en su sentido de poder, más a la par y menos disminuido en
16

relación a su mujer. Este cambio fue facilitado a través del desarrollo mayor de
habilidades de empatía y sentimientos de mayor competencia relacional. Al mismo
tiempo, el terapeuta ayudó a Sheila a plantear sus temas de un modo menos
disparado, lo que ayudará a estimular una menos defensividad en Dave.

Los compañeros aprenden a captar el comienzo del impasse, ellos se vuelven más
concientes que tienen alternativas sobre como seguir en la reactividad automática o
hacer algo distinto. Nosotros llamamos a este punto bifurcación en el camino.
Ayudamos a la pareja a identificar respuestas alternativas que ellos podrían tener
en momentos de tensión con el otro. Esto ocurre primero, retroactivamente, en una
sesión de terapia durante el análisis de una reciente pelea. Se ve que de distinto
podría haber hecho el o ella, no lo que la otra persona podría haber hecho distinto.
De este modo, podríamos preguntar: “si podría re-escribir el guión de la pelea,
cómo volvería hacer su parte?”. La conciencia de alternativas de respuestas
inicialmente vuelven después de la pelea; nosotros estimulamos “lunes en la
mañana volviendo” o un darse cuenta retrospectivo al servicio de desarrollar
nuevas estrategias de alternativas y posibilidades. Gradualmente, el tiempo de
intervalo entre una pelea y el darse cuenta de otras alternativas disminuye en la
pareja que capta durante la pelea. En sesión Dave contó que en el weekend, Sheila
estaba enojada con él porque no le ayudó a limpiar la cocina. El comenzó a ponerse
en una actitud defensiva con ella, pero recordó sobre el trabajo en terapia,
incluyendo el entrenamiento de la empatía y tomó una alternativa distinta. El le
dijo: “cariño, yo pienso que está exhausta y sobrecargada, dime cómo te puedo
ayudar” Ella respondió con lágrimas de alivio y relajó en sus brazos. Dave vio que
la bifurcación en el camino y eligió una respuesta más generosa. La reacción de
Sheila reforzó su nueva conducta y ambos entraron en un círculo virtuoso.

Estableciendo nuevas conexiones neurológicas:


Las parejas tienden a encontrar sus viejas y automáticas maneras de relacionarse y
reaccionar pueden ser más fácil y también más destructivas-que las nuevas
estrategias y respuestas. Las vieja conductas frecuentemente aparecen como
resultado del disparo sináptico automático en los niveles neurológicos. Esta
metáfora ayuda al cambio de su danza. Nosotros les sugerimos que desarrollar
nuevas respuestas es una tarea dura, que vuelven a romperse cuando ellos están
estableciendo este nuevo cable neurológico- para ellos están verdaderamente
creando nuevos patrones de reacción y alternativa. Una esposa preocupada en
tratar de relacionarse con su marido de una nueva manera describo lo exhausta
que se sintió al final del día por el esfuerzo mental que ella expendió para
responder diferente. Las parejas reportan frecuentemente que esta nuevas
respuestas se sienten artificiales al comienzo, como técnicas, cierta desconfianza
sobre el procesos deliberado y asumir que si no se siente natural no es honesto.
Nosotros validamos lo difícil de este trabajo y sugerimos que las nuevas conductas
dejaran poco a poco de sentirse forzadas y serán más integradas en la identidad de
cada uno de ellos y de su relación. Luego como un cliente dijo “ las respuestas
están siendo menos una técnica y mas del corazón”.

De este modo nuevos patrones se vuelven parte del repertorio de la pareja, en


condiciones de estres o cansancio, la vieja danza puede re–emerger. Esto se
normaliza y se predice que eso va a ocurrir. Nosotros sugerimos que en vez de
mirar eso como un fracaso o crisis, la anticipación de la pareja, como una respuesta
a sus viejos patrones que podrían ocurrir en el futuro. La habilidad de la pareja
para reconocer la vieja danza y pararse fuera les permite a ellos a intervenir
rápidamente y les permite hacer una mejor evaluación de alternativas en la
búsqueda de expandir su repertorio relacional.

Conclusiones
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El ciclo de la vulnerabilidad es un constructo teórico que ayuda en el trabajo con


parejas heterosexuales y homosexuales de diversa clases sociales y culturas. La
articulación del impasse en términos de vulnerabilidades, posiciones de
supervivencia y de la circularidad de acciones y reacciones dentro de un sistema
histórico y sociocultural es útil clínicamente con la mayor parte de las parejas,
sobre experiencia de una moderada vivencia de desconexión en las parejas en su
desesperación en su deteriorada relación.

La manera dual en la cual el terapeuta se relaciona con la pareja- por un lado, la


vulnerabilidad como teniendo sentimientos legítimos y necesidades y en el otro lado
como resiliencia y capacidad de cambio- tiende a desarmar resistencias y buscar
responsabilidad. El lenguaje de vulnerabilidades, estrategias de supervivencia e
impasse nos ayuda a desafiar la conducta problemática sin patologizar a los
individuos. El abordaje colaborativo descrito en este artículo estimula al terapeuta
a guiar el proceso mientras consistentemente va colocando la responsabilidad de
los cambios como una alternativa que cada uno tiene en sus manos. Parejas
reportan sentimientos de comprensión y respeto cuando el terapeuta los relaciona
con estos lentes.

El ciclo de la vulnerabilidad es una herramienta útil que captura procesos


individuales, interacciónales e intergeneracionales. A lo largo del genograma, esto
ayuda a que el terapeuta recolecte información relevante y funciona como un ancla
tanto para la evaluación como para el proceso terapéutico. El diagrama puede ser
usado como una intervención clínica en la cual el terapeuta comparte con la pareja
para demostrar su propuesta visualmente. Finalmente, la conceptualización de la
vulnerabilidad como ciclo y su diagrama son herramientas esenciales para enseñar
terapia de pareja y supervisión.

Michele Scheinkman, CSW, LCSW

Ella ha enseñado terapia de pareja por más de 25 años en los EEUU, Brasil y
Europa.

Por 10 años ella fu directora y coordinadora del entrenamiento del programa de


terapia de parejas del centro de salud de la familia en Chicago.

Ella también fue profesora en la escuela de servicio social y administración y en el


departamento de psiquiatría de la Universidad de Chicago.

En 1999 se trasladó a Nueva York y por 5 años fue supervisora del centro Roberto
Clemente .Actualmente se dedica a su consulta privada en Manhattan atendiendo
pacientes y ofreciendo talleres.

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