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Tecnológico Nacional de México

Instituto Tecnológico de Campeche


Carrera: Ingeniería Mecánica
Semestre: Primero
Grupo: VC-1
Asignatura: Química
Docente: Luis Enrique Arredondo Azotla

Tema del proyecto: Energía nuclear

Equipo integrado por:


César Leonardo Chávez Chan
Giovanni Adahir Chi Coyoc
Nahum Levi Chin Arvez
Carlos Adrián Herrera Chan
Mario Samuel May Castillo
Bulmaro Núñez Pérez

Fecha:
Lunes 26 de septiembre de 2016
“INTRODUCCIÓN”

A lo largo de los años, los descubrimientos físicos y químicos han facilitado la vida
de la población mundial, principalmente debido a los avances tecnológicos que
conllevan a un cambio en el estilo de vida.
Un descubrimiento que, sin lugar a dudas, es el más importante que se ha hecho,
es el de la energía eléctrica, pues hoy todos o la inmensa mayoría de seres
humanos del planeta Tierra la usan a diario y casi las 24 horas del día.
Pero la energía eléctrica no se puede obtener naturalmente, sino que es necesario
someter a las materias primas de la naturaleza a varios procesos para poder
transformar la energía que ellas traen consigo para poder llevar esa electricidad
hacia las industrias, los hospitales, los negocios, las escuelas, los hogares, etc.
Una de las fuentes más conocidas y que genera energía masivamente, proviene
de las reacciones de los átomos de los elementos más radiactivos de la
naturaleza. Estamos hablando de la energía nuclear.
¿Por qué queremos hablar de la energía nuclear? Porque nos interesa saber,
debido a los accidentes que han ocurrido en el mundo como en Chernovyl en
1986, cuál es el funcionamiento, la mecánica y la finalidad que tiene el hecho de
hacer reaccionar átomos de elementos como el plutonio o el uranio, para que ellos
liberen calor y de esa manera puedan generar energía eléctrica.
Para su fácil y mayor comprensión, el equipo elaborará una maqueta
representativa de una central nuclear, incluyendo todas las partes e instalaciones
que colaboran juntas para un mayor aprovechamiento de las reacciones
nucleares. El equipo la expondrá explicando dicho funcionamiento y mecanismo.
La energía es un tema que a nuestro equipo le importa mucho, así que trataremos
de abordar todos y cada uno de los conceptos importantes para poder entender en
su totalidad, el tema que se está planteando.

“OBJETIVOS”
 Generales:
Que la gente conozca la mecánica que se sigue para poder transformar la energía
que liberan las reacciones nucleares de elementos radioactivos, para poder
aprovecharla en distintas formas.
 Particulares:
Aprender y tener en cuenta cómo funciona adecuadamente una central nuclear, y
de esa manera se eviten errores que puedan conllevar a un grave accidente.
“MARCO TEÓRICO”
Para poder hablar de energía nuclear, primero hay que entender cuáles son sus
componentes, y cómo funciona ente ellos.

1. Energía:

La energía se define como la capacidad de realizar trabajo, de producir


movimiento, de generar cambio. Es inherente a todos los sistemas físicos, y la
vida en todas sus formas, se basa en la conversión, uso, almacenamiento y
transferencia de energía.

Puede presentarse como energía


potencial (energía almacenada) o como
energía cinética (energía en acción),
siendo estas dos formas
interconvertíbles, es decir, la energía
potencial liberada se convierte en
energía cinética, y ésta cuando se
acumula se transforma en energía
potencial. La energía no puede ser
creada ni destruida, sólo transformada
de una forma en otra (Primera Ley de la Termodinámica).

Según su origen puede ser:

 Energía química: es la contenida en los compuestos químicos y que a


través de distintos procesos, susceptible de ser liberada.
 Energía nuclear: contenida en los núcleos atómicos y liberada a través de
los procesos de fisión y fusión nuclear. También llamada energía atómica.
 Energía eléctrica: es la que se manifiesta como resultado del flujo de
electrones a lo largo de un conductor.
 Energía mecánica: es la producida por la materia en movimiento.
 Energía radiante: está contenida en los distintos tipos de radiación
electromagnética.

Estas formas son interconvertibles, y son ejemplo de ello la conversión de:

 Energía nuclear en energía eléctrica, producida en las centrales nucleares.


 Energía química en energía mecánica, producida en motores de
combustión.
 Energía eléctrica en energía radiante, producida en las lámparas.
La vida, en todas sus formas, es completamente dependiente de la energía. En
todos los procesos vitales está involucrada la energía. Los vegetales consumen
energía solar (energía radiante) para poder, a través del proceso fotosintético,
elaborar sustancias energéticas (hidratos de carbono) que les permiten disponer
de la energía química necesaria para desarrollar sus funciones vitales. Los
organismos animales se nutren energéticamente, en forma directa (herbívoros) o
indirecta (carnívoros) de los vegetales es decir de la energía solar.

El ser humano ha desarrollado, a través de su


historia, sistemas de vida en los que además de la
energía necesaria para su subsistencia biológica
(alimento) consume energía para mantener y
desarrollar sus sistemas culturales y satisfacer así
necesidades extra alimentarias (vivienda, transporte,
bienes y servicios,...). Para ello la humanidad ha
recurrido al uso de distintas fuentes energéticas; en
un principio fue el fuego, la energía solar, la energía
animal, la energía eólica (viento), la hidráulica
(agua)... y en el último siglo la energía de
combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) y la
nuclear.

La Revolución Industrial (siglo XIX) fue el inicio de una serie de cambios


tecnológicos, económicos y sociales que concluyeron en la consolidación de un
modelo de subsistencia, aún vigente, sustentado energéticamente en el uso de los
combustibles fósiles, cuyas fuentes son recursos naturales no renovables
(limitados en el tiempo).

Actualmente el 80% del consumo mundial de energía proviene de ellos, y el 20 %


restante se reparte en energía hidroeléctrica (~15%) y energía nuclear (~4%). El
aumento de la población mundial y su efecto sobre el comportamiento de los
modelos de producción y consumo de bienes y servicios, han provocado un
marcado incremento en el consumo energético:

Población Mundial Consumo Energético


Año
(en millones) (en Terawatts por año)
1900 1650 0.89
1990 5300 13.5

*1 Terawatt equivale a la cantidad de energía liberada por la combustión de 1000


millones de toneladas de carbón)

Esto representa que, en 90 años, la población se incrementó en un 321% (5.2


veces), y el consumo energético ~ 1500 % (~ 15 veces).
Uno de los rasgos principales de nuestros sistemas de producción de energía es
que son, a nivel mundial, técnicamente poco eficientes (grandes pérdidas en la
producción y transporte) y además su distribución es poco equitativa: 1/5 de la
población mundial consume más del 70% de la energía producida globalmente.

Si bien, el consumo mundial promedio es de 2.2 kw (kilovatios) por persona; en


términos reales, se observa una fuerte asimetría en su distribución: en América del
Norte, 10 kw/persona; en otros países industrializados, entre 5 y 7 kw; y el resto
del mundo, es decir, la mayor parte de la humanidad, consume menos de 2 kw,
concretamente un promedio de 450 vatios/persona. Este consumo está
indisolublemente vinculado al nivel de vida en términos materiales (acceso a
alimentación, vivienda, salud, educación, servicios); existe una fuerte conexión
entre energía y bienestar material humano.

Nuestras fuentes energéticas principales (combustibles fósiles) y sus tecnologías


representan por sus características técnicas y la magnitud del consumo una gran
amenaza para la salud, el bienestar económico y la estabilidad ambiental. Sus
efectos colaterales, tanto en la producción como en el uso, producen la liberación
de gases de efecto invernadero y tóxicos involucrados en múltiples procesos
contaminantes. Estas emisiones gaseosas provenientes de la combustión de
combustibles fósiles representan ~ 27% de los gases de efecto invernadero.

Las otras dos fuentes, que en importancia le siguen, también poseen impactos
ambientales, al menos, controvertidos: la energía hidroeléctrica en cuanto a la
problemática de los grandes embalses y la energía nuclear en lo que respecta a la
peligrosidad de accidentes (ej.:accidente de Chernobyl, Ucrania), y al problema
que representa el destino final de los residuos nucleares, que son altamente
radiactivos y tóxicos y que aún no está resuelto.

Dadas estas características, la primera actitud individual y colectiva a adoptar,


debería ser el consumo racional, tanto de la energía (luz, combustibles,...) como
de productos ya que su fabricación implica, también consumo energético.

Estos viejos modelos energéticos (combustibles fósiles) eran medianamente aptos


cuando el “mundo era más chico” (menor población mundial, menor consumo); el
mundo de hoy necesita nuevas estrategias energéticas, energías más “limpias”,
más eficientes y más diversas. Estas nuevas formas están incluidas en las
llamadas energías alternativas:

 Energía Solar: aprovechable en su forma térmica (calor) y fotovoltaica


(electricidad).
 Energía Eólica: aprovechable transformándola en energía eléctrica y /o
mecánica.
 Energía Geotérmica: aprovechable en forma térmica, eléctrica y mecánica.
 Energía de Biomasa: generando adecuadamente “biogás”.
 Energía de Mareas: aplicada a generadores eléctricos
 Energía Hidráulica: a partir de sistemas hidroeléctricos en pequeña y
mediana escala excluyendo las grandes represas

2. Electricidad:
Conjunto de fenómenos físicos relacionados con
la presencia y flujo de cargas eléctricas. Se
manifiesta en una gran variedad de fenómenos
como los rayos, la electricidad estática, la
inducción electromagnética o el flujo de corriente
eléctrica. Es una forma de energía tan versátil
que tiene un sinnúmero de aplicaciones, por
ejemplo: transporte, climatización, iluminación y
computación.
La electricidad se manifiesta mediante varios fenómenos y propiedades físicas:
 Carga eléctrica: una propiedad de algunas partículas subatómicas, que
determina su interacción electromagnética. La materia eléctricamente cargada
produce y es influida por los campos electromagnéticos.
 Corriente eléctrica: un flujo o desplazamiento de partículas cargadas
eléctricamente por un material conductor. Se mide en amperios.
 Campo eléctrico: un tipo de campo electromagnético producido por una carga
eléctrica, incluso cuando no se está moviendo. El campo eléctrico produce una
fuerza en toda otra carga, menor cuanto mayor sea la distancia que separa las
dos cargas. Además, las cargas en movimiento producen campos magnéticos.
 Potencial eléctrico: es la capacidad que tiene un campo eléctrico de realizar
trabajo. Se mide en voltios.
 Magnetismo: la corriente eléctrica produce campos magnéticos, y los campos
magnéticos variables en el tiempo generan corriente eléctrica.
La electricidad se usa para generar:
 luz, mediante lámparas
 calor, aprovechando el efecto Joule
 movimiento, mediante motores que transforman la energía eléctrica en energía
mecánica
 señales, mediante sistemas electrónicos, compuestos de circuitos eléctricos
que incluyen componentes activos (tubos de vacío, transistores, diodos y
circuitos integrados) y componentes pasivos como resistores, inductores y
condensadores.
3. Energía nuclear:
Energía que se libera espontánea o artificialmente en las reacciones nucleares.
Estas reacciones se dan en los núcleos atómicos de algunos isótopos de ciertos
elementos químicos (radioisótopos), siendo la más conocida la fisión del uranio-
235 (235U), con la que funcionan los reactores nucleares, y la más habitual en la
naturaleza, en el interior de las estrellas, la fusión del par deuterio-tritio (2H-3H).
Sin embargo, para producir este tipo de energía aprovechando reacciones
nucleares pueden ser utilizados muchos otros isótopos de varios elementos
químicos, como el torio-232, el plutonio-239, el estroncio-90 o el polonio-210
(232Th, 239Pu, 90Sr, 210Po; respectivamente).
Los sistemas más investigados y trabajados para
la obtención de energía aprovechable a partir de
la energía nuclear de forma masiva son la fisión
nuclear y la fusión nuclear. La energía nuclear
puede transformarse de forma descontrolada,
dando lugar al armamento nuclear; o controlada
en reactores nucleares en los que se produce
energía eléctrica, energía mecánica o energía
térmica. Tanto los materiales usados como el
diseño de las instalaciones son completamente
diferentes en cada caso. Otra técnica, empleada
principalmente en pilas de mucha duración para
sistemas que requieren poco consumo eléctrico, es la utilización de generadores
termoeléctricos de radioisótopos (GTR, o RTG en inglés), en los que se
aprovechan los distintos modos de desintegración para generar electricidad en
sistemas de termopares a partir del calor transferido por una fuente radiactiva.
La energía desprendida en esos procesos nucleares suele aparecer en forma de
partículas subatómicas en movimiento. Esas partículas, al frenarse en la materia
que las rodea, producen energía térmica. Esta energía térmica se transforma en
energía mecánica utilizando motores de combustión externa, como las turbinas de
vapor. Dicha energía mecánica puede ser empleada en el transporte, como por
ejemplo en los buques nucleares.
La principal característica de este tipo de energía es la alta calidad de la energía
que puede producirse por unidad de masa de material utilizado en comparación
con cualquier otro tipo de energía conocida por el ser humano, pero sorprende la
poca eficiencia del proceso, ya que se desaprovecha entre un 86 % y 92 % de la
energía que se libera. En las reacciones nucleares se suele liberar una grandísima
cantidad de energía debido en parte a que la masa de partículas involucradas en
este proceso, se transforma directamente en energía. Lo anterior se suele explicar
basándose en la relación masa-energía propuesta por el físico Albert Einstein.
 Fusión nuclear:
La fusión nuclear es un proceso en el cual dos núcleos atómicos se unen para
formar un núcleo más pesado. La fusión es la fuente de energía natural del Sol y
las estrellas. La fusión de núcleos ligeros genera enormes cantidades de energía,
que es el punto de fusión nuclear, que teóricamente puede producir energía 3 y 4
veces más que la fisión, la misma masa de combustible. Una reacción de fusión
nuclear por lo tanto requiere que dos núcleos se unen y esto es muy costoso en
energía porque los granos tienden a repeler a causa de sus cargas eléctricas,
tanto positivos. La energía necesaria para las temperaturas de fusión son decenas
enorme, de millones de grados, como en el corazón de las estrellas.
Cuando núcleos ligeros se fusionan,
el núcleo creado así termina en un
estado inestable y trata de encontrar
un estado estable de menor energía.
Para eso, expulsa una o más
partículas (fotones, neutrones,
protones, núcleos de helio, según
tipo de reacción).
 Fisión nuclear:
Con la fisión nuclear, los científicos están trabajando con núcleos pesados.
Los productos de fisión son los restos de un núcleo pesado de uranio o
plutonio que se fragmentó tras la captura de un neutrón.
El núcleo de uranio o plutonio es generalmente fragmentado en dos piezas
de tamaños desiguales, una base ligera con 80 a 110 nucleones y un
núcleo más pesado de 130 a 155 nucleones.
La distribución de los productos de
fisión del núcleo depende poco de que
la fisión del uranio-235 o plutonio-239.
Ambos fragmentos son altamente
radiactivos inestables en el momento
de su creación. Un núcleo de uranio-
235 que contiene 143 neutrones y
protones, 92, 61% de los neutrones,
mientras que para los fragmentos
estables, ligeros y pesada debe
contener menos de 57%. La
estabilidad será a costa de una cascada de decaimiento beta, que se
convierten en protones neutrones. La fisión nuclear es la desintegración de
un núcleo en dos núcleos más ligeros. Esto va acompañado de una ráfaga
de calor, es decir, la energía.
4. Radiactividad
Se refiere a las partículas emitidas por los núcleos atómicos, como resultado de
una inestabilidad nuclear. Debido a que el núcleo experimenta un intenso conflicto
entre las dos fuerzas más poderosas de la naturaleza, no es de extrañar que haya
muchos isótopos nucleares que son inestables y emiten algún tipo de radiación.
Los tipos más comunes de radiación se llaman radiación alfa, beta, y gamma, pero
hay otras variedades de desintegración radioactiva.
Las tasas de desintegración o decaimiento radiactivo se
expresan normalmente en términos de sus vidas medias,
y la semi vida de una especie nuclear dada, está
relacionada con su riesgo de radiación. Los diferentes
tipos de radiactividad, conduce a diferentes trayectorias
de desintegración, que transmutan los núcleos en otros
elementos químicos. El examen de las cantidades de los
productos de la desintegración, hacen posible la datación
radiactiva.
Históricamente, cuando se encontró que los productos de la radioactividad podían
ser analizados en tres especies distintas, ya sea por un campo magnético o un
campo eléctrico, fueron llamados alfa, beta, y gamma.
La emisión de partículas desde un núcleo inestable se denomina desintegración
radiactiva. Y sólo sucede cuando hay un excedente de energía en el radio de la
órbita. Las leyes de la desintegración radiactiva (descritas por Soddy y Fajans)
son:
 Cuando un átomo radiactivo emite una partícula alfa, la masa del átomo
resultante disminuye en cuatro unidades y el número atómico en dos.
 Cuando un átomo radiactivo emite una partícula beta, el número atómico
aumenta en una unidad y la masa atómica se mantiene constante.
 Cuando un núcleo excitado emite radiación gamma, no varían ni su masa ni
su número atómico, solo pierde una cantidad de energía “hν”.
Las dos primeras leyes indican que cuando un átomo emite una radiación alfa o
beta, se transforma en otro átomo de un elemento diferente. Este nuevo elemento
puede ser radiactivo, transformándose en otro, y así sucesivamente, dando lugar a
las llamadas series radiactivas.
 Desintegración alfa:
La radiación de origen nuclear se distribuye por igual en todas las direcciones,
obedeciendo la ley del inverso del cuadrado.
 Compuesto por dos protones y dos
neutrones, la partícula alfa es un
núcleo del elemento helio. Debido a
su masa muy grande (más de 7000
veces la masa de la partícula beta) y
su carga, tiene muy corto alcance.
No es adecuada para la terapia de
radiación, ya que su alcance en el
interior del cuerpo, es de menos de
una décima de milímetro. Su
principal peligro de radiación se
produce cuando se ingiere en el
cuerpo; tiene un gran poder destructivo dentro de su corto
rango. En contacto con membranas de rápido crecimiento y
células vivas, se produce el máximo daño.
 La emisión de partículas alfa se modela como un proceso de
penetración de barrera. La partícula alfa es el núcleo del
átomo de helio y es el núcleo de la más alta estabilidad.

 Desintegración beta:
Es un proceso mediante el cual un nucleido o núclido inestable emite una
partícula beta (un electrón o positrón) para
compensar la relación de neutrones y protones
del núcleo atómico. Esta desintegración viola la
paridad.
Cuando esta relación es inestable, algunos
neutrones se convierten en protones, o
viceversa. Como resultado de esta mutación,
cada neutrón emite una partícula beta y un
antineutrino electrónico o un neutrino electrónico.

La partícula beta puede ser un electrón, en una emisión beta menos (β–), o un
positrón, en una emisión beta más (β+). La diferencia fundamental entre un
electrón (β–) y la de un positrón (β+) con respecto a la partícula beta
correspondiente es el origen nuclear de aquéllos: no se trata de un electrón
ordinario expulsado de un orbital atómico.
En este tipo de desintegración, el número de neutrones y protones, o número
másico, permanece estable, ya que la cantidad de neutrones disminuye una
unidad y la de protones aumenta así mismo una unidad. El resultado del
decaimiento beta es un núcleo en que el exceso de neutrones o protones se ha
corregido en dos unidades y por tanto resulta más estable.

 Desintegración gamma:
Es un tipo de radiación electromagnética, y por tanto constituida por fotones,
producida generalmente por elementos radiactivos o por procesos subatómicos
como la aniquilación de un par positrón-electrón. También se genera en
fenómenos astrofísicos de gran violencia.

Debido a las altas energías que poseen, los


rayos gamma constituyen un tipo de radiación
ionizante capaz de penetrar en la materia más
profundamente que la radiación alfa y la beta.
Pueden causar grave daño al núcleo de las
células, por lo cual se usan para esterilizar
equipos médicos y alimentos.

5. Isótopos
Se denomina isótopos a los átomos de un mismo elemento, cuyos núcleos
tienen una cantidad diferente de neutrones, y por lo tanto, difieren en número
másico.
Otros elementos tienen isótopos naturales, pero inestables, como el uranio,
cuyos isótopos pueden transformarse o decaer en otros isótopos más estables,
emitiendo en el proceso radiación, por lo que decimos que son radiactivos.
 Isótopos naturales: Los isótopos naturales son los que se encuentran en la
naturaleza de manera natural. Por ejemplo el hidrógeno tiene tres isótopos
naturales, el protio, el deuterio y el tritio. El tritio es muy usado en trabajos de
tipo nuclear; es el elemento esencial de la bomba de hidrógeno.
El uranio-235 se usa en las centrales nucleares y en las bombas atómicas
 Isótopos artificiales: Los isótopos artificiales se producen en laboratorios
nucleares por bombardeo de partículas subatómicas o en las centrales
nucleares. Estos isótopos suelen tener una vida corta, principalmente por la
inestabilidad y radioactividad que presentan. Uno de estos es el cesio, cuyos
isótopos artificiales se usan en plantas nucleares de generación eléctrica. Otro
muy usado es el iridio-192 que se usa para comprobar la hermeticidad de las
soldaduras de tubos, sobre todo en tubos de transporte de crudo pesado y
combustibles. Algunos isótopos del uranio como el uranio-233 también se usan
en tecnología nuclear.

6. Central nuclear”
Instalación industrial empleada para la generación de energía eléctrica a partir de
energía nuclear. Se caracteriza por el empleo de combustible nuclear fisionable
que mediante reacciones nucleares proporciona calor que a su vez es empleado,
a través de un ciclo termodinámico convencional, para producir el movimiento de
alternadores que transforman el trabajo mecánico en energía eléctrica. Estas
centrales constan de uno o más reactores.
El principio básico del funcionamiento de una central nuclear se basa en la
obtención de energía térmica mediante la fisión nuclear del núcleo de los átomos
(núcleo atómico) del combustible nuclear. Con esta energía calorífica, que
tenemos en forma de vapor de agua, la convertiremos en energía mecánica en
una turbina y, finalmente, se convierte la energía mecánica en energía eléctrica
mediante un generador.
El reactor nuclear es el
encargado de provocar y
controlar estas fisiones
atómicas que generarán
una gran cantidad de
energía calorífica (calor).
Con este calor se calienta
agua para convertirla en
vapor a otra presión y
temperatura.
El agua transformada en
vapor a alta temperatura
sale del edificio de
contención debido a la otra presión a que está sometido hasta llegar a la turbina y
hacerla girar. En este momento parte de la energía calorífica del vapor se
transforma en energía cinética. Esta turbina está conectada a un generador
eléctrico mediante el cual se transformará la energía cinética en energía eléctrica.
Por otra parte, el vapor de agua que sale de la turbina, aunque ha perdido energía
calorífica sigue estando en estado gaseoso y muy caliente, por lo que hay
refrigerar antes de volverlo a introducir en el circuito. Al salir de la turbina se dirige
a un depósito de condensación donde estará en contacto térmico con unas
tuberías de agua fría. El vapor de agua se vuelve líquido, y mediante una bomba
se redirige nuevamente al reactor nuclear para volver a repetir el ciclo.
De ahí que las centrales nucleares siempre están instaladas cerca de una fuente
abundante de agua fría (mar, río, lago), para aprovechar esta agua en el depósito
de condensación. La columna de humo blanco que se puede ver saliendo de
determinadas centrales es el vapor de agua que se provoca cuando se está
intercambio de calor.
7. Corriente eléctrica:
O intensidad eléctrica es el flujo de carga eléctrica por unidad de tiempo que
recorre un material. Se debe al movimiento de las
cargas (normalmente electrones) en el interior del
material. En el Sistema Internacional de
Unidades se expresa en C/s (culombios sobre
segundo), unidad que se denomina amperio. Una
corriente eléctrica, puesto que se trata de un
movimiento de cargas, produce un campo
magnético, un fenómeno que puede
aprovecharse en el electroimán. El instrumento
usado para medir la intensidad de la corriente
eléctrica es el galvanómetro que, calibrado en
amperios, se llama amperímetro, colocado en
serie con el conductor por el que circula la corriente que se desea medir.

Un material conductor posee gran cantidad de electrones libres, por lo que es


posible el paso de la electricidad a través del mismo. Los electrones libres, aunque
existen en el material, no se puede decir que pertenezcan a algún átomo
determinado.
Una corriente de electricidad existe en un lugar cuando una carga neta se
transporta desde ese lugar a otro en dicha región. Supongamos que la carga se
mueve a través de un alambre. Si la carga q se transporta a través de una sección
transversal dada del alambre, en un tiempo t, entonces la intensidad de corriente I,
a través del alambre es:
I= Q/T
Aquí q está dada en culombios, t en segundos, e I en amperios. Por lo cual, la
equivalencia es:
1A= 1C/s
Una característica de los electrones libres es que, incluso sin aplicarles un campo
eléctrico desde afuera, se mueven a través del objeto de forma aleatoria por la
energía calórica. Si no se ha aplicado ningún campo eléctrico, cumplen con la
regla de que la media de estos movimientos aleatorios dentro del objeto es igual a
cero. Esto es: dado un plano irreal trazado a través del objeto, si sumamos las
cargas (electrones) que atraviesan dicho plano en un sentido, y sustraemos las
cargas que lo recorren en sentido inverso, estas cantidades se anulan.
Cuando se aplica una fuente de tensión externa (como, por ejemplo, una batería)
a los extremos de un material conductor, se está aplicando un campo eléctrico
sobre los electrones libres. Este campo provoca el movimiento de los mismos en
dirección al terminal positivo del material (los electrones son atraídos [tomados]
por el terminal positivo y rechazados [inyectados] por el negativo). Es decir, los
electrones libres son los portadores de la corriente eléctrica en los materiales
conductores.
Si la intensidad es constante en el tiempo, se dice que la corriente es continua; en
caso contrario, se llama variable. Si no se produce almacenamiento ni disminución
de carga en ningún punto del conductor, la corriente es estacionaria. Para obtener
una corriente de 1 amperio, es necesario que 1 culombio de carga eléctrica por
segundo esté atravesando un plano imaginario trazado en el material conductor. El
valor I de la intensidad instantánea será: I= dq/dt
Si la intensidad permanece constante, en cuyo caso se denota Im, utilizando
incrementos finitos de tiempo se puede definir como: I= delta q/delta t
Si la intensidad es variable la fórmula anterior da el valor medio de la intensidad en
el intervalo de tiempo considerado. Según la ley de Ohm, la intensidad de la
corriente es igual a la tensión (o voltaje) dividido por la resistencia que oponen los
cuerpos: I= V/R
Haciendo referencia a la potencia, la intensidad equivale a la raíz
cuadrada de la potencia dividida por la resistencia. En un circuito que
contenga varios generadores y receptores, la intensidad es igual a:
donde E es el sumatorio de las fuerzas electromotrices del circuito,
E’ es la suma de todas la fuerzas contraelectromotrices, R es la resistencia
equivalente del circuito, r es la suma de las resistencias internas de los
generadores y r’ es el sumatorio de las resistencias internas de los receptores.
Intensidad de corriente en un elemento de volumen: di= n.q.dS.v; donde
encontramos n como el número de cargas portadoras por unidad de volumen dV;
q refiriéndose a la carga del portador; v la velocidad del portador y finalmente dS
como el área de la sección del elemento de volumen de conductor.

8. Obtención de combustible nuclear:


El combustible nuclear utilizado por los reactores de agua a presión (PWR) y de
agua en ebullición (BWR) se fabrica a partir del uranio natural. El uranio tal como
se encuentra en la naturaleza está formado por tres tipos de isótopos: uranio-238
(238U), uranio-235 (235U) y uranio-234 (234U). La composición porcentual del
uranio natural: 99,28% de 238U, 0,71% de 235U y 0,005% de 234U. Los reactores
PWR y BWR funcionan obteniendo la energía de la fisión de los átomos de 235U
contenidos en el combustible y de otras reacciones nucleares, principalmente la
fisión del 239Pu generado por activación del 238U.
Para que los reactores moderados por agua ligera (PWR, BWR, VVER, ...) puedan
funcionar es necesario aumentar la proporción del isótopo 235U desde el 0,71%
con el que se presenta en la naturaleza hasta una concentración de entre el 2% y
el 5%, mediante un proceso llamado enriquecimiento de Uranio.
Para poder utilizar el uranio en un reactor nuclear es necesario realizar una serie
de procesos químicos y físicos para convertirlo desde la forma mineral en que se
encuentra en la naturaleza a los pellets de óxido cerámico que se cargan en el
núcleo de un reactor nuclear. Son fundamentalmente cuatro o cinco pasos, las
imágenes adjuntas ilustran el material obtenido después de cada paso:
Primero, se extrae uranio de la tierra y se tritura y procesa (habitualmente se
disuelve con ácido sulfúrico) para obtener la "yellow cake" (torta amarilla).
El siguiente paso consiste en, bien convertir el uranio en UF6 para su
enriquecimiento en el isótopo 235 antes de reconvertirlo en óxido de uranio, bien
saltarse esta etapa pasando al cuarto paso, como se hace con el combustible
CANDU.
Mineral de uranio Yellow Cake UF6 Combustible nuclear

“MARCO REFERENCIAL”

Antecedentes de la energía nuclear:


 El filósofo griego Demócrito de Abdera fue el primero de
la historia en dar una definición de átomo: la parte más pequeña
constituyente de la materia. Esto fue en el siglo V a. de C. Átomo
proviene del griego y significa “no-divisible”. Aunque más tarde,
con la fisión nuclear, se consigue dividir átomos con el objetivo
de obtener energía.
 Más tarde, en 1803, el químico británico John
Dalton afirmaba en su libro “A New System of
Chemical Philosophy” que los elementos se
formaban a partir de determinadas combinaciones
de átomos y que todos los átomos de un mismo
elemento eran idénticos. Es decir, que todos los
átomos del hierro o del uranio son idénticos.
 En 1896, el físico francés Antoine-Henri
Becquerel comprobó que determinadas
sustancias, como las sales de uranio,
producían radiaciones penetrantes de
origen desconocido. Este fenómeno fue
conocido como radioactividad.
Becquerel estaba trabajando en su laboratorio
y dejó descuidadamente unas sales de uranio
junto a unas placas fotográficas que aparecieron posteriormente veladas, a pesar
de estar protegidas de la luz solar. Después de investigarlo se dio cuenta que el
causante fueron las placas era el uranio. Gracias a su descubrimiento Becquerel
se convirtió en el “padre de la energía nuclear”.
 En la misma época, el matrimonio francés formado por Pierre y Marie Curie,
dedujo con sus investigaciones la existencia de otro elemento de actividad
más elevada que el uranio, que en honor a su patria fue llamado polonio.
También fueron los descubridores de un segundo elemento al que
denominaron radio.
Estos tres elementos, por sus características, tomaran una gran importancia en el
desarrollo de la energía nuclear. Actualmente, el combustible de prácticamente
todas las centrales nucleares es el uranio.

Posteriormente, como resultado de las


investigaciones de Rutherford y Soddy, se
demostraría que el uranio y otros elementos
pesados, emitían tres tipos de radiaciones:
alfa, beta y gamma. Las dos primeras estaban
constituidas por partículas cargadas,
comprobándose que las partículas alfa eran
núcleos de átomos de helio y las partículas
beta eran electrones. Además, se comprobó
que las radiaciones gamma eran de naturaleza
electromagnética.
 El descubrimiento de la naturaleza de las radiaciones
permitió a Rutherford estudiar la estructura de la materia.
Con sus experimentos pudo deducir que el átomo estaba
constituido por una zona central positiva donde se
concentraba toda la masa y que los electrones giraban
en órbitas alrededor del núcleo, como si fuera un
pequeño sistema solar. Esto significaba que el átomo no
era macizo como se creía hasta entonces.
 El físico danés Niels Böhr desarrolló en 1913 una
hipótesis, según la cual los electrones estaban
distribuidos en capas definidas (o niveles cuánticos) a
cierta distancia del núcleo. De este modo se constituía
la configuración electrónica de los distintos elementos.
Para Böhr, los electrones giraban en órbitas estacionarias
desde las que no se emitía ninguna radiación. De este modo,
se enterraba el viejo concepto del átomo como algo indivisible,
inerte y simple, y apareciendo la hipótesis de una estructura compleja que daría
posteriormente complicadas manifestaciones energéticas.
 El matrimonio formado por Frédèric
Joliot e Irene Curie fueron los
descubridores de la radioactividad
artificial. Las conclusiones a las que
llegó el matrimonio Joliot-Curie, se
basaban en la idea de que la
radioactividad, hasta entonces de
carácter natural, podía ser producida
por el hombre, construyendo
elementos radiactivos mediante el
bombardeo con partículas alfa de algunos elementos químicos.
 A finales de 1938, en los umbrales de la
Segunda Guerra, un equipo de investigadores
alemanes en el Kaiser Wilhem Institut de
Berlín, integrado por Otto Hahn, Fritz
Strassmann, Lisa Meitner y Otto Frisch,
interpretó el fenómeno de la fisión nuclear,
con la identificación del elemento bario como
consecuencia de la escisión del núcleo de
uranio.
Los primeros estudios sobre la fisión nuclear fueron
llevados a cabo por Otto Hahn y Lise Meitner, basándose en los resultados
obtenidos por el matrimonio Joliot-Curie, que mediante análisis muy cuidadosos,
encontraron un elemento de número atómico intermedio en una muestra de uranio
bombardeado con neutrones. Lise Meitner y Otto Frisch pudieron deducir que al
bombardear el uranio con neutrones, éste capturaba un neutrón y se dividía en
dos fragmentos, emitiendo de una gran cantidad de energía. Era el descubrimiento
de la fisión nuclear.
 En 1939, en los inicios de la Segunda Guerra Mundial, Albert Einstein
recomienda al presidente de los Estados Unidos, F. D. Roosevelt, el desarrollo
de la bomba atómica. Einstein explicaba que gracias a los trabajos de
investigación llevados a cabo por Enrico Fermi y Leo Szilard, en los Estados
Unidos, y por Frédéric Joliot y su esposa Irene Joliot-Curie, en Francia, era casi
seguro que muy pronto fuera posible desencadenar una reacción nuclear en
cadena que permitiera liberar unas grandes cantidades de energía. Este
procedimiento permitiría también la construcción de una nueva clase de
bombas.
Einstein mencionaba también la escasez de
reservas de uranio de los Estados Unidos y que
las minas de este mineral se encontraban en la
antigua Checoslovaquia y en el Congo Belga.
Propuso la colaboración entre científicos y la
industria para desarrollar lo más pronto posible
la mencionada bomba atómica. Además,
informó que Alemania había suspendido la venta
de uranio de las minas checas, de las que el
Reich se había hecho cargo. Este hecho podría
significar que los científicos del Instituto Kaiser
Wilhelm podrían estar llevando a cabo
experimentos de fisión nuclear, también.
El miedo de Albert Einstein a la guerra nuclear era consecuencia de su
profundo conocimiento de los avances de la investigación en este campo. Tuvo
que emigrar a Estados Unidos en 1933, desde Alemania, al comienzo de la
persecución de los judíos.
Beneficios de la energía nuclear:
La generación de energía eléctrica mediante energía nuclear permite reducir la
cantidad de energía generada a partir de combustibles fósiles (carbón y petróleo).
La reducción del uso de los combustibles fósiles implica la reducción de emisiones
de gases contaminantes (CO2 y otros).
Actualmente se consumen más combustibles
fósiles de los que se producen de modo que en
un futuro no muy lejano estos recursos se
agotarían o el precio subiría tanto que serían
inaccesibles para la mayoría de la población.
Otra ventaja está en la cantidad de combustible
necesario; con poca cantidad de combustible se
obtienen grandes cantidades de energía. Esto
supone un ahorro en materia prima pero también
en transportes, extracción y manipulación del
combustible nuclear. El coste del combustible
nuclear (generalmente uranio) supone el 20% del
coste de la energía generada.
La producción de energía eléctrica es continua. Una central nuclear está
generando energía eléctrica durante prácticamente un 90% de las horas del año.
Esto reduce la volatilidad en los precios que hay en otros combustibles como el
petróleo.
Esta continuidad favorece a la planificación eléctrica. La energía nuclear no
depende de aspectos naturales. Con esto se solventa la gran desventaja de las
energías renovables, como en los casos de la energía solar o la energía eólica, en
que los horas de sol o de viento no siempre coinciden con las horas de más
demanda energética.
Al ser una alternativa a los combustibles fósiles no se necesita consumir tanta
cantidad de combustibles como el carbón o el petróleo. La reducción del consumo
de carbón y petróleo ayuda a reducir el problema del calentamiento global del
cambio climático del planeta. Al reducir el consumo de combustibles fósiles
también mejoraría la calidad del aire que respiramos con lo que ello implicaría en
el descenso de enfermedades y calidad de vida.

Desventajas de la energía nuclear:


Anteriormente hemos comentado la ventaja que supone la utilización de la energía
nuclear para la reducción del consumo de combustibles fósiles. Se trata de un
argumento muy utilizado por las organizaciones a favor de la energía nuclear pero
es una verdad a medias. Hay que tener en cuenta que la gran parte del consumo
de combustibles fósiles proviene del
transporte por carretera, de su uso en
los motores térmicos (automóviles de
gasoil, gasolina… etc.). El ahorro en
combustibles fósiles en la generación
de energía eléctrica es
proporcionalmente muy bajo.
A pesar del alto nivel de sofisticación
de los sistemas de seguridad de las
centrales nucleares el componente humano siempre tiene cierta repercusión. Ante
un imprevisto o en la gestión de un accidente nuclear no se puede garantizar que
las decisiones tomadas por los responsables sean siempre las más apropiadas.
Tenemos dos buenos ejemplos en Chernobyl y en Fukushima.
Una desventaja importante es la difícil gestión de los residuos nucleares
generados. Los residuos nucleares tardan muchísimos años en perder su
radioactividad y peligrosidad.
Los reactores nucleares, una vez construidos, tienen fecha de caducidad. Pasada
esta fecha deben desmantelarse, de modo que en los principales países de
producción de energía nuclear para mantener constante el número de reactores
operativos deberían construirse aproximadamente 80 nuevos reactores nucleares
en los próximos diez años.
Debido precisamente a que las centrales nucleares tienen una vida limitada. La
inversión para la construcción de una planta nuclear es muy elevada y hay que
recuperarla en muy poco tiempo, de modo que esto hace subir el coste de la
energía eléctrica generada. En otras palabras, la energía generada es barata
comparada con los costes del combustible, pero el tener que amortizar la
construcción de la planta nuclear la encarece sensiblemente.
Las centrales nucleares son objetivo para las organizaciones terroristas.
Genera dependencia del exterior. Poco países disponen de minas de uranio y no
todos los países disponen de tecnología nuclear, por lo que tienen que contratar
ambas cosas en el extranjero.
Los reactores nucleares actuales funcionan mediante reacciones nucleares por
fisión. Estas reacciones se producen en cadena de modo que si los sistemas de
control fallasen cada vez se producirían más y más reacciones hasta provocar una
explosión radioactiva que sería prácticamente imposible de contener.
Probablemente la desventaja más alarmante sea el uso que se le puede dar a la
energía nuclear en la industria militar. El primer uso que se le dió a la energía
nuclear fue para construir dos bombas nucleares que se lanzaron sobre Japón
durante la Segunda Guerra Mundial. Esta fue la primera y útima vez que se utilizó
la energía nuclear en un ataque militar. Más tarde, varios paises firmaron el
Tratado de No Proliferación Nuclear, pero el riesgo que en el futuro se vuelvan a
utilizar armas nucleares siempre existirá.

El accidente nuclear de Chernobyl es, por el momento, el peor accidente nuclear


de la historia. Una sucesión de decisiones equivocadas por el personal que
gestionaba la central acabó causando una fuerte explosión nuclear.
En el caso del accidente nuclear de Fukushima, una vez producido el accidente, la
actuación del personal encargado de gestionarlo fue muy cuestionada. Después
del accidente de Chernobyl, el accidente nuclear de Fukushima fue el segundo
peor de la historia.

Impacto de la radiactividad en la salud humana:


Las radiaciones son un tipo de energía que
forma parte de la naturaleza. Por ejemplo,
gran parte del material del suelo es uranio y
las estrellas también emiten radiación,
especialmente el sol, y esto se nota de forma
acusada cuando viajamos en avión. Además
de en el medio ambiente, también se
encuentra en aplicaciones artificiales, como la energía nuclear y ciertas
aplicaciones médicas (como la radioterapia para tratar el cáncer o los rayos X).
¿Cómo las absorbe el cuerpo?
Hay muchos tipos de partículas en las radiaciones, pero las que más abundan son
las de tipo gamma, que atraviesan sin dificultad los tejidos e impactan en el ADN
de las células, precisamente donde se produce el efecto más importante, ya que
puede provocar mutaciones celulares y dar lugar a diversos tipos de cáncer.
La radiación también se puede inhalar. Esta vía tiene un agravante, porque el
elemento químico entra en el cuerpo, puede metabolizarse y permanecer durante
mucho tiempo descargando radiaciones. El plutonio, por ejemplo, se puede fijar en
los huesos y los pulmones, llegando a originar diferentes tumores.
¿Qué riesgos suponen para la salud?
La radiación controlada no representa ningún riesgo. De hecho, las radiaciones
conviven con nosotros, en hospitales, en
industrias, en ciertos gases que se
encuentran en el terreno... Sirven para
tratar el cáncer (radioterapia) y para
diagnosticar muchas enfermedades (a
través de radiografías, por ejemplo).
¿Qué tipo de efectos tiene la radiación
en el organismo?
Hay que distinguir en primer lugar entre
la exposición puntual a altas dosis (por encima de 100 milisieverts), que puede
provocar efectos agudos en poco tiempo (como malestar, quemaduras en la piel,
caída de pelo, diarreas, náuseas o vómitos), y los daños acumulados, que pueden
causar problemas de salud más graves a largo plazo (cáncer fundamentalmente),
sobre todo leucemias y cáncer de tiroides. Estos efectos tienen que ver con la
capacidad de las radiaciones ionizantes para provocar cambios en la estructura de
las células, es decir, para alterar su ADN; algo que no ocurre con las radiaciones
no ionizantes (infrarrojo).

Impacto de la radiactividad en el medio ambiente:


La actividad relacionada con la energía nuclear, incluso en ausencia de
accidentes, ha provocado una gran concentración de productos radiactivos, lo que
tiene graves consecuencias sobre la salud humana y el resto de seres vivos. Los
principales daños a la salud se materializan por la capacidad de las sustancias
radiactivas, especialmente cuando las ingerimos, de alterar el ADN de nuestras
células, haciéndolas proclives al cáncer.
Existe un fondo de radiactividad natural en el medio ambiente que está contenido
en la corteza terrestre o que ha sido
generado a partir de la interacción de los
rayos cósmicos con la atmósfera y la
superficie. Estos elementos radiactivos
se distribuyen de manera heterogénea
por la geografía de nuestro planeta, y a
pesar de que existan de forma originaria
en la biosfera, no son inocuos. La
población que habita en una zona de alta
radiactividad tiende a sufrir más rupturas
cromosómicas (rotura de la cadena de ADN contenido en el cromosoma que
puede causar cáncer, entre otras afecciones) que la gente que vive en zonas de
baja radiactividad. Pero estos problemas se multiplican cuando entra en juego el
nuevo cupo de elementos radiactivos resultantes de la actividad humana.
El nivel de exposición de la especie humana –la más radiosensible al situarse
entre las especies más recientes en la evolución y que, por tanto, se desarrollaron
con un fondo radiactivo menor– a estas radiaciones, ha ido aumentando a partir de
que entra en funcionamiento, en 1942, el primer reactor nuclear ideado por Enrico
Fermi.
Con los reactores llega la fisión del uranio-235 –con una vida media de 713
millones de años– produciendo una serie de elementos radiactivos (también
denominados radionucleidos o radioisótopos) que van a expandirse por el
ambiente y a permanecer activos durante millares de años. La hipoteca a futuro
que representa esta contaminación ambiental no sólo impacta negativamente en
los alrededores de las centrales sino que afecta a todo el ecosistema global.

Todo el ciclo nuclear produce contaminaciones:


En primer lugar, la extracción de uranio del subsuelo supone introducir en la
biosfera productos radiactivos que permanecían hasta entonces retenidos en la
corteza terrestre de forma segura, contribuyendo al envenenamiento radiactivo de
los sistemas naturales. Por ejemplo, en 2005 se necesitaron 41.595 toneladas de
mineral de uranio, que exigieron remover entre 6 y 7 millones de toneladas de
rocas (según los informes del World Uranium Mining). Estas ingentes cantidades
de mineral de uranio deben transportarse a las fábricas de minerales
concentrados. Allí se obtienen unas 1.000 toneladas de óxido de uranio,
generándose en este proceso más de un millón de toneladas de residuos sólidos y
líquidos, que contienen el 85% de la radiactividad original del mineral.
Estos materiales permanecen abandonados en los alrededores de las fábricas
emitiendo radón-222 al aire y lixiviando
productos radiactivos a las aguas
superficiales y subterráneas durante siglos.
Luego pasan a las fábricas de conversión y
después a las de enriquecimiento para,
más tarde, crear las barras de combustible.
En cada una de las fases indicadas se
genera una gran cantidad de residuos
radiactivos, entre ellos el uranio
empobrecido: más de 1.000 toneladas por
cada carga de combustible en un reactor, y que la industria nuclear regala (¡a
coste cero!) a las fábricas de armamento.
En definitiva, las centrales nucleares son una fábrica de plutonio-239, un elemento
extremadamente tóxico (química y radiactivamente) inexistente en la biosfera y de
uranio-238 o empobrecido. Este último se utiliza en el recubrimiento de todo tipo
de munición que, en el momento del impacto, se convierte en un aerosol
inflamable cuando entra en contacto con el oxígeno. Estas partículas
micrométricas, que se transportan con el viento y la lluvia a grandes distancias,
permanecen en el ambiente durante millares de años emitiendo radiactividad y
transformándose, por desintegración, en otros elementos de mayor intensidad
radiactiva.
Las centrales nucleares emiten, en funcionamiento normal, al agua y al aire,
cantidades nada despreciables de
radiactividad. Una central nuclear de
1.000 MW emite 9.500 becquerelios
(unidad de medida que equivale a una
desintegración nuclear por segundo) por
cada kWh generado. Ello significa más de
240 billones de becquerelios por cada año
de funcionamiento. Y todo esto en el
escenario del funcionamiento cotidiano,
sin accidentes de las centrales. En un
escenario de desastre nuclear como el de Fukushima se multiplican la
radiactividad introducida en la biosfera y también sus efectos.
Por desgracia, los accidentes nucleares son más frecuentes de lo que denotan los
titulares de los grandes medios de comunicación. No tan lejano, cabe recordar el
otro accidente que se produjo en Japón en 2007, en la isla de Honsu, a 200
kilómetros de Tokio. Un terremoto de intensidad 6,8 en la escala Richter, puso en
jaque a la gigantesca planta nuclear de Kashiwazaki-Kariwa, una de las más
grandes del mundo. Los informes elaborados en aquellos momentos hablaban de
fugas radiactivas, de conductos obsoletos, de tuberías quemadas, aparte de los
incendios. Unas doce mil personas tuvieron que ser evacuadas de la ciudad
situada al lado de la central.
Marina Forti, una periodista especializada en problemas ecológicos y
mediombientales, colaboradora del diario italiano Il Manifesto, hablaba de
emisiones a la atmósfera de “pequeñas cantidades” de sustancias radiactivas
como cobalto-60, yodo-131 y cromo-51 y más de 1.000 litros de agua radiactiva
vertidos al mar, no del litro y medio del que se habló el primer día después del
accidente. Lo sucedido no fue una “pequeña fuga” sin consecuencias para el
medio ambiente.
Uno de los problemas ecológicos más preocupantes son las fugas de agua
radiactiva al mar, de los que Fukushima ahora va a ser un desgraciado banco de
pruebas. Estos vertidos tienen graves consecuencias para el ecosistema marino y,
por tanto, para la salud humana, ya que son las cadenas alimenticias acuáticas de
origen marino las que más fácilmente pueden transferir radionucleidos a los
humanos. La contaminación pasa de las algas a los seres humanos, o de las algas
a los moluscos y crustáceos, y luego a los humanos. Son cadenas muy cortas y,
por lo general, de gran capacidad concentradora. En este sentido, la capacidad de
concentración biológica de algunas especies para determinados radionucleidos
puede ser también un factor determinante para la contaminación de los niveles
tróficos superiores. Por otro lado existen las cadenas acuáticas largas, en las que
los radionucleidos se transfieren de plancton a invertebrados, de estos a peces y
acaban biomagnificados en las especies marinas predadoras, situadas en lo alto
de las cadenas tróficas (atún, pez espada, tiburones, etc.).
Es evidente que, a causa de un desastre nuclear, hay miles de procesos
biológicos que resultan alterados. Otro ejemplo, es la contaminación de cultivos
que utilizan regadíos de cuencas de agua nuclearizadas. El grado de
contaminación depende de la forma de riego y de los radionucleidos implicados;
en el caso del cesio-137 o del zinc-65, su absorción por parte de los vegetales y
del pasto se refleja rápidamente en la leche y en la carne bovina.

Residuo nuclear:
Los residuos radiactivos son residuos que contienen elementos químicos
radiactivos que no tienen un propósito práctico. Es frecuentemente el subproducto
de un proceso nuclear, como la fisión nuclear. El residuo también puede generarse
durante el procesamiento de combustible para los reactores o armas nucleares o
en las aplicaciones médicas como la radioterapia o la medicina nuclear.
Se genera un peligro importante en el transporte
de los residuos desde las centrales al almacén
temporal centralizado, se realiza en el interior de unos grandes cilindros de metal
extremadamente resistentes.[
Los residuos de alta actividad requieren sistemas de gestión que garanticen su
aislamiento y confinamiento. Las dos opciones que existen para su
almacenamiento son el almacenamiento temporal prolongado y el almacenamiento
definitivo a gran profundidad. El almacenamiento temporal prolongado permite
guardar el combustible entre 100 y 300 años y puede llevarse a cabo con la
tecnología,existente en la actualidad a través de los almacenes temporales
centralizados. Respecto a la segunda opción, el almacenamiento geológico
profundo, aún ha de demostrarse que sea efectivo para periodos extremadamente
largos o al menos similares a los del almacenamiento temporal prolongado.

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