Convivencia, coexistencia y hostilidad

Clara Cueva Castillo

Relacionarnos entre nosotros no es fácil, se necesita un ambiente humano de
confianza, respeto, tolerancia y amor, ello caracteriza a la relación de convivencia, si
carecemos de estos valores no se realiza una buena convivencia y el ambiente se
transforma en hostil.

Existe asimismo entre los seres humanos la coexistencia en que se vive en un

ambiente o barrio o familiares, sin intimidar y sin compromiso para ayudar o compartir,
además que son relaciones por un tiempo o esporádicas y se margina a los que no son
iguales, se vive cierta tolerancia y respeto pero existe escasa pertenencia al grupo o
institución en el que se pasa tiempo y se comparte espacio, es peligroso no se dan
relaciones que nos hagan crecer como personas que nos alienten o nos brinden sanas
energías, no se comparte en las conversaciones lo personal ya que se manifiesta la
desconfianza en este tipo de relaciones, pero se coexiste pacíficamente a pesar de que es
una paz negativa que no genera crecimiento personal por ejemplo en varios barrios del
Perú y del mundo o en los círculos laborales, la gente se saluda, se pasa bien, no hay
inclusión porque se forman grupos, solo estoy en mi grupo, la indiferencia y el no
compromiso caracteriza ése tipo de relaciones.( Romero, 2011).

Las relaciones humanas también suelen darse según Romero (2011) de hostilidad
consta de hostigamiento donde no existe el respeto y si agresión y enfrentamientos
constantes entre las personas, esté es de tipo verbal, físico, psicológico, se observa
desconsideración, desconfianza, rechazo, insultos, golpes, prejuicios, se practica el
aphartheid, se diferencia con la coexistencia en que en esta última se vive en Paz
mientras que en la hostilidad en guerra, en encontronazos y desacuerdos constantes. Un
ejemplo sería lo que se dio en Sudáfrica donde se vio relación de hostilidad entre
blancos y negros esta forma de relacionarnos es muy injusta de allí que ocasiona
privilegios sin merecimiento y mucha lucha o guerra por trato igual o justo, es una
situación de PODER de dominio sobre las personas y muchas veces se atenta contra la
dignidad de las mismas, incluso se dieron leyes (por eso la ley es una cosa y la ética otra
cosa), de racismo, barrios por zona de blancos o negros, no se podían casar entre las dos
razas, ni los negros estudiar en colegios de blancos, todo se diferenciaba, solo los negros
cedían asientos en el autobús, se dio un milagro y un gran Líder negro Mandela, al ser
presidente de esa nación no contesto con la misma moneda a los blancos y tal vez la
raza “superior” sería la negra por su bondad.

De lo dicho anteriormente, las relaciones que nos humanizan son las de

CONVIVENCIA, pero según Romero (2011) esa no llega así nomás hay que
construirla, aprender a vivir sanamente y ser flexibles, aceptar al otro y ser tolerantes,
practicar la responsabilidad, el autocontrol, la consideración, el interés y el amor por los
demás y se dan las reglas comunes o normas para armonizar nuestra existencia en
relación con los demás y desde este punto de vista de armonizar con el otro hay que
resolver los conflictos en forma pacífica porque los conflictos también se dan en la
convivencia.
Las 3 maneras de relacionarnos pueden migrar, se puede pasar de la coexistencia a la
convivencia y viceversa igualmente con la hostilidad, por lo tanto hay esperanza.

Cabe recalcar que no se dan entornos puros de convivencia, un ejemplo de convivencia

se da en nuestros hogares si vivimos relaciones sanas, libres y felices pero si hay
discusiones, conflictos porque las etapas de nosotros son dinámicas niños, después
adolescentes, jóvenes, adultos y adultos mayores, tenemos que adaptarnos igualmente a
diversas situaciones pero lo hacemos con consideración, amor y respeto, en este tipo de
relación conciliamos constantemente y todos ganamos o es un tipo de relacionarnos
gana- gana aprendiendo igualmente a ceder para consolidarnos como una buena familia
o grupo humano.
Biliografía.
Romero, C. 2011. Convivencia. Conceptualización y sugerencias para la praxis.
extracto. Universidad Autónoma de Madrid, España