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JURGEN HABERMAS

CIENCIA Y TECNICA
COMO «IDEOLOGIA»

Traduccién de
MANUELJIMENEZ REDONDO
y MANUEL GARRIDO

SEPTIMA EDICION

reljos
Los derechospara la versién castellana de la obra Technik und
Wissenschaft als «Ideologie», publicada originalmente en alemén
por © SuhrkampVerlag, Frankfurt am Main, 1968, Al Rechte ver-
behalten, son propiedad de Editorial Tecnos (Grupo Anaya,S.A.).

INDICE
Disejio de cubierta:
CD Form,S.L.
ADVERTENCIA PRELIMINAR .........+-+5
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TRABAJO E INTERACCION .

12 edicién, 1984
6." edicién, 2009
72 edicién, 2010 33
Reimpresion, 2013

Reservados todoslos derechos. El contenido de esta


obra esta protegido porla Ley, que establece penas
de prisién y/o multas, ademas delas correspondien-
tes indemnizaciones por dafios y perjuicios, para
quienes reprodujeren,plagiaren, distribuyeren o co-
municaren ptiblicamente, en todo o en parte, una
obraliteraria, artistica o cientifica, o su transforma-
cion, interpretacién o ejecuciénartistica fijada en
cualquier tipo de soporte 0 comunicada través de
cualquier medio, sin la preceptiva autorizacién.

© EDITORIAL TECNOS (GRUPO ANAYA,S.A.), 2010


Juan Ignacio Luca de Tena,15 - 28027 Madrid
ISBN:978-84-309-4850-5 | ee
Depésito legal: M. 16.163-2010 Ir.
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CONOCIMIENTOE INTERES........0.00.0ccseeeeeeeeeeenes 159
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169 ADVERTENCIA PRELIMINAR
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178 El articulo sobre Ciencia y técnica como «ideologia»
contiene una confrontacién con la tesis desarrollada
por Herbert Marcuse: «Lafuerza liberadora de la tec-
nologia —la instrumentalizacién de las cosas— se
trueca en una traba para la liberacion, se convierte
en instrumentalizacién del hombre.» Este articulo esta
dedicado al 70 cumpleafios de Herbert Marcuse. Per-
tenece a Respuestas a Herbert Marcuse, pero en razon
de su extensién no pudoser recogido en el pequefio
volumen que aparecié con esetitulo.
Meresulta grato poderpresentarestas reflexiones
—que en este trabajo tenian mas bien un caracter
experimental— junto con otras de articulos ya pu-
blicados en diversos espacios. Pueden servir para
precisar algunos presupuestos (esto sea dicho con res-
pecto a la primera y ultima aportacion) y sefialar las
consecuencias (esto lo hago en mitercera y cuarta
aportacién). Ciertamente conservan siempreel carac-
ter de trabajos coyunturales.
En el libro Conocimiento e interés, aparecido a la
vez, he desarrollado el punto de vista de mi leccién
inaugural en Francfort (que cierra este tomo).

Francfort del Meno, agosto de 1968.


J.H.
TRABAJO E INTERACCION.
NOTAS SOBRE LA FILOSOFIA
HEGELIANA DEL PERIODO DE JENA*

Hegeldicta en Jena durante 1804-1805 y 1805-1806


dos series de lecciones sobrela filosofia de la natura-
leza y del espiritu. La filosofia del espiritu conecta con
el sistema de la eticidad que Hegel dejd en estado
fragmentario. Estas piezas de Hegel! se hallan todavia
bajo la influencia del estudio de la economia politica
clasica, al que Hegel se dedicé por entonces. Acerca
de esto ha llamado una y otra vez la atencion la in-
vestigacion marxista sobre Hegel *. Sin embargo, toda-
via no ha sido tenido suficientemente en cuenta el
papel especial que dentro de su filosofia ocupa la
filosofia del espiritu del periodo de Jena. Sigue do-
minando la idea que ya Lasson expresara en el pro-
logo a la edicién de las lecciones de Jena: se consi-
dera a estos trabajos como una etapa previa a la
Fenomenologia y se acenttan sus paralelismos con
el sistema posterior. Por mi parte quiero defender la

* Publicado originalmente en H. Braun yM. Riedel (eds.), Natur


und Geschichte. Karl Léwith zum 70. Geburtstag, Stuttgart 1967,
pp. 132-155.
Version castellana de Manuel Jiménez Redondo.
' Citamos el System der Sittlichkeit por la edicién de Lasson,
Hegels Schriften zur Politik und Rechtsphilosophie, Leipzig 1923,
vol. VII de las obras completas, pp. 415-479. Las dos versiones de
la Philosophie des Geistes de Jena fueron asimismo editadas por
Lasson: Jenenser Realphilosophie 1, vol. XIX de las obras comple-
tas, pp. 195 y ss. y Jenenser Realphilosophie Il, vol. XX de las obras
completas, pp. 177 yss.
? G. Lukacs, Der Junge Hegel, Berlin, 1954.

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tesis de que en esas dosseries de lecciones de Jena cia existente se nos hace transparenteel espiritu en su
Hegel pone a la base del proceso de formacién del estructura >.
espiritu una concepcion sistematica peculiar que seria
abandonada después.
Las categorias lenguaje, instrumento y familia de-
signan tres modelos basicos, igualmente primitivos, En su introduccién a la ldgica subjetiva recuerda
de relaciones dialécticas. La representacion simbdlica, Hegel un concepto del yo en el que esta encerrada
el proceso de trabajo y la interaccion que tiene lugar su experiencia fundamental de la dialéctica: «El yo...
sobre la base de la reciprocidad establecen una me-
es esta unidad primariamente pura que se refiere a
diacion entre el sujeto y el objeto, cada uno de ellos si misma, y esto no de manera inmediata sino abstra-
a su manera. Ladialéctica del lenguaje, del trabajo y
yendo de toda determinacién y contenido, y que se
de la relacién ética esta desarrollada en cada caso co-
recoge en la libertad que representa la igualdad sin
mo unafigura especial de la mediacion. Nose trata
limites consigo mismo. Y de esta forma es universa-
todavia de etapas que estuvieran construidas segun la
lidad; unidad, que sélo es unidad consigo a través de
misma formaldgica, sino de formas diversas de cons-
ese comportamiento negativo que aparece como el
truccién. Una radicalizacion de mi tesis podria rezar
como sigue: no es el espiritu el que en el movimiento > En favor de esta tesis aboga por lo demas la construccién
absoluto de reflexion sobre si mismo, se manifiesta mismade las lecciones. Las categorias lenguaje, instrumento y vida
familiar cubren la dimension de la existencia externa y pertenecen
también, ademasde en otras cosas, en el lenguaje, en portanto, segunla division del sistema que Hegel introduciria de-
el trabajo y en la relacion ética, sino que es precisa- finitivamente mastarde, a las formasdel espiritu objetivo. Cierta-
mente la relacién dialéctica de simbolizacion lingilis- mente que en Jena no aparecen bajoel titulo paralelo de espiritu
real, sino que lo hacen en la primera parte dela filosofia del espi-
tica, de trabajo y de interaccion la que determina el ritu, para la que el editor elige la denominacién sistematica de
concepto del espiritu. A esto se opondria el lugar espiritu subjetivo. Pero segin la terminologia de la Enciclopedia
el espiritu subjetivo sdlo se refiere a aquellas determinaciones que
sistematico de las mencionadas categorias, pues no caracterizan las relaciones del sujeto cognoscente y agente consigo
aparecen en unaldgica sino en unafilosofia real. Por mismo. Y entre esas determinaciones no se cuentan las objetiva-
otra parte, en ese momento de Hegel, las relaciones ciones que representan el lenguaje (simbolos legados por la tra-
dicion), el trabajo (fuerzas productivas) y la accion basada en la
dialécticas estan tan visiblemente apegadas todavia reciprocidad (roles sociales). Basandose en ellas muestra Hegel la
a los tipos basicos de experiencias heterogéneas de esencia del espiritu como una organizacién de medios. Salta a la
donde estan extraidas, que las formas ldgicas divergen vista que la exposicion de Jena no se atiene a la division sistema-
tica posterior. Al «espiritu real» no le precede la etapa del espiritu
entre si segtin el contexto material de donde estan subjetivo, sino un capitulo cuyo titulo mas adecuado seria el de
tomadas. Exteriorizacion y extrafiamiento, apropia- «espiritu abstracto»: en él expone Hegel las determinaciones abs-
tractas del espiritu en el sentido de una unidad deinteligencia y
cion y reconciliacion apuntan en direccionesdistintas. voluntad, construida en estrecha conexién con la representacién
Pero de todos modosenlas lecciones de Jena parece simbélica, el trabajo y la interaccion, y no en el sentido de las
insinuarse que solo cuando tomamos conjuntamente abstracciones que nos quedan comoespiritu subjetivo cuando des-
pojamos al proceso de formacién del espiritu de todas las objetiva-
estos tres modelos dialécticos basicos de la concien- ciones en las que éste tiene su existencia externa.

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abstraer, y que por este medio contiene en si disuelto Fichte empujala reflexion de la autorreflexion hasta
todo ser-determinado. En segundo lugar, el yo es el puntoanterior a su division en las esferas, a cuya
asimismo de forma inmediata, como negatividad que fundamentaci6n, no obstante, esa reflexion tiene que
se refiere a si misma, particularidad, absoluto estar- servir, y choca con el problema de la fundamenta-
determinado, que se enfrenta a lo otro y lo excluye: cién en el sentido de fundamentacién ultima del yo.
personalidad individual. Esa universalidad absoluta, En esta cuestién Fichte se atiene a la dialéctica de
que es asimismo de forma inmediata una individua- la relacion del yo con el otro dentrode la subjetividad
cion absoluta, y un ser en y para si que es absoluta- del saberse a si mismo’. Hegel, por el contrario, se
mente ser-puesto y que solo es en y para si por la entrega a la dialéctica del yo y del otro en el marco
unidad con el ser-puesto, constituye tanto la natura- de la intersubjetividad del espiritu, en el que no es el
leza del yo como del concepto; ni del uno ni del otro yo el que comunica consigo como con su otro, sino
es posible entender nada si no se conciben los dos que el yo comunica con otro yo precisamente como
momentos indicados a la vez en su abstraccion y a con un otro.
la vez en su perfecta unidad»*. Hegel parte de ese La dialéctica de la Doctrina de la ciencia de 1794,
concepto de yo que Kant desarrollara bajo el titulo que puede resumirse diciendo que el yo se pone abso-
de unidad sintético-originaria de la apercepcion. Aqui lutamente a si mismo, permanece vinculadaa larela-
el yo esta representado como la unidad pura que se cion que representa la reflexién solitaria: como teoria
refiere a si misma, como el «yo pienso» que tiene que de la autoconciencia da una respuesta a las aporias
poder acompafiar a todas mis representaciones. Este de esa relacién en la que el yo se constituye sa-
concepto articula la experiencia fundamental de la biéndose a si mismo en un otro quese identifica con-
filosofia de la reflexion, a saber, la experiencia de la sigo mismo. La dialéctica de la autoconciencia que
identidad del yo en la autorreflexion, es decir, la auto- desarrolla Hegel, sobrepasa la relacién de la reflexion
experiencia del sujeto cognoscente, que abstrae de solitaria en la direccién de la relacién complementa-
todos los posibles objetos del mundo, y que se vuelve ria de los individuos que se conocen. La experiencia
sobre si mismo como objeto unico. La subjetividad de la autoconciencia ya no es considerada como ori-
del yo esta determinada como reflexion. La reflexion ginaria. Para Hegel es masbien resultado de la inte-
es la relacion consigo mismo del sujeto que se sabe raccién en la que yo aprendo a verme con los ojos
a si mismo. En ella se establece la unidad del sujeto del otro sujeto. La conciencia que tengo de mi mismo
como autoconciencia. Kant interpreta a la vez esta deriva de un entrelazamiento de perspectivas. Solo
experiencia de la filosofia de la reflexion bajo los sobre la base del reconocimiento reciproco se forma
presupuestos de su filosofia del conocimiento: puri- la autoconciencia, que queda fijada a la imagen que
fica de la empirica a la unidad originaria que ha de de mi mismo obtengo a través de la conciencia de
garantizar la unidad de la apercepcion trascendental.
S Cfr. D. Henrich, Fichtes urspriingliche Einsicht, Frankfurt a.M.,
ue Hegel, Sdmtliche Werke, vol. V, p. 14. 1967.

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e inalienablemente individual. La identidad del yo se
otro sujeto. Por eso Hegel no puede responder la
refiere, pues, no sdlo a aquella unidad abstracta de la
cuestién de la identidad del yo, como hiciera Fichte,
autoconciencia en general, sino al mismo tiempo a la
con una fundamentacién de la autoconciencia que se
categoria de la particularidad. El yo es individualidad
eleva hasta si misma, sino sélo con una teoria del es-
no solamente enel sentido de una identificacion, repe-
piritu. El espiritu no es entonces el fundamento que
tible a voluntad, de algo que esta ahi dentro de un
subyace a la subjetividad del si mismo en la auto-
sistema de coordenadasespecificables, sino en el sen=
conciencia, sino el medio en el que un yo comunica
tido del nombre propio que se refiere a algo absoluta-
con otro yo y a partir del cual, como de una media-
mente individuado para si. El yo, en tanto que cate-
cién absoluta, se forman ambos sujetos reciproca-
goria de la particularidad, excluye la reduccion a un
mente. La conciencia existe como el medio en el que
numerofinito de elementos, por ejemplo al hoy cono-
los sujetos se encuentran, pero de modo que,sin encon-
cido numero de los ingredientes elementales del ma-
trarse, esos sujetos no podrian existir como sujetos.
Lo que Fichte hacees, por asi decirlo, profundizar terial hereditario.
Mientras que Fichte concibe el concepto del yo
la unidad trascendental kantianade la autoconciencia;
como identidad del yo y del no yo, Hegel lo entiende
la unidad abstracta de la sintesis se resuelve en una
desde el principio como identidad de lo universal y
accion originaria que produce la unidad dela oposi-
de lo particular. El yo es a la vez universal y par-
cién del yo y del otro, unidad que es como la que el
ticular. El espiritu es el desarrollo dialéctico de esta
yo se sabea si mismo. Hegel, por el contrario, se atiene
unidad, a saber, la totalidad ética. Hegel no elige el
ala vacia identidad kantiana del yo; pero rebaja este
término arbitrariamente, pues «espiritu» nos es fami-
yo a un momentoal ponerlo bajo la categoria de lo
liar en nuestro lenguaje cotidiano como espiritu de
general. El yo como autoconciencia es general, porque
un pueblo, de una época, de un equipo y de este modo
es un yo abstracto, a saber, surgido de la abstraccion
esta ya siempre por encima de la subjetividad de la
de todos los contenidos que estan dados para un su-
autoconciencia solitaria. El yo comoidentidad de lo
jeto cognoscente o capaz de representaciones. Y del
general y lo particular sdlo puede ser concebido a
mismo modoque abstrae dela diversidad delos obje-
partir de la unidad de un espiritu que vincula la iden-
tos externos, el yo que se aferra a si mismo como a
tidad del yo con un otro que no es idéntico con él.
algo idéntico, tiene que abstraer de la secuencia de
Espiritu es la comunicacion de los particulares en el
estados y vivencias internos. La generalidad del yo
medio de una universalidad que se comporta como lo
abstracto se pone de manifiesto en que por medio de
hace la gramatica de un lenguaje con respecto a los
esta categoria estan definidos como individuos todos
individuos que lo hablan o como un sistema de normas
los sujetos posibles, es decir, cualquiera que pueda de-
con los individuos agentes, y que no subraya el mo-
cirse yo a si mismo. Peropor otra parte, esta misma
mento de la universalidad frente a la individualidad,
categoria del yo es también una indicacion para pensar
sino que permite la peculiar conexion que se da entre
en cada caso un determinado sujeto, que al decirse yo
ambas. En el medio que representa ese universal, al
a si mismo, se afirma a si mismo comoalgo tnico

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que Hegelllama por ello universal concreto, pueden
Jena explica Hegel el amor como el conocer que se
los particulares identificarse los unos con los otros y
conoce en el otro. De esta unién de los distintos
sin embargo mantenersea la vez como no idénticoslos
resulta un saber que se caracteriza por un «doble sen-
unosfrente los otros. La idea original de Hegel con-
tido»: «Cada unoseasimila al otro precisamente en lo
siste en que al yo sdlo se lo puede concebir como
quese oponea él. Su distinguirse del otro es por tanto
autoconcienciasi es espiritu, si pasa de la subjetividad
un igualarse al otro, y es conocimiento precisamente
a la objetividad de un universal, en el que sobre la base
en que... a cada uno y para si mismo su oposicién se
de la reciprocidad, los sujetos que se saben a si mismos
le trueca en igualdad o que se sabe a si mismo tal como
quedan asociados como no idénticos. Y precisamente
se ve en el otro»®. Ciertamente que Hegel no explica
porque el yo es identidad de lo universal y de lo par-
la relacion del conocerse en el otro, de la que a su
ticular en el preciso sentido que acabamosde referir,
vez dependeel concepto del yo comoidentidad entre
la individuaci6n de un recién nacido, que en el seno
lo universal y lo particular, recurriendo de forma inme-
materno es, comoservivo prelingiiistico, un ejemplar
- diata a las relaciones de intersubjetividad, en la que
de la especie y al que bioldgicamente se lo podria
queda asegurada la coincidencia complementaria de
explicar de formasuficiente por una combinacién de
los sujetos que se oponenentre si. Presenta mas bien
elementosfinitos, s6lo puede ser entendida como un
al amor como resultado de un movimiento, el amor
proceso de socializacion; no debiendo ser entendida
como reconciliaci6n subsiguiente a un conflicto previo.
aqui la socializacién a su vez como la insercién en la
El sentido peculiar de una identidad del yo que des-
sociedad de un individuo ya dado, sino que es mas
cansa en el reconocimiento reciproco, sdlo queda
bien esa socializacién la que da como resultado el
alumbrado bajo el punto de vista de que la relacion
ser individuado®.
dialégica de la union complementaria de sujetos
opuestos, representa a la vez unarelacion de la légica:
Il y de la practica. Asi se pone de manifiesto en la dia-
léctica de la relacién ética que Hegel desarrolla bajo
Larelacionética la explica el joven Hegel valiéndose el titulo de lucha por el reconocimiento. Esa dialéctica
de la relacion que entre si mantienen los amantes: reconstruye la opresion y el reestablecimiento de la
«En el amor permanecetodavia lo separado, pero ya situacion de dialogo comouna relacién ética. En este
no como separado, sino como uno, y lo viviente siente movimiento, que es el unico que merece el nombre de
a lo viviente»’. En la segunda serie de lecciones de dialéctico, las relaciones légicas de una comunicacién
distorsionadapor la violencia, ejercen también ellas
° Bajo este punto de vista de que el proceso de individuacion una violencia practica. Sdlo el resultado de este mo-
solo puede ser entendido comosocializacion y ésta a su vez solo
como individuacion Emile Durkheim desarrolla ya en su primera vimiento cancela la violencia y restablece la espon-
gran obra De la division du travail social (1893) los fundamentos taneidad del conocerse a si mismo en el otro que el
de una teoria sociolégica de la accion.
Jugendschriften, ed. Hohl, p. 379.
® Realphilosophie, Il, p. 201.

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dialogo comporta: el amor comoreconciliacion. Lo propia negada. Entonces, los dos partidos reconocen
dialéctico no es la intersubjetividad sin coacciones en la endurecida posicion que mantienen el unofrente
misma,sino la historia de su represion y de su resta- al otro un resultado de la ruptura, de la abstraccion
blecimiento. El desfiguramiento de la relacion dialdé- con respecto al contexto comun de sus vidas, y en él,
gica queda bajola causalidad de simbolos escindidos en la relacién dialdgica del conocerse en el otro, hacen
y de relaciones logicas objetivadas, esto es, sustraidas experiencia del fundamento comtn de su existencia.
al contexto de la comunicacién, que en adelante sdlo Enlas lecciones de Jena la dialéctica de la lucha por
rigen a las espaldas de los sujetos, resultando a la el reconocimiento queda separada del contexto del
vez operantes en esos términos. El joven Hegel habla «delito»; punto de partida es aqui la delicada relacion
de una causalidad del destino. de sujetos que ponen todo suser en cada detalle de una
En el fragmento sobre el Espiritu del Cristianismo posesion que ellos mismos han trabajado. La lucha por
Hegeltrata de explicar esa causalidad valiéndose del el reconocimiento se convierte en una lucha a vida o
ejemplo del castigo que cae sobre el que destruye una muerte. La autoafirmacion abstracta de las partes, que
totalidad ética. El «criminal», que cancela la base se menosprecian la una a la otra, queda disuelta porel
ética, es decir, la complementariedad de una comu- hecho de que los combatientes arriesgan su vida cance-
nicacion sin coaccionesy la reciproca satisfaccion de lando de este modo una particularidad que se exagera
intereses al ponerse a si mismo como particular en el asi misma hasta suplantar a la totalidad: «Lo que nos-
lugar de la totalidad, pone en marcha el proceso de otros aqui sabemos,que la conciencia total reconocida
un destino que tiene que acabar golpeando sobreél. solo existe cancelandose, es ahora un conocimiento que
La lucha que se desata entrelos partidos litigantes y la también tiene esta conciencia misma; es ella misma la
hostilidad frente al otro oprimido y lesionado en sus que haceestareflexion de si en si misma, de modo que
derechoshacen sentir la complementariedad perdida la totalidad particular, al querer mantenerse y ser como
y la apacibilidad destruida. El criminal se ve confron- tal, se sacrifica a si misma absolutamente, se cancela y
tado con el poder de la vida que se echa en falta. con ello hace lo contrario de lo que pretende. Ella
Y de esta forma experimenta su culpa. El culpable sdlo puede ser en tanto que cancelada y no puede
tiene que padecer bajo el poder que él mismo ha mantenerse como existente, sino solo en tanto que
conjurado de la vida reprimida y dividida hasta que no algo puesto como resultado de esa cancelacion»®. El
experimente enla represion de la vida ajena la carencia destino se cumple en los combatientes, pero no en la
de la propia y en la aversion contra la vida ajena forma de castigo con que se cumple en el criminal,
el extrafiamiento con respecto a si mismo. En la cau- sino en la forma similar de aniquilacion de la auto-
salidad del destino operael poder de la vida oprimida, afirmacion desgajadade la totalidad ética. El resultado
que solo puedeser reconciliado cuando de la expe- no es el inmediato conocerse del uno en el otro, es
riencia de la negatividad de la vida desgarrada nace decir, la reconciliacion, sino una actitud de los sujetos
la afioranza de lo perdido, y le obliga a las partes a
identificar en la existencia ajena combatida la suya ° Realphilosophie, 1, p. 230.

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entre si basada en el reconocimiento reciproco, esto contexto de interaccién en el que se desarrollan ac-
es, basada en el conocimiento de que la identidad de ciones complementarias, es decir, como resultado de
yo sdlo es posible a través de la identidad del otro que una lucha por el reconocimiento, no tiene mas reme-
me reconoce a mi, identidad que a su vez depende dio que considerar el concepto de voluntad auté-
de mi reconocimiento '°. Esto es a lo que Hegel llama noma, que es el que parece prestar su dignidad pro-
la salvacion absoluta de la particularidad, es decir, su piamente dicha a la filosofia moral de Kant, como
existencia comoyo enla identidad de la particularidad una peculiar abstraccién con respecto a la relacién
y de la universalidad: «Este ser de la conciencia que ética de los particulares que comunicanentre si. Kant
es como totalidad particular, es decir, como una tota- presupone ensu filosofia practica la autonomia, es
lidad que ha renunciado a si misma, se ve, precisa- decir, la propiedad de la voluntad de ser ley para si
mente por esa renuncia, en una conciencia distinta... misma,y en su filosofia tedrica presupone la identidad
Entodaslas otras conciencias es esa totalidad lo que simple e inatacable de la autoconciencia; pero precisa-
de forma inmediata es para si misma, al ser en un mente por ello destierra a la accién ética del Ambito
otro, esto es, una totalidad cancelada; y con ello la de la moralidad. Kant presupone el caso limite de una
particularidad queda absolutamente salvada»'!. sintonizacionpreestablecida de los sujetos agentes. La
El concepto hegeliano del yo como identidad de lo previa sincronizacién de los agentes en el marco de
universaly de lo particular esta dirigido contra aquella unaintersubjetividad sin rupturas destierra de la «Sit-
unidad abstracta de la conciencia pura que serefiere tenlehre»el problemade la eticidad, es decir, la puesta
a si misma, que caracteriza a la apercepcién origina- en juego de una intersubjetividad desgarrada entre la
ria, en la que Kantasientala identidad de la conciencia sobreidentificacién y la pérdida de la comunicacién !?.
en general. La experiencia fundamental de la dialéc- Kant define la accién moral segin el principio de
tica que Hegel desarrolla en el concepto del yo pro- «no actuar conforme a ninguna otra maxima que la
viene, sin embargo, como estamos viendo, no del am- que pueda tenerse tambiénpor objeto a si misma como
bito de experienciasde la conciencia teérica, sino de la ley general» '*. La universalidad de las leyes morales
conciencia practica. Por ello las consecuencias que es- no solamente implica aqui la obligacién intersubjetiva
te planteamiento tiene para una critica de Kant las en general, sino la forma abstracta de una validez
extrae Hegel primeramente en unacritica a la «Sitten- general que va asociada a una concordancia a priori.
lehre». Cada sujeto particular, al examinar sus propias ma-
Hegel, al entender la autoconciencia a partir del ximasparaver si son idéneas comoprincipios de una
legislacion universal, tiene que suponer esas mismas
‘© Bajo los presupuestos naturalistas del pragmatismo repite
G. H. Mead en su obra péstuma Mind, Self and Society (1934) maximas de accion a todos los demas sujetos como
la idea de Hegel de quela identidad del yo sdlo puedeconstituirse maximas igua!mente obligatorias para ellos: «No es
a través de la ejercitacién en roles sociales, es decir, en la comple-
mentariedad de expectativas de comportamiento sobre la base del "2 Cfr. K. Heinrich, Vonder Schwierigkeit Nein zu sagen, Frank-
reconocimiento reciproco. furt a. M., 1965.
'! Realphilosophie,1, p. 230. ' Grundlegung zur Metaphysik der Sitten, BA 98.

22 23
suficiente que consideremoslibre a nuestra voluntad, dimiento ad hoe, ya quelas reglas de preferencia y las
si no tenemos razon suficiente para considerar tam- maximas que resultan vinculantespara cada uno de los
bién libres a todos los seres racionales. Pues como actores vienen ajustadas de antemano. La intersubje-
la eticidad sirve como ley para nosotros por el mero tividad completa de la validez de las reglas de juego
hecho de que somosracionales, de igual forma tiene pertenece aqui a la definicién de la situacion de juego,
que valer también para todos los seres racionales» 4, de la misma forma que, al nivel trascendental de la
Lasleyes morales son abstractamente universalesen el «Sittenlehre» de Kant, la validez apridrica de las le-
sentido de que, al valer para mi comogenerales, eo ipso yes morales, viene garantizada por la razon prac-
tienen que ser pensadas como validas para todos los tica. En ambos casos quedan eliminadoslos problemas
seres racionales. De ahi que bajo tales leyes la interac- de la eticidad que solo pueden surgir en el contexto
cién se disuelva en acciones de sujetos solitarios y de la comunicaci6n entre los actores y de una inter-
autosuficientes, cada unodelos cualestiene que actuar subjetividad que sélo se forma sobre la base siempre
comosi fuera la unica consciencia existente, y sin amenazada del reconocimiento reciproco. Desde el
embargo, tener al mismotiempola certeza de que todas punto de vista moral hemosde dejar de lado la rela-
sus acciones que cumplen leyes morales concuerdan cién ética en el sentido de Hegel y prescindir de que
necesariamente y de antemano contodas las acciones los sujetos estan implicados en unas relaciones de in-
morales de todos los demas sujetos posibles. teraccién que representan para ellos un Proceso de
Esta intersubjetividad de la validez de las leyes formaciéon. Tenemos queprescindir de lo quepasa enel
moralescon la que la razén practica autoriza contar curso dialéctico de la comunicacién sometida a vio-
a priori, permite la reduccion dela acci6nética a accion lencia, y de lo que de ella resulta; es decir, tenemos
monologica. La relacin positiva de la voluntad con que prescindir, primero, de las consécuencias concre-
las voluntadesde otros, queda sustraida a la comuni- tas y de los efectos laterales de las acciones que vienen
cacion posible y sustituida por la concordanciatras- acreditadas por su intencién moral; tenemos, en se-
cendentalmente necesaria‘de actividades teleologicas gundo lugar, que hacer abstraccion de las inclinaciones
aisladas que obedecen a leyes universales abstractas. e intereses particulares, del «bienestar», por el que
Por este lado, la accion moral, en el sentido que le da viene motivada la accién moral y al que esa accion
Kant, se presenta mutatis mutandis como un caso es- puede servir objetivamente; y finalmente hemos de
pecial de lo que hoy Ilamamosaccionestratégica. abstraer de la materia del deber, que sdlo puede de-
La accion estratégica se distingue de la accién co- terminarse en unasituacién dada'5. Esta triple abs-
municativa, que tiene lugar bajo tradiciones compar- traccion es lo quesecritica ya en la frase del joven
tidas, en quela decisién entre posibilidades alterna- Hegel segtn la cual «mientras las leyes sean lo supre-
tivas de eleccién puede y tiene que tomarse de forma mo, lo individual habra de sersacrificado a lo univer-
fundamentalmente monolégica,es decir, sin un enten- sal, es decir, habra de darsele muerte» !°.
1s ‘Enzyklopaidie, pp. 504 y ss.
'* Tbid., pp. 100 ys. '© Nohl, p. 278.

24 25
Il refiere al empleo de simbolospor parte del sujeto soli-
tario que se ve confrontado con la naturaleza y da
Como Hegel no asocia la constitucién del yo a la nombre a las cosas. En la intuicién inmediata, el
reflexion de un yosolitario sobre si mismo, sino que la espiritu es todavia animal. Hegel habla de la produc-
entiendea partir de los procesos de formacién,es decir, cién nocturna dela imaginaci6on reproductiva,del des-
como acuerdo comunicativo de sujetos opuestos, lo bordante y todavia no organizado reino de las ima-
decisivo no es la reflexidn comotal, sino el medio en genes. Solo con el lenguaje y en él se separan el ser de
el que se establece la identidad de lo universal y lo par- la conciencia y el ser de la naturaleza para la con-
ticular. Hegel habla también del «medio» a través del ciencia. El espiritu, por asi decirlo, despierta de su sue-
cual la conciencia adquiere existencia. De acuerdo con fio cuando el reino de las imagenes ha sido traducido
las reflexiones que llevamos hechas hasta el momento, al reino de los nombres. El espiritu en estado de
cabe esperar que Hegel introduzca la accion comuni- vigilia tiene memoria: puede distinguir y a «a vez re-
cativa como el medio enel que se desarrolla el pro- conocerlo distinguido. Siguiendolasideas del «Preiss-
ceso de formacion delespiritu autoconsciente. Y efec- chrift» de Herder, Hegel ve en la representacion la
tivamente, en las lecciones de Jena, construye Hegel, tarea propiamente dicha del simbolo: la sintesis de la
valiéndose del ejemplo de la convivencia en un grupo diversidad va ligada a la funcién representativa de
primario,de la interaccién dentrode la familia, la «he- los signos que permitenla identificacién de los obje-
rencia familiar» como el medio existente de formas tos. El poner nombres y la memoria son dos caras
reciprocas de comportamiento. Sdlo que junto a la de una misma cosa: «La idea de esta existencia de la
«familia» encontramos dos categorias mas que Hegel conciencia es la memoria y su existencia mismaes el
desarrolla asimismo como medios del proceso de for- lenguaje»'8,
macion: el lenguaje y el trabajo. El espiritu es una EI simbolo tiene una doble funcién como nombre
organizacion de medios igualmente originarios: «Esa de las cosas. Por un lado la fuerza de la representa-
primera existencia ligada —la conciencia como me- cionconsiste en la actualizacion en un otro de algo que
dio— es su ser como lenguaje, como instrumento y no esta inmediatamente dado, otro que, aunque inme-
comoherencia familiar, como ser-uno simple: memo- diatamente dado,noesta por si mismo sino que ocupa
ria, trabajo y familia» '’. Estos tres tipos dialécticos el lugar de otro. El simbolo representativo sefiala a un
basicos son heterogéneos:; el lenguaje y el trabajo como objeto o a un estado de cosas como a un otro y lo
medios del espiritu no pueden ser reducidos a la expe- designa en la significacion que tiene para nosotros.
riencia de la interaccién y del reconocimiento reci- Por otra parte, somos nosotros mismos los que hemos
proco. producido los simbolos. La conciencia hablante se
EI lenguaje no cubre aqui todavia la comunicacion hace a si misma objetiva por medio de ellos, y en
de los sujetos que acttan y conviven, sino que sélo se
*8 Realphilosophie, 1, p. 211; cfr. K. Léwith, «Hegel und die
Sprache», en: Zur Kritik der christlichen U berlieferung, Stuttgart,
‘7 Realphilosophio, 1, p. 205. 1966, pp. 97 y ss.

26 27
ellos tiene experiencia de si como de un sujeto. Esta un momento de perpetuidad ; se reproduceen tradicio-
relacion del reencuentro del sujeto en el lenguaje es nes que es donde unicamenteel deseante y lo deseado
algo que también Herderhabia caracterizado ya. Para puedensubsistir y perecer»!®. Los simbolos permiten
quela naturaleza pueda convertirse en un mundo del el reconocimiento de lo mismo; los instrumentosfijan
yo, el lenguaje tiene por tanto que proporcionar una las reglas conformea las cuales puede repetirse cuantas
mediacion doble: por una parte la disolucién, y sin veces se quiera el sometimiento de los procesos natu-
embargo, mantenimiento dela cosa intuida en un sim- rales: «La subjetividad del trabajo queda elevada en
bolo que representa a la cosa, y por otra parte, un el instrumento a algo universal; todos pueden imitarlo
distanciamiento de la conciencia con respecto a sus ob- y trabajar de la misma forma; se convierte en este
jetos, distanciamiento en el que el yo, por medio de los sentido en una regla constante de trabajo» °°.
simbolos que él mismo genera, permanece cabe las La dialéctica del trabajo establece ciertamente una
cosas y cabe si mismo. Deesta forma el lenguaje es mediacion entre el sujeto y el objeto, pero no de la
la primera categoria bajo la queel espiritu es pensado misma forma que la dialéctica de la representacion.
no como algo interior, sino como un medio que no Lo que aqui esta al principio no es el sometimiento de
esta ni dentro ni fuera. El espiritu es aqui logos de la naturaleza a simbolos autogenerados, sino, al revés,
un mundo y no autorreflexin de una conciencia so- el sometimiento del sujeto al poder de la naturaleza
litaria. externa; el trabajo exige la suspensi6n de la satisfac-
Hegel llama trabajo a esa forma especifica de satis- cidn inmediata de los deseos; las energias que la
faccion de las necesidades, que distingue de la natu- actuacién comportalas transfiere al objeto trabajado
raleza al espiritu existente. De la misma forma queel bajo leyes que la naturaleza impone al yo. En este
lenguaje rompeel dictado de la intuicidn inmediata doble aspecto habla Hegel de que en el trabajo el
y ordena el caos de la diversidad de sensaciones en sujeto se convierte en cosa: «El trabajo es por este lado
cosas identificables, asi el trabajo rompe el dictado un convertirse en cosa. La escision del yo en’ tanto que
del deseo inmediato y suspende, por asi decirlo, el deseo (es decir: en una instancia que pruebala realidad
proceso de satisfaccidn de las necesidades. Y de la y en las pretensiones reprimidas de los instintos) es
misma manera que el mediolo eranalli los simbolos justamente este convertirse en objeto»?!. Por la via
lingtlisticos, aqui lo son los instrumentos, en los que de la sumision a la causalidad de la naturaleza se me
quedan sedimentadas las experiencias generalizadas acumula asi en los instrumentos el resultado de una
quelos que trabajan hacen con sus objetos. El nombre experiencia, a través de la cual puedo por mi parte
es lo permanente frente al momento fugaz de las per- hacer que la naturaleza trabaje para mi. La conciencia,
cepciones; igualmente el instrumento es lo universal al recoger con sus reglastécnicas,el fruto no pretendido
frente a los momentosfugaces de los deseos y del goce: de su trabajo se recobra de su cosificacién y lo hace
«El instrumento es aquello en lo que el trabajo en-
“19”Realphilosophie, I, p. 221.
cuentra su permanencia, lo que queda del que trabaja 20 «System der Sittlichkeit», en Lasson, Schriften z. Pol., p. 428.
y delo trabajado y en lo que su contingencia encuentra 21 Realphilosophie, I, p. 197.

28 29
como conciencia astuta que en la accion instrumental objeto que Hegel desarrolla en las lecciones de Jena
es capaz de volver contra la naturaleza misma la expe- subrayan contra el yo abstracto de Kant los procesos
riencia adquirida en su contacto con los procesos de de formacién de la identidad de la conciencia que da
la naturaleza: «Aqui el deseo se retira por completo del nombres, de la conciencia astuta y de la conciencia
trabajo. Deja que la naturaleza marche por si misma; reconocida, identidad que como tal es siempre resul-
se cruza de brazos mirandola y es capaz dedirigir el tado. A la critica a la moralidad corre paralela una
todo con un leve esfuerzo: astucia. La anchacara del critica a la cultura. En la metodologia de la facultad
poderse ve atacada por la sutil punta de la astucia» ??. del juicio teleolgico ** Kantconsideraa la cultura co-
E] instrumento es, pues, lo mismo que el lenguaje, mofin ultimo de la naturaleza en la medida en que
categoria de ese medio travésdel cualel espiritu llega entendemosa ésta como unsistema teleolégico. Kant
a la existencia. Pero esos dos movimientos corren en llama cultura a la produccion de la idoneidad de un
sentidos contrarios. La conciencia que da nombres ser racional para cualesquiera fines en general. Esto
adquiere frente a la objetividad del espiritu una posi- significa subjetivamente la habilidad en la eleccion
cion distinta que la de la conciencia astuta que surge racional con respecto a fines de los medios ade-
de los procesos de trabajo. Sdlo en el caso limite de la cuados y objetivamente la cultura como suma del
convencionalizacion puede el hablante comportarse dominio técnico sobre la naturaleza. Y lo mismo que
con respecto a sus simbolos de forma similar a como en la moralidad se representa una actividad teleold-
el trabajador se comporta con sus instrumentos; los gica segiin maximas puras que hacen abstraccion de
simbolos del lenguaje ordinario penetran y dominan la insercién del sujeto ético en una intersubjetividad
la conciencia percipiente y pensante, mientras que la
que solo puede ser resultado de un proceso de for-
conciencia astuta domina por medio de los instru- macion, de la misma manera concibe también Kant
mentos los procesos de la naturaleza. La objetividad a la cultura como una actividad segtn reglas técnicas,
del lenguaje mantiene su poder sobre el espiritu sub- esta vez segin imperativos condicionados, que hace
jetivo, mientras que la astuta superacion de la natu- asimismoabstraccion dela insercion de los sujetos en
raleza por mediodel poderdelespiritu objetivo amplia los procesos de trabajo. Al yo cultivado, al que Kant
la libertad subjetiva, ya que el proceso de trabajo termi- atribuye la idoneidad para la accion instrumental, lo
na en una satisfaccién mediada de las necesidades a entiende Hegel, por el contrario, como un resultado,
través de los bienes de consumo producidos y en el
y un resultado de un proceso de trabajo que, como
cambio que de rechazo ello induce en la interpreta- tal resultado, cambia con el movimiento de la historia
cidn de las necesidades mismas?°. universal. De esta forma en los estudios de Jena sobre
Lostres tipos de relacién dialéctica entre sujeto y
la filosofia del espiritu nunca falta una referencia al
curso que adopta la conciencia astuta, surgida del uso
22 Realphilosophie, Il, p. 199.
23 Para esta relacién, que en modo algunocoincide con la teleo- de los instrumentos en cuanto el trabajo queda me-
logia del espiritu quese realiza a si mismo, la Légica de Hegel no
establece por lo demas ninguna categoria adecuada.
~ 24 Kritik der Urteilskraft B., p. 388 y ss.
30 31
canizado*. Y lo dicho para la conciencia moral y la procesos de conocimiento, ni tampoco a los procesos
conciencia técnica, puede tambiénaplicarse por analo- de trabajo y de interaccién, que es de donde surge la
gia a la conciencia tedrica. La dialéctica de la repre- conciencia astuta y reconocida. La identidad de la
sentacion por medio de simboloslingitisticos se dirige conciencia cognoscente, al igual que la objetividad de
contra el concepto kantiano de unas realizacionessin- los objetos conocidos, sdlo se forma con el lenguaje,
téticas de una conciencia trascendental en general, que es el unico lugar donde es posible la sintesis de
situada por encima de todo proceso de formaci6n. los momentos separados del yo y de la naturaleza
Puesla critica abstracta del conocimiento concibe la como de un mundo del yo.
relacion de las categorias y de las formas de intuicion
con el material de la experiencia, como estas mismas
expresiones lo demuestran, de acuerdo con el modelo IV
introducido por Aristételes de la actividad artesanal,
en el que un sujeto al trabajar da forma a una materia. Kant parte de la identidad del yo como de una
Pero si la sintesis de la diversidad no solamente es unidad originaria de la conciencia trascendental. He-
resultado de la imposicion de formascategoriales, sino gel, por el contrario, se ve llevado por su experiencia
que esta primariamente vinculada a la funci6n repre- fundamental del yo comoidentidad de lo universal y lo
sentativa de los simbolos autogenerados, entonces la particular a la idea de que la identidad de la auto-
identidad del yo no puede ser hecha antecederni a los conciencia no puede ser entendida como algo origi-
nario, sino solamente comoalgo devenido. Enlas lec-
25 «El instrumento comotal libra al hombre de su aniquilacion ciones de Jena desarrolla Hegel la triple identidad de
material; pero incluso asi sigue siendo... su actividad... En la ma-
quina, empero, el hombre cancela incluso esta su actividad formal la conciencia que da nombres,de la conciencia astuta
y hace trabajar a la maquina para él. Pero este engafio que ejerce y la conciencia reconocida. Estas identidades se for-
contrala naturaleza... acaba vengandose de él; cuanto masle saca, man enla dialéctica de la representacion, del trabajo
cuanto mas la somete, tanto mas se envilece é1 mismo. Haciendo
trabajar a la naturaleza con una gran variedad de maquinas, no y de la lucha por el reconocimiento, y desmientenasi
cancela la necesidad de su propio trabajo, sino que lo unico que aquellas unidades abstractas de la voluntad practica,
hace es desplazarlo, alejarlo de la naturaleza, de modo que en su de la voluntadtécnicay de la inteligencia, con las que
trabajo ya no se dirige vivientemente a ella como a algo viviente;
ese caracter viviente se esfuma y el trabajo mismo se hace maquinal» comienzala critica de la razon prdctica y de la razon
(Realphilosophie, I, p. 237). Entretanto el progreso técnico ha ido pura de Kant. Desde esta perspectiva podemos,efec-
mucho mis alla de esa etapa primitiva del telar mecanico. La tivamente, entendera la filosofia del espiritu de Jena
etapa en la que nos encontramos se caracteriza por la reaccién
autorregulativa de los sistemas de accidn racional con respecto a como un trabajo preliminar para la Fenomenologia,
fines; y no sabemossi la astucia de esta conciencia no se vera pues la radicalizacion de la critica del conocimiento
sobrepasada algun dia por maquinas que sean capaces de ejecutar
las operaciones de la conciencia; y eso aun en el caso de que
que Hegellleva a efecto comociencia de la conciencia
esta conciencia trabajadora, al irsele de las manosel control, no fenoménica consiste justamente en la renuncia a adop-
tuviera que pagar por el creciente poder de disposicion técnica el tar como punto de partida un sujeto del conocimiento
precio que hasta ahora ha venido pagando con la monedadel tra-
bajo alienado, y el trabajo se hiciera obsoleto. que estuviera ya ahi formado. Y sobre todo,un escepti-

32 33
cismo que notrate de ponera la critica y ala dudaa res- posiciones el método practicado por el hegelianismo
guardo de la desesperacién y que empuje la reflexion de una apropiacion de Hegel abandonando la identi-
y persiga la apariencia hasta la inversion misma de la dad de espiritu y naturaleza que supone el saber
conciencia, exige un principio que sea radical también absoluto. Por lo demas, tienen tan poco en comtn,
en el sentido de que no se parta de la distincién que lo unico que hacen es dar testimonio de la diver-
fundamentalentre razontedrica y razon practica,entre gencia de los tres planteamientos, esto es, de las
enunciados descriptivos verdaderos y decisiones nor- concepcionesde la dialéctica que les subyacen. {Como
mativamente correctas, y que se empiece sin suponer hay que pensar, pues, la unidad de un proceso defor-
criterios; si bien ese principio, precisamente por ca- macion, que seguin la idea de las lecciones de Jena
recer de presupuestos tedricos, no podra ser ya un corre a través de la dialéctica del lenguaje, del trabajo
principio absoluto sino que tendra que conectar con y de la interaccién?
la conciencia natural. Pero si desde aqui volvemos Bajo el rétulo de lenguaje Hegel introduce con razon
nuestra mirada a la filosofia del espiritu de Jena, no la utilizacidn de simbolos representativos comopri-
puede menos de plantearse la cuestion de la unidad mera determinacion del espiritu abstracto. Pues las dos
de un proceso de formacidn, que empieza estando de- determinaciones siguientes presuponen necesariamen-
terminado por tres tipos de formacién heterogéneos. te a ésta. En la dimension del espiritu real el lenguaje
El problema de la conexién de esos «medios»se plan- adquiere existencia como sistema de una determinada
tea con particular urgencia si tenemos en cuenta la tradicion cultural: «El lenguaje sdlo existe como len-
influencia historica de la filosofia de Hegel y como esa guaje de un pueblo... Es un universal, reconocido en
influencia ha dado lugara interpretaciones divergentes, si, que resuena en la conciencia de todos; cada con-
cada una delas cuales escoge comoprincipio de inter- ciencia hablante se convierte inmediatamente en él
pretacion unodelostres tipos dialécticos fundamen- en otra conciencia. Y también por lo que serefiere a su
tales. Cassirer tomala dialéctica de la representacion contenido, sdlo en un pueblo se convierte el lenguaje
como hilo conductor de una interpretacién hegeliani- en verdadero lenguaje, esto es, en el decir de aquello
zante de Kant, que a la vez se convierte en funda- que cada uno piensa»?°. Comotradicién cultural el
mento de unafilosofia de las formas simbolicas; Lu- lenguaje entra en la accion comunicativa; pues sdlo
kacs interpreta el movimiento del pensamiento que las significaciones intersubjetivamente validas y cons-
separa a Hegel de Kant siguiendo el hilo conductor tantes, que estan tomadas de la tradicién, permiten
de la dialéctica del trabajo, que a la vez garantiza la orientaciones basadas en la reciprocidad, esto es, ex-
unidad materialista de sujeto y objeto en un proceso pectativas complementarias de comportamiento. Asi,
de formacion de la especie, que cubre la historia la interaccion depende de las comunicacioneslingilis-
universal; finalmente, el neohegelianismo de Theodor ticas que resultan habituales. Y también la accion
Litt conduce a una concepcion del autoescalonamiento instrumental en la medida en que, como trabajo so-
del espiritu, que sigue el modelo de la dialéctica de
la lucha porel reconocimiento. Es comun a estastres / 26 Realphilosophie, 1, p. 235.

34 35
cial, aparece bajo la categoria del espiritu real, esta Bajo la categoria del espiritu real las interacciones,
inserta en una red de interacciones y depende a su que descansan sobre la reciprocidad, aparecen en la
vez, por tanto, de las condiciones marginales comu- forma de un trafico juridicamente regulado entre
nicativas de toda cooperacion posible. Y aun pres- personas, cuyo status como personas juridicas viene
cindiendo del trabajo social, ya el mismo acto soli- definido por la institucionalizacion del reconocimiento
tario del uso de un instrumento, se ve remitido a la reciproco. Solo que este reconocimiento nose refiere
utilizacion de simbolos, pues la inmediatez de la satis- inmediatamentea la identidad del otro,sino a las cosas
faccion animalde los impulsos no puede quedar en sus- que caen bajo su poder de disposicion. La realidad
penso sin un distanciamiento de la conciencia que da institucional de la identidad del yo consiste en que
nombres con respecto a los objetos identificables. De los individuos se reconozcan mutuamente como pro-
todos modos la accion instrumental sigue siendo tam- pietarios en sus posesiones producidaspor el trabajo
bien como accion solitaria una accidn monologica. y adquiridasporel intercambio: «No solo estan pues-
Pero mas interesante y en modo alguno tan mani- tas aqui mis pertenencias y mi propiedad, sino mi
fiesta como la relacion que guarda la utilizacion de persona o esto en la medida en que en mi existencia
simbolos con Ja interacciony el trabajo, es la relacion radica todo lo que me constituye: honra y vida»?7.
que guardanentresi las otras dos relaciones del espi- Honray vida unicamente son reconocidas, sin embar-
ritu abstracto: la relacién entre trabajo e interaccion. go, en la inviolabilidad de la propiedad. La posesién
Por un lado, las normas bajo las cuales queda insti- como sustrato que es del reconocimiento juridico
tucionalizada y adquiere continuidad la accion com- surge de los procesos de trabajo. En el producto del
plementaria en el marco de una tradicion cultural, son trabajo que el otro me reconoce quedanasi vinculadas
independientes de la accion instrumental. Ciertamente la accion instrumental y la interaccion.
que las reglas técnicas solo se forman bajo las con- Hegel construye esta conexion en las lecciones de
diciones de la comunicacionlingilistica, pero no tienen Jena como algo obvio. Con el sistema del trabajo
nada en comun con las reglas comunicativas de la social vienen dados la division de los procesos de
interaccién. En los imperativos condicionados, que es trabajo y el intercambio de los productos del trabajo.
a los que se atiene la accion instrumental y que Y ello da lugar a una generalizacion tanto del tra-
por su parte resultan del ambito experiencial de la ac- bajo comode las necesidades. Puesel trabajo de cada
cidn instrumental, solo entra la causalidad de la natu- uno es por lo que respecta a su contenido algo ge-
raleza y no la causalidad del destino. Noseria posible neral para las necesidades de todos. El trabajo abs-
reducir la interaccion al trabajo o deducir el trabajo a tracto produce bienes para necesidades abstractas. Con
partir de la interaccién. Pero por otra parte, Hegel ello el bien producido recibe su valor abstracto como
establece una conexion entre las normasjuridicas, que valor de cambio. El dinero es su concepto existente.
es a las que primariamente queda formalmente ligado El intercambio de equivalentes es el modelo de com-
un trafico social que descansa sobre el reconocimiento
reciproco, y los procesos de trabajo. 27 Realphilosophie, Il, p. 221.

36 37
portamiento reciproco. La forma institucional del in-
modo en la lucha por el reconocimiento, que en el
tercambioes el contrato, y el contrato, por tanto,la fija-
resultado de esta lucha, en la autoconciencia recono-
cion formal de una accion que prototipicamente des-
cida juridicamente queda incluido y fijado también
cansa en la reciprocidad. El contrato es «lo mismo que
el momento de la liberacion por el trabajo. Hegel
el intercambio, pero intercambio ideal. Es un intercam-
conecta trabajo e interaccién bajo el punto de vista
bio de declaraciones, no de cosas, pero vale tanto
de la emancipacién con respecto al poder tanto de la
comola cosa. Ambasse refieren a la voluntad del otro
naturaleza externa comode la naturaleza interna; no
como tal»?8. La institucionalizacion de la reciproci-
reduceni la interaccién al trabajo ni cancela a éste
dad realizada en el intercambio solo se logra por el
en la interaccidn; pero si que tiene a la vista una
hecho de que la palabra empefiada adquiere fuerza
conexion de ambos en la medida en que la dialéctica
normativa; la accion complementaria viene mediada
del amor y de la lucha no puede quedar disociada de
por simbolos que fijan expectativas obligatorias de
los éxitos de la accion instrumental y de la constitu-
comportamiento: «Mi palabra tiene que valer no por
cién de la conciencia astuta. El resultado de la li-
razones morales, en el sentido de que yo permanezca
beracion por el trabajo entra en las normas, bajo las
interiormente fiel a mi mismo y que no cambie de
que actuamosde forma complementaria.
ideas, de convicciones etc., sino que efectivamente
Ciertamente que Hegel sdlo desarrollé una sola
puedo cambiarlas. Pero mi voluntad sdlo existe como
vez in extenso esta conexidn dialéctica de trabajo e
voluntad reconocida. No solamente me contradigo
interaccion, conectando para ello una consideracién
a mi mismo, sino al hecho de que mi voluntad es una
hecha en el sistema de la eticidad*°; me refiero al
voluntad reconocida... La persona,el ser puro para si,
conocido capitulo de la fenomenologia del espiritu: la
no es, pues, respetada como voluntad particular que
relacion de reconocimiento unilateral del sefior por el
se separa de lo comtn, sino sdlo como comtn»?’.
esclavo es subvertida de raiz por el poder de dispo-
Asi la relacion de reciproco reconocimiento sobre la
sicién sobre la naturaleza que el esclavo adquiere
que descansala interaccion, queda normada por la via
asimismode formaunilateral. La autoconciencia aut6-
de la institucionalizacion de la reciprocidad implicada
nomaen la que ambas partes reconocen que se reco-
en el intercambio delos productos del trabajo.
nocen a si mismas, se constituye por la via de la re-
La institucionalizacion de la identidad del yo, la
percusion que tiene el éxito técnico de una emanci-
autoconciencia sancionadajuridicamente es entendida
pacion por el trabajo sobre la relacién de dependen-
como resultado de ambos procesos: del de trabajo y del
cia politica entre el sefior y el esclavo. Ciertamente
de la lucha por el reconocimiento. Los procesos de
que esta relacion de la dominacién y la servidumbre
trabajo por los que nos liberamos del dictado del entra también a través de la Fenomenologia en la
poder inmediato dela naturaleza, entran, pues,de tal filosofia del espiritu subjetivo. En la Enciclopedia re-
presenta el transito a la autoconciencia universal y
28 Realphilosophie, I, p. 218.
2° Realphilosophie, 11, pp. 219 yss. 30 «System derSittlichkeit», loc. cit., p. 442.

38 39
con ello el paso de la «conciencia» al «espiritu». Solo
Vv
que ya en la Fenomenologia esta peculiar dialéctica
de trabajo e interaccién habia perdido la posicion
Hemosbuscado la unidad del proceso de formacién
sistematica que todavia tenia en las lecciones de Jena.
del espiritu en una conexién de lostres tipos funda-
La explicacién de esto es que Hegel abandoné muy
mentales de dialéctica, es decir, en las relaciones entre
pronto el entramadosistematico de estas lecciones y
representaciOn simbdlica, trabajo e interaccién. Esta
lo sustituy6 por una division enciclopédica enespiritu
peculiar conexion que, restringida a unaetapa,es re-
subjetivo, espiritu objetivo y espiritu absoluto. Mien-
cogida todavia en las relaciones entre dominacion y
tras que en Jena el lenguaje, el trabajo y la accion
servidumbre, ya no vuelve a aparecer mas tarde. Esta
basada en la reciprocidad, no solamente eran etapas
vinculada a una tramasistematica, cuyo alcance He-
en el proceso de formacion delespiritu, sino principios
gel solo parece haber probadoenel periodo de Jena.
de su formacién misma,en la Enciclopedia*', lenguaje
Ciertamente que enesaslecciones de Jena se hace ya
y trabajo que en otro tiempo constituyeron modelos
visible una tendencia que nos permite entender por
de construccién del movimiento dialéctico, sdlo son
quéesa conexionespecifica entre trabajo e interaccion
construidos ya comorelaciones reales subordinadas:
va perdiendo importancia. Efectivamente, ya en Jena
al lenguaje se lo menciona enla filosofia del espiritu
parte Hegel de esa absoluta identidad de espiritu y
subjetivo en el transito de la imaginacién a la memoria
naturaleza que prejuzga de una determinada manera
en una nota bastante larga (§ 459), mientras que el
la unidad del proceso de formacién del espiritu. Ya
trabajo desaparece como acciOn instrumental en ge-
en las lecciones de Jena construye Hegel el transito
neral, y se limita a caracterizar como trabajo social
de la filosofia de la naturalezaa la filosofia del espiritu
bajo el rotulo de sistema de las necesidades una etapa
de modo parecido a comolo hace en la Enciclopedia:
importante enla evolucion del espiritu objetivo (§§ 524
el espiritu tiene en la naturaleza su completa objeti-
ss.). Sdlo la dialéctica de la relacion ética sigue man-
vidad externa y encuentra por ello su identidad en
teniendo todavia en la Enciclopedia, como lo hizo en
la cancelacién de esa exteriorizacién. El espiritu es
Jena, su valor estratégico en la construccion del espi-
asi lo absolutamente primero de la naturaleza: «La
ritucomo tal. Pero examinandolas cosas con masaten-
manifestacién que... es devenir de la naturaleza, es en
cin nos damos cuenta de que en esa relacion no
tanto que manifestacin del espiritu que es libre (en la
es posible reconocer ya la dialéctica del amor y de la
historia), un poner de la naturaleza como de su mundo;
lucha, sino una dialéctica que Hegel desarrollara en
un poner que como reflexion es al mismo tiempo un
su articulo sobre el derecho natural como movimiento
presuponer el mundo como naturaleza aut6noma»*?.
de la eticidad absoluta.
Bajo los presupuestos de esta tesis de la identidad
Hegel ha interpretado ya siempre en términos idea-
listas la dialéctica de la representacion simbdlica y del

31 Pp, 433 y ss. “32 Enzyklopddie, p. 348.


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trabajo: con el nombre expresamosel ser de los ob- y de los instrumentos es pensada como un proceso de
jetos, asi como con en el instrumento queda can- exteriorizacion del sujeto: como proceso de exteriori-
celado lo que la naturaleza es en verdad. El interior zaciOn (objetivacion) y apropiacién. En cambio, la
de la naturaleza es el mismo espiritu, ya que ésta dialéctica del amor y de la lucha es un movimiento
solo puede ser captable en su esencia y advenir a si a nivel de la intersubjetividad. El modelo de la exte-
mismaen el enfrentamiento de los hombres con ella: riorizacion ha de ser sustituido, pues, por el modelo del
el interior de la naturaleza sdlo queda desplegado en desgarramientoy del extrafiamiento,y el resultado del
el reino de sus nombres en las reglas conformea las movimiento no-es la apropiacién de lo objetivado,
que se la trabaja. Pero si en lo objetivado puede sino la reconciliacién, el restablecimiento de la amis-
encontrarse siempre algo que ocultamentees sujetual tad destruida. Por el contrario, la cancelacién idea-
y si tras la mascara de los objetos puede descubrirse lista de la diferencia entre lo que mesale al paso en el
siempre a la naturaleza como un oculto oponente, mundo comoobjeto y lo que mesale al paso como
entonces los tipos dialécticos basicos de la represen- oponente hace posible la equiparacién de modelos
tacion simbolica y del trabajo por un lado la dialéc- heterogéneos: si es posible una interaccion con la na-
tica de la relacion ética por el otro pueden también turaleza considerando a ésta en el papel de un otro
ser reducidos a un comun denominador. Ya que en ese comosi se tratara de un sujeto oculto, los procesos de
caso la relacion que guarda con la naturaleza el su- exteriorizacién y de apropiacién coinciden formal-
jeto que da nombrea las cosas y que trabaja puede mente con los de extrafiamiento y reconciliacion. La
ser puesta asimismo bajo la figura del reconocimiento unidad del proceso de formacién que se¢ desarrolla en
reciproco. La intersubjetividad, en la que un yo puede el mediodel lenguaje, del instrumentoy dela relacion
identificarse con otro yo sin abandonarla no-identidad ética, no necesita entonces quedar asentada enla cone-
entre él y el otro, puede también establecerse en el xion, todavia central en la filosofia del espiritu de
lenguaje y el trabajo si el objeto al que se enfrenta Jena, de trabajo e interaccién, ya que de antemano
el sujeto hablante y trabajador es concebido de ante- se funda en la dialéctica de ese reconocerse-en-el-otro,
mano en términos idealistas como un opuesto con el en la que la dialéctica del lenguaje y la del trabajo
que es posible una interaccion del tipo de la que es pueden converger ahora con la de la eticidad: pues
posible con sujetos: es decir, si ese opuesto es un bajo los presupuestosdela filosofia de la identidad la
oponente y no un objeto. Pero mientras consideremos heterogeneidad de esas dosdialécticas es sdlo aparente.
por separado las determinacionés del espiritu abs- Ahorabien, la dialéctica del conocerse en el otro
tracto, subsiste una diferencia que es especifica. La va asociada a una relacién de interaccién entre dos
dialéctica de la representacion simbdlica y del trabajo oponentes iguales en principio. En cuanto se consi-
se desarrolla como unarelacion entre el sujeto cog- dera a la naturaleza en su totalidad como oponente
noscente y agente por un lado y el objeto como suma de los sujetos tomados en conjunto desaparece, em-
de lo que no pertenece al sujeto, por otro. La me- pero, la relacion paritaria; pues aqui no puede hablarse
.diacién de los dos momentosa través de los simbolos de un dialogo entre el espiritu y la naturaleza, de la

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opresion de unasituacion de dialogo entre ambosy de fragmentos: «Pues la fuerza del sacrificio consiste en
una lucha por el reconocimiento que resulte en el el mirar de frente y objetivar ese entrelazamiento con
restablecimiento de la relaci6n ética: el espiritu abso- lo inorganico; y mirandolo asi, ese entrelazamiento
luto es solitario. La relacion del espiritu absoluto con queda roto, lo inorganico queda separado y, reco-
la naturaleza, de la que se distingue, sin embargo, nocido como tal, queda con ello asumido en la indi-
comode su otro, no puede ser pensada alfin y al cabo ferencia: pero lo viviente al entregarle lo que sabe que
segtin el modelo de la intersubjetividad de los sujetos es una parte de si y ofrendarla a la muerte, reconoce
que actuan y que hablan, modelo que fue de donde su derecho a la vez que se purifica de ello»??. En el
Hegel obtuvo el concepto del yo comoidentidad de lo desgarramiento dela totalidad ética sdlo se cumple ya
universal y lo particular. La unidad dialéctica de el destino de lo absoluto que se sacrifica a si mismo,
espiritu y naturaleza en la que el espiritu se reconoce Es este modelo de la eticidad absoluta, que Hegel
en la naturaleza no como en un oponente, sino que desarrolla por primera vez en el articulo sobre el de-
se reencuentra en ella como en la imagen en negativo recho natural como la representacion escénica de la
de si mismo, a esta unidad, digo, cabe mas bien cons- tragedia de lo ético, el que permite concebir la iden-
truirla desde la experiencia de la autorreflexion de la tidad del espiritu con la naturaleza como con su otro
conciencia. De ahi que Hegel piense el movimiento y fusionar la dialéctica de la autoconciencia con la
del espiritu absoluto segin el modelo de la autorre- dialéctica de la relacién ética. La «Légica» no repre-
flexion pero de forma que en esta autorreflexion se sentaria nada mas que la gramatica del lenguaje en el
recogela dialéctica de la relacion ética de la que pro- que esta escrita la tragedia que el absoluto representa
cede la identidad de lo universal y lo particular: el eternamente consigo mismo: «que el absoluto se en-
espiritu absoluto es eticidad absoluta. La dialéctica de gendra eternamenteen la objetividad y en esta forma
la relacion ética que se cumple tanto parael «criminal» suya se entregaasi a la pasion y a la muerte y de estas
en la causalidad del destino, como para los que luchan cenizas se eleva a la gloria. Lo divino en su figura y
por el reconocimiento, se revela aqui como algo no objetividad tiene de forma inmediata una doble natu-
distinto del movimiento en el que el espiritu absoluto raleza, y su vida es el absoluto ser-uno de estas na-
se vuelve sobre si mismo. turalezas»3+,
El proceso del destino, que en los escritos teoldgi- Peroal articulo sobre el derecho natural y a la gran
cos de juventud habia sido entendido desde el punto Légica no los une una evolucién continua. Enlostres
de vista de los miembros de una totalidad ética como fragmentosde la filosofia del espiritu de Jena, que he-
una reaccion provocada por los sujetos mismos por mos discutido, se sedimenta el estudio que Hegel de-
una opresion de la relacion dialogica, puede sobre dicd a la economia de la época, de suerte que el
este trasfondo quedarreinterpretado después como un movimiento del espiritu real no refleja la pasién
automovimiento de la totalidad, de modo tanto mas 33 Uber die wissenschaftlichen Behandlung des Naturrechts, Ju-
facil cuanto que Hegel puede recurrir para ello a una bildumausgabe,vol. I, p. 500.
dialéctica del sacrificio desarrollada ya en los primeros 34 Ibid.

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triunfal del Absoluto, sino que desarrolla de nuevolas rece ya como producto de la decadencia dela eticidad
estructurasdel espiritu, considerandolas como una in- absoluta, sino, muy al contrario, como primera figura
terrelacion de trabajo e interaccién mediados por de la relacién ética constituida. Sdlo la continuidad
simbolos. La dialéctica del trabajo no se ajusta sin que la normativa juridica presta al trafico que man-
coacciones al movimiento de un espiritu entendido tienen los individuos en su actuacién complementaria
como eticidad absoluta y obliga por tanto a una re- convierte en institucién a la identidad del yo, esto es,
construccion. Después de Jena Hegel vuelve a aban- a la autoconciencia que se reconoce en otra auto-
donar esa reconstruccién, pero no sin que dejara conciencia. La accion sobrela base del reconocimiento
rastros. La posicion que el derecho abstracto asume reciproco solo viene garantizada por la relacion formal
en el sistema no resulta de forma inmediata de la entre personas juridicas. Hegel puede sustituir la de-
concepcion del espiritu ético, sino que en ella mas terminacion negativa del derecho abstracto por una
bien se conservan momentos dela filosofia del espi- positiva, pues mientras tanto se ha dado cuenta de la
ritu de Jena. Otros momentos del concepto desarro- relacion que existe entre el derecho privado y la mo-
Ilado en Jena no quedan ciertamente recogidos en la derna sociedad civil, y se ha percatado que en estos
construccion posterior del derecho. titulos juridicos queda también recogida y fijada una
Hasta el articulo sobre el derecho natural, Hegel liberacion que es fruto del trabajo social. El derecho
entiende el ambito de las relaciones juridicas formales, abstracto sella una emancipaci6n que, en sentido li-
basandoseparaello en la exposicion de Gibbon sobre teral, es resultado del trabajo >>.
el Imperio Romano, comoresultado de la decadencia Finalmente,en la Enciclopedia y en la Filosofia del
de aquella eticidad libre, que el joven Hegel habia Derecho el derecho abstracto cambia una vez mas de
visto realizada en la estructura idealizada de la polis posicion. Mantiene sus determinacionespositivas, pues
griega. Todavia en 1802 se nos dice que el derecho solamente en el sistema de estas normas generales
privado, cuya primera formahistdrica es la del derecho puede la voluntad libre obtener la objetividad de la
romano,se habria formado en unasituacién de des- existencia externa. La voluntad autoconsciente y libre,
politizacion de los ciudadanos, de «corrupcién y de el espiritu subjetivo en su etapa suprema, aparece
humillacion universal»: el trafico juridicamente nor- comopersona juridica bajo las sdlidas determinacio-
mado de las personas privadas entre si encuentra su nes delespiritu objetivo. Sin embargo, queda disuelta
medida negativa en la relacién ética destruida. En el la conexion entre trabajo e interaccién, que es a la
movimiento de la eticidad absoluta el derecho perte- que el derecho abstracto debe su dignidad; la cons-
nece a esa fase en la que lo ético se entrelaza, con- truccion de Jena es abandonaday el derecho abstrac-
fundiéndose, con lo inorganico y queda asisacrificado to queda integrado en una autorreflexién del espiritu,
a los «poderes subterraneos». En la filosofia del espi- entendida como eticidad absoluta. La sociedad civil
ritu de Jena, en cambio, el estado de derecho, que 35 Cfr., mi articulo «Hegels Kritik der franzésischen Revolution»,
viene por lo demascaracterizado por las determina- en Theorie und Praxis*, Neuwied, 1967; y mi epilogo a Hegels po-
ciones del moderno derecho privado burgués, no apa- litische Schriften, Frankfurt a. M., 1966.

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es entendida como la esfera de la eticidad desmoro- de fuerzas productivas y relaciones de produccién esa
nada.Lascategoriasde trabajo social, de divisién del conexi6n de trabajo e interaccién, que habia atraido
trabajo y de relaciones de intercambio, que hacen durante algunosajios el interés filoséfico de Hegel
posible un trabajo abstracto para necesidades abstrac- incitado por sus estudios de Economia. Marx en una
tas que se desarrollan bajo las condiciones de una critica al Ultimo capitulo de la Fenomenologia del
circulacion abstracta de competidores que actha cada Espiritu afirma de Hegel queéstese sittia en el punto
uno para si, encuentran su lugar en el sistema des- de vista de la Economia politica moderna, pues ha
garrado de las necesidades. Pero el derecho abstracto, entendido al trabajo comola esencia, la esencia del
pese a que determinala formadel trafico social propio hombreque se acredita a si misma. En el mismo pasaje
de esta esfera, es introducido en ella desde fuera bajo de los Manuscritos de Economia y Filosofia se encuentra
el titulo de jurisprudencia. Se constituye con indepen- también la famosa frase de que «lo grandeen la feno-
dencia de las categorias del trabajo social y sdlo a menologia de Hegel y su resultadofinal... es que Hegel
posteriori entra en relacion con los procesos a los que ha comprendido la autogeneracion del hombre como
desde luego todavia en Jena debia el momento de un proceso, la objetivacién como conversién en objeto,
libertad comoresultado de una liberacién por medio enajenacion y cancelacién de esa enajenacion; que, por
del trabajo social. La dialéctica de la eticidad sdlo tanto, ha captadola esencia del trabajo y ha com-
garantiza ella sola el «transito» de la voluntad, toda- prendido al hombre objetivo que es el verdadero por
via interior, a la objetividad del derecho. La dialéctica cuanto que es el real, como resultado de su propio
del trabajo ha quedado desprovista del papel central trabajo».
que ocupaba. Bajo este punto de vista Marx mismotraté de re-
construir el proceso histérico de formacién de la espe-
cie humana a partir de las leyes de la reproduccion dela
VI vida social. El mecanismo de mutacién delsistema del
trabajo social lo encuentra en la contradiccion entre
Karl Léwith, a quien debemos los analisis mas pe- el poder de control sobre los procesos naturales acu-
netrantes que existen sobre la ruptura espiritual en- mulado por el trabajo y el marcoinstitucional de inte-
tre Hegel y la primera generacion de sus discipu- racciones reguladas de forma espontanea y no refle-
los 3°, ha estudiado también el parentesco subterra- xiva. Solo que, como demuestra un analisis mas deta-
neo queexiste entre las posiciones de esos discipulos llado de la primera parte de La ideologia alemana,
de Hegel y los motivos que configuran el pensamiento Marx no explica en realidad la conexién existente
del joven Hegel. Asi Marx, sin tener conocimiento de entre trabajo e interaccién, sino que bajo el rétulo
los manuscritos de Jena, redescubre en la dialéctica inespecifico de practica social reduce lo uno a lo otro,
es decir, la accion comunicativa a la instrumental. La
36 K, Lowith, Von Hegel 2u Nietzsche, 1961, cfr. también la intro-
duccién de Léwith a la coleccién de textos Die Hegelsche Linke, actividad productiva que regula el metabolismo de la
Stuttgart, 1962. especie humanacon la naturaleza entorno, de la misma

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manera que en la filosofia del espiritu de Jena el mento de una reciprocidad que se desarrollara sin
empleo de los instrumentos, establece una mediacion coacciones. La emancipacién con respecto al hambre
entre el sujeto que trabaja y su entorno natural; esta y la miseria no converge de forma necesaria con la
accion instrumentalse convierte en el modelo que rige emancipacion conrespecto a la servidumbre y la humi-
la obtencion de todaslas categorias ; todo queda disuel- llacion, ya que no se da una conexion evolutiva auto-
to en el automovimiento de la produccién >’. Por eso matica entre el trabajo y la interacciOn. Si que se da,
mismo, la genial vision de la conexion dialéctica entre empero, unarelacion entre ambos momentos. Masni
fuerzas productivas y relaciones de produccién pudo la filosofia real de Jena ni La ideologia alemana la han
muy pronto quedar malinterpretada en términos me- esclarecido de formasatisfactoria, aunque, eso si, aun
canicistas. son capaces de persuadirnos de su relevancia: de esa
Hoy quese intenta reorganizar los contextos comu- conexion de trabajo e interaccién dependeesencial-
nicativos de la interaccion, aunque se trata de una mente tanto el proceso de formacion del espiritu
interaccion consolidada de forma no reflexiva, de comoel dela especie.
acuerdo con el modelo del progreso técnico de los
sistemas de accién racional con respecto a fines, te- 1967
nemos razones mas que suficientes para mante-
ner estrictamente separados ambos momentos. De
la idea de una progresiva racionalizacion del tra-
bajo pende ciertamente una buena masa de las
aspiraciones humanas expresadas a lo largo de la
historia. Aunque el hambre reina todavia sobre dos
tercios de la poblacién del planeta, la eliminacion del
hambre noes ya una utopia en el sentido negativo del
término. Pero el desencadenamientodelas fuerzas pro-
ductivas técnicas, incluyendo la construccion de ma-
quinas capaces de aprender y de ejercer funciones de
control, que simulanal entero circulo funcional de la
actividad instrumental muy por encima de las capa-
cidades de la conciencia natural y sustituyen el trabajo
del hombre, no se identifica con la formacién de nor-
masque pudieran consumar la dialéctica de la relacion
ética en una relaciénlibre de dominio sobre el funda-

37 Cfr. también mi estudio: Conocimiento e interés [1968],


Taurus. Madrid 1983, sobre todo cap. 3.

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