UNA COMUNIDAD QUE DISCIPULA
Esta es la base para el
TEXTO Mateo 28:18-20
Introducción
Antes de regresar al cielo, el Señor Jesús dejó a
Sus seguidores una gran tarea, conocida como
‘La Gran Comisión’. La Gran Comisión es
conocida como la tarea de predicar el evangelio
en todo el mundo.
Sin embargo, la Gran Comisión realmente se
centra en hacer una cosa – discipular. De los
cuatro verbos principales (“id…haced discípulos…
bautizándolos…enseñándoles…”), el verbo,
‘hacer discípulos’, es el único verbo imperativo;
los demás son participios (‘yendo…bautizando…
enseñando…’).
La palabra, ‘discípulo’, significa ‘seguidor’. El
Señor no quiere simplemente ‘creyentes’ (gente
que cree en Él), sino ‘discípulos’ (gente que
sigue Su ejemplo; que vive como Él).
¿Qué significa eso? ¿Cómo formamos discípulos
de Cristo?
Antes de contestar esta pregunta tenemos que
reconocer dos cosas importantes:
i. Hoy en día, hay muy pocos discípulos;
especialmente en el mundo ‘occidental’.
ii. Al acercarnos a los últimos tiempos, se
hace más urgente que nunca la tarea de
hacer discípulos.
Este pasaje nos enseña CUATRO cosas
importantes acerca del discipulado.
1. UN DISCÍPULO RECONOCE LA
SOBERANÍA DE CRISTO (v.18)
La primera cosa que debemos entender, tanto si
vamos a discipular a otros, o si vamos a ser
discipulados, es lo que Cristo quiso decir cuando
afirmó: “Toda potestad me es dada en el cielo y
en la tierra” (v.18).
discipulado (“Por tanto…”, v.19).
Cuando Cristo vino al mundo, vino a un mundo
dominado por el maligno. Era un mundo en
tinieblas (Mat 4:16); un mundo bajo el dominio
de Satanás (Juan 12:31). El reinado de Satanás
se extendía a lo largo y ancho de la tierra. ¡El
reinado visible de Dios era casi inexistente!
Cristo vino para establecer Su reino (Marcos
1:14-15). Vino para confrontar a Satanás, el
“hombre fuerte” (Mat 12:29). En la cruz, lo
derrotó; y como consecuencia, al resucitar de los
muertos, le fue dado todo poder y autoridad. Es
resumidas palabras: ¡Hay un nuevo reino! La
Iglesia es la evidencia de ello (Col 1:13). El
discipulado empieza cuando reconocemos
esta realidad.
Tenemos que entender que Cristo es Rey, y que
Él tiene un reino que no tendrá fin. Un
discípulo es aquella persona que reconoce
esta gran verdad, y que ha decidido vivir a
la luz de ella.
Las personas que no conocen a Cristo, son parte
del reino de Satanás. Viven bajo su autoridad, y
hacen lo que él quiere que hagan (Efe 2:1-3).
Ellos no consultan a Dios; simplemente hacen lo
que sienten que quieren hacer.
- Sentimientos (sienten que tienen el
derecho de tener su enamorado).
- Profesión (estudian para tener prestigio y
ganar dinero).
- Materialismo (se deleitan en tener bienes
materiales; gastan libremente).
Un discípulo de Cristo vive bajo criterios MUY
diferentes.
- Sentimientos (pregunta a Cristo si Él
aprueba la relación).
- Profesión (buscan la dirección de Cristo,
procurando una carrera que sirva Sus
propósitos).
- Materialismo (gastan lo menos posible,
para poder dar a otros).
REFLEXIÓN: ¿Somos discípulos de Cristo?
¿Estamos formando discípulos?
2. UN DISCÍPULO ‘NO NACE, SE HACE’
(v.19a)
El creyente es una persona que ha nacido de
nuevo. Dios hace eso, por medio del Espíritu
Santo (Juan 3:5-6; Juan 1:12-13). Pero, Dios
no hace discípulos; esa es la tarea de la
Iglesia. Por eso nos manda a nosotros, “haced
discípulos” (v.19a).
¿Cómo lo hacemos?
i. Pasando tiempo con ellos
(Marcos 3:13-14).
ii. Exigiendo cosas de ellos
- Que dejen todas las cosas de este
mundo (Lucas 14:33; 18:22)
- Que pongan a su familia en segundo
lugar (Lucas 14:25-26)
- Que estén dispuestos a sufrir (Mat
10:16-25)
- Qué nunca miren atrás (Lucas 9:57-
62)
Los apóstoles lo hicieron (Lucas 5:11; 18:28).
Pero no es algo ‘natural’; no ocurre
automáticamente en todo creyente. ¡Hay que
formar esto en los creyentes!
REFLEXIÓN: ¿Estamos dispuestos a ser
discípulos? Hay que meditarlo bien
(Lucas 14:28-32).
3. UN DISCÍPULO SE ‘BAUTIZA’ EN DIOS
(v.19b)
Todo creyente debe bautizarse en agua. Pero un
discípulo se ‘bautiza’ “en el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo” (v.19b). E otras
palabras, ¡se bautiza en Dios!
¿Qué significa eso? El verbo, ‘bautizar’, significa
‘sumergir’; es ‘meterse completamente en’.
Lamentablemente, no todos los que se han
bautizado en agua, se han ‘bautizado’ en Dios.
Todos los que so miembros de una iglesia
evangélica han sido bautizados. Pero no todos
son verdaderos discípulos.
Podemos dividir a los que se bautizan en agua
en tres categorías:
i. Los que son ‘gatos’. Cuando ven el agua,
reaccionan en forma instintiva. Su
naturaleza reacciona contra la idea de ser
metido en el agua. Hay personas así, en
cuanto a la vida de un discípulo. Reaccionan
en forma instintiva en contra de las
exigencias del discipulado, y se van.
EJEMPLO: El joven rico (Lucas 18:23; Mat
19:22; Marcos 10:22)
ii. Los que son ‘madera’. No reaccionan
contra el agua; simplemente flotan encima
del agua. Quedan en la superficie; no se
‘hunden’ en las cosas de Dios.
EJEMPLO: Nicodemo (Juan 19:38)
iii. Los que son de ‘fierro’. Ellos se hunden en
el agua. Dejan que Dios los rodee
completamente. Sus vidas están totalmente
saturadas de Dios; dominadas por la
existencia de Dios.
EJEMPLO: Pablo (Gál 2:20)
REFLEXIÓN: ¿Qué clase de discípulo somos?
4. UN DISCÍPULO APRENDE A OBEDECER
(v.20)
No es fácil ser un discípulo de Cristo, pero un
verdadero seguidor del Señor aprenderá a
obedecer, cueste lo que le cueste. A tales
personas hay que enseñarles muchas cosas; hay
que enseñarles todo lo que Cristo enseñó. Y la
persona querrá aprender, porque quiere
obedecer. No obedece para ser salvo, sino
porque ya es salvo. Entiende que ha sido
trasladado a otro reino, y que tiene el deber de
aprender las normas de vida en el otro reino.
Aprende a ORAR
Aprende a LEER LA BIBLIA
Aprende a TESTIFICAR
Aprende a SERVIR
Aprende a SACRIFICARSE
Aprende a MORIR A SU ‘YO’

Conclusión

Cristo formó 11 discípulos; ellos transformaron

la ciudad de Jerusalén.

Los apóstoles formaron miles de discípulos;

ellos transformaron al mundo.

¿Y nosotros?