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2004
Prólogo de
Børge Brende
Ministra de Medio Ambiente de Noruega
Erik Assadourian
Christopher Flavin
Hilary French
Gary Gardner
Danielle Nierenberg
Sandra Postel
Michael Renner
Radhika Sarin
Janet Sawin
Amy Vickers
Editora
Linda Starke
ISBN: 84-7426-704-8
Depósito legal: B-13.953-2004
DIRECTORES EJECUTIVOS
Christopher Flavin Gary Gardner
Presidente Director de Investigaciones
Hilary French Barbara Fallin
Directora, Proyectos Gobernanza Global Directora de Finanzas y Administración
John Holman Leanne Mitchel
Vicepresidenta para el Desarrollo Directora de Comunicación
Elizabeth A. Nolan Kevin Parker
Vicepresidenta, Desarrollo Empresarial Director de las Relaciones de la Fundación
Ed Ayres
Director Editorial
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Børge Brende.
Ministra de Medio Ambiente de Noruega
Presidenta de la Comisión sobre
Desarrollo Sostenible
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Christopher Flavin
Presidente Worldwatch Institute
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O C T U B R E N O V I E M B R E D I C I E M B R E
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E N E R O F E B R E R O M A R Z O
14 16 18 20 22 24 26 28 30 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 26 28 30 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 26 28 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 26 28 30
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ENERGÍA
SALUD Se cierran las compuertas BOSQUES
Un informe denuncia que de la Presa de las Tres La deforestación de la
la mortandad debida a la Gargantas, empezándose Amazonía aumentó un
malaria sigue siendo a llenar con las aguas del 40% desde 2001, y Brasil
«escandalosamente alta», Yangtze el embalse que registra las cifras de
ocasionando diariamente generará una potencia de pérdidas más altas de los
la muerte de más de 18,2 gigawatios en China últimos 15 años, según
3.000 niños africanos. para 2009. un informe.
A B R I L M A Y O J U N I O
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J U L I O A G O S T O S E P T I E M B R E
ALIMENT
ALIMENTACIÓNACIÓN ENERGÍA ECOSISTEMAS
El SIDA está provocando un El apagón más grande de Según un informe de la
aumento del hambre en el la historia de EE UU y de ONU, el número de
sur de África, donde 7 Canadá afecta a 50 espacios protegidos en todo
millones de agricultores han millones de personas en el mundo supera los
muerto ya a causa de esta ocho estados y dos 100.000, abarcando una
enfermedad, según las provincias. superficie mayor que la
agencias de ayuda. India y China juntas.
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El consumo en cifras
Tomando como referencia prácticamente cualquier parámetro —gastos
por hogar, número de consumidores, extracción de materias primas, el
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%
Estados Unidos y Canadá 31,5 5,2
Europa Occidental 28,7 6,4
Asia Oriental y Pacífico 21,4 32,9
América Latina y Caribe 6,7 8,5
Europa del Este y Asia Central 3,3 7,9
Sur de Asia 2,0 22,4
Australia y Nueva Zelanda 1,5 0,4
Oriente Medio y
Norte de África 1,4 4,1
África subsahariana 1,2 10,9
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(millones) % %
Estados Unidos y Canadá 271,4 85 16
Europa Occidental 348,9 89 20
Asia Oriental y Pacífico 494,0 27 29
América Latina y Caribe 167,8 32 10
Europa del Este y
Asia Central 173,2 36 10
Sur de Asia 140,7 10 8
Australia y Nueva Zelanda 19,8 84 1
Oriente Medio y
Norte de África 78,0 25 4
África subsahariana 34,2 5 2
Países industriales 912 80 53
Países en desarrollo 816 17 47
Mundo 1.728 28 100
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(millones) %
Estados Unidos 242,5 84
China 239,8 19
India 121,9 12
Japón 120,7 95
Alemania 76,3 92
Federación Rusa 61,3 43
Brasil 57,8 33
Francia 53,1 89
Italia 52,8 91
Reino Unido 50,4 86
42
(US$)* %
Tanzania 375 67
Madagascar 608 61
Tajikistán 660 48
Líbano 6.135 31
Hong Kong 12.468 10
Japón 13.568 12
Dinamarca 16.385 16
Estados Unidos 21.515 13
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Estados Unidos
100
Fuente: McCann-Erickson
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1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010
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Indicador Tendencias
ambiental
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2,5
2,0
Índice del Producto
Bruto Mundial
1,5
0,5
Fuente: Maddison, FMI, WWF Internacional, PNUMA, RP.
0,0
1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000
nes de US$ —casi 1,5 veces los ingresos de las cinco mayores multi-
nacionales tabaqueras durante el mismo año. De forma similar, el ex-
ceso de peso y la obesidad, consecuencia generalmente de una dieta de-
ficiente y de un estilo de vida cada vez más sedentario, afectan a más
de mil millones de personas, deteriorando su calidad de vida con un
coste para la sociedad de miles de millones en cuidados sanitarios, y
provocando un aumento muy rápido de la diabetes. Se calcula que en
Estados Unidos un 65% de la población adulta tiene exceso de peso o
es obesa, lo que supone una pérdida anual de 300.000 vidas y unos
costes sanitarios que en 1999 ascendieron al menos a 117.000 millo-
nes de US$.45
Según el Índice de Salud Social desarrollado por la Universidad de
Fordham, la «salud» de la sociedad también se ha deteriorado en Esta-
dos Unidos durante los últimos 30 años. Dicho índice valora el au-
mento de la pobreza, de los suicidios en menores de 20 años y de la
desigualdad de ingresos desde 1970. A pesar de un nivel de consumo
mayor que el de la mayor parte de los países industriales, Estados Unidos
sale muy mal parado en muchos de los indicadores de desarrollo: ocu-
pa, por ejemplo, el último lugar entre los 17 países de la OCDE a los
que se ha aplicado el Índice de Pobreza Humana del Programa de
Desarrollo de las Naciones Unidas para los países industriales, que re-
coge indicadores de pobreza, analfabetismo funcional, longevidad y
exclusión social.46
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Bolsas de plástico
Puede que las bolsas de plástico sean el artículo más ubicuo de la Tierra. Su
poco peso, su bajo coste y su resistencia al agua hace que sean tan prácticas
para llevar comestibles, ropa o cualquier otra compra cotidiana que es difí-
cil imaginar la vida sin ellas.
Las primeras «bolsitas» de plástico para pan, bocadillos, fruta y verduras
fueron introducidas en Estados Unidos en 1957. Las bolsas de basura de plás-
tico empezaron a aparecer en las casas y por las cunetas de todo el mundo a
finales de los sesenta. Pero el verdadero despegue de estos productos tuvo lugar
a mediados de los setenta, cuando un nuevo proceso de fabricación abarató
los costes de producción de bolsas individuales, permitiendo a las principa-
les tiendas y supermercados ofrecer a sus clientes una alternativa a las bolsas
de papel. Hoy en día, cuatro de cada cinco bolsas utilizadas en las tiendas
de comestibles son de plástico, el modelo «camiseta» con dos asas que pare-
cen los tirantes de una camiseta.1
El origen de estas bolsas es el petróleo, el gas natural y otros derivados
de la industria petroquímica, que en las fábricas de plástico se transforman
en moléculas de hidrógeno y carbono llamadas polímeros o resinas polímeras.
(La norma industrial para bolsas de plástico es de resinas de polietileno de
alta densidad.) El polietileno se calienta a altas temperaturas y la resina fun-
dida se extruye en forma de tubo, en cierto modo como si se tratara de hacer
churros. Una vez conseguida la forma deseada, la resina se enfría, se endure-
ce y puede ser aplastada, sellada, reforzada, perforada o impresa.2
La típica bolsa de plástico, que pesa tan sólo unos gramos y tiene un grosor
de milímetros, podría parecer un artículo completamente inocuo de no ser
por el increíble número en que se producen. De las fábricas de todo el mundo
salieron en 2002 aproximadamente 4 o 5 billones de bolsas de plástico
—desde bolsas de basura de gran tamaño hasta bolsas gruesas para la com-
pra y más finas para comestibles— según los cálculos de Chemical Market
Associates, una consultora de la industria petroquímica. Norteamérica y
Europa Occidental consumen el 80% de la producción. Los americanos ti-
ran cada año a la basura 100.000 millones de bolsas de plástico para comes-
tibles, y su uso se está generalizando también en los países más pobres. Las
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Brian Halweil
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Desperdigados por los valles y arropados por las colinas verdes y on-
dulantes del sur de West Virginia, nos encontramos con pueblos enve-
jecidos por el paso del tiempo como Clear Creek, Duncan Fork, Su-
perior Bottom y White Oak. En los montes Apalaches de esta región
vive parte de la población más pobre de Estados Unidos. La minería
de carbón ha constituido para ellos la principal fuente de ingresos y
una forma de vida. Pero muchos piensan que en la actualidad «los
Apalaches están siendo sometidos a un verdadero saqueo» y que la in-
dustria que les ha sustentado a lo largo de muchas generaciones está
ahora arruinándoles. Para poder acceder al carbón de las profundida-
des están siendo dinamitadas las cimas de las montañas. Las montañas
se convierten en enormes escombreras, desaparecen los bosques, los
cursos de agua se colmatan de lodos tóxicos, se secan los pozos y se
ven obligadas a emigrar comunidades enteras.1
A muchos kilómetros de distancia de estos montes arrasados por la
explotación minera, alguien abre la puerta de su casa y da al interrup-
tor, esperando que la luz disipe las tinieblas sin pararse a pensar lo que
ello supone más allá de las cuatro paredes de su hogar. Para una ma-
yoría de personas, la electricidad constituye una energía invisible que
nos llega mágica y silenciosamente, iluminando nuestras habitaciones,
enfriando el frigorífico, calentando la estufa o haciendo que cobre vida
de pronto la televisión. Entre la factura de un mes y la del mes siguiente,
la electricidad no suele ser motivo de preocupación para una mayoría.
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(Millones de vehículos)
Estados Unidos 49,2 73,9 108,4 155,8 188,8 213,5
Japón – 1,3 17,3 37,1 56,5 71,7
Alemania – 5,6 15,5 24,6 32,2 45,8
China – – – 1,7 5,8 12,8
India – 0,5 1,1 1,9 4,2 8,2
Argentina – 0,9 2,3 4,3 5,9 6,6
Sudáfrica 0,6 1,2 2,1 3,4 5,1 6,6
Repúblicas Checa y Eslovaca 0,2 0,4 1,0 2,6 3,7 5,1
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• El nuevo diseño de los chip de los ordenadores y de los equipos puede reducir el
consumo de energía en espera (standby) hasta un 90%.
• El último modelo de vehículo híbrido-eléctrico de Toyota tiene un sistema de control
electrónico y una programación que optimiza constantemente el funcionamiento de
los principales componentes, asegurando en todo momento una eficiencia máxima.
• Investigadores del Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico están desarrollan-
do una «red eléctrica inteligente» que alertará a los consumidores para que varíen
el consumo energético, adaptándolo a las fluctuaciones de los precios. Esto
incrementará la eficiencia de las centrales productoras, reduciendo la necesidad de
disponer de una potencia adicional para cubrir demandas punta y permitiendo me-
jorar la eficiencia de los aparatos eléctricos mediante controles y sensores de última
generación. Facilitará también el acceso de las energías renovables a la red y a los
mercados energéticos.
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Políticas y opciones
Constantemente adoptamos decisiones que afectan a nuestro gasto ener-
gético. De hecho, la cantidad y el tipo de energía que consumimos es el
resultado de dos tipos de decisiones: las opciones decididas por la socie-
dad y las que adoptamos a título individual y familiar. Las decisiones de
la sociedad en lo referente a gravar o subvencionar determinadas activi-
dades —por ejemplo la construcción de carreteras y la circulación de
coches— inducen a la gente a adoptar determinados estilos de vida,
ampliando y limitando al mismo tiempo sus opciones. Pero los consu-
midores tenemos todavía una considerable capacidad de decisión, pudien-
do optar por utilizar el coche más o menos, o por aislar nuestras vivien-
das. El consumo energético de dos personas con ingresos similares, que
viven en el mismo tipo de sociedad y en climas parecidos, es a menudo
muy distinto como resultado de opciones personales.
Si queremos satisfacer las necesidades de los miles de millones de
personas que carecen en la actualidad de servicios modernos de ener-
gía, y restringir al mismo tiempo el gasto energético para no dañar el
medio ambiente, será necesario apostar tanto a nivel social como indi-
vidual por unas opciones energéticas distintas. Las políticas de los go-
biernos constituyen una de las vías con que cuenta la sociedad para
definir sus opciones energéticas, y la política de precios de la energía
es una de las más importantes.
A medida que las economías se desarrollan, determinados factores
como el clima, la densidad de población y el índice de urbanización
pierden relevancia, y los precios de la energía pasan a ser un factor
determinante de la intensidad energética de un país. De hecho, algu-
nos países en los que los precios de la energía son altos —como Japón
y Alemania— tienen también una intensidad energética más baja, mien-
tras que países con precios más bajos son generalmente grandes con-
sumidores de energía, como el gas y el petróleo en Estados Unidos, el
carbón en Australia y la electricidad en Escandinavia.55
Cuando los precios son bajos, el gasto energético supone una frac-
ción menor de los costes totales de cualquier negocio, de la fabrica-
ción de un producto, o del presupuesto familiar; en consecuencia, las
inversiones en ahorro energético son bajas. A largo plazo, los precios
de la energía influyen también en nuestras decisiones sobre qué desea-
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%
Suecia 1 10 100
Finlandia 2 6 112
Noruega 3 8 104
Austria 5 26 101
Japón 24 19 70
Estados Unidos 27 4 140
Federación Rusa 65 17 71
Kuwait 119 3 162
Emiratos Arabes Unidos 173 2 190
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Ordenadores
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Radhika Sarin
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* Sandra Postel es coautora de Rivers for Life: Managing Water for People and Nature (Island Press,
2003) y directora del Proyecto de Política Global de Aguas en Amherst, (Massachusetts). Amy Vickers,
autora de la publicación galardonada (con el Benjamin Franklin Award) Handbook of Water Use and
Conservation: Homes, Landscapes, Businesses, Industries, Farms (WaterPlow Press, 2001), es ingeniera
y experta en conservación de agua en la consultora internacional (international consulting) Amy Vickers
& Associates, Inc., en Amherst, (Massachusetts).
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0 60 10 20 30 40
PIB por metro cúbico de agua utilizada
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1950 1960 1970 1980 1990 2000
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Porcentaje de la población
que no tiene acceso a
(por ciento)
África 36 40
Asia 19 53
América Latina, Caribe 13 22
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* El microrriego incluye típicamente métodos de riego por goteo (en superficie y enterrados) y de micro-
aspersores; el año de referencia varía según los países.
Fuente: Ver nota al final nº 23.
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(litros)
Patata 67 89
Cacahuete 90 210
Cebolla 118 221
Maíz 130 130
Legumbres (alubias) 132 421
Trigo 135 219
Arroz 204 251
Huevos 244 963
Leche 250 758
Pollo 303 1.515
Cerdo 476 1.225
Vacuno 1.000 4.902
(*) Basado en datos de producción y de productividad del agua de California; se consideran únicamente
las necesidades de riego de los cultivos, sin tener en cuenta la eficiencia del riego ni otros factores.
Fuente: Ver nota al final nº 29.
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Ciudades y hogares
La demanda —y escasez— de agua de muchas ciudades de todo el
mundo está aumentando a un ritmo muy rápido. Cerca de la mitad
de la población mundial vive actualmente en zonas urbanas, una cifra
que se prevé aumentará al 60% para el año 2030. Satisfacer las aspira-
ciones a un consumo creciente de agua de la población urbana más rica
y de las necesidades básicas de los más pobres constituye un desafío
importante. (Ver cuadro 3-1.) Si bien el abastecimiento a las ciudades
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* Nota de la traductora: UFW, del inglés «unaccounted for water», agua no contabilizada.
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(%)
Albania todo el país hasta un 75 %
Canadá Kingston, Ontario 38
República Checa todo el país 20-30
Dinamarca Copenhague 3
Francia París 30
todo el país hasta un 50
Japón Fukuoka 5
Jordania todo el país 48
Kenia Nairobi 40
Singapur todo el país 5
Sudáfrica Johannesburgo 42
Tshwane (antigua Pretoria) 24
España todo el país 24-34
Taiwán todo el país 25
Taipei 42
Estados Unidos todo el país 10-30
Belén, Pennsylvania 27
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«Es muy temprano, ¿sabes donde están tus medicinas?», se pregunta Christian
Daughton, de la Agencia de Medio Ambiente de EE UU, en un artículo publicado por
The Lancet. «Lo más probable es que algunas estén ya en camino hacia los arroyos
vecinos, los ríos y quizás incluso las explotaciones agrícolas, formando parte de los
lodos biológicos que se utilizan como fertilizante». En un estudio de 139 cursos de
agua en 30 estados, el US Geological Survey detectó vestigios de al menos un medi-
camento, un disruptor hormonal del sistema endocrino, un insecticida u otro pro-
ducto químico —algunos en cantidades nocivas para los peces y para la vida acuá-
tica en general— en un 80% de los tramos analizados. Puede que esto no deba
sorprendernos, dado que Estados Unidos es el mayor consumidor de pesticidas del
mundo y que todos los años se extienden 3.000 millones de recetas destinadas a la
mitad de americanos que toman todos los días al menos un medicamento. Otros
estudios llevados a cabo en Canadá, en el Reino Unido y en Alemania han delatado
también la existencia de residuos farmacéuticos y de productos para el aseo perso-
nal en el agua dulce, entre los cuales cabría citar filtros solares, antibióticos y sus-
tancias plastificantes.
No existe apenas bibliografía médica que documente el grado de penetración,
los riesgos y las soluciones a la contaminación por medicamentos y sus repercusio-
nes en la salud humana y el medio ambiente. En la actualidad hay muy pocas nor-
mativas que regulen la contaminación del agua potable por los productos de aseo
personal. En lo que se refiere a pesticidas, algunas comunidades no quieren arries-
garse. En Canadá, tanto el distrito de Hudson en Montreal como Halifax en Nueva
Escocia han prohibido la utilización de pesticidas con propósitos meramente estéti-
cos, como en los jardines. «Mejor será errar por exceso de seguridad que sufrir da-
ños mientras esperamos a que aparezca evidencia científica», señalaba el dirigente
de una de las comunidades. A pesar de un recurso contra la normativa interpuesto
por la industria química y de jardinería, el Tribunal Supremo de Canadá ha dictami-
nado que los ayuntamientos de todo el país tienen derecho a prohibir el uso de pes-
ticidas en terrenos privados y públicos.
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Políticas prioritarias
Las razones de que se malgaste y despilfarre una cantidad tan dispara-
tada del agua extraída para usos humanos no son ningún misterio: en
una mayoría de los casos las políticas que rigen las decisiones sobre usos
del agua promueven la ineficiencia y una asignación equivocada de los
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Jabón bactericida
«Eliminar los gérmenes es ahora más divertido que nunca» proclama la eti-
queta de un envase de jabón líquido con olor a frutas de Dial, la primera
marca antibacterias de Estados Unidos. Sin embargo, los riesgos para la sa-
lud y para el ambiente asociados al aumento vertiginoso de producción
mundial de estos productos de limpieza nada tienen de divertido, en rea-
lidad.
Durante los últimos años, los jabones líquidos, los gel de ducha y otros
productos para el aseo personal con propiedades bactericidas se han hecho
cada vez más populares. En Estados Unidos, el 75% de los jabones líquidos
y cerca de un 30% de las pastillas de jabón contienen ahora triclosán y otros
compuestos químicos diseñados para atacar a los gérmenes de la piel. Aun-
que en la etiqueta se indican sus propiedades bactericidas, casi todos ellos
son en realidad productos microbicidas, que atacan a los virus además de a
las bacterias.1
Está previsto que el mercado mundial del jabón crezca de forma cons-
tante, desde un volumen de 5.500 millones de US$ en 2003 a 6.100 millo-
nes en 2008, según Icon Group, una empresa especializada en estudios de
mercado a nivel mundial. Las regiones con mayor crecimiento serían Asia y
el Pacífico, donde la industria del jabón espera que el desarrollo económico
potenciará la demanda de jabones más sofisticados, incluyendo los
microbicidas. En la India y en China, donde el jabón líquido se considera
un producto de lujo muy caro, Procter & Gamble produce ahora una ver-
sión bactericida de su jabón en pastilla Safeguard.2
Todos los jabones se producen mediante una reacción química denomi-
nada saponificación, en la cual un alcalí, como la sosa cáustica (hidróxido
de sodio), la potasa (hidróxido de potasio) o las tradicionales cenizas de toda
la vida (lejía), se calientan con grasas vegetales o animales (sebo) y agua. Este
proceso hace que las grasas se descompongan, dando lugar a glicerol (glice-
rina, que generalmente se separa para aprovecharla para otros cosméticos y
en farmacia) y a unas sales con ácidos grasos que componen el cuajo del jabón
en basto. Este cuajo se hierve en agua para eliminar las impurezas, se vierte
en moldes y se corta una vez solidificado.3
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Mindy Pennybacker
La Guía Verde
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Piensos Estiércol
• El consumo de piensos
INSUMOS SUBPRODUCTOS • El estiércol almacena-
supone un gasto de 11 do en balsas procedente
a 17 calorías por cada de las explotaciones
caloría producida de intensivas de porcino
carne de vacuno, de puede filtrarse a las
cerdo o de pollo. aguas subterráneas o
• El 95% de la cosecha contaminar las aguas
mundial de soja va a superficiales de los
parar a los estómagos alrededores
del ganado, no a los de Metano
las personas. • Unas ganaderías
• Los piensos que flatulentas y con
contienen harinas de problemas de gases
carne y de huesos producen el 16% de las
pueden ocasionar el mal emisiones anuales
de las vacas locas, que totales de metano, un
ha afectado a miles de gas muy potente de
vacas en los países efecto invernadero.
industriales.
Enfermedades
Agua • El consumo de
• La producción de productos animales ricos
apenas un cuarto de kilo en grasas saturadas y
de carne de vacuno colesterol está asociado
intensivo requiere al cáncer, a las
25.000 litros de agua. enfermedades del
Aditivos corazón y a otras
• Un 70% de los enfermedades crónicas.
fármacos antibióticos • Las condiciones del
vendidos en Estados ganado en las granjas
Unidos se destinan a la industriales favorecen la
alimentación de vacas, propagación de
cerdos y pollos. bacterias de E. Coli,
Combustibles fósiles Salmonella y otros
• La producción de 1 patógenos trasmitidos
caloría de carne de por los alimentos.
vacuno consume un • Al menos 100
33% más de energía personas han muerto de
fósil que la que sería la enfermedad de
necesaria para Creutzfeldt-Jakob, la
producir 1 caloría de variante humana de la
patatas. enfermedad de las vacas
locas.
Fuente: Ver nota al final nº 16
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Estados Unidos
(1.100 mill. US$) Alemania (2.800 mill. US$)
Otros
Reino Unido (1.600 mill. US$)
países
europeos (3.200 Italia (1.200 mill. US$)
Fuente: mill. US$)
IFOAM Francia (1.200 mill. US$)
Millones de hectáreas
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Fuente: IFOAM
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adá
a
ña
tina
idos
ido
Italia
ania
a
uay
alia
ci
Chin
Espa
Fran
o Un
Can
Urug
Argen
Austr
os Un
Alem
Rein
Estad
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Fuente: Jones
Fresas
8.772 Km
CALIFORNIA
Brócoli Patatas
8.780 Km 2.447 Km
GUATEMALA ITALIA
Totalmente
británico
Arándanos 48 km Judías pintas
18.835 Km 9.532 Km
NUEVA ZELANDA TAILANDIA
Canal de vacuno
21.462 km Zanahorias
AUSTRALIA
9.620 Km
SUDAFRICA
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• Los gobiernos deberían transferir los fondos destinados todos los años a sub-
venciones agrícolas —más de 300.000 millones de US$— a apoyar la agricultu-
ra ecológica.
• Los gobiernos deberían considerar la introducción de impuestos sobre los pesti-
cidas, los fertilizantes sintéticos, las granjas industriales y otros insumos y prác-
ticas agrícolas contaminantes.
• Los gobiernos deberían trabajar con las organizaciones agrarias para incremen-
tar la proporción de superficie agraria destinada a la producción ecológica has-
ta un 10% en los próximos diez años, mejorando los programas de certificación,
promoviendo los estudios sobre métodos ecológicos en las universidades y es-
cuelas de agronomía, en los centros de investigación y en las agencias de exten-
sión agraria, y estableciendo subvenciones o exenciones fiscales a los agriculto-
res en los primeros años de reconversión de la explotación.
• Los gobiernos deberían reformar los tratados internacionales sobre comercio,
eliminando las subvenciones a la exportación, el dumping de alimentos, y otras
prácticas de comercio injustas que limitan la capacidad de los países de prote-
ger y consolidar su economía agraria mediante la prohibición de ayudas inter-
nas a los precios y de aranceles sobre los productos importados.
• Las administraciones, tanto de ámbito nacional como local, deberían favorecer a
la agricultura ecológica local a través de las compras públicas para comedores
escolares, hospitales, ministerios y otras instituciones públicas.
172
173
Agua embotellada
La próxima vez que visites la tienda de la esquina puede que te quedes asom-
brado de la profusión de marcas de agua embotellada, desde las más selectas
como Perrier y Evian hasta sus parientes pobres y de andar por casa. El con-
sumo de agua embotellada está aumentando en todo el mundo a un ritmo
anual del 12%, si bien su crecimiento se eleva hasta un 50% anual en mer-
cados recientes, como la India. Se calcula que el consumo mundial de este
tipo de agua asciende a 35.000 millones de US$ anuales.1
Aunque el contenido de todas las botellas sea aparentemente el mismo,
hay tres tipos de agua embotellada: agua mineral natural, agua de manan-
tial y agua purificada. Según la definición de la Unión Europea, el agua
mineral natural es «el agua microbiológicamente pura, que tiene su origen
en una capa freática o yacimiento subterráneo y que brote de un manantial
en uno o varios puntos de alumbramiento naturales o perforados». La fama
de los beneficios del agua mineral para la salud se remonta en Europa a tiem-
pos del Imperio Romano. Sin embargo, en la actualidad los beneficios reales
de estos minerales se consideran mínimos. Aunque los manantiales estén
protegidos de la contaminación, pueden contener bacterias presentes de for-
ma natural, dado que el agua no está desinfectada. Y pese a la protección de
las botellas siempre hay posibilidades de contaminación, como se demostró
en 1990 cuando altos niveles de benceno obligaron a Perrier a retirar su agua
embotellada en todo el mundo.2
En Estados Unidos, el Departamento de Drogas y Alimentos (Food and
Drug Administration) define el agua mineral natural como aquella que tie-
ne 250 partes por millón de sólidos en disolución y que procede de una fuente
de agua subterránea protegida. El agua de manantial, por el contrario, no
tiene por qué tener un contenido mineral determinado y es generalmente
más barata. El agua purificada, también llamada agua de mesa, puede venir
de un lago, de un río o de un manantial subterráneo y ha sido sometida a
tratamiento —de forma que es casi idéntica al agua del grifo.3
La popularidad del agua embotellada se ha disparado por diversas cau-
sas. El crecimiento de la población y los problemas de suministro y falta de
calidad del agua local son los factores más importantes en Asia y el Pacífico.
174
175
Paul McRandle
La Guía Verde
176
Pollos
El porvenir de los pollitos al nacer suele ser: o bien crecer y poner huevos
(ponedoras), o engordar para ir al matadero (pollos de engorde).
Su peregrinaje a lo largo de la cadena industrial de producción alimen-
tos comienza en una de las granjas de Tyson Foods, de Perdue Chicken o de
cualquier otra empresa agroalimentaria. En estas granjas industriales, los
huevos se mantienen calientes en incubadoras controladas cuidadosamente.
Los criadores se aseguran de que todos los pollos nazcan al mismo tiempo
mediante la inseminación artificial de las madres. Tras la eclosión, las pollitas
destinadas a convertirse en ponedoras entran en contacto con el ser huma-
no por primera vez en su vida —con frecuencia también la última. Los em-
pleados sexan los pollos cuando tienen un día de edad, arrojando los ma-
chos a grandes contenedores. Los infortunados pollitos son triturados (algunas
veces vivos todavía) para su aprovechamiento en abonos o en piensos com-
puestos.1
A las hembras se las coloca en una cinta transportadora y se les corta el
pico con una cuchilla candente, operación muy dolorosa. A las 18-20 sema-
nas las pollitas son embarcadas (junto con el pienso, los antibióticos y todo
el paquete de insumos necesarios) rumbo a una granja de cría concertada.
Las ponedoras (y también los pollos de engorde) van a parar a naves de 18
x 108 m, más o menos la mitad del tamaño de un campo de fútbol ameri-
cano. Cada nave puede alojar más de 90.000 gallinas; y como el negocio de
cría de pollos está muy tecnificado, normalmente una sola persona puede
manejar una granja sin apenas ayuda. Aunque los criadores son propietarios
del terreno y corren con la mayor parte de los riesgos financieros, las aves
no les pertenecen. Los pollos son propiedad de la compañía agroalimentaria
desde el principio hasta el fin de sus días. La nave cuesta unos 250.000 US$,
más otros 200.000 US$ de equipamiento para mantenerla en producción;
si a eso añadimos el coste de los pollitos, los piensos y los gastos varios, la
inversión inicial de una granja en los países industriales se eleva como míni-
mo a 1 millón de US$.2
Una vez en la granja, cada gallina ponedora es introducida en una jaula
junto con otras aves, hasta un máximo de nueve. Cada una pondrá hasta
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178
Danielle Nierenberg
179
Chocolate
La próxima vez que muerdas una pastilla de chocolate, intenta asociar ese
sabor con algunos de los bosques más amenazados del mundo —y con los
millones de campesinos que viven en sus alrededores. El chocolate se extrae
de la semilla de un pequeño árbol de las selvas húmedas, el cacao (Theobroma
cacao), una planta originaria de América del Sur y también quizá de Améri-
ca Central. Su fruto es del tamaño de un melón pequeño y está repleto de
semillas: los granos de cacao. De estas semillas se obtiene cacao, manteca de
cacao y chocolate, dependiendo del tipo de procesamiento.1
El cultivo comercial del cacao se ha extendido a cerca de 60 países, pero
la mayor parte de la producción se concentra en unos pocos. La cosecha del
mayor productor cacao, Costa de Marfil, representaba en el año 2002 el 35%
del total mundial, algo menos que en 1999 y en 2001, años en que había
alcanzado un máximo del 41%. Los cinco mayores productores —Costa de
Marfil, Ghana, Indonesia, Nigeria y Brasil— representaban en el año 2002
el 79% de la producción mundial. Los cultivos de cacao ocupan actualmen-
te más de 70.000 kilómetros cuadrados en todo el mundo, una superficie
algo mayor que Irlanda. En las últimas décadas las zonas de producción se
han extendido considerablemente, ampliándose sólo desde 1990 a una su-
perficie equivalente a la cuarta parte del área cultivada.2
Dado que el árbol del cacao requiere permanentemente agua abundante,
sólo puede cultivarse a nivel comercial en biomas de selva húmeda. En cierto
modo esta limitación es una bendición económica: sea cual fuere el valor del
cacao para las zonas de selva húmeda, nadie puede minarlo trasladando el cultivo
a otras comarcas. La importancia del cultivo para la conservación de la natu-
raleza es también muy grande, dado que las principales zonas de cacao —en
el Caribe, en América Central y del Sur, en el archipiélago de Indonesia y
Malaisia y en África Occidental— son «puntos calientes de biodiversidad». Estas
regiones han sido identificadas como zonas prioritarias para la conservación
mundial por albergar una biodiversidad de excepcional riqueza y estar grave-
mente amenazadas. El cacao es un cultivo típico de puntos calientes.3
El cacao es un árbol de sombra, por lo que puede cultivarse bajo el do-
sel del bosque. En las zonas tropicales la agricultura ocupa generalmente
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Chris Bright
182
Langostinos
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Dave Tilford
Centro por un Nuevo Sueño Americano
(Center for a New American Dream)
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Eric Assadourian
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191
Instrumentos de la administración
Las administraciones públicas pueden tomar una serie de medidas para
facilitar la transición hacia una economía menos consumista. Cabe
destacar por su importancia la reorientación de las políticas fiscales y
de subvenciones, la adopción de normas que favorezcan la conserva-
ción del medio ambiente en las compras del sector público, y la adop-
ción de normas de producción y de programas de certificación apro-
piados.
Las numerosas subvenciones que reciben los combustibles, la ma-
dera, los metales y muchos minerales permiten mantener unos precios
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Ingresos
(en miles millones
de euros)
Fracción 54,6 130,4 237,7
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197
Austero y limpio
Las economías industriales mueven enormes cantidades de combusti-
bles, de metales, de minerales, de materiales de construcción y de
materias primas forestales y agrícolas. Un estudio encargado por la
Unión Europea concluía que el movimiento de materiales per cápita
ascendía en 1997 a 80 toneladas para los norteamericanos, a 51 tone-
ladas para los ciudadanos de la UE y a 45 toneladas para los japone-
ses. Utilizando una metodología diferente, un estudio del World
Resources Institute llegaba a cifras similares, si bien asignaba a los ja-
poneses unos flujos de materiales de sólo 21 toneladas por persona.23
Ninguna de las economías industriales actuales es verdaderamente
sostenible. Todas las economías modernas pueden ser más austeras, sin
por ello estar condenadas. Dado que su nivel de vida es comparable
en términos generales, puede decirse que si los europeos pueden vivir
con la mitad de los materiales movilizados por los norteamericanos y
los japoneses con menos aún, en Estados Unidos —paradigma del con-
sumo que el resto del mundo aspira a emular— el margen de mejora
es muy grande.
De hecho, la mayor parte de los flujos de materiales de las econo-
mías industriales no sirven para nada útil y se pierden antes de llegar
al consumidor. Los llamados flujos ocultos suponen algo más del 60%
de los flujos totales de materiales en la UE —una proporción que ha
permanecido más o menos estable a lo largo de las últimas dos déca-
das. En Estados Unidos los flujos ocultos suponen más del 70% del
total y en Japón algo menos de la mitad. (Ver gráfico 5-1.) En estos
flujos ocultos se incluirían los residuos de la minería y de otras indus-
trias, así como la montera (la tierra removida por las compañías mine-
ras para acceder a los filones de mineral), los materiales de dragado, el
dióxido de carbono y otras emisiones y contaminantes, y las toneladas
de suelos perdidos debido a la erosión provocada por la agricultura. El
término «flujos ocultos» es muy apropiado, dado que en general per-
manecen invisibles a los ojos del consumidor, especialmente cuando se
trata de las cantidades crecientes de residuos generados por la explota-
ción de recursos naturales en los países en desarrollo para su importa-
ción por los países industriales.24
198
80 Producción para
consumo interno
60 Flujos ocultos
40
20
0
Estados Unidos Alemania Japón
199
200
201
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205
Neumáticos Finlandia, Suecia, Corea del Sur, Taiwán y Brasil. Uruguay estudia
aprobar normas voluntarias.
*Se han promulgado directivas de la UE en todos los sectores incluidos en la tabla a excepción de
neumáticos. Independientemente de la legislación nacional adoptada por una serie de países miembros
de la UE, estás normas son vinculantes para los 15 miembros actuales (y en un futuro lo serán para
otros diez países del Este de Europa que también formarán parte de la UE).
Fuente: ver nota final nº 36.
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Material Ahorro
(porcentaje)
Aluminio 95
Cobre 85
Plástico 80
Acero 74
Plomo 65
Papel 64
210
211
212
213
214
1500
1000
500
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* Nota de la traductora: «feebate», término inglés compuesto de «fee», tasa o cuota, y «bate»,
rebajar o descontar.
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Horas
2.800
Fuente: Hayden
2.400
Japón
2.200
2.000
Alemania
1.800 Francia
400
1913 1929 1938 1950 1960 1873 1990 1998
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País Status
Dinamarca Fue uno de los primeros países en establecer un sistema de permisos para
la formación y para el cuidado de los hijos y de períodos sabáticos que
favorecen la rotación del trabajo entre personas con empleo y
desempleados. (Con algunas variaciones, este sistema ha sido aplicado
en Bélgica, Finlandia y Suecia).
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222
223
dos Unidos. Algunos especialistas, entre los que cabe citar a analistas
del Instituto de Política Económica de Washington y a Stephen Roach,
economista jefe de la auditora Morgan Stanley, opinan que este siste-
ma es intrínsecamente inestable y que no puede continuar creciendo
indefinidamente.72
Se podría argumentar por tanto desde una perspectiva ambiental y
económica, que es necesario corregir el rumbo. Pero ¿es posible este cam-
bio de trayectoria? Un declive importante y súbito del consumo condu-
ciría sin duda a la economía mundial a una caída libre. Pero es mucho
más probable que el paso a una economía menos consumista sea un
proceso bastante gradual, lo que daría tiempo a reorientar las funciones
económicas, dando a las empresas una oportunidad para adaptarse.73
Para suavizar la transición se contaría con una serie de inversiones
y de innovaciones tecnológicas necesarias para avanzar hacia la
sostenibilidad. La promoción de energías renovables; la expansión de
sistemas de transporte público; la sustitución de maquinaria, equipos,
edificios y vehículos por modelos más eficientes; el diseño de nuevos
productos más duraderos... todas estas actividades suponen, efectiva-
mente, un programa de incentivos ecológicos para la economía.
Es esencial remodelar no sólo la economía, sino también el pensa-
miento económico. Ahora mismo, se incita a los actores económicos a
responder a incentivos cuantitativos de crecimiento. El concepto de
producto interior bruto, en el que se amontonan todas las actividades
económicas, sin distinguir si contribuyen o merman el bienestar social,
224
225
Teléfonos móviles
226
227
228
229
230
Porcentaje
30
Fuente: OCDE
25
20
15
10
0
ido
ania
a
a
nda
a
ña
os
ria
n
adá
Italia
ci
marc
Suiz
Japó
Unid
o Un
Espa
Fran
Aust
Hola
Can
Alem
Dina
Rein
dos
Esta
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232
• Que los productos presenten una o más características ambientales positivas, como
componentes reciclados, bajo consumo energético o de agua, biodegradabilidad,
o menor toxicidad.
• Que los productos generen menos residuos, bien sea por reducción de embala-
jes o por ser más duraderos, reutilizables o refabricados —La ciudad de Santa
Mónica, en California, solicita a sus proveedores que le suministren productos
de limpieza concentrados para ahorrar envases.
• Que el proceso de manufactura o de producción de sus suministros cumpla con
una serie de criterios ambientales, como la fabricación de papel sin cloro o a
partir de madera procedente de explotaciones forestales sostenibles.
• Que los proveedores recuperen o se hagan cargo del reciclado de artículos como
las pilas, los equipos electrónicos o las moquetas al final de su vida útil —Algu-
nos departamentos federales de EE UU aplican ahora contratos de «ciclo cerra-
do», exigiendo a sus proveedores que recojan los aceites usados, los neumáticos
y los cartuchos de toner para disponer de ellos.
• Que los propios proveedores tengan una certificación ecológica —en Suiza al-
gunos organismos oficiales otorgan preferencia a las compañías que cuentan con
sistemas de gestión ecológica o que los están poniendo en marcha.
233
234
235
Banco de América Fomentó las compras de papel reciclado, pasando del 11% en 2001
al 54% del total adquirido. Restaura y reutiliza el mobiliario de ofi-
cina y las moquetas y emplea material reciclado en las instalacio-
nes fijas y servicios de atención al cliente. Incluirá requisitos am-
bientales en todos los contratos futuros con proveedores.
McDonalds Destinó más de 3.000 millones de US$ entre 1990 y 1999 a com-
pras de productos reciclados, como bandejas, mesas, moquetas y
material de embalaje. En 2001 empezó a utilizar un empaquetado
de comida compostable, derivado de almidón de maíz y otros ma-
teriales recuperados. Ha instalado en los restaurantes iluminación
de bajo consumo.
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239
Alemania La legislación federal sobre residuos requiere que las instituciones pú-
blicas otorguen preferencia a los productos ecológicos en sus compras.
Las directrices de los estados y de los municipios exigen también la in-
clusión de criterios ambientales en los concursos y licitaciones, aunque
los criterios económicos tienen más peso en la evaluación.
Japón Es otro de los primeros países del mundo en compras ecológicas del sector
público, siendo las administraciones locales quienes tomaron la iniciati-
va a principios de los noventa. Una ley de 2001 requiere que las entida-
des gubernamentales nacionales y locales desarrollen políticas y com-
pren determinados productos ecológicos. A principios de 2003, las
autoridades de 47 prefecturas y de 12 municipios importantes compra-
ban con criterios ecológicos y cerca de la mitad de los 700 municipios
contaban con este tipo de políticas. Se ha avanzado principalmente en
sectores como el papel, material de oficina, equipos de tecnología infor-
mática, coches y electrodomésticos.
240
Estados Unidos Un abanico muy amplio de leyes y directrices requiere que los organis-
mos oficiales federales compren artículos ecológicos, incluyendo productos
de bajo consumo energético y que contengan componentes reciclados,
así como vehículos que utilicen combustibles alternativos. En general, la
coordinación y aplicación de estas normas ha sido bastante deficiente,
pero está mejorando. 47 de los 50 estados federales presumen de polí-
ticas de «compra reciclado», algunas de las cuales se remontan a fina-
les de los ochenta. Al menos una docena de estados ha ampliado estas
políticas a otro tipo de compras ecológicas.
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245
A mediados de los años noventa el Rainforest Action Network (RAN) de San Francis-
co puso en marcha una campaña de alto nivel para presionar a la mayor cadena del
mundo de tiendas de bricolaje, Home Depot, para que mejorase sus prácticas de
adquisición de maderas. Las ventas de esta cadena de almacenes de Atlanta en sus
1.450 tiendas de todo el mundo ascienden a más de 5.000 millones de US$ anuales
en tableros, puertas, contrachapado y otros productos de madera.
RAN utilizó boicots, campañas publicitarias, y actividades de protesta en las tien-
das, implicando a los accionistas, para llamar la atención de la opinión pública sobre
las prácticas de Home Depot de comprar productos de madera procedentes de bos-
ques muy amenazados en la Columbia Británica, el Sudeste Asiático y la Amazonía.
Respondiendo a las presiones, la compañía anunció en agosto de 1999 que reduci-
ría progresivamente sus compras de madera de bosques primarios, prescindiendo por
completo de esta fuente de abastecimiento para finales del año 2002. En enero de
2003 había reducido en un 70% sus compras de lauan (una madera noble utilizada
en algunos componentes de las puertas) procedente de Indonesia y había sustituido
más del 90% de sus compras de cedro por otras maderas procedentes de repobla-
ciones en Estados Unidos. Hoy la compañía asegura conocer el origen de toda la
madera de sus aproximadamente 8.900 productos.
Home Depot se ha comprometido también a dar preferencia a productos proce-
dentes de bosques con certificado de gestión sostenible. (En la actualidad, aproxi-
madamente el 1% de la madera vendida en todo el mundo tiene esta certificación.)
Entre 1999 y 2002, el número de proveedores de madera con certificación del Con-
sejo de Manejo Forestal (FSC, Forest Stewardship Council), una institución muy co-
nocida de certificación forestal, subió de 5 a 40, y el valor de las ventas de madera
certificada se disparó de veinte millones a más de 200 millones de US$.
La decisión de esta compañía ha tenido un importante efecto dominó en los
mercados de bricolaje y de construcción de casas. Al año de anunciar el cambio de
su política de compras Home Depot, una serie de almacenes, incluyendo sus princi-
pales competidores Lowe’s y Wickes, Inc., cuyas ventas ascienden en conjunto a bas-
tante más de la quinta parte de la madera para reforma de viviendas en EE UU, anun-
ciaron que dejarían también de usar productos de madera de bosques amenazados
y primarían el uso de maderas certificadas. Dos de las constructoras de viviendas
mayores del país se comprometieron también a no comprar maderas procedentes de
bosques amenazados.
Estos cambios en la política de compras han subido el listón para la industria
maderera. Con muchas compañías pugnando ahora por obtener el certificado del FSC,
no sería extraño que el no contar con este tipo de aval se convierta dentro de poco
en una desventaja para los proveedores. «Unas declaraciones de Home Depot han
conseguido transformar las prácticas de explotación maderera de la Columbia Britá-
nica más que 10 años de protestas ecologistas», destaca Michael Marx, de la orga-
nización ForestEthics.
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251
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253
El conocimiento del ciclo de vida de los productos nos permite determinar las conse-
cuencias indirectas de nuestras acciones a lo largo de su vida completa —desde la
extracción de las materias primas hasta la eliminación del producto. Esto puede ayu-
darnos a reorientar el consumo hacia pautas más sostenibles, al proporcionarnos
información más completa sobre todos los aspectos de la producción, desde los sis-
temas de transporte hasta las fuentes de energía. Según el Director Ejecutivo del
Programa sobre Medio Ambiente de las Naciones Unidas (PNUMA), Klaus Töppfer,
«los consumidores están cada vez más interesados en saber qué hay detrás de los
productos que compran. Pensar en términos del ciclo de vida implica que todo el
que interviene en la cadena completa de la vida de un producto, desde la cuna has-
ta la tumba, tiene su parte de responsabilidad y su papel que desempeñar».
El PNUMA y la Sociedad de Toxicología y Química Ambiental (Society of Envi-
ronmental Toxicology and Chemistry) iniciaron conjuntamente en el año 2001 una
Iniciativa de Ciclo de Vida, en respuesta al un llamamiento de los gobiernos para
desarrolar una economía de ciclo de vida. Mediante tres programas –Gestión del Ciclo
de Vida, Inventario de Datos sobre el Ciclo de Vida y Evaluación del Impacto del Ci-
clo de Vida- , esta iniciativa se esfuerza por desarrollar y difundir instrumentos prác-
ticos para la evaluación de posibilidades, riesgos y compensaciones asociados a los
productos y servicios a lo largo de su ciclo de vida completo. La iniciativa es dirigida
por un Panel Internacional del Ciclo de Vida, que sirve también como foro global
clave para interesados y expertos en ciclos de vida de todo el mundo. La Iniciativa
colabora asimismo con otra serie de programas para promover hábitos de consumo
y producciones sostenibles en un horizonte de diez años, cumpliendo los acuerdos
de 2002 de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible de Johannesburgo. El Plan
de Aplicación de Johannesburgo subrayaba la necesidad de desarrollar «políticas para
la mejora de los productos y los servicios, reduciendo sus impactos sobre el ambien-
te y la salud, mediante la aplicación de criterios científicos, como el análisis del ciclo
de vida, siempre que sea adecuado».
Guido Sonnemann,
División de Tecnología, Industria y Economía, PNUMA.
254
255
Ampliando el movimiento
Durante muchos años los esfuerzos para dar a conocer y promover unas
prácticas de compras ecológicas han sido puntuales, con una gran du-
plicidad de esfuerzos y muy poco intercambio y enriquecimiento mu-
tuo de ideas. Pero esto ha comenzado a cambiar. Hoy todas las inicia-
tivas de ámbito local, regional e internacional persiguen eliminar las
trabas existentes a una política ecológica de compras y acelerar su adop-
ción. Y a medida que un número creciente de instituciones reconocen
sus ventajas, están empezando a compartir la información y a apren-
der de los éxitos y fracasos ajenos.
Una serie de organizaciones y de redes, principalmente en Europa,
Norteamérica y Japón, publican ahora información sobre compras ver-
des, recopilan ejemplos de iniciativas que se han desarrollado con éxi-
to y dan publicidad a las nuevas tendencias. Sus esfuerzos suelen cen-
trarse en las instituciones con mayor poder adquisitivo, como los
gobiernos y las grandes empresas, aunque muchas de sus estrategias se-
rían aplicables a pequeña escala. Algunas de estas organizaciones cola-
boran directamente con dirigentes industriales y representantes de los
gobiernos para fomentar unas transacciones más ecológicas. Otras
movilizan a la sociedad, promoviendo boicots y otras iniciativas para
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Papel
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Dave Tilford,
Centro por un Nuevo Sueño Americano
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Vinculando globalización,
consumo y gobernanza
Hilary French
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Hennes & Mauritz Esta compañía sueca de ropa emplea a 39.000 personas en 17 países
europeos y en Estados Unidos. Tiene abiertas 893 tiendas y tiene pre-
visto abrir otras 110, introduciéndose en Canadá, en 2003. Su factura-
ción ascendió a 6.800 millones de US$ en el año 2002. Trabaja con
proveedores en Europa y en Asia.
Levi Strauss Esta compañía americana vende ropa en más de 100 países, y su mar-
ca está registrada en 160 países. Emplea a 12.400 personas en todo
el mundo. En 2002 declaró un volumen de ventas total de 4.100 mi-
llones de US$, y unos ingresos netos de 151 millones de US$ en 2001.
Grupo Tata El grupo Tata opera en siete sectores industriales, que incluyen trans-
porte, energía, productos químicos y servicios de comunicación. Naci-
do en la India, cuenta con socios en 11 países en todo el mundo. En el
ejercicio 2001-02 declaró una facturación de 2.900 millones de US$,
el doble que el año anterior.
Grupo Altria, Inc. El Grupo Altria es la empresa matriz de Kraft Foods, la segunda marca
de alimentos más grande del mundo, y de Philip Morris, la compañía
de tabaco internacional con mayores ganancias. El Grupo Altria tuvo
unos ingresos netos de 80.400 millones de US$ en 2002, de los cuales
28.700 millones correspondían al comercio internacional de tabaco.
Emplea a 169.000 personas en 150 países.
Siemens Esta compañía alemana emplea a 426.000 personas y cuenta con su-
cursales en 190 países. Vende teléfonos móviles, ordenadores, equipos
médicos, sistemas de iluminación y de transporte. En 2002, las ventas
netas de Siemens ascendieron a 96.400 millones de US$, de las cuales
el 79% procedían del comercio internacional. La compañía tiene un
millón de accionistas.
Yum! Brands Anteriormente parte de PepsiCo, esta compañía y sus seis filiales —
KFC, Pizza Hut, Taco Bell, A&W, All-American Food Restaurants y Long
John Silvers— tuvieron unas ventas globales de más de 24.000 millo-
nes de US$ en 2002. Opera 32.500 restaurantes en más de 100 países
y en 2002 empleaba a 840.000 personas. En 2001 Yum! Brands abrió
1.000 restaurantes fuera de Estados Unidos, aproximadamente tres al
día. China tiene en la actualidad 800 KFCs y 100 Pizza Huts.
McDonald’s Corp. McDonalds sirve a 46 millones de clientes todos los días. Tiene abier-
tos 30.000 restaurantes en 119 países. En 2002 sus ingresos totales
ascendieron a 15.400 millones de US$. El día de la inauguración del
primer local en la ciudad de Kuwait, la cola de coches esperando su
apertura medía más de 10 kilómetros.
268
Billones de US$
9
(en US$ 2001)
8
7
6 Bienes y servicios
5
4
Bienes
3
2
1
Fuente: FMI
0
1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010
269
Millones de toneladas
500 Fuente: FAO
400
Azúcar y edulcorantes
300
200
Arroz
100 Verduras
Soja
0
Carnes
1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005
270
20
Capacidad de carga disponible Huella ecológica
15
10
U.
os
da
cia
ndia
ido
ralia
Esta Canadá
Rein ecia
nda
a
a
India
a
ania
frica
M il
l
C o r e éxico
Sudá r
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Isr a e
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Chin
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B ra s
E.A.
Japó
Unid
elan
Fran
o Un
Hola
Gr
Aust
Finla
Alem
a de
Indo
va Z
dos
Nue
Figura 7-3. Huella ecológica por persona
en países seleccionados, 1999
271
Como señalaba recientemente el poeta y agricultor Wendell Berry: «Una de las prin-
cipales consecuencias —y de las principales necesidades— del industrialismo es el
distanciamiento entre las personas, los lugares y los productos, y la historia de sus
repercusiones». Puede decirse que el consumidor moderno está interactuando prác-
ticamente cada minuto con personas y lugares del planeta situados a cientos o miles
de kilómetros de distancia. La red global de comercio permite en gran medida a los
consumidores olvidarse de su dependencia del entorno inmediato. La desafortunada
consecuencia de este hecho es que los consumidores no perciben los tremendos efectos
que sus opciones consumistas tienen sobre la vida de las personas al otro extremo
de la cadena de producción y consumo.
Mientras que los beneficiarios del libre comercio son los consumidores y los in-
termediarios, los costes recaen habitualmente en algún otro lugar —situado en las
márgenes del circuito comercial mundial. Extraemos nuestros recursos y vertemos
nuestros desechos en zonas habitadas por la población más pobre y más indefensa
del planeta. Aunque siempre parece haber alguien dispuesto a limpiar los desastres
que dejamos a nuestro paso los consumidores del mundo industrial, es frecuente que
los más perjudicados no reciban compensación alguna, o que la compensación sea
insignificante comparada con los daños causados a recursos locales vitales.
El creciente problema de los desechos de la electrónica es un ejemplo muy revela-
dor. Los consumidores tienen poca curiosidad por saber qué se esconde tras la panta-
lla de un ordenador o de un teléfono móvil, o qué se hace con un aparato electrónico
cuando aparece un nuevo modelo. Para saber qué ocurre tendrían que viajar muy le-
jos, hasta lugares como la región de Guiyi, en la provincia China de Guangdong. Cien-
tos de camiones traquetean a diario por las carreteras de esta comarca con destino a
los vertederos desperdigados entre las aldeas, transportando miles de ordenadores,
impresoras y televisores usados procedentes de Norteamérica. Por un US$ o dos al día,
trabajadores emigrantes y sin protección alguna hurgan entre las montañas de dese-
chos electrónicos —quemando plásticos, rompiendo los tubos de rayos catódicos y
vertiendo ácidos sobre los circuitos para extraer los metales preciosos y otros compo-
nentes valiosos. En los alrededores de los vertederos el aire está cargado de humo con
sustancias cancerígenas. Las aguas de la región están tan contaminadas que el agua
para beber hay que traerla desde más de 30 kilómetros de distancia.
Los deseos de los consumidores y el bienestar de quienes se ven atrapados en el
proceso de satisfacer esos deseos pueden estar entrelazados por relaciones muy com-
plejas. La población de una comarca puede depender económicamente de la indus-
tria que produce determinadas mercancías, y al tiempo sufrir los daños ocasionados
por esa misma industria. El daño se percibe como un efecto secundario, lamentable
pero inevitable. Pero los daños a los recursos locales y las condiciones penosas en
las que trabaja la gente son efectos colaterales típicos de la pugna por mantener
unos precios finales bajos de cara al consumidor. Por citar un ejemplo, la industria
bananera de Panamá emplea a un descomunal 70% de la población. Para aumentar
la producción, las bananas se cultivan en enormes plantaciones en régimen de mo-
nocultivo, utilizando grandes cantidades de pesticidas que son aplicados por traba-
jadores sin protección alguna, o desde avionetas que fumigan los campos de forma
indiscriminada. Estas sustancias químicas contaminan el suministro de agua y han
sido asociadas al aumento del índice de cáncer en las comunidades que viven cerca
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Isabella Marras,
Programa Medio Ambiente de las Naciones Unidas.
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• Que los países industriales sean quienes tomen la iniciativa en la promoción del
consumo y de la producción sostenible.
• Asegurar, mediante una responsabilidad compartida pero diferenciada, que to-
dos los países se benefician del proceso de cambio hacia un consumo y una pro-
ducción sostenible.
• Conseguir que las cuestiones de consumo y de producción se consideren
intersectoriales, integrándolas en todas las políticas de desarrollo sostenible.
• Centrarse en la juventud, especialmente en los países industrializados. Utilizar
los medios de información al consumidor y campañas publicitarias para comuni-
car a la juventud cuestiones sobre consumo y producción sostenible.
• Promover la aplicación del principio de «quien contamina paga», que internaliza
los costes ambientales e incorpora las cargas financieras de la contaminación al
precio del producto.
• Incorporar a las políticas procedimientos de análisis del ciclo vital, de forma que
se haga un seguimiento de los productos a lo largo de toda su vida, desde la
producción, pasando por el uso hasta su eliminación. Utilizar este enfoque para
potenciar la eficiencia de los productos.
• Apoyar políticas de compras del sector público que estimulen el desarrollo de
productos y de servicios ecológicos.
• Desarrollar fuentes de energía más limpias, más eficientes y más asequibles para
diversificar el suministro energético. Eliminar de forma gradual las subvenciones
a la energía que inhiben un desarrollo sostenible.
• Alentar iniciativas voluntarias de la industria que promuevan la responsabilidad
social y ambiental de las empresas, en particular de las instituciones financieras.
Cabe citar, entre otros, los códigos de conducta, los certificados de garantía, las
normas ISO, y las Directrices de Información sobre Iniciativas Globales.
• Recopilar ejemplos de producción limpia rentables y promover métodos de pro-
ducción menos contaminantes, en particular en los países en desarrollo y entre
las pequeñas y medianas empresas.
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291
Camisetas de algodón
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293
Mindy Pennybacker
La Guía Verde
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295
Riqueza y bienestar
Riqueza y bienestar no son términos antagónicos, sino más bien
hermanastros separados desde hace tiempo. Después de todo la pala-
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* Nota de la traductora: en inglés la palabra «wealth» (riqueza) viene de «weal» sinónimo de bienes-
tar utilizado casi siempre para describir a una comunidad o estado próspero.
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20.000 80
Ingresos medios
15.000 60
5.000 20
Fuente: Myers
0 0
1955 1965 1975 1985 1995 2005
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La publicidad es un instrumento muy potente que se utiliza con frecuencia para es-
timular el consumo —y que está minando, por tanto, los esfuerzos para construir un
mundo sostenible. Pero el Programa de Medio Ambiente de las Naciones Unidas
(PNUMA) intenta convertir a las agencias de publicidad en aliados, comprometién-
doles en la promoción de la sostenibilidad. En 1999, el PNUMA creó un Foro sobre
Publicidad y Comunicación con el objetivo de aumentar la sensibilidad hacia el «con-
sumo sostenible»: que mejore la calidad de vida y minimiza las desigualdades socia-
les y ecológicas— alentando a los anunciantes y agencias de publicidad a promover
este objetivo.
Algunas empresas claves del mundo de la publicidad y de la mercadotecnia han
respondido desarrollando publicaciones a favor de la sostenibilidad en colaboración
con el PNUMA y organizando sesiones especiales sobre desarrollo sostenible en sus
congresos internacionales. Por ejemplo, la agencia de publicidad McCann-Erickson
publicó junto con el PNUMA un folleto titulado «¿La sostenibilidad vende? dirigido
a empresas y profesionales del sector para convencerles de que «lejos de hundir las
ventas, los principios de sostenibilidad pueden ser esenciales para proteger la salud
y los beneficios futuros de una marca». En colaboración con Sostenibilidad y con el
PNUMA, la Asociación Europea de Agencias de comunicación preparó una guía para
las agencias de publicidad que describe el creciente mercado mundial de consumo
sostenible. Y la Asociación Mundial de Profesionales de Investigación ha solicitado
una encuesta sobre actitudes del consumidor en cuestiones de sostenibilidad.
El PNUMA está además colaborando con algunos sectores concretos de la in-
dustria —sobre todo con el sector automovilístico, el de turismo y el de distribución
minorista— para ayudarles a desarrollar estrategias innovadoras de publicidad y
mercado que promuevan opciones más sostenibles.
Solange Montillaud-Joyel
Programa de Medio Ambiente de las Naciones Unidas
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1.600.000
1.400.000
1.200.000
Miles de toneladas
1.000.000
Miles de toneladas
800.000
600.000
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200.000
0
1955 1958 1961
D
DIRECTOS domésticos DIRECTOS importados O
OCULTOS domésticos OCULTOS importados
Fuente: Carpintero (2004) a partir de las fuentes allí recogidas. Los flujos ocultos no incluyen la erosión.
328
Nota: No incluye erosión . (a) Incluidas semimanufacturas energéticas. (b) Incluidas las semimanufacturas
metálicas. (c) Incluidas semimanufacturas minerales. (*) Incluyen, a parte de las materias primas, las
semimanufacturas energéticas, minerales y metálicas, así como los flujos excavados y las otras importacio-
nes de bienes finales.
Fuente: Carpintero (2004) a partir de las fuentes allí recogidas.
329
330
INPUTS DIRECTOS TOTALES 120.420 178.141 361.394 431.618 556.681 538.510 570.202 768.129
Domésticos 112.904 163.306 285.771 333.715 412.904 394.308 406.246 546.612
Importados 7.516 14.835 75.622 97.902 143.777 144.203 163.956 221.967
CONSUMO APARENTE
(I. Directos – export.) 111.836 168.010 340.804 375.929 502.049 477.305 498.669 673.679
PROMEMORIA
I. Directos per cápita (tm/hab) 4,2 5,8 10,2 11,2 14,3 13,8 14,5 19,0
Consumo per cápita (tm/hab) 3,9 5,5 9,6 9,7 12,9 12,2 12,7 16,6
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80 80
70 ABIÓTICOS
ABIÓT ICO S 70
60 60
50 50
BIÓTICOS
BIÓT ICO S
Porcentaje
Porcentaje
Porcentaje
Porcentaje
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30 30
20 20
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0 0
1955 1958 1961 1964 1967 1970 1973 1976 1979 1982 1985 1988 1991 1994 1997 2000
Nota: El porcentaje que resta en cada año hasta 100 (que en 1995 apenas llega al 10%), se debe a las
importaciones de semimanufacturas energéticas, minerales, metálicas y al resto de bienes importados.
Fuente: Carpintero (2004) a partir de las fuentes allí recogidas.
335
336
OCULTOS TOTALES 146.657 195.567 339.685 576.332 644.261 612.485 624.775 740.774
Domésticos 137.906 178.156 238.238 442.345 434.245 395.341 367.367 374.905
Importados 8.750 17.221 101.447 133.987 210.016 217.144 257.409 365.869
PROMEMORIA
Erosión 367.683 374.569 412.046 415.640 432.867 421.921 399.880 401.448
Erosión media (tm/hectárea) 25,6 25,7 26,0 26,0 26,0 26,0 26,0 27,5
Erosión media (tm/habitante) 12,6 12,2 11,6 10,8 11,1 10,8 10,2 9,9
337
338
B A L A N C E F Í S I C O D E L A E C O N O M Í A E S PA Ñ O L A , 19 5 5 -2 0 0 0
(Miles de dtoneladas)
(m i les e ton el ad a s)
2 5 0 .0 0 0 2 5 0.0 0 0
2 0 0 .0 0 0 2 0 0.0 0 0
I M P O R T A C IO N E S
1 5 0 .0 0 0 IMPORTACIONES 1 5 0.0 0 0
1 0 0 .0 0 0 1 0 0.0 0 0
5 0 .0 0 0 E X P O R T A C IO N E S 5 0 .0 0 0
EXPORTACIONES
0 0
-5 0 .0 0 0 -5 0 .00 0
-1 0 0 .0 0 0 DÉFICIT
D É F I C I T FFÍSICO
Í S IC O -1 0 0 .0 0 0
-1 5 0 .0 0 0 -1 5 0 .0 0 0
1955
1958
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1964
1967
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1991
1994
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2000
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341
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40 40
35 35
30 30
TOTALES/PIB
T O T A L E S /P I B
25 25
20 20
15 15
10 10
DIRECTOS/PIB
D I R E C T O S /P I B
5 5
0 0
1 95 5 1 95 8 1 96 1 19 64 19 67 1 9 70 1 97 3 1 97 6 1 97 9 1 98 2 1 98 5 19 88 19 91 19 94 1 99 7 2 00 0
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12
11
10
9
ABIÓTICOS
A BIÓTICOS DIRDIRECTOS/PIB
ECTOS/PIB
8 (Toneladas por
(Toneladas por millón
millón de pesetas)
de pesetas)
4
1955 1958 1961 1964 1967 1970 1973 1976 1979 1982 1985 1988 1991 1994 1997 2000
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R EM A TER IALIZ ACIÓN R ELA TIVA EN TÉRM INO S PER CÁPITA , 1955-2000
(Toneladas por
(Toneladas porhabitante)
habitante)
40,0 40,0
35,0 35,0
30,0 30,0
TOTALES/HABITANTE
TO TA L ES/H A B ITA NTE
25,0 25,0
20,0 20,0
15,0 DIRECTOS/HABITANTE
DI REC TO S/H A BI TA N TE
15,0
10,0 10,0
5,0 5,0
0,0 0,0
1955 1958 1961 1964 1967 1970 1973 1976 1979 1982 1985 1988 1991 1994 1997 2000
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18 0 18 0
16 0 16 0
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12 0 12 0
10 0 10 0
80 80
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19
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19
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Estados
E s t a d o s Unidos
U n id o s Japón
Jap ón EEspaña
sp añ a AAlemania
lem a n ia
Fuente: España: Carpintero (2004) a partir de las fuentes allí recogidas. Para el resto de los países:
Adriaanse, et al, (1997).
A modo de conclusión
En lo que concierne a la evolución del metabolismo de la economía
española, los datos ofrecidos páginas atrás muestran espectaculares in-
crementos en la utilización de todo tipo de recursos naturales (totales
348
Nota final
El detalle del cálculo de los RTM y las fuentes utilizadas se encuentra
pormenorizado en el Anexo Metodológico de Carpintero, O., (2004):
El metabolismo económico de España: Flujos de energía, materiales y huella
ecológica (1955-2000), Lanzarote, Fundación César Manrique (en pren-
sa). Esta publicación revisa y actualiza hasta 2000 —con las modifica-
ciones metodológicas allí apuntadas— las cifras de Carpintero (2002)
que alcanzaban hasta 1995.
349
Prefacio
Noviembre de 2002. Coalition to Stop the Use of Child Soldiers, Child Soldiers
1379 Report (Londres: Noviembre de 2002); UNESCO, «UNESCO Adds 18
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on Antibiotic Use,» nota de prensa (Oak Brook, IL: 19 de Junio de 2003);
«Deforestation of Amazon is on the Rise,» UN Wire, 26 de Junio de 2003.
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Bolsas de plástico
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Ordenadores
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Jabón antibacterias
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381
382
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Agua embotellada
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Pollos
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Chocolate
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Langostinos
388
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391
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393
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Teléfonos móviles
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400
401
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403
404
405
406
407
Papel
408
409
410
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413
Camisetas de algodón
1. Scott Fresener et al., The T-Shirt Book (Layton, UT: Gibbs Smith
Publisher, 1995); Nancy Clark, «A Brief History of the T-shirt,» Wearables
Business, 1 de Mayo de 1998.
2. Fibra más vendida, de Cotton Board, «Cotton’s Rise Through the Years,»
en www.cottonboard.org; producción, de Organización de las Naciones Uni-
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