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Desde Red Muqui consideramos que la reanudación económica para el sector minería tiene que
tomar en cuenta los casos que se vienen registrando de forma continua en diversas unidades
mineras del país. Los más de 260 casos muestra el alto riesgo de contagio que presenta esta
actividad económica, tan solo en la unidad minera de Antamina en Ancash se reportaron más de
200 casos. Esta cifra supera a los reportados en una sola región como por ejemplo Puno, donde
solo se reportó 174 casos de contagios. Por otro lado, la situación general que vive el país y en
específico el colapso del sistema sanitario en distintas regiones, así como el ascenso del número
de personas contagiadas que se viene dando, evidencia que la transmisión del virus no está
controlada en nuestro país.
1
OMS, “COVID-19 ESTRATEGY UPDATE”. 14 de abril de 2020 “For many countries and subnational authorities
and communities, managing a controlled and deliberate transition from a scenario of community
transmission to a sustainable, steady state of low-level or no transmission is, at present, the best-case
outcome in the short and medium term in the absence of a safe and effective vaccine. For countries yet to
report community transmission, preventing the escalation of transmission and maintaining a steady state of
low-level or no transmission may be feasible. Achieving either of these aims will hinge on the ability of
national and/or subnational authorities to ensure
that six key criteria are satisfied”. Pág.10.
Otro punto de esta observación se refiere a la necesidad de que los gremios de trabajadores
participen en el proceso de aprobación del plan, esto solo se garantizaría a través de los Comités
de Seguridad y Salud en el Trabajo que es la instancia donde participan los representantes de los
trabajadores, y que debe conocer los documentos relativos a las condiciones de trabajo que sean
necesarios para el cumplimiento de sus funciones 2, sin embargo la RM 128-2020-MINEM señala
que los planes también podrán ser aprobados por el Supervisor de Seguridad y Salud en el trabajo,
es decir por una persona contratada por el empresa minera, esto ocasionaría que en la práctica
los empleadores dejen de lado la participación de los trabajadores.
Al no haber esta diferencia, el resultado será que el trabajo minero que se reinicia en la fase 1 se
clasifique como trabajos de bajo riesgo y las medidas que se tomen para este no sean las
adecuadas, por ejemplo, la Resolución señala que para los trabajos de bajo riesgo las pruebas de
descarte (serológica o moleculares) serán potestativas, esto hace que se reduzca el estándar de
protección de los trabajadores mineros en contexto de Covid-19.
En el sector minero se han reportado casos de contagio incluso cuando es un sector donde no
necesariamente se realiza actividades de contacto con personas externas, por lo que evidencia
que el nivel de riesgo de los trabajos no se debe definir a priori sino a partir de un análisis de
factores externos de riesgos en base a un seguimiento y control epidemiológico de las rutas de
exposición y a partir de la necesidad de desplegar medidas estrictas de prevención del contagio
esto implica un mayor esfuerzo por parte del Estado por regular el comportamiento de las
2
Artículo 42, Reglamento de la Ley de Seguridad y Salud en el trabajo.
empresas mineras para la identificación de afectaciones causadas por su actividad y rol de rectoría
que el Ministerio de Salud debe cumplir en este contexto.
Esta situación podría significar vacíos de regulación para la debida diligencia de las empresas
mineras y el Estado, para la prevención y protección del derecho a la salud y la vida. Como se
señala en los Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos de la ONU : “Los Estados
deben adoptar medidas adicionales de protección contra las violaciones de derechos humanos
cometidas por empresas de su propiedad o bajo su control, o que reciban importantes apoyos y
servicios de organismos estatales, como los organismos oficiales de crédito a la exportación y los
organismos oficiales de seguros o de garantía de las inversiones, exigiendo en su caso, la debida
diligencia en materia de derechos humanos.”
“Esta calificación puede ser tanto consecuencia de los procesos tecnológicos que
se utilizan, como por las características geográficas y el medio ambiente en el que
se ubican los emplazamientos de los yacimientos, los modos operativos en que se
planifica y ejecuta el trabajo (tales como la duración y forma en que se organizan
las jornadas o los turnos laborales), o aún por otros factores biológicos y
psicosociales concomitantes. Por unas u otras razones, la vida, la seguridad y la
salud de los mineros requieren de medidas especiales destinadas a protegerlos”.
(Expediente N° 4635-2004-AA/TC, fundamento 2.1.).
Es innegable entonces que, para garantizar el derecho a la salud (salud ocupacional) de los
trabajadores debe de regularse un procedimiento concreto e idóneo, con estándares mínimo, que
permitan al trabajador exigir su cumplimiento y al Estado, a través de sus organismos, fiscalizar su
cumplimiento y eventualmente sancionar los incumplimientos por parte de las empresas mineras.
Esto se hace aún más necesario en el actual contexto de pandemia, pues la reactivación
económica de este sector, conlleva adicionar un riesgo laboral para el trabajador, que es el
contraer el Covid-19 desde su traslado, estadía y retorno.
Frente a dicha omisión en el protocolo, creemos que es oportuno la interpretación sistemática del
derecho a la salud ocupacional y la aplicación supletoria del D. S. Nº 024-2016-EM - Aprueban
Reglamento de Seguridad y Salud Ocupacional en Minería, que en su artículo 6, inciso f) reconoce
como su ámbito de aplicación “[…] la fiscalización integral de la Seguridad y Salud Ocupacional en
las operaciones mineras”.
Finalmente, aprobado los planes de cada unidad minera, conforme a la Resolución Ministerial 128-
2020-MINEM/DM, La Ley de seguridad en el trabajo y su reglamento D.S. 005-2012-TR, D. S. Nº
024-2016-EM - Aprueban Reglamento de Seguridad y Salud Ocupacional en Minería y la
Resolución Ministerial 239-2020/MINSA, como parámetro de fiscalización, les correspondería a
SUNAFIL y OSINERGMIN imponer sanciones a las empresas mineras que incumplan con lo
dispuesto en el protocolo y sus planes de prevención y contención de contagio de Covid-19. Ello
conforme al CAPÍTULO II AUTORIDAD COMPETENTE, Subcapítulo V del D. S. Nº 024-2016-EM que
regula las sanciones y multas que se deben de imponer. Solo con un procedimiento de fiscalización
y sanción adecuadamente regulado podremos asegurar la garantía de protección del derecho a la
salud en contexto de COVID-19, no basta que el Estado otorgue mayor presupuesto a los órganos
de fiscalización3 si a la vez no desarrolla el marco normativo necesario para el cumplimiento de sus
funciones.
Al incorporar que las empresas sean unidades de información sin que antes esa información sea
verificada por las instancias del MINSA y el MTPE se declina el deber de garante que tiene el
estado para realizar la vigilancia epidemiológica y la identificación de los riesgos de exposición al
contagio, se hace necesario que el Estado peruano garantice una línea base de exposición al riesgo
en el sector minero y que la reanudación de actividades no implique que las empresas deslinden
de responsabilidades por afectaciones a la salud y vida de los trabajadores y/u otras poblaciones
impactadas por sus actividades económicas. Uno de los problemas que como Red Muqui hemos
identificado es la falta de coordinación de las empresas con las instancias de salud regionales para
la protección al derecho a la salud. El Estado en todas sus instancias debe de manejar de primera
mano la información que deberá incorporarse en su sistema de vigilancia epidemiológica.
En ese sentido la OMS ha señalado que la respuesta global a la pandemia de COVID - 19 requiere
la capacidad de realizar evaluaciones continuas de riesgos a escala global, regional nacional y sub
nacional por lo que los estados deben enfocar y desarrollar sus capacidades para la recopilación de
datos y análisis para la evaluación de riesgos, la OMS señala la importancia de la arquitectura de
datos para una nueva salud pública mundial. 4 Este es un deber indispensable que tienen los
estados para un contexto inédito que se vive a nivel global implica también su deber de que los
3
El Decreto Supremo N° 080-2020-PCM:” 4.2 Para las acciones de fiscalización laboral a cargo de la SUNAFIL
referidas en el numeral precedente, el Ministerio de Economía y Finanzas, de resultar necesario, asigna los
recursos adicionales que se puedan requerir para su implementación.”
4
OMS, “COVID-19 ESTRATEGY UPDATE”. 14 de abril de 2020, Pág. 14.
actores privados como las empresas mineras cumplan con el deber de información genuina y a
tiempo de lo que viene pasando con las actividades económicas que despliegan pero no supone en
ninguna circunstancia que estas suplanten el deber que tienen los estados de registrar
oficialmente la información requerida para el análisis necesario en la Red Nacional de
Epidemiología. Para ello urge en base al principio de descentralización y modernización del estado
afianzar las potestades de las Direcciones Regionales de Salud que constituyen la autoridad de
salud en cada Región y que se fortalezca la rectoría de la política de salud que tanta falta hace en
contexto de pandemia y grave riesgo de afectación la salud y la vida de la población.
Finalmente, mencionar que el 10 de mayo se publicó el D.L. N° 1489 - Decreto Legislativo que
establece acciones para la protección de los pueblos indígenas u originarios en el marco de la
emergencia sanitaria declarada por el COVID-19. En esta norma se establece una serie de
lineamientos para las tres instancias de gobierno y de forma multisectorial, en su intervención y
prestación de servicios básicos a pueblos indígenas. Pero debemos mencionar que en esta norma
no contiene disposiciones específicas para atender a las comunidades campesinas del ande, como
si ocurre con las comunidades amazónicas. Sobre todo, como hemos mencionado, cuando muchas
de estas comunidades andinas se encuentran cercanas a proyectos mineros. Es urgente que las
autoridades sectoriales, nacionales, regionales y locales, discutan e implementen protocolos
específicos para este contexto y de acuerdo a la realidad de estas poblaciones.
CONCLUSIONES
Desde Red Muqui consideramos que en tiempos excepcionales de pandemia global por COVID-19
donde se muestra la fragilidad del sistema estatal para protección de derechos humanos
específicamente los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA) por ningún
motivo el mandato de reactivación económica puede constituirse en mayor desmedro de los
derechos a la salud y vida de trabajadores, pueblos indígenas y comunidades y la reducción de
estándares para la protección de sus derechos. Los pueblos indígenas y comunidades campesinas
ya vienen siendo impactadas acumulativamente por la actividad extractiva en sus territorios y
fuentes de agua y en contexto de crisis sanitaria, económica y alimentaria como la que se vive
actualmente se encuentran expuestas a un doble impacto generado por la actividad empresarial
minera. Urge que una intervención multisectorial e intergubernamental donde no solo prime la
potestad del Ministerio de Energía y Minas, sino que se refuerce las rectorías de ministerios como
el Ministerio de Salud el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo y el Ministerio de Cultura.
A continuación, formulamos una síntesis de nuestras observaciones al protocolo sanitario sectorial
emitido por el Sector Energía y Minas:
1) El protocolo sanitario para el sector Minero establece que las empresas mineras realicen
un “Plan de Vigilancia, prevención y control del COVID-19” para reanudación de sus
actividades, sin embargo, no precisa que es el MINSA la autoridad rectora para aprobar en
máxima instancia estos planes, si bien el MINEM puede revisar la propuesta de planes, el
MINSA debe manera descentralizada debe tener una intervención más decisiva en estos
procesos de lo contrario se corre el riesgo a la desprotección del derecho humano a la
salud en contexto de COVID-19. A la vez en el procedimiento de construcción y aprobación
de los Planes se debe garantizar la participación de los trabajadores mineros a través de
los Comités de Seguridad y Salud en el trabajo.
3) El derecho al acceso a la salud debe ser garantizado con debida diligencia tanto por el
estado como por el sector empresarial , en situaciones de alto riesgo debido a las
características del agente patógeno, el control de la propagación del virus es difícil por lo
que serán necesario el despliegue de medidas de prevención estrictas para ello el estado
peruano debe regular con mayor precisión los requerimientos que las empresas mineras
deben cumplir como paso previo al reinicio de sus actividades. Así también en el momento
de ocurrido los contagios las empresas mineras deben garantizar el acceso a todas
medidas de atención médica necesaria para los pacientes de COVID-19, teniendo en
cuenta que en muchas regiones los sistemas sanitarios público es probable que con se
puedan encontrar saturados. Sin embargo, el protocolo emitido por el MINEM aún
contiene vacíos de protección a los derechos de los trabajadores mineros
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Red Muqui, YA SUMAN 264 LOS TRABAJADORES CONTAGIADOS DE COVID-19 DE EMPRESAS DEL
SECTOR MINERO, Reporte al 07 de mayo de 2020. https://muqui.org/noticias/muqui-informa/ya-
suman-264-los-trabajadores-contagiados-de-covid-19-de-empresas-del-sector-minero/