La psicología ambiental surge en la década de 1960 abordando numerosos criterios a partir de

investigaciones que lo plantean; abordando temas tradicionales de la psicología asociándolos con

distintas disciplinas como lo son la arquitectura, el urbanismo, la ecología, la sociología y la
antropología, entre otras. (Mercado et. al., 1987).

Entre los aspectos que analiza esta psicología se encuentran algunos ambientes que podrán
interferir en el comportamiento de los individuos, al manifestar ciertas modificaciones en donde
se desarrollarán actividades humanas, entre los que se encuentra:

1. Ambiente natural, el cual se define como la influencia del ecosistema y la percepción del
ambiente geográfico y su complicidad con el paisaje. Donde estos aspectos desglosaran
factores físicos ambientales que intervienen en mayor medida en el comportamiento
humano como lo son: la temperatura, los factores atmosféricos y las radiaciones e
iluminación
2. Ambiente construido, donde parte de nuestro comportamiento se define en gran medida
al entorno físico que nos rodea, bajo esta medida es probable que teniendo en cuenta que
la conducta humana es completamente autónomo y adaptable, de esta manera todo lo
construido ofrecerá frente al sujeto diversas posturas de comportamientos con
variaciones según la forma de ser de cada individuo. Según esto se pueden delimitar unas
variables con respecto a estas conductas, estableciendo criterios que las reúnen en cuanto
su permanencia y origen; existen las que poseen rasgos fijos, que tienen como
característica un carácter duradero el cual es difícilmente modificable, esto llevado a un
modo más tangible con respeto al diseño arquitectónico se refiere a la parte estructural
como formas y tamaños, colocación de puertas, ventanas, recorridos, pasillos, la
disposición de los edificios, etc; Los siguientes son los rasgos semifijos que podrán tener
variables, pues incluye mobiliario y la decoración, los cuales serán aspectos que tendrán
cambios a futuro y por consecuente alteraciones a los sujetos que habitan el lugar; y por
ultimo están las variables ambientales, que se destacan por ser menos tangibles al
usuario, aunque no implica que no puedan ser modificadas, y son de vital importancia,
pues son percibidas desde un punto de vista corporal a través de los sentidos, como lo es
la temperatura, la luz y el ruido.
ARTÍCULO 4º.- NIVELES DE COMPLEJIDAD. Los Centros de Atención, Tratamiento y
Rehabilitación Integral al consumo de sustancias psicoactivas son de baja, mediana y alta
complejidad según sea el grado de especialización y complejidad de los servicios que
presten de acuerdo con el proceso de salud – enfermedad, de la infraestructura y del
grado de cualificación de los equipos profesionales que los atienden, conforme con la
normatividad vigente.
El tercer nivel comprenderá a las instituciones que desarrollen actividades de una mayor
 especialización y complejidad requeridas para tratamiento de personas con
adicción al consumo de sustancias psicoactivas. Podrá prestar servicios del primer
y segundo nivel si cumple con los requisitos esenciales mínimos de prestación de
servicios establecidos en la presente Resolución.