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GRADO : 3ERO
Pocos seres llegan a la vida tan o más desvalidos que el hombre. Físicamente débiles, más
necesitados de los cuidados familiares y sociales, cada uno de nosotros puede convertir la debilidad en
fortaleza. Cada uno tiene un potencial, con el cual puede superar muchas de sus limitaciones. La vida
misma se encarga de presentar motivaciones y circunstancias para ejercitarlo. El resultado es el desarrollo
de la persona.
Admiramos a algunos hombres por sus hazañas, por sus éxitos, por lo que hicieron, por los
caminos abiertos y las metas trazadas. A otros, los detestamos por sus crímenes, por los abusos y por los
actos destructivos que cometieron. En ambos casos, la historia, tanto personal como colectiva, no hubiera
llegado a ser lo que es si los hombres carecieran de capacidades, de oportunidades y de recursos de vida y
de acción.
En esta Tercera Unidad, veremos las principales posibilidades que el hombre tiene en su propio
ser. Este examen, desde luego, no sólo es ilustrativo; su principal objetivo es educativo. Desde la
antigüedad se decía que el principio de la sabiduría es el conocerse a sí mismo; conocimiento difícil, pero
indispensable. Conociendo lo que somos, podemos situarnos mejor ante la vida; conociendo el caudal de
posibilidades que atesoramos, cada cual puede utilizarlo y orientarlo mejor.
El HOMBRE, UN SER DE
Para cualquier ser, llegar a la existencia no es un salto al vacío ni lanzarse al azar. Desde el más
elemental e imperfecto, cada ser tiene consigo un conjunto de posibilidades como parte suya. Por ellas, se
expande, se enriquece, subsiste, se relaciona con las otras cosas y, además, se identifica y distingue. El
hombre no es la excepción; más bien, en él las posibilidades tienen aspectos nuevos.
Que cada ser humano sea poseedor de varias y diversas posibilidades está por encima de discusiones; es
un hecho. Observemos un poco, comparemos acciones y tendremos que aceptar la existencia de
capacidades distintas, que forma parte de la estructura de la persona humana.
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La existencia de posibilidades en cada ser humano se manifiesta de varias maneras. En lo que
una persona puede hacer y otra no; en lo que una persona hace mejor que otra; en las obras, los productos,
los resultados de sus acciones; en las aspiraciones y en las metas de vida, comparadas con lo que
efectivamente se logra; en lo que podemos alcanzar a través de la educación, del trabajo, de las relaciones
personales, las creaciones, etc., etc. No importa el nombre que utilicemos: potencialidades, posibilidades,
facultades, capacidades, aptitudes, etc.; todas se refieren al poder de actuar existente en cada hombre.
¿Qué significado tienen estas posibilidades latentes en el hombre? ¿Para qué las tenemos?
Si las examinamos en profundidad, encontraremos los siguientes elementos que nos ayudarán a
comprenderlas mejor.
1. Cada posibilidad es una llamada de atención que nuestro propio ser hace sobre nosotros mismos. Indica
que el hombre no es perfecto, pero sí perfectible; es decir, que, a partir de lo que ya es, tiene un amplio
horizonte para desarrollarse, para llegar a ser mejor o peor.
2. El conocimiento que logremos acerca de lo que uno puede hacer es parte importante del conocimiento
acerca de nosotros mismos. Conozcamos nuestro potencial y conoceremos la riqueza de humanidad que
guardamos. Ser conscientes de él es un aspecto y una condición para desarrollarlas, ejercitarlas y
enriquecerlas.
3. Tarde o temprano, lo que cada uno llegue a ser depende de lo que hayamos decidido hacer con nuestras
posibilidades. Somos dueños de una riqueza que podemos aprovechar o desperdiciar.
4. Nuestras posibilidades están a disposición de la vida; vienen con ella y giran en torno suyo. Afectan a la
vida personal individual y social de cada hombre. Lo que suceda con ellas influye en su comportamiento y
en su ser.
5. En cada hombre, estas potencialidades tienen doble cara: son individuales y, a la vez, sociales. En cada
uno, forman parte de la identidad personal, inconfundible y, constante, y también con capacidad de relación,
de servicialidad. y de compartir con los demás. Una misma capacidad humana está presente en un hombre.
con una intensidad distinta, comparada a la de otro.
6. No basta que estas potencialidades existan en las personas; es indispensable que éstas las ejerciten.
Pueden ser utilizadas para bien o para mal; puede ser bien o mal utilizadas. Es importante tenerlas, pero
también lo que se hace con ellas. cómo y para qué las hacemos actuar.
Conocer que el hombre es un ser de posibilidades conduce a una visión optimista acerca de
nosotros mismos. No estamos condenados al fracaso ni a la desesperación. Contamos con los medios
indispensables para decidir lo que seremos y hacerlo realidad. Este conocimiento obliga a estar alerta para
no desperdiciar nuestra posibilidades, a ser responsables en su ejercicio y verlas como caminos de riesgo.
Ser libre significa para el hombre la capacidad de decidir por sí mismo, tener dominio de
sus decisiones de actuar o no, de hacerlo en una dirección o en otra. En el acto libre. ejercita el
dominio real sobre su propio ser, lo configura, ordena y enriquece, sin sometimiento a las
necesidades o presiones externas o internas. Entonces, ser libre es sinónimo de madurez, de
responsabilidad y de realización humana.
LA CONCIENCIA
La conciencia es una de las expresiones humanas más experimentadas y solicitadas del
hombre. Podemos distanciarnos de los demás, pero no, de la propia conciencia. Ella siempre está
formando parte de nosotros, oportuna e inoportunamente. Hacia ella se orientan aquellos actos
que son integrados y reconocidos como nuestros, en el origen y en el término. Nos hace vivir la
experiencia de ser sujetos y responsables por lo que hacemos; insta, censura, recomienda, da
conformidad, juzga.
La creativida
Ser creativo es también una posibilidad de cada hombre; no es un cualidad exclusiva de
algunos afortunados. La creatividad es la capacidad humana para innovar, para cambiar y para
hacer de la originalidad el impulso hacia adelante. No hay dos hombres iguales; tampoco la
creatividad es la misma en todos. En cada uno, tiene intensidad, contenido y aliento distintos. Por
eso, mientras alguno es creativo en la literatura o en la ciencia, otro lo será en el arte, en los
gestos, en las palabras, en los sentimientos, en el trabajo o frente a las exigencias de la vida.
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La creatividad es una capacidad para abrir nuevos horizontes y dar sabor a la vida.
Permite superar la rutina y, al mismo tiempo, conlleva la aventura, el riesgo, una mezcla de
admiración, curiosidad e impulso hacia lo nuevo. Ella permite explorar, ensayar posibilidades
inéditas y desafiar lo que parece fijo, establecido y aceptado. Cada mujer y cada hombre, así
como tiene una vida por hacer, tiene también la oportunidad de ser creativo. comenzando consigo
mismo.
La educación
El hombre es un ser educable por excelencia. La educación es el proceso en el cual se
produce un encuentro entre personas conscientes de su capacidad para enseñar y para aprender.
Si bien todos aprenden y se enriquecen mutuamente. Consiste en el encuentro y la relación
personal que permite desarrollar positivamente las diversas capacidades individuales, tanto de los
docentes como de los discentes. A partir de lo que ya es cada uno, la educación pretende
impulsar el ejercicio de las potencialidades aún no desarrolladas en quien se educa.
El conocimiento
Desde el inicio de la vida, el hombre es un ser que gusta, busca y puede conocer. Apenas nace,
esta inclinación por conocer se expresa en el asombro, la curiosidad y la tendencia a ir tras las cosas.
Investigar, explorar, asomarse al mundo exterior e interior, nos vienen desde dentro , como exigencias del
ser que somos. Además el conocimiento sirve para orientarnos entre los seres y compartir la existencia con
ellos. La totalidad del ser humano está preparada y tiende a conocer. Por eso, conocemos a través de los
sentidos y del entendimiento.
Por el conocimiento de los sentidos, tomamos contacto con las cosas sensibles. captando sus
diversas cualidades concretas, sin hacernos ideas acerca de ellas. El resultado de este conocimiento son
las sensaciones y las percepciones. Por el conocimiento intelectual, «superamos» a los sentidos y a lo
sensible y elaboramos conceptos, juicios y raciocinios.
Para el hombre, conocer es una forma de experimentar y de situarse en la realidad, a través de los
sentidos y de la razón o entendimiento. Por los sentidos, tomamos contacto con la realidad sensible en lo
que tiene de «experimentable», singular e inmediata; por la razón, también tomamos contacto con esa
realidad sensible, pero en lo que tiene de realidad «universalizable» y «abstraible».
El conocimiento de los sentidos es una aproximación a lo exterior de las cosas que nos rodean tal
como existen; mientras que, por el conocimiento intelectual, hacemos un esfuerzo por adentrarnos en lo
más profundo de las cosas, en su esencia. Entre ambos, hay estrecha relación. Donde terminan las
sensaciones, comienza el conocimiento intelectual. Los sentidos son el apoyo inmediato del entendimiento.
Gracias a éste, el hombre accede a la verdad en la medida en que lo expresado en un juicio (traducido por
una proposición) coincide con lo que realmente son las cosas. Si sucede lo contrario, tenemos un error.
Para el hombre, conocer es ante todo, un gran poder. Gracias al conocimiento se acerca de
manera directa a todas las cosas y éstas tienen presencia intencional en él. Con el conocimiento,
transciende a lo inmediato y sensible y puede, de alguna manera, abarcarlo todo. El conocimiento, pues,
no es una simple copia de las cosas en el hombre, que reduce a éste a la condición de receptor. Gracias al
conocimiento, el hombre se apropia activamente de lo que las cosas son, sin empobrecerlas, pero
enriqueciéndose a sí mismo.
El lenguaje
El hombre también es capaz de elaborar lenguajes diversos, con propósitos distintos. Desde el más simple
hasta el más complejo, el lenguaje sirve al hombre para expresar sus vivencias , para establecer relaciones
con los otros seres y para orientar y motivar sus ideas y comportamientos. A la vez, revela la necesidad y la
posibilidad humana de la comunicación y de la creación.
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El lenguaje, como posibilidad humana, muestra una variedad de formas, de usos y de
transformaciones. Se hace real a través de todo el hombre; con él, éste aparece como un ser no cerrado en
sí mismo, sino capaz de abrirse y relacionarse con los otros. Un análisis de los lenguajes humanos
(hablado, escrito, gestual, etc.), con la gama de variedades que tiene, revela la riqueza interna de su autor.
El hombre crea signos los relaciona, los expresa, los valora e interpreta, etc.
Los animales más desarrollados tienen lenguajes muy especializados, menos flexibles y más
ajustados a la expresión de sus necesidades instintivas. El lenguaje humano es inconfundible por su
complejidad elasticidad, variabilidad, selectividad y servicio a la riqueza total de su autor
El trabajo
El hombre es capaz de trabajar. Se trata de una actividad consciente, guiada por algún objetivo,
que integra procesos intelectuales y corporales, orientados a la transformación del ambiente natural y social.
Como actividad, el trabajo revela al hombre, pues supone capacidad intelectual y voluntad, relación de fines
y medios e integración de necesidad y creatividad
A través del trabajo, el hombre accede a los bienes que permitan la satisfacción de sus
necesidades. En la obra que produce, imprime las huellas de su presencia. El trabajo mismo contribuye al
enriquecimiento físico y espiritual de su autor; por su intermedio, transciende a la naturaleza, hace gala de
capacidad creadora y tiene mayor dominio de su ambiente.
El trabajo expresa y dignifica al hombre. Por humilde que sea el tipo de trabajo que uno realice,
pone en ejercicio a todas sus capacidades personales. En él, descubre otros significados y nuevas
posibilidades para su vida. Desde él, surgen relaciones con las cosas y con otras personas.
La vida social
Vivir con los otros es, para el hombre, una necesidad y una posibilidad. Significa aceptar la
presencia de ellos, reconocerlos como tales y entablar relaciones diversas. La convivencia humana es
también una manera de salir de sí mismo y hacer acto de presencia en la vida de los demás, sensibilizarse
con ellos y compartir situaciones impensadas. Por eso, un hombre puede hacerse más humano sólo
acercándose a sus semejantes; lejos de ellos (física, psicológica o moralmente), termina por
deshumanizarse.
La vida social exige respeto de unos con otros y asumir compromisos para aunarse y compartir
proyectos, ideales y esfuerzos comunes. Impone renuncias para crear y dar oportunidades, sin acapararlas.
Asimismo, la vida social es escenario de los aprendizajes, de las responsabilidades y una oportunidad para
la afirmación de la identidad personal. Así como el hombre nace humano sólo en una determinada
sociedad, también se hace más humano y muere en ella. La sociedad es el marco de la vida de cada
persona.
CURSO : RELIGIÓN
GRADO : 3ERO
El nacimient
Nacer, para el hombre, es el comienzo de las posibilidades y el inicio de las limitaciones. El que no nace,
carece de lo uno y de lo otro. El que nace lo hace ya como hijo de determinados padres. de un cierto país.
como partícipe, de hecho, de una cultura específica y marcado vitalmente por un tiempo definido. Nacer es
una primera determinación. No en vano, el hombre lleva la marca indeleble de su nacimiento, que es el acta
de su constitución humana. No entendamos el nacimiento como un mero hecho biológico; es el primer
acontecimiento humano en la vida de un hombre. Por eso, hablemos, pues, de un doble nacimiento: el
nacer en la fecundación y el nacer real a la vida y a uno mismo. El "primer nacimiento” es una experiencia
personal, y el “segundo nacimiento”, es una experiencia al exterior y para los demás. El hombre es tal, ya
en el primero (nacer íntimo), marcado genética, social, cultural, familiar y temporalmente. A partir de ese
momento, somos humanos, con posibilidades y con las limitaciones de rigor.
El vivir
La vida también limita y lo hace bajo diversas formas y eficazmente. La vida, como pasado, como
vivida, es experiencia que arrastramos y que se inmiscuye en el presente y en el futuro. El presente es
tal en tanto contamos con la vida; el futuro, es lo que esperamos y proyectamos, de seguir con ella. En tanto
ser vivo, el hombre está marcado por el tiempo y, quiérase o no, es un ser histórico. Según la calidad de
vida es también la calidad del hombre. La manera de afrontar la vida sintetiza y expresa a quien lo hace.
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COLEGIO PITÁGORAS RELIGIÓN 3ER GRADO - 5
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La muert
Para el hombre, la muerte no es un accidente de la vida; más bien, es parte de ella. Es tan
dramática como el acto de nacer, pero es más radical al tocar el fondo y el sentido de la vida misma.
Mientras el nacer es comienzo y proyección, la muerte es definición y el fin de todo proyecto humano.
Ningún humano decide o busca evitar el nacimiento; tampoco puede evitar el morir, que es irrenunciable e
inevitable. Morir, por eso, es tan humano como el nacer o, mejor aún, nacer es el primer paso hacia la
muerte, y morir, la conclusión de esta vida. La muerte humana, por lo mismo, es el otro lado de la vida
humana.
Junto con el nacer, su opuesto, la muerte hace apreciar mejor y desde otro ángulo a la vida. Sólo
la muerte advierte y relativiza el tener y el egoísmo, frente a la vitalidad del ser. Las construcciones, las
desigualdades y poderes que separan y enfrentan a los hombres, la muerte los anula y, frente a ella, todos
somos iguales. Para el que vive la muerte, ésta es la última experiencia terrenal, irrepetible e intraducible.
Mientras la vida va haciendo al hombre, aquélla lo hace definitivo, sin posibilidad de modificación. En tanto
por la vida alguien se instala entre los suyos, por la muerte es separado de ellos.
Siendo el límite radical de la vida, la muerte es el espejo y la lección de ella. Descubre el
verdadero valor de existir como hombres; enseña a descubrir y dar sentido a la vida para que merezca ser
vivida. Así como la muerte descubre a la vida, también desde la vida debemos reconocer el valor humano
de la muerte. La consecuencia es el consejo: "Si aprendemos a vivir, aprendamos a morir. En vida,
convivamos nuestra muerte; con la muerte, sepamos vivir de verdad».
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El ma
Como la muerte, el mal tiene una presencia efectiva en el hombre. No es que esté condenado a él,
pero lo rodea. Por ser lo que es, el hombre es vulnerable física, psicológica y moralmente. Como ser
imperfecto, la enfermedad y el dolor físico lo afectan y limitan. Como ser libre, se auto-limita, según la
intención, el contenido y la orientación de sus actos, permitiéndose el buen o mal uso de su libertad. En
ambos casos, arriesga y puede caer en el sufrimiento (físico, psicológico o moral).
El mal, bajo diversas formas, está al acecho en la vida del hombre. Puede éste valorarlo como un
reto, una amenaza o una carga. Si acentúa lo primero, suscita la decisión y la esperanza de superarlo; si
acentúa lo segundo, invita a estar alerta; si lo último, se ve obligado a andar por la dirección opuesta para
hacer contrapeso. Lejos de caer en el pesimismo o en la resignación, el mal es una provocación para
afirmar nuestra fe y robustecer nuestra libertad.
RELIGIÓN
GRADO : 3ERO
Otra de las afirmaciones fundamentales de la filosofía cristiana es la afirmación de la dignidad del hombre.
Aceptar que éste ha sido creado a imagen y semejanza de Dios conlleva a aceptar también, por esta misma
razón. la especial condición y situación de su ser. No es el hombre un ser más entre tantos otros seres; es
un ser privilegiado, pues el creador lo ha acercado tanto a él mismo, elevándolo hasta sí. No en vano ya el
salmista había exclamado:
La dignidad, en el hombre, no es un calificativo; se refiere y depende del ser propio del hombre. En
consecuencia, ofrece, simultáneamente varios aspectos. Primero, dignidad y ser humano se identifican
realmente; es decir, en el hombre constituyen una misma realidad. Ser hombre es ser digno: el hombre es
una excelencia como realidad. Esta es la dignidad fundamental que depende de haber sido hecho "a
imagen y semejanza de Dios”.
A partir de esta dignidad en el orden del ser, el hombre conlleva una dignidad en el orden del
obrar. La excelencia o la calidad de su ser permite al hombre obrar con conciencia, sabiendo lo que hace y
por qué lo hace. Esta es una dignidad que el mismo hombre construye a través de sus actos, ejercitando la
razón y la voluntad libre. Es la grandeza moral, de la cual el hombre es dueño y responsable. Entonces, la
dignidad del hombre no es sólo una dignidad recibida y gratuita. Por sus actos, ejercitando el ser que tiene,
el hombre hace lo suyo. Por sus actos, también se apropia de la dignidad de su ser. Al hacer su vida, con
libertad, no sólo asume la dignidad; la enriquece y consolida.
Para el hombre, la dignidad, siendo gratuita en el origen, tiene otras implicancias y obligaciones.
Es ésta una dignidad que obliga. El hombre debe actuar como tal, sin rebajarse, ni desnaturalizarse.
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COLEGIO PITÁGORAS RELIGIÓN 3ER GRADO - 6
¿A qué se ve obligado cada ser humano, por ser humano y, por ello, digno?
Por un lado, existe la obligación de actuar y comportarse a la altura de la dignidad que se tiene y
se es. Sólo de esta manera se es digno de ella. Por otro, esta dignidad se convierte en la medida moral de
la acción humana, pues cualquier acto, realizado por el hombre con conocimiento y decisión, será
considerado bueno o malo moralmente, según esté acorde o en contraste con ella. Lo que es conforme con
ella es bueno. De esta manera, la dignidad humana ofrece un sustento para la vida moral y, desde ella, una
perspectiva ética. Para la vida cotidiana, la dignidad humana tiene dos imperativos, de especial significado
en nuestros días. El primero: cada hombre, por mandato de su dignidad, tiene la obligación de respetarse,
de reconocerse como tal. Esto significa también el poder y el deber de reclamar para sí lo que es debido a
toda persona humana. El segundo: de reconocer y respetar la dignidad de sus semejantes. En ambos
casos. la dignidad humana aparece como el sustento de los deberes y los derechos fundamentales, los
Derechos Humanos, que asisten a todo hombre, por el hecho de ser tal.
RELIGIÓN
GRADO: 3ERO
LOS VALORES HUMANOS
El tema de los valores humanos está a la orden del día. Los especialistas en negocios y en
administración de empresas han señalado que los valores tienen vigencia también para las transacciones
comerciales. Por ejemplo, negociar con una persona deshonesta trae resultados negativos para una
organización. El informe Delors sobre la educación mundial (1996) considera que la educación, para el siglo
XXI, debe insistir en formar a las personas con los valores fundamentales que permitan el desarrollo
humano auténtico. Hasta el hombre común lamenta la pérdida de los valores «de antes» y piensa que ahora
vivamos una «crisis de valores».
No siempre tenemos una idea clara acerca de los valores. Sin embargo, el hombre no puede vivir
sin ellos, pues, de alguna manera, constituyen una orientación para su vida y el sentido para sus acciones.
El hombre es un ser de valores. Lo que haga, directa o indirectamente, está relacionado con ellos.
A menudo hay una contradicción entre los valores de las personas individuales y los valores que el
ambiente social propone, difunde o mantiene. Esta situación produce como consecuencia, contradicciones
en el comportamiento. Muchos hogares, que son las primeras escuelas, han descargado en las instituciones
educativas la responsabilidad de formar en valores a sus hijos. Esta renuncia de los padres tiene efectos
multiplicadores en la vida social. Añadamos el hecho de la omnipresencia de los medios de comunicación
masiva. hoy convertidos en eficaces transmisores de valores, especialmente comerciales. La publicidad ha
sabido sacar provecho de estas situaciones, motivando el consumismo entre las personas.
Por la importancia que tiene, el tema de los valores merece una atención preferente. Por eso, en
esta quinta Unidad trataremos acerca de los aspectos más importantes de los valores humanos.
Las cosas, con sus propiedades naturales, son sólo cosas; aún no valen. Ellas tienen propiedades,
pero no valor. Cuando interviene el hombre, relaciona las cosas con su vida, entonces éstas muestran otra
dimensión, la de las posibilidades. El hombre explora las propiedades naturales y las relaciona con su vida.
Entonces, las cosas comienzan a tener un significado para él y las aprecia. Ellas valen, son valiosas. El
hombre se convierte en sujeto, destinatario y realizador de valores.
Por lo expuesto, sabemos que el valor de las cosas está en función de las posibilidades que
encierran y tienen para el hombre. Éste las encuentra valiosas. Con ellas, desarrolla también sus propi as
posibilidades frente a sí mismo, a la naturaleza, a los demás y a Dios. Así puede tornarse más valioso,
según la dirección que tome. Allí surgen los valores humanos.
Los valores humanos son posibilidades y oportunidades para que el hombre fortalezca y
enriquezca positivamente su condición humana. Si sucede lo contrario, debemos hablar de va1ores
inhumanos o deshumanizantes. Digamos, pues: Los valores humanos son los valores que el hombre, a
través de sus acciones y de la vida, realiza en sí mismo, que están orientados y repercuten en el desarrollo
de su persona.
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ÁREA
RELIGIÓN
Curso : RELIGIÓN
Grado : 3ERO.
EL
MANDATO
DE JESÚS Y
LAS OBRAS
DE
MISERICORD
IA
1. ¿Cuál fue el mandato
nuevo de Jesús?
El mandato nuevo de
Jesús fue : Un nuevo
mandamiento os doy:
que os améis unos a
otros, como Yo os he
amado. En esto
conocerán todos que
sois mis discípulos .
(Sn JUAN 13, 34-35).
La primera, enseñar al
que no sabe
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INTRODUCCIÓN A LAS
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4. ¿Qué quiere decir
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COLEGIO PITÁGORAS RELIGIÓN 3ER GRADO – 9
La Sagrada Escritura es la palabra de Dios escrita en los libros sagrados que componen la Biblia.
Llamamos Tradición Divina a la palabra de Dios que fue transmitida de viva voz por los Apóstoles de la
Iglesia.
9. ¿Quién es Dios?
Dios es nuestro Padre, que está en los cielos, Creador y Señor de todas las cosas, que premia a los buenos
y castiga a los malos.
Llamamos Santísima Trinidad al mismo Dios, que es Padre , Hijo, Espíritu Santo, tres personas distintas en
un solo Dios verdadero.
Decimos que Dios es Creador porque todas las cosas las hizo de la nada.
31
ÁREA
RELIGIÓN
CURSO : RELIGIÓN
GRADO : 3RO
15.¿Qué es el Hombre?
El hombre es un ser racional y libre, compuesto de alma y cuerpo, creado por Dios a su imagen y
semejanza.
JESUCRISTO Y LA VIRGEN
17.¿Quién es Jesucristo?
La Encarnación del hijo de Dios se realizó formando el Espíritu Santo de las entrañas de la Virgen María un
cuerpo perfectísimo y creando un alma nobilísima que unió a aquel cuerpo, en el mismo instante a este
cuerpo y alma se unió el hijo de Dios y de esta suerte, el que nace era solo Dios, y sin dejar de serlo, quedó
hecho hombre.
Nació en Belén, vivió la mayor parte de su vida, hasta los treinta años, en Nazaret, durante tres años
predicó e hizo milagros por toda Palestina, muriendo crucificado en Jerusalén, en el monte Calvario. A los
tres días resucitó y después de estar cuarenta días apareciéndose a su madre, a las santas mujeres y
también a los apóstoles, discípulos y a otras personas, subió a los Cielos.
La Virgen María es la Señora llena de gracia y virtudes, concebida sin pecado, que es Madre de Dios y
Madre nuestra, y está en el Cielo en cuerpo y alma.
COLEGIO PITÁGORAS RELIGIÓN 3ER GRADO - 10
Los principales privilegios de la Virgen María son: su Concepción Inmaculada, su perpetua Virginidad, su
Maternidad divina y su Asunción en cuerpo y alma a los Cielos. Estos privilegios han sido definidos como
dogma de fe.
Jesucristo envió al Espíritu Santo a su Iglesia el día de Pentecostés, diez días después de su Ascensión a
los Cielos.
La Santa Iglesia es el pueblo de Dios, que, con Jesucristo, guiado por el Espíritu Santo, camina hacia el
Padre,
25.¿Quién es el Papa?
El Papa, o Romano pontífice, es el Vicario de Cristo en al tierra, que hace sus veces en el gobierno de toda
la Iglesia.
Los Obispos son los sucesores de los Apóstoles, puestos por el Espíritu Santo para que, juntamente con el
Papa, y bajo su autoridad, continúen la misión de Cristo en toda la Iglesia, especialmente cada uno en su
propia diócesis.
DIOS, REMUNERADOR
27. ¿Qué quiere decir la resurrección de los muertos?
La resurrección de los muertos quiere decir que como Cristo resucitó así también nosotros resucitaremos al
fin del mundo, volviendo a unirse nuestras almas con nuestros mismos cuerpos, para nunca mas morir.
El Cielo es el lugar donde los buenos viven con Dios eternamente felices.
El infierno es el lugar donde los malos, apartados de Dios, sufren penas eternas.
22
COLEGIO PITÁGORAS RELIGIÓN 3ER GRADO - 11
CURSO : RELIGIÓN
GRADO : 3RO.
5.- NO MATAR
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CURSO : RELIGIÓN
GRADO : 3RO
LOS MANDAMIENTOS
( Continuación )
6.- NO FORNICAR
7.- NO HURTAR
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PRINCIPALES VERDADES CONTENIDAS EN LOS MANDAMIENTOS
Ayuno y abstinencia: El Miércoles de Ceniza y Viernes Santo. Sólo abstinencia: Todos los viernes del año.
Pero advierte que los viernes que no entran dentro del tiempo de Cuaresma puede sustituirse la abstinencia
por la limosna penitencial, una obra de caridad , una obra piadosa (Víacrucis, Santa Misa, Rosario, Visita al
Santísimo, lectura de la Biblia...).
39 ¿Qué es Sacramento?
Sacramento es un signo sensible instituido por Jesucristo para darnos la Gracia.
SOBRE EL BAUTISMO
SOBRE LA PENITENCIA
48. ¿Qué es el Sacramento de la Penitencia?
El Sacramento de la Penitencia es el sacramento por el que Jesús nos perdona los
pecados cometidos después del Bautismo.
SOBRE LA EUCARISTÍA
La Unción de los Enfermos es el sacramento que alivia el alma y el cuerpo del cristiano
gravemente enfermo.
30
COLEGIO PITÁGORAS RELIGIÓN 3ER GRADO - 15
SOBRE EL MATRIMONIO
69. ¿Qué deben hacer los esposos cristianos para vivir santamente?
Para vivir santamente, los esposos cristianos deben amarse y guardarse fidelidad, recibir
los hijos que Dios les dé y educarlos cristianamente.
SOBRE LAS VIRTUDES Y EL PECADO
71. ¿Qué es virtud?
Virtud es una disposición permanente del alma para obrar bien.
Bienaventurados los pobres de espíritu, por que de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán hartos.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacíficos,. porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que padecen persecución a causa de la Justicia porque de ellos es el Reino
de los Cielos.
ÁREA
CIENCIAS SOCIALES
CURSO : CIENCIAS SOCIALES
GRADO : 3RO
EL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN
Introducción:
La nueva vida alcanzada por el Bautismo se ha ido desarrollando sin dificultades. El niño sin
discernimiento para el bien y el mal no se opone voluntariamente a la vida divina que existe en él. Pero al
presentarse los efectos del pecado original que no ha quitado el Bautismo, el cristiano tiene necesidad de
una nueva presencia de Cristo. Además, la nueva vida recibida en el Bautismo necesita de un aumento que
la conduzca a cierta plenitud.
l. MATERIA Y FORMA
A) La materia de la Confirmación es la unción del crisma en la frente, que se hace con la imposición de la
mano. El crisma es aceite de oliva mezclado con bálsamo, que el Obispo consagra solemnemente el
día jueves Santo. Antes de la unción se hace una imposición de manos sobre todos los confirmados,
tal como lo hacían los Apóstoles.
B) La forma de la Confirmación son las palabras: N......, recibe por esta señal el don del Espíritu Santo.
E) El confirmado.. por tanto, queda constituido soldado, apóstol y testigo de Cristo para defender y difundir
la fe.
A) El ministro ordinario es el Obispo también administra válidamente este sacramento el presbítero dotado
de facultad por el derecho común o por concesión peculiar de la autoridad compete.
B) El ministro extraordinario puede ser el sacerdote, con crisma consagrado por el obispo, en los casos
que prevé el derecho de la Iglesia.
23
COLEGIO PITÁGORAS RELIGIÓN 3ER GRADO - 17
D) La edad mas conveniente es cuando se inicia el uso de razón, es decir, aproximadamente, a los siete
años. Así se reafirma esta costumbre en la Confirmación Sin embargo, se ha dado facultad a las
conferencias Episcopales para que, si existen razones que lo hagan necesario, establezcan una edad
algo más tardía. Pero el Espíritu de este documento no es que se retrase notablemente su recepción.
A) El confirmando, para ser buen cristiano necesita aparte de la gracia de Dios, alguien a quien pueda
mirar como ejemplo, a quien pueda confiar y pedir ayuda en un momento concreto. El padrino es para
el confirmando una persona de plena confianza que puede colaborar en su formación preocupándose
de que sea siempre un buen cristiano. Siendo tan importante la misión del padrino, hay que saber
elegir de entre las personas, familiares o no, que reúnan las condiciones necesarias para cumplir con
su deber.
B) Puede ser padrino de confirmación el que reúna estas condiciones: estar confirmado y estar en
condiciones de poder ayudar a otros a vivir su vida cristiana, haber cumplido ya los dieciséis años de
edad, que no esté afectado por una pena canónica, que no sea el padre o la madre del confirmando.
Es conveniente que sea el mismo padrino del Bautismo.
C) Es capaz de ayudar a otros a vivir su vida cristiana toda persona que se esfuerza por vivir su fe
plenamente.
D) Los deberes del padrino con respecto a su apadrinado son los siguientes: rezar por él, darle ejemplo de
vida cristiana, aconsejarle, iniciarle en el apostolado, ser como la voz de Dios que en cada momento le
dice a su ahijado lo que debe hacer y lo que ha de evitar para vivir su responsabilidad de soldado de
Cristo.
F) Cada confirmado debe tener solamente un padrino o una madrina, no ambos a la vez. Entre el padrino
y el confirmando surge un parentesco espiritual, pero no impide el matrimonio entre ellos.
CURSO : RELIGIÓN
GRADO : 3RO
CARTA DE CRISTO
¿Cómo te va?
Te envío esta carta para decirte lo mucho que te quiero y me preocupo ,por ti.
Te vi ayer cuando estabas hablando con tus amigos y te estuve esperando todo el día, con la esperanza de
que quisieras hablar conmigo.
Al caer la noche seguí esperando, pero tú no llegabas. Claro, me sentí mal, pero sigo queriéndote
porque soy tu amigo. . Esta mañana te veía tan sola, y sentí pena. Te comprendo, pues también.., mis
amigos me dejaron solo.
No dudes en pedirme salud, éxitos en tus estudios, bienes espirituales o materiales todo eso
puedo darte; lo doy y deseo que me lo pidas, en cuanto no se oponga al plan que mi padre tiene para ti.
¿Qué quieres que haga por tu hermano, por tu hermana, por tu amigo, por tus padres? ¿qué desearías
hacer por ellos?
¿Y por mí?¿ No quisieras hacer algún bien a tu prójimo y a las personas que amas y que se han olvidado de
mi?
¿Estás resentido con alguien que antes te quiso y que ahora se aleja de ti sin que le hayas dado motivo?
Ruega por esa persona y yo la volveré a tu lado, si es que no va a apartarte de Mí.
¿Tienes tal vez una alegría que comunicarme? ¿Por qué no la compartes conmigo como con tu mejor
amigo?
24
COLEGIO PITÁGORAS RELIGIÓN 3ER GRADO - 18
¿No tienes ninguna promesa que hacerme? Ya sabes que leo en el fondo de tu corazón...¿Estás
firmemente decidida a renunciar a aquello que te dañó? ¿a no tratar más con aquella persona que turbó la
paz de tu alma?
¿Volverás a ser amable y paciente con aquella otra que, por haberte faltado, has mirado hasta hoy como
enemiga?
No dejes de encomendarte a mi madre que lo es también tuya; ella te ayudará a conocer y a amar a mi
Padre.
Podríamos hablar una eternidad juntos en el cielo... Sé lo que esto es difícil en la tierra, claro que lo sé. Pero
inténtalo. Siempre encontrarás en mi corazón nuevo amor, nuevos beneficios, nuevos consuelos.
No quiero molestarte más; eres libre de elegirme. Es tu decisión. Yo te he elegido y por eso te esperaré,
pues te amo hasta dar,.. mi vida por ti.
Tu Maestro
Jesús
GRADO : 3ERO
¿QUÉ ES LA MORAL?
Cada día oímos afirmaciones tales como: «la crisis de nuestro país
no es sólo económica o política. sino sobre todo moral»,
En esta clase los usaremos como sinónimos que tienen idéntica riqueza
de significados. Unas veces se referirán a comportamientos concretos (lo
que se llama moral vivida) y, otras veces, al estudio sistemático (moral
formulada; es decir, un saber o ciencia).
30
DELIMITA La moral de una sociedad o grupo humano se manifiesta en primer
lugar en las costumbres (mores).
CIÓN DEL Al conjunto de costumbres aceptadas y vividas en una comunidad se le
CONCEPT llama ethos.
O DE
MORAL
Con
mucha
frecuencia, al
hablar de
moral se
confunden y
mezclan
distintos
niveles de
aproximación
a la realidad
humana. Las
costumbres
(nivel
sociológico),
las leyes (nivel
jurídico), la
religión (nivel
teológico)
tienen una
relación
estrecha con
la moral; pero
no se deben
confundir. Por
eso es
necesario
delimitar bien
los conceptos
de lo que es
estadísticame
nte
mayoritario,
legalmente
lícito y
religiosamente
sagrado como
algo distinto
de lo que es
moralmente
bueno. Esto es
lo que
pasamos a
exponer a
continuación:
Nivel
sociológic
o
31
Para estudiar esta realidad hay ciencias humanas como la sociología, la antropología y la psicología.
Éstas hacen sus análisis empíricos recurriendo a métodos como encuestas y estadísticas que pueden
cuantificar pautas y comportamientos morales. La moral necesita partir de los datos de la realidad, es decir,
ha de tener en cuenta el análisis sociológico. Pero una vez dicho esto, ha de quedar muy claro que el nivel
CURSO : RELIGIÓN
sociológico sólo expresa constataciones o juicios de hecho mientras que la moral hace juicios de valor.
GRADO : 3RO
La sociología constata hechos y puede analizar sus causas. La moral valora éticamente ese hecho y
emite una valoración (eso está malo está bien) para motivar el cambio o la consolidación de dicha realidad.
En resumen: la estadística o las encuestas proporcionan datos sobre lo que hace la mayoría, pero no
sobre la bondad o maldad moral de ese actuar. Por eso no se puede confundir lo que hace la mayoría con
lo que es moralmente bueno (pensemos en situaciones tales como la mentira, la discriminación racial o el
(machismo).
Ser mayoría o ser minoría es algo que tiene importancia para la moral, pero de ese único dato no se
puede deducir lo que es moralmente correcto.
Nivel jurídico
Las leyes son la expresión normativa que las sociedades se dan a sí mismas a través de los órganos
legislativos. La ley ha de mirar al bien común buscando consensos a partir del pluralismo de opciones
legítimas que hay en la sociedad. El nivel jurídico expresa valores mínimos comunes de los que brota la
conciencia y la realidad de lo que es o no es lícito, legal.
Por ejemplo: el salario mínimo legal de nuestro país. por definición se ajusta a lo estipulado en la ley;
pero la valoración moral lo percibe como injusto. Vemos pues, que el "sueldo mínimo legal' no es,
necesariamente, un "sueldo mínimo moral'. Por eso la Doctrina social de la Iglesia no habla de salario legal
sino de salario justo. La ética va más allá de la legalidad.
Nivel religioso
Aunque estén estrechamente relacionados en la existencia misma del creyente, lo religioso y lo moral
son dos aspectos formalmente distintos. Es cierto que para una persona creyente para la cual Dios es quien
da sentido a su existencia y a los aspectos fundamentales de ésta la vida, la muerte, el amor, la justicia, la
libertad, la verdad, etc.), se entrelazan las dimensiones ética y religiosa.
En cambio el sentido moral, las exigencias éticas, no necesitan de por sí una convalidación religioso
filosófico. Esta es una afirmación obvia porque, de lo contrario, los ateos se considerarían exentos de
obligaciones morales.
Las opiniones morales no se fundamentan en creencias religiosas sino que parten de la razonabilidad
del discernimiento. Claro está que la fe, en concreto la fe cristiana, le da un valor trascendental y teológico a
la vida ética del creyente.
Por eso, hay que procurar articular adecuadamente las relaciones entre fe y moral, religión y ética,
para evitar dos peligros extremos: la separación total de lo ético respecto a lo religioso (reduciéndolo a
meras prácticas de piedad), o reducir la fe a un conjunto de normas y reglas de comportamiento.
Distinguiendo adecuadamente el aspecto religioso (lo santo, lo sagrado) del aspecto ético (lo bueno)
podremos luego unirlos en la vida sin confundirlos. De ahí brota el llamado que hace el Concilio Vaticano II
(GS, 16) a los cristianos para que participemos en un diálogo constructivo con los no creyentes a fin de
buscar soluciones a los graves problemas morales de la humanidad.
LA MORAL EN LA HISTORIA
Aristóteles
En el conjunto de los grandes pensadores griegos de la antigüedad, puede decirse que Aristóteles
(384-322 a. C.) es, posiblemente uno de los pensadores que ha tenido más influencia en nuestra cultura.
Entre los rasgos principales de la moral de Aristóteles cabe señalar que la suya es:
Por la importancia de esta dimensión política de la ética, Aristóteles da prioridad en sus obras a las
actitudes de la justicia y la amistad. El modelo ético aristotélico ha recibido, a lo largo de la historia, también
criticas que lo señalan como: elitista, clasista, teorético y egoísta.
Pensamientos
“Es imposible que sean diligentes los criados, no siendo diligente el patrón”
ARISTÓTELES
EL REY ESTANISLAO
PECADO, PERDON y RECONCILIACIÓN
El pecado es una categoría moral negativa ya que revela el fracaso de la vida moral del cristiano a la
luz del misterio de la salvación: la historia humana es historia de salvación y por lo tanto el pecado es un
tema fundamental del cristianismo. Esto no significa que sea el tema principal, sino que al poner como
centro de la vida cristiana la redención de Cristo, hay que considerar que nos redime precisamente del
pecado. La salvación se encuentra en la relación pecado-redención.
Estas dos formas de entender el pecado hacen que la búsqueda de liberación de los sentimientos
negativos sea de la misma naturaleza que su origen. Si es un sentimiento de trasgresión a una norma, su
solución es ritual, externa y según ciertas pautas formales. Si tiene su origen en un sentimiento psicológico,
los caminos de solución al remordimiento son también a través de procesos psicológicos.
Dimensión religiosa: El pecado se da siempre en referencia a Dios: ante Dios o contra Dios. Es
ruptura de la alianza de Dios con su pueblo expresada a veces en clave matrimonial (Os 1-3). Al negar la
relación con Dios el pecado intenta una falsa autoafirmación. Al mismo tiempo, el Antiguo Testamento
insiste en que el pecado también tiene una dimensión horizontal: es «contra Dios» y «contra el hombre».
Dimensión comunitaria: Si la alianza es de Dios con la comunidad, la ruptura de la misma hace que
sea la comunidad el ámbito en el que se vive, se valora y se repara el pecado. El pecador se responsabiliza
de su pecado como miembro de la comunidad de la alianza.
29
CURSO: RELIGIÓN
GRADO: 3ER
VISIÓN
TEOLÓ
GICA
DEL
PECAD
O
La
realidad
humana del
pecado puede
verse desde
dos
perspectivas
distintas y
complementari
as: la ética y la
religiosa.
El pecado
como
realidad
ética
En
cuanto
realidad
ética el
pecado
tiene dos
component
es: se trata
de una
acción
desintegrad
ora de lo
humano
ante la que
experiment
amos la
responsabili
dad o
culpabilidad
ética.
Responsabilidad
Para que la culpabilidad alcance el verdadero nivel ético ha de
estar referida a la libertad y a la obligación del sujeto moral. El
pecado pone de manifiesto la libertad del sujeto: el que no es libre
no puede pecar y no es responsable. Si el sujeto es libre, carga con
la responsabilidad y las consecuencias de lo hecho. Asume que
podría haber actuado de otra manera Y ese "podría» implica que
"debería» haber actuado de forma diferente. La posibilidad de elegir
(libertad) está condicionada por una obligación.
Acción humana desintegradora.
El pecado en el nivel meramente ético se define por su
referencia a lo humano y tiene la connotación de la negatividad que
introduce en la historia. El pecado no es algo abstracto sino
concreto: una negatividad que condiciona y contamina la realidad
humana. Esto puede expresarse de diferentes maneras: ofensa al
otro, desintegración de lo humano. alienación. frustración. etc. No se
puede entender el pecado si no aceptamos que la persona es un ser
comprometido con la realidad y con la historia.
Ella es capaz de alienarse y de realizarse. El pecado es optar por la
negatividad.
CLASES DE PECADOS
Podemos afirmar, con toda certeza y en comunión con toda la Tradición cristiana. que hay diferentes
tipos de pecados con efectos también diversos. Unos merecen la pena eterna (1 Cor 3. 13-17; 1 Jn 1,8; St
3.2; 1 Cor 5. 1). Otros excluyen del Reino (1 Cor 6.9; Ga 5. 19; Mt 7, 23). Existen pecados leves (St 3. 2),
etc. Nosotros conocemos desde el catecismo que los pecados se dividen en mortales y veniales.
El seguimiento de Cristo exige fe, amor y conversión. Cuando una persona opta por ser libre y
conscientemente discípulo de Cristo hace lo que la moral actual llama una opción fundamental, es decir,
orienta por amor toda su vida hacia Dios, se deja llenar por su Espíritu, vive la gracia y la vida de Dios en sí
mismo. La fe en el amor inicia una relación interpersonal del creyente con Dios en Cristo, que mantiene a la
persona en actitud constante de diálogo (oración). de comunión (identificación), de admiración
(contemplación), de fidelidad (donación incondicional), de servicio comprometido (trabajo por el Reino). etc.
El pecado mortal
Descrita esa opción fundamental es fácil hablar de lo que es el pecado mortal. Este es una ruptura de
la opción fundamental. Una ruptura radical, libre, voluntaria y consciente de la relación con Dios, en la que
se pierde la interacción amorosa. Es mortal porque mata la vida en el Espíritu, la gracia; porque destruye el
diálogo, la admiración, la fidelidad y el sentido divino del trabajo comprometido por el Reino. El corazón del
hombre cambia de preferencias, su amor se orienta hacia cualquier ídolo que le proporciona algún tipo de
satisfacción.
El pecado venial
El pecado venial, debe ser entendido desde una ruptura parcial, que no rompe de manera radical ni
total la opción fundamental. El pecado venial, no anula la vida en el Espíritu, ni ninguna de las
manifestaciones relacionales del hombre con su Señor. Ciertamente enfría y hace más superficial la
intercomunicación y el amor, pero el hombre mantiene, al menos en parte, la relación afectuosa con Dios.
El pecado venial no afecta el ser fundamental de la persona, sino aspectos parciales o periféricos. Por
otra parte, en ciertas ocasiones hay pecados que, por el aspecto que traicionan, pueden ser muy graves,
pero muchas veces el hombre no es tan radicalmente culpable: es posible que haya actuado sin plena
conciencia, o sin plena voluntad o sin plena libertad No todo acto en sí mismo pecaminoso es siempre un
pecado si le faltan las condiciones necesarias.
Como en todo proceso perteneciente a la vida moral. también en la experiencia del pecado existe una
gradación que es muy importante inculcar en la pastoral para tomar conciencia del valor moral de nuestras
acciones. En ese sentido habrá que hacer notar la diferencia entre pecado mortal pecado grave y pecado
leve.
29
La pecadora penitente.
Había una mujer de mala conducta, llamada María Magdalena, la cual así que tuvo conocimiento del
Salvador, se llenó de amor y veneración hacia Él, y de dolor, y amargura por las faltas cometidas.
Como supiese que Jesucristo estaba a la mesa en casa de un fariseo llamado Simón, entró también ella
en la sala del convite, llevando un vaso de alabastro, lleno de un precioso ungüento. Y no ,osando
presentárselo, fuese por detrás y postróse a sus pies.
La pecadora, sin proferir palabra, y penetrada del más vivo dolor, prorrumpió en llanto, y con lágrimas
bañaba los pies de Jesús, los enjugaba con sus cabellos, los besaba y los ungía con el ungüento.
Viendo esto el fariseo que le había convidado, decía dentro de sí mismo: "Si Este fuera profeta
ciertamente sabría quién y cuál es la mujer que le toca, porque es pecadora".
Mas Jesús, penetrando los pensamientos del fariseo, le dijo: "Un acreedor tenía dos deudores, uno le
debía quinientos dinarios y otro cincuenta. No teniendo ellos con que pagar les perdonó a los dos. ¿Cuál de
ellos lo amará más?" Respondió el fariseo: "Pienso que aquél a quien más perdonó".
"Has juzgado rectamente", dijo el Señor a Simón. y vuelto a la mujer prosiguió diciendo: "¿Ves a esta
mujer? Yo entré en tu casa, y no me has dado agua con que se lavaran mis pies, y ésta los ha bañado con
sus lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos; tú no me has dado el ósculo de paz y ésta desde que vino
no ha cesado de besar mis pies; tú no me has ungido la cabeza con óleo, y ésta ha ungido mis pies con
ungüento. Por lo que te digo que le son perdonados muchos pecados, porque ha amado mucho; y a quien
menos ama, menos se le perdona".
Dijo después a la mujer: "Te son perdonados tus pecados: tu fe te ha salvado; vete en paz".
Humildad y dulzura de Jesús.
1. Mientras Jesús hacía tantos y tan estupendos milagros, daba también ejemplo de todas las virtudes.
2. Era humilde de corazón, y llamábase a sí mismo el hijo del hombre, como lo era en apariencia. Y
añadía: "Yo he venido para servir y no para ser servido".
3. A menudo ocultaba los milagros, y prohibía a los enfermos revelar los beneficios que les prodigaba.
Hacía callar a los demonios mismos, cuando, arrojados del cuerpo de los poseídos, le confesaban por
el Hijo de Dios. Retirose al desierto cuando después de la multiplicación de los panes querían hacerle
rey, pues no buscaba su gloria, sino la del Padre que le había enviado.
4. Era dulce y bondadoso. No menospreciaba a nadie, antes bien buscaba a los pobres y miserables,
para hablarles y consolarlos. No altercaba nunca, ni levantaba la voz, ni negaba los beneficios a los
que los solicitaban.
5. Tenía un corazón compasivo. Lloró la muerte de Lázaro, su amigo, a quien resucitó; y en otra ocasión
lloró por las calamidades que debían sobrevenir a Jerusalén. ¡Tanto amaba a su patria, aunque ella se
mostraba tan ingrata para con Él!
6. Amaba singularmente a los niños, y lo demostró cuando un día muchas madres le presentaron sus
hijos, para que los bendijera.
7. Los discípulos, reprendiéndolas, querían apartarlas. Más Jesús les dijo: "Dejad que los niños vengan a
mí; porque de ellos es el reino de los cielos".
8. y en seguida añadió: "En verdad os digo que si no os hacéis semejantes a estos niños, no entraréis en
el reino de los cielos". Y abrazándolos cariñosamente los iba bendiciendo.
28
CUESTIONARIO. - 1. ¿Qué más hacia Jesús, mientras hacia tantos milagro,? - 2. ¿Cómo era la humildad
de Jesús? - 3. ¿Y cómo mostraba su humildad en los milagros? - 4. ¿Y cómo era la bondad y dulzura de
Jesús? - 5. ¿Cuándo mostró especialmente su corazón compasivo? - 6. ¿Y a los niños los amaba Jésús? -
7. Los discípulos, ¿qué hicieron entonces? - 8. Y enseguida Jesús, ¿qué añadió?
CURSO : RELIGIÓN
Paciencia y otras virtudes del Salvador.
GRADO : 3ERO
1. Admirable fue la paciencia del Salvador en sufrir los defectos de sus discípulos, al principio hombres
groseros e ignorantes; y en soportar los gritos importunos de los enfermos, y demás que
continuamente lo rodeaban.
2. Jesús pasó su vida en suma pobreza, no teniendo ni casa en que abrigarse, ni lugar donde reclinar su
cabeza, y vivía de lo que espontáneamente ofrecíanle aquellos a los que Él instruía.
3. Soportaba con inalterable constancia todas las incomodidades de la pobreza: el hambre, la sed y el
cansancio. Viajaba a pie bajo un sol ardiente.
4. Perseguido en una ciudad, se retiraba a otra sin enojo, sobrellevando con ánimo tranquilo, ya la poca
fe de sus secuaces mismos, ya los insultos de las turbas, ya las insidias de sus enemigos.
5. Dos veces solamente pareció enojarse: cuando habiendo ido al templo halló que vendían en él, y
compraban públicamente, y fue entonces que, inflamado de celo por la casa de Dios, y armado de un
azote, derribó los bancos al suelo con las mercaderías, y echó fuera a los mercaderes.
6. Jesús trataba y hablaba con dulzura a los pecadores que querían convertirse, y no rehusaba comer
con ellos. Mas reprendía fuertemente a los obstinados, especialmente a los hipócritas, a los escribas y
fariseos, a quienes reconvenía públicamente por todos sus vicios.
7. Mas en tanto que reprendía sus acciones, no dejaba de ensalzar su ministerio, y recomendaba al
pueblo escucharlos porque enseñaban legítimamente. Pagaba como los demás sus tributos, y cumplía
todas las prescripciones de la religión judaica.
CUESTIONARIO. - 1. Y la paciencia del Salvador ¿en qué fue admirable? - 2. ¿Era muy pobre Jesús? -
3. ¿Soportaba también otras incomodidades? - 4. Y cuando Jesús era perseguido por los malos, ¿qué
hacía? - 5. ¿Jesús no se enojó nunca? - 6. ¿Cómo hablaba Jesús a los pecadores? - 7. ¿Y respetaba Jesús
a las autoridades, aún en esos malvados?
LA DIMENSIÓN ESTRUCTURAL DEL PECADO
En el panorama de la teología moral contemporánea hay un tema en cuya formulación ha tenido un
papel fundamental la teología latinoamericana, que ha influido en el Magisterio de la Iglesia, tanto en los
Documentos Pontificios como en los latinoamericanos. Se trata del tema denominado pecado estructural,
estructuras de pecado o dimensión estructural del pecado. Hoy este punto forma parte del patrimonio común
de la reflexión teológico-moral de todo el mundo.
El documento de Medellín (1968) habla de «situación del pecado», y «pecados se que cristalizan en
estructuras injustas». Juan Pablo II en su primer viaje a México (1979) afirma que hay «estructuras de
pecado en las que está envuelta nuestra vida personal, familiar y social».
Quisiera finalizar esta unidad haciendo tres precisiones teológico-morales sobre la dimensión
estructural del pecado:
El mundo personal como lugar adecuado de la culpabilidad. Todo pecado se refiere siempre a la
persona ya que la culpabilidad inherente al pecado requiere una responsabilidad personal (lo que no quiere
decir que se identifique con lo individual). No hay oposición entre personal y estructural: son ámbitos
diferentes pero, referidos al pecado, siempre en relación a las personas que pecan.
Estructura y situación de pecado. Las estructuras, como es obvio, no pecan ni pueden pecar, pero
sabemos que el entorno social configura a la persona que tiene como nota constitutiva su dimensión social
o de relaciones inter.-subjetivas. A partir de y a causa de intervenciones humanas libres, la solidaridad en el
mal puede cristalizar un entorno social pecaminoso que se concreta en estructuras sociales de pecado:
estructuras políticas, económicas, culturales, jurídicas, etc. El pecado reside siempre en el interior de la
persona.
De allí brota y pasa a las actividades, instituciones y cosas creadas por las personas que resultan
siendo objetivamente un desorden moral pecaminoso: situaciones o estructuras de pecado. Nadie puede
escapar de su responsabilidad ante las injusticias estructurales de la sociedad: cada persona ha de valorar
en qué medida influye y se deja influir por dichas estructuras.
El contexto vital
La común experiencia humana de culpabilidad la vive el cristiano en una relación con el Dios salvador;
por lo cual la culpa adquiere la importancia de pecado en tanto que ofenda a Dios.
No todo el mundo consigue esa unidad existencial pero a menudo la realización de la fe y la práctica
moral se viven sin fisuras. Las reducciones sin embargo, son inevitables; y uno es un tanto culpable por lo
que mira al preceptuado respeto de sí mismo y de cara al prójimo o a la comunidad, no agota todas las
31
posibilidades de libertad o comete faltas graves. El culpable no ha percibido su responsabilidad y tiene que
justificarse ante el dictamen de su conciencia, ante la reclamación del prójimo y de la comunidad, pues sabe
que habría podido obrar de otro modo y que no obstante las ataduras y presiones, no estaba forzado a
obrar como obró. Es pues perfectamente lógico que dirija todo su interés al restablecimiento del orden
violado.
CURSO Eso: RELIGIÓN
responde al deseo espontáneo de justicia y solidaridad. Pero surge la sospecha de si el hombre
GRADO
no queda : 3ERO
prendido en toda su hondura. En conclusión, la experiencia religiosa es una experiencia
primordial, por desfigurada o difuminada que pueda presentarse. Al culpable le atormenta al menos la
obscura conciencia de que ha de responder de sus acciones y omisiones ante Dios como último fundamento
existencial, de cuyo juicio incorruptible depende el logro coherente y definitivo de la propia e inalienable
historia vital.
El culpable sabe que el orden moral es más que una recopilación de mandatos y prohibiciones: es un
orden vital, que garantiza una realización inquebrantable en Dios y que está bajo la promesa histórica de la
salvación. Si no consigue objetivar su conciencia de culpabilidad en el símbolo liberador, queda preso en el
círculo infernal de culpa y angustia.
PECADO
El testimonio de la Sagrada Escritura
La mentalidad existencial-teológica de los autores bíblicos marca las múltiples afirmaciones sobre el
pecado: en el centro está la interpretación de la experiencia padecida, y no la elaboración de un sistema. A
ello se suma el que la intuición teológica al hilo de los acontecimientos históricos va ganando hondura y
pureza. El pecado es una rebelión contra la orden de Yahveh (Num 14, 9; Dt 28, 15-44); en la teología de la
alianza aparece como una deslealtad y adulterio (Is 24,5 ; Os 3,1). Y en la historia del pecado de los
orígenes se expone una etiología de la experiencia de culpa y sufrimiento (Gen 3. 1-24).
Frente a las tendencias objetivistas, que reducen el pecado a un error y transgresión de un orden
divino establecido y en las que se piensa en formas de conducta que producen la impureza cultural (1 Sam
5, 7ss), no puede desaparecer la interiorización creciente. El pecado deriva del libre albedrío (Gen 4,7), de
la maldad del corazón (Gen 6, 5; Sal 51. 52), sin distinguir entre culpa y pecado. Por el contrario, se
encuentra ya la distinción entre pecados graves y leves o veniales, que se cometen por debilidad e
inexperiencia (Job 13, 25; Sal 25, 7).
La crítica legal, que se perfila en los mejores elementos de la teología legal rabínica, repercute en la
concepción del pecado y alcanza su culminación en las exigencias del sermón del monte, especialmente
con sus antítesis primarias y secundarias (Mt 5, 21-48). Todas las afirmaciones particulares sobre la
realización expuesta del pecado se mantienen en esa perspectiva: rechazo de la comunión con Dios,
desobediencia a la palabra divina (Mt 7,24), siendo determinante la perspectiva del Padre misericordioso (Le
15, 11-32). El mandamiento del amor como eje de la moralidad neotestamentaria, que invita a la imitación
del Padre celestial, hace que el pecado aparezca como un odio a Dios (Jn 3, 19ss) y al prójimo (1 Jn 4, 20).
La crítica paulina a la ley arranca de la experiencia del hombre dividido (Rom 5-7); en los catálogos de vicios
se suceden las concreciones gráficas (Gal 5, 19ss).
Antes de que el pecado aparezca como un hecho es un proceso de defunción. que nace de una
omisión y abandono. La vigilancia y tensión del espíritu disminuyen insensiblemente, pero de un modo
cierto; la resolución de la libertad como poder para obrar el bien se paraliza; la tristeza anímica -en la
literatura ascética se la .llama acedía- se expande socavando cualquier iniciativa. El hombre se desorienta a
pesar de tener todo ante sus ojos, equivoca su fin último. y con él el sentido que sustenta su existencia
terrena. Una pura moral de preceptos y prohibiciones, que se atiene a los rendimientos particulares capaces
de un control externo. no sondea esas profundidades. Por ello sólo puede brindar terapias sintomáticas.
estándole vedadas las posibilidades de una “terapia de las causas”. Y con ello se cierne el peligro de una
banalización del pecado, sin que se valore suficientemente que el pecador es culpable de su realización
vital.
Nada tiene de extraño que el pecado, en tanto que pérdida de sentido y error vital, produzca una
angustia vital profunda, que impulsa de continuo a nuevas suplantaciones, tentativas de apaciguamiento y
auto-justificaciones. El pecador se encajona en el ámbito sin libertad que él mismo ha creado, el círculo
infernal de angustia y culpa se cierra dificultando cada vez más el estallido sanante. El proceso se asemeja
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a un remolino que todo lo arrasa y por el que uno se deja arrastrar. El pecador está como huyendo de sí
mismo y su vida degenera en una mentira permanente.
Que la experiencia de Dios produce gozo y paz en el Espíritu Santo, consuelo y seguridad, ya no es
para él ninguna realidad vital. La concepción neo-testamentaria de Dios palidece y salta al primer plano la
imagen de un Dios caprichoso y tiránico, que impone cargas insoportables y ejerce un control despi adado.
Lo cual sólo puede acabar en una catástrofe de la propia historia vital. El pecado es la tentativa baldía por
escapar a esa torcedura del espíritu y por construir un mundo falso.
En este punto acude el recuerdo del vínculo entre decisión fundamental y decisión vital. El fracaso
particular, sea manifiesto u oculto, es síntoma de una crisis profunda que afecta a toda la vida. Las
expectativas acariciadas no se cumplen con la propia elección vital, las desilusiones crecen cada vez más y
se expanden la apatía y la resignación. El encanto alado del comienzo se transforma en una rutina
melancólica. Lejos de ser el señor, el hombre ha pasado a ser la víctima de su historia vital, que adquiere
todos los caracteres de un destino inflexible.
¿Qué tiene de extraño que, cuando a uno le apremia el desquitarse en secreto, busque la manera de mitigar
su sentimiento de fracaso? Por lo demás, es propio de la evasión y ruptura precipitada el trabarse
inevitablemente cada vez más. Con el tiempo resulta cada vez más difícil dar un golpe vigoroso de timón;
la debilidad y el endurecimiento no son más que las dos caras de una misma moneda. Además, son las
circunstancias creadas culpablemente las que fomentan ese proceso y lo refuerzan.
Cada pecado empieza en la interioridad del propio mundo mental. El sentimiento de un hombre
adquiere su forma más original en la cultura del pensamiento. Como piensa un hombre, así vive y actúa. Lo
que se piensa acaba encontrando alguna vez, cualesquiera sean las sendas ocultas y tortuosas que haya
de recorrer, el camino hacia la acción. Para la construcción de una personalidad moral es importante el
hecho de que la mayor parte del tiempo de la vida lo pasamos a solas con los propios pensamientos. Por
ello es tan consecuente como realista prestar mayor atención a los pecados de pensamiento. Y ello porque.
a través de los mismos, se prepara el terreno para los pecados de obra, se tienden los raíles del
sentimiento. se construyen las expectativas, e insensiblemente entramos en la marcha de los
acontecimientos.
Desaparece entonces el distanciamiento anímico del pecado, se ha saltado ya el foso y se pacta con
el enemigo. Cunde después el engaño de sí mismo, uno es la primera víctima de los propios pensamientos,
falla la previsión crítica de las circunstancias vitales y se maniobra forzosamente en situaciones de fracaso.
A menudo sólo se necesita un motivo baladí para que el edificio podrido de la decisión básica como decisión
vital reciba el golpe de gracia.
La teología moral y la psicología han de investigar en colaboración y a fondo toda esa realidad. No
puede bastar con centrar la atención en el acto particular y considerarlo únicamente bajo el aspecto
predominante de la disminución de la culpa a causa de una visión y libertad limitadas, como ocurría en
buena medida en la teología de los manuales. En el fondo estaba la psicología racional de la ilustración,
cuyos propósitos estaban sí justificados, pero es necesario completarlos. La teología moral ha aprendido en
el pasado inmediato de la psicología profunda y del psicoanálisis una distinta matización de las escuelas. Se
trata siempre de trazar, con la mayor precisión posible las fronteras entre culpa y destino, por vagas que
puedan resultar. a fin dé descubrir la verdadera responsabilidad, pese a todas las tentativas de
enmascaramiento.
CURSO : RELIGIÓN
GRADO : 3ERO
Consideremos primero a la naturaleza como algo fuera de nosotros, como los fenómenos del mundo
material, los hermosos árboles, las flores, las montañas de crestas nevadas, los verdes valles, los
estridentes torrentes, los riachuelos serpenteantes, los pájaros cantarines. Su belleza y armonía han sido la
inspiración de muchos poetas, de místicos, de las personas espirituales y de los buscadores de la verdad. El
poeta Words Worth decía “ Dejad que la naturaleza sea vuestro maestro”. También escribió:
La humanidad, por otra parte, ha estado destruyendo la Naturaleza por el orgullo y la ambición de su
“imperialismo tecnológico”, absolutamente centrado en el egoísmo y la ambición .
Ese mismo egocentrismo y ambición se reflejan en la manera como las personas actúan con los demás
seres humanos, con los grupos y naciones.
CURSO : RELIGIÓN
GRADO : 3ERO
Santo Tomás organiza toda la vida moral en torno a las cuatro virtudes cardinales clásicas: prudencia.
justicia. fortaleza y templanza. Por sucesivas subdivisiones acaba estructurando un cuadro de 43 virtudes.
Ese esquema de Santo Tomás ha sido mantenido hasta nuestro días en sus elementos fundamentales por
los moralistas de tradición tomista. Incluso, la ética filosófica insiste en la importancia de la virtud como
categoría para expresar la moral concreta. Así la ética de las virtudes completaría la ética del deber.
La validez del esquema moral de las virtudes es clara: formulación de la moral en positivo y no como
prohibición, apoyo antropológico, etc. No obstante ese esquema, mal entendido, puede presentar algunas
desventajas, tales como: insistir demasiado en la importancia de los cuadros formales en detrimento de los
contenidos; la dependencia de una visión antropológica que hoy ha sido sustancialmente enriquecida con
los aportes de las ciencias humanas, etc.
DEBERES Y MANDAMIENTOS
Junto al esquema de las virtudes, existen otros esquemas tradicionalmente utilizados en la teología y
en la pastoral de los últimos siglos, como, por ejemplo, el de los deberes y el de los mandamientos.
El esquema de Deberes
En la moral vivida de los cristianos ha tenido mucha importancia e influencia la categoría de deber. Es
frecuente, sobre todo en la pastoral del sacramento de la penitencia, valorar la vida moral del creyente en
base a un examen de los «deberes» para con Dios, con el prójimo y con uno mismo.
Este esquema se muestra, visto desde la perspectiva bíblica y cristiana, bastante precario y limitado
ya que: reduce la moral cristiana a una especie de deontología profesional. Se insiste, casi exclusivamente,
en la «obligación» como motivación vivencial y mental para la ética de los creyentes, y divide las exigencias
morales en niveles sin conexión entre ellos.
En primer lugar, porque se prescinde con mucha frecuencia de colocar el decálogo en el marco bíblico
de la liberación y la Alianza.
Casi todas las formulaciones comienzan enunciando sólo los mandamientos y suprimen el texto
fundamental: «escucha, Israel, yo soy tu Dios, el que te sacó de Egipto)) (Ex 20, 2). De esta forma se
limitaba a infundir una moral impositiva, legalista, extrínseca, sin distinguir claramente la gradualidad de las
exigencias morales y descuidando la dimensión comunitaria y social por referirse casi siempre a lo
individual.
90
LAS VIRTUDES COMO ACTITUDES FUNDAMENTALES DEL CRISTIANO
Las actitudes fundamentales del discípulo de Jesús son la fe, la esperanza y el amor. A partir de esas
tres actitudes se puede delinear la figura ética del cristiano. La fe cristiana consiste esencialmente en la
aceptación de una persona, la persona de Jesús, manteniendo con él una intensa y profunda relación de
amistad y de seguimiento. La esperanza cristiana tiene su centro en las promesas de Dios al hombre: la
vida plena y total más allá de la muerte, así como las esperanzas históricas para un futuro digno.
El corazón de la vida cristiana es el amor: amor de Dios y amor a Dios que se verifica en el amor a los
demás, vivido dentro de la experiencia comunitaria de los creyentes.
En el Nuevo Testamento la fe describe la relación con una persona que está basada en la confianza y
en la autenticidad: la relación con Dios como persona que se nos ha revelado en la persona de Jesús. Creer
es adherirse a Dios. fiarse de él, tener seguridad en su persona y en su amor. De ahí se deduce que la fe
supone un compromiso y una entrega a Dios.
En los evangelios se insiste en esta relación personal con Jesús. Juan usa como sinónimos de creer
las expresiones «acercarse a Jesús» (Jn 5, 40), «recibirlo» (Jn 1, 12), «aceptarlo» (Jn 5. 43) Y «amarlo» (Jn
14, 15.23-24). De esta forma queda definitivamente claro que la fe consiste. ante todo, en un encuentro
entre personas: la persona del creyente con la persona de Dios que se nos ha manifestado en Jesús. Por
consiguiente, creer es lo mismo que aceptar a Jesús y adherirse a él.
La experiencia del encuentro entre personas consiste esencialmente en el amor. Pero el amor no es
algo meramente sentimental o emotivo, sino, principalmente, comprensión, seguimiento, afecto y ternura. El
encuentro interpersonal presupone diálogo y comunicación con el otro. Desde el punto de vista ético, creer
en Jesús es «co-realizar» su vida, seguirle, vivir su mensaje, actuar como él actuó. Además, el creer exige
también presencia, diálogo y oración.
Ciertamente. la fe comporta la aceptación de unas verdades, del mensaje revelado por Dios. Pero lo
esencial no es aceptar unas verdades sólo con la cabeza, sino vivir como vivió Jesús: empeñándose en
realizar el proyecto del Padre, poniendo en práctica lo que vivió y lo que dijo Jesús. y todo ello en un clima
de amistad y diálogo con el Señor, que se traduce en oración.
Fundamentalmente lo que espera el creyente es la salvación, la vida eterna. Es una esperanza que
trasciende los límites del espacio y del tiempo ya que se refiere a algo más allá de este mundo: la vida
eterna en Dios. La muerte no es sino la puerta que nos introduce a esta vida plena. No obstante, sería un
error reducir la esperanza cristiana a su dimensión ultramundana. No podemos olvidar que el centro de
nuestra esperanza es Jesucristo y el Reino de Dios anunciado por él. Esto significa que el proyecto de una
vida y una sociedad en la que imperan los valores del evangelio, las bienaventuranzas, es a lo que el
creyente debe aspirar y por lo que debe luchar incansablemente.
COLEGIO PITÁGORAS RELIGIÓN 3ER GRADO - 29
En última instancia, la esperanza cristiana apunta a la restauración total de todas las cosas, de toda la
creación, en Cristo (Rom 8, 19-22). Por consiguiente no podemos caer en el error de reducir la esperanza
cristiana a los aspectos históricos e inmanentes, ni a los puramente trascendentales sin incidencia en las
cosas y situaciones de la vida humana y de la historia. La noción de esperanza implica el compromiso ético
de colaborar en la forja de una vida y una sociedad digna para todos.
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Amor y vida cristiana
Toda la ética cristiana está fundada en el amor: Dios es amor, él nos amó primero y espera como
respuesta el amor del hombre (1 Jn 4, 19). Por eso, el amor está por encima de la fe y de la esperanza.
En el Nuevo Testamento no aparece la expresión griega eras, que es el término con el que se designa
el amor humano en su sentido primario y elemental. El amor cristiano se expresa con el término ágape:
amor que procede de Dios y que se proyecta a los demás. Amar a Dios es hacer lo que Dios hace y lo que
Dios quiere (Mt 7, 21); es decir, amar a Dios es amar al prójimo con las obras. Jesús insiste en que la
condición necesaria y suficiente para entrar a la vida eterna es el amor concreto y eficaz al prójimo,
preferentemente a los pobres y marginados ( Mt 25, 31-46).
El único y definitivo mandamiento de Jesús es que nos amemos unos a otros (Jn 14, 15: 1 Jn 2, 6) Y el
que no ama al prójimo no conoce a Dios (1 Jn 4, 8). El amor es la expresión de la fe, su verificación y su
medida. Hay que tener muy presente, sin embargo, que no se puede reducir la práctica del amor cristiano a
mantener unas buenas relaciones interpersonales con los allegados, o a la beneficencia con los
necesitados.
Eso, por supuesto, es necesario, pero no basta: el amor cristiano no se agota en las realizaciones
individualistas sino que privilegia su manifestación comunitaria. El amor no se identifica con una ayuda
ocasional sino que requiere un compromiso ético permanente por buscar la equidad, la fraternidad, la
solidaridad y la corresponsabilidad. Esto tiene su realización plena y cabal en el hecho comunitario: la vida
en comunidad es el lugar donde se puede realizar más significativamente las exigencias del amor cristiano.
En resumen, se puede afirmar que el Nuevo Testamento propone la caridad como la actitud básica y
el contenido nuclear de la ética cristiana. Lo peculiar de Jesús es que plantea la unión íntima e indisoluble
del amor a Dios y al prójimo: hay que ayudar a todo el que pasa necesidad, sin exclusión alguna (parábola
del buen samaritano). Esto se radical iza cuando Jesús plantea la exigencia del amor al enemigo (Mt 5,43-
48).
La teología moral post-conciliar se presenta como una ética de la caridad, no sólo como rasgo
identificador de la vida moral de los cristianos, sino que se insiste en orientar la caridad hacia el compromiso
social de los creyentes desarrollando el tema de «la caridad política-, siguiendo los planteamientos del
Magisterio de la Iglesia. En la caridad se encuentra la síntesis más coherente del ethos-cristiano: el amor a
Dios es su elemento meta-ético, y el amor al prójimo es la expresión de la normatividad concreta. De esta
manera, el amor se transforma en una praxis significativa y autentificada de la experiencia religiosa. Es decir
que la caridad. en cuanto categoría teológica, expresa la unión que se da entre religión y moral en la vida
del creyente.
El impulso religioso del amor a Dios tiene su proyección en la transformación de la realidad humana.
Por ello se afirma que la caridad es el rasgo decisivo e identificador del ethos-cristiano.
CURSO : RELIGIÓN
GRADO : 3ERO
La Celebración Litúrgica
Como bien sabes, la celebración litúrgica cristiana tiene diversas formas según los distintos tiempos y
lugares. Pero dentro de esta variedad existen algunos elementos que siempre permanecen. Estos son unos
signos de identificación y vínculos de unión entre las diferentes iglesias y comunidades.
En esta unidad vamos a tratar de presentar aquellos elementos que son fundamentales para poder
responder a una serie de preguntas como: ¿qué es celebrar?, ¿cómo celebrar la Liturgia?, ¿qué criterios se
deben tener en cuenta a la hora de celebrar?, etc.
La Celebración
En la Sacrosanctum Concilium 7 se nos dice que «toda celebración litúrgica, por ser obra de Cristo
sacerdote y de su Cuerpo, que es la Iglesia, es acción sagrada por excelencia».
La acción celebrativa consiste en la evocación y el anuncio de un hecho de salvación, en la actualización de
ese hecho aquí y ahora para los que toman parte en la celebración, mediante un ritual compuesto de
símbolos, palabras y gestos.
La celebración litúrgica es el acto que evoca y hace presente la salvación realizada por Dios en Jesús con la
fuerza del Espíritu Santo.
Podríamos distinguir tres conceptos distintos:
La Liturgia cristiana implica y abarca toda la existencia cristiana, convertida, en una ofrenda grata a Dios.
La celebración es el momento en el que tiene lugar la actualización de la salvación mediante gestos.
palabras y ritos.
Y la ceremonia es un elemento externo de la celebración. es una norma o costumbre que se produce tanto
en el campo litúrgico como también en el campo social.
La celebración en cuanto acción sagrada de una asamblea comprende estos elementos:
Hay un texto muy bonito del siglo 11, según nos trasmite San Justino al hablarnos de cómo se desarrollaba
la asamblea dominical: «Se leen las memorias de los apóstoles o los escritos de los profetas según el
tiempo lo permite ... El que preside toma la palabra para exhortar ...
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COLEGIO PITÁGORAS RELIGIÓN 3ER GRADO - 31
Luego nos levantamos todos juntos y hacemos subir plegarias a lo alto ...».
Entonces, como ahora, la estructura litúrgica celebrativa aparece como un conjunto de lecturas, cantos,
oraciones, plegarias, gestos, etc.