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net/publication/304214039
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Jorge Osorio
Universidad de Valparaíso (Chile)
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Teorías y prácticas profesionales críticas en educación, ciudadanía y movimientos sociales View project
All content following this page was uploaded by Jorge Osorio on 13 July 2016.
Alejandro Abufom
Julio Alguacil
Moira Brncic
Hernán Dinamarca
Antonio Elizalde
Juan Carlos González
David Molineaux
Luis Weinstein
Eduardo Yentzen
1
© Editorial Universidad Bolivariana S.A., Santiago de Chile, 2007.
El azul del arcoiris.
Inscripción Nº
ISBN
2
ÍNDICE
Alejandro Abufon
El viaje hacia el OTROMUNDO:
Pistas para Transeúntes Ontológicos 13
Julio Alguacil
Nuevos movimientos sociales: nuevas perspectivas,
nuevas experiencias, nuevos desafios 27
Moira Brncic
Señales de la educación que promocionan el Paradigma
Integrativo Cultural Básico Evolutivo 69
Hernán Dinamarca
La construcción de una identidad colectiva de seres libres.
El desafío del reconocimiento mutuo 147
Antonio Elizalde
La “insuficiencia”de lo suficiente
Sobre cegueras, rebeldías, resistencias y búsquedas 175
Dacid Molineaux
Gérmenes de un Nuevo Paradigma:
Aportes de la Ciencia Contemporánea 225
Margarita Ovalle
Desenmascarando los mitos.La dimensión mítica presente 277
3
Luis Pérez Aguirre
Ciencias Teológicas y concepto de paradigma 295
Luis Razeto
La economía como motor de los cambios, o
una nueva estructura de la acción transformadora 343
Luis Weinstein
La salud integral como señal ypráctica del nuevo paradigma
Una imaginería 371
Eduardo Yentzen
Una magia herético-utópica para la posmodernidad 391
4
El azul del arco iris
5
la psicología transpersonal, de la parapsicología, las búsquedas y los diá-
logos espirituales, van tejiendo un gran arco iris, multicolor, diverso, im-
posible de destejer, que evidencia su fondo azul donde se integran los gran-
des valores del bien, la verdad y la belleza.
6
global por parte de los partidos políticos; la disminución de la afiliación
sindical; el carácter decisivo que tienen factores “no-políticos” en la
gobernabilidad (instituciones multilaterales, poderes fácticos, globalización
con control externo de los mercados, etc.); la emergencia y consolidación
de un tecnocratismo ilustrado que entiende las políticas publicas como inge-
nierías sociales, entre otras no menos significativas
7
rechos de los diversos, crear las competencias para dirimir públicamente
conflictos morales, entre otros aspectos. En suma una educación ciudada-
na que se desarrolle como un espacio para revertir el individualismo
neoliberal a través de «redes» y comunidades que reflexionen sobre el sen-
tido público de la experiencia humana, que recuperen a los excluidos y
«fracasados» de la dinámica del capitalismo neoliberal, que asuman colec-
tivamente los desafíos de la «sociedad de riesgo» y religen a las personas
y comunidades a los relatos y a la memoria histórica que sustentan su iden-
tidad-diversidad.
8
rituales y con integraciones personales, que permitan cambiar el patrón de
organización educativo mundial y su estructura, apuntando a que sea a escala
humana y mediante un proceso de enriquecimiento creativo con aprendizajes
continuos, imparables, cotidianos, informales, no formales y formales.
Juan Carlos González nos presenta una reflexión sobre las profe-
cías en el mundo actual, en particular las que se han formulado respecto de
unas fechas que ya estamos viviendo, y que culminan en el 2012. Realiza
un rastreo de algunas anticipaciones que plantean un cambio de proporcio-
nes a comienzos del siglo XXI en las condiciones de funcionamiento del
planeta, seleccionado dos de los pueblos originarios (mayas y hopi), tres
del pasado inmediato (Parravicini, Deunov y Cayce) y una de la actualidad
(Renard). Concluye postulando una hipótesis de transición para el actual
9
cambio de paradigma, y sostiene que cada día es más evidente que poco a
poco la ciencia se irá acoplando al conocimiento espiritual y aceptará la
existencia del alma como parte importante dentro de la estructura humana.
Internalizaremos -señala- que somos esencialmente seres divinos y que
nuestra existencia en la tierra obedece a un recorrido que como almas de-
bemos realizar para completar el desarrollo de nuestra verdadera identi-
dad y en armonía con las fuerzas creadoras.
10
El artículo de Luis Pérez Aguirre (Q.E.P.D) fue encontrado en internet
y tiene una notable sintonía con el resto de los autores, incluso su propia
reflexión está vinculada con anteriores arcoiris. Sostiene que la importan-
cia de abordar el concepto de paradigma desde la teología surge tanto des-
de el objetivo cristiano de actuar en la construcción del Reino anunciado
por Jesús, como a partir de que “la mayoría de los problemas no pueden
resolverse al nivel en que vienen planteados”, axioma del que no se escapa
la ciencia teológica. A partir de ello, postula reflexionar sobre los inicios
de paradigmas a lo largo de la historia de la teología; por qué los teólogos
y el magisterio los han adoptado, y por qué éstos fueron cambiados en
determinadas épocas.
11
Weinstein, parafraseando y recreando las conversaciones de Antoine de
Saint Exupery y los personajes de El Principito, para adentrarnos en una
reflexión de búsqueda de la salud integral como elemento sustantivo y esen-
cial de un nuevo paradigma.
12
El viaje hacia el OTROMUNDO
Pistas para Transeúntes Ontológicos
Las citas
13
“Tasurinchi, aquel que con sus soplidos amazónicos hizo nacer todo lo
bueno y a los indios machiguengas, allá por la selva de Madre de Dios,
también ordenó que las tribus caminaran, sin quedarse en sitio fijo, para
que el sol no se cayera. Así, los machigüengas fueron huyendo siempre
de los peligros, de las enfermedades y todo lo maligno que había enviado
Kuntibakori y sus diablillos. Los machigüengas, «los que andan», nunca
se asentaron en lugar fijo y permanecieron por siglos libres y de familias
ligeras, sin ataduras a los lugares, frugales, atentos y rápidos”.
14
Dijo Nietzsche: “Sea lo que fuere aquello
que el destino me depare en la vida, siempre ha-
brá aquí dentro, un viaje y una ascensión”.
15
Aquí comienza este
VIAJE HACIA el OTROMUNDO
16
CITA: “Si mueres antes de morir, cuando mueras no morirás”.
17
El OtroMundo abre un espacio de posibilidades donde siempre
es factible ubicarse desde otra perspectiva: aunque no lo queramos, siem-
pre existe algo improbable, impredecible, ilógico, no programado. Se
abre así, una puerta de salida para el encierro y violencia mental que
significa solamente aceptar un tipo de orden, un tipo de lógica, una
manera de amar, una forma de construir, de relacionarse, una forma
única de vivir.
18
Tomás de Aquino, quien dio su vida para crear una estructu-
ra lógica que explicara el «plan divino», al final de sus días, cuando
oficiaba una misa, experienció un estado que cambió totalmente su
vida. Luego de eso dejó de escribir. Presionado para que terminara
la «Summa», contestó: «No puedo hacer más; aquéllas cosas que
me han sido reveladas, hacen que todo lo que escrito parezca pura
paja, y ahora solo espero el fin de mi vida».
19
Bajo el imperio de EsteMundo el ser humano está limitado a la di-
cotomía de la lógica, a las concepciones binarias y a la visión del mundo
como un camino lineal con un objetivo ya determinado de antemano (por
la evolución para la ciencia o por un plan divino para la religión).
20
-¿Y cómo lo hago yo?- le pregunté a Fritz.
Él me contestó:
-Morir y renacer no es una tarea fácil-.
21
de la rigidez mental a la apertura completa... y viceversa, incluyen-
do todos los estados intermedios
De esta manera:
No es necesario ser más inteligente, para ser menos ignorante.
No es necesario tener más, para dejar de tener menos.
No es necesario ser más bueno, para dejar de ser malo.
22
mejoría, si nos apartamos de la idea de una permanente evolución?
23
Transitando con pies ligeros y las manos vacías, el viajero atraviesa
la puerta que lo conduce al Otromundo, repitiendo su mantra del camino:
24
Los Transeúntes Ontológicos aman la soledad. Necesitan de
los demás pero no para justificarse o apoyarse en ellos, sino como
la forma natural de desenvolver sus posibilidades comunes. Los
demás existen como la posibilidad de trabajar, comunicarse y amar.
25
26
Nuevos movimientos sociales: nuevas
perspectivas, nuevas experiencias,
nuevos desafios
27
como el SIDA, el mal de las vacas locas, la neumonía asiática, o la
gripe aviar, conforman eso que se ha venido a denominar como socie-
dad del riesgo.
La glocalización
Los novísimos movimientos sociales son etiquetados por imperati-
vo mediático como movimientos “antiglobalización”, sin embargo la pers-
28
pectiva movimentista contemporánea se denomina a sí misma como movi-
mientos de “resistencia global” o también como movimientos “alterglobali-
zación”, en definitiva, la apuesta por otra globalización. Realmente este
nuevo movimiento, a su vez síntesis de movimientos, trabaja por una alter-
nativa al capitalismo en la actual fase de extrema mercantilización extensi-
va al conjunto del planeta. En consecuencia, son alteractivos frente, y al-
ternativos a, el capitalismo global.
1
Robertson, R. (1995), “Glocalization: Time-Space and Homogenety-Heterogenety” en
Featherstone, M.; Lash, S. y Robertson, R. (eds.), Global Modernities, Sage, Londres.
29
nidad, vivienda, etc.) y territorial2 , pero conjugándose a la vez con la de-
fensa y conquista de principios universalistas como los derechos humanos,
o los mismos valores democráticos. De tal modo que el objetivo de los
movimientos sociales contemporáneos es una ciudadanía democrática e
inclusiva que tiene una doble dirección: particularizar los valores univer-
sales y universalizar las identidades particulares. En definitiva, tienen el
reto de articular las distintas posiciones subjetivas en un sujeto, a la vez,
unitario y heterogéneo, en una nueva identidad de identidades, que les si-
túa en una predisposición para buscar una múltiple articulación temática y
sectorial, entre culturas y colectivos, entre escalas y entre agencias que
solo puede construirse a través de una cooperación de lo descentralizado.
La nueva ciudadanía
2
Aquí nos interesa poner de relieve, algo más desarrollado en otro lugar (Alguacil, J. (2000),
Calidad de vida y praxis urbana: nuevas iniciativas de gestión ciudadana en la periferia
social de Madrid, CIS/Siglo XXI, Madrid.), cómo la identidad y los sentimientos de perte-
nencia de los ciudadanos no son pensables sin la base territorial donde los ciudadanos se
enclavan a su realidad que se expresa en la esfera de la vida cotidiana, pero sobre todo,
hemos de considerar el cómo la participación política no puede desarrollarse plenamente
(activamente) si no es en esa realidad social vinculada a un espacio concreto que es soporte
de una población, de una cultura, y de una organización social.
30
de que “el aire de la ciudad nos hace libres”. Así en un primer estadio de su
desarrollo la ciudadanía estaba vinculada a la ciudad. Los ciudadanos lo
eran de una ciudad accediendo a los derechos por adquisición de los mis-
mos y no por transmisitón adscriptiva.
3
Marshall, T. H. (1950), “Citizenship and Social Class” en Marshall, T. H. Y Bottomore, T.,
Citizenship and Social Class, Pluto Press, Londres.
31
globalización económica la tendencia a la pérdida de protagonismo y so-
beranía de los estados nacionales, que en la última etapa del proceso de
construcción de la ciudadanía son los que han tenido el monopolio sobre
su definición, suponen un freno al proceso permanente de construcción de
la misma y lleva a pensar en otros ámbitos políticos y territoriales dónde
este proceso pueda continuar en su vertiente más activa. Parece que los
nuevos retos de la ciudadanía se vuelven a discutir desde una doble pers-
pectiva que tiene muchos puntos de vinculación: buscar una alternativa
entre el liberalismo desregulador y el burocratismo estatista; y redescubrir
la configuración de su base territorial.
32
económicos, sean estos de carácter estatal o no estatal, no sean utilizados
como intereses individuales y corporativos protegiéndose de la codicia y
del lucro particular y asegurando su utilidad social y eficiencia universal.
Mientras, que en su mirada ambiental preconiza los derechos del ecosistema,
el respeto a la biodiversidad y por extensión el derecho de las otras espe-
cies vivas a su existencia vinculándose a los propios derechos de la huma-
nidad como especie.
33
De otro lado, la creciente intensidad del contacto y relación des-
igual entre las diferentes culturas y comunidades territoriales pone de re-
lieve el desarrollo de los nuevos derechos culturales. El derecho de los
pueblos, de las minorías, de los territorios, de las culturas... Los derechos
de la humanidad solo se garantiza con una quinta generación de derechos
que amplían y profundizan la democracia haciéndola más participativa y
reflexiva. El derecho de los grupos humanos (culturales, étnicos,
migrantes...) a ser los principales protagonistas de la gestión de sus recur-
sos y de su desarrollo. En definitiva, el derecho de los ciudadanos a la
autodeterminación, a deliberar y decidir sobre las acciones que afectan a
sus condiciones de vida de la forma más directa posible. La ciudadanía no
será plena si los ciudadanos no tienen la oportunidad de participar activa-
mente en la consecución de la satisfacción de sus necesidades y este proce-
so se inicia y se proyecta desde la esfera del mundo de la vida cotidiana. El
acceso de la política empieza en el propio cuerpo, en el territorio, en el
ámbito de la vida cotidiana y se proyecta a lo universal que, a su vez, enri-
quecer y favorecer la emancipación de la comunidad territorial.
34
tos orientados a la articulación entre sí y la conexión con otras estructuras
descentralizadas y globales. En consecuencia, la emergencia de estos nue-
vos derechos de ciudadanía vienen asociados al surgimiento de renovados
actores (gobiernos locales, movimientos sociales, tercer sector) que ponen
de relieve nuevas subjetividades en la conquista de una ciudadanía que
explora nuevas dimensiones de la misma.
La Línea de Dignidad
35
De este modo, amplios sectores de la población quedan fueran del
sistema en varias de las dimensiones que condicionan la satisfacción de las
necesidades humanas, quedan fuera del sistema político, del sistema eco-
nómico, del sistema social, del sistema cultural y su hábitat suele encon-
trarse segregado y degradado social y ambientalmente. Estas desafecciones
se expresan en llamativos y crecientes conflictos sociales, como por ejem-
plo la rebelión de los jóvenes de los “banlieues” franceses o el drama de
los emigrantes del sur en las fronteras blindadas de los países del norte.
Esos dramas son buena muestra de la insostenibilidad social del modelo
neoliberal.
36
se produce cuando la gente tiene demasiado o muy poco, debemos pregun-
tarnos. ¿Qué nivel de consumo puede soportar la Tierra? ¿Cuándo deja de
contribuir de manera apreciable el tener más a la satisfacción humana?”
(Durning, 1991: 244).
4
Es una propuesta del Programa Cono Sur Sustentable –formado por los proyectos Brasil
Sustentable, Chile Sustentable y Uruguay Sustentable- presentada en el Foro Social Mun-
dial 2002.
5
Las necesidades humanas siguiendo la perspectiva del “Desarrollo a Escala Humana”
(Max-Neef, Elizalde, et al. 1986): Son pocas, finitas, identificables y universales, de tal
modo que todos los seres humanos tenemos las mismas necesidades independientemen-
te del lugar, la cultura y la época histórica que nos toque vivir. Lo que varía de una
cultura a otra, de un territorio a otro, de una época a otra son los procedimientos para
satisfacerlas: los satisfactores. Los satisfactores deben ser sinérgicos para satisfacer las
necesidades sin comprometer su satisfacción para otros sujetos, e incluso, para nosotros
mismos. Es decir, la satisfacción de una necesidad, éticamente no puede comprometer la
satisfacción de otras necesidades, por el contrario, satisfaciéndose es necesidad debe
favorecer la satisfacción de otras necesidades. “El Desarrollo a Escala Humana” identi-
fica nueve necesidades humanas: subsistencia, afecto, protección, entendimiento, parti-
cipación, creación, recreo, identidad y libertad, cada una de las cuales no puede satisfa-
cerse óptimamente sin la concurrencia de la satisfacción de las demás.
37
miento de la comple-mentariedad y de la puesta en común para abordar
las insostenibilidad en su doble vertiente social y ambiental entre el
Norte y el Sur. Siguiendo a Sara Larraín: “como referente distributivo
de la sustentabilidad, la Línea de Dignidad establece un criterio de re-
gulación socioambiental en el consumo justo, lo suficiente para una
vida digna, bajo los parámetros de ejercicio de derechos, relaciones
sociales democráticas, reconocimiento de la complejidad de los
ecosistemas planetarios y de la necesaria subsistencia de los demás se-
res vivientes que conforman dichos sistemas” (Larraín, 2002: 101).
38
Fuente: Larraín, S. (2002), Op. Cit.
39
La Línea de Dignidad se presenta, finalmente, como un indicador
de síntesis de esta convergencia en donde el acceso a los derechos huma-
nos en todas sus dimensiones (civiles, políticos, socioeconómicos, ambien-
tales y culturales), y la reorientación hacia la satisfacción de las necesida-
des humanas ampliadas por parte del sujeto permiten establecer un refe-
rente político de lo que sería aceptable éticamente como un nivel de consu-
mo sostenible. De ahí la importancia de la articulación y convergencia en-
tre los movimientos sociales del Norte y del Sur que está produciendo en
los Foros Sociales Mundiales.
40
subjetividad humana y de la autonomía ética. Surge así una nueva paradoja: la
autonomía individual se obtiene gracias a la pertenencia a un contexto relacional,
o a un ecosistema, y ese pertenecer a un entorno significa un cierto grado de
dependencia. La autonomía individual no puede pensarse sin la autonomía de
los otros, o sí se prefiere, de la dependencia de los otros.
6
Melucci, citado por Francisco Javier Noya (1991), hace referencia a los nuevos movimien-
tos sociales como “subsistema específico” que se transforman en “un nuevo sistema
autopoiético”.
41
El sujeto que se comprende a sí mismo como sujeto autónomo en su
relación con el mundo, del que simultáneamente es dependiente, se hace a
sí mismo sujeto moral. Se construye así una ética discursiva a través de la
cual el sujeto autónomo-dependiente se humaniza, experimenta un mundo
subjetivo a la misma vez que accede al mundo social y cultural en el que se
inscribe. Obtiene de este modo el sujeto una dimensión individual y una
dimensión personal que permite distinguir en el concepto mismo de sujeto
las exigencias de una ética de mínimos y una ética de máximos (Cortina,
1993). Distinción que establece Adela Cortina entre aquellos mínimos norma-
tivos universalizables, que son posibles por la dimensión autónoma del sujeto,
y los máximos a que se refieren los proyectos biográficos de autorrealización.
La síntesis entre ambas éticas exige de los sujetos el pasar de ser individuos a
ser personas, es decir el reconocer a los otros como sujetos-personas que tie-
nen capacidad para reconocernos recíprocamente, adhiriéndose, adhiriéndo-
nos, a los principios éticos universales que nos ponen en común.
7
Vamos a entender la «capacidad estimativa» del sujeto de una forma particular, y siempre
dentro del sentido dado a la “autonomía crítica”: Como el nivel de conciencia adquirido a
42
na buscando el equilibrio entre la libertad individual y la vinculación co-
lectiva, entre lo micro-social y lo macro-social, entre las emociones y la(s)
razón(es). Esa capacidad estimativa es reforzada por la comunicación y el
conocimiento, que a su vez estimulan el devenir consciente. Y esta ética
discursiva proyectada en acción colectiva es la que nos lleva a la confirma-
ción de como es a través de los movimientos sociales, que buscan no tanto
la reivindicación de los derechos, de la dignidad, de los nuevos valores,
como de hacerlos realidad y de aplicarlos directamente cuando tienen opor-
tunidades, la que permite la construcción de un sujeto-persona que recupe-
ra un sentido de la vida ético. Es precisamente en la vinculación con los
movimientos sociales donde la acción del sujeto, producida en primera
instancia en el ámbito de la vida cotidiana, puede sincronizarse con las
redes globales interactivas imprescindibles para la defensa y consecución
de los derechos y necesidades universales.
través del acceso al conocimiento (de continua adaptación al medio, a los recursos y a las
condiciones) y a los procesos de comunicación fluida (de reciprocidad en la relación con
otros sujetos).
43
Melucci (1994: 146) presentan la singularidad, frente a las organizaciones,
de que el resultado más propio de su acción es dotar de sentido a la acción
individual y colectiva. De tal modo que el proyecto histórico (sobre la base
de un diagnóstico, una identidad compartida y un pronóstico optimista) se
encuentra inevitablemente cargado de representaciones y valores, de ideo-
logía, en consecuencia. El proyecto histórico es un proyecto utópico que
mira al futuro, pero que también deviene del pasado. En cierto sentido los
movimientos sociales son siempre una síntesis de sus antecesores, de las
ideologías, métodos y prácticas de antaño, de modo que el proyecto histó-
rico de futuro no se podría entender sin conocer la trayectoria, los vínculos
históricos que muestran la versátil adaptación de los movimientos sociales
a cada contexto histórico. La historia de la humanidad, afirmaría Karl Marx,
es la historia de la lucha de clases. Más propiamente, si incorporamos la
perspectiva subjetiva de los individuos, habría que decir que la historia de
la humanidad es la historia del éxito, y también del fracaso, de las luchas
sociales desplegadas por los movimientos sociales. Retomemos el hilo his-
tórico para imaginar el nuevo paradigma que representa el icono de “otro
mundo es posible” y sus mentores: los “novísimos” movimientos sociales
alterglobalizadores.
44
bre y la naturaleza se pierde a través del proceso de alineación que enajena
a los hombres del trabajo, de la producción y de los propios hombres en su
relación con el proceso de producción. Esta enajenación separa al hombre
de la naturaleza.
8
Fernández Buey, F. (1998), “Programas sindicales, intereses obreros y reivindicaciones
ecologistas en la lucha por un mundo habitable” en Fernández Buey y Riechmann, J. (comps.),
Trabajar sin destruir. Trabajadores, sindicatos y ecologismo, Ediciones HOAC, Madrid.
45
za del ámbito de la producción al sujeto-trabajador con capacidad creativa
y destrezas profesionales. La asalarización y la aplicación de la organiza-
ción científica del trabajo, que se orienta rápidamente hacia el posterior
modelo fordista, conllevan una organización de los trabajadores relativa-
mente separada del “puesto de trabajo”. La adaptación de la estrategia del
movimiento obrero a un ámbito parcial de la contradicción capital-trabajo,
como es la confrontación respecto del reparto de la plusvalía, le separa de
la centralidad en la superación de la contradicción obviando, o al menos
relegando a un segundo plano, la apropiación de los medios de producción,
el control de la actividad productiva y la intervención en la distribución del
producto.
9
Wallerstein, I. (2005), “O que significa hoje ser um movimento anti-sistémico?” en Leher,
R.; Setúbal, M. (organizadores), Pensamento crítico e movimientos sociais. Cortez editora,
Sao Paulo.
46
movimientos de liberación nacional en numerosos países de la periferia y
el descrédito del “socialismo real” imperante en los países del bloque del
Este para terminar de entender la revolución cultural de carácter autono-
mista que expresan los nuevos movimientos sociales.
47
riores, incrementándose así la complejidad, al tratarse de un proceso de
procesos basados en una progresiva apertura hacia el espectro movilizador
de las nuevas dimensiones, perspectivas y actores que, precisamente, vie-
nen a poner de relieve la necesidad de una estrategia compleja encaminada
a completar los derechos de ciudadanía.
10
Alguacil, J. (2000b), “La recomposición de los movimientos sociales desde la articulación
del Tercer Sector” en Viento Sur Nº 49, Madrid.
48
La eclosión de miles de organizaciones, de miles de movilizaciones,
de miles de encuentros de composición plural de las que participan millo-
nes de personas como nunca antes en la historia, junto a la emergencia de
innovadoras experiencias participativas desarrolladas en el mundo de la
vida cotidiana y en el ámbito local11 , apuntan un proceso de permeabilidad
y convergencia múltiple que tampoco tiene precedentes: de convergencia
intergeneracional, de convergencia de redes, de convergencia de iden-
tidades, de convergencia de ideologías, de territorios. Así podríamos
considerar el carácter múltiple y complejo de la convergencia desde
tres dimensiones:
11
Cabe poner de relieve como ganan centralidad las visiones, iniciativas y experiencias de
carácter territorial, cultural y local. Las experiencias de innovaciones singulares en el ámbi-
to municipal como pueden ser los presupuestos participativos, o la creciente influencia y
legitimidad de movimientos de carácter indigenista y de nuevas minorías activas, sobre todo
en países del Sur, y su creciente protagonismo en el seno de los movimientos representan la
entrada de aire fresco y sobre todo la incorporación de nuevas metodologías necesarias para
articular lo micro y poder así establecer estrategias globales que se construyen desde los de abajo.
49
Esta permeabilidad y asociación múltiple, que se puede ejemplifi-
car en los Foros Sociales Mundiales, posibilita combinar la diferencia en
los objetivos y la unidad de acción posibilitando la construcción de pro-
yectos en común sobre la base de la preservación de los atributos propios,
es decir, que las particularidades tienden a implicarse en la construcción
común y al hacerlo se ven potenciados como particularidades en coope-
ración, pero también se ven modificados sin sentir menoscabo de su
singularidad. Se construye así un movimiento de movimientos a través
de la creación de:
50
dimensionadas, de respuestas asociadas a contradicciones concretas, pero
que, a la vez que introducen innovaciones, recogen partes de la experiencia
y de las representaciones de las corrientes ideológicas tradicionales. Por
otro lado, el origen sistémico común de los conflictos sociales hace que las
respuestas sean crecientemente compartidas poniéndose de relieve el ca-
rácter complementario y transversal de los distintos movimientos. Final-
mente, la confluencia y el contraste de ideas, la elaboración conjunta de
propuestas y la puesta en práctica de experiencias compartidas generan
nuevos vínculos de complicidad y reciprocidad que llevan a la conforma-
ción ideología antiglobalista como una no-ideología (Ibarra; Martí, 2003:
290-291) que ante todo antepone la prevención frente la inhabilitación del
sectarismo y al riesgo de institucionalización de los movimientos, consi-
derando la puesta en común de la pluralidad de subjetividades como un
atributo identitario.
51
más globales y abstractas. Así los individuos (las partes) tienen su identi-
dad propia a la misma vez que participan de la identidad del todo, y la
identidad de lo global no puede entenderse sino como alteridad (reconoci-
miento de la presencia de otros sujetos, de otras culturas, de otras formas
de ser y estar). La identidad del individuo se conforma, pues, en referencia
a los otros individuos, identidad y autonomía no pueden entenderse sin la
alteridad que les deja participar del juego de la comunicación relacional.
Se puede afirmar, en consecuencia, que hay una identidad personal y una
identidad grupal, el equilibrio entre ambas significa que ninguna de ellas
puede existir por separado. La identidad (alteridad) con/en el grupo en tér-
minos de reciprocidad significa corresponsabilidad.
52
corresponsabilizarse), de tal modo que la transformación política empieza
por uno mismo ya que la modificación del “yo” se realiza socialmente.
12
En los últimos tiempos hemos podido presenciar innumerables grandes movilizaciones.
Quizá la más llamativa y que pudiéramos considerar, por no tener precedentes, como la
primera movilización global, fue convocada el 15 de Febrero de 2003 desde el Foro Social
de Porto Alegre contra la Guerra de Irak y que según distintas estimaciones movilizó en
cientos de ciudades y en todos los continentes entre 20 y 30 millones de personas. Pero otras
muchas se han producido en las diferentes contracumbres, y por otros muchos motivos.
Baste recordar las más llamativas: por el caso del Prestige, y por una Nueva Cultura del
Agua en España, el Movimiento de los Sin Tierra en Brasil, los Piqueteros en Argentina,
diversos movilizaciones indigenistas en Ecuador, Bolivia, México, la huelga general en Es-
paña y las movilizaciones de los jóvenes franceses, ambas, contra la reforma laboral; los
53
actores políticos que se proyectan en innumerables experiencias de inno-
vación democrática que en muchas ocasiones establecen procesos de cons-
trucción conjunta con las entidades y movimientos sociales. El protagonismo
creciente por parte de las pequeñas estructuras de “poder local” lleva apa-
rejada la articulación de las mismas siendo un ejemplo de ello el
hermanamiento entre ciudades y municipios o las innumerables redes de
ciudades que desarrollan proyectos conjuntos e intercambian experiencias
y recursos. Pero para alcanzar un nuevo paradigma los nuevos movimien-
tos sociales tienen importantes desafíos que acometer.
Desde luego son muchos y muy complejos los retos que los movi-
mientos sociales tienen por delante, si bien optamos por agruparlos en cua-
tro ideas, en cuatro erres: Repartir el poder (la democracia participativa);
Redistribuir la economía y el trabajo; Respetar la naturaleza (las
sostenibilidad ambiental) y Reconocer la interculturalidad.
inmigrantes de Estados Unidos por sus derechos, y un sin fin de movilizaciones menores y/
o sectoriales que proyecta un largo etcétera, todas ellas han tenido una influencia innegable
en cambios de políticas y en ocasiones en cambios de gobiernos.
54
estructura social de nítidas diferencias entre clases sociales muy homogé-
neas y enfrentadas. La desigualdad en el acceso a los recursos y la explota-
ción económica permite con relativa facilidad establecer repertorios de
confrontación que se proyectan en marcos de acción colectiva. Las clases
subalternas, especialmente la clase obrera, generan movimientos sociales
(la clase para sí) y organizaciones de vanguardia con vocación de dirigir el
movimiento a la toma del poder político. El tándem: clase à movimiento
social à partido político de vanguardia, representa a groso modo el itine-
rario de la institucionalización de los movimientos en la etapa de moderni-
zación. En la medida que los cuadros dirigentes del movimiento se trans-
formaban en cuadros dirigentes del poder, sus posiciones sociales eran trans-
formadas, ocurriendo lo mismo, inevitablemente con sus psicologías indi-
viduales (Wallerstein, 2005: 277). Así la orientación hacía el poder hace de
los dirigentes, profesionales especializados que inhabilitan a los demás en
la toma de decisiones.
55
gen algunos interrogantes: ¿Para qué y para quién una organización parti-
dista? ¿Qué modelo organizativo se corresponde con los nuevos fenóme-
nos y nuevas condiciones? ¿Qué política de alianzas? Los nuevos movi-
mientos sociales tienen ante sí el reto de articular intereses y repertorios
diferenciados pero no excluyentes, sino más bien complementarios e
imbricados entre sí, es decir, tienen que jugar con una pluralidad que es en
sí misma un valor ético y práctico. La mejora de la calidad de la democra-
cia es un camino para ello y es consecuencia un desafío primordial para los
nuevos movimientos. Tal y como expresa Enrique Venegas: “En corres-
pondencia con la voluntad de conciliar teoría y práctica, se busca un mode-
lo organizativo lo más parecido posible a la sociedad a que se aspira: de-
mocrático, pluralista, respetuoso de la diversidad, contrario a cualquier
forma de elitismo, orientado a socializar los conocimientos y el poder, or-
ganizado de abajo a arriba” (Venegas, 2003: 125). Esquivar la instituciona-
lización es posible en unos movimientos que se encuentran crecientemente
liberados de las estrategias nacionales de antaño y que acogen la democra-
cia participativa como centralidad de acción promoviendo la incorpora-
ción de lo política en el ámbito de lo cotidiano. Precisamente, en la am-
pliación de la democracia, en la socialización del poder, en la incorpora-
ción de los ciudadanos a la política, es como se puede generar “anti-cuer-
pos” contra el mal de la institucionalización.
56
nuevos procedimientos para articular y democratizar las distintas esferas
de poder, teniendo presente un contexto donde la descentralización del Estado
y la construcción de un Estado relacional13 es simultáneamente un objetivo y
una oportunidad. Se trata, en definitiva, de explorar nuevas fórmulas para arti-
cular y democratizar las distintas esferas de poder, para una repolitización de la
sociedad que a través de la democracia participativa y de la descentralización
del Estado permita una redistribución del poder real y efectiva.
13
Mendoza, X. (1996), “Las transformaciones del sector público en las sociedades avanza-
das. Del estado del bienestar al estado relacional”, en Papers de Formació, 23, Diputació de
Barcelona.
57
deshumanizadores (la alienación) provocados por la división social del tra-
bajo en un marco de desigualdad y el cuestionamiento sobre el procedi-
miento de la obtención y distribución de la plusvalía en el proceso de pro-
ducción no dejan de obtener una significativa centralidad en la agenda de
los movimientos sociales. Las contradicciones capital – trabajo, induda-
blemente sigue siendo, quizá, la más importante de las dimensiones en
cuanto a los efectos que provoca el modelo neoliberal. Una expresión de la
creciente contradicción, en palabras de José Luis Coraggio, «es la incapa-
cidad del modelo económico imperante para asignar recursos de uso social
en magnitudes suficientes y a la vez sostener el proceso de acumulación
capitalista»14 . Especialmente paradigmático representa la aplicación de la
receta neoliberal en los países en vías de desarrollo, donde su despliegue
ha mostrado su carácter marcadamente ideológico, basado en un indivi-
dualismo antropológico carente de cualquier eficacia productiva. “El
neoliberalismo no sólo es una ideología del egoísmo privado, es también
una práctica arcaica de las relaciones de producción puesto que no ve (y no
puede reconocer) que hoy el valor es sólo un producto de la sociedad ente-
ra puesta a trabajar”. (Negri; Cocco, 2006: 69).
14
Coraggio, J. L. (1999): “La economía popular es más que la suma de microproyectos
(alternativas para el desarrollo humano globalizado)”. En Política y Sociedad nº 31, Madrid.
58
será posible una verdadera transformación de la economía, y no apenas
una nueva administración avanzada implementada por un capitalismo re-
novado” ( Chesnais; Serfate; Udry, 2005: 286).
15
Cabe afirmar que no es nada ético que desde la Economía Pública sustentada por el con-
junto de la sociedad, si hablamos de una sociedad democrática, se promocione el lucro re-
presentado por el beneficio privado y estructuras no democráticas como son las empresas
tradicionales.
16
La Economía Popular estaría conformada por la economía del ámbito de lo doméstico e
incluiría el trabajo doméstico, el trabajo no asalariado (autónomos, ayuda familiar) y las
micro Pymes.
59
Se trata, en consecuencia, de desarrollar una democracia económi-
ca que viene definida por el control del proceso productivo por parte de los
participantes que cooperan en el mismo, y por la apropiación de los medios
de producción y lo producido por parte de los trabajadores. Este desafío
presenta dimensiones interrelacionadas que confluyen en tres orientaciones:
60
retroalimentan hasta el punto de que cada uno de ellos no puede optimizarse
sin la presencia del otro.
17
Daly, H. E. (1989), Economía, ecología y ética. Ensayos hacia una economía en estado
estacionario, FCE, México.
18
En el sentido que Jesús Vicens (1995) entiende la inteligencia (en El valor de la salud. Una
reflexión sociológica sobre la calidad de vida, Siglo XXI, Madrid) como una acción consciente
inversa a la entropía, es decir como la capacidad humana para aminorar y cambiar los procesos
de degradación estableciendo estrategias de calidad de vida basadas en las necesidades humanas.
61
Los nuevos movimientos sociales conectan directamente con la idea
de “democracia ambiental”19 y su consecución en un desafío central la
acción colectiva. La implicación de los ciudadanos en la resolución de la
crisis ambiental es crucial en la medida que la descentralización de los
procesos, la comunicación entre los agentes sociales y la participación de
los ciudadanos llevan a un devenir consciente sobre las responsabilidades
de cada cual. El comercio justo y el consumo responsable, por ejemplo,
no son posibles sin ese devenir consciente. La democracia ambiental se
fundamenta, por tanto, en la participación directa de los productores y
de la ciudadanía en la gestión de sus recursos ambientales (el patrimo-
nio común es mundial) y su construcción es ecosistémica, es decir, es
por definición reticular. Estas iniciativas, en suma, al reconocerse en el
medio social y el entorno físico, se colocan en una posición preferen-
cial para afrontar actividades sociales y ambientales de “responsabili-
dad pública” y de defensa de los intereses generales de las comunida-
des locales. La aproximación entre la producción y el consumo ayudan
a desarrollar dinámicas de eficiencia energética y de calidad de vida,
sin comprometer la eficacia productiva.
19
Leff, E. (1994), Ecología y capital: racionalidad ambiental, democracia participativa y
desarrollo sustentable, Siglo XXI, México.
20
Aunque otros movimientos de mujeres, de liberación sexual, de jóvenes...
62
de la periferia al centro y del Sur al Norte, rompiendo los vicios etnocéntricos
e incorporando una transversalidad que evite el peligro expresado por
Albert Recio: “el peligro estriba en que el movimiento cristalice en una
acción volcada hacia el entorno exterior, estructurada a partir de accio-
nes globales que resultan epidérmicas para los que no participan en
ellas y alejada de las cuestiones de la vida local”21 . En otro sentido,
aparece otro peligro. La existencia de múltiples identidades que deben
ponerse en común, trasladado a la acción colectiva significa la existen-
cia de muchos focos de atención que dispersan el activismo convirtién-
dolo en un hiperactivismo que pierde eficacia. La versatilidad de los
activistas que participan simultáneamente de varios focos movimentistas
disipa la energía social. Nuevamente, la respuesta se encuentra en la
distribución del poder, con metodologías participativas adecuadas, ya
que es la que posibilita establecer puentes con las bases sociales y con-
lleva la incorporación de los sujetos a las habilidades y las destrezas de
la gestión política.
21
Recio, A. (2001), “Más acá de la lucha antiglobalización” en Mientras Tanto, Nº 80, Bar-
celona.
22
Arrighi, G.; Hoopkins, T. K.; Wallerstein, I. (1999), Movimientos Antisistémicos, Madrid,
Akal.
63
Algunos han venido a identificar como “antimovimientos sociales”
o “contramovimientos sociales” a aquellos movimientos que inscribiéndo-
se en la defensa de supuestos derechos culturales, o sociales, y obviando la
integralidad de los derechos humanos y particularmente los derechos polí-
ticos (Touraine, 2005: 188) su acción colectiva se dirige no contra un siste-
ma, o contra un gobierno, sino que se dirigen fundamentalmente contra un
grupo social con atributos diferenciados reforzando así los procesos de
exclusión de éste. Más acertadamente habría que denotarlos como movi-
mientos antisocietarios ya que sin dejar de ser movimientos derivan de
los conflictos subjetivos entre sectores y fracciones de clase, y no de la
confrontación entre proyectos sistémicos alternativos. Tales serían los
movimientos racistas, xenófobos, fundamentalistas y ultranacionalistas.
Ambos tipos de movimientos, antisocietarios y antisistémicos, son siste-
mas de comunicación que vinculan sujetos y nudos de sujetos, por tanto,
esto no diferencia totalmente un tipo de movimiento de otro. El primero se
desarrolla en redes endogámicas cerradas al exterior, ancladas en el pasado
y por donde fluyen estereotipos culturales exclusivistas, mientras que los
segundos se desarrollan en constelaciones de redes abiertas a la
transpenetración y, por tanto, a la información, por donde fluyen y se
intercambian conocimientos que generan conciencia subjetiva y que fre-
cuentemente se vinculan a redes emisoras de conocimiento científico. La
mirada al futuro, de estos últimos, y las oportunidades que instituyen para
la innovación facilita el acceso a los análisis de la realidad que a su vez
proporcionan la construcción de proyectos de futuro, de orientaciones utó-
picas que permiten con mayor o menor éxito la acción colectiva en pro de
la transformación de la realidad.
64
encuentran fuera del sistema, particularmente del político, y que en los
últimos años se han puesto de relieve en movilizaciones en barrios
desfavorecidos y protagonizados por minorías étnicas o religiosas. El caso
francés y estadounidense23 son los más paradigmáticos y nos muestra la
movilización durantes meses de colectivos excluidos que mantienen en
jaque al sistema sin tener unos objetivos claros, una estrategia política y
organizaciones que les incluyan, representen y canalicen su desesperación.
65
Bibliografía
Alguacil, J. (2000a), Calidad de vida y praxis urbana: nuevas iniciativas
de gestión ciudadana en la periferia social de Madrid, CIS/Siglo XXI,
Madrid.
66
Funes, M. J. y Monferrer, J. (2003), “Perspectivas teóricas y aproximacio-
nes metodológicas al estudio de la participación” en Funes, M. J.; Adell,
R., Movimientos sociales: Cambio social y participación, UNED, Madrid.
67
Noya, F. J. (1991), “Por un ‘situacionismo sistémico’. La teoría de siste-
mas sociales y el análisis institucional en el estudio de los nuevos movi-
mientos sociales” en REIS Nº 55, pp. 25-45, CIS, Madrid.
68
Señales de la educación que
promocionan el
Paradigma Integrativo Cultural
Básico Evolutivo
69
existencia celular, y se va formando un túnel de hojas que no termina nun-
ca, tejido de vida, latente, potencial, incluyente, creador, silencioso, me ha
hipnotizado el follaje. ¿Tienen mente los aromos?
Hace cuarenta años atrás, estos árboles daban su flor cinco meses
después de lo que es ahora. Era una alegría para muchos verlos amarillos,
aromáticos, en la ciudad, en los caminos, como un manto volador de oro,
en las parcelas, en la ruralidad de la costa. Fueron, minuto a minuto, se-
gundo a segundo, evaluando cuándo botar sus semillas, según el calor am-
70
biental, cómo protegerse, adaptarse, sobrevivir. Tanteando, no sé cómo, el
olor del agua de las nubes, de los fríos, del sol, sin extenuarse.
Dichosas las pupilas que los ven todo el año. Los de tantos y los
míos, que ya adquirieron su censor para ser como ellos. Los siento, los
presiento, por convivir desde mi infancia con su cuerpo de peluche, con su
dorada piel, con su chabasca, en apariencia, medio espinosa para retener el
agua, con su flexibilidad para adquirir la forma del viento sur, que los gol-
pea, por habituarse a estar en todas partes, por introducirse entre las cercas,
por aparecer en lugares pequeñísimos, diminutos, creciendo, cantando a la
humildad, por sus enredos y apoyos, de unos en otros, por su tejido y sus
hojas múltiples, sus retoños que crecen y crecen con celeridad en la deriva,
nadie podría ordenarlos, enrielarlos, toda su estructura ya tiene un orden, y
ellos, en el proceso, no han sucumbido al calentamiento global en el caos
que despliegan.
Así son los chicos, como los aromos, resilientes en un mundo hora-
dado por los adultos. Niños y aromos son el laberinto y la dulzura. Cuando
pienso en los niños pienso en poesía. Pienso en libertad, en ramas y aromos,
en cómo lo harán para vivir en veinte años más, si la educación les entrega
esa posibilidad.
71
El pensamiento no-lineal tiene la virtud de constituir el todo como
más que la suma de sus partes. Cuando pienso en los aromos, cuando ima-
gino su calidad de vida, cuando los veo gestando su propia defensa, cuan-
do me deslizo entre su follaje desde mi mirada hacia el bosque que da a la
ventana, yo soy una con ellos, en el enigma de la vida. Esos segundos
absorta en su ordenamiento, en la maraña que tienen y en la belleza que
nos entregan, es parte mía. Para que ellos hayan podido estar aquí, con esa
gama indescifrable, glauco inalcanzable para la percepción de mis ojos,
para que mis ojos los puedan observar minuciosamente, su textura, su va-
riedad, su forma, su gracilidad, el fenómeno de la vida resalta palpitante.
Me vuelvo a preguntar ¿cómo pueden ellos captar en qué momento ten-
drán que fabricar las semillas? ¿El 15 de mayo, a las 16 horas? ¿Por qué
antes lo hacían los primeros días de agosto? He visto cómo han sido capa-
ces de erguirse, sobrepasar el daño ambiental, mantenerse ¿Cuál es su diá-
logo con el sol? ¿Qué me quieren decir?
72
Carga miles de escarabajos voladores dorados, o de un brilloso marrón que
invaden el teclado. Es una historia sin parar de estos coleópteros, muy
adelantados por el florecimiento de mi amigo, entran ahora a finales de
mayo, donde él tiene escondido un ramito, el primero, dan y dan vueltas, se
me meten en las orejas, se enredan en mi pelo largo, se suben al monitor,
caminan por el mesón de troncos, se sacuden sobre mis libros; los cojo con
cariño, uno, cinco, hasta diez he contado cada noche que me visitan y los
deposito en los brazos del aromo donde se quedan quietos, al vaivén del
céfiro que los acuna. Todos los años este cuento maravilloso, donde los
fugaces me piden calor, la ventana se ha enfriado, el aromo entra con sus
manojos que caen al piso y nos abrazamos. ¿Qué tiene que ver esto con la
educación de la cual estoy escribiendo, a dónde me conducirá esta historia
libre, que diré más adelante?
También está la babosa del baño, que aparece y desaparece del piso
y nunca sé dónde se ha escondido, o cómo llega, a la cual le dejamos un
peletz para que cene; las cien especies de pájaros que pueblan el litoral y
gorjean, los caracoles que al aproximarse el invierno invaden la terraza, el
ruido del mar al cual mi oído se ha acostumbrado, y sabe cuándo su furia
puebla las playas o se duerme sin producir más que un murmullo que
adormece; las quebradas y los santuarios naturales, los humedales, esos
cisnes de cuello negro que me recuerdan a Andersen.
73
de un sabio, o cantarlas en alabanza a la apertura.
Es aquí donde la vida, producto del azar, vuelve a repetir sus manio-
bras asombrosas, y a reiterarnos su misterio. Esto es poesía, al mismo tiempo
creo, es la pedagogía de la poesía. Es posible que cada evento, para cerrar-
se, como lo hacen los sistemas abiertos, autoorganizadores, autopoiéticos -
término de Varela y Maturana- internamente, desde el punto de vista de su
organización, puedan estar en estado potencial de un nuevo desarrollo.
74
Como cada uno de nosotros es parte del todo en permanente trans-
formación, presupongamos por un momento que la señora B. es transfor-
mada interiormente, por reacciones enzimáticas celulares, cada vez que
piensa o imagina tener en sus manos el busto de su abuela, como un re-
cuerdo muy querido. Cada vez que se frustra en su búsqueda. Cada vez que
abandona la búsqueda. Y esto la hace preparar el camino, inconsciente-
mente, para ubicarlo. No importa cuanto “tiempo” demore en ello. El tiem-
po es relativo. ¿Estarán conectadas estas reacciones químicas a sus ancestros,
de alguna manera, como una clase de pensamiento heredado? ¿A la evolu-
ción en redes tal como ella descubre, en redes, la obra de arte que busca?
75
gó por supuesto, a la madre, asegurándole que si alguna vez retornaban a
Chile, podrían encontrarse con ella para ayudarlos en cualquier asunto en
que la requirieran.
76
hecho es que la vida, asumiendo su condición de permanencia en la fragi-
lidad, requiriendo condiciones exactas para ser ella, la Vida, como las de
temperatura, concentración de oxígeno, de carbono, agua y anhídrido car-
bónico, despierta en nosotros cuando, a través de su complejidad, nos invi-
ta a hacernos preguntas: ¿Es posible que nuestras búsquedas en la existen-
cia siempre tengan respuesta, tarde o temprano, cuando se despierta el po-
tencial dormido? ¿Cuándo se despierta el futuro que llevamos dentro como
una semilla? ¿Y es la educación quien se encarga de producir esta maravi-
lla o por el contrario, la merma, la destruye?
77
abrirá”. Al día de hoy no podemos descubrir cuáles son las fuerzas o mo-
dos que intervienen en esta forma de organización sincrónica, pero creo
que lentamente, abriéndonos a pedagogías más afines a la complejidad y a
la unidad, nos acercaríamos a la esencia de la comprensión de fenómenos
que una educación del antiguo paradigma no concebiría.
78
poesía para su relajación y felicidad, cuán vital es implementar en las salas
de clases, pedagogías del respeto por el prójimo.
79
parafernalia disminuye en parte, aparentemente, la angustia que experi-
mentan al enfrentarse, día tras día, con sus problemáticas laborales, econó-
micas, familiares, sociales y personales. Enfermedades nuevas comienzan
a asolar el planeta producto del modo de vivir antiecológico de las muche-
dumbres. Los fundamentalismos recrudecen. ¡Y qué decir de las guerras
ampliamente elaboradas con rigor para usufructuar de las utilidades de la
producción de armamento! El progreso continúa su marcha hacia el despe-
ñadero. Los sueños de las grandes mayorías están conculcados por las pro-
blemáticas sociales, políticas, económicas que desgarran el espíritu de los
seres humanos.
80
de Sudán llega a mí, violenta, inexacta, exaltada, interrumpe la admira-
ción, el vigor de las cascadas con armamento moderno, paramilitares, los
grupos tribales, los cristianos, exiliados y demócratas, pueblos antiguos
diversos, multietnias anónimas y los musulmanes.
81
Antes de entrar al kiosco a buscarte, la gente pagará dos libras
sudanesas por un vaso y no le alcanzará para vivir. -Cada ser humano gasta
veintiún litros por persona al día- Dos vasos que ha comprado, sin conta-
minación apenas alcanza a medio litro. Un “usuario” de esos kioscos
utilizará el uno por ciento de ti en su choza, agua, no alcanzará a conversar
contigo, agua, luego irá a buscarte a esas deformadas carretas, despelleja-
do, ambulante, triturado, donde los vendedores le cobrarán diez veces más
por trasladarte -un “usuario” usará de ti, agua, contaminada, el 25 por cien-
to– y las colas serán eternas como el sol brutal y los pueblos mezclados,
con sus pieles entrelazadas, no alcanzarán a gozarte, agua, los “usuarios”
irán entonces por el porcentaje de ti que les falta a los pozos tradicionales,
a la peste, a las bacterias, a la disolución drástica del agua de Sudán, al
oeste, de seis millones y medio de habitantes, donde un millón y medio
desplazado vaga y ciento setenta mil refugiados tras las fronteras se pier-
den, sin nombres, sin idiomas, y más de cincuenta mil muertos son indife-
rentes en los hogares donde tú, agua, viniste, agua, donde el hambre ya es
polvo, violaciones, agua, y en los pozos obscuros caerán, agua, aún faltas
en mi mesa, agua, te quería a cada rato, hoy renuncio a ti, agua, entrégale
tus pétalos a esos seres, a los niños, réstame tu tersura, tus borbotones, no
vuelvas hoy ni de mañana, envíame la necesaria carta suficiente, no te ex-
tenúes, háblame a gotas, sabré guardarte, quédate en Sudán, con
regocijo…(originalmente Poema: “ El Agua de Sudán”, Moira Brncic,
2006, traspasado a prosa.)
¿Pueden los niños ser felices? Tal vez los niños puedan ser felices,
queremos hacerlos felices, y sin esperanzas mueren antes en miles de paí-
ses, enfrentan las sequías y la hambruna en los territorios africanos espe-
cialmente, participan en las grandes oleadas migratorias de una frontera a
otra junto a sus padres, obligados transitan sin destino ni comprensión glo-
bal por localidades infaustas dejando sus pertenencias y sus lares humean-
tes tras suyo, aprenden a morir de sed, sin vitaminas, agarrados por la zar-
pa de las pandemias y conminados, entre este sufrimiento, a asistir a la
escuela cuando pueden. ¿De qué escuela hablamos? ¿De aquella limitada
por cuatro esquinas o de esta, la del mundo? ¿La de raptos, violaciones y
genocidios?
Cuando los niños, luego de ver los horrores de la guerra, pasan por
delante de cadáveres en las calles de Irak, del Líbano, por las de cualquier
ciudad en holocausto, cuando ven caer a sus padres y hermanos, presen-
cian la destrucción de su recinto escolar por un misil, observan aterroriza-
dos la sangre que corre por las calzadas luego de un atentado con un carro
82
bomba y llegan a lugares más amables, los niños del mundo: ¿Pueden lle-
gar a ser nuevamente niños? ¿En qué creen? ¿Con dos vasos de agua para
su familia? ¿Cómo viven cuando su padre golpea tiránico a su madre? ¿En
qué piensan? ¿Qué sienten verdaderamente? ¿Cómo reconstruyen su vida?
Mientras la humanidad se retuerce de pánico y dolor y no le puede ofrecer
la inocencia, ellos serán llevados nuevamente a la escuela, en otro país de
origen, adquirirán otras costumbres, llorarán por sus raíces, aspirarán la
paz o la violencia, el uso o el abuso, la corrupción o la belleza, o morirán
de frío, de sed, de hambre de justicia.
83
mocracia, los Derechos Humanos, a las mujeres de su pueblo y de la huma-
nidad, hace vibrar la Paz en cada rinconcito del mundo, en todo lo que
emprende, y enaltece la convivencia para el desarrollo a escala humana en
nuestro planeta. Ella plantó treinta millones de árboles no sólo para la Re-
pública de Kenya sino que los sembró para sentirlos como nuestros com-
pañeros de viaje junto a la esperanza, por el mejoramiento de la calidad de
vida de los habitantes de la tierra. Treinta millones de árboles son el doble
de la población de Chile imaginémoslo, cada ser un árbol, yo lo aprecio
fraternalmente, su trabajo, como la gran poesía de sus manos y de su
pueblo.
84
zación del sistema) y el proceso vital (la actividad involucrada en la conti-
nua corporeización física del patrón de organización del sistema)” según
los “criterios claves de un sistema vivo”. (“La trama de la Vida” de Fritjof
Capra, pág 174.)
85
los padres, la familia y la escuela: del autoritarismo.
86
ra”, para concluir que “estamos permanentemente sacando fuera de no-
sotros mismos, de los niños con los cuales trabajamos, de los adolescen-
tes que preparamos en las universidades y de los adultos con quienes
convivimos su belleza interior y las facultades y virtudes que poseen como
humanos”.
Sentía que al conversar “sacábamos fuera” del otro ser (Buber diría
del “tú”), “lo invisible que contiene su propia fecundidad…” (en cierto
sentido la “autopoeisis” de Varela y Maturana en tiempos actuales),”… lo
latente, secreto, reservado, velado, oculto y lo conducíamos al diálogo trans-
formador, tanto de su realidad profunda psicológica, la realidad del entor-
no y la histórica como la de nosotros mismos”. Hoy yo diría la de la rela-
ción y sus interacciones en redes.
87
tros defectos. Educamos para que el otro no mate animales, no contamine,
al venerar nosotros la naturaleza. Para que el otro ame profundamente la
vida y proteja los derechos de los demás cuando es capaz de hacer respe-
tar los propios y construir la existencia con valentía y heroísmo. Para que
aquél sea libre, independiente (hoy diría interdependiente y autónomo) y
responsable de sus actos, para que sea creativo, para que sea feliz, para
que pueda soportar el sufrimiento, las pérdidas y el dolor. Para que ad-
quiera un compromiso con su época su tiempo y su sociedad. Al educar a
otro resulta que nosotros también nos educamos. Sacamos fuera nuestro
compromiso, nuestra independencia y libertad. Nuestra responsabilidad
de humanos. Nuestra felicidad o nuestro dolor y nos dirigimos directa-
mente a nuestra pareja, alumno, amigo o vecino, indefensos y solos, a en-
tregarle lo que somos. Educar es un proceso que se prolonga tanto como
sentimos. Nos atañe a todos. Al conversar de amor y dialogar reflexiva-
mente aunque no existan las condiciones óptimas, nos educamos incluso,
en un modelo económico de mercado libre, donde la educación es un servi-
cio regido por las leyes de la oferta y la demanda, donde el sujeto que se
“educa” (consumidor educativo) es un objeto limitado por su capacidad
económica para adquirir calidad educativa y el educador una mercancía
ofertándose en el mercado laboral, obligado a adaptarse a una “educa-
ción” desintegradora, deformante, autoritaria y deshumanizada, instaurada
por las doctrinas de Seguridad Nacional”.
88
humano, a pesar del mundo en que le tocó vivir. El otro día me hallé re-
flexionando acerca de la cantidad de años que uno requiere para educarse
junto a otros, como ciudadano, trabajador, político, dueña de casa, profe-
sor, sabio, religioso o agnóstico. Pensé en los niños del siglo XXI. En lo
que le vamos a dejar. En los niños del siglo XXII. Sentí que la humanidad
necesita de seres humanos solidarios, creativos, independientes y compro-
metidos en un proceso global de amor y comprensión que los conduzca a
la verdad y al mejoramiento de las condiciones de vida de millones en
nuestro planeta. Seres congruentes entre su decir, hacer, el verbo y la ac-
ción, su pensar y su sentimiento…”
89
decía su progenitora. Juan Carlos permanecía serio, sentado en el sofá,
escudriñándome”. ¿De qué hiperkinesis me estaría hablando? “Yo excla-
mé: -¡Qué día tan lindo! Lo recuerdo como si fuese hoy. El sol entraba
derramándose generoso en el comedor, a través de la puerta vidriera que
daba al jardín, comunicándonos tibieza. Debía ser alrededor de las diez
de la mañana. Los árboles en flor, fines de agosto, iniciándose temprana-
mente la primavera. El aroma de la mimosa, penetrante. Pensé que no
valía la pena estar discutiendo con su madre del significado de ese nom-
bre: “hiperkinético”. Sentí que era urgente vivir, enamorarse urgente, dar
amor. Que no había tiempo que arruinar, sino aprovechar para conocer y
también experimenté -¡Oh desgracia! – que debía comportarme como una
señorita universitaria, enseñar matemáticas seriamente y escuchar a la
madre mientras el jardín nos llamaba a ambos, a jugar”.
90
prender nada y creyendo que mientras más atiborrábamos de conocimien-
tos a los niños, éstos serían mejores -opinión generalizada en lo que res-
pecta a educar-, miedo que me echasen de mi trabajo con el cual podría
financiar algunos gastos de mis estudios universitarios, por esa absurda
creencia que se requiere un aula para enseñar.”
Todo esto tiene que ver con que el acto de educar es creador, en
defensa de las víctimas del sistema. Creador en cuanto elevar a la persona,
guiarla a encontrarse consigo misma y relacionado con los conceptos tras-
91
cendentes: el patrón de vida como la autopoiesis (patrón de organización
de los sistemas vivos, Varela y Maturana); la estructura disipativa (como la
estructura de los sistemas vivos, Ilya Prigogine) y la cognición (como pro-
ceso vital, Bateson) que nos enriquecen y nos integran a la vida.
92
lución. La teoría del caos ilustra poderosamente los pasos de estos saltos
cualitativos a un nuevo orden, desde el vórtice, donde yo creo que se agita
la educación actual, hasta los instantes de la bifurcación, en la cual el com-
portamiento del sistema, como un todo, encontrará una nueva dirección.
93
cerebro es una estructura específica a través de la cual opera el conocer en
ciertos organismos. La relación entre mente y cerebro se da entre proceso y
estructura, pero el cerebro no es la única estructura a través de la cual po-
demos conocer. Una completa estructura disipativa orgánica tiene su pro-
pio proceso de conocer, independiente que tenga cerebro o un sistema ner-
vioso superior como nosotros; y en nuestro organismo humano también se
da que el sistema nervioso, el sistema inmunológico y el sistema endocri-
no, forman una única y total red cognitiva.
94
Los avances del pensamiento contemporáneo obligan a la educa-
ción a construir un sujeto Gaia. La teoría nos transporta a imaginar a la
Tierra, Gaia, como ‘’la materia viviente, el aire, los océanos y la superficie
terrestre como partes de un sistema gigantesco... capaz de controlar la
temperatura, la composición del aire y del mar, el pH del suelo y todo lo
demás, a fin de que sean óptimos para la supervivencia de la biosfera. El
sistema parece exhibir el comportamiento de un organismo particular, y
hasta el de una criatura viviente”. (Lovelock y Margulis). “Criatura vi-
viente”, más bien parece poesía que una propuesta científica. ¿Podemos
separar a la tierra de la poesía?
95
Mientras este experimento imaginativo de Rozsak nos estremece,
la mirada a la educación nos desconsuela, sufre de un desacoplamiento del
paradigma cultural básico, ha tomado una dirección errática, reflejo fiel de
los hombres que la construyen cuando viven haciendo “experimentos” que
afectan nuestro vuelo planetario en las escuelas dando “más de lo mismo”
(Watzlawick), enseñar materias, poner notas, castigar a los rebeldes que
piensan y otra tanda de infortunadas intervenciones, además de promover
grandes negocios en las sociedades, sus “experimentos particulares”.
96
contradicciones más profundas. En su seno, la imposición del conocimien-
to sin sentido, homogéneo, globalizado, de aquellos contenidos considera-
dos universales, se aleja del respeto a las diferencias del Desarrollo Perso-
nal y Cultural de cada ciudadano, indiferente al poder del crecimiento evo-
lutivo, a través del estudio de los conflictos y de los procesos de crisis, en
el devenir del pensamiento y de la acción, sin emocionalidad ninguna para
considerar los nuevos valores de integración, y por supuesto, niega la posi-
bilidad a hombres y mujeres de intervenir en la construcción de un ser, un
sujeto comprometido, desde su infancia, con las generaciones que los su-
cederán.
Más temprano que tarde los niños pierden el amor por la escritura y
la lectura, por hacer las cosas por ellos mismos, se incorporan al círculo
vicioso del consumismo, alteran su modo natural de ser, adoptan los vicios
del antiguo paradigma, todo es desechable, sin consideración ninguna con
Gaia. Sin la formación integral de capacidades y actitudes que les favorez-
can un desarrollo armónico con el planeta, con sus semejantes, se liberan
de la escuela –centro de formación que a su vez “los liberaría de esclavitu-
des”– ingresando a su adultez, insensibles, lineales, autoritarios,
academicistas, luchando por un éxito que nunca llegará, que sólo es un
imaginario creado por la información globalizada, sin ser capaces de una
adaptación flexible a la imprevisibilidad, la complejidad y la inestabilidad.
97
han sido formados en el antiguo paradigma, el racionalismo, y los estu-
diantes avanzan con conceptos, necesidades, expectativas y actitudes
postmodernas, que no alcanzan a la formación de un ser biocéntrico.
98
La Televisión, las redes telemáticas y los juegos de video ofrecen al
ser humano nuevas oportunidades de escapismo, de desintegración, de aban-
dono de lo esencial, a pesar que, con aprehensión, podamos tomar contacto
con aspectos positivos del desarrollo tecnológico: visitar lugares a través
de Internet, acercarnos y explorar pueblos lejanos, dominar ideas, conocer
el arte, la ciencia, la salud, hasta los avances intelectuales más preeminen-
tes del siglo XXI. Sin duda que la era virtual ofrece al usuario la apertura al
“misterio”, pero regido por las propias leyes de una economía neoliberal
que continuará agrediendo a la naturaleza para enriquecerse, en desmedro
de la salud integral de las personas, a través de la tecnología.
99
rrollo Personal, entonces entran en franca contradicción con los conceptos
de masificación, lineales, autoritarios, expansivos, de dominación, compe-
tición y extremadamente racionales, que los circundan en las prácticas de
los empleos, de los deportes, de la familia. La educación no da cuenta de
estas tensiones, se somete al pensamiento y los valores antropocéntricos y
no biocéntricos emergentes.
Una de las propuestas que alguna vez yo realicé hace muchos años
a nivel educativo en la universidad y en las escuelas en que he trabajado
fue la de leer y conversar acerca de los escritos de personas vinculadas con
lo profundo de la exploración personal: Ronald Laing, Iván Ilich, Fritz
Perls, José Martí, César Vallejo, Walt Whitman, Carl Rogers, Martin Buber,
Abraham Maslow, Mario Benedetti, Bateson, Chomsky, Watzlawick,
Pessoa, y otros.
100
de toda clase de contenidos, relacionándolos con sus trabajos y los de los
otros, o con las necesidades de todos los hombres de la Tierra, y defienden
sus quebradas, sus estrellas y sus lagunas locales antes que la garra
expansionista venga, por ejemplo, en nombre del turismo, a matar flora y
fauna de 100 millones de años.
Estos grupos, sin aspiraciones de poder, sino más bien con ganas de
ayuda mutua, de servicio humano, entre los que se encuentran ex soldados
mutilados por los campos minados, de viudas, de padres en duelo, de abue-
los constructivos que desean retornar a la convivencia humanista, de músi-
cos desterrados sin éxito que siguen tocando por el placer de hacerlo, de
poetas en ciernes que no obtienen crédito, de alumnos maltratados, de pro-
fesores estresados, de vanguardistas por el desarrollo local hastiados de la
burocracia y de los obstáculos para crear, de sembradores de árboles, de
buscadores de agua, de mujeres golpeadas, nunca fueron educados, más
bien fueron entrenados por la educación imperante, y se están desentrenando.
Si alguna vez terminaron la escuela formal, en su totalidad o no, no tiene
importancia, fueron víctimas del sistema y sólo reuniéndose logran por fin,
conocer sus virtudes personales con el dolor del crecimiento propio.
101
bertad confesional, revelación de si mismos, la afirmación cicatrizante de
víctimas compañeras. El grupo situacional se vuelve el único santuario en
nuestro gigantesco mundo ocupado y matoneante, donde la gente se reúne
para contar su relato, cantar su canción, y hallar así reconocimiento per-
sonal por todo lo que son como víctimas y (más importante todavía) por
todo lo que son más allá de su condición de víctimas. En las redes
situacionales, almas perturbadas y estigmatizadas se ayudan unas a otras
en pos de un conocimiento de si mismas situado mas allá de la vergüenza,
el miedo, el fracaso y los sofocantes estereotipos del mundo. Las redes son
un modo de desembarazarse de identidades asignadas…”, “…y de afir-
marse a sí mismo como un sorprendente y delicioso suceso del universo”.
102
cósmica que por lo menos tiene, o ha tomado conciencia de la fragilidad de
la existencia, del caos, de las bifurcaciones, del cambio, de llamados supe-
riores, de reencuentros con antepasados étnicos, con sus formas de mirar la
vida.
ESTO
Fernando Pessoa
Portugués
103
y la única vida que tenemos
es ésa que está dividida
entre la verdadera y la errada.
Cuál, sin embargo, es la verdadera
y cuál la errada,
nadie nos lo sabrá explicar;
y vivimos de manera
que la vida que tenemos
es la que tenemos que pensar.
NO TE DETENGAS
Walt Whitman
104
No te resignes.
Huye.
»Emito mis alaridos por los techos de este mundo»,
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros «poetas muertos»,
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los «poetas vivos».
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ...
105
Foro Mundial sobre la Educación celebrada el 2000, en Dakar,
Senegal: El 2003 fue el año propuesto por el Foro Mundial, para lograr el
objetivo de Educación para Todos en la humanidad. Los países del grupo
E9 no lograron llegar a cumplir con esta meta: sólo una minoría accedió a
la educación pre-primaria según informe del 2004, de la EPT. Dakar había
señalado el punto de partida, proponiéndose los siguientes objetivos:
2.- Velar por que antes del año 2015 todos los niños, y sobre todo
las niñas y los niños que se encuentran en situaciones difíciles y los que
pertenecen a minorías étnicas, tengan acceso a una enseñanza primaria gra-
tuita y obligatoria de buena calidad y la terminen;
106
niños. Sin embargo, a pesar de su desarrollo, que promete mayores benefi-
cios a la infancia, el tema de la educación, en la mayor parte de los países
del planeta, es el “eslabón olvidado de la cadena educativa” para “ex-
traer”, “sacar fuera”, “mostrar” las virtudes de los niños, sus habilidades,
su creatividad, su ser persona, en la mayor parte de las naciones. Hay una
imposición de un modelo cuantitativo y no cualitativo, lo que nos enseña
que estamos sometidos a fuertes contradicciones entre el antiguo paradig-
ma y el emergente. ¿Cuál es el compromiso del mundo con la educación
básica universal de los infantes, de los jóvenes y adultos para el 2015, meta del
Desarrollo del Milenio? Por una parte muestra aceleramientos en su cumpli-
miento, que se observan en la disminución del número de estudiantes margina-
dos de la escuela y en la cantidad de niñas que ingresan a clases, por otra,
avanza en la estimulación de otorgarle mayores beneficios a la infancia.
107
dial. Se puede deducir entonces que el elemento clave para mejorar la cali-
dad de la educación - lo que se necesita para ayudar a los sistemas educati-
vos a lograr aquellos objetivos con mayor eficacia -es universal.
Por las desigualdades que pueden existir entre los alumnos a causa
de su sexo, discapacidades, raza, etnia y situación con respecto al VIH/
SIDA, o experiencias vitales en contextos de emergencia).
108
la motivación de los alumnos no sólo por participar, sino por “aprender a
aprender”).
109
ción de calidad al 2006 en el mundo, ni las medidas urgentes para contra-
rrestar la gran diversidad de desventajas impuestas por la pobreza, el anal-
fabetismo y la desigualdad entre los sexos.
110
nación, y por conclusión, algunos aspectos de la calidad de la educación
estarían permanentemente enraizados en el contexto local. Al respecto,
cuando se busca que los sistemas educativos sean equitativos, integradores
y adaptados a las situaciones locales, tenemos que hablar del respeto a los
Derechos Humanos. No se puede considerar de alta calidad una educación
donde éstos hayan sido pisoteados de mil maneras. Cuando existe la discri-
minación, étnica, cultural, sexista, entre otras, los genocidios, los derechos
de todos están siendo violados. De allí que el avance hacia la equidad sea
un factor central de la calidad. No obstante focalizarnos en premisas tan
valiosas, aún se observan desacuerdos entre favorecer la enseñanza tradi-
cional, estructurada, con sus métodos arcaicos, conducentes a una medio-
cridad social, o centrar la educación conceptualmente como proceso crea-
dor respetando básicamente a la persona, su sensibilidad, sus intuiciones,
sus experiencias. Nos enfrentamos a la ambigüedad, a la complejidad es-
pecialmente en la educación de Adultos.
Los objetivos del CEAAL, por ejemplo, plantean algo que va más
allá: “profundizar los procesos de sistematización y reflexión política, éti-
ca y pedagógica de las prácticas de los educadores y educadoras popula-
res, contribuyendo a que articulen su trabajo, su producción de conoci-
mientos y sus procesos formativos, con la acción de personas, grupos y
movimientos sociales y ciudadanos de la región”. ¿Qué significa esto? Li-
gar la educación al paradigma cultural básico, a los valores holísticos,
ecológicos, creativos locales.
111
de derechos humanos existentes, pero la realidad es que las personas con
discapacidad a menudo se ven privadas de esos derechos.”
112
desarrollo. Mientras los países, altamente industrializados, responden ver-
tiginosamente al cambio reestructurando sus instituciones y procedimien-
tos, las sociedades empobrecidas lentifican sus respuestas debido a la ca-
rencia de tecnología de punta y su burocracia. La brecha tecnológica se
hace evidente. La propuesta es valorar la educación como “motor es-
tratégico” para el “desarrollo” y el “progreso” capaz de innovación con-
tinua.
113
fundo, y nuevos paradigmas que sustituyen a los tradicionales); (b) los
extraordinarios avances en las tecnologías informáticas -
comunicacionales, especialmente favorables para ser aplicadas a la
educación a distancia, incidiendo decisivamente en su reestructuración;
y (c) los grandes cambios culturales, políticos y económicos experi-
mentados en muchas sociedades modernas, donde la informatización,
la globalización y las nuevas formas de producción generan la necesi-
dad de egresados, con calificaciones y competencias muy diferentes de
las usuales en la anterior sociedad industrial (Toffler, 1980)”. (Miguel
Casas Armengol)
114
Pedagogía de la información: Según Alan Josué Barraza Osuna,
la pedagogía de la información, que tiene como fundamento implementar
con eficiencia la utilización de Internet (uso de las NTIC) permitiría en-
frentar los cambios que están ocurriendo en la sociedad del conocimiento.
Nuevos escenarios educativos, novedosas formas de enseñar a apren-
der y la complejización de este enfoque pedagógico, darían como re-
sultado un estilo de convivencia nunca visto en el planeta, basado en la
diversidad de ofertas educativas a través de Internet. Éste, como herra-
mienta, “posibilita la capacidad de movilizar información, documen-
tos, imágenes y guías didácticas que permiten establecer una relación
educativa entre tutores y alumnos, más allá de las barreras de tiempo y
espacio”. Este autor señala que varios escenarios son posibles porque
Internet, que ofrece y garantiza estudios de alta calidad, cumpliría su
misión toda vez que “la seriedad de los programas estén respaldados
por ciertos criterios institucionales, empezando por el prestigio de la
institución y siguiendo por la calidad de los tutores; pero, sobre todo,
en educación a distancia lo más importante es el “modelo pedagógi-
co”, el cual contemple los espacios tradicionales de aulas, bibliotecas
virtuales, diseños de guías didácticas para la orientación en la nave-
gación, y tutores especializados” siendo “la educación a distancia por
Internet, bajo el rigor de un programa serio y honesto, tan exigente
como la educación presencial”.
115
en el darse a entender y en el actuar con coherencia.
116
Séptima señal: Educación ambiental para el desarrollo
sustentable, avances regionales, América Latina y
el Caribe
117
su Educación Básica y prácticamente todos los demás; nos encontramos
inmersos en programas de reforma educativa que contemplan este tema de
diversos modos y con base en distintas aproximaciones. Algunos, como
Argentina, Bolivia y El Salvador han promovido un tratamiento transver-
sal de la educación ambiental. Otros como Chile, Costa Rica y México,
hemos optado por estrategias orientadas a abrir espacios curriculares.
Otros más, como República Dominicana, se encuentran instrumentando
proyectos especiales”.(Dr. Edgar J. González Gaudiano, Asesor del Se-
cretario de Educación Pública del Gobierno de México).
118
no poseen la capacidad de cambio requerida y con una homogeneidad en la
propuesta educativa, que le impide a muchas poblaciones, con una gran
diversidad social y cultural, asentadas en biogeografías disímiles entre sí,
desarrollar autónomamente sus planes y proyectos de educación biocéntrica.
“El reto es complejo porque al tiempo que debemos trabajar por incre-
mentar los índices de alfabetización, en políticas compensatorias y pro-
gramas de atención especial dirigidos a los grupos más vulnerables, en
impulsar programas para lograr una mayor equidad de género; en gene-
rar estrategias de integración a la escuela regular de menores con necesi-
dades educativas especiales o discapacidad, por mencionar algunos de
nuestros desafíos educativos más señalados, ya que son vitales para el
desarrollo sustentable, lo es también para establecer estándares naciona-
les de competencias y procesos de evaluación del desempeño de los distin-
tos agentes educativos y de los factores asociados a la calidad, para con-
tribuir a modificar los patrones de consumo y estilos de vida que se preco-
nizan por medio de los medios masivos y que son, a todas luces, social-
mente inequitativos y ambientalmente insustentables”. “En pocas pala-
bras, nuestros sistemas educativos convencionales no han reconocido, de
manera suficiente, la crítica necesidad de reorientar sus estructuras, pro-
cesos y prácticas para contribuir a la construcción de la sustentabilidad
ambiental y social”.”Pero un proceso de tal envergadura implica dar prio-
ridad a los agentes de cambio claves para alcanzar el desarrollo sustenta-
ble y estos no son sólo los maestros, sino que también podemos encontrar
importantes liderazgos entre las mujeres, los indígenas, los ministros de
las iglesias, las organizaciones no gubernamentales, así como entre las
comunidades científicas y empresariales”. (Dr. Edgar J. González
Gaudiano, 2002)
119
modalidades, de las disposiciones tanto síquicas como culturales...” (“Los
Siete Saberes” Edgar Morin)
120
condición humana debería ser objeto esencial de cualquier educación”.
121
tual, la comprensión está ajena de las enseñanzas. “Teniendo en cuenta la
importancia de la educación para la comprensión en todos los niveles edu-
cativos y en todas las edades, el desarrollo de la comprensión necesita una
reforma de las mentalidades”. ¿Qué necesita el planeta? “La comprensión
mutua entre humanos” nos dice Morin.
122
turaleza, la segunda busca la armonía con la Naturaleza. La comparación
puede ser un buen despertar de las conciencias, desde la educación inte-
gral. El ambiente natural es un recurso para el hombre nos empuja a creer
la cultura dominante, pero toda la naturaleza tiene un valor intrínseco nos
revela la Ecología profunda. Y si hablamos de crecimiento, la cultura do-
minante impulsará permanentemente el económico-material justificándolo
por el aumento de la población humana entretanto la ecología profunda
abogará por reiterarnos que tenemos necesidades materiales simples. La
cultura dominante se mantendrá en la creencia de la abundancia de los
recursos, y la ecología profunda denunciará que los recursos de la Tierra
están limitados. El progreso y soluciones de alta tecnología, como se ve
que “florecen” en sociedades donde impera la cultura dominante, se
opone a las posibilidades de crear una tecnología apropiada concibien-
do a la ciencia como no dominadora. Este mismo “progreso” impulsa a
la población al consumismo, a organizarse en comunidades fuertes cen-
tralizadas nacionales, tenazmente, sin favorecer el cambio de mentali-
dad necesaria donde la sobriedad, el reciclaje y la tradición minoritaria,
de biorregiones se manifieste.
123
En las partes más pobres del mundo los niños van a la escuela, allí
se les enseña algo de ecología, pero lo que ellos sienten cuando vuelven a
casa, a su realidad diversa complicada por el tráfico del agua que escasea,
o por su calidad (contaminada); por la falta de grano para comer, por la
violencia intrafamiliar que los frustra y toca sus sentimientos más íntimos,
por la sequía, por la muerte de sus seres queridos, por las moscas, el den-
gue, las enfermedades pandémicas y los conflictos bélicos, es otra cosa; lo
que ellos sienten, piensan, escuchan o palpan es falso, no existe. Quizás el
cuidar la naturaleza, según los educadores, está en otro planeta.
124
En una sociedad mixtificante, hay que tener agallas y personas
habituadas a confiar en sus propias percepciones de la realidad inter-
na o externa. Este es uno de los desafíos de la educación en el mundo, y
una conducta que se está dando en todas las minorías, en el proceso del
desarrollo del paradigma emergente. Bateson podría estar tranquilo con
este avance desde que nos advirtió que existía una patología del sistema de
aprendizaje.
Los sueños de las minorías que hoy se dejan sentir en redes, la mira-
da desde otros instantes del círculo maestro de la vida, la ética y la estética
de ser persona, a pesar del peso del mundo fragmentado, especializado y
divorciado de la Tierra, sólo pueden hacerse realidad con personas autóno-
mas, educadas y no entrenadas. Existe una ética universal que tiene sentido
común para condenar el cinismo, el autoritarismo, las mentiras y los aten-
tados contra los Derechos Humanos. Este sentido común manifiesta auto-
nomía en cada ser humano que desea evolucionar a nuevos modos de con-
vivencia que mejoren la calidad de vida de todos, como vocación ontológica
que se gesta en la historia de la Vida.
125
Una pedagogía para la autonomía despertaría en la ciudadanía las
ansias de construir escuela para la comunidad, soñando con la integración
en ella, de todos los saberes locales: artísticos, científicos, deportivos,
musicales, poéticos, en fin, reuniendo estos saberes en democracia efecti-
va, porque ninguno de los ciudadanos votó por un municipio que tomara
estas medidas, de entregarle la escuelas a las fuerzas policiales.
126
el mundo, con el mundo y con los otros…”. Presencia que, se piensa a sí
misma, que se sabe presencia, que interviene, que transforma, que habla
de lo que hace pero también de lo que sueña, que constata, compara, eva-
lúa, valora, que decide, que rompe. Es el dominio de la decisión, de la
evaluación, de la libertad, de la ruptura, de la opción, donde se instaura la
necesidad de la ética y se impone la responsabilidad.” “Como presencia
consciente en el mundo no puedo escapar a la responsabilidad ética de mi
moverme en el mundo.”
127
recordó con sus palabras después de haber escuchado “Embriagados” de
Charles Beaudelaire. Su abuela le sugirió no ir a la escuela por estar res-
friado, y él le respondió: - “¡Bacán! (expresión de júbilo) levantando un
brazo, “¡Podré embriagarme entonces con el copete de la felicidad!”
128
formará en el poema y el niño en movimiento, alerta, despierto se comuni-
cará con su visión del mundo (introspección) para verterla hacia los de-
más, en reflexión social. Este proceso es silente, de desarrollo personal,
intuitivo.
129
terfugios. La palabra, en la boca de un profesor formado en poesía, en
sanar la vida, sería como la atracción de una feria iluminada, llena de
fiesta, de colores, de sonidos, de metáforas, de libres encargos y men-
sajes, salvando al niño de sus propias obsesiones, sus miedos, su
minusvalía, su baja autoestima. El arte trasciende las ideas fijas, la
“mala” conducta, liberan al ser humano de sus propios terrores, sin evadir
la cotidianidad, la convivencia, las responsabilidades, los vínculos sem-
bradores de humanismo.
Tal vez el patrón del nuevo paradigma sea poético. Es decir, si en-
contramos lo nutricio en la poesía para sanar la humanidad, ¿por qué no
podría serlo? Una humanidad poética es la tierra agradecida por el cuidado
130
que sus hijos ponen en ella. Necesitamos que los niños inventen un nuevo
hombre sobre el planeta con la poesía de la mano.
Ahora bien, por el proyecto que creé en una escuela local, la instauré
como pedagogía de la poesía, para sanar educando. Entra todas las maña-
nas, se divierte, involucra a la comunidad escolar, es tanto, que la escuela
misma echa de menos a algún lector poético que falta, incluso ya no se
imagina vivir sin poesía.
131
que promete, por cada ser humano, múltiples formas de crear para dar so-
luciones saludables a las insatisfacciones y confusiones que alguna vez
enfrentará en su conocer, en sus relaciones humanas, vínculos afectivos; y
en su ser y hacer en el mundo.
132
analógico y artístico porque la educación formal siempre ha procurado es-
timular el izquierdo, racional y analítico) ser movilizados en sus recursos;
y provocará la adquisición de conocimientos, sin prejuicios de ninguna
índole. Otros mecanismos se desencadenarán que transformarán pensamien-
tos enriqueciéndolos para producir nuevas invenciones; y el proceso
sinéctico como fusión de cosas opuestas que sólo el pensamiento analógico
puede aceptar producirá la sinergia, un resultado que es la totalidad. Según
Gordon, “el juego sinéctico es la mente creativa trabajando” .
133
dades que en su holomovimiento generan rizos de realimentación que se
autorregulan tornandose reordenantes creadores de nueva realidades”.
“Aquí aparece una nueva concepción y práctica de la creatividad, pues
son ahora las personas mismas quienes emprenden procesos autónomos
de desarrollo humano”.” La Pedagogía del Caos al hacer énfasis en nues-
tra forma de conocer, se convierte en una teoría y practica interdisciplinaria
que toca múltiples campos del conocimiento. No es coincidencia que mu-
chos de los hallazgos de los que vamos a dar cuenta, tengan su aproxima-
ción con las preocupaciones actuales de numerosas disciplinas campos y
teorías: La física cuántica, las ciencias del caos y las complejidades, lo
más actual de la filosofía de las ciencias, las teorías de los fractales y de
las catástrofes, la lógica borrosa, las teorías del conocimiento basadas en
los desarrollos de la cibernética, la ciencia cognitiva, la inteligencia arti-
ficial, la neurofisiología y en general los nuevos paradigmas que están
surgiendo hoy en las diferentes ciencias y disciplinas en la perspectiva de
los cambios acelerados hacia el siglo XXI.”(J.V. Rubio)
134
De las “Mini complejidades” pasando por el “condicionamiento”,
la “flujicidad”, la “dinamización”, los “generadores”, la “cognición”, el
“d esordenamiento” , la “ configuración”, los “ reguladores” y los
“reordenantes”, Rubio nos introduce en algo notable, al finalizar uno de
sus escritos: “una nueva forma de creatividad y desarrollo sobre los mun-
dos humanos alejados del equilibrio, de la normalidad, de la normatividad
y de los órdenes convencionales, con todo lo que esto puede implicar. Po-
dríamos comenzar a hablar de seres que empiezan a vivir en mundos que
ellos mismos construyen, en realidades perceptuales diferentes; de seres
humanos que requieren de otros sistemas de comunicación, de expresión…”
“... porque empiezan a manejar otros sistemas de sensación, otros mundos
de sentido”.”…estos nuevos estados de cosas no son la locura ni muchas
otras condiciones que se conocen o imaginan como salidas o escapes de
esta realidad. Son reordenamientos transitorios, estados de paso imprede-
cibles, órdenes que no se esquematizan sino que al hallar creadoramente
otros límites, exploran cada vez mayores posibilidades en una visión de
totalidad. Los hemos llamado reordenantes en una referencia clara al cien-
tífico David Bohm en su obra «La totalidad y el orden implicado» («El
reomodo» cap 2). Allí no se separan sujeto, objeto y entorno sino que se
construyen como una sola realidad, esto exige una forma de lenguaje dife-
rente que crea nuevos verbos sin sujetos; la acción se desenvuelve en un
espacio- tiempo unificado que trasciende a otra dimensión. Si las formas
de conocer se diversifican si van existiendo más y más formas de acceder
al mundo, de comportarse con él o de estar-en-él, entonces muchos mun-
dos van a empezar a forjarse y muchos mundos diferentes van a entrar en
un contacto productivo. El tipo de comunicación y de convivencia variará
y la idea de sociedad va a derivar hacia otras formas al menos en los
pequeños conjuntos de individuos que construyan y vivan estos nuevos sis-
temas. Las formas que adopten en muchos sentidos serán impredecibles y
tendrán carácter de indecibilidad, pues si apenas podemos tratar de com-
prender la mente humana replicadora y bastante condicionada ¿cómo com-
prender especímenes humanos de elevado potencial aleatorio? Existen in-
dividuos de este tipo, se los podría hallar en las culturas milenarias o a la
vuelta de la esquina pero prefieren pasar desapercibidos; por eso nos en-
cantaría entrar en diálogo con quienes avizoren este tipo de fenómenos y
quienes conozcan experiencias al respecto, sobre todo como consecuencia
de la dinámica misma de esta época y del desarrollo de nuevos
paradigmas”.
135
la psique humana”. Él es escritor e investigador de procesos Pedagógicos
alternativos alrededor de la Neuropedagogía, la Creatividad, la Lúdica y el
Desarrollo Humano.
136
marcado. La resiliencia se concibe como la capacidad de lograr una adap-
tación psicosocial positiva, que enseña a vivir bien y a aceptar el sufri-
miento que conlleva existir”.
Así somos los humanos, pero podemos ir más allá. Resistimos para
reconstruir. Esta capacidad es la que intenta llevar la pedagogía de la
resiliencia a las aulas, a través de la reconstitución de nuestra “altura mo-
ral” que podría verse en los más sabios que no se dejan aplastar por una
enfermedad terminal y terminan creando hasta el último día de su aliento.
Se trata que los niños y los adultos resilientes, en formación o rescate de su
capacidad resiliente, no se queden inmovilizados en el daño, temerosos,
asustados, sino que sean proactivos, mejorando, cada día, en el énfasis de
superar las experiencias y vivencias descorazonadoras.
137
cidad de resistir, el ejercicio de la fortaleza (constancia, capacidad de aco-
meter y resistir) para afrontar los avatares de la vida personal, familiar,
profesional y social. El término se ha adoptado, en cierta forma, en lugar
de invulnerable, invencible y resistente, ya que la acepción «resiliente»
reconoce el dolor, la lucha y el sufrimiento implícitos en el proceso y, a
diferencia del modelo médico basado en la patología, se aproxima a un
modelo pedagógico proactivo basado en el bienestar y centrado en adqui-
rir competencias y eficacia propias”. Por eso que “adquirir resiliencia es
un proceso vital: toda persona requiere superar episodios adversos para
ser feliz y evitar quedar marcado. La resiliencia coincide con la pedagogía
al mostrarse como una ciencia que enseña a vivir bien y a aceptar el sufri-
miento que conlleva existir”.
138
poner habilidades para vivir, de cooperación, solidaridad, comunicación,
resolución de conflictos; establecer límites para determinar responsabili-
dades; basarse en el desarrollo de vínculos afectivos profundos, ternura y
amor; entregar oportunidades de participación trascendente para los suje-
tos resilientes, trabajar con expectativas elevadas. Cada persona reconstru-
ye su vida sobreviviendo a la incertidumbre, y a las cascadas de eventos
riesgosos que le producen secuelas, y no deja de ser histórico su funda-
mento por cuanto las guerras, las emigraciones, los exilios violentos, las
catástrofes naturales hacen al hombre vulnerable, pero superador de su rea-
lidad con responsabilidad y capacidad de reelaborar proyectos con sentido.
Éste es personal, trascendente, que implica saberse vulnerable. Al
reconstruirse cada ser humano, a través de observarse a sí mismo, sus pen-
samientos, sentimientos y actitudes, puede movilizarse sin miedo, con crea-
tividad, autocontrolarse y avanzar en la conquista de sí mismo, aprendien-
do a tolerar las frustraciones y el cómo recuperar el equilibrio.
Las señales están claras. Son atisbos profundos de que algo ya está
pasando y viene con mayor fuerza aún, edificado en los principios del pa-
radigma emergente. Pero también tenemos un claro-obscuro de los pinto-
res, la contraposición permanente del “desarrollo”, conquistando nueva-
mente su supremacía, a través de los objetivos de mejorar las competen-
cias cognitivas, estimular los comportamientos, actitudes y valores que se
estiman indispensables para una convivencia cívica adecuada y una parti-
cipación efectiva en la vida de la comunidad, que siendo muy positivo, da
como resultado el continuar favoreciendo el enriquecimiento a ultranza, el
“progreso” con soluciones de alta tecnología, el crecimiento económico, el
consumismo, el dominio sobre la Naturaleza y la idea que el ambiente na-
tural es un recurso para el hombre, en desmedro de educarnos en armonía
con la naturaleza, con sobriedad, impulsando proyectos de reciclaje con
una tecnología no dominadora, con recursos simples donde se requiera
mucha creatividad, entre otras propuestas de la Ecología Profunda.
139
En cuanto a estimular comportamientos, actitudes y valores que se
estiman indispensables para una convivencia cívica y pacífica adecuada
estamos claros que es un noble objetivo, especialmente, desde la mirada
antiterrorista de los países expansionistas, o desde la esperanza de una con-
vivencia pacífica entre los pueblos del mundo, democrática, en defensa de
los Derechos Humanos, pero ¿qué hay del “terrorismo” ambiental? Una
ecología profunda contiene la ecología del yo, “los pasos para una ecología
de la mente” y nuestra relación con la “mente” en la propuesta de Bateson.
140
del desastre ambiental, sino que fue capaz de detener la gran maquinaria
que casi se lo tragó, creando el conocimiento poético de todo lo que nos
rodea.
141
Bibliografía
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dos examinan en El Cairo sus avances en educación, 18 de diciembre 2003.
142
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tomía del sistema nervioso”, “Conducción neuronal y transmisión
sináptica”, “Métodos de investigación de la Biopsicología”
143
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Margulis, Lynn, “Gaia, The Living Hearth”, diálogo con Fritjof Capra,
The Elmwood Newsletter, Berkeley, California, Vol.Nº5,nº2m 1989.
144
Manciaux, Michel “La resiliencia: resistir y rehacerse. Gedisa. Ma-
drid,,2003
Prigogine, Ilya, “¿Tan sólo una ilusión?” Una exploración del caos al or-
den, Barcelona, Tusquets
145
Roszak, Theodore ,“Persona/Planeta” , Barcelona, Kairós
Varela, Francisco “Un puente para dos Miradas”, editorial Cuatro Vien-
tos, Santiago de Chile
146
La construcción de una identidad
colectiva de seres libres
El desafío del reconocimiento mutuo
Hernán Dinamarca
La identidad es dinámica
y singulariza a los individuos y las comunidades
La identidad de un individuo o de una comunidad es aquella manera
de ser y mirar especifica que le singulariza. La identidad es existencialmente
como el sÍ mismo, pues surge y está implícita en la propia pregunta sobre
la identidad. Cuando un individuo -o una comunidad- se pregunta por su
identidad, es la existencia de la pregunta la prueba misma de su identidad,
en tanto en la pregunta radica una autoconciencia.
1
En mi ensayo “Epitafio a la Modernidad: una crítica posmoderna”. ED. Universidad
Bolivariana 2004, trato latamente esta transición epocal. De hecho este escrito, recupera los
aspectos centrales de un capítulo de ese libro.
147
Todas las identidades de los individuos y de las culturas –comuni-
dades-, que no son otra cosa que estados de ánimo y miradas, son ambi-
guas. Todas tienen historia, luego, son dinámicas. La identidad, en conse-
cuencia, es un proceso inacabado e inabarcable. Cuando nos miramos a
nosotros mismos, es fácil darnos cuenta que hoy somos algo distinto al
ayer: ni mi fisiología de cuando era niño es igual a la actual (cada siete
años mudamos nuestras células y segundo a segundo cambiamos atómica
y molecularmente), ni mis emociones e ideas de hoy son siquiera igual a
las de hace algunos pocos años. Mi identidad ha mutado, sin embargo, hay
ahí una misteriosa mismidad que permanece. Es lo inacabado e inabarcable.
148
La Historia es autocreación de la humanidad a través de la praxis
que es el conocer y el hacer. Si la Historia es devenir (llegar a ser), el
presente entonces es histórico (es pura historicidad), en tanto se trata de
una red de actividades y conversaciones entre quienes vivimos entrelaza-
dos en un «momento–proceso» dinámico en el tiempo y en el espacio, siem-
pre herederos, querámoslo o no, de una memoria y desnudos ante el futuro.
2
Además de la obra antes indicada, en “Bolero de Almas” 1996, Lom Ediciones; en “El
Viaje en el Uro Aruma: El Día Aymara”, libro y vídeo, 1998, Lom Ediciones; en “Después
de Todo: Conversaciones sobre el Cambio de Epoca”, Ediciones B, año 2000, en co-autoría
con Carlos Altamirano; en Estrecho de Magallanes, (Des) Encuentro de Dos Miradas, Docu-
mental, 2003; se encuentran dispersas reflexiones más sistemáticas sobre estas materias.
149
actuales presiones hacia la insustentabilidad humana (ecocidio, demográ-
ficas, sociales, enfermedades, etcétera) han sido causadas por el paradig-
ma social o mirada común a la cultura occidental moderna. La modernidad
como época histórica (acotada a los últimos siglos de deriva humana) ter-
minó por globalizarse y así globalizar las presiones que son las que hoy
nos interpelan a un cambio cultural que dé curso a un nuevo modo de vida
inspirado en un paradigma social postmoderno históricamente
constructivista.
150
cosmovisión moderna, que desde la brutal inercia del cambio por el cam-
bio ha terminado por amenazar incluso a la continuidad de lo humano.
151
dos conceptos que aluden a emociones muy distintas. La separatividad es
una locura históricamente transitoria, en cambio, el extrañamiento es una
condición humana. El extrañamiento puede transitar hacia la
separatividad, mientras la separatividad es la pura ilusión de un extra-
ñamiento enajenado.
Entre los ecos de este actual desgarro existencial hay algunos com-
plejos e intensos. Por ejemplo, en lo espiritual, la ilusión de separatividad
que durante la época moderna permitió la expansión del ateísmo en su
acepción literal de ausencia de Dios (y en cuya emoción muchos creci-
mos), curiosamente ha sido un impulso hacia el reencuentro postmoderno
con la totalidad, que es divina porque es misteriosa (en cuya emoción hoy
también vivimos). La extrema ilusión de separatividad moderna nos hizo
vivir en la desolada emoción del fin de cada uno, mientras que vivir en la
conciencia de un extrañamiento en interdependencia con el Todo Cósmico,
abre aires a la eternidad y al misterio.
152
actual cambio de época muchos hombres y mujeres transitamos desde una
conciencia de la separatividad hacia una recuperación de la conciencia del
extrañamiento, claro que ahora será un extrañamiento aún más consciente
de su propia potencia y misterio.
153
Este giro en la conciencia histórica –que se impregna en la concien-
cia de cada individuo que vivimos en el presente como Historia- tiene enor-
mes ecos en la vida social. Ya no queremos en el vivir, a diferencia de lo
ocurrido en la modernidad, un inagotable y simple cambio por el cambio.
Estamos recién vislumbrando una nueva actitud que creativamente a la vez
despliega el cambio y la conservación en aras de la continuidad de la vida.
Por eso, hoy lo verdaderamente innovador es articular en nuestro modo de
vida la conservación creativa y un creativo cambio histórico que se asuma
como el devenir interactivo de pasado (memoria), presente (acto) y futuro
(un proyecto que nace de atrás).
154
Entre la identidad revolucionaria y
la identidad reformista
Ha sido fuerte para la conciencia o identidad política de cada uno de
nosotros, en especial para los hombres y mujeres inspirados por la izquier-
da de raíz marxista, ir dándonos cuenta en nuestra propia deriva vital que
la idea que animó a toda una época -y por la que se derramó tanta sangre-,
fue sólo eso, la idea de una época. Una concepción que interpelaba al ser
humano y racional (léase racionalista instrumental) a crear previa y en con-
ciencia las condiciones para realizar una revolución y luego construir una
nueva sociedad acorde a la idea de cambio social -o mantención del statu
quo- que tenía el sujeto revolucionario en función de su propio proyecto de
humanidad prometeica.
155
nes capaces de asumir la diversidad de memorias, actores y proyectos, todo
en conflicto y tensión, obviamente, pero no a través de una imposición
autoritaria y totalitaria; empezamos a comprender que el cambio histórico
es un proceso –un fluir de las historias y de la Historia- y no un simple acto ni
golpe de timón que, en unilateral lógica, nos llevaría siempre hacia adelante.
156
hombre y mujer que portamos esta nueva identidad sólo queremos vivir y
relatar nuestra propia mirada, con honestidad y rigor metodológico, ac-
tuando según nuestros deseos acerca de cómo queremos vivir nuestra his-
toria, las historias y la Historia. Simplemente soñamos el futuro y serena-
mente sabemos que la verdad será sólo lo que ocurrirá.
3
Este concepto y nueva mirada se encuentra profundamente analizada en “Epitafio a la
Modernidad”.
157
que de hecho esta implícita en los emergentes conflictos intrahumanidad-
valora la diversidad de todo tipo: ideológico-religiosa, socio-cultural, la
bio-diversidad, la etárea, la sexual y de géneros, etcétera. Luego, no exclu-
ye ni confronta.
158
entre otras cosas nos permitirá actuar para asumir un desafío ecológico de
primer orden, cómo asumimos el problema del crecimiento poblacional
humano, que claramente ha ido saturando los ecosistemas locales y la
biosfera, constituyéndose en otra urgencia de carácter crítico para la
sustentabilidad de la especie).
Entre el autoritarismo y
la cultura de la legitimidad del otro
159
Como humanidad occidental participamos o fuimos indiferentes
durante siglos a una expansión territorial y cultural planetaria que dejó tras
de sí el dolor -y no pocas veces la destrucción- de muchas culturas diferen-
tes: ahí están la humillación y sumisión de los indígenas de América; el
desarraigo y lamento infinito de los negros de África, que fueron trafica-
dos y expoliados; el sentimiento de revancha de los asiáticos y musulma-
nes. Y en nuestras propias sociedades, en sus inicios, el Occidente moder-
no persiguió y encerró a los locos, a las brujas, a los cabalistas, a los alqui-
mistas, a cualquiera que mirara más allá de los estrechos senderos de su
omnipotente razón instrumental. Y hasta hace muy poco incluso en nues-
tras sociedades se perseguía a los homosexuales y a otros diferentes.
Fue recién en las últimas tres décadas del siglo XX, cuando la ra-
cionalidad totalitaria del Estado o del mercado, inspirada siempre en el
supuesto interés general, se desacreditó como consecuencia de su mano
intolerante y de tantos crímenes físicos y morales cometidos en su nombre:
ahí están para recordarlo los colonialismos, los fascismos, los comunis-
mos, nuestras criollas dictaduras neoliberales y las “democracias protegi-
das”. Y ese proceso de perdida de legitimidad histórica, de desencanta-
miento sin vuelta, ha significado que muchos de nosotros, también en nuestra
breve deriva vital, nos hayamos sumido en otro desgarro de identidad.
160
respeto al otro ser de manera integral. Esto es fundamental. Es lo que están
haciendo nuevos movimientos sociales y culturales y, con mayor facilidad
aún, es lo que hacen en su cotidianeidad las nuevas generaciones que em-
piezan a vivir en una nueva política de la vida: ocupados de la ecología
(respetando la biodiversidad de las vidas) e inquietos ante sus relaciones
de pareja y afectivas (respetando la diversidad de relaciones y la búsqueda
de integralidad y reflexividad en su propias relaciones).
161
y esquizofrenia corporal, síquica y afectiva. Y ha llevado incluso a que la
palabra, lo único nuestro, tienda a perder sentido, convirtiéndose en un
virtual silencio o en un equívoco objeto de uso tras inconfesados fines. La
palabra ha perdido así su fértil y rica ambigüedad, convirtiéndose en pura
instrumentalización.
162
pletórico de cambios culturales de larga duración y que obviamente tam-
bién han impactado las relaciones familiares, entre géneros e incluso
las interacciones que tocan la piel, por ejemplo, cómo vivimos la sexua-
lidad.
Fue recién hace algunas décadas –desde los creativos años sesenta
del siglo XX- cuando las propias mujeres iniciaron una compleja ruptura
de esas cárceles, abriendo de esa manera un camino para su liberación cul-
tural por el que también han arrastrado a sus hombres (antes hubo reivindi-
caciones femeninas políticas como el sufragismo, pero la liberación coti-
diana y cultural se expandió desde hace pocas décadas).
En esta nueva pareja cada uno de nosotros hemos tenido que re-
aprender a vivir, se ha revolucionado nuestra vida cotidiana, alterando nues-
tra identidad más intima como hombres y en las propias mujeres. Sin duda,
163
no ha sido trivial asumir en tan poco tiempo -una o dos generaciones- un
cambio de tal magnitud.
No pocos hombres hemos transitado entusiasmados a una nueva
identidad (un nuevo ser masculino); sin embargo no pocas veces también
hemos sido sobrepasados y violentados al re-emerger nuestros tradicional
rol y comodidad. A su vez, las mujeres, intensas y con ganas de cambio,
espontánea o conscientemente muchas veces han extremado actitudes en
lo interpersonal e incluso con ellas mismas. No pocas han continuado su-
friendo en silencio, por ejemplo en lo social y profesional, la tensión entre
haber sido formadas de determinada manera -o ser de determinada mane-
ra-, pero teniendo que vivir desde el deber ser de un éxito competitivo.
Pero hay que reconocerlo, cada uno de nosotros hemos vivido con
una dosis de desgarro el proceso de coexistir y acompañar a la nueva mu-
jer. ¿Cuánto hemos cambiado en un constante desnudarnos al vivir
cotidianamente estas nuevas relaciones interpersonales? ¿A cuántos nos ha
tocado vivir la dura experiencia de querer vivir en una identidad masculina
nueva que nos interpela a la horizontalidad de géneros, pero aún inmersos
en una práctica heredada que muchas veces continúa siendo incoherente
con ese nuevo masculino que queremos ser?
164
Entre la paternidad-maternidad autoritaria
y una nueva relación filial
En las últimas décadas, quienes hemos aprendido a ser padres y/o
madres, lo hicimos bajo el signo del desgarro impuesto por la actual transi-
ción cultural también en el ámbito de la relación filial. Desde entender a la
gente menuda o esos locos bajitos como pasivos seres objetos de nues-
tros vaivenes autoritarios o, en el mejor de los casos, como simples y
adoradas proyecciones de cada padre o madre, hemos transitado a
vivenciar profundamente que los niños y niñas son otras personas, con
su propia y singular deriva vital, y con deberes y derechos. Lo hemos
comprendido poco a poco.
165
imitar ni reproducir más la pacatería, la brutalidad, la incoherencia, el au-
toritarismo y las inhibiciones sexuales de sus padres, pues en ellos
mayoritariamente veían un sexo triste. Esos jóvenes entonces comenzaron
a reconocer el erotismo de sus cuerpos y a sincronizar el sexo y la ternura.
Incluso se fue a aprender de la sexualidad del Oriente.
Emergía así una sexualidad más libre, más plena, más rica. Las
mujeres aportaron en gran medida su ancestral y natural sabiduría cuando
se decidieron a reconocer sus cuerpos y erotismo. El bruto-macho comen-
zó entonces a aprender que el sexo tiene ritmos, cadencias y lugares que la
simple penetración y la razón instrumental desconocen. De ahí en más, la
educación sexual, el reconocimiento de los cuerpos y la liberalización del
erotismo se han ido incorporando en las relaciones cotidianas de la vida
social, gestándose una ruptura moral y sensual sin precedentes en los últi-
mos milenios de Occidente.
166
El problema ha sido no reconocer que -más allá de la bienvenida y
necesaria liberación sexual- el ser humano es naturaleza y cultura. Por lo
mismo no es fácil -ni posible afectivamente- separar la ternura (las natura-
les emociones que son la fuente de la cultura) del sexo.
167
viviendo cada uno, en consecuencia, en la esquizofrenia del “prometeo
social y redentor” versus un sí mismo ahogado en una inaprensible soledad
y dolor. De esa manera subíamos la montaña hacia la redención social
llevando con nosotros, como una pesada “mochila”, nuestros desgarros
íntimos.
168
hay urgencia histórica, pues somos concientes de la actual crisis de
sustentabilidad.
169
tructura productiva eficientísima y depredadora, se nos ha vuelto una real
amenaza y, como si fuéramos aprendices de brujo, “el progreso material”
nos tiene al borde del despeñadero.
170
asociativas y cooperativas; fortalece la gran empresa transnacional que lidera
procesos ambientalmente sustentables; promueve el Tercer Sector de la
economía, solidario y sin fines de lucro; así como favorece una red de
nuevas ciencias y tecnologías generadoras de energía renovable y enfoca-
das a la producción limpia.
171
En suma, lo que sugiere la Nueva Identidad Económica que pro-
mueve el Crecimiento Cero es un No rotundo a la irresponsable y criminal
expansión de las fuerzas productivas y relaciones de producción moder-
nas, asociadas a la lógica de un crecimiento económico que hace abstrac-
ción de sus límites naturales y humanos. Ante la actual crisis de
sustentabilidad, es imprescindible expandir (liberar y aumentar) nuevas
fuerzas productivas eco-eficaces para así garantizar una producción y una
sociedad sustentable.
172
tidad Económica presente en individuos que están en el Estado, en las em-
presas y desarrollando sus propios emprendimientos. Y esa vocación es la
que permitirá desatar la imaginación social creadora para ir profundizando
los cambios en curso y así reorganizar nuestra vida económica.
Epílogo
Una nueva identidad colectiva:
El desafió del reconocimiento mutuo entre quienes
caminamos ensimismados por estos desgarros
Si bien hay redes (los mismos que escribimos en este Arcos Iris
somos una red informal, como lo es toda red), aún hay mucha dispersión y
poca conciencia de identidad colectiva. Todavía caminamos ensimismados
todos aquellos que compartimos unos u otros de estos desgarros, por eso es
importante incentivar la puesta en común de preocupaciones y ocupacio-
nes, la constitución de una identidad colectiva que permita el reconoci-
miento entre pares para actuar y acelerar el cambio histórico y cultural.
173
respetuosa de la diferencia, que aspira a la coherencia en todos los domi-
nios del ser y del hacer, porque sabemos que sólo la hegemonía de esos
valores permitirá la continuidad de la memoria y de los sueños.
174
La “insuficiencia”de lo suficiente
Sobre cegueras, rebeldías, resistencias y búsquedas
Antonio Elizalde
175
incompatibles. Salvo con el arte de vivir, que consiste en pasar inmediata
y fácilmente de un universo a otro.
(Aldous Huxley)
Esta muy bella historia que escuché por primera vez a mi amigo
José Carpio, me permitirá esbozar lo que pretendo analizar con este
trabajo.
1
Concepto debido a Miguel Martínez Miguélez, que busca dar cuenta del “coeficiente existencial”
propio de cada ser humano, y que es la combinatoria de diversos elementos: su historia, su inser-
ción familiar y social, su cultura, sus creencias, incluso su propia fisiología. Todos ellos prove-
yendo a cada cual de un prisma singular y único desde el cual interpreta la realidad.
2
Hago referencia aquí a la reflexión desarrollada en las Ciencias Sociales a partir del análi-
176
Es importante señalar aquí la aguda observación de Ken Wilber3
respecto a la incapacidad, en las ciencias de la conciencia y sus diversas
escuelas teóricas, que tiene cada una de ellas para reconocer la existencia
de un universo de sentido más profundo que aquel que aquellas estudian.
Es posible que esta tendencia evidenciada al interior de una disciplina de-
terminada sea algo que caracterice también a otros productos de la cultura
humana. (Es posible reconocer síntomas similares a los descritos por Wilber
en el ámbito de la medicina y de las ciencias de la salud4 , en muchos otros
espacios de nuestra existencia cotidiana).
Introducción
sis de las experiencias totalitarias vividas el siglo pasado: Karl Manheim, Karl Popper, Erich
Fromm, George Orwell, entre otros.
3
Ken Wilber (1992) señala lo siguiente: “En términos generales, veremos que una terapia,
del nivel que sea, reconoce y acepta la existencia potencial de todos los niveles que están por
encima del suyo propio, pero niega la existencia de todos los que están por debajo”. En
“Guerra de paradigmas” (Diálogo editado a partir de varias entrevistas realizadas en-
tre los años 1989 y 1991) en Uno Mismo, Nº 35 , Noviembre de 1992, Santiago, pág. 38.
4
Hay un excelente trabajo respecto a este tema de un par de psicólogos norteamericanos,
Gary E. Schwartz y Linda G. Russek, “El desafío de una medicina: Teorías de la Salud y
ocho “Hipótesis del Mundo”. Fue publicado en el número 5 de la revista Polis y se encuentra
disponible en la web en el siguiente link: http://www.revistapolis.cl/5/gar.htm
177
hacen más evidentes los límites biofísicos que la naturaleza pone la expan-
sión de esta forma civilizatoria. Además los elementos articuladores de
ella han ido perdiendo su capacidad movilizadora y sus bases de sustentación
se han ido progresivamente precarizando.
178
6. Los desequilibrios ambientales y la velocidad de destrucción de
la naturaleza es mayor que nunca antes en la historia y ya se hacen eviden-
tes para todos las transformaciones climáticas;
5
Esta propuesta fue presentada en What Now. The 1975 Dag Hammarskjöld Report.
Development Dialogue, N° 1/2, Uppsala, 1975. Publicada en castellano como «Qué hacer»
179
zas y recursos en términos de las energías de sus integrantes y su ambiente
natural y cultural; 4) ecológicamente armonioso, en el uso de los recursos
de la biosfera y conciente de los límites del potencial de ecosistemas loca-
les así como de los límites globales externos impuestos sobre las genera-
ciones presentes y futuras; 5) basado en transformaciones de las estructu-
ras políticas, económicas y sociales requeridas para posibilitar la participa-
ción por parte de los involucrados en las decisiones que los afectan, tanto
desde el nivel de las comunidades urbanas o rurales hasta el mundo en su
conjunto. Cuestión imprescindible para que cualquier política sea exitosa.
180
c) en el cuerpo, despertar la salud;
181
7. reiniciando búsquedas espirituales, de valores, de desarrollo per-
sonal, de religiosidad, de búsqueda de trascendencia y del sentido de la
vida.
Un intento de explicación:
nuestro error epistemológico fundamental
182
No nos es para nada fácil el hacernos cargo de un cambio así. Nues-
tra tendencia natural nos lleva a dejar siempre puentes o caminos de retor-
no. De allí que sólo percibamos realmente lo que esto significa cuando
hayamos quemado las naves. Cuando hayamos dado el salto al vacío. De
allí lo que podríamos denominar el síndrome de la conversión de Saulo. El
nuevo mundo puede emerger sólo cuando se ha roto la ligazón con el viejo
mundo. Es posible percibir la magnitud del aporte de novedad del descu-
brimiento solamente cuando se ha producido la ruptura con los universos
de significado previamente existentes.
183
mito de la presentabilidad y el mito de la cima.
184
namente significativa se ha deportivizado y todo lleva camino a convertir-
se en trofeo» (ibid.). De tal modo que tarareando «we are the champions»
o «pero sigo siendo el rey» todos debemos encaminarnos en búsqueda de
ser un triunfador, un ganador, alguien que cosecha victorias, que acumula
premios, medallas y certificaciones de toda índole. La vida se ha llegado a
concebir como una carrera, una competencia de todos contra todos, en la
cual lo único que importa es ganar a como dé lugar; no importa que en ese
ascenso a la cumbre uno no se preocupe de no pisarle los dedos a quien
viene detrás o de pasarlo a llevar y despeñarlo. A lo más se colaborará con
alguien siempre y cuando sea funcional al propósito propio de vencer.
Sin embargo, esos tres mitos son la parte visible del iceberg, puesto
que ellos se anclan en un profundo error epistemológico, propio de nuestra
cultura occidental. La realidad es siempre mucho más que lo aparente, que
lo visible. Es además mucho más compleja. Nuestro error se llama
reduccionismo. Sin embargo la paradoja en la cual nos encontramos
entrampados, es que esa realidad es, a la vez, crecientemente construida
por nuestras propias creencias y conductas. De modo que si reducimos la
realidad, esto es, la simplificamos, estamos simplificando y reduciendo
nuestro propio campo de operaciones. Estamos reduciéndonos a nosotros
mismos. Estamos empequeñeciéndonos como seres humanos.
185
palabras para expresar nuestras emociones más profundas e intensas; la
falta de preguntas previas a aprendizajes súbitos e inesperados; la falta de
emociones o reacciones frente a situaciones extremas; entre muchas otras;
o la sorpresa de escuchar verbalizada por un niño pequeño como un co-
mentario o una “reprimenda” que coincide exactamente con la evaluación
que nos hace nuestro yo íntimo o interior (conciencia) por una actuación
desafortunada o impropia. Sin embargo no prestamos atención a esta suer-
te de quiebre del paradigma en el cual estamos instalados. Hechos que
contradicen lo esperado. Casi siempre nos es más fácil olvidar o hacernos
los lesos frente a esas experiencias “insólitas” o “inexplicables”. ¿Para qué
complicarnos la vida, profundizando en algo que nos podría llevar quien
sabe a dónde?
186
Creo que nuestra civilización ha dado primacía a la primera inter-
pretación. Y ello por algo que mencioné al pasar, la confianza excesiva en
los instrumentos con los cuales operamos. Nos hemos cerrado al cambio
radical, al cambio absoluto. Estamos contentos de ser como somos. Total
nos hemos manejado mucho tiempo así y si vemos lo que tenemos o hemos
logrado hasta ahora el saldo, nos deja satisfechos. Nuestra civilización está
gobernada por gente satisfecha. Veamos por ejemplo el valor que le damos
a cuestiones como el pensamiento racional, los conceptos, las definicio-
nes, las palabras, los cálculos, la abstracción, el mínimo común denomina-
dor, los promedios, y los símbolos en que se expresan estas cuestiones: el
dinero, los precios, las evaluaciones, los títulos de dominio, los contratos.
¿Dónde está presente el valor de lo inefable? ¿el valor de lo prístino y
virginal? ¿el valor de lo bello? ¿el valor de una emoción o sentimiento? ¿el
valor de lo efímero? ¿el valor de los principios? ¿el valor de la palabra
empeñada y del compromiso? ¿el valor de lo concreto y singular, de lo
presente aquí y ahora? Hemos ramplona y estúpidamente confundido va-
lor y precio porque nuestra tendencia cultural dominante y hegemónica es
construida desde hace ya siglos desde el cálculo y no desde la profecía.
187
rebeldía frente a lo instituido, de hastío con la aceptación sumisa de los
procesos y las cosas “porque son como son”, de profundo malestar con una
civilización que si bien provee de bienestar material produce a la vez un
vaciamiento del alma y del espíritu humano.
188
una forma híbrida que podríamos denominar como “totalitarismo socialis-
ta de mercado”. Este último desenlace expresa claramente lo que busco
hacer evidente. La transformación cooptada.
Hasta hace muy pocos años atrás (mediados de los setenta) parte
importante de las personas que mantenían una actitud crítica frente a la
realidad social (la antes llamada izquierda, progresismo, movimientos de
liberación, etc.) en nuestro país y nuestro subcontinente, asumían un radi-
cal rechazo a todo lo que tuviese olor a propuesta de cambio personal por-
que aparecía como una suerte de evasión o descompromiso, con las nece-
sarias luchas revolucionarias que debían darse para transformar
estructuralmente las sociedades actuales, en función de lograr mediante
esos cambios estructurales avanzar en la construcción del “hombre nue-
vo”. En el mejor de los casos dichas propuestas eran vistas y aceptadas
“tácticamente” como desviaciones pequeñoburguesas que el propio desa-
rrollo de las dinámicas revolucionarias haría desaparecer.
189
proletario y la solidaridad obrera se transformaron progresivamente en con-
signas vacías (En otro momento profundizaremos este tema)
6
Ver en: http://www.pensarlavida.com.ar/temasvarios24.html
190
permitieran una mayor posibilidad de alegría, intensidad y afirmación del
vivir. Nací en un mundo que no era rico en alegrías y en el que cada acto
propio era vivido como lo que era necesario hacer para lograr el progreso per-
sonal o social. Un mundo donde el juego y las ganas no tenían casi lugar,
donde el debe ser y la tarea ordenaban toda la existencia. Un mundo que, ade-
más, era injusto, compuesto por pobres y ricos, por explotadores y explotados.
Así fue como durante los primeros años pensé y viví con la convic-
ción de que todo era un problema de organización social, de que una acti-
tud política diferente debía conducirnos a una reorganización económica
de la convivencia social. Pero mi propio vivir y la práctica política colecti-
va me fueron mostrando que una parte estructural del mundo que no me
gustaba seguía vigente en las mismas propuestas que intentaban transfor-
marlo. Algo hacía que también en esta «nueva» práctica política los actos
se organizaran desde el deseo de poder y en pos de un mayor dominio de
las cosas y de los otros. Sentí entonces que la política no daba cuenta de mi
búsqueda, y hacia fines de la década de los 60 di un paso al costado.
Así fue como descubrí que, más que pensar, me pensaba, y que ese
pensarme operaba en mí como posibilitador de lo nuevo y me otorgaba
progresiva levedad, me permitía moverme de mis propias fijezas y predis-
posiciones culturales.
191
En este camino se fueron aflojando no sólo creencias y formas de
ver el mundo y la vida, sino también características de mi carácter y de mi
manera cotidiana de vivir. La serenidad conquistó espacios antes ocupados
por la exigencia, me volví más tranquilo y menos irascible. La alegría de
estar aquí comenzó a desplazar a la preocupación por las metas y los obje-
tivos. Comencé a sentirme más potente para saber de mis ganas y para
jugarlas y apostar por ellas. La levedad del ser era una frase que comenza-
ba a tener un sentido sensual en mi vida.»
La radicalidad de la coherencia
7
Noción acuñada por José Luis Aranguren para distinguir entre -una ética del ethos o la
felicidad- y una ética de mínimos, si no una magna moralia, una ética mínima, pero que se
resiste a renunciar a lo mejor que hemos aprendido tras siglos de historia: el valor de la
autonomía humana y la necesidad de un consenso -entendido como concordia, no como
estrategia- para la organización de la vida jurídica y política.
192
jugarse el pellejo por aquello en lo cual creía. Me identifico con su figura
moral. Creo que para muchas personas en el mundo, aquellos que compran
y usan una polera con su retrato, lo que expresan es esa identificación con
un ser humano coherente hasta dar su vida.
8
Franz Fanon, psiquiatra nacido en Martínica de orígenes norafricanos y participante activo
en las luchas de liberación de su época, escribió este libro, publicado después de su muerte
en 1961.
193
hablar del hombre al mismo tiempo que lo asesina dondequiera que lo en-
cuentra, en todas las esquinas de sus propias calles, en todos los rincones
del mundo…Hace siglos que Europa ha detenido el progreso de los demás
hombres y los ha sometido a sus designios y a su gloria; hace siglos que, en
nombre de una pretendida «aventura espiritual» ahoga a casi toda la huma-
nidad. Véanla ahora oscilar entre la desintegración atómica y la desinte-
gración espiritual…Hace dos siglos, una antigua colonia europea decidió
imitar a Europa. Lo logró hasta tal punto que los Estados Unidos de Amé-
rica se han convertido en un monstruo donde las taras, las enfermedades y
la inhumanidad de Europa han alcanzado terribles dimensiones…Se trata,
para el Tercer Mundo, de reiniciar una historia del hombre que tome en
cuenta al mismo tiempo las tesis, algunas veces prodigiosas, sostenidas
por Europa, pero también los crímenes de Europa, el más odioso de los
cuales habrá sido, en el seno del hombre, el descuartizamiento patológico
de sus funciones y la desintegración de su unidad; dentro del marco de una
colectividad la ruptura, la estratificación, las tensiones sangrientas alimen-
tadas por las clases; en la inmensa escala de la humanidad, por último, los
odios raciales, la esclavitud, la explotación y, sobre todo, el genocidio no
sangriento que representa la exclusión de mil quinientos millones de hom-
bres. (Las tres cuartas partes del total en el momento en que esto se escribe).»
194
riencia guerrillera de tipo campesino, y que termina siendo casi siempre la
primera víctima en la confrontación bélica? ¿Qué culpa tienen los pobres,
campesinos, indígenas, pobladores vivientes en las zonas de conflicto, y
que terminan siendo culpados de traición, o de complicidad y colaboración
con el bando contrario, y producto de ello ejecutados, asesinados? ¿Es le-
gítimo que alguien, cualquiera sea su motivación, por muy noble e inspira-
da que fuere, genere ese tipo de situaciones? ¿No es esto profundamente
inmoral? Visto así: ¿No nos resulta tan repudiable como lo que hacen los
talibanes suicidas que atentaron contra las Torres Gemelas o la Estación de
Atocha en Madrid ? No creo en los empates morales, y por ningún motivo
pretendo quitarle al Ché su aureola de mártir revolucionario. Sin embargo, me
pregunto: ¿Por qué una comparación como la anterior nos resulta odiosa, in-
cluso insoportablemente insolente? He ahí el problema al cual quiero apuntar.
195
«Era un pobre diablo que siempre venía
cerca de un gran pueblo donde yo vivía;
joven rubio y flaco, sucio y mal vestido,
siempre cabizbajo... ¡Tal vez un perdido!
196
ye la soberanía popular, el protagonismo de la gente y la deliberación ra-
cional y democrática entre los involucrados, es repudiable. Ello porque al
hacer así se impide que las personas asuman por sí mismas el manejo de
sus propias vidas y sus procesos de liberación. Se condena así a vivir de
prestado, a ser beneficiario de un logro que no es propio, a vivir una mino-
ría de edad democrática permanente, y no es extraño, por lo tanto, que
tantas luchas de liberación triunfantes culminen en atroces dictaduras.
9
Hirschman, Albert (1973). «The changing tolerance for income inequality in the course of
economic development», en The Quarterly Journal of Economics, vol. 87, no. 4; pp. 544-
566.
197
to de humillación sea decisivo para comprender la densidad del estallido
social y la revuelta de los jóvenes airados. No sólo ha habido desprotección
sino humillación. No sólo hay hambre de justicia, sino también de digni-
dad. Destruyen aquello que teóricamente les beneficia, como son las insti-
tuciones ligadas al empleo, a la asistencia social, a la enseñanza, porque
son quizá las que mayormente los han humillado.»
García Roca habla de la pérdida del futuro como algo que golpea
principalmente a los pobres:
198
cación, y de los “media” invade el imaginario social de Occidente. Las
ilusiones son el motor de la economía y la ideología de la felicidad es el
valor esencial de las mercancías que producimos, compramos, consumi-
mos. La felicidad no es sólo un valor de uso que se accede a través de la
mercancía sino que es la quintaesencia de la mercancía.
Es el valor esencial para aquellos que corren cada vez más veloz,
obligados a dedicar sus energías a competir con los otros por un premio
que no existe. Vencer es el imperativo categórico de cada jugador, de cada
gesto, de cada pensamiento, de cada sentimiento. El mito se mantiene a
pesar de que el vencedor no gana nada. (Elizalde, 2003)
199
dos y aún así: no hemos sido capaces de aprender a vernos, a reconocernos
los unos en los otros. La escasez que nuestras insustentables estilos de vida
comienzan a producir, puede darnos la oportunidad de transitar hacia (o de
recuperar dirán talvez algunos) otra idea de felicidad, de recomenzar otra
manera de vivir.
Ideas estas que son compartidas por aquellos que plantearon la pro-
puesta del Otro Desarrollo en el año 1975 y que vuelven con renovado entu-
siasmo y convicciones a presentarla nuevamente en el proyecto What Next10 :
10
Göran Bäckstrand y Lars Ingelstam. «Enough! Global challenges and resposible lifestyles»
en What Next. Setting the context. Volume I. Development Dialogue, N°47, june 2006, Dag
Hammarskjöld Foundation, Uppsala.
200
tos tales como irrealista, utópico o mirando al pasado. Ya que el sentido
común y la evidencia científica en los hechos apuntan en la dirección opues-
ta, nosotros no vacilamos en nada para terminar como partimos. Suficiente
es suficiente! (2006:147)
11
Ver de Jorge Osorio y Luis Weinstein (eds.) La fuerza del arcoiris. Movimientos Sociales,
Derechos Humanos y Nuevos Paradigmas Culturales, CEAAL, Santiago, 1988; Jorge Osorio
y Luis Weinstein (eds.) El corazón del arcoiris. Lecturas sobre Nuevos Paradigmas en Edu-
cación y Desarrollo, CEAAL, Santiago, 1993; Jorge Osorio y Antonio Elizalde (eds.) Am-
pliando el arcoiris. Nuevos paradigmas en educación, política y desarrollo, Universidad
Bolivariana, Santiago, 2005; Antonio Elizalde (comp.) Las nuevas utopías de la diversidad.
Lo deseable vuelve a ser posible. Universidad Bolivariana, Santiago, 2003.
201
«¿Dónde nos sentimos felices? ¿En un supermercado, o en el inte-
rior de un grupo humano donde los otros me aceptan por aquello que soy?
Frente a los objetos, nos sirve el poder, frente a las personas sólo son apro-
piadas las relaciones solidarias. De esos espacios nacerá la esperanza para
los excluidos, la libertad para los marginalizados y la dignidad para todos.
202
Referencias bibliográficas
Göran Bäckstrand y Lars Ingelstam (2006), «Enough! Global challenges
and resposible lifestyles» en What Next. Setting the context. Volume I.
Development Dialogue, N° 47, june 2006, Dag Hammarskjöld Foundation,
Uppsala.
Adela Cortina (2003), Por una ética del consumo, Taurus, Madrid.
Joaquín García Roca (2004), «Llevarse las raíces consgo. Ecosisterma hu-
mano y espiritualidad» en Polis. Revista de la Universidad Bolivariana,
Volumen 3 N° 8, Santiago.
Jorge Osorio y Luis Weinstein (eds.) (1988), La fuerza del arcoiris. Movi-
mientos Sociales, Derechos Humanos y Nuevos Paradigmas Culturales,
CEAAL, Santiago.
Jorge Osorio y Luis Weinstein (eds.) (1993), El corazón del arcoiris. Lec-
turas sobre Nuevos Paradigmas en Educación y Desarrollo, CEAAL, San-
tiago.
Gilbert Rist (2006), «Before Thinking about What Next. Prerequisites for
alternatives» en What Next. Setting the context. Volume I. Development
203
Dialogue, N° 47, june 2006, Dag Hammarskjöld Foundation, Uppsala.
204
Profecía y ficción:
escenarios de futuro al 2012
205
La existencia de esta profecía Maya nos, vincula por una parte, a la
pregunta sobre el significado y valor de las profecías en la historia de la
humanidad, y por otro lado nos confronta a plantearnos sobre la actitud de
creer o no creer en ellas. Junto a ello, esta profecía en particular nos lleva
a preguntarnos respecto del conocimiento sobre el universo y la humani-
dad que ella presupone y contiene, y por lo tanto al conocimiento que tuvo
el pueblo Maya sobre las leyes de los cielos, pues no es poca cosa -en
términos de conocimiento del cosmos- postular un fenómeno de armoniza-
ción de la Tierra con el centro de la galaxia .
Los Hopi1
1
Http://www.buenasiembra.com.ar/cosmobiologia/profecias/indios_hopi/index.html
2
«Las Profecías de la Tierra». (Ediciones Martínez de Roca, 1993)
206
sión del hielo al finalizar el período glacial precedente.
Parravicini4
3
Último mensaje a la humanidad, desde Hotevilla, Arizona (Nación Soberana Hopi) del
Jefe Dan Eveman, Anciano Mayor.
4
Parravicini, http://www.nuevoser.com/nota26.htm
207
Peter Deunov5
5
Peter Deunov, 1864-1944, http://www.esquinamagica.com/articulos.php?idar=165&id1=38
208
Cayce6
Entre la década de los 20 y los 30 del siglo XX, fue Cayce el prime-
ro en describir el cambio en los polos magnéticos. Esta situación ha recibi-
do cada vez mas atención de los geofísicos, hasta que en 1998 la Nasa
constató que algo cambió en el campo gravitacional de la tierra (masas de
agua desplazadas de los polos hacia el Ecuador unido a los cambios en los
patrones atmosféricos) que acercó los polos magnéticos. Cayce predijo que
alrededor de los años 2000 dramáticos cambios terrestres responderán a
estos cambios magnéticos produciendo los cambios climáticos que ahora
observamos7
6
http://www.near-death.com/experiences/cayce11.html
7
http://www.near-death.com/experiences/cayce11.html
8
http://www.near-death.com/experiences/cayce11.html
9
http://www.near-death.com/experiences/cayce11.html
209
se espera según Cayce en astronomía será la rotación de nuestro sistema
solar alrededor de un sistema de estrellas compuesto por Arcturus y las
Pleyades10 También Cayce predijo que se harán descubrimientos arqueo-
lógicos relacionados con el origen del hombre que cambiarán totalmente
afirmaciones cosmológicas y religiosas. Los tres sitios de los descubri-
mientos principales serán en Egipto (cerca de la Gran Pirámide), en la zona
Bimini donde una posible porción de la Atlántida fue descubierta, y en el
Yucatán donde se localiza el asteroide que eliminó a los dinosaurios 11
Gary Renard12
10
http://www.near-death.com/experiences/cayce11.html
11
(http://www.near-death.com/experiences/cayce11.html).
12
Gary R. Renard, La Desaparición del Universo, Una Charla sobre las ilusiones, las vidas
pasadas, la religión, el sexo, la política y los milagros del perdón, Editorial Sirio, 2003.
210
hará del dinero su nuevo Dios. Se caminará sobre Marte y se establecerá el
primer contacto con seres procedentes de otros planetas (no de Marte).
Los Mayas13
La séptima de las profecías mayas plantea que “en los 13 años que
van del año 1999 al 2012, la luz emitida desde el centro de la galaxia,
sincroniza a todos los seres vivos y les permite acceder voluntariamente a
una transformación interna que produce nuevas realidades, que todos los
seres humanos tienen la oportunidad de cambiar y romper sus limitacio-
nes. Una nueva etapa llamada la “era de la luz”, comienza, para romper
todo aquello que al ser humano y a su Tierra le impidieron evolucionar”.
Los mayas dicen que desde el centro de la galaxia (Hunab Ku), cada
5.125 años, surge un «rayo sincronizador», que produce ese efecto entre el
sol y todos los planetas, a través de una poderosa emanación de energía. En
la rotación completa del sistema solar en la galaxia, ellos hacían una divi-
sión de esa elipse en dos, con una fracción cada una de 12.812 años, lla-
mando a la fracción más cercana al centro de la galaxia, Día, y a la parte
más alejada de Hunab Ku, Noche, tal cual se divide en día y noche la rota-
ción de la Tierra. A su vez, dicha elipse era partida en cinco períodos de
5.125 años: los cuales eran: Mañana, Mediodía, Tarde, Atardecer y Noche.
Según los mayas, justamente en nuestro nuevo milenio estaremos ingre-
sando en la mañana galáctica, marcada por el rayo sincronizador desde
Hunab Ku.
13
Fuente: http://lamagiadethot.blogia.com/2006/030901-profesias-mayas..php
211
que será nuestra decisión seguir como humanidad o perecer en nuestra
autodestrucción. Esta transformación implica algo tan profundo como la
elección de evolucionar.
14
El planeta entrará al cinturón fotónico que implicará un cambio vibracional
http://www.formarse.com.ar/articulos/cinturon_fotonico.htm
15
Fuente: http://lamagiadethot.blogia.com/2006/030901-profesias-mayas..php
«Las siete profecias mayas». Documental. Canal Caracol, “Psicografías de Parravicini,
Internet, Documentales sobre Planeta Tierra- Discovery Channel, Escritos de Paracelso
212
El correlato con el conocimiento astronómico
Ahora bien, si queremos en nuestro tiempo validar una afirmación
sobre el cosmos, podemos acudir al conocimiento de la astronomía. Uno
de los componentes del conocimiento astronómico es la existencia de un
“cinturón fotónico”16 , componente de la galaxia que fue inicialmente des-
cubierto por el famoso astrónomo británico Edmund Halley, cuando co-
menzó una serie de estudios sobre las Pléyades (conocidas como Las siete
cabrillas) a comienzo del siglo XVIII.
16
El Cinturón Fotónico de V. Essene y S. Nidle. estractos de «You Are Becoming a Galactic
Human» http://www.bibliotecapleyades.net/esp_cinturon_fotones_7.htm
213
incluyendo a la propia Alción, forman un ‘sistema físico’; es decir, no se
tratan de estrellas con movimiento y vida independiente, sino que obede-
cen a un centro gravitatorio, que giran como lo hacen nuestros planetas
alrededor de nuestro Sol Central, tan sólo que en este caso es en torno a
Alción.
17
Fin de la cita de El Cinturón Fotónico de V. Essene y S. Nidle
214
• En 1996, Soho, el satélite enviado a estudiar al sol, descubrió que
nuestra estrella ya no tenía polo norte y/o sur, se había convertido en un
solo campo magnético, las polaridades se homogeneizaron.
18
ver: www.phisorg.com
215
lúcido, se encuentra entre 12 y 30 Hz; Alfa, el estado mas relajado, de
meditación y ensueño, es de 8 a 12 Hz, Theta de 4 a 8 Hz y Delta de 1 a 4
Hz. Cuanto más profunda es nuestra relajación, baja dicha frecuencia. Sa-
bido es que necesitamos descansar para seguir adelante con fuerzas reno-
vadas... pero, ¿sería posible la relajación si la vibración circundante y en-
volvente de la tierra es tan elevada? Eventualmente comenzaría a provo-
car en la gente insomnio, incapacidad de concentración, nerviosismo,
características cada vez más acentuadas en estos últimos años, aunque
se atribuyen al ritmo de vida estresante de la sociedad moderna. Al ir
esto en incremento, ¿podrá soportarlo una persona que no pueda mane-
jar sus emociones, que no sepa entrar en un estado de conciencia más
profundo y relajado, que no pueda crear un campo magnético propio?
Es probable que no.
El mensaje de la profecía
frente a la influencia psicológica de los procesos físicos
216
Previo a la ficción 2008-2012
Es importante hacer notar que la ciencia económica y social no pre-
vieron los grandes eventos mundiales como la caída del muro de Berlín en
1989, la caída de los socialismos reales a comienzos de los noventas, la
destrucción de las Torres Gemelas en el 2001 y la ofensiva posterior en
Afganistán, Irak y medio oriente de USA y sus aliados, por ello, al no
existir proyecciones socioeconómicas y políticas y culturales del quinque-
nio 2008 a 2012, se ha considerado hacer aquí una referencia a eventuales
alternativas de ficción que se derivarían de las anticipaciones de las pro-
yecciones anteriores.
19
Dr. Edgardo Condeza Vaccaro, Declaración Pública por el 5 de Junio, Día Mundial del
Medio Ambiente.
20
Diario La Nación, 7 de junio del 2006
217
630 millones para el 2015. Según la OIT los desempleados serán 158
millones -un 25%-, y si a esto se suma el desempleo informal de
150.000.000, nos da un 49% de desempleo abierto e informal. La pers-
pectiva es catastrófica.
218
cambio. Los EEUU21, llegan finalmente a ser el país más endeudado del mun-
do, la inversión pública descendió al 0,3%, contra el 2,1% en Francia y el 5,1%
en Japón. Desde 1985 la balanza de pagos da un resultado negativo.
Sobre las figures en los campos de trigo 24 se cree que estos mis-
teriosos símbolos que aparecieron sobre todo el planeta (más de 11,000
desde 1980 son para comunicar a la humanidad la necesidad de expan-
sión de la conciencia entendiendo que somos parte de una comunidad
intergaláctica, la ciencia y los medios no le han dado al fenómeno una
debida consideración.
21
http://infokrisis.blogia.com/2004/101405—sobreviviran-los-eeuu-hasta-2010-.php
22
Gary R. Renard, La Desaparición del Universo, Una Charla sobre las ilusiones, las vidas
pasadas, la religión, el sexo, la política y los milagros del perdón, Editorial Sirio, 2003.
23
Drumvalo, entrevista en http://www.spiritofmaat.com/feb07/drunvalo_interview.html
24
Robin Clare - Enlightened Professionals/Event ProducersLLC <Robin@epllc.org
219
Los efectos en el mundo desarrollado
25
Dr. Edgardo Condeza Vaccaro, Declaración Pública por el 5 de Junio, Día Mundial del
Medio Ambiente.
220
tos, los más de 1000 millones de desempleados y subempleados y la pre-
sencia del 40% de las tierras áridas del planeta.
221
(esto se convierte en uno de los temas más estudiados en las ciencias socia-
les y políticas), unido a una exigencia de equidad frente a las insostenibles
desigualdades existentes. En América Latina este despertar será muy con-
tundente en los escenarios más vulnerables (Bolivia, Ecuador, Perú) y tam-
bién en los más sólidos e institucionales (Chile, Argentina). La población,
en esta década acelera la liberación, la represión no puede con la creativi-
dad de las protestas.
Por otra parte aumenta el temor, cada vez más manifiesto, la locura
callejera, la violencia inconcebible, la desazón y la fatiga moral son una
demostración clarísima de cuán poderosos son los efectos de la perturba-
ción a gran escala de nuestro planeta, vibracional y electromagnéticamente.
La fecha clave del final de este proceso, es el año 2012, cuando termina el
«Tiempo del No-Tiempo».26
26
http://www.formarse.com.ar/articulos/cinturon_fotonico.htm
222
Las profecías se hacen para que no se cumplan
Una primera reflexión paradójica sobre las profecías es la postulación
de que ellas no son concebidas para que se cumplan, sino para que no se
cumplan. Tras esta afirmación subyace la idea de que al anunciar de ante-
mano un suceso futuro, dicho anuncio actuaría como una especie de “guía”
de desenlaces posibles según si la humanidad sigue un u otro curso de
acción. Las profecías aparecen así como futuros condicionales, que se cum-
plen a condición que no se realicen ciertas acciones que las anulen. Consi-
deradas así, las profecías tienen el carácter de advertencias, y permiten una
acción preventiva para evitar determinados desenlaces que se producirían
si no se hace algo al respecto.
223
224
Gérmenes de un Nuevo Paradigma:
Aportes de la
Ciencia Contemporánea
David Molineaux
225
lugar en el universo. De un golpe sustituyó el modelo Tolemaico, el cual
desde hace más de un milenio situaba a la Tierra en el centro del sistema
solar, por el modelo heliocéntrico que es aceptado en el mundo moderno.
Un mundo mecánico
Esta visión mecánica del mundo fue llevada rápidamente a sus con-
clusiones lógicas más extremas. El filósofo y matemático francés René
Descartes, contemporáneo de Galileo, fue uno de los grandes arquitectos
de la cosmovisión moderna. Para él, sólo la mente humana es consciente:
los animales ni siquiera sienten. Admitía lo que cualquiera puede observar:
que si los golpeamos emiten chillidos. Pero argumentaba que estos soni-
dos son como el chirriar de una máquina mal aceitada. Se cuenta que los
estudiantes de Descartes solían pasearse por las calles de París propinando
patadas a los perros vagabundos.
226
so poderío que ha adquirido la especie humana gracias al crecimiento
exponencial de su capacidad tecnológica– tiene todo que ver con la des-
trucción ambiental que empieza a amenazar nuestra propia supervivencia.
Biomáquinas
227
gran ciclo de los días, las estaciones, los festivales religiosos, y el proceso
humano de crecimiento, maduración y envejecimiento. Había tiempo para
la conversación tranquila, para la contemplación de la naturaleza, para ob-
servar el juego de los niños, para la preparación cuidadosa de las celebra-
ciones comunitarias.
Un universo cerrado
Junto con postular una visión mecánica del mundo, la ciencia mo-
derna planteó que el universo era determinista. A principios del s. XIX,
por ejemplo, el astrónomo y matemático francés Pierre Simon de Laplace
escribió que si hubiera una especie de «demonio» capaz de conocer a fon-
do todos los aspectos del mundo actual, podría predecir con exactitud lo
que sucedería en cada momento del futuro.
Esta visión del mundo ha creado, entre otras cosas una brecha pro-
funda ente el mundo de la ciencia y el de las humanidades. La filosofía, el
228
arte, la literatura y las ciencias humanas en general no pudieron creer en un
mundo determinista, y esto produjo tensión e incluso una cierta hostilidad.
229
trado hablando un lenguaje muy parecido al de los grandes místicos de
todas las épocas».1
1
Cecilia Dockendorff, prólogo de la versión castellana del Tao Te King, traductor Gastón
Sublette (Santiago: Cuatro Vientos, 1990), v.
2
Fritjof Capra, The Tao of Physics (Boston: Shambhala, 1991), 53.
3
Physics and Philosophy (citado en Capra, 50).
230
abandonaron la idea del universo como una colección de objetos inertes
que se relacionan mecánicamente entre ellos. Se dieron cuenta, más bien,
que el Cosmos se parece a una gran red de eventos interrelacionados, algo
así como la complejísima trama de intercomunicaciones incesantes que
componen nuestro sistema nervioso.
Inteligencia y sentir
4
Ervin Laszlo, The Creative Cosmos (Edinburgh: Floris Books, 1993), 34.
5
Lewis Thomas, The Lives of a Cell (New York: Bantam Books, 1975) 78.
231
magnífico de autoorganización. El núcleo de una estrella -nuestro Sol es
una estrella típica- es una inmensa hoguera de fusión nuclear, un gigantes-
co sistema autorregulador que mantiene dentro de límites precisos su enor-
me calor y presión interna. Genera complejos sistemas que conducen la
energía desde su centro a la superficie.
6
David Molineaux, Polvo de estrellas (Santiago: Casa de la Paz, 1998), 29-35.
232
Caos, complejidad, no-linealidad
Las teorías del caos y la complejidad y la física de sistemas no-
lineales han profundizado estas intuiciones. Describen un mundo de
interconexiones vastas e inmediatas a todos los niveles, de sutiles circuitos
de retroalimentación que en momentos críticos gatillan el emerger de nue-
vos sistemas auto-organizadores.
«En la vida real los fenómenos lineales son muy excepcionales: se apli-
can sólo a una fracción muy pequeña de los fenómenos físicos. La influencia
de la no-linealidad se puede notar en todas partes. En el clima y en la ecología,
por ejemplo, un pequeño impulso puede llevar a cambios muy grandes. Mu-
chos han hablado del llamado «efecto mariposa,» en que las alas de una mari-
posa pueden producir una tormenta a miles de kilómetros de distancia.
7
Entrevista con el autor, 7 de Mayo de 1997.
233
La ciencia moderna clásica – y aún la relatividad y la física cuántica,
nacidos en las primeras décadas del s. XX– aceptaron la idea que el futuro
está determinado por las condiciones originales. Pero lo que se aprendió
en la segunda mitad del siglo es que el futuro no es un dado: es una cons-
trucción.
8
El satélite COBE, de la NASA, fotografió la luz fósil llamada «radiación de microondas de
fondo», que proviene del momento en que universo primordial se volvió transparente. Su
espectro resultó ser precisamente lo que habían pronosticado los defensores de la teoría de la
expansión del universo, y fueron aceptadas por la mayoría de los científicos como pruebas
irrefutables de esta teoría.
234
mos en un universo emergente: que en el corazón mismo de la materia hay
algo que se parece a un impulso hacia una complejidad cada vez más gran-
de. El astrónomo franco-canadiense Hubert Reeves escribió hace algunos años
que «El universo es la historia de la materia que se organiza.» En otro momen-
to agrego: « La historia del Cosmos es la historia de la materia que despierta.»9
9
Hubert Reeves, Patience dans l’azur (Paris, Éditions du Seuil,1988), 18.
235
Gregory Bateson, el renombrado exponente de la teoría de sistemas, insis-
tía que la evolución de la vida, por ejemplo, es un inmenso proceso mental.
Igual como ocurre en el aprendizaje humano, la selección natural utiliza el
ensayo y el error, probando un sinnúmero de formas y actividades, eligien-
do a los que tienen cabida dentro de cada ecosistema. Olvida los fracasos
y conserva en los genes de las especies sobrevivientes la memoria de las
experiencias exitosas. 10
10
Pasos hacia una ecología de la mente (Buenos Aires: Planeta, 1991), 309-38.
11
John Haught, The Cosmic Adventure (New York: Paulist Press, 1984), 99.
236
tura venían ofreciendo intuiciones más orgánicas y no-lineales. Las nue-
vas perspectivas de la ciencia contemporánea tienden a confirmar y ahon-
dar estas intuiciones, ofreciendo la posibilidad de una nueva integración
cultural y de la sanación de las patologías que más daño están haciendo a
los humanos y al mundo natural que nos rodea.
237
238
Lecturas para un nuevo paradigma
para la educación en tiempos de
globalización:
post-modernidad y creatividad
1. Introducción
239
tos que deberían caracterizar a la educación en el contexto de un mundo
globalizado. Es decir, promover la capacidad de comprender a cabalidad
que las acciones locales tienen una repercusión y proyección global o mundial.
240
la familia y la escuela. En este contexto, la autoridad que tradicionalmente se le
ha arrogado a padres y docentes hoy es compartida por el sistema mediático. Si
bien esto no significa un reemplazo en los roles, sí lo consideramos como parte
del debilitamiento del lugar ocupado especialmente por la escuela.
Este nuevo “desorden mundial” que trae consigo la idea de que ahora
somos todos parte de un mismo mundo, no tiene el mismo sentido para todos.
241
Los radicales en tanto, afirman que no sólo la globalización es muy
real, sino que sus consecuencias pueden verse en todas partes. El
mercado global, dicen, está mucho más desarrollado incluso que en
los años sesenta y setenta, y es ajeno a las fronteras nacionales. Los
Estados han perdido gran parte de la soberanía que tuvieron, y los po-
líticos mucha de su capacidad para influir en los acontecimientos.
242
crear condiciones de vida similares para todos, en todas partes; de dar a
todos las mismas oportunidades, y tal vez incluso crear igualdad”.
1
Citado de Graham Balls y Milly Jenkins, ”Too much for them, not enough for us”,
Independent on Sunday, 21 de julio de 1996.
243
Los cambios que observamos en una sociedad globalizada van pro-
vocando también una transición en los paradigmas en la educación, pro-
movidos tanto por grupos pedagógicos de avanzada como por el movi-
miento de educación popular.
- Saber dónde
- Saber el porqué de las cosas
- Saber qué hacer con lo que sabemos
244
y al delirio estalinista tomar la máscara de la razón histórica; hemos visto
que no había leyes en la Historia que guiaran irresistiblemente hacia un
porvenir radiante; hemos visto que el triunfo de la democracia definitiva-
mente no estaba asegurado en ninguna parte; hemos visto que el desarrollo
industrial podía causar estragos culturales y poluciones mortíferas; hemos
visto que la civilización del bienestar podía producir al mismo tiempo ma-
lestar. Si la modernidad se define como fe incondicional en el progreso, en
la técnica, en la ciencia, en el desarrollo económico, entonces esta moder-
nidad está muerta”.
2
J.F. Lyotard. ”Reescribir la modernidad”: Revista de Occidente 66 (1986), 23-33, 27: ID.
La postmodernidad (explicada a los niños), Gedisa, Barcelona 1987, 35; R.Rorty, “Philosophy
as a Kind of Writing..An Essay on Derrida”, en Consequences of Pragmatism, University of
Minnesota Press, Minneapolis 1982, cap.6, 90-109.
3
En: Mardones,José Mª “Postmodernidad y Cristianismo. El desafío del fragmento”. Pre-
sencia teológica, Sal Térrea, 1995. Pp. 31, 32, 78.
245
miento formal, una mentalidad juicio de los postmodernos,
funcional, un comportamiento este proyecto se ha deslegiti-
austero y disciplinado y una mado en la realización histó-
motivaciones morales autóno- rica mediante la producción de
mas, junto con un modo de or- sus contrarios.
ganizar la sociedad alrededor
de la institución económica y 2. Ofrece una utopía que con-
la burocracia estatal. sistirá en una estetización ge-
neral de la vida, donde adquie-
2. Un centro productor de re- ren unidad un pensamiento
laciones sociales: la economía. fruitivo e inaugural, con una
La religión, que tradicional- ética postmetafísica sin funda-
mente había ocupado este lu- mento, una micro-política de
gar, es desplazada hacia la pe- la deliberación republicana y
riferia y se recluye, cada vez un individualismo débil a la
más, en la esfera privada. búsqueda de sí.
246
la razón, la científico-técnica, socio-políticas, estéticas y
adquiere una preeminencia so- morales.(p.78)
cial que tiende a oscurecer la
validez de las demás dimensio- 5. El pensamiento post-moder-
nes de la razón. La razón tien- no cuestiona fuertemente la ra-
de a confundirse con la racio- zón moderna ilustrada. Esta
nalidad científico-técnica. actitud prosigue una tradición
de autocrítica y vigilancia de
6. Una estructura social confi- la cultura occidental. Desde
gurada por dos instituciones o este punto de vista, la pos-
sistemas predominantes: la tmodernidad continúa el espí-
tecno-económica y la burocrá- ritu crítico de la Ilustración,
tico-administrativa. Constitu- volviéndolo contra sí mismo.
yen la manifestación objetiva
de la racionalidad funcional
(tecno-burocrática), que tien-
de a colonizar todos los ámbi-
tos sociales y humanos.
247
las mujeres una mayor igualdad. Nunca ha habido una sociedad, al me-
nos entre las registradas en la historia, en la cual las mujeres hayan sido
siquiera aproximadamente iguales a los hombres. Ésta es una revolu-
ción verdaderamente global en la vida diaria, cuyas consecuencias se
están sintiendo en todo el mundo, en ámbitos que van desde el trabajo a
la política.
248
1. Una transformación de las instituciones y los circuitos de ejerci-
cio de lo público: pérdida de peso de los organismos locales y nacionales
en beneficio de los conglomerados empresariales de alcance transnacional.
(García Canclini, 1999)
4
García Canclini, (1999)
5
Ibid, 1999.
249
6. La revolución del sistema de información y comunicación que
aún está en manos de un grupo pequeño que interpreta el mundo y lo trans-
mite de acuerdo a sus valores. Ello plantea un fenómeno ético grave, si
bien abre posibilidades de comunicación amplia.
Transformaciones de la Educación
en una sociedad Globalizada
6
Morin, Edgar. Unesco, 1999.
250
La educación para el desarrollo de un nuevo paradigma o post
modernidad creativa debe ser una enseñanza universal centrada en
la condición humana. Estamos en la era planetaria; una aventura
común se apodera de los humanos donde quiera que estén. Estos
deben reconocerse en su humanidad común y, al mismo tiempo,
reconocer la diversidad cultural inherente a todo cuanto es humano.
251
3.Construyendo una Nueva Ciudadanía
Estamos viviendo una época donde el gran sueño occidental de la
democracia está en crisis. No basta con reconocer sus virtudes como siste-
ma de gobierno. Existe una generalizada sensación de malestar sobre su
funcionamiento y pareciera ser que la democracia ha enclaustrado el senti-
miento participativo, endureciéndose su capacidad de integrar y ser un es-
pacio de sentido para los ciudadanos.
Crítica al Liberalismo
7
Ibid, p.48
252
Este escenario se ha profundizado en nuestros países, hoy conside-
rados democráticos. Ello plantea la necesidad de conceptualizar el tipo de
democracia que se ha instalado luego de largas y dolorosas dictaduras que
asolaron gran parte de los países de la región.
253
• Las 356 personas más ricas del mundo disfrutan una riqueza que
excede a la renta anual del 40% de la humanidad.
(LOBO ALONSO, José Antonio, «¿Está en peligro la Paz?» Mi-
sión Abierta, dic. 2001)
Fuente: www.utopia.pcn.net
254
Estado de aquello que no lo es, situando estos espacios en la esfera de lo
público y lo privado.
8
Ibid, pág.15
255
Conforme a otra distinción, pueden considerarse actividades pro-
pias de la sociedad civil las actividades culturales, económicas, sociales y
religiosas, en la medida que no caigan bajo la tuición directa y la responsa-
bilidad del Estado .
Sin embargo, existe otro enfoque que menciona que son a lo menos
tres los tipos de escenarios posibles en la sociedad civil: las ONGs, las
empresas sociales, que mueven sus recursos hacia economías de solidari-
dad con objetivos asistenciales o sociales y por último la asociatividad ci-
vil y comunitaria organizada por objetivos de interés mutuo. Son organiza-
ciones solidarias y voluntarias, representativas de intereses, promotoras de
ideales, es decir, con culturas organizacionales diferentes que es importan-
te considerar en el momento de vincularse a ellas o de potenciarlas.
9
CED, pág.12.
256
traer obligaciones10 . Incluso, forman parte de este conjunto grupos y or-
ganizaciones que carecen de personalidad jurídica, aunque ello, dentro del
ordenamiento legal, pudiere limitar considerablemente sus posibilidades
de actuación en la vida pública11 .
De este modo, desde los años ochenta en adelante, aunque con ante-
cedentes importantes en las dos décadas anteriores, se consolida un cierto
tipo de ONG “de promoción” o “para el desarrollo”, que se levanta como
un actor con personalidad social más definida y permanente y no sólo como
intermediario o auxilio de sectores postergados o excluidos en una situa-
ción de emergencia económica o política, o como mero sustituto de un
Estado cada vez más prescindente12 .
10
Arno Klenner identifica por lo menos quince formas de expresión de lo que él denomina
“la sociedad civil”: organizaciones no gubernamentales (ONGs), organizaciones populares,
sindicatos, cooperativas, colegios profesionales, centros de padres, corporaciones de desa-
rrollo regional y local, organizaciones de voluntarios, asociaciones empresariales, organiza-
ciones de inspiración religiosa o humanista laica, clubes deportivos, entidades filantrópicas
de asignación de recursos financieros, entidades sociales que persiguen como uno de sus
objetivos un propósito filantrópico, universidades y otros establecimientos de educación
superior y otros grupos de interés. Véase, Klenner, art. cit., págs.7 y ss.
11
Véase Viveros F.,: La participación de la sociedad civil en acciones de interés público. U.
Diego Portales, Santiago, 1997, Mimeo, pág.17.
12
Viveros, op. cit.
257
Esta relación independiente con el Estado de parte de las organiza-
ciones señaladas ha tenido importantes cambios debido a que en el proceso
han surgido ámbitos que coinciden en estos dos sectores, especialmente
desde la llegada de la democracia, con las actividades que se desarrollan
desde el Estado, lo que hace pensar en esta relación que comenzó a generarse
de manera casi accidental y que hoy es intencionada y forma parte de la
dinámica de uno y otro sector.
258
Sin embargo, no estamos ante una arremetida antidemocrática, esto
es alentador. Lo que sucede, es que los movimientos sociales desean una
profundización democrática, un reconocimiento de la participación, una
mayor transparencia en el ejercicio de Gobierno y una renovación de las
instituciones.
259
diales han generado un nuevo mapa planteario. Tanto las dinámicas econó-
micas como comunicacionales y culturales de la globalización tienden a
cerrar los espacios económicos. Existe una especie de “gobernabilidad”
global hegemonizada por las grandes corporaciones y por los organismos
multilaterales que administran este “orden”. Está en crisis la soberanía de
los viejos Estados y esto ocasiona grandes preguntas al pensamiento polí-
tico y social.
Hay, por último, una tarea que los movimientos ciudadanos globales
deben asumir, cual es el control de las políticas de los organismos
multilaterales que gobiernan la globalización económica, así como el con-
trol del comportamiento de las grandes empresas.
260
cultura escolar ha tenido desde el sentido moderno, ha estado definido por
tres criterios, que según Gimeno Sacristán pueden identificarse de la si-
guiente manera (Sacristán, 1999):
261
Seguridades y principios Perspectivas para un
constructores de la nuevo paradigma:
modernidad post-modernidad
creativa
262
5. LOS OBJETIVOS Y Valores y contenidos de Los referentes éticos y
CONTENIDOS DE aprendizaje considerados culturales tienen valor en
LA EDUCACIÓN como valiosos para to- relación a la comunidad
dos, deducidos de los en la que se reconocen
cuatro apartados anterio- como valiosos. El currí-
res. Importancia del cu- culum totalmente común
rrículum común. Deci- no es posible.
siones a tomar en el mar-
co de sociedades delimi-
tadas por los Estados-na-
ción. La universalidad se
interpreta en términos de
cosmopolitismo.
263
para ejercer su autonomía, poder de decisión, desarrollo; en otras palabras
ejercer una ciudadanía responsable.
13
Véase: Osorio, 1995.
264
en su capacidad de “universalizar rasgos de la cultura siendo a la vez, afec-
tada por la globalización en general” (Sacristán, 1999), y en particular en
la cultura, incidiendo en las personas, en los programas educativos, y en
las políticas educativas.
265
y la creación y ensamblaje de productos se traslada de unos lugares a
otros con suma facilidad? En estas circunstancias no es fácil lograr
adaptaciones rápidas, dadas las dificultades inherentes a la inercia lógi-
ca de las estructuras de los sistemas institucionalizados de educación,
para responder puntualmente a los cambios del flujo de productos y de
saberes para reproducirlos. ¿Quién forma al especialista o trabajador
(en qué y cómo) que emigrarán voluntaria o forzosamente? ¿Qué pre-
venciones habrá que tomar para evitar desarraigos y rechazos? Tam-
bién el trabajo de los docentes se ve afectado, como recientemente in-
formes internacionales han puesto de manifiesto.
Nos parece que son merecidas las críticas que se vierten sobre el
modelo bajo el cual se está llevando a cabo la mundialización de la
economía que ha creado un Cuarto Mundo de excluidos. La
globalización bajo la orientación neoliberal de carácter economicista
está causando estragos a la educación. El triunfo de esa visión ha
causado serias consecuencias para las políticas educativas, ha en-
torpecido la realización universal del derecho a la educación y ha
condicionado los estilos de gestión de los sistemas escolares, apre-
miados por la demanda de calidad interpretada según los parámetros
económicos. Ha polarizado el pensamiento, las políticas y las prác-
ticas a favor de la narrativa que entiende la educación como mer-
cancía sometida a las demandas del mundo laboral, en detrimento
de otros enfoques más orientados hacia el sujeto, la mejora de la
sociedad o la democratización del conocimiento.
266
e) La globalización cultural es la más evidente de todas las que pue-
dan pensarse . Este fenómeno exige un marco interdisciplinar más
complejo para comprender las realidades que dominan el mundo en
el que vivimos y para entender los significados que añaden a los
clásicos fines de la educación.
267
Los desafíos de la Educación de la post-modernidad creativa
Por ello, asumiendo que los niños, niñas y jóvenes están desarrollándo-
se en un contexto crecientemente global, la educación adquiere mayor sentido
si se la sitúa en un contexto más amplio, relacionado con otros espacios más
lejanos y no solamente en lo territorial, sino que fundamentalmente en lo cul-
tural. Para propiciar que los jóvenes estén conscientes de esta dimensión glo-
bal, es necesario desarrollar procesos de formación respecto de la naturaleza
de su entorno y el rol que desempeñan en relación al mundo donde viven.
268
Basado en lo anterior, resulta imperativa la incorporación de esta dimen-
sión global en la educación, por cuanto permite promover la comprensión
y el desarrollo de una visión crítica respecto de situaciones que se ubican
en el entorno inmediato, o bien en un horizonte lejano pero que son expe-
rimentadas o influyen directamente en los sujetos, como la guerra y los
conflictos, las violaciones a los derechos humanos, el crimen internacio-
nal, el terrorismo y el tráfico de drogas, el aumento de las enfermedades
pandémicas como el SIDA, la degradación del medioambiente, el racismo,
el clasismo, la migración, entre otros.
269
En esta inadecuación devienen invisibles:
• El contexto
• Lo global
• Lo multidimensional
• Lo complejo
14
Bastien, 1992.
270
Este enfoque para la educación implica más que conocer sobre lo
que sucede en otras latitudes y cómo afecta a los habitantes de nuestro
planeta. No se trata por tanto de centrar el proceso de enseñanza y aprendi-
zaje en el tratamiento de problemas complejos como el desarrollo susten-
table u otros como los mencionados anteriormente, sino sobre todo, ubicar
el proceso en una dimensión global respecto de aquello que nos afecta
localmente y está presente en nuestras vidas, ciudades y comunidades.
15
Cepal, 2000. P. 304.
271
cho y no concebir el espacio educativo como neutro, un lugar aséptico
donde nada de lo que sucede fuera de los muros de la institución influyen
en el proceso educacional.
272
situaciones que atentan contra los derechos humanos (individuales y socia-
les). Esta acción está basada en el diálogo permanente en un esfuerzo de
construcción conjunta, que permite hacer visible el derecho a la diferencia
y enfrentar los conflictos. Para hacer del diálogo una práctica habitual en la
escuela y en el aula, es necesario crear canales de participación y organiza-
ción.
16
Ibid, p.143.
273
Referencias Bibliográficas
11. MORIN, Edgar, “Los siete saberes necesarios para la educación del
futuro”. UNESCO, 1999, Francia. Pp. 15 – 17.
274
12. OSORIO, Jorge. “Políticas Educativas y Pedagógicas: en busca de un
nuevo paradigma”. En: “La construcción de las políticas educativas en
América Latina”. CEAAL, PIIE, TAREA, Santiago, 1995.
275
276
Desenmascarando los mitos.
La dimensión mítica presente
1
Bronislaw Malinowski, Magia, Ciencia y Religión
277
dero. Mito que carga de sentido los movimientos hacia la transformación
cultural y la mirada planetaria hacia el multi-verso.
2
R. May, La Necesidad del Mito
278
realidad desde lo más amplio a lo más singular: universo, galaxia, planeta,
país, localidad, familia, hasta llegar al ser de cada cual. Lo humano atra-
viesa todo. Éstas visiones de mundo son imágenes colectivas, son riquezas
intangibles que expresan el espíritu de un pueblo. Se fueron tejiendo entre
todos, muchos fueron construyendo la historia de todos, simples propues-
tas humanas de lo que somos que no están en los códigos pero sí regulan el
espíritu y enfoque animado de un grupo humano. Muchas veces son una
serie de historias tácitas que no se nombran ni se tocan, pero que amarran a
este grupo humano.
279
Los mitos nos identifican con un contexto dado, al ser contenedores
de las reglas de convivencia y diaria humanidad, también nos transportan
hacia los conocimientos más abstractos y trascendentes.
280
El sentido de la metáfora
En todo mito existe un sentido manifiesto y un sentido oculto, este
último está detrás de los símbolos y metáforas que lo conforman.
3
J. Campbell, El Poder del Mito
4
“en aquel tiempo”
5
Mircea Eliade, Lo Sagrado y Lo Profano
281
conocer la función de los mitos observamos que pautan y devuelven senti-
do al ser humano esencial.
Lo primero que hizo aquí fue recorrer cada rincón del mundo. Ob-
servó por todas partes. Sabía que vendrían muchos hombres, a quienes
debería repartir el ancho del mundo. Regresó al sur y comenzó por los
Selk´nam. Cuando Kenos por fin envejeció, ya existían muchos antepasa-
dos. Tres de éstos lo acompañaban a todas partes, e incluso lo siguieron
cuando Kenos quiso conciliar un sueño muy largo.
6
Leyendas Clásicas Chilenas, Margarita Ovalle
282
Cada uno había vuelto a la vida fresca y juvenil. Se dirigieron a la
choza de Kenos y los tres acompañantes le dijeron “Lávame”. Y Kenos así
lo hizo. Todo aquel que era lavado por Kenos continuaba viviendo.
Kooch (Aonikenk)7
De este rápido movimiento brotó una gran chispa que iluminó todo.
Ahora tenía frente a sus ojos el maravilloso mundo terrestre. Con el espí-
ritu en alto, Kooch, llamó a esta chispa Xaleshen.
7
Leyendas Clásicas Chilenas, Margarita Ovalle, 2001
283
el alma humana, formándose una cadena nocturna que sólo se calma
al aclarar.
8
Leyendas Clásicas Chilenas, Margarita Ovalle, 2001
284
La pastora lo rechaza, pero el Cóndor perseverante agrega: “Sú-
bete a mi espalda y te daré un paseo en mis largos brazos”.
285
Maharabarata9
Y El niño le dice:
“Veo que necesitas descansar
Ven a mi cuerpo”
Podemos ver este cuerpo como Matriz Inmaterial que integra las
fuerzas del misterio último en este intento de ayudar al individuo en la
aventura de ser humano. La matriz como ese cuerpo semejante al nuestro
pero de connotaciones fantásticas, de dimensiones enormes, en el que po-
demos guarecernos, nutrirnos al contactar con tejidos ancestrales, miste-
riosos, que conectan hacia un estadio de trascendencia. Con la mirada
introvertida hacia la intimidad del ser, se pueden tejer las tramas intersticiales
9
Maharabarata. Traducción Margarita Ovalle, 2000
286
de la regeneración en cuerpo y espíritu. Y desde este tremendo espacio
interior, de acogida, de peregrinaje, se puede salir otra vez al espacio exte-
rior ya en estado de transformación. La transformación que ha incorporado
el misterio último y que está dispuesta a sumarse a la vida ordinaria como
un espacio de nacientes posibilidades que se dan, como siempre, así, en el
marco de la propia cultura y visión de mundo.
Se puede del decir que los rituales son las expresiones concretas de
los mitos, el mito viene a ser la narración y el ritual su expresión física.
10
J. Campbell, Los Mitos
287
de sí mismos a fin de que su conducta ya no sea la propia, sino la de la
especie, la sociedad, casta o profesión.”11
11
J.Campbell, Los Mitos
12
Leyendas Clásicas Chilenas, Margarita Ovalle 2001
288
El héroe
El Héroe nos permite identificarnos con el mito y de alguna manera
sentirnos interpretados a través suyo. Por esto se dice que él es el mito
vivo. El héroe al compartir con todos nosotros la condición de humano o
de semi-humano, nos impresiona por su coraje y lealtad a su misión y nos
invita a tener presente su modelo.
Elal, certero y victorioso, fue depositando a sus pies una a una las
desafiantes respuestas: dos huevos de avestruz, un cuero de cogote de
guanaco, y piedras raspadoras de cuero, entre tantas otras.
13
Leyendas Clásicas Chilenas, Margarita Ovalle 2001
289
Pero Sol y Luna reclamaron a su lucero con argucias y prepotencia,
y no dejaron a los amantes en paz.
14
Joseph Campbell, El Poder del Mito
290
mos reconocer al interior de estas narraciones su metáfora, que trata los
temas humanos o arquetipos. Éstos temas humanos están dentro del mate-
rial inconsciente de todo hombre/mujer.
15
Inconsciente que contiene mucho más que olvidos y represiones personales, por el contra-
rio ahí se encuentran remanentes arcaicos los cuales traspasan culturas y milenios
16
Jung en J.Campbell, Los Mitos
291
una u otra forma una trascendencia acorde a un avanzar hacia una mitolo-
gía que impulse la cohesión, un sentido de unión, de común-unión entre
multiversidades. Por estos días necesitamos visiones más amplias y com-
prensivas que integren nuestra constante parcialización y especialización.
Se hace evidente la necesidad del contacto con experiencias significativas
y trascendentes, que contrapesen nuestra cotidianidad muchas veces aleja-
da de la esencia humana original. Necesitamos re-contactar con los inicios,
la génesis de nuestros movimientos, reconocer y favorecer el flujo de nuestro
multiverso y así liberar abundancia en nuestro humano transitar.
292
Bibliografía :
Campbell Joseph,1969, Las Máscaras de Dios :Mitología Creativa,
Edit.Alianza.
293
294
Ciencias Teológicas
y concepto de paradigma*
*
Este artículo fue publicado en: http://www.mercaba.org/FICHAS/Teologia_latina/
teologia_y_paradigma.htm
**
Nacido en Monevideo en 1941 y muerto en 2001, graduado en Filosofía y Teología y
Sociología, fue ordenado sacerdote jesuita en 1970. Fundador de SERPAJ en Uruguay, reco-
nocido defensor de los derechos humanos bajo la dictadura que vivió su país. Inició su ac-
ción evangélica con los más desamparados, en el Bajo del Puerto de Montevideo y hasta su
muerte trabajó con los niños abandonados.
295
Si a esta realidad histórica se ha llegado por omisión ante las injusticias
y los egoísmos, por cierta ceguera, por falta de conciencia, por falta de sensibi-
lidad y de claridad sobre los procesos que la provocaron, ahora tenemos la
posibilidad de comprender sus causas, de entender mejor los mecanismos de
este presente indeseable para cambiarlo. Y es en el corazón de ese esfuerzo por
una mayor comprensión que nos topamos con la noción de Paradigma. La
realidad que queremos transformar no es fácil de percibir en toda su dimen-
sión. “Es como el agua que el pez no puede ver porque jamás ha
estado fuera de ella; no sabe que vive en ella. Nosotros, como el pez,
vivimos inmersos en “la realidad” que damos por supuesta, sin te-
ner clara conciencia de que no se trata estrictamente de “la reali-
dad” sino de un conjunto de ideas, supuestos, esquemas y modelos
que tomamos por reales, no siendo más que un “Paradigma”1 .
1
Dockendorf, Cecilia, “Notas sobre la noción de paradigma”, en La fuerza del Arco Iris,
Jorge Osorio y Luis Weinstein Editores, (Institute of Social Studies de la Haya (ISS) y Con-
sejo de Educación de Adultos de América Latina (CEAAL), Santiago de Chile, 1988, p. 40.
2
Ferguson, Marilyn (1980), La conspiración de Acuario, Ed. Kairós, Barcelona, p.30.
3
Dockendof, Cecilia, op. cit. p. 40.
296
La afirmación de que la mayoría de los problemas no pueden resol-
verse al nivel en que vienen planteados, refiere a un mecanismo típico que
todos usamos cuando abordamos la realidad: lo primero a que atinamos
-por facilidad o simplificación- es a fraccionarla ignorando en la captación
su interrelación con los diversos ámbitos en que esa realidad se nos presen-
ta. Un problema de orden económico, por ej., no puede ser solucionado
estrictamente en el campo de la economía, porque todo problema econó-
mico es a la vez también un problema social, político, antropológico, psi-
cológico y teológico. Lo mismo podemos afirmar de un problema teológi-
co. Nunca podrá ser solucionado en el marco estricto de la teología, habrá
que apelar a las otras ciencias que aborden la complejidad e interrelación
que tiene ese “problema teológico”. Habrá que enfrentar una nueva episte-
mología (en el sentido de los fundamentos y métodos del conocimiento
científico)4 no sólo en el orden teológico, sino también en el de las otras
ciencias que vengan en ayuda para el conocimiento de esa realidad que
queremos entender. Aquí la hermenéutica como técnica interpretativa, o de
lectura interpretativa, se vuelve una herramienta privilegiada, así como tam-
bién, y quizás más, la mayéutica, con su función liberadora en cuanto que no
consiste tanto en la transmisión de una determinada teología, de una determi-
nada tradición o de unos determinados conocimientos teológicos, o en el mero
sentido usual de sacar a luz “educativamente” un concepto, sino en algo mu-
cho más cercano a la expresión original griega maieuomai: ayudar en el parto,
desatar. Pues de lo que se trata es de “desatar” la verdad que está encadenada
en la injusticia, se trata de acompañar teológicamente la difícil vida de los
pueblos empobrecidos hacia la nueva realidad del Reino.
4
Asumo a este respecto que “la epistemología es el conjunto de reflexiones, análisis y estu-
dios acerca de los problemas suscitados por los conceptos, métodos, teorías y desarrollo de
las ciencias. Puede surgir internamente del seno de la ciencia misma, exigida por crisis que
amenacen o pongan en duda los fundamentos o los marcos conceptuales de ésta. O puede
provenir del campo de la filosofía, como parte de una crítica o concepción más general
acerca del conocimiento o la realidad. En cualquier caso, es siempre una toma de concien-
cia acerca del proceso de crear o justificar conocimiento, (subrayado mío) sin la cual éste
puede transcurrir durante ciertos períodos. Sus métodos no comprenden la verificación o pues-
ta a prueba empírica; pero sus construcciones deben contrastarse una y otra vez con las realiza-
ciones efectivas de las comunidades científicas a lo largo de la historia. Así ocupa su lugar en la
espiral continua en que la creación de conocimiento toma contacto con la realidad y se repliega
sobre sí misma para evaluar sus resultados”. María del Rosario Lores Arnaiz (1986), Hacia una
Epistemología de las Ciencias Humanas. Ed. De Belgrano, Buenos Aires, p. 135.
297
tiesen en la realidad (este mecanismo es otro rasgo de nuestro actual para-
digma, afirma Cecilia Dockendorf). Pasar a una visión menos fragmenta-
da, a una más integral y más holística implicaría ya intuir un nuevo paradigma.
5
Diccionario de la Lengua Española, Real Academia Española, XXI Edición, Madrid, 1992.
6
Flor Serrano G. y Alonso Schökel L. (1979), Diccionario terminológico de la ciencia bíbli-
ca, Madrid 1979, 56, 67. Para algunos técnicos esta definición les parece insuficiente. Mer-
cedes Navarro, por ej., dice que por ello se ha permitido añadir rasgos típicos de un paradig-
298
Pero si fuera de la lingüística es posible hoy asociar un nombre y un
libro al concepto de Paradigma ése es el de Thomas Kuhn (1925-1998) y
su obra La Estructura de las Revoluciones científicas, publicado en 1962.
Ciertamente este filósofo estadounidense de la ciencia marca un antes y un
después en la reflexión sobre la evolución de las ciencias y ello a partir de su
aplicación del concepto de Paradigma. Sus intuiciones en el campo de la filo-
sofía de las ciencias son las que nos pueden ayudar a nuestro propósito, más
que las emergentes de la relación entre la lingüística y los paradigmas.
Historias de este tipo pueden tener tres finales posibles -dice Kuhn-.
Un final es que el paradigma reinante logre asumir la anomalía en sí mis-
mo y la crisis desaparece. Otro final posible es que se deje de lado la
anomalía momentáneamente, en la presunción de que se debe a una falta
de elementos tecnológicos adecuados para resolverla. Cuando avance la
técnica esa anomalía se superaría. Y el tercer final posible es cuando el
nuevo paradigma sustituye al viejo: El fracaso para resolver problemas
7
Sarasola, Marcos y Souto, Antonio (1999), Thomas Kuhn (1925-1998) La nueva comuni-
dad científica, Educación y Derechos Humanos, Montevideo 37 (Julio 1999) 16.
299
desencadena una crisis que produce angustia y desconcierto en la comuni-
dad científica. Kuhn narra lo que le pasó al físico Wolfgang Pauli quien
escribiera a un amigo: “por el momento, la física se encuentra otra vez
terriblemente confusa. De cualquier modo, es demasiado difícil para
mí y desearía haber sido actor de cine o algo parecido y no haber oído
hablar nunca de la física”. Meses más tarde escribe el mismo Pauli: “El
tipo de mecánica de Heisemberg me ha devuelto la esperanza y la ale-
gría de vivir. Indudablemente, no proporciona la solución al proble-
ma, pero creo que nuevamente es posible seguir adelante”8 . El tercer
final posible es cuando los científicos empiezan a preguntarse por los su-
puestos que guían el desarrollo normal de la ciencia porque notan que se
empiezan a acumular problemas que no se resuelven bajo el paradigma
que está vigente. Es el momento de la crisis, en que la seguridad y la con-
fianza que tenían en el paradigma vigente comienzan a resquebrajarse. Para
Kuhn es el momento de una verdadera revolución científica. En general se
asociará esos períodos históricos de crisis o revoluciones el nombre de
científicos como Copérnico, Newton, Lavoisier, Darwin, Einstein.
8
Kuhn, Thomas S. en La estructura de... Op. cit. p. 138.
9
Kuhn una vez confesó que de volver a escribir La Estructura de las Revoluciones Científi-
cas, se hubiera centrado más en el concepto de “comunidad científica”.
300
los elementos centrales para poder entender la realidad del mundo (de no
atender a las ciencias peligramos en reeditar en la Iglesia dramas como el
de Galileo). Debemos admitir que no podemos entender las características
de la realidad actual sin acercarnos a ella al modo del pensamiento cientí-
fico del paradigma actual.
10
Sociólogo chileno, co-autor de El desarrollo a escala humana junto a Manfred Max-Neef
y Martín Hopenhayn. Aquí usamos como guía “Hacia una epistemología integradora:
paradigmas y metáforas”, en El Corazón del Arco Iris, op.cit. pp. 114 y ss.
301
mente: “las partículas materiales aisladas son abstracciones; sus pro-
piedades sólo se pueden definir y observar a través de su interacción
con otros sistemas”.
b) El principio de no separatividad
11
Ed. Cuatro Vientos, Santiago, 1989, pp. 17-20.
302
pos como objetos independientes y autosuficientes, cuando mucho
interactuando con el ambiente a través de los alimentos y del aire. De la
misma forma nos es difícil percibir cómo los objetos que vemos alrededor
son construidos en su apariencia por los estímulos sensoriales que nuestro
cuerpo recibe a partir de la incidencia, sobre estos objetos, de luz visible,
por ejemplo. Nuestra mente los ve como objetos con características defini-
das, independientes de cualquier relación externa... La razón de esta ce-
guera es que esta forma de relación se da por medio de un mecanismo
físico que queda oculto a la visión y al lenguaje convencionales.
12
Aveline, Alfredo, “La Visión Budista de la Cuestión Cognitiva” en Bodisatva, Revista de
Pensamiento Budista, nº2, Otoño 1991, Porto Alegre, RS, Brasil, págs. 46-59.
*
Nota del Editor: Francisco Varela falleció el año 2001. Su fructífera obra abarca unas dos-
cientas publicaciones científicas y quince libros, donde se destacan: De máquinas y seres
vivos (Editorial Universitaria, 1973) y El árbol del conocimiento (OEA, 1984) ambos en
coautoría con Humberto Maturana (Ed. Universitaria); Conocer: Una cartografía de las
ciencias cognitivas (Gedisa, 1990); De cuerpo presente. Las ciencias cognitivas y la expe-
riencia humana, en colaboración con E. Thompson y E. Rosch (MIT Press, 1991 y Ed.
Gedisa, 1992); Ética y acción (Dolmen Ediciones, 1995), y Un puente para dos miradas.
Conversaciones con el Dalai Lama sobre las ciencias de la mente, en coautoría con Jeremy
W. Hayward (Dolmen Ediciones, 1997) y El fenómeno de la vida (Dolmen Ediciones, 2000).
303
cerebro como único controlador y comando de toda la actividad cognitiva.
Con la nueva metáfora de un “segundo” cerebro del cuerpo, Varela cuestiona
radicalmente las concepciones dominantes hasta el presente -de jerarquías na-
turales necesarias- e introduce una visión de un cerebro y de procesos cognitivos
donde el saber o conocimiento, la información, la identidad, la creatividad, no
se encuentran sólo centralizados sino que también diseminados entre todas las
células del cuerpo. No convergen y procesan en un solo punto sino que se
distribuyen a lo largo de todo el territorio corporal. Ello da pie -dice Antonio
Elizalde- a una concepción mucho más democrática e igualitaria de los proce-
sos de la vida y de la realidad, sea ella individual o colectiva.
304
vez de soldados vigilantes. De tal forma que se ha producido un cambio
perceptivo desde un “sistema inmunológico” a una “red inmunológica”.
305
tenemos espacio para desarrollarla aquí, pero la conclusión es que nuestro
planeta aparece como un prodigio de autorregulación, de homeostasis. Los
diferentes organismos que lo componen colaboran en el mantenimiento
del equilibrio global, al igual que nuestros diversos órganos y células con-
tribuyen a mantener nuestras constantes vitales. “Gaia es en realidad una
nueva teoría de la evolución, que amplía la gran intuición de Darwin ha-
ciendo converger en un único propósito la evolución de las especies y la
evolución de su entorno material. Ahora es fácil ver por qué la ciencia
académica moderna rechaza a Gaia: porque es algo que nunca podría haber
surgido en los edificios separados y aislados de una universidad, donde los
biólogos, los geólogos y los climatólogos son como tribus rivales... Ade-
más de superar la fragmentación de las ciencias contemporáneas, Gaia pro-
pone que lo que guía la evolución es la cooperación, y no esa versión del
capitalismo salvaje que sería la selección natural”14 .
13
Gaia, una nueva visión de la vida sobre la tierra. Ediciones Orbis S.A., Madrid, 1985
14
Pigem, Jordi (1991), “Gaia, el planeta (in)consciente” en Nuevas Conciencias: plenitud
personal y equilibrio plaetario para el siglo XXI, Integral, Barcelona, 1991, p.94.
306
cen del todo, se sustituyen parcialmente y por eso conviven diversos
paradigmas sin molestarse demasiado. “Kuhn establecía que cuando en las
ciencias un paradigma cambiaba todo volvía a cero. Quien estaba mejor
posicionado en el paradigma anterior, al cambiarse, muy probablemente
quedaba atrapado en su visión de la realidad; de su posición de líder podía
quedar a la retaguardia de los cambios”15 . En teología conocemos estos
dramas y especialmente en las aulas de las Facultades de Teología, donde
los cambios no ocurren con tal celeridad, el curriculum responde a ciertas
rigideces y está desfasado con respecto al paradigma vigente.
Vimos que la influencia del paradigma que nos envuelve llega hasta
determinar nuestra percepción de la realidad. “No existe una percepción
15
Sarasola, Marcos y Souto, Antonio, Ibid. p. 17.
16
Kuhn, Thomas S. (1971), La estructura de las revoluciones científicas, Breviarios del
Fondo de Cultura Económica, México, p. 53
17
Tart, Charles T. (1979), Sicologías transpersonales, Ed. Paidós, Barcelona, págs. 63-64.
307
neutra, “objetiva”, “verdadera” de los fenómenos, sino colada,
enmarcada, teñida por el paradigma que nos envuelve. El paradigma
no sólo define cómo percibimos sino que además nos delimita lo que
percibimos y lo que no percibimos. Actúa como un par de anteojeras
diciéndonos hacia dónde mirar, definiendo áreas de la realidad como
relevantes y descalificando otras o simplemente ignorándolas. En pa-
labras de E. Fritz Schumacher,18 la mente humana, en general, no se
limita a pensar: piensa con ideas que, en su mayoría, simplemente adop-
ta o se apropia de la sociedad que le rodea. No existe nada más difícil
que volverse críticamente consciente de las presuposiciones de nues-
tros puntos de vista. Todo puede verse directamente, menos el ojo me-
diante el que vemos”19 . Kuhn llega a afirmar que el paradigma es como
un requisito previo para la percepción misma. Lo que ve una persona de-
pende tanto de lo que mira como de lo que su experiencia visual y concep-
tual previa lo ha preparado a ver.
18
Guía para los perplejos, Ed. Debate, Madrid, 1981, p. 70.
19
Dockendorf, Cecilia, Op. cit. p. 43.
308
naturaleza expuesta a nuestro método de investigación” -nos recuerda
Heisemberg20 . La naturaleza siempre se da a conocer a nuestros sentidos
bajo un cierto ángulo específico, bajo una cierta forma. Es por eso mismo
que los conceptos existen. Lo real es forzosamente tendencioso. Por eso es
que los científicos están acostumbrados a aceptar que dos descripciones
divergentes de un mismo fenómeno objetivo pueden cohabitar, sin amena-
zar todo el edificio científico.
20
Citado por Jacques Erard, en “De particule en particule, Gatti réveille la poésie” en Le
Courrier (Ginebra), 12 de junio de 1999, p. 15.
21
Berman, Morris (1987), El reencantamiento del mundo, Ed. Cuatro vientos, Santiago de
Chile, págs. 21-22.
309
Un cambio de paradigma implica un profundo cambio de la menta-
lidad epocal, de los conceptos y los valores que forman una visión particu-
lar de la realidad en una época determinada. La literatura que hoy existe
sobre los nuevos paradigmas plantea con diversos énfasis la presencia de
una enorme crisis de las fuentes mismas de nuestra vida individual, social,
económica, espiritual, cultural y moral22 . En esta era posmoderna, de
globalización, post guerra fría, con un mundo político, militar y económi-
co casi unipolar, la evidencia son unas incertidumbres culturales y espiri-
tuales, junto a una parálisis ideológica y una crisis de imaginación y de
participación democrática. Pareciera ser que se viene generando un sistema
que destruye los medios propios de la creatividad, provocando una suerte de
crisis de la inmunidad espiritual humana23 . Diría que estamos ante una de esas
típicas crisis que anuncian un cambio de paradigma que se expresa como cam-
bio de época o de era. Lo característico de este cambio respecto de los anterio-
res es su velocidad. La velocidad de cambio de nuestra época es mucho más
rápida que las anteriores, en virtud de los “soportes” que la generan. El drama
se está dando, a nivel social, entre el mundo rápido que está naciendo, y el
mundo lento, generalmente abarcante de las regiones más pobres del planeta.
Esto va de la mano con el final de la era del combustible orgánico, la decaden-
cia del patriarcado y los cambios en las formas de conocimiento y de concien-
cia. Algunos llegan a hablar de transición de una “era energética a una era
informacional”24 . Esta transición decisiva e irreversible que conlleva la natu-
raleza relacional de la información, tanto en la física como en la biología, en la
economía y en la sociedad toda, fue abordada por pensadores como Edgar
Morin25 y Gregory Bateson26 advirtiendo sobre dos impactos de esa trans-
22
Para entrar en el debate en torno a los nuevos paradigmas ver: Capra, F. (1988), Uncommon
Wisdom, 1988 (versión castellana: Sabiduría Insólita, 1990; y portuguesa: Sabiduría Icomun,
Cultrix, Sao Paulo, 1988). Ver también Wilber, Ken. (1991), Los tres ojos del conocimiento.
La búsqueda de un Nuevo Paradigma, Kairós, Barcelona.
23
Ver a este respecto la interpretación que hace Mardones, José María (1988) en
Postmodernidad y Cristianismo. El Desafío del Fragmento, Sal Terrae, Bilbao.
24
Por ej. Robin, Jacques (1988), Changer D’ére, Seuil, París.
25
Morin, Edgar (1977), La Méthode, t.I. La Nature de la Nature, Seuil, París. (Trad. Cast.:
El Método. Naturaleza de la Naturaleza, Madrid, 1986). También Ciencia con Conciencia,
Anthropos, Barcelona, 1984.
26
Bateson, Gregory (1967), Steps to an Ecology of Mind, Ballantine, New York. (Trad. Cast.:
Pasos hacia una Ecología de la Mente, Carlos Lohlé, Buenos Aires, 1976); Mind and Nature
(1979), Duton, New York. (Trad. Cast.: Espíritu y Naturaleza, Amorrortu, Buenos Aires, 1982).
310
formación: en el concepto mismo de productividad debido a la irrup-
ción de las nuevas tecnologías de la información y en el proceso econó-
mico, cuando los factores inmateriales llegan a ser más importantes que
los materiales, poniendo de relieve la urgencia y necesidad estratégica
de nuevas inversiones en el campo de la investigación científica y de la
formación de las personas27 .
27
En nuestra región latinoamericana esta preocupación aparecen en CEPAL-UNESCO (1992),
Educación y Conocimiento: Eje de la Transformación Productiva con Equidad, Santiago de
Chile. Ver también Coraggio, José Luis (1993), Economía y Educación en América Latina:
Notas para una Agenda de los 90, Papeles del CEAAL Nº 4, Santiago de Chile.
28
Osorio, Jorge, en la Presentación de El Corazón del Arco Iris, op.cit. p. 10, refiriéndose
una ponencia de Flores, Fernando, en el Seminario Futuro, Santiago de Chile, Tres Estilos de
Vida: Lo Emprendedor, lo Democrático y lo Solidario, (5 Octubre 1993).
29
Mardones, José María (1990), “El Neo-Conservadurismo de los Postmodernos” en Vattimo,
Gianni, En torno a la Postmodernidad, Antropos, Barcelona, p. 22.
311
multidimensional30 . La convicción es que la complejidad anulará la into-
lerancia y toda afirmación perentoria. No es por casualidad que Jorge Luis
Borges dijera que “No hay en la Tierra una sola página, una sola palabra,
que sea sencilla, ya que todas postulan el universo, cuyo más notorio atri-
buto es la complejidad”. Sabía que los conceptos nos permiten pensar, pero
que también son capaces de impedírnoslo cuando lo conceptualizable ter-
mina siendo muchas veces lo único pensable.
30
El Paradigma de la Complejidad es tratado en: Varela, Francisco y Maturana, Humberto
(1980), Autopoiesis and Cognition, D. Reidel, Boston. También existe una metáfora del
paradigma de la complejidad aplicada a la política en: Morin, Edgar (1993), El Fútbol y la
Complejidad, Letra Internacional Nº 29, Madrid, Julio 1993, págs.12 y ss.
312
El Universo en el corazón
Pensamiento complejo en la sociedad actual
Devaneos introductorios
1
José Maza ha descubierto más de 120 supernovas y ha encontrado más de 150 galaxias, por
lo que algunos lo llaman el Cristóbal Colón del Universo. Es Premio Nacional de Ciencias
(1999). Doctor en Astrofísica, docente e investigador de la Universidad de Chile.
313
Tiempos renovados que apaciguan los fervores y disipan los arre-
batos que fueron parte de la expresión de varias generaciones que nos
precedieron…, ésta es justamente una de las críticas que reciben los teóri-
cos de la posmodernidad, como si no sólo el tiempo que vivimos, sino
también la manera de describirlo teóricamente, tuvieran en sí un efecto
desmovilizador.
314
mente los condicionamientos y licencias de su propia complejidad-, “cual-
quier muerte de un ser vivo comprende todas las muertes del mundo”, y
“un día cualquiera de los que vivimos es capaz de recrear todos los días de
la humanidad”. Así, por el holograma de las manifestaciones de la vida, el
-principio hologramático- el Todo está en la Parte y la Parte está en el
Todo. Al mismo tiempo, gracias a otro principio del Pensamiento Comple-
jo -el principio recursivo-, los eventos más mínimos o imperceptibles para
nuestra conciencia, representan conexiones que resultan invisibles e insos-
pechadas para nuestra mente educada en las fronteras del mecanicismo
epistemológico. Por la recursividad, mientras hay movimiento hay
ciclicidad, pero también hay transformación. Reconocer lo recursivo a ni-
vel representacional implica tener que reconocer el derrumbe de la
causalidad lineal, pues los efectos de las causas vuelven a ser las causas
que abren un nuevo ciclo.
315
de dualidades que se contraponen en vez de complementarse. Al orden se
le opone el desorden, a la identidad la alteridad, a lo objetivo lo subjetivo;
a lo simple lo complejo, a lo verdadero lo falso, a lo científico el sentido
común y así sucesivamente. De tal suerte que se fueron construyendo pla-
nos de realidad a fuerza de exclusiones mutua, un aspecto epistemológico
que ha estado a la base de los conservadurismos cognitivos, una trinchera
útil para que los hábitos científicos pudieran subsistir espacio-temporal-
mente dentro de esta lógica de resguardo que construyeron y que les per-
mitía legitimarse. Este es el trasfondo en el que cobran vida las oportunida-
des que brinda al principio dialógico, permitiendo mantener la distinción
de la dualidad pero en el seno de la unidad –como se ve el mismo concepto
es complejo porque es dialéctico y paradojal.
Complejidad y postmodernidad:
redefiniciones para un desarrollo ‘integral’
Diversos autores concuerdan en que el período de la Modernidad
comenzó a finalizar a fines del ’50 del siglo XX. Hay ciertos acuerdos
316
sobre los rasgos principales de ese período, caracterizado por:
317
anomia que se traducen en un factor que alienta a las personas a replegarse
y resistirse al cambio, o a abrirse a nuevos aprendizajes, incluso como
una necesidad que en su satisfacción de re-establecer los equilibrios perdi-
dos. Aprendizajes que se alcanzan mediante el ejercicio de procesos re-
flexivos y con la toma de contacto con las premisas del Pensamiento Com-
plejo. Se parte de un proceso de análisis crítico de lo educado y de su
confrontación con los valores y tendencias posmodernas contemporáneas.
De este ejercicio, -a juzgar por la experiencia con grupo de jóvenes que se
inician en el Pensamiento Complejo- destacan la presencia de sentimien-
tos liberadores, que neutralizan el miedo ante lo desconocido a descubrir
en la autoobservación.
• asumir la incertidumbre
• asimilar la contradicción
• asumir la condición de ‘sujeto activo’, responsable de su acción,
de sus opciones, definiciones y existencia
• revisión crítica de los propios dogmas filosóficos, políticos y reli-
giosos
• practicar el ejercicio de la duda de nuestras certezas
• asumir la bondad de las teorías abiertas, transitorias
• entender que, como todo ser vivo, estamos en permanente movi-
miento, y lo que se vive es ‘situacional’
• asumir la capacidad de auto-regenerarnos, de que somos máqui-
nas ‘vivas’
• practicar la autoobservación
• asumir la condición de ‘sujetado’ a una ideología, a una familia, a
una clase social, a un sector profesional, a una nación, a una historia con un
pasado común, a una generación, a un territorio, etc.
• hacer conciencia sobre las consecuencias del Funcionalismo en
mi Autoconcepto
• reconocer la consecuencia de estar ‘sujetados’ a representaciones
falsas aunque compartidas, a clichés, estereotipos, prejuicios, mitos
• entender que nuestras sujeciones son transitorias y corregibles en
318
la medida de nuestro ejercicio para transformar las condiciones de la pro-
pia existencia
• su Autoconcepto
• como ‘sujeto activo’
• en su biografía
• en las expectativas sobre la existencia
• en la aceptación del Otro (diferente)
• la receptividad y defensa de los derechos de los seres vivos (espe-
cies botánicas, animales, bosques)
• la capacidad de integrar contenidos contradictorios sin desorganizarse
• la crítica y rechazo de las consecuencias negativas de participar de
un modelo de poder de corte ‘funcionalista’
• la asunción de un modelo de poder más hetárquico, que es capaz
de implementar en su día a día con sus congéneres
• la autoobservación de su condición de sujeto ‘sujetado’ por el mo-
delo económico en tanto ‘consumidor’
• la disposición responsable como ciudadano, en el ejercicio de su
rol profesional en pos del cambio paradigmático
• la búsqueda de consistencia y de integración de sus aspectos frag-
mentados, escindidos
2
Ver Pozzoli, María Teresa. “El trato amable del Sujeto Complejo”. Etica y Educación en la
globalización para una conciencia planetaria. Hermenéutica Intercultural, Revista de Filo-
sofía, Universidad Católica Cardenal Silva Henríquez. Santiago: Ediciones UCSH. Nº 15,
2006.
319
Psico-epistemología del nuevo milenio:
la fractura de la sociedad disciplinaria
Estas disposiciones actitudinales descritas son parte de las expre-
siones novedosas a nivel de la cultura y de los valores morales de la
Posmodernidad, su presencia implica una fractura de la sociedad disci-
plinaria3 (tan bien analizada por Michel Foucault) y una progresiva supe-
ración de los abusos de poder vividos en la sociedad tradicional y en la
modernidad. Estos cambios expresan los atisbos de la instauración de una
sociedad mas flexible.
• la disponibilidad información
• la transculturación
• la consideración de necesidades humanas más integrales,
• la expresión más espontánea, o menos represiva de las cuestiones
de la sexualidad
• la transformación de los modelos familiares
• la preocupación por la diversidad de los «factores humanos»
• el culto a lo natural, a la cordialidad y al sentido del humor (rasgos
que están presentes en lo que he descrito como “trato amable del sujeto
complejo’)
3
Es útil recordar que Foucault sitúa a la Europa de finales del siglo XVIII y principios del
XIX como el momento. La característica fundacional de un la disciplina se convierte en la
forma más difundida de dominación de este tipo de sociedad. El nacimiento de la disciplina,
del arte del cuerpo, forman un vínculo en un mismo mecanismo, lo hace más obediente más
útil.. La disciplina fabrica así cuerpos sometidos y ejercitados, cuerpos «dóciles». La disci-
plina aumenta las fuerzas del cuerpo (en términos de utilidad) y disminuye esas fuerzas (en
términos políticos de obediencia).Implicaba la reducción de la fuerza del cuerpo en tanto
fuerza política y maximizarla como fuerza económica. Para revisar los aportes de Foucault,
pueden revisarse: Foucault M. (1978) La verdad y las formas jurídicas. Editorial Gedisa, Río
de Janeiro. Pag.97; 98; 99; 117; 169. ——————. (1998) Vigilar y Castigar. Nacimiento
de la prisión. Editorial Siglo veintiuno editores, México D.F. Pag.32; 33; 93; 141; 142; 218.
Foucault M. (1992) La microfísica del poder. Editorial Ediciones de la Piqueta. Madrid Es-
paña. Pag.142
320
Chile, en el siglo XXI mantiene características de una sociedad de
corte ‘tradicional’, represiva, que ha normalizado la presencia de ciertos
problemas de la sexualidad (abuso sexual, boicots de la Iglesia a toda in-
cursión de programas educativos de la sexualidad, incesto, pedofilia, em-
barazo precoz, maltrato familiar). En este tipo de realidad local, se reduce
al mínimo la expresión de ‘sujetos activos’, tiende a ser predominante
en los sujetos un mínimo de elecciones privadas, predominan los com-
portamientos de austeridad, y el goce es mal-buscado a través de conduc-
tas del beber excesivo. No es inusual halar conductas de rechazo o de ex-
clusión de la diversidad, conductas discriminatorias, prácticas más o me-
nos veladas de xenofobia, desaliento de las conductas de autonomía.
321
ducción y silenciar su condición de ‘sujeto de derecho’ 4. Vigilancia de
los cuerpos, vigilancia de la expresión verbal, vigilancia para mante-
ner los comportamientos dentro de las formas aceptadas. Mentalidad
de certificación y niveles de desconfianza que los Informes del PNUD
han denominado de ‘desconfianza estática’, que se ha mantenido en
los rangos de 65-75 % a lo largo de casi una década en mediciones
longitudinales.
4
Es interesante pensar que este modo de socialización de la Modernidad plasmada como
sociedad disciplinar es la responsable de constituir la subjetividad (del ‘guerrero’) y una
forma de ejercer el control sobre ella. Como lo señala M. Foucault el control de las mentes
y las conciencias permitió el control sobre los cuerpos y las prácticas sociales de los suje-
tos.
322
De Foucault a los nuevos paradigmas (complejidad)
Desmantelar el aire, por ejemplo.
Desmantelar el pensamiento.
Pero ¿reemplazarlos con qué?
Hay que poner el aire en lugar del pensamiento.
Hay que poner el pensamiento en lugar del aire.
Juarroz, Roberto, Poesía Vertical
Ed. EMECÉ, Buenos Aires, 1993, Tomo II
323
de la sociedad tradicional y moderna, actuará anómico o desadaptado.
324
La irrealidad de la no linealidad
y la realidad inevitable de transversalidad
“La conciencia llega tarde…”
Hegel, Fenomenología del Espíritu.
325
Complejo propone recuperar la unidad perdida, y se convierte en ‘el’
instrumento epistemológico que permite reconstruirla. La Unidad es el flu-
jo común del universo del que todos los elementos son células en recípro-
cas relaciones interdependientes. Esta verdad, ha sido re-descubierta rela-
tivamente hace muy poco por la ciencia, y sus efectos no han sido
metabolizados por las ciencias humanas y sociales.
5
¡Ojo! que los sistemas caóticos se caracterizan por su adaptación al cambio y, en conse-
cuencia, por su estabilidad. De hecho, leía una frase en la una página WEB muy gráfica
para explicarlo: “…si tiramos una piedra a un río, su cauce no se ve afectado; no sucedería
lo mismo si el río fuera un sistema ordenado en el que cada partícula tuviera una trayecto-
ria fija; el orden se derrumbaría”.
326
naderías del arte, quedando relegadas a la evaluación de la subjetividad
del sujeto.
327
política, las FF.AA. y de Seguridad, la Iglesia y el mundo de los Medios
de Comunicación se hace ver la crisis de transformación valórica que
se halla en curso. Todas son observadas reflexivamente por la socie-
dad, y fiscalizadas con el objeto de asegurar su probidad. Esas institu-
ciones son criticadas desde un ansia de renovación, sufren las conse-
cuencias de la preocupación de una sociedad civil que está atenta a la
preservación de sus derechos. Arrastran las consecuencias de los abu-
sos de poder de los que fueron objeto las generaciones pasadas. En to-
das ellas se ha puesto en tela de juicio, el modelo de poder verticalista,
jerárquico, unidimensional que han alimentado las corrientes
funcionalistas. La incuestionabilidad del poder y todos los excesos que
fueron marcando a sucesivas generaciones, tiende poco a poco a ser
una cuestión del pasado.
328
cambiarán su modalidad o deberán desaparecer en la concepción en las
que las conocemos.
329
ciones enriquecedoras, dialogantes, superadoras de las posiciones intransi-
gentes, impositivas, fanáticas, sectarias, excluyentes, para ir acercándonos
a modelos más horizontales, hetárquicos, que tengan en cuenta el mo-
delo de ‘red’ como instancia de convergencia de sujetos ojalá educados en
un mayor nivel de autonomía, autocríticos, informados, críticos, reflexi-
vos, dialogantes, y respetuosos del medio ambiente y de los derechos de la
diversidad.
330
Tiempos del no-tiempo (ecológico)
En los tiempos en los que había tiempo verdadero,
no se había inventado el maleficio de la prisa.
Tiempo sin ser castigo,
yo alcancé a conocerlo”.
María Elena Walsh
331
hardware al software- ha ido de la mano del cúmulo de cambios culturales
en nuestra cotidianeidad y en nuestra subjetividad El poder de la tecnolo-
gía nos brinda la oportunidad del flujo dinámico, y de una existencia en
general menos sedentaria.
332
to de llevarse la mano al corazón. Y esto no es un gesto aislado, la publici-
dad ha complejizado el contenido de los mensajes, haciendo mayor uso
de elementos dicotómicos, y dirigiéndose a un sujeto desde la referencia a
sentimientos. Podríamos sugerir que la empresa del marketing ha captado
nuevas necesidades en el público con el que interlocuta, sus mensajes es-
tán dirigidos a un sujeto más reflexivo, que conoce mejor su mundo inte-
rior, y que es capaz de reconocer en su imaginario una mayor presencia de
necesidades afectivas, de algo más profundo: el afecto. En este sentido el
sujeto y las interacciones en las que se desenvuelve son más completas y
complejas pues además de racional es un sujeto afectivo.
Hay quienes afirman que transitamos por una época en la que he-
mos delegado parte de nuestra soberanía en el poder de la tecnología. La
sensación subjetiva dominante es que sin la parafernalia tecnológica…, no
somos nada. Si los aparatos dejan de funcionar nos sentimos desprovistos,
incompletos y asumimos tener mayores dificultades para mantener el flujo
comunicativo con el prójimo.
333
El cuerpo se convierte en un portador de tecnologías comunicativas,
en un territorio sin sonoridad de palabras. En vez de cuerdas vocales mis
dedos digitalizan las palabras en el teclado. Incluso el ‘cortar’ y ‘pegar’ de los
programas editores de palabras, me permite multiplicar 10-100-1000 infinitas
veces los saludos, los sentimientos, los deseos en múltiples destinatarios de un
mismo mensaje que multiplica las expresiones de discurso formal.
Tecnología en red
La abundancia de nuevos productos en soportes electrónicos como
el CD ROM, la explotación de bases de datos y la circulación en tiempo
334
real de la información y el conocimiento a través de las nuevas redes
comunicacionales, configuran un nuevo área de experiencias para el inter-
cambio en la comunicación internacional, capaz de revolucionar en esta
sociedad del conocimiento y la ciencia, el acceso mismo a la cultura y el
saber. Las redes han llegado así a todas partes….. sumergirse pues en el
laberinto de las redes y perderse por ellas para comprender otros mundos.
Lanzarse a la red, no sólo tecnológica, sino también vivencial, social y
comunicativamente.
Pensamiento complejo:
la transformacion proviene del corazón del sujeto
335
fabricados en el interior de una estrella, y que podríamos concluir sin equi-
vocarnos que aquella sentencia del poeta, no era tan solo metáfora e inspi-
ración, porque en realidad es efectivo que estamos hechos de polvo de
estrellas.
336
que obliga a permanentes re-construcciones, que deslegitima todas las cer-
tezas… no podría ser instaurado únicamente de forma institucional. Es
necesario, dada su naturaleza, que el Pensamiento Complejo sea construi-
do y re-construido desde la interacción entre los sujetos, y su presencia
se ha venido dando y ha venido impactando de un modo poco tradicional,
de abajo hacia arriba.
6
Extracto correspondiente a la Entrevista a Manual Castells, sociólogo y catedrático de
Berkeley realizada por por JORDI GOULA
337
cación la que tendrá un papel privilegiado en el cambio de paradigma.
Los docentes que lleven adelante el proceso deberán haber iniciado previa-
mente esa transformación, ya que no se puede enseñar aquello que no se ha
aprendido.
338
encierra la historia del cosmos. Poder visualizar este vínculo implica:
339
cosmológico del planeta. En el horizonte aparece una promesa: el conoci-
miento humano por acción de la imaginación, tiene grados de impertinen-
cia irreductibles que en ciertos momentos de la historia permiten ampliar
la percepción de lo real y crear nuevas instancias sociales e históricas (IIPC,
2006, pp.3 y 5).
340
341
342
La economía como motor de los cam-
bios, o una nueva estructura de la
acción transformadora
Luis Razeto M.
Pensaba el viejo Marx (el joven era más profundo y menos rígido)
que la economía es la estructura y la política una superestructura determi-
nada por aquella. Postulaba sin embargo que la transformación económica
y social debía ser actuada desde la política (la denominada “primacía de la
política”), conclusión contradictoria con la primera afirmación, pero con-
secuencia lógica de su convicción de que la economía se desenvuelve con-
forme a leyes naturales que son independientes de la voluntad de los hom-
bres, y que sólo podría cambiar por propia dinámica cuando el desarrollo
inevitable de las fuerzas productivas entrara en contradicción insoluble con
las dadas relaciones sociales de producción, determinando el paso a un
nuevo modo de producción. Pero si tal fuera el caso, sólo cabría esperar que
la contradicción se manifeste naturalmente, no habiendo modo de adelantar el
cambio de sistema (excepto postulando que la más potente acción revolucio-
naria fuera aquella que los propios capitalistas impulsan cotidianamente am-
pliando sus negocios y acumulando las fuerzas productivas).
343
cionar de quienes aspiran a cambios profundos en la sociedad, y en parti-
cular, a la superación del “sistema” capitalista.
344
política y en poner al Estado como el gran motor del cambio. De toda
aquella concepción ideológica y teórica me parecía al menos parcialmente
rescatable una idea importante: la fuerza de la economía, que condiciona
tan fuertemente la conformación de los grupos y clases sociales, las insti-
tuciones y actores políticos, e incluso las ideas y la cultura hegemónica,
que no puede posponerse el énfasis en la esfera económica cuando de rea-
lizar grandes transformaciones sociales se trata.
1
Sus títulos: 1. Empresas de Trabajadores y Economía de Mercado; 2. Las Donaciones y la
Economía de Solidaridad; 3. Crítica de la Economía, Mercado Democrático y Crecimiento;
4. Fundamentos de una Teoría Económica Comprensiva; 5. Desarrollo, Transformación y
Perfeccionamiento de la Economía en el Tiempo.
345
mico-social contemporánea y de transformación histórico-política. Ello
enmarcado en la búsqueda de una nueva estructura de la acción
transformadora, capaz de integrar un sistema coherente de actividades ten-
dientes a la democratización de la economía y del mercado, de la política y
del Estado, del conocimiento y de la ciencia.”2
2
Luis Razeto Migliaro, Economía de Solidaridad y Mercado Democrático, Libro Primero,
Pág. 9, Santiago, 1984.
346
lida el modo capitalista de organización de la economía, por otro lado el
tema del proyecto la confronta y diferencia respecto del marxismo y su
modo de concebir la transformación y la lucha contra el capitalismo, y a
aquellas ideologías que plantean una lucha anticapitalista por la vía de la
organización política revolucionaria como prerrequisito de una transfor-
mación del sistema capitalista para establecer otro modo producción, con
otro modo de organización de la economía.
347
concebir la sociedad a la que se aspira y que se quiere construir. El proyec-
to convencional consistía en pensar que un determinado tipo de sociedad
existente, definido como un “sistema” económico-social coherente y com-
pleto (que sería el sistema capitalista), el cual funcionaliza todas sus partes
y es coherente con un cierto modo de organización política, con una cierta
estructura del Estado, con una cierta cultura, unas ciertas ciencias, debía
ser sustituido globalmente por otro “sistema”, que tuviera una nueva y com-
pletamente distinta formulación de cómo debía organizarse y estructurarse
la economía, y al cual se asociaba una manera completamente distinta de
pensar y de organizar el poder político y el funcionamiento del Estado, y al
cual debían ligarse también nuevas ciencias, nuevas culturas, nuevas ma-
neras de pensar, de sentir, e incluso de comportarse. Era la idea de que
frente a un sistema imperante, había que destruirlo, derrumbarlo y reem-
plazarlo por otro sistema completo, también global y que también fuera
funcional en todas sus partes.
348
de otras racionalidades (y no digo “otra” sino “otras” racionalidades). Ya
en el modo mismo de formularse y de construirse está el decir “somos una
parte, somos una posibilidad distinta, somos una alternativa entre varias,
somos la propuesta de una racionalidad económica nueva o tal vez antigua
pero reformulada, repensada, reconocida teóricamente en su riqueza pro-
pia, que no pretende ser la única posible, que no pretende ser la expresión
de “la” racionalidad humana o social en general, sino una lógica o raciona-
lidad que en sí misma reconoce diversidad y pluralidad y, por lo tanto,
también hacia fuera, hacia lo que no es directamente economía solidaria,
es capaz de valorar y reconocer racionalidades distintas en lo
específicamente económico y también en otras dimensiones.
349
necesarios. Desde ese modo de pensarse la transformación se hacía de la
lucha por el poder y del esfuerzo por acumularlo y consolidarlo, la princi-
pal actividad cotidiana de quienes aspiraban a realizar la transformación y
de quienes aspiraban a concretar el nuevo proyecto. La transformación se
preparaba y actuaba en una lucha por el poder.
350
dictorio con el proyecto de la economía solidaria y es contradictorio, en
realidad, con cualquier proyecto de liberación humana efectiva, con cual-
quier proyecto de crear comunidad, de crear fraternidad. Aun cuando ese
construir poder se lo conciba con propósitos de cambiar la sociedad para
generar libertad, para generar igualdad. No se puede generar igualdad crean-
do desigualdad, creando estructuras de poder.
Entonces esa cuestión del poder que está tan fuertemente arraigada
en los movimientos sociales que luchan o aspiran a cambios sociales, des-
de esta óptica desaparece. Y no es un retroceso sino que, al contrario, es
comprender la naturaleza del poder. Implica comprender, también -en rela-
ción con aquella que señalamos como derrota histórica de los movimientos
que habían intentado cambiar la sociedad constituyendo un sistema sobre
la base de control del Estado y desde el Estado cambiar la sociedad-, que
justamente los grandes problemas que se generaron en aquellas sociedades
fue que se estructuraron estructuras verticales y vínculos de poder, en vez
de adecuadas formas de participación, por más que la ideología postulara
una realidad igualitaria; porque en los hechos se generaban burocracias,
poderes concentrados, lugares específicos donde las decisiones eran toma-
das por unos pocos y donde el resto de la gente debía sumarse y sólo parti-
cipar en términos de ejecución de lo planificado centralmente.
351
realizan sus integrantes, en su proceso cotidiano de toma de decisiones
buscando cumplir sus propósitos y proyectos asociativos.
352
sujeto de derechos y de acciones independientes, y debe desarrollar capa-
cidades de tomar sus decisiones en todo aquello que puede y que le compe-
te, para solamente traspasar al colectivo del cual participa, a su familia o a
su empresa de economía solidaria o a su organización social, aquellos as-
pectos que no puede resolver por sí solo, que transcienden su competencia
o que transcienden sus capacidades. Y el pequeño grupo se ha de conectar
con otros, vincularse a un nivel más amplio, por ejemplo a un barrio o a
una realidad local o comunal, para resolver esos problemas que competen
a ese colectivo más amplio, y asumiendo la solución de todos los proble-
mas que puedan ser resueltos al nivel de esa organización local, y sólo
aquello que competa decisiones más amplias, que no pueda ser resuelto a
nivel de esa localidad o de esa comunidad, debe ser transferido a un nivel
superior.
353
Hacerse cargo de la salud, hacerse cargo de la educación y del desa-
rrollo del conocimiento y de la difusión de la cultura, es responsabilidad de
las personas, de las familias, de las comunidades locales que tienen la tarea
de encontrar las formas más saludables de vida, de enfrentar los problemas
de salud que se generan allí, de desarrollar el conocimiento y de perfeccio-
nar el acceso a las informaciones y a las diferentes culturas y artes y ciencias.
354
capacidades, en potenciar esa organización para realizar de la mejor mane-
ra la economía solidaria, el proyecto específico, la experiencia que se pro-
pusieron desarrollar. Y cuando se articula una red o un circuito de econo-
mía solidaria integrando diferentes unidades y diferentes organizaciones
para potenciar y relacionarse solidariamente entre sí, y potenciar el volu-
men de sus operaciones y alcanzar mayor eficiencia, el proyecto a ese ni-
vel consiste en desplegar ese circuito, esa red, esa integración de experien-
cias distintas, para que se potencie esa economía solidaria, se haga mas
solidaria, se haga más amplia e integre a nuevos sujetos. Y así entonces,
hacia arriba, cuando a nivel de un país se va generando todo un sector de
economía solidaria, e incluso a nivel internacional cuando se va generando una
dinámica de integración, ella será el resultado de este proceso que parte desde
abajo hacia arriba y que se va articulando allí donde, en cada nivel, se van
afrontando específicos problemas y específicas dinámicas, y se van desple-
gando las lógicas de la economía solidaria en esos respectivos niveles.
Por eso me parece que más importante que generar instancias na-
cionales o internacionales de economía solidaria, es ir construyendo la eco-
nomía solidaria localmente, sin negar que ciertas instancias mayores y en-
cuentros amplios puedan ser útiles para ir potenciando el desarrollo del
movimiento, para irlo afirmándolo socialmente, para irlo validando ante
los mismos integrantes por el hecho de saber que también en otras partes
hay otras organizaciones similares. Esos encuentros, esas instancias de ar-
ticulación, no deben generar estructuras de poder que van a administrar el
movimiento, sino instancias articuladoras, redes horizontales. Así, después
del encuentro, congreso o reunión, cada grupo vuelve al lugar donde opera
potenciado en vez de debilitado, con más atribuciones que antes. No ha-
biendo delegado, no habiendo perdido parte de su ámbito decisional.
355
Contenidos específicos del proyecto
de la economía solidaria
Como elementos más específicos del proyecto de la economía soli-
daria se puede mencionar, en primer lugar, que el hecho mismo de pensar
la construcción y la transformación de la sociedad de esta manera es un
importante elemento particular del proyecto, porque con ello se sientan las
bases de un proceso participativo real, generando un gran potenciamiento
de las personas, de las comunidades, de los grupos, de los barrios, de las
organizaciones locales y de las regiones; y al final será también del Estado,
o de los Estados de la comunidad internacional, pero en esta dinámica as-
cendente.
356
empresa o de la unidad económica solidaria; b) el proyecto del sector de
economía solidaria; y c) el proyecto para el conjunto de la sociedad- la
teoría proporciona algunas orientaciones que pueden incluso ser bastante
precisas. Comencemos a nivel micro, a nivel de la unidad económica.
357
impone el banco o la entidad que le otorgue el crédito. Ese recurso finan-
ciero no es propio, por lo tanto no lo puede tratar como quisiera y como
corresponde al tratamiento del factor financiero propio. Porque no lo posee
tiene que remunerarlo como un factor dependiente, en cantidades fijas, que
serían cuotas de acuerdo a una cierta tasa de interés que le es impuesta o
que negocia con el sujeto que le aporta el crédito. Si esa empresa va pa-
gando el crédito, amortizándolo, poco a poco se hace autónoma en relación
con ese factor financiero. Es decir, si esa empresa logra generar por su
propia operación los recursos necesarios para invertir y para ampliar y para
cubrir todas sus necesidades financieras, ganó autonomía porque logró in-
tegrar este factor inicialmente externo, a la lógica del grupo solidario.
358
esos trabajadores a la economía solidaria, en que el colectivo de trabajo
pueda ser propio, ya no externo, esa empresa va a ganar autonomía.
359
cual su crecimiento va a estar marcado fundamentalmente por su capacidad de
integrar en el grupo solidario (factor C) a los sujetos aportadores de todos los
factores. Es decir, generar una comunidad de trabajo integrada.
En relación con este tema surge una cuestión que muchos se formu-
lan: ¿por qué pareciera que al comienzo los grupos parten muy solidarios y
después terminan muy capitalistas?, ¿por qué parten con mucha mística
que se va perdiendo en el camino, y se burocratizan? Se nace con una
intencionalidad de economía solidaria y se pierde con el crecimiento de la
empresa. La teoría de la economía solidaria no encuentra causas estructu-
rales para perder coherencia a través del proceso de crecimiento, pero sí
explicaciones de porqué en muchos casos, a medida que se crece, a menu-
do se va perdiendo la coherencia con el espíritu solidario.
360
Un sector de economía solidaria no consiste simplemente en que
existan aisladas muchas empresas de economía solidaria. El sector se cons-
tituye cuando esas empresas se entraman, se articulan, generan vínculos,
redes, y construyen concretamente circuitos económicos. No se trata, en
ese sentido, solamente de que se conozcan, sino que sus actividades y rela-
ciones económicas empiecen a operar con una lógica solidaria, que
interactúen en el ámbito económico y empiecen a operar entre ellas con
una lógica de economía de solidaridad.
361
factores y sigue necesitando operar con mayor eficiencia los factores que
posee. Y en ese sentido y en función de aquello, la vinculación con otras
empresas de economía solidaria que tienen las mismas necesidades de ac-
ceder a factores, las mismas necesidades de mejorar la operación de esos
factores, orienta a cada unidad económica a vincularse con otras entidades
de la economía solidaria.
362
respecto al factor financiero, a saber, que en determinadas coyunturas o
circunstancias exista trabajo excedentario en una empresa, porque hay
menos ventas y ello disminuye la actividad productiva, y entonces las ne-
cesidades de trabajo de la empresa son menores que las del personal con
que funciona, y esto les lleva a un cierto desequilibrio en su organización
de factores y les aumenta sus costos de producción y le hace perder efi-
ciencia. En otro momento, o en el mismo momento, puede existir otra
empresa que tiene oportunidades de negocios y que tiene que expandir su
actividad, que no puede pensar que esa ampliación será permanente, por lo
que no sería apropiado incorporar como nuevos socios a todos los trabaja-
dores que integra temporalmente. Entonces muchas empresas se pueden
ver llevadas a contratar trabajos asalariados por periodos transitorios, in-
terrumpiendo en ese aspecto la lógica de la economía solidaria.
363
desarrollo de la economía solidaria requiere que existan instancias de de-
sarrollo tecnológico, de acumulación de conocimientos, de investigación
científico-técnica, de formación técnica de los sujetos que integran al sec-
tor. En este sentido hay experiencias, y es perfectamente posible pensar
que mediante el aporte y la contribución de muchas empresas del sector, se
generen instancias de desarrollo tecnológico a nivel de formación profe-
sional, de universidades, etc., donde se generen tecnologías, es decir saberes
aplicables y utilizables en el sector, y personas que estén en condiciones de
operar con esos saberes, conforme a la lógica de economía solidaria. Es
una suerte de intermediación de conocimientos, una suerte de recipro-
cidad de saberes, porque cada empresa desarrolla experticia en distin-
tos temas, y entonces en esas instancias puede generarse una interacción
entre empresas, enriqueciéndose todas con esos conocimientos y esas
tecnologías.
364
cos, que desarrollen también una ritualidad, elementos culturales y artísti-
cos que les den identidad, y también que potencien un proyecto colectivo,
una voz, una capacidad de defender al conjunto del sector o de hacer pre-
sente sus propósitos ante el Estado, el mercado, el mundo cultural, el mun-
do científico, etc.
365
mercado y con el Estado), pero relacionarse conforme a la propia realidad,
o sea, con la propia lógica, sin experimentar una sujeción a las lógicas que
les quieran imponer desde fuera.
Pero hay algo más que podemos en este sentido destacar, recurrien-
do a Antonio Gramsci, que hace una reflexión muy interesante sobre la
autonomía. Dice que “un movimiento social o una persona alcanza auto-
nomía solamente cuando accede a un punto de vista superior, a un vértice
inaccesible al campo adversario”, lo cual significa que para ser autónomo
hay que estar en condiciones de comprender las otras racionalidades, pero
habiendo alcanzado un punto de vista superior. Porque si uno tiene un ni-
vel cultural inferior, un nivel de conocimiento inferior, quien posee una
visión más amplia, quien posee una visión más profunda estará en condi-
ciones de subordinarlo permanentemente, de “cooptarlo”. Para acceder a
un punto de vista superior hay que haber desarrollado la propia racionali-
dad al máximo nivel científico posible.
366
ciencia, y afirmar que es indispensable asumir el mercado como el campo
donde deben descubrirse y aprovecharse las oportunidades. ¿Por qué?
Porque tiene un concepto de economía superior que le permite modificar el
concepto de empresa, que le permite concebir lo que es la utilidad de otra
manera que como la entiende el capitalismo, y concebir que la eficiencia se
alcanza a través de formas organizativas completamente diversas, y se puede
aprender del adversario, porque se llegó a un punto de vista superior, inac-
cesible. El que está en un punto de vista superior, más amplio, ya es autó-
nomo, no puede experimentar dependencia, no hay temor de perder identi-
dad, se accedió a una visión comprensiva, a una visión amplia. Yo puedo
expresar con toda libertad que el proyecto de la economía solidaria no es
un proyecto estatista y que es un proyecto que acoge el principio de
subsidiariedad, y decir que eso no significa asumir una lógica neoliberal
sino de genuina economía solidaria.
367
Dice Gramsci que cuando se está en el antagonismo, todavía se está
en una fase primitiva, porque se está experimentando la dependencia del
adversario, porque uno se está definiendo “contra”, se está definiendo “anti”:
somos anticapitalistas, somos sin fines de lucro, somos non profit, estamos
afirmando el antagonismo, estamos criticando la otra economía. Pero to-
davía nos estamos definiendo a través de ella, es ella la que nos define por
negación.
La tercera fase que Gramsci dice que es necesaria para que un mo-
vimiento realmente alcance la capacidad de transformar la realidad, es jus-
tamente la fase de la autonomía. Ya no solamente separación, ya no sola-
mente antagonismo, sino autonomía, que consiste en elevarse a un punto
de vista superior. Y ello no es lo mismo que la separación, pues a veces se
tiende a pensar la autonomía como la independencia, como separarse. No,
dice Gramsci, la autonomía es acceder a un punto de vista más alto, supe-
rior, más comprensivo; no solamente estar fuera, que es la separación, no
solamente estar contra, que es antagonismo, sino estar sobre; haber al-
canzado una visión más amplia y ser capaz, por lo tanto, de valorar incluso
al adversario, de aprender algunas cosas de él y empezar a captarlo, a ga-
narlo, ya no tener temor de ser absorbido, sino empezar a absorber. Las
bases de la autonomía -gran meta por cumplir de la economía solidaria-, se
están estableciendo a través de una teoría que orienta en esa dirección con
claridad. Pero es una fase que está lejos de ser alcanzada: todavía la reali-
dad concreta de la economía solidaria experimenta muchas dependencias.
A nivel de la teoría hemos accedido a la fase de la autonomía, que es con-
dición para que el movimiento acceda a la autonomía práctica; pero a nivel
de la realidad todavía hay mucho que avanzar, porque para acceder a la
autonomía hay que acceder a un grado de comprensión y conciencia y de
organización que aún no existe, además de tener una base económica sufi-
cientemente desarrollada.
368
Aborar este tema trasciende los espacios disponibles para este artí-
culo. Nos limitaremos a afirmar dos ideas centrales constitutivas de lo que
podemos considerar como dimensión macroeconómica del proyecto de la
economía solidaria: la democratización del mercado, y la búsqueda de un
desarrollo humano sustentable.
369
un desarrollo que tiene una pobreza de contenidos, que no es favorable
para la vida humana.
370
La salud integral como señal y
práctica del nuevo paradigma
Una imaginería
Luis Weinstein
Imaginemos…
Imaginemos…
371
Imaginemos…
Será, será una vez del mucho leer, del mucho vivir “El Principito”,
en algún lugar de la tierra… desde lo seco de muchos papeles, desde el
florecimiento de muchos cerebros, aparecerá una miga... de otra realidad
Imaginemos…
Primera escena
372
Soy yo quien manda aquí, a ponerse todos ustedes de pie, vamos andan-
do a mi planeta, ustedes son mis súbditos …”
“¿No tienes una copa que convidarme?”, fue todo lo que obtuvo
por respuesta a su ademán de interés personalizado “Uno siempre depende
de algo, o alguien, tú del alcohol, yo sueño con vínculos, pero la verdad es
que dependo de las gallinas…” dijo el zorro, , abriéndose al contacto, sin-
tiendo una evidente conmiseración por el bebedor. “La dependencia, la
condición vulnerable, insegura, de los seres vivos, dijo la serpiente, pero esta
es una dependencia adquirida, un no identificarse con la libertad posible para
un humano…” La serpiente sabía que no podía prolongar mucho esta conver-
sación paralela con el zorro y por eso hablaba en forma sentenciosa.
373
espacio, un tiempo, una energía insignificante a escala del gran tiempo y
el gran espacio…pero tiene sentido… dijo el zorro, algo molesto. El geó-
grafo fue más explíicito y preguntó: “¿tienes mapas que muestren dónde
está el Principito?”.
Imaginemos…
Segunda Escena
Imaginemos…
Imaginemos, atentos…
“Creo que les debías haber dado más oportunidad para que se
expresaran, te adaptaste a tiempos vertiginosos como los ritmos del faro-
lero”, contestó la serpiente, crítica, pero comprensiva. Fue un primer
contacto. La idea es ir preparando un guión para ayudarles a que tengan
un cambio de mirada. Es difícil. Están situados en el paradigma de la mo-
dernidad. “Una manera de avanzar hacia el paradigma emergente, el de la
integración, el de las posibilidades, el de la complejidad…es desarrollar la
conciencia. El problema es que se necesita un determinado desarrollo de
la conciencia para motivarse, para involucrarse con el desarrollo de la con-
ciencia…”
374
Imaginemos, con atención…
375
mos en algunas escenas, traigamos la poesía, ese sentir que llega al
misterio como cuando se cava y a alguna profundidad se encuentra el
agua”.
Imaginemos…
Tercera Escena
Imaginemos…
376
“También paticipó el piloto” contestó ella, dando por sentado que
podían situarse en la magia compartida.
Cuarta Escena
Imaginemos…
377
El piloto miró a los dos jóvenes con expresión confiada, se sentía en
planeta seguro. “Es una definición establecida después de mi tiempo, al
finalizar la guerra, por parte de la Organización Mundial de la Salud. Re-
cuerdo en relación a esa manera de entender la salud lo que dijo Fray Luis
de León, en lenguaje bello y certero.” Habló cohibido, temeroso de pare-
cer pedante, pero se fue animando al verse escuchar con atención y perci-
bir que le hacían gestos afirmativos con leves movimientos de cabeza…”
La definición de Fray Luis fue: La salud es un bien que consiste en pro-
porción y armonía de cosas diferentes, y es como una música concertada
que hacen entre sí las partes del cuerpo”.
“Es decir”, tomó la palabra la Princesita, “en la tierra hay como dos
ideas extremas sobre la salud, o es algo maravilloso, fuera de lo posible
en aquel lugar en que no se dan cambios como el pasar de rosa a
persona o el hacer tremendos viajes como el de Principito y el que nos
trajo al piloto…después de…; o, en el otro extremo, la salud es simple-
mente no estar aparentemente mal, eso que llaman enfermo. Sin em-
bargo, ¿qué fue lo que dijiste tú, Antoine cuando llegaste…?, no fue:
¿cómo están?”.
378
que no dejó de ser notado por el Principito. “Sí,”, dijo ella, “supe de los
pormenores de tu viaje por gentileza del zorro, un ser tan amigo tuyo, que
encontró la manera de comunicarse conmigo para ayudarme a estar pre-
parada para tu regreso. Tu fuiste recogiendo experiencias sobre las perso-
nas. Yo hice un viaje para saber más sobre la salud…la de nosotros, la del
baobab, la de los vecinos”.
Quinta Escena
Imaginemos…
379
Más allá de ciertos desiertos
En que ciega arena, duelen obligaciones…
Hay un más acá
Delicioso, fértil, tuyo-
Tan tuyo, tan redondamente tú
Que no necesitas cuidarlo,
Hacerlo derecho
O quitarle el palpitar de lo humano
Es el aquí
De saberse libre
Aunque tengamos la máscara del domesticado.
Es la chispa que salió
Hace tiempo
Al juntarse humano con humano.
Desde el mismo fondo
De la primera sonrisa, de las preguntas de amanecer
Cuando la vida fluye silvestre
A pura amistad
Y cada descubrimiento
Es la alegría del pozo infinito.
Es vivir transparente
Al sol interno
Desierto de lo turbio
Cierto de inventar risas
Aunque queme el dolor
Porque hasta la muerte es débil
Cuando pierde pudor la amistad
Y uno descubre un doble en cada arrebol humano
Ese perfume del paraíso disimulado
Desde aquellos tiempos
La livianísima sonrisa de Eva y Adán
Palpitando en la verdad de la amistad
Desnuda
Cuando la culpa se disuelve en gracia
Cuando el miedo da la mano al sueño
Cuando haces collares con muertes y días
Cuando en desconfianzas florecen mariposas muy ebrias
Cuando el rencor es marea que amasa alegría
Cuando de pura alegría anticipas la humanización de las estrellas”
380
Sexta Escena
Imaginemos
-“Sí”, dijo ella, yo creo que los vínculos más saludables, más del
nuevo paradigma, son libres, no se da allí la necesidad posesiva del otro
que evoca ese término, hay como un florecimiento del querer promocionarlo,
que se desarrolle, que sea más evolucionado, más intregrado, más integral.
Sin embargo, el zorro, en su relación contigo, a través de solidarizar con-
migo, llego a la madurez de la amistad plenamente saludable. Creo, tam-
bién que yo te domestiqué a ti antes de tu viaje, pero ahora estamos en
condiciones de llegar a la relación de tú a tú”.
El tú a tú
No es
Un bastón para no resbalar hacia la blancura de la nada
No es
Sombra amable para distanciar la soledad obscura
Es
El paso seguro de los trabajadores del ser
La coincidencia en el tú
Prueba la utopía
Es
381
La errancia infinita tras utopías y ucronías
De arte y de magia
Vibra
El viejo sueño
Tras la justicia a nuestra escala
Delata
Altas cumbres detrás de los multiversos
Allí donde la amistad
Puede empezar a llamarse amor
Séptima Escena
Imaginemos...
382
El aviador y los dos jóvenes enmudecieron, conteniendo una emo-
ción que tocaba algo muy profundo e inexpresable.
383
rece el altruismo, la entrega, el valor, la dedicación total al estudio, el tra-
bajo en lugares remotos, inhóspitos, las chispas que se aproximan al nue-
vo paradigma…
Octava Escena
Imaginemos
Recordemos:
384
salud básica a priori,…estructural…me faltan las palabras…la salud de la
situación humana.
385
miento del trascender, en la medicina de la poesía,” concluyó la Princesita.
Novena escena
Imaginemos
386
lleva a entender a los varones, ella quiere que lo que conversamos enraíce,
mirándolo de una manera que llegue a tener cuerpo”.
387
más allá de la identidad de pertenencia…, la capacidad de acogida en
forma saludable de la identidad existencial…, la rosa del verso que cita-
mos equivale al yo esencial, el yo capaz de vivir el tú y el nosotros, la
condición de ser únicos y diversos, relacionados, integrados, iguales”.
“Está lo nuestro aquí y ahora, el diálogo, tal vez una forma de do-
mesticación”, dijo el Principito.
“Creo que hay un terreno que junta la savia de las vivencias, del
diálogo, de la reflexión…es la emoción del asombro”, expresó ella, con
autonomía, con tono sereno.
388
Décima Escena
Imaginemos
Una transformación
Onceava Escena:
La princesita, monsieur Antoine, el baobab
Imaginemos…
389
Así, a la ida del Principito, me encontré meditando, abriendo cami-
no al asombro, con la frase de Dostoievski: amar más la vida que el sentido
de la vida”.
390
Una magia herético-utópica
para la posmodernidad
Eduardo Yentzen
391
un cambio en la historia, en circunstancias que es solamente un cambio de
nombre para el mismo mar.
Pero atención, existe todavía una tercera fuerza. La ola no es el
único modo activo del agua para alcanzar la montaña, pues existe también
el de su elevación a través de la evaporación. Esta tercera fuerza es el ca-
mino espiritual, un camino que realiza una mínima porción de las aguas;
pero esas gotas que llegan a la montaña y conocen por su propia experien-
cia lo que es la vida elevada, aspiran a volver y llevar a todo el mar a la
montaña. Las religiones, los movimientos utópicos, los movimientos
heréticos, son distintos nombres para las acciones realizadas tras esta aspi-
ración a que la humanidad ascienda como un todo. Las ortodoxias repre-
sentan la fuerza de inercia del mar que mantiene a la humanidad sujeta a la
tierra baja, a los abismos terrestres que él mismo llena. Finalmente, las
escuelas espirituales representan el conocimiento de las técnicas de evapo-
ración para el viaje individual.
392
midad frente a lo magro de los resultados respecto de la humanidad en su
conjunto.
Y si esa es la ley, y la humanidad en su conjunto sólo puede variar
marginalmente su condición, ¿es necesariamente mala la vida en el mar o
la hacemos mala, sin que para ello haya una ley de necesidad?, ¿cómo
podemos contribuir entretanto a hacer la vida buena en el mar? , ¿es posi-
ble llevar luz a las gotas más oscuras del mar, a los abismos negros, a las
fuerzas que generan destrucción, que viven de la ambición y del atropello
al otro? Quizás sea ese otro efecto de la lucha por el ascenso individual y la
lucha herética; aportar un poco de luz a las penumbras profundas del mar.
La herejía y la magia
Si he comenzado este texto sobre la magia con una alegoría sobre la
condición humana, es porque, si existe la magia en el mundo, es porque
existe en él la dimensión espiritual. Sin otro mundo dentro de este mundo,
393
no hay espacio para la magia, y todo sólo es lo que es. Porque sea desde su
potencia, imitación engañosa o argumento de persecución al hereje, ella
remite a la idea de un poder superior, de una montaña a la cual ascender.
La magia y la muerte
En lo que es la eterna condición humana, quizás la más grande fuer-
za que nos predispone a todos hacia la magia y hacia lo superior sea la
394
existencia de la muerte; ella nos abre simultáneamente hacia dos realida-
des que son de otro mundo: la nada y el más allá. Y siendo lo natural morir,
la magia surge como la aspiración a lo sobrenatural, entendido como aque-
llo que trasgrede la ley natural. Por ello el gran acto de magia de Jesús -que
hace tan atractivo el mito crístico- es su resurrección, su vencimiento de la
muerte.
395
resultado de un trabajo interior que se visualiza como una iluminación, y
que convierte, al que hace el camino, en un ser superior, regido por otras
leyes que las que gobiernan a los mortales no iluminados. Es el ascenso a
la montaña de la gota individual. Ello ocurre en virtud de la existencia de
leyes de un plano superior al natural, leyes espirituales; pero leyes, al fin y
al cabo. Y esto último no es menor, porque desde las tradiciones espiritua-
les se advierte que la iluminación no es un camino que se transite a través
de la magia, entendida como hechos sobrenaturales ocurriendo a seres
naturales. La magia es la iluminación, y sólo a quien se ilumina le ocurren
hechos de magia.
396
camino espiritual reencontramos la promesa del vencimiento de la muerte,
porque, ¿cuál es la gran promesa de las tradiciones espirituales?; la exis-
tencia del alma, una segunda naturaleza –una realidad por sobre la natural,
es decir, sobrenatural- habitando al interior de nuestra realidad corporal
natural. Una naturaleza interior que trasciende a la muerte, y que algunas
tradiciones señalan que es algo con lo que se nace, otras que se crea a
través del trabajo espiritual, y otras que se reencarna. No está por cierto en
mi condición de ser natural la capacidad de plantearme sobre la validez de
uno u otra de estas distinciones sobrenaturales.
397
miento lógico en este nuevo cambio epocal; ello porque la lógica a la que
ciertos fenómenos escapan es la lógica lineal, causal, mecanicista y racio-
nalista del paradigma moderno, que actúa como una cama de Procusto para
los fenómenos naturales que no se ajustan a ella. Es la lógica racionalista,
en su estrechez, la que condena al suceso natural a ser considerado como
mágico. Por ello puede reivindicarse como mágica la revelación de un
mundo menos mecánico, lo que abre a su vez una potencialidad de expe-
riencias más diversas. Así, si la racionalidad reniega y busca eliminar las
emociones, declara incompatible la convivencia de los opuestos e inexis-
tente el subconsciente, entonces el surgimiento del subconsciente, de las
emociones, de las intuiciones, de la multiplicidad interior y de la contra-
dicción en el ser humano o en el mundo, reciben el apelativo de mágico,
aunque sólo se trate de una recuperación de manifestaciones naturales
exiliadas por el racionalismo cartesiano. La naturaleza –es decir, lo natu-
ral- es mucho más rico, complejo, diverso, poliforme que el mundo de
metal y cemento construido por la modernidad. Pasear por un bosque, na-
vegar un lago virgen, hasta contemplar una puesta de sol, son vivencias
que con naturalidad nos surge llamarlas ‘mágicas’; pero sólo son naturales.
Igual cuando amamos, lo llamamos mágico, pero ello sólo por lo distante
que estamos de esa experiencia que nos fue regalada como condición natu-
ral. Podemos llamarla mágica, podríamos decir que no hay mal en ello;
pero al hacerlo le damos un carácter de superior y con ello nos perdemos la
oportunidad de ir realmente hacia lo superior por creer que ya lo poseemos.
398
fía basada en las enseñanzas de Zoroastro (Zaratustra)- fueron considera-
dos por los tres imperios persas como guardianes de su legado y pasaron
éste a los magos -en realidad, sacerdotes- persas, de entre quienes están
los tres reyes magos que visitan a Jesús en su nacimiento.
399
imputaciones arquetípicas es llamar a la magia una ciencia oculta; pero
¿qué significa esto?, pues si a quienes la practican los persiguen para dar-
les muerte, es atendible que la oculten (que se oculten, más bien). Es una
ciencia oculta porque se oculta de la ciencia oficial de la fuerza impe-
rial. Pero hay otra descalificación con una connotación más fuerte, que
surge al definir su propósito como el ‘producir resultados contrarios a
las leyes naturales’. Tan sólo que la ley natural es aquí nuevamente
definida por el dogma del imperio. O bien se dice que la magia designa
las creencias metafísicas –aquellas que estarían más allá de la física-,
pero, ¿de qué física?, ¿de la mecánica o la cuántica? De nuevo, la dis-
tinción entre lo físico y lo metafísico lo pone la dogmática filosófica
del imperio. De todo imperio.
400
partir del 1209. A finales del siglo XIII fueron reprimidos con violencia
por la Inquisición.
¿Cuál es el origen de este movimiento herético?. Cátaro signifi-
ca ‘puro’ o ‘perfecto’; y su aparición se remonta a la Escitia antigua,
tierra eslava a la que el apóstol Andrés -según leyendas rusas- portó el
misterio del Grial como símbolo de «la fe de los puros y perfectos». Se
señala que el catarismo eslavo ejerció una gran influencia en la espiri-
tualidad de Rusia, naciendo de ella los ortodoxos, herederos del Grial
del Monte Athos. Pero en el siglo X Rusia era “bautizada” con violen-
cia en la fe bizantina ortodoxa, y éstos fueron desalojados a través de
Bulgaria hacia Occidente.
Según los cátaros, los hombres son una realidad transitoria, una
“vestidura” de la simiente angélica. Afirman que el pecado se produjo
en el cielo, y que se ha perpetuado en la carne. La doctrina católica, en
cambio, considera que aquél vino dado por causa de la carne y contagia
en el presente al hombre interior, al espíritu, que estaría en un estado de
caída como consecuencia del pecado original. Para los católicos la fe
en Dios redime, mientras que ellos exigen un conocimiento (una gnosis)
del estado anterior del espíritu para purgar su existencia mundana. En
resumen, el cátaro pretende restituir transitoriamente la vida angélica
en el mundo para hacerse, como individuo iluminado, merecedor de
una existencia superior.
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cidos como Perfectos. Los Perfectos se consideraban herederos de los após-
toles, y vivían de forma irreprochablemente frugal, en claro contraste con
la vida dentro de la corrupta y opulenta Iglesia de la época.
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los siglos XVI y XVII, produciendo una cifra aproximada de 110.000
procesos y 60.000 ejecuciones.
La magia del Renacimiento
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dogmatismo de la iglesia medieval, con su demonización de la anterior
herejía cátara.
La modernidad real, la que se impuso y que vivimos, es tan superfi-
cial, tan centrada en el hacer, tan práctica, tan mecánica, que no deja espa-
cio para lo superior, para el misterio, para lo espiritual. De allí que la magia
durante la modernidad haya quedado sólo como la estigmatización de la
magia generada por el catolicismo de la edad media, con sus brujas y de-
monios, llevados al cine, a la literatura infantil, a la novela de misterio, a
los magos e ilusionistas de escenario, de circo, a los gitanos y adivinas. Un
verdadero arte menor que no amenaza a la ortodoxia, y más bien está des-
tinado a entretener a las personas en su tiempo libre, mientras en su tiempo
‘útil’ (al sistema) son devoradas por la máquina de moler carne que es el
sistema productivo. Esta expresión trivial de la magia mezcla conjuros,
hechizos de amor, amuletos y adivinaciones, recetas mágicas, ilusionismo
y otras, constituyendo la más nítida expresión del anhelo de que se realice
por ayuda externa aquello el ser humano vuelto impotente no puede lograr
por sí solo.
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mentos fantasiosos, para que no llenen el espacio de la magia verdadera, y
al mismo tiempo contribuir a fortalecer la potencialidad que representan, a
través de todos los tiempos, las grandes tradiciones espirituales. Nuestro
gran desafío -el de hoy y el de todos los tiempos- es el de dar la máxima
potencia al nuevo movimiento herético y cuidar de que no se vuelva una
nueva ortodoxia. Sabemos que las probabilidades en contra son apabullantes,
pero tal vez la alegoría que he presentado es incorrecta –o más bien, debe-
mos actuar como si lo fuera- y esta vez la fuerza herética alcanzará el
momentum necesario para lograr el ascenso masivo. En cualquier caso,
nada nos exime de aportar todo nuestro esfuerzo, porque la mayor potencia
herética logrará la mayor elevación masiva posible del mar, hasta que fi-
nalmente la frene –si la analogía es real- la inercia de la ortodoxia de turno.
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deseables. No se trata de levantar un poder destructivo contra el sistema,
sino realizar experiencias creativas que por influencia demuestren que ofre-
cemos un mejor modo de vivir. Y la única fuerza que se requiere levantar
en este proceso, la legítima, es la necesaria para evitar que el sistema impi-
da la realización de estas experiencias nuevas. Y esta no es una fuerza
destructiva sino es una fuerza de neutralización de la acción destructiva del
sistema; no es detener al agresor de un golpe, sino sujetándolo con fuerza
para que no nos haga daño; sin odio hacia su inconsciencia, pero con fir-
meza anter nuestra legítima opción de vivir distinto.
Por ello es que hoy el avance de la magia tiene que ver con realizar
el milagro de generar, dentro de la dominancia neoliberal, las experiencias
de vida alternativa; mostrar en la práctica otros modos de vivir posibles. Es
por cierto necesaria la producción intelectual sobre el cambio de paradig-
ma, es importante fortalecer la influencia de las ideas del cambio de para-
digma, pero el verdadero cambio sólo puede provenir de fortalecer la prác-
tica de experiencias de nuevo paradigma. Combinar el sueño utópico de
largo plazo con la realización experiencial a pequeña escala en el corto
plazo. Los magos de hoy requieren ser utópicopragmáticos.
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