Sunteți pe pagina 1din 4

Conceptos relacionados con el texto

Contexto: es el conjunto de circunstancias sociales, culturales, psíquicas,


emocionales que constituyen la situación comunicativa en cuyo entorno que se
produce un texto.
“La teoría del contexto explica cómo los participantes son capaces de adaptar (la producción y la
recepción/interpretación) del discurso a la situación comunicativa interpersonal-social.

Argumentos
La situación social-comunicativa es —en sí— una noción sociocultural, y se describe en términos
de una teoría (micro) sociológica (participantes, relaciones entre participantes, grupos,
instituciones, poder, etc.).
En una teoría del procesamiento (producción/comprensión) del discurso la situación social-
comunicativa no puede influir directamente en las estructuras verbales/discursivas: Se necesita una
interfaz sociocognitiva.
Es decir, no es la situación social-comunicativa la que influye en las estructuras
verbales/discursivas, sino su representación mental en cada participante (hablantes, oyentes, etc.).

Propiedades de los modelos del contexto


La comprensión de situaciones y eventos específicos se hace por medio de modelos mentales. Un
modelo mental es una representación individual, subjetiva, de un evento/situación en la memoria
episódica, que es parte de la memoria a largo plazo.
La estructura de los modelos mentales se define con un esquema que consiste de
algunas categorías muy generales, como Escenario (Tiempo, Lugar), Participantes (y sus varios
roles), y un Evento o Acción. Un modelo representa lo que informalmente se llama una
'experiencia'.
Aparte de la comprensión subjetiva de un evento, un modelo puede incluir una dimensión
evaluativa y una dimensión emotiva (para detalles, véase Johnson-Laird,1983; Van Dijk y Kintsch,
1983; Van Dijk, 1987).

La representación mental de la situación comunicativa se hace con un modelo mental específico


que llamamos modelo del contexto o simplemente contexto.

Funciones de los modelos del contexto


Los modelos del contexto sirven en general para que la gente (los participantes en una interacción
o comunicación) tenga una representación más o menos adecuada y relevante de su, entorno.
Los modelos del contexto controlan la producción y la recepción del discurso, de tal manera que la
estructura del discurso (o su interpretación por el receptor) sea `adecuada' o 'apropiada' a la
situación interpersonal y social.
Los modelos del contexto controlan sobre todo la producción (variación) de las estructuras
discursivas que pueden variar con la variación del contexto: la selección de tópico, el estilo (el
léxico, algunas estructuras sintácticas como el orden de las palabras, la complejidad de las
oraciones, etc.), el formato general (la organización global), etc. Esas estructuras se llaman
'context-sensitive' (sensibles al contexto).
Por supuesto algunas estructuras (gramaticales, discursivas) son independientes del contexto
('context-free'), como gran parte de la fonología, la morfología, la sintaxis, la semántica de las
oraciones, y los esquemas globales del discurso. Por ejemplo: el artículo definido en español
siempre precede al nombre, las proposiciones siempre tienen un predicado, y las noticias siempre
un titular, etc. independientemente del contexto.
Teun A. van Dijk: Algunos principios de una teoría del contexto
Para lectura completa:
http://www.discursos.org/oldarticles/Algunos%20principios%20de%20una%20teor%EDa%20del%2
0contexto.pdf
Cotexto: es el conjunto de elementos lingüísticos dentro del cual se encuentra un
ítem o elemento lingüístico en particular. El Cotexto funciona como regulador de la
polisemia, es decir de la pluralidad de significaciones de los ítem lingüísticos, ya
que el Cotexto en que una palabra polisémica aparece enunciada es lo que
permite interpretar adecuadamente su significación en ese texto y sortear, por lo
tanto, las posibles ambigüedades.

Soportes, portadores y formato


Para dar circulación a los textos escritos hay que colocarlos sobre algún material.
Ese material físico que se usa para reproducir un texto recibe el nombre de
soporte.

El soporte tradicionalmente más conocido para los que vivimos en el mundo actual
es el papel, aunque, si tomamos en perspectiva la historia de la humanidad, un
soporte que se inventó conjuntamente con la imprenta, ya que anteriormente se
habían usado otros soportes.

En la actualidad, han aparecido otros soportes: electrónicos y magnéticos. Por


ejemplo, al escribir en la pantalla de una computadora, se utiliza un soporte
electrónico; si se lo pasa a otro material, como un disco compacto se utiliza un
soporte magnético; si se lo imprime en un papel utiliza éste como soporte.
Además de diferenciar entre varios soportes físicos, hay que distinguir entre
diversos portadores de texto. Un mismo soporte, el papel, por ejemplo, implica la
posibilidad de distintos tipos de portadores: un libro, una revista, un diario, un
folleto, un prospecto…Estos portadores determinan distinto formato para los
textos, distintos paratextos.

Por formato se entiende la disposición del texto en el espacio, su distribución en el


soporte. Esta distribución configura distintos diseños, no solo por el cambio de
portador, sino también por el cambio de soporte mismo, ya que un texto que se
sustenta sobre una pantalla, por ejemplo, ofrece un diseño distinto del que será
soportado en papel, y eso produce, a su vez, ciertos cambios con respecto al
modo de la lectura y escritura.
Los paratextos como guía de lectura

La etimología de la palabra paratexto nos remite a lo que rodea o acompaña al


texto (para = junto, al lado de). El conjunto de paratextos constituye el primer
contacto del lector con el material impreso y, desde este punto de vista, funciona
como un instructivo o guía de lectura, ya que le permite anticipar cuestiones como
el carácter de la información y la modalidad que esta asumirá en el texto. Los
distintos formatos (libro, diario, revista, entre otros) que toma el texto escrito
utilizan distintos y variados paratextos (índices, volantas, títulos, contra t a p a s,
primera plana, datos de autor/es, de edición, etc.) que se interrelacionan con los
modos de lectura que se deben desplegar para cada uno de ellos.

Todo proceso de comprensión textual implica llevar a cabo una serie de


operaciones cognitivas de distinta complejidad: anticipación del tema del texto y de
la función textual (informar, apelar al destinatario, obligarlo a algo, contactar, etc.),
búsqueda en la memoria y selección de la información que tiene el lector y que se
relaciona con la que supone que le va a aportar el texto, puesta en relación de
ambos tipos de informaciones (la del lector y la del texto). Los elementos
paratextuales orientan y ayudan al lector en las distintas operaciones; es por esto
que quien se enfrenta a un texto no parte de cero, sino de una primera
representación semántica, una hipótesis, que luego se irá reformulando durante la
lectura.

En el caso de los lectores poco competentes, es decir que desconocen las


estrategias que deben desplegar para desentrañar el sentido de un mensaje, por
ejemplo el de un libro, es muy común que no registren el paratexto o que no sepan
cómo decodificarlo. Lo marginal o periférico de muchos elementos paratextuales
puede connotar para estos lectores una pérdida de tiempo, un detenerse en
cuestiones aleatorias, digresivas. Es por este motivo que no "pierden el tiempo" en
leer prólogos, contratapas o índices.

Una posible clasificación

Podemos clasificar los paratextos según distintos criterios.

1. Desde un punto de vista perceptivo, distinguimos entre:


o paratexto icónico (ilustraciones, esquemas, fotografías, variaciones
tipográficas, diagramación, etc.);
o paratexto verbal (título, prólogo, índice, referencias bibliográficas, notas al
pie, etc.).
2. Desde el punto de vista de la emisión, diferenciamos entre:
o paratextos a cargo del autor (en muchas ocasiones es él quien redacta el
prólogo, las notas aclaratorias, los índices, los títulos y subtítulos, la
dedicatoria, la bibliografía, los glosarios y los apéndices);
o paratextos a cargo del editor (solapas, tapas, contratapas, las que
constituyen lugares estratégicos de influencia sobre el público,
ilustraciones);
o paratextos a cargo de un tercero (en algunos casos, los prólogos son
escritos por personalidades reconocidas, en ciertos libros aparecen
comentarios, glosas, notas al pie hechas por especialistas con el propósito
de explicar o aclarar algunos aspectos, con el propósito de facilitar la
comprensión).
Algunos paratextos, como el título del libro y el prólogo, pueden ser el
resultado de "negociaciones" entre el editor y el autor.

¿En qué aspectos son los paratextos orientadores de la lectura?

Como ya se dijo, los distintos paratextos ofrecen diversos tipos de indicios que
aportan información para orientar la comprensión.

S-ar putea să vă placă și