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Observaciones al Protocolo Sanitario ante COVID-19 para el Sector Minero

(Resolución Ministerial 128-2020-MINEM que aprueba el “Protocolo Sanitario para la implementación de


medidas de prevención y respuesta frente al COVID-19 en las actividades del Subsector Minería, el Subsector
Hidrocarburos y Subsector Electricidad”)

Elaborado por: Equipo legal de Red Muqui.

El miércoles 06 de mayo se emitió la Resolución Ministerial 128-2020-MINEM que aprueba el


“Protocolo Sanitario para la implementación de medidas de prevención y respuesta frente al
COVID-19 en las actividades del Subsector Minería, el Subsector Hidrocarburos y Subsector
Electricidad”, el mandato de emisión de estos protocolos nace del Decreto Supremo N° 080-2020-
PCM emitido el 03 de mayo, este decreto establece la “Reanudación de actividades económicas en
forma gradual y progresiva dentro del marco de la declaratoria de Emergencia Sanitaria Nacional
por las graves circunstancias que afectan la vida de la Nación a consecuencia del COVID-19” y
establece su primera fase de reanudación de actividades económicas iniciando en el mes de
mayo, en esta primera fase se encuentra el subsector Minería. En el presente análisis se tendrá en
cuenta también, el marco normativo desarrollado por el Ministerio de Salud mediante Resolución
Ministerial N° 239-2020-MINSA Y 265- 2020- MINSA qué desarrollan los “Lineamientos para la
vigilancia de la salud de los trabajadores con riesgo de exposición al COVID-19” que es la base
sobre la cual se emite el presente protocolo sectorial.

Desde Red Muqui consideramos que la reanudación económica para el sector minería tiene que
tomar en cuenta los casos que se vienen registrando de forma continua en diversas unidades
mineras del país. Los más de 260 casos muestra el alto riesgo de contagio que presenta esta
actividad económica, tan solo en la unidad minera de Antamina en Ancash se reportaron más de
200 casos. Esta cifra supera a los reportados en una sola región como por ejemplo Puno, donde
solo se reportó 174 casos de contagios. Por otro lado, la situación general que vive el país y en
específico el colapso del sistema sanitario en distintas regiones, así como el ascenso del número
de personas contagiadas que se viene dando, evidencia que la transmisión del virus no está
controlada en nuestro país.

Sobre la estrategia de des-confinamiento y transición a la reanudación de las actividades


económicas y sociales, el 14 de abril la Organización Mundial de la Salud publicó el documento
“COVID-19 ESTRATEGY UPDATE” que establece una serie de pautas para que los diferentes países
puedan desarrollar su estrategia señalando que sin una planificación cuidadosa y en ausencia de
recursos aumentar las capacidades de salud pública y atención clínica, el prematuro levantamiento
de las medidas de distanciamiento físico es probable que conduzca a un resurgimiento
incontrolado en la transmisión COVID-19 y una segunda ola amplificada de casos así pues,
establece una serie de criterios para que los países puedan realizar un proceso de des-
confinamiento planificado1 sin embargo es evidente que en la situación actual, nuestro país no
cumple con estos:

 Que la transmisión esté controlada.


 Que el sistema de salud tenga la capacidad de detectar, testear, aislar y tratar cada caso
y rastrear contacto.
 Que los riesgos de brote se hayan minimizado en ubicaciones especiales, como centros de
salud y residencias de mayores.
 Que haya medidas preventivas en los lugares de trabajo, las escuelas u otros lugares
esenciales a los que la población tenga que ir.
 Que los riesgos de casos importados se puedan manejar.
 Que las comunidades estén formadas, comprometidas y capacitadas con las nuevas
medidas.

Teniendo en cuenta estas apreciaciones al mandato de reactivación económica en fase 1, a


continuación, planteamos cuatro observaciones a la Resolución Ministerial 128-2020-MINEM en su
aplicación específica al subsector minero:

1) Plan para la vigilancia, prevención y control del COVID-19 en el trabajo


deben ser aprobado por el Ministerio de Salud y con la participación de los
gremios de trabajadores.
El apartado VI.1. del protocolo desarrolla el proceso de elaboración del “Plan” que las empresas
deben preparar para la reanudación progresiva de sus actividades, sin embargo, no se señala que
debe ser el Ministerio de Salud quien revise y apruebe en máxima instancia estos planes para que
posteriormente estos puedan ser registrados en el Sistema integrado del COVID-19 (SICOVID-19).
El Ministerio de Energía y Minas no es el órgano rector en materia de salud, quien, si debería
revisarlos, pero no aprobarlo en última instancia. Consideramos que está en una etapa crucial para
que en la aprobación de la reanudación de actividades se dé prioridad a la seguridad, salud y vida
de los trabajadores mineros y comunidades impactadas por esta actividad.

Como se señala en el Decreto Supremo N° 080-2020-PCM “La aprobación sectorial también


considera para la aprobación específica de inicio de actividades de las unidades productivas; los
criterios establecidos en el numeral 2.1 del artículo 2 del presente decreto supremo;
conjuntamente con el grado de movilidad de personas que implica la reanudación en una
jurisdicción determinada”. Estos criterios están directamente relacionados con la respuesta del
sistema de salud y por tanto con las labores del MINSA, por lo que es necesario su rectoría para la
revisión y aprobación de los Planes diseñados por las empresas mineras.

1
OMS, “COVID-19 ESTRATEGY UPDATE”. 14 de abril de 2020 “For many countries and subnational authorities
and communities, managing a controlled and deliberate transition from a scenario of community
transmission to a sustainable, steady state of low-level or no transmission is, at present, the best-case
outcome in the short and medium term in the absence of a safe and effective vaccine. For countries yet to
report community transmission, preventing the escalation of transmission and maintaining a steady state of
low-level or no transmission may be feasible. Achieving either of these aims will hinge on the ability of
national and/or subnational authorities to ensure
that six key criteria are satisfied”. Pág.10.
Otro punto de esta observación se refiere a la necesidad de que los gremios de trabajadores
participen en el proceso de aprobación del plan, esto solo se garantizaría a través de los Comités
de Seguridad y Salud en el Trabajo que es la instancia donde participan los representantes de los
trabajadores, y que debe conocer los documentos relativos a las condiciones de trabajo que sean
necesarios para el cumplimiento de sus funciones 2, sin embargo la RM 128-2020-MINEM señala
que los planes también podrán ser aprobados por el Supervisor de Seguridad y Salud en el trabajo,
es decir por una persona contratada por el empresa minera, esto ocasionaría que en la práctica
los empleadores dejen de lado la participación de los trabajadores.

2) Análisis de riesgos en el centro de trabajo para el sector minero.


La Resolución Ministerial 239-2020-MINSA establece en sus “Definiciones operativas”, numeral
6.1.19 los niveles de riesgos de los puestos de trabajos con exposición al COVID-19 y las categorías
de bajo riesgo, mediano riesgo, alto riesgo y muy alto riesgo, analizando el contacto que los
trabajadores puedan tener o haber tenido con casos sospechosos o casos confirmados de
contagio. Una primera observación a esta clasificación del nivel del riesgo es que no desarrolla la
diferencia entre un trabajo esencial y un trabajo no esencial, entendiéndose como trabajo esencial
aquel dirigido a sostener las actividades de sanidad y alimentación que son los objetivos centrales
de la medida de cuarentena (Decreto Supremo 044-2020-PCM).

Al no haber esta diferencia, el resultado será que el trabajo minero que se reinicia en la fase 1 se
clasifique como trabajos de bajo riesgo y las medidas que se tomen para este no sean las
adecuadas, por ejemplo, la Resolución señala que para los trabajos de bajo riesgo las pruebas de
descarte (serológica o moleculares) serán potestativas, esto hace que se reduzca el estándar de
protección de los trabajadores mineros en contexto de Covid-19.

En el sector minero se han reportado casos de contagio incluso cuando es un sector donde no
necesariamente se realiza actividades de contacto con personas externas, por lo que evidencia
que el nivel de riesgo de los trabajos no se debe definir a priori sino a partir de un análisis de
factores externos de riesgos en base a un seguimiento y control epidemiológico de las rutas de
exposición y a partir de la necesidad de desplegar medidas estrictas de prevención del contagio
esto implica un mayor esfuerzo por parte del Estado por regular el comportamiento de las

2
Artículo 42, Reglamento de la Ley de Seguridad y Salud en el trabajo.
empresas mineras para la identificación de afectaciones causadas por su actividad y rol de rectoría
que el Ministerio de Salud debe cumplir en este contexto.

3) Empresas mineras deben garantizar acceso a la salud con debida


diligencia
El protocolo aprobado de amplio margen a las empresas para establecer las condiciones en las
cuales sus trabajadores desarrollarán sus labores, pero hay algunas cuestiones que llaman nuestra
tensión:

 No establece cual es la proporción de personal sanitario y de salud especializado que se


requiere, según la cantidad de trabajadores.
 No se establece que, para los casos severos, las empresas tienen la obligación de
garantizar el acceso a la unidad de cuidado intensivos, al igual que en caso que el sistema
sanitario público se encuentre sin capacidad de atención cual sería el nivel de
responsabilidad.
 No establece el aforo de los espacios comunes de descanso de los trabajadores.
 No establece la periodicidad con el que el empleador renovará las mascarillas quirúrgicas a
los trabajadores.
 No se establece periodicidad de las pruebas de descarte. Se deja a ser regulado por las
empresas mediante sus planes.

Esta situación podría significar vacíos de regulación para la debida diligencia de las empresas
mineras y el Estado, para la prevención y protección del derecho a la salud y la vida. Como se
señala en los Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos de la ONU : “Los Estados
deben adoptar medidas adicionales de protección contra las violaciones de derechos humanos
cometidas por empresas de su propiedad o bajo su control, o que reciban importantes apoyos y
servicios de organismos estatales, como los organismos oficiales de crédito a la exportación y los
organismos oficiales de seguros o de garantía de las inversiones, exigiendo en su caso, la debida
diligencia en materia de derechos humanos.”

Así mismo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su informe sobre “Pandemia y


Derechos Humanos “señala que: “Ante las circunstancias actuales de la pandemia del COVID-19,
que constituyen una situación de riesgo real, los Estados deben adoptar medidas de forma
inmediata y de manera diligente para prevenir la ocurrencia de afectaciones al derecho a la salud,
la integridad personal y la vida. Tales medidas deben estar enfocadas de manera prioritaria a
prevenir los contagios y brindar un tratamiento médico adecuado a las personas que lo
requieran.”

4) Ausencia de regulación de marco normativo sobre supervisión,


fiscalización y sanción en materia de seguridad y salud ocupacional- MTPE y
MINSA en contexto COVID-19.
En el marco normativo actual hay una ausencia de regulación de un procedimiento especial de
fiscalización y sanción en contexto de COVID-19, las situaciones de afectaciones a los derechos
humanos en contexto de pandemia son situaciones nuevas y el Estado debe de regular con
prioridad tener un marco normativo para la supervisión, fiscalización y sanción en materia de
seguridad y salud ocupacional. Antes de que se desatara la pandemia por el Covid-19, la actividad
minera ya fue catalogada como una “actividad de alto riesgo”, incluso por el Tribunal
Constitucional, quien recogió algunas consideraciones de la Organización Internacional del
Trabajo:

“Esta calificación puede ser tanto consecuencia de los procesos tecnológicos que
se utilizan, como por las características geográficas y el medio ambiente en el que
se ubican los emplazamientos de los yacimientos, los modos operativos en que se
planifica y ejecuta el trabajo (tales como la duración y forma en que se organizan
las jornadas o los turnos laborales), o aún por otros factores biológicos y
psicosociales concomitantes. Por unas u otras razones, la vida, la seguridad y la
salud de los mineros requieren de medidas especiales destinadas a protegerlos”.
(Expediente N° 4635-2004-AA/TC, fundamento 2.1.).

Es innegable entonces que, para garantizar el derecho a la salud (salud ocupacional) de los
trabajadores debe de regularse un procedimiento concreto e idóneo, con estándares mínimo, que
permitan al trabajador exigir su cumplimiento y al Estado, a través de sus organismos, fiscalizar su
cumplimiento y eventualmente sancionar los incumplimientos por parte de las empresas mineras.

Esto se hace aún más necesario en el actual contexto de pandemia, pues la reactivación
económica de este sector, conlleva adicionar un riesgo laboral para el trabajador, que es el
contraer el Covid-19 desde su traslado, estadía y retorno.

Frente a dicha omisión en el protocolo, creemos que es oportuno la interpretación sistemática del
derecho a la salud ocupacional y la aplicación supletoria del D. S. Nº 024-2016-EM - Aprueban
Reglamento de Seguridad y Salud Ocupacional en Minería, que en su artículo 6, inciso f) reconoce
como su ámbito de aplicación “[…] la fiscalización integral de la Seguridad y Salud Ocupacional en
las operaciones mineras”.

Conforme al artículo 9 de la mencionada norma, los órganos responsables de la fiscalización en


materia de salud ocupacional e infraestructura serían SUNAFIL y OSINERGMIN: La SUNAFIL es la
autoridad competente para la supervisión y fiscalización del cumplimiento de las disposiciones
legales y técnicas relacionadas con la Seguridad y Salud Ocupacional en la Gran y Mediana
Minería, en el marco de la Ley N° 29981. El OSINERGMIN es la autoridad competente para
supervisar y fiscalizar el cumplimiento de las disposiciones legales y técnicas relacionadas con la
seguridad de la infraestructura en la Gran y Mediana Minería, en el marco de la Ley N° 29901 y el
Decreto Supremo N° 088-2003- PCM.

Finalmente, aprobado los planes de cada unidad minera, conforme a la Resolución Ministerial 128-
2020-MINEM/DM, La Ley de seguridad en el trabajo y su reglamento D.S. 005-2012-TR, D. S. Nº
024-2016-EM - Aprueban Reglamento de Seguridad y Salud Ocupacional en Minería y la
Resolución Ministerial 239-2020/MINSA, como parámetro de fiscalización, les correspondería a
SUNAFIL y OSINERGMIN imponer sanciones a las empresas mineras que incumplan con lo
dispuesto en el protocolo y sus planes de prevención y contención de contagio de Covid-19. Ello
conforme al CAPÍTULO II AUTORIDAD COMPETENTE, Subcapítulo V del D. S. Nº 024-2016-EM que
regula las sanciones y multas que se deben de imponer. Solo con un procedimiento de fiscalización
y sanción adecuadamente regulado podremos asegurar la garantía de protección del derecho a la
salud en contexto de COVID-19, no basta que el Estado otorgue mayor presupuesto a los órganos
de fiscalización3 si a la vez no desarrolla el marco normativo necesario para el cumplimiento de sus
funciones.

5) Sobre el Sistema de Vigilancia Epidemiológica


Otro punto a señalar es sobre el sistema de Vigilancia Epidemiológica, la reciente norma
Resolución Ministerial 265-2020-MINSA incorpora a la Resolución Ministerial 239-2020-MINSA
sobre vigilancia epidemiológica que las empresas privadas se incorporarán como “Unidad
Informante” o “Unidad Notificante” en la Red Nacional de Epidemiología.

Al incorporar que las empresas sean unidades de información sin que antes esa información sea
verificada por las instancias del MINSA y el MTPE se declina el deber de garante que tiene el
estado para realizar la vigilancia epidemiológica y la identificación de los riesgos de exposición al
contagio, se hace necesario que el Estado peruano garantice una línea base de exposición al riesgo
en el sector minero y que la reanudación de actividades no implique que las empresas deslinden
de responsabilidades por afectaciones a la salud y vida de los trabajadores y/u otras poblaciones
impactadas por sus actividades económicas. Uno de los problemas que como Red Muqui hemos
identificado es la falta de coordinación de las empresas con las instancias de salud regionales para
la protección al derecho a la salud. El Estado en todas sus instancias debe de manejar de primera
mano la información que deberá incorporarse en su sistema de vigilancia epidemiológica.

En ese sentido la OMS ha señalado que la respuesta global a la pandemia de COVID - 19 requiere
la capacidad de realizar evaluaciones continuas de riesgos a escala global, regional nacional y sub
nacional por lo que los estados deben enfocar y desarrollar sus capacidades para la recopilación de
datos y análisis para la evaluación de riesgos, la OMS señala la importancia de la arquitectura de
datos para una nueva salud pública mundial. 4 Este es un deber indispensable que tienen los
estados para un contexto inédito que se vive a nivel global implica también su deber de que los
3
El Decreto Supremo N° 080-2020-PCM:” 4.2 Para las acciones de fiscalización laboral a cargo de la SUNAFIL
referidas en el numeral precedente, el Ministerio de Economía y Finanzas, de resultar necesario, asigna los
recursos adicionales que se puedan requerir para su implementación.”
4
OMS, “COVID-19 ESTRATEGY UPDATE”. 14 de abril de 2020, Pág. 14.
actores privados como las empresas mineras cumplan con el deber de información genuina y a
tiempo de lo que viene pasando con las actividades económicas que despliegan pero no supone en
ninguna circunstancia que estas suplanten el deber que tienen los estados de registrar
oficialmente la información requerida para el análisis necesario en la Red Nacional de
Epidemiología. Para ello urge en base al principio de descentralización y modernización del estado
afianzar las potestades de las Direcciones Regionales de Salud que constituyen la autoridad de
salud en cada Región y que se fortalezca la rectoría de la política de salud que tanta falta hace en
contexto de pandemia y grave riesgo de afectación la salud y la vida de la población.

6) Protección de los derechos de pueblos indígenas y comunidades.


Otra observación que quisiéramos dejar planteada es respecto a las acciones preventivas que
deben de desplegar las empresas mineras para prevenir el contagio del COVID – 19 a miembros de
comunidades indígenas o centros poblado aledaños o que tienen algún nivel de contacto con las
personas que desarrollan las labores mineras.

En muchos casos miembros de comunidades campesinas son trabajadores dentro de empresas


mineras, como parte de los acuerdos bilaterales que se dieron, o porque son trabajadores de
empresas tercerizadoras que en su mayoría tienen trabajadores locales y ellos como cualquier otro
personal se encuentran en riesgo de contraer la infección, y su retorno a la comunidad representa
una posibilidad de contagio a todos los miembros. Frente a estos escenarios de posibles contagios,
es oportuno que las empresas asuman acciones preventivas y coordinadas con las autoridades
locales y comunales. Consideramos que un protocolo sectorial como el que ha emitido el
Ministerio de Energía y Minas no puede dejar de analizar el impacto del despliegue de la fuerza
laboral requerida por las empresas mineras en los pueblos indígenas y comunidades campesinas;
este análisis debe dar de manera intersectorial y con la oportuna participación del Ministerio de
Cultura, estas omisiones aún pueden ser subsanadas dotando del marco normativo necesario para
esto prontamente.

Finalmente, mencionar que el 10 de mayo se publicó el D.L. N° 1489 - Decreto Legislativo que
establece acciones para la protección de los pueblos indígenas u originarios en el marco de la
emergencia sanitaria declarada por el COVID-19. En esta norma se establece una serie de
lineamientos para las tres instancias de gobierno y de forma multisectorial, en su intervención y
prestación de servicios básicos a pueblos indígenas. Pero debemos mencionar que en esta norma
no contiene disposiciones específicas para atender a las comunidades campesinas del ande, como
si ocurre con las comunidades amazónicas. Sobre todo, como hemos mencionado, cuando muchas
de estas comunidades andinas se encuentran cercanas a proyectos mineros. Es urgente que las
autoridades sectoriales, nacionales, regionales y locales, discutan e implementen protocolos
específicos para este contexto y de acuerdo a la realidad de estas poblaciones.

CONCLUSIONES

Desde Red Muqui consideramos que en tiempos excepcionales de pandemia global por COVID-19
donde se muestra la fragilidad del sistema estatal para protección de derechos humanos
específicamente los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA) por ningún
motivo el mandato de reactivación económica puede constituirse en mayor desmedro de los
derechos a la salud y vida de trabajadores, pueblos indígenas y comunidades y la reducción de
estándares para la protección de sus derechos. Los pueblos indígenas y comunidades campesinas
ya vienen siendo impactadas acumulativamente por la actividad extractiva en sus territorios y
fuentes de agua y en contexto de crisis sanitaria, económica y alimentaria como la que se vive
actualmente se encuentran expuestas a un doble impacto generado por la actividad empresarial
minera. Urge que una intervención multisectorial e intergubernamental donde no solo prime la
potestad del Ministerio de Energía y Minas, sino que se refuerce las rectorías de ministerios como
el Ministerio de Salud el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo y el Ministerio de Cultura.
A continuación, formulamos una síntesis de nuestras observaciones al protocolo sanitario sectorial
emitido por el Sector Energía y Minas:

1) El protocolo sanitario para el sector Minero establece que las empresas mineras realicen
un “Plan de Vigilancia, prevención y control del COVID-19” para reanudación de sus
actividades, sin embargo, no precisa que es el MINSA la autoridad rectora para aprobar en
máxima instancia estos planes, si bien el MINEM puede revisar la propuesta de planes, el
MINSA debe manera descentralizada debe tener una intervención más decisiva en estos
procesos de lo contrario se corre el riesgo a la desprotección del derecho humano a la
salud en contexto de COVID-19. A la vez en el procedimiento de construcción y aprobación
de los Planes se debe garantizar la participación de los trabajadores mineros a través de
los Comités de Seguridad y Salud en el trabajo.

2) La clasificación de los niveles de riesgo de los puestos de trabajo expuestos al COVID-19 no


establecen una diferencia necesaria entre los trabajos esenciales y los no esenciales para
la medida de cuarentena, lo que hará que la mayoría de trabajos mineros sean clasificados
como trabajos de bajo riesgo, esto hace que se reduzca el estándar de protección a los
trabajadores mineros y por tanto no se cumpla diligentemente con el deber de
prevención. Por ejemplo, el protocolo establece que será potestativo para las empresas la
aplicación de pruebas serológicas y moleculares para los casos de trabajadores de bajo
riesgo.

3) El derecho al acceso a la salud debe ser garantizado con debida diligencia tanto por el
estado como por el sector empresarial , en situaciones de alto riesgo debido a las
características del agente patógeno, el control de la propagación del virus es difícil por lo
que serán necesario el despliegue de medidas de prevención estrictas para ello el estado
peruano debe regular con mayor precisión los requerimientos que las empresas mineras
deben cumplir como paso previo al reinicio de sus actividades. Así también en el momento
de ocurrido los contagios las empresas mineras deben garantizar el acceso a todas
medidas de atención médica necesaria para los pacientes de COVID-19, teniendo en
cuenta que en muchas regiones los sistemas sanitarios público es probable que con se
puedan encontrar saturados. Sin embargo, el protocolo emitido por el MINEM aún
contiene vacíos de protección a los derechos de los trabajadores mineros

4) El marco normativo de supervisión, fiscalización y sanción en seguridad y salud en el


trabajo debe ser actualizado prontamente debido a los nuevos hechos que el presente e
inédito contexto de riesgos por exposición al COVID-19 se vienen desarrollando, no basta
señalar que se le otorgará mayor presupuesto a instancias como la SUNAFIL, el MTPE Y
MINSA deben de manera diligente desarrollar nuevos y estrictos estándares en materia
de supervisión, fiscalización y sanción frente a las violaciones de derechos laborales y
salud ocupacional, de lo contrario a pesar de tener un protocolo aprobado y los planes
aprobados a cada empresa el estado no podrá cumplir con su rol de fiscalización y sanción
en los casos que correspondan.

5) Al incluir a las empresas privadas directamente como “unidades informantes” en la Red


Nacional Epidemiológica, se debilita la potestad estatal de recojo de información tanto
para la toma de medidas preventivas y de control de la propagación del COVID-19 como
para la necesaria delimitación de los riesgos generados por la actividad económica
empresarial sobre la vida y salud de trabajadores, comunidades y poblaciones de zonas
mineras, la potestad de ingresar datos a una red oficial de monitoreo y análisis de
información no puede ser cedida al sector privado estas son potestades que corresponden
al estado en función a su rol de garante de derechos, para ello las DIRESAS deben
afianzarse como autoridades de la política de salud en cada región. En el caso minero se
han venido reportando distintos brotes de contagio en unidades mineras a nivel nacional y
se hace necesario que previo a la “reanudación de actividades” el estado en sus diversos
niveles cuente con información base para saber el estado actual de afectaciones a los
trabajadores y comunidades, la reanudación no puede ser óbice para que los daños
causados queden sin ser investigados y reparados. Desde Red Muqui venidos informando
sobre esta situación de afectaciones que se vienen incrementando. 5

6) El protocolo sanitario para el sector energía y minas no ha contado con un enfoque de


protección de derechos a los pueblos indígenas, esto es preocupante ya que las
comunidades ya vienen siendo afectadas en su salud debido al brote de COVID-19 impacto
generado por el contacto con trabajadores mineros en sus territorios, la tasa de contagio
del COVID-19 es alta y las comunidades corren riesgos específicos en su vida y salud, la
“reanudación de actividades” pueden significar un mayor impacto y aumento de riesgo
para los pueblos indígenas en zonas mineras. Las empresas mineras deben de desplegar
medidas preventivas y de protección específicas para la protección de pueblos indígenas y
el estado no ha tomado en cuenta esta perspectiva en el protocolo sanitario aprobado
para el sector energía y minas.

Lima, 12 de mayo del 2020.

5
Red Muqui, YA SUMAN 264 LOS TRABAJADORES CONTAGIADOS DE COVID-19 DE EMPRESAS DEL
SECTOR MINERO, Reporte al 07 de mayo de 2020. https://muqui.org/noticias/muqui-informa/ya-
suman-264-los-trabajadores-contagiados-de-covid-19-de-empresas-del-sector-minero/

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