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Psykhe,
ISSN (Versión impresa): 0717-0297
psykhe@uc.cl
Pontificia Universidad Católica de Chile
Chile
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Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
PSYKHE Copyright 2006 by Psykhe
2006,Vol
.15,Nº2,117-124 I
SSN 0717-0297
en Salud Pública
in Public Health
Niklas Bornhauser
UniversidadDiego Port
ales
Daniela Granados
Actualmente, los tests psicológicos cumplen una importante función al interior del sistema de salud pública. Se
examinan los principales propósitos a los cuales sirve el test de Rorschach, en particular, y se discuten algunas
At present, psychological tests carry out an important function inside the public health system. This article
examines the main purposes served by the Rorschach Test and discusses some consequences for clinical practice.
The problem is considered using some elements from discourse theory and certain considerations derived from a
Las medit
aciones y consideraciones expuest
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nicas en el ámbit
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e,será
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uada ysubrayada sucesivament
e por la lógica
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a, Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
imperant
e a la cual son somet
idos por su inclusión en
La correspondencia relativa a este artí
culo deberá dirigirse
a Niklas Bornhauser, e-
mail:niklas.bornhauser@ gmail.com el sist
ema de at
ención.
118 BORNHAUSER Y GRANADOS
Dichos sujetos acuden al mentado centro formu- En ese sentido, se podría decir, parafraseando a
lando una demanda de atención, que es correspondi- Lacan (1991), que el Rorschach en tanto prueba
da, aunque sea de manera asimétrica y desequilibrante, psicodiagnóstica, a este nivel, hace de sostén y de
con atenciones, cuidados o tratamientos, tanto psi- soporte (Träger) del discurso médico, que adopta la
quiátricos, psicológicos como psicosociales. Dentro forma del discurso amo, dado que no admite la idea
de las principales actividades realizadas por el equipo de una posición supuesta hacia un saber frágil, in-
multidisciplinario, al cual la alumna en práctica se in- cierto y falto de garantías, sino que prima la convic-
tegra en virtud de la función específicamente “psico- ción acerca de un saber axiomático, irrefutable y cer-
lógica”que ella debe encarnar con tal de asegurar el tero, impuesto por otro (Lipowatz, 1982;W idmer,
funcionamiento coordinado de dicho conjunto 1983). Ante semejante coerción cognoscitiva la di-
seguimiento psiquiátrico, psicoterapia individual y punto de desaparecer, evocando las siguientes pre-
familiar, atención farmacológica, talleres, trabajos en guntas:¿cómo sucede eso?¿Cuál es la finalidad del
la aplicación del test de Rorschach, una prueba psico- La respuesta más espontánea –e ingenua–
lógica empleada con cierta frecuencia y sistematicidad apunta a que en un inicio, el “uso” del test de
se inscribe en el contexto de las múltiples acciones, ción “objetiva”de un diagnóstico y su ulterior com-
propósito de nombrar, distinguir y clasificar un trastor- go, como se desprende inmediatamente de lo ante-
1
no o una alteración mental (Braunstein, 1980). rior, esta respuesta, generada lisa y llanamente, al
Específicamente, las reflexiones siguientes están des- desatender las relaciones entre una cierta praxis,
tinadas a examinar algunas de las eventuales conse- en este caso, psicodiagnóstica, y su correspon-
cuencias que se desprenden de un determinado uso diente contexto epistemológico, discursivo, social,
u empleo del test, un uso que se da, por lo general, et c. , n o ag o t a l a(s ) p reg u n t a(s ) i n i ci al m en t e
en un contexto clínico más amplio, responsable de planteada(s), sino que, más bien, descubre y abre
aportar el marco socio-simbólico mediante el cual otras vertientes problemáticas, que aguardan ser
tación de sentido y, por lo tanto, las cogitaciones A propósito de lo anterior, conviene recordar
que se desplegarán a continuación sólo se relacio- en este lugar que la principal preocupación de este
nan secundaria o derivadamente con el test de sistema, llamado “sistema de atención secundaria”
Rorschach “en sí”o “como tal”–de existir tal cosa. –el cual se impone, desde un principio, como una
hacer determinado, vinculado con fines didácticos a tologías–, consiste en abarcar y englobar la mayor
una prueba determinada, más allá de sus caracterís- cantidad de trastornos “mentales”, preformulados
c i ón d e l os “t r a s t or n os m e n t a l e s ” s e e n c u e n t r a c on l a
instituciones, inscritas en el marco y recuadro se-
monumental dificultad de que ésta, a diferencia de lo que
ñalado, apunta a ubicar, colocar y fijar en dichas
habitualmente suele acontecer en el campo de las ciencias
biomédicas, carece de un suelo corporal sólido y seguro, categorías apriorísticas al mayor número posible
en cuestión.
REFLEXIONES SOBRE USOS Y ABUSOS 119
No, a un paciente no. Ahí donde podría haber un cual se siguen automáticamente las medidas tera-
paciente entendido al modo de la psicología clínica, péuticas a ser iniciadas, se acepte como doliente. Es
Lacan, 1966; Lang, 1973), éste es reducido, al ser en- del profesional de salud mediante, se enalteciera y
observado, a su corporalidad material, su sustrato corresponderse con alguna categoría clínica esta-
físico o soma, considerado como signo a ser mirado blecida, tendría que callarse y, por consiguiente,
en su superficie corporal (Foucault, 1986), donde los ocultarse por deshonroso e incalificable. Siguiendo
con el sujeto del inconsciente, sino que, más bien, inherente al acto diagnóstico unidimensional, eje-
con un saber amo, un saber que Otro impone, donde cutado exclusiva y únicamente desde la lógica
prima el deseo del médico, que perfectamente puede biomédica, consiste en conducir al sujeto hablante a
ser encarnado por un psicólogo o cualquier otro pro- no ser más que un organismo enfermo .
2
fesional de la salud, deseo de curar. Éste prima y se En franco contraste con la (in)comprensión de
coloca por sobre el deseo de desear del sujeto, sofo- sujeto, en la que se sustenta el proceder anterior-
cando y acallándolo, haciendo oídos sordos al llama- mente descrito, el análisis contemporáneo del suje-
do de otra escucha, escucha desde lo significante to (Frank, Raulet & Van Reijen, 1988), en lo que sus
aproximación privilegiada de la medicina y la psiquia- requiere que éste, más que ser pensado como una
tría, el énfasis está puesto en el cuerpo connotado en sustancia, una suerte de esencia clausurada, con-
rácter empírico-fáctico, reducción epistémica con la como una forma, categoría del pensar que tradicio-
cual el sujeto –de lo inconsciente– se disuelve, se nalmente se suele oponer a la idea de esencia o sus-
desvanece y finalmente desaparece, para quedar dis- tancia (Ebeling, 1993), sino, de manera adicional,
minuido a su mera objetividad a ser leída según el como una forma que “no es sobre todo ni siempre
insobornable canon de moldes categoriales y pautas idéntica a sí misma” (Foucault, 1994, p. 123), es decir,
conceptuales prestablecidas desde una lógica a- como una forma voluble, cambiante y, a ratos, capri-
subjetiva, tendiente a la aniquilación del sujeto. chosa (Zizek, 2000). Por consiguiente, si realmente
Esto sucede así, por ejemplo, cuando a un pa- queremos hacernos cargo de la pregunta por el suje-
ciente que asiste al centro diciendo sentirse “depri- to, superando los reduccionismos y las sobresim-
mido”, sin siquiera plantear la posibilidad de cues- plificaciones abreviadas y facilistas, en primer lugar,
tionar la posición subjetiva de aquel que, de entra- se hace necesario rechazar categóricamente toda
da, se autodenomina “deprimido”, se le interroga si, concepción o teoría apriorística de sujeto y, segun-
actividades, insomnio o hipersomnia, fatiga o pérdi- siempre debe hacerse teniendo en cuenta l
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socio-
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o XI
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ta sorprendente que elconf
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izado con-
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do, se torna una exigencia imperativa el centrar la vierte en un contrasentido y en un núcleo de resis-
discusión a propósito del sujeto en los respectivos tencia, sino que se torna tácticamente imposible.
modos de producción de subjetividad asociados a Del modo en que las ciencias fácticas, aliadas y
ciertas prácticas discursivas (Zima, 2000), circuns- asociadas con los poderes amos, se proponen hacer
3
critas a su vez a momentos históricos o incluso épo- olvidar el drama subjetivo, se podría conjeturar que
De esta manera, la consideración del problema namiento psicótico, sino que, más bien, no quieren
del sujeto en el marco de los sistemas de atención saber nada de la verdad de lo que significa para él su
secundaria requiere, por un lado, pensar al sujeto a propio acto (Eidelsztein, 2001).
partir de sus procesos de constitución subjetiva y, Pero, entonces, retorna la pregunta: ¿cuál es la
por el otro, recoger y dar cuenta, en la medida de lo función del test de Rorschach en un sistema como
está sujeto el sujeto contemporáneo en su misma aparatos y maquinarias protésicas, está puesto en
configuración estructurante (Keupp et al., 1999). determinar un conjunto de signos, que puedan tener
Desde ya podemos anticipar la sospecha de que la el valor de un síndrome (ya sea depresivo, maníaco,
práctica psicodiagnóstica, en tanto ejercicio rutina- bipolar, esquizofrénico, orgánico, etc.), que pueda
rior del conjunto de prácticas cotidianas en salud relacional de acciones terapéuticas y psicofarma-
mental, juega un rol crucial y decisivo en la confor- cológicas (Braunstein, 1975). De esta forma, el diag-
mación y consolidación de dicha subjetividad. nóstico responde a una demanda social, política y
La escucha, el gesto de aguzar los oídos y de ga sintomática y, de la misma forma, acalla, enmudece,
beber las palabras, gesto constitutivo de toda sub- silencia al sujeto. El test de Rorschach, puesto en
jetividad en psicología clínica (Milner, 1989), ante la esta mecánica procedimental, pragmática y eficiente,
mirada médica, que persigue el propósito de obser- en cuanto instrumento descriptivo avalado y respal-
var, clasificar, medicar y reducir o eliminar síntomas, dado por las ciencias fácticas, aporta su correspon-
se torna un estorbo, una molestia o contrariedad. Al diente contribución al etiquetaje de un nombre que
momento de estar basada y orientada toda la ges- borre toda subjetividad. En este sentido, dicho en
tión y todo el manejo de las enfermedades mentales palabras más módicas, cobra un valor iatrogénico, en
de una lógica predominantemente administrativa y Conviene recordar que tanto la ciencia psiquiá-
burocrática, la escucha clínica no solamente se con- trica misma como las ciencias asociadas y deriva-
3
de la Modernidad, debido a su singular condición
Una de las consecuencias de la división científica del tra-
baj
o consiste en el hecho de que hoy en día resulta prácti- epistémica (Braunstein, 1980), tanto teórica como
cepto de suj
eto,un significante,que en cada disciplina
tituciones de sujeción y control, entre las cuales fi-
conlleva otra significación.De esta manera,sólo es posi-
suj
eto,se ha de registrar que una de las dimensiones más
por la estructura panóptica (Bentham, 1791) de es-
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émico se despren-
122 BORNHAUSER Y GRANADOS
den, usará el instrumento en cuestión, que para él co- de el lenguaje y su movilidad. De esta manera, res-
bra el valor de “prueba de personalidad”, con tal de puestas tan dispares y heterogéneas entre sí como
objetivar datos y contrastarlos con impresiones “Dos grandes senos redondeados, vol
uminosos,
dientes pasos terapéuticos, que pueden consistir, por en elagua” al interior de un mismo sistema clasifica-
ejemplo, en la desensibilización y extinción del com- torio, más allá del registro específico de los diferen-
portamiento, sin sospechar siquiera que con ello asi- tes contenidos, son tabuladas, en un primer paso de
mismo eliminará toda posibilidad de existencia del su- codificación, como respuestas FK y sometidas, en
jeto, su verdad, su cura. En otras palabras, “anula la un segundo instante, a los cálculos cuantitativos
Desde aquí, el test de Rorschach, que cumple específicas. Es decir, se olvida la máxima de la clínica
una función precisa y delimitada al interior de un del caso a caso en pro de la pretendida objetividad,
complejo engranaje secuencial y comportamental, del causalismo determinista y del pragmatismo ope-
opera como un instrumento de categorización, codi- rativo, cualidades que sólo pueden quedar referidas
concordancia con la utilidad y funcionalidad de las No obstante, como recuerda Foucault, “en el sis-
descripciones nosológicas, como lo son las sucesi- tema disciplinario, el principio de distribución y cla-
bido a la particularidad del objeto de conocimiento mente un residuo;siempre hay, entonces, algo in-
de las ciencias psi, particularidad que se deriva de clasificable” (2004, p. 74), con lo cual la sujeción de
sus mismas condiciones de producción, a saber, el los cuerpos, el doble movimiento compuesto por
a los sujetos bajo la forma de diagnósticos no son (Butler, 1997), será siempre una sujeción fallida, lo-
objetos naturales que estén ya ahí, esperando ser grada a medias, a la cual escapa un resto inasimilable
descubiertos por la mirada escrutiñadora del profe- que se resiste a la clasificación. Es precisamente a
sional de la salud, sino objetos discursivos, creados partir de esa falla o desperfecto de la consolidación
y sostenidos por las mismas disciplinas, el ejercicio y atadura subjetiva, ese resto intangible evanescente,
diagnóstico pasa a ser la actividad y el momento que se abre la posibilidad de un trabajo genuina-
más importantes de dicha práctica y el test de mente clínico, más allá de las prescripciones y orde-
sujeto en la medida en que la vigilancia continua, la más visibles y palpables del ejercicio psicodiagnós-
escritura ininterrumpida y los castigos y las sancio- tico masificado y acrítico en la práctica clínica, resi-
nes reales y virtuales, todos ellos elementos vincu- de en la creciente cronicidad de los pacientes, la
lados al ejercicio psicodiagnóstico, dieron marco y generación y mantención artificial de una verdadera
soldadura a ese cuerpo así avasallado y le extrajeron patología de la demanda y el eterno retorno (ewige
una psique. De acuerdo a lo expuesto, el aporte o el Wiederkehr) en búsqueda de una genuina escucha.
interés del test de Rorschach al interior del sistema Como consecuencia de lo anterior, el padecimiento
ria, que trasciende su lógica interna, consiste en borra, la desazón o el desasosiego estructural deja
5
homogeneizar, fijar y coagular al ser que vive des- de articular una demanda, un deseo.
blar de una f
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re. autorreferencial cerrado, una y otra vez retornan, en
REFLEXIONES SOBRE USOS Y ABUSOS 123
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124 BORNHAUSER Y GRANADOS
dice lo que dice, y cómo en ello, en las respectivas Foucault, M . (1994). Hermenéuti
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