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La dialéctica Platón

La dialéctica platónica tuvo como objetivo, en una primera instancia, hallar


definiciones mediante la mayéutica socrática. Posteriormente, Platón identifica su
propia filosofía con la misma dialéctica: es decir, su finalidad se abocó al
conocimiento del “mundo inteligible” o también conocido como el “mundo de las
Ideas”. Según esto, la dialéctica se trata de una actividad cognoscitiva que se
basa en el uso exclusivo de la razón y su fin último es el conocimiento de la Idea
de Bien. Así Platón, siguiendo el camino previsto, se esforzó por formular y aplicar
claramente las premisas teóricas del método.

El dialéctico, en contraposición con el matemático o el geómetra, deja de lado el


mundo sensible y visible para tratar solo con el mundo inteligible; los matemáticos
adoptan

(...) supuestos, y de ahí en adelante no estiman que deban dar cuenta de ellos ni a
sí mismos ni a otros, como si fueran evidentes a cualquiera.

Esto es inadmisible para el verdadero dialéctico que

es el único que marcha, cancelando los supuestos, hasta el principio mismo, a fin
de consolidarse allí.

La dialéctica tiene la misión de empujar poco a poco "el ojo del alma" del filósofo
cuando está sumergido en el incesante ir y venir de la ignorancia y elevarlo a las
alturas de la intelección filosófica. El que sigue sus pasos y se entrena en ella
puede llegar a alcanzar la razón de la esencia de la realidad. 6 Y aunque
usualmente se lea "método" o "técnica" en la caracterización de la dialéctica, no
debe pensarse que esta es meramente un sistema de disputas ni un método de
razonamiento formal, pues es mucho más que eso. La dialéctica no es sólo los
procesos lógicos y formales que implica, sino que es definida como el objeto
supremo del entrenamiento filosófico, 78 y el único método de búsqueda
disciplinada de la verdad.9

Procesos de la dialéctica de Platón

Las dos operaciones de la dialéctica

La dialéctica platónica consta de dos momentos fundamentales. El primero de


ellos es la intuición de la Idea; y el segundo momento consiste en la actividad
crítica del dialéctico por esclarecer esa intuición de la Idea. La primera intuición es
torpe, insuficiente; es sólo un acto instantáneo de visión mental que transciende al
pensamiento. El dialéctico debe tomar los primeros supuestos como peldaños y
trampolines que se remontan hasta las formas más universales y, aferrándose a
ellas, alcanzar la visión de las Formas puras.
Bibliografía

 Platón (2000). Diálogos V. Parménides. Teeteto. Sofista. Político. Editorial


Gredos. Madrid.
 Platón (2000). Diálogos IV. República. Editorial Gredos. Madrid.

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