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2 Tim. 3:1-5
Introducción
A. Pablo describe las vasijas para usos deshonrosos en 2:20, 21, de las cuales las
vasijas para usos honrosos deberían apartarse.
C. Por eso, nadie debe estar escandalizado, porque siempre habrá hermanos que
serán motivados no por convicción sino por conveniencia. Los mismos hermanos
en Cristo tuercen las Escrituras para apoyar sus errores favoritos; por ejemplo, el
establecimiento de escuelas bíblicas y otras instituciones de las iglesias de Cristo,
errores con respecto al divorcio y nuevas nupcias, etc.
II. En los postreros días.
B. Hech. 2:16, “Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: 17 Y en los postreros
días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y
vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros
ancianos soñarán sueños”.
C. 1 Tim. 4:1, “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos
algunos apostatarán de la fe”.
F. “Los postreros días” o “el último tiempo”, etc. no se refiere, como muchos
suponen, a los días inmediatamente antes de la segunda venida de Cristo, sino
más bien a los días del Mesías, Cristo Jesús. Los últimos días comenzaron el
día de Pentecostés (Hech. 2) y continuarán hasta que Cristo venga la
segunda vez.
-- Soberbios. Esta palabra significa “mostrarse a sí mismo por sobre los demás”
Rom. 1:30; Mar. 7:22. La Escritura dice que Dios recibe a los humildes pero
resiste a los soberbios (Sant. 4:6; 1 Ped. 5:5; Prov. 3:24). Algunos soberbios no
son jactanciosos, sino que son algo callados y fingen la humildad.
-- Desobedientes a los padres. Rom. 1:30. La ley de Moisés requería que los
hijos honraran a sus padres (Ex. 20: 12), y que los rebeldes fueran apedreados
(Deut. 21:18-21), porque para los niños los padres ocupaban el lugar de autoridad
(en realidad, el lugar de Dios), y si no obedecían a sus padres, no obedecían a
Dios. Jesús dice, “El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí”
(Mat. 10:37), pero también requiere que los hijos se sujeten a los padres, Efes.
6:1-3. Dice Prov. 19:18, “Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza”. Heb.
12:9-11 describe el beneficio de la disciplina. Es necesario que los hermanos que
anhelen ser obispos o diáconos tengan en sujeción a sus hijos (1 Tim. 3; Tito 1).
“La frase significa no ser persuadidos por sus padres. Son rebeldes, ahora fuera
de control, porque fueron consentidos cuando eran niños” (BHR). En la
actualidad una de las señas más indicativas de la decadencia de nuestro país es la
falta total de respeto de muchos jóvenes hacia sus padres y otros adultos.
-- Ingratos, Luc. 6:35; Rom. 1:21. La ingratitud es uno de los peores crímenes
contra Dios, los padres y otros. No están conscientes de ninguna deuda a nadie.
Creen que no deben nada a sus propios padres que los criaron. Los
“desobedientes a los padres” son ingratos, pues no son agradecidos a Dios, ni a
los hombres. Es indispensable que los padres enseñen a sus hijos a dar gracias a
Dios, a sus padres y a otros que les ayuden o les den algo, pues la vida de los
ingratos es un desastre.
-- impíos, no religiosos, los irreverentes, los que no adoran a Dios. 1 Tim. 1:9.
-- Sin afecto natural, Rom. 1:31. Sin esto la familia no puede existir. Sin esto es
impensable casarse y tener hijos.1 Tim. 1:9, Pablo habla de “los parricidas y
matricidas”. Sin afecto natural los padres abandonan a sus hijos, las mujeres
voluntariamente abortan a sus bebés, etc.
-- Crueles, Rom. 1:31, como salvajes y fieras, completamente sin control sobre
sus pasiones, sin misericordia. Col. 3:19. Sin misericordia y gentileza
-- Amadores de los deleites más que de Dios; Luc. 8:14, “La que cayó entre
espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las
riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto”. Estos placeres no son
necesariamente placeres malos, pues si buscamos primeramente los placeres en
lugar del reino de Dios y su justicia, el resultado es el mismo como si buscáramos
placeres malos. Aparte de buscar deleites pecaminosas, hay muchas personas que
sufren el frío, el calor, las lluvias, hacen viajes largos y difíciles, escalan sierras,
se meten en agua rápida y peligrosa en lanchas pequeñas y se someten a toda
clase de riesgos y peligrosos y hacen cualquier sacrificio para divertirse. Muchos
hermanos que se quejan de un sermón de una hora ocupan asientos sin respaldos
por tres horas para ver un juego de pelota. Véanse también 1 Tim. 5:6; Tito 3:3;
Santiago. 4:1, 3; 2 Ped. 2:13.
Conclusión. ¿Qué pues? A éstos evita. No asociarse con ellos, 2 Jn. 10, 11; 2
Cor. 6:17.