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LA DANZA DE LOS DIABLICOS DE HUANCABAMBA

Danza típica de la provincia de Huancabamba, que acompaña a la Virgen del Carmen en


sus procesiones, simboliza el bien derrotando al mal. Conformada por un Ángel, un
capataz, 12 a más diablicos, y de uno a tres Burrofa.
El Ángel, es un niño que representa al Arcángel San Miguel, quien defiende a la Virgen
del Carmen del ataque de los diablicos. Su vestimenta es corta de color blanco, con capa
de raso azul con blanco, medias blancas, botines o zapatillas blancas, corona dorada, y
frondosas alas blancas, en su mano derecha lleva un cuchillo para la defensa. Baila con
el Capataz, representando un enfrentamiento.
El Capataz, representa al Jefe mayor de los Diablicos, su vestimenta consta de una capa
cuyo interior es rojo y el exterior es negro, adornada con lentejuelas y mostacillas de
colores, formando vistosos diseños. Viste un pantalón a media pierna negro, una camisa
también negra decorada y un cinturón ancho, usa botines cortos negros, y rodilleras con
cascabeles, los que dan un sonido característico, medias negras cruzadas con cintas de
colores. La máscara representa una cara humana deforme, lleva un bigote muy grande,
enroscado que casi le llega a las orejas, en la parte superior tiene un penacho decorado
con plumas de pavo real, espejos y cintas, usa bastón. Al bailar en el centro y entre las
dos filas de diablicos, simula atacar constantemente al Ángel, cada vez que bailando se
acerca a la imagen de la Virgen doble su rodilla.
Los Diablicos, acompañantes del Capataz, cuya vestimenta en la parte superior (blusa)
está elaborada en satén labrado, decorada con vistosos adornos al igual que la falda
confeccionada en terciopelo de color contrastante con la blusa, luce también bellos
bordados en lentejuelas y mostacillas y acaban en un flequillo dorado, lleva rodilleras de
cascabeles, medias color carne, las cuales son cruzadas con cintas de colores, usa botines
cortos o zapatillas blancas. La máscara simula una cara humana con trompa y orejas de
cerdo, en la parte superior lleva al igual que la máscara de Capataz, plumas de pavo real,
espejos, flores, rematadas con un intercalado de cabello y cintas de variados colores.
Bailan formando dos hileras, haciendo movimientos rápidos al levantar las piernas,
siguiendo el compás de la música.

El Burrofa, es una especie de guardián, que baila sacudiendo su látigo para abrir campo
entre los fieles quienes se aglomeran para ver la danza. Su blusa de satén es vistosa y no
tan elegante como la de los diablicos, usa pantalón corto de color fuerte, rodilleras con
cascabeles, medias color carne, cruzadas con cintas de colores, zapatillas blancas. Su
máscara asemeja la cara de un burro, con una trompa larga como la del cocodrilo, la parte
posterior de su máscara está cubierta por tela y lleva sobrepuesta una trenza larga hecha
de soguilla. Su baile consiste en saltos graciosos a la vez que sacude el látigo que lleva
en la mano derecha.
La tonada que acompaña a esta danza, se inicia con el llamado hecho por el redoblante y
el bombo, invitando a los danzantes a bailar, a la que le sigue él.
Al iniciar la danza en la primera procesión, los diablicos formados ordenadamente
presentan su saludo de veneración a la Santísima Virgen del Carmen, y al finalizar las
procesiones antes de que la Sagrada Imagen entre al templo, realizan su danza de
despedida, el Capataz y el Ángel, bailan simulando una batalla en la que resulta ganador
éste último, cayendo al piso derrotado el Capataz, danzan a su alrededor los Diablicos y
el Burrofa, luego de dos en dos los Diablicos se postran de rodillas ante la Virgen
implorando bendiciones, al final el Capataz y el Ángel, se arrodillan ante la Virgen para
similar acto. Concluye así, la danza y la festividad en honor a la Virgen del Carmen, con

la esperanza de volver a bailar como promesa o pago por una gracia recibida de la Virgen
Protectora.

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