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Jesús envió a estos doce, después de darles las De vuelta a casa, se aglomeró otra vez la Bajó con ellos y se detuvo en un paraje llano. Todos ellos perseveraban en la oración, con
siguientes instrucciones: muchedumbre, de modo que no podían comer. Había allí un nutrido número de discípulos suyos y un mismo espíritu, en compañía de algunas
una gran muchedumbre llegada de toda Judea, de mujeres, de María la madre de Jesús y de sus
Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón hermanos.
* [Presentaron a dos: a José, llamado Barsabás, por sobrenombre Justo, y a Mat ías. Entonces oraron as í: «Se ñor, t ú que conoces a todos en su interior, mu éstranos a cu ál de estos dos has elegido para
que ocupe en el ministerio del apostolado el puesto del que Judas desertó para irse al puesto que le corresponda.» Les repartieron las suertes y le cay ó a Matías, que fue agregado al número de los
doce apóstoles.]
6 70 Jesús les respondió: «Fijaos, yo os he elegido a vosotros, los Doce. Y, sin embargo, uno de vosotros es un diablo.» Hablaba de Judas, hijo de Sim ón Iscariote, porque éste le iba a entregar, aunque era
uno de los Doce.
JUAN