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Audición de la música local en contextos de la promoción intercultural

Música e interculturalidad

La interculturalidad se puede trabajar con la música a través de todos sus


elementos, como la canción, la danza, el ritmo, los instrumentos… Educar a
través de la interculturalidad significa enseñar a los niños puntos de vista no
racistas, favoreciendo un clima de paz y potenciando conductas tolerantes y
respetuosas. La educación musical es un magnífico medio para conocernos
a nosotros mismos y para potenciar y mejorar las relaciones con los demás
y con el entorno más próximo. Para que esto sea posible son necesarias
unas condiciones de respeto, tolerancia e igualdad que deben primar en
todas las actividades que desarrollemos con los alumnos. Por ello, debe
imponerse la colaboración de todos frente a la participación de unos pocos
o la discriminación de otros; la cooperación y la ayuda frente a la
individualidad de la persona o la competitividad. Es decir, el respeto y la
tolerancia frente al rechazo ajeno

La música y la práctica musical se podían utilizar como una forma de


acercarse a lo desconocido para evitar sentimientos como la xenofobia o el
racismo que nacen del desconocimiento; sin embargo el conocimiento que
proponía Kraus no implicaba intercambio ni experimentación ni fusión, y
esta línea es la que solía y suele encontrarse en casi todas las prácticas
musicales denominadas interculturales con gran ligereza. Para que el
proceso educativo musical se convierta en un proceso educativo
intercultural se debe experimentar con música de otras procedencias, se
tienen que probar fusiones musicales mediante la improvisación y deben
centrarse las prácticas cooperativas en el trabajo de valores y actitudes, y
no simplemente en un trabajo de conceptos musicales puramente teóricos
Muchos muestran más interesados en la música actual que en la tradicional.
Si se parte de la música actual de cantautores preocupados por temas
como la inmigración o la pobreza, como por ejemplo Manu Chao, Ismael
Serrano o Macaco, la música se convierte en un instrumento de trabajo de
la Interculturalidad porque su mensaje y su propio lenguaje musical implican
fusión de elementos propios

Las canciones de cada zona del mundo muestran la cultura de éstas,


pudiendo considerarse como productos intrínsecamente interculturales; en
este aspecto reside la importancia de interpretar canciones con letra y de
trabajar ésta relacionando sus mensajes con otras canciones de diferentes
zonas en las que se
Desarrolle la actividad musical intercultural. De esta forma se trabajan
transversalmente las características de la lengua extranjera y castellana,
además de características socio-culturales y/o históricas que pueda haberse
estudiado.
La interculturalidad se puede trabajar con la música a través de todos sus
elementos como la canción, la danza, el ritmo, los instrumentos… Educar a través
de la interculturalidad significa enseñar a los niños puntos de vista no racistas,
favoreciendo un clima de paz y potenciando conductas tolerantes y respetuosas.
La Educación Musical es un magnífico medio para conocernos a nosotros mismos
y para potenciar y mejorar las relaciones con los demás y con el entorno más
próximo. Para que esto sea posible son necesarias unas condiciones de respeto,
tolerancia e igualdad que deben primar en todas las actividades que desarrollemos
con los alumnos. Por ello debe imponerse la colaboración de todos, frente a la
participación de unos pocos o la discriminación de otros; la cooperación y la ayuda
frente a la individualidad de la persona o la competitividad. Es decir, el respeto y la
tolerancia frente al rechazo ajeno. Para ello utilizaremos la unidad didáctica como
recurso en el aula para trabajar contenidos que nos ayudarán a sacar a la luz
actitudes y comportamientos enfocados a la tolerancia, la paz y la no
discriminación entre las personas. A través de la música de moros y cristianos,
género típico en el levante español, dirigiremos nuestro trabajo musical hacia la
meta de conseguir confianza y seguridad hacia los demás, y de fomentar la
aceptación mutua que es la base de toda ayuda y colaboración, a parte de
pretender que el alumno/a, a través de las actividades y contenidos, llegue a
captar la belleza natural y la del hecho artístico, conjugando de forma personal y
activa lo sensitivo y lo intelectivo, colaborando con ello al desarrollo de su propia
personalidad.

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