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CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE CHILE

Unidad: Constitución Política de Chile

Objetivo:

Distinguir el concepto de Constitución, cuál es su importancia y conocer, a grandes rasgos, su


estructura.

Temas:

o Definición y función de la Constitución.

o Tipos de Constituciones.

o Hitos de la historia constitucional chilena.

o Apartados de una Constitución y organización de la Constitución chilena.

o Valores y Principios del Régimen Constitucional chileno.

o Ejercicio de la función pública y su relación con la Constitución Política.

o Breve referencia a los Derechos (Garantías) y Deberes constitucionales.

DEFINICIÓN Y FUNCIÓN DE LA CONSTITUCIÓN


La Constitución Política es la norma jurídica suprema positiva que rige la organización de un Estado,
y establece la autoridad, la forma de ejercicio de esa autoridad, los límites de los órganos públicos,
define los derechos y deberes fundamentales de los ciudadanos y garantiza la libertad política y civil
del individuo.

Puede definirse, siguiendo a Karl Lowenstein, como la “decisión del pueblo, en forma de Ley
Fundamental y Pacto Político que, imperando eficazmente sobre un territorio, tiene el efecto de
limitar el poder estatal, de servir de cauce a la acción política del Pueblo y de proteger los derechos
de todas las personas”.

En el concepto de Hans Kelsen, las normas jurídicas integran un sistema jerarquizado (piramidal),
en el cual la Constitución ocupa el lugar superior, lo que implica que la Carta Fundamental determina
la creación de las demás normas, y además, es el fundamento de validez de todo el ordenamiento
jurídico.
Características generales de la Constitución Política

Nuestra Constitución actual es más bien breve, dentro de la consideración de las constituciones
escritas. Además, contiene las normas esenciales sobre los poderes públicos y entrega la
reglamentación de sus disposiciones a leyes complementarias (ej. Servicio Electoral, ley de
Nacionalización etc.).

Asimismo, es semirígida, en cuanto a su reforma, pero no tan flexible como para admitir
modificaciones mediante una ley ordinaria.

Nuestra Constitución conserva varias tradiciones republicanas, como el sistema presidencialista,


que coexiste con un parlamento electo.

- Contempla un capítulo de derechos y deberes fundamentales.


- Por otra parte, el dominio legal en ciertas materias es racionalizado, existiendo un control
de constitucionalidad de las leyes, reforzado.
- Además, establece en su artículo 5º que el ejercicio de la soberanía reconoce como límite
el respeto a los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana, e impone a los
órganos del Estado respetar y promover tales derechos, garantizados por la constitución así
como por los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes.
- Finalmente, establece diversas instituciones bajo el carácter de autónomas, esto es,
“organismos que presentan especiales caracteres de independencia de frente a los poderes
del Estado, hallándose sometidos sólo a la Constitución Política y a la ley que conforme a
ella regula su organización, funcionamiento y atribuciones”.(Zúñiga Urbina)
Funciones de la Constitución Política de la R epública

-Diferenciar y asignar tareas:

Establecer la diferenciación de las diversas tareas estatales y su asignación a diferentes órganos


estatales o detentadores del poder, para evitar la concentración de éste en las manos de un único
y autocrático detentador.

-Definir mecanismos de cooperación:

Regular mecanismos que establezcan la cooperación de los diversos detentadores del poder.

-Definir mecanismos de solución de controversias:

Establece un mecanismo, planeado igualmente con anterioridad, para evitar los bloqueos
respectivos entre los diferentes detentadores autónomos del poder, con la finalidad de evitar que
uno de ellos, en caso de no producirse la cooperación exigida por la constitución, resuelva el
impasse por sus propios medios; esto es, sometiendo el proceso del poder a una dirección
autocrática.

-Establecer mecanismos de adaptación a la realidad social:

Debe establecer un método, también establecido de antemano, para la adaptación pacífica del
orden fundamental a las cambiantes condiciones sociales y políticas (el método racional de la
reforma constitucional) para evitar el recurso a la ilegalidad, a la fuerza o a la revolución.

-Reconocer expresamente la autodeterminación individual y su protección frente al poder del


Estado:

La ley fundamental debe contener un reconocimiento expreso de ciertas esferas de


autodeterminación individual (los derechos individuales y libertades fundamentales) y su
protección frente a la intervención de uno o todos los detentadores del poder.

TIPOS DE CONSTITUCIONES
Las Constituciones pueden clasificarse en (Lowenstein):

1. Constituciones semánticas: Aquellas que se sirven de las formas y del lenguaje del
constitucionalismo para vestir una estructura autoritaria del poder.
2. Constituciones nominales: Aquellas cuyos contenidos satisfacen las exigencias sustantivas
del constitucionalismo, pero que, sin embargo, no tienen eficacia real.
3. Constituciones normativas: Aquellos textos que, junto con abrazar las definiciones de
contenido del constitucionalismo, logran, además, imperar eficazmente sobre un territorio.

Y según Sartori en:

1. Constituciones valóricas o ideológica-programáticas: aquellas que asumen un compromiso


explícito con un conjunto significativo de valores o principios doctrinarios, el que puede
llegar a reflejar una completa visión de la persona y de la sociedad. A juicio de Patricio
Zapata, dentro de este tipo de constituciones se encontraría la Carta Fundamental Chilena
de 1980.
2. Constituciones neutras o utilitarias, aquellas que se ocupan, principalmente, de regular la
gestión de los negocios gubernamentales de los órganos estatales superiores, con un
reconocimiento de derechos más bien escueto y sin referencia a definiciones doctrinarias o
valóricas.

HITOS DE LA HISTORIA CONSTITUCIONAL CHILENA


El nacimiento del constitucionalismo alude a un conjunto de ideas y prácticas institucionales que
buscan el ideal de sujetar el poder político a una racionalidad moderna que entiende al Pueblo
como su único titular legítimo, al Estado como un conjunto de órganos separados y limitados por
el Derecho y a las personas como sujetos de derechos inalienables.

Su génesis está ligada a la expansión de los intereses de la clase burguesa europea, y se fragua
principalmente en la lucha en contra de la legitimación absolutista del poder monárquico.

Así, producto de esta pugna es la limitación del poder de la monarquía al principio de la soberanía
parlamentaria, que se reflejan, por ejemplo, en la Carta Magna de 1215 y el Bill of Rights de 1689,
ideas que posteriormente fueron profundizadas por John Locke y por Montesquieu.
Luego, las ideas centrales del constitucionalismo fueron sintetizadas en la “Declaración de
Independencia de los Estados Unidos de América” y en la “Declaración de los Derechos del Hombre
y del Ciudadano”.

Conozcamos los primeros acercamientos a la formación de una Constitución en Chile.


El primer proyecto de constitución encargado por el Congreso en noviembre de 1811 a Juan Egaña,
recogería buena parte de las ideas centrales de Locke, Rousseau y Montesquieu, así como la retórica
de la declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Así, este texto afirma que “La
Constitución reconoce que todos los hombres nacen iguales, libres e independientes, que aunque
para vivir en sociedad sacrifiquen parte de su independencia natural y salvaje, ellos conservan y la
sociedad protege su seguridad, prosperidad y la libertad e igualdad”.

Posteriormente, José Miguel Carrera designa una comisión encargada de redactar un nuevo texto
constitucional, conocido como el Reglamento Provisional de 1812, que contiene ocho artículos que
contemplan garantías individuales.

Finalmente, en la llamada “Constitución Liberal de 1828”, también se refleja el proceso de


reconocimiento creciente de libertades individuales.

Carta Fundamental de 1833

La Constitución constaba de 168 artículos, agrupados en 12 capítulos. En su preámbulo declaró que


el régimen de gobierno era “popular representativo” y que “la soberanía residía esencialmente en
la Nación, que delegaba su ejercicio en las autoridades que establece la Constitución”.
Solo podían votar los varones (las mujeres estaban excluidas de este derecho) mayores de edad que,
sabiendo leer y escribir, tuviesen una determinada renta o patrimonio material, que se determinaría
en una ley, consagrando así el llamado voto censitario.

La religión del Estado era la católica apostólica romana, con exclusión del ejercicio público de
cualquier otra.
Se reconocían garantías constitucionales: igualdad ante la ley, igualdad en la admisión a todas las
funciones públicas y empleos, igualdad en el reparto de los impuestos y contribuciones a proporción
de los haberes, libertad de permanecer en cualquier punto de la República, inviolabilidad de todas
las propiedades, derecho de petición, libertad de imprenta y mantención del régimen de
mayorazgos con algunas salvedades. La adquisición de la nacionalidad estaba condicionada a la
posesión de capital o industria, residencia de diez años para los solteros, seis para los casados con
extranjeras y tres para los casados con chilenas.

El Poder Ejecutivo recaía en un ciudadano con el título de Presidente de la República, quien


administraba el Estado y era Jefe Supremo de la Nación. Para ser elegido debía haber nacido en el
territorio nacional y tener no menos de 30 años de edad. Duraba en su cargo cinco años, pudiendo
ser reelegido por un lapso igual de tiempo. Se elegía por electores designados por los
departamentos en votación indirecta.

El Poder Legislativo residía en un Congreso Nacional, compuesto por dos Cámaras: una de diputados,
elegidos por los departamentos de votación directa (uno por cada 20.000 habitantes), y un Senado,
integrado por 20 senadores nombrados por electores, que para este objeto designaban los
departamentos en número triple al de los diputados.

La Constitución establecía que no podían ejercer funciones judiciales ni el Presidente de la República


ni el Congreso Nacional. Los tribunales establecidos eran los encargados de administrar justicia,
decidiendo las controversias conforme al derecho vigente (que en aquella época aún tenía fuertes
componentes del derecho español). Las Fuerzas Armadas eran una entidad obediente y no tenían
derecho a deliberar en asuntos políticos y judiciales.

El Poder Legislativo residía en un Congreso Nacional, compuesto por dos Cámaras: una de diputados,
elegidos por los departamentos de votación directa (uno por cada 20.000 habitantes), y un Senado,
integrado por 20 senadores nombrados por electores, que para este objeto designaban los
departamentos en número triple al de los diputados.

La Constitución establecía que no podían ejercer funciones judiciales ni el Presidente de la República


ni el Congreso Nacional. Los tribunales establecidos eran los encargados de administrar justicia,
decidiendo las controversias conforme al derecho vigente (que en aquella época aún tenía fuertes
componentes del derecho español).

La Constitución de 1833 tuvo carácter presidencialista durante sus primeros cuatro decenios de
vigencia. A partir de 1871, se dará comienzo a una serie de reformas constitucionales, sumado a
prácticas políticas que contribuirán, hacia fines del siglo XIX y principios del XX, a la instauración en
Chile de un régimen parlamentario o a un “parlamentarismo a la chilena” que existió hasta el año
1925.
Constitución Política de 1925

Este texto constitucional establece (o restablece) el presidencialismo como régimen de gobierno.


Rige buena parte del siglo XX, otorgándole el Estado un papel fundamental en el desarrollo político,
económico, social y cultural del país.

La carta de 1925 instituyó un Ejecutivo fuerte, con amplias atribuciones administrativas, sin
desmedro de las libertades públicas y de las garantías individuales. El Presidente es Jefe de Gobierno
y de Estado. Nombra y remueve discrecionalmente a los Ministros que deben gozar de su exclusiva
confianza, ejerciendo importantes funciones colegisladoras y nombrando a los jueces de los
Tribunales ordinarios de Justicia a proposiciones en ternas o quinas (grupos de tres o cinco) de las
Cortes de Apelaciones o Corte Suprema según sea el caso. El Presidente duraría en su cargo seis
años, siendo elegido por sufragio universal directo. Se crea la incompatibilidad entre los cargos de
parlamentario con la de Ministro de Estado.

En materia de sufragio, otorgó el derecho a voto a los chilenos con veintiún años cumplidos, si sabían
leer y escribir, y se inscribían en los registros electorales. Sin embargo, por vía de ley se le impedía
a las mujeres votar, situación que solo cambió a partir de 1935, en que se permite a las mujeres
inscribirse y participar en las elecciones municipales (ley 5.357 de 1934) y posteriormente en 1949
(ley 9.292) sufragar también en las parlamentarias y en las presidenciales.

El Poder Legislativo lo conformaba un Congreso bicameral, compuesto por el Senado y la Cámara de


Diputados. Los Diputados, que ejercen además de la función de fiscalización de los actos de gobierno
y de la administración, podían acusar constitucionalmente ante el Senado al Presidente de la
República, los Ministros de Estado, generales y almirantes, intendentes y gobernadores, entre otros
funcionarios por los delitos que la Constitución establecía.

La forma del Estado era unitaria y establecía una cierta posibilidad de descentralización provincial.
Esta Constitución estableció la separación de la Iglesia del Estado y garantizó la más amplia libertad
de conciencia y de cultos.

Además, estableció un sistema de control de constitucionalidad de las leyes con efecto para el caso
particular que conocía, a través del recurso de inaplicabilidad por inconstitucionalidad ante la Corte
Suprema, y posteriormente, en 1970, se establece un Tribunal Constitucional encargado de realizar
un control de constitucionalidad preventivo de los proyectos de ley.

Conviene destacar que la mencionada Carta Fundamental también estableció que existirían
tribunales contencioso-administrativos, encargados de resolver las reclamaciones que se
interpongan contra los actos o disposiciones arbitrarias de las autoridades políticas o
administrativas y cuyo conocimiento no esté entregado a otros Tribunales por la Constitución o las
leyes, y encargando su organización y atribuciones a la ley. Sin embargo, al no regularse estas
últimas materias por el legislador, dichos tribunales no entraron en funcionamiento.
APARTADOS DE UNA CONSTITUCIÓN Y ORGANIZACIÓN DE LA
CONSTITUCIÓN CHILENA
La Carta Fundamental de 1980 puede dividirse, a grandes rasgos, en cuatro grandes bloques.

Parte Dogmática:

Sección de la Constitución en la que se establecen principios básicos del Estado y de Gobierno, y


el respeto a los derechos fundamentales y sus garantías.

Podemos incluir dentro de ella, los siguientes capítulos:


Bases de la
PARTE DOGMÁTICA Institucionalidad
(Capítulo I)

Nacionalidad y Ciudadanía
(Capítulo II)

Derechos y Deberes
(Capítulo III)

1. Capítulo I - Bases de la Institucionalidad: Contiene el conjunto de principios que


sirven de soporte o cimiento conforme al cual se organiza la Sociedad. Fija la
estructura esencial que inspirará el resto de la normativa constitucional,
estableciendo entre otros tópicos, normas básicas en relación con las personas, con
la forma del Estado y del Gobierno, se establecen los deberes del Estado, y se regula
el ejercicio de la Soberanía Nacional.
2. Capítulo II - Nacionalidad y Ciudadanía: Reconoce la nacionalidad chilena en las
distintas formas en que esta se obtiene, ya sea ius sanguinis (Nacionalidad por
consanguinidad, es decir, por ser hijo/a de padres nacidos en Chile), ius solis
(Nacionalidad por territorialidad, es decir, por haber nacido en el territorio), por
carta de nacionalización (Nacionalidad por carta se obtiene luego de residir por más
de cinco años en el país y cumpliendo con los requisitos establecidos en la ley) o por
gracia (Nacionalidad por gracia se le otorga a extranjeros que hayan prestado
grandes servicios al país y cumpliendo con los requisitos establecidos en la ley).
También establece las reglas básicas de la ciudadanía, el derecho a sufragio y la
forma de elección.
3. Capítulo III – De los Derechos y Deberes Constitucionales: extensa enunciación de
los derechos y deberes reconocidos en Chile.
Parte Dogmática:

Regula la organización y atribuciones de los distintos entes que conforman al Estado.

Podemos incluir dentro de ella, los siguientes capítulos:

Gobierno (Capítulo IV)


Congreso Nacional (Capítulo V)

Poder Judicial (Capítulo VI)


PARTE ORGÁNICA

Ministerio Público (Capítulo VII)


Tribunal Constitucional (Capítulo VIII)
Servicio Electoral y Justicia Electoral (Capítulo IX)
Contraloría General (Capítulo X)
FF.AA., de Orden y Seguridad (Capítulo XI)
Consejo de Seguridad Nacional (Capítulo XII)
Banco Central (Capítulo XIII)
Gobierno y Administración Interior (Capítulo XIV)

1. Capítulo IV - Gobierno:

Establece como jefe del Estado y del Gobierno al Presidente de la República. Define las formas
de elección de éste, los requisitos para desempeñar el cargo y las atribuciones del Presidente
de la República. Por otra parte, define las normas relativas a los Ministros de Estado, su
nombramiento y requisitos para desempeñar el cargo, y las normas básicas sobre las bases de
la Administración del Estado y los Estados de Excepción Constitucional.
Respecto del Presidente de la República, en su artículo 24 se establece que:

“El gobierno y la administración del Estado corresponden al Presidente de la


República, quien es el Jefe del Estado.
Su autoridad se extiende a todo cuanto tiene por objeto la conservación del
orden público en el interior y la seguridad externa de la República, de acuerdo
con la Constitución y las leyes”.

Respecto de los Ministros, el artículo 34 señala que:

“Los Ministros de Estado son los colaboradores directos e inmediatos del


Presidente de la República en el gobierno y administración del Estado.”

Luego, el artículo 35 dispone que “Los reglamentos y decretos del Presidente de la República
deberán firmarse por el Ministro respectivo y no serán obedecidos sin este esencial requisito”.

2. Capítulo V – Congreso Nacional:

Se establece un Congreso Nacional bicameral, con un Senado y una Cámara de Diputados,


estableciendo la forma de elección de los miembros de los mismos y sus números, los requisitos e
inhabilidades para desempeñar el cargo, las atribuciones exclusivas de cada rama y del congreso
en su conjunto, el funcionamiento del congreso, las materias de ley y la formación de las mismas.
El artículo 46 de la CPR señala que “El Congreso Nacional se compone de dos ramas: la Cámara de
Diputados y el Senado. Ambas concurren a la formación de las leyes en conformidad a esta
Constitución y tienen las demás atribuciones que ella establece.”

Se establecen algunas atribuciones exclusivas de la Cámara de Diputados (Ejemplo: Fiscalizar los


actos del gobierno y crear comisiones investigadoras) y otras del Senado (aprobar designaciones
de ministros y fiscales judiciales de la Corte Suprema, del Fiscal Nacional y del Contralor General).

En el artículo 63 de la CPR, se establecen taxativamente las materias que pueden ser reguladas a
través de una ley.

Artículo 63.- Sólo son materias de ley:

1) Las que en virtud de la Constitución deben ser objeto de leyes orgánicas constitucionales.

2) Las que la Constitución exija que sean reguladas por una ley.

3) Las que son objeto de codificación, sea civil, comercial, procesal, penal u otra.

4) Las materias básicas relativas al régimen jurídico laboral, sindical, previsional y de seguridad
social.

5) Las que regulen honores públicos a los grandes servidores.

6) Las que modifiquen la forma o características de los emblemas nacionales.


7) Las que autoricen al Estado, a sus organismos y a las municipalidades, para contratar
empréstitos, los que deberán estar destinados a financiar proyectos específicos. La ley deberá
indicar las fuentes de recursos con cargo a los cuales deba hacerse el servicio de la deuda. Sin
embargo, se requerirá de una ley de quórum calificado para autorizar la contratación de aquellos
empréstitos cuyo vencimiento exceda del término de duración del respectivo período presidencial.

Lo dispuesto en este número no se aplicará al Banco Central.

8) Las que autoricen la celebración de cualquier clase de operaciones que puedan


comprometer en forma directa o indirecta el crédito o la responsabilidad financiera del Estado, sus
organismos y de las municipalidades.

Esta disposición no se aplicará al Banco Central.

9) Las que fijen las normas con arreglo a las cuales las empresas del Estado y aquellas en que
éste tenga participación puedan contratar empréstitos, los que en ningún caso, podrán efectuarse
con el Estado, sus organismos o empresas.

10) Las que fijen las normas sobre enajenación de bienes del Estado o de las municipalidades y
sobre su arrendamiento o concesión.

11) Las que establezcan o modifiquen la división política y administrativa del país.

12) Las que señalen el valor, tipo y denominación de las monedas y el sistema de pesos y
medidas.

13) Las que fijen las fuerzas de aire, mar y tierra que han de mantenerse en pie en tiempo de
paz o de guerra, y las normas para permitir la entrada de tropas extranjeras en el territorio de la
República, como, asimismo, la salida de tropas nacionales fuera de él.

14) Las demás que la Constitución señale como leyes de iniciativa exclusiva del Presidente de la
República.

15) Las que autoricen la declaración de guerra, a propuesta del Presidente de la República.

16) Las que concedan indultos generales y amnistías y las que fijen las normas generales con
arreglo a las cuales debe ejercerse la facultad del Presidente de la República para conceder
indultos particulares y pensiones de gracia.

Las leyes que concedan indultos generales y amnistías requerirán siempre de quórum
calificado. No obstante, este quórum será de las dos terceras partes de los diputados y senadores
en ejercicio cuando se trate de delitos contemplados en el Artículo 9°.
17) Las que señalen la ciudad en que debe residir el Presidente de la República, celebrar sus
sesiones el Congreso Nacional y funcionar la Corte Suprema y el Tribunal Constitucional.

18) Las que fijen las bases de los procedimientos que rigen los actos de la administración
pública.

19) Las que regulen el funcionamiento de loterías, hipódromos y apuestas en general.

20) Toda otra norma de carácter general y obligatoria que estatuya las bases esenciales de un
ordenamiento jurídico.

Artículo 65.- (inciso cuarto). Corresponderá, asimismo, al Presidente de la República la iniciativa


exclusiva para:

1) Imponer, suprimir, reducir o condonar tributos de cualquier clase o naturaleza, establecer


exenciones o modificar las existentes, y determinar su forma, proporcionalidad o progresión.

2) Crear nuevos servicios públicos o empleos rentados, sean fiscales, semifiscales, autónomos o
de las empresas del Estado; suprimirlos y determinar sus funciones o atribuciones.

3) Contratar empréstitos o celebrar cualquiera otra clase de operaciones que puedan


comprometer el crédito o la responsabilidad financiera del Estado, de las entidades semifiscales,
autónomas, de los gobiernos regionales o de las municipalidades, y condonar, reducir o modificar
obligaciones, intereses u otras cargas financieras de cualquier naturaleza establecidas en favor del
Fisco o de los organismos o entidades referidos.

4) Fijar, modificar, conceder o aumentar remuneraciones, jubilaciones, pensiones, montepíos,


rentas y cualquiera otra clase de emolumentos, préstamos o beneficios al personal en servicio o
en retiro y a los beneficiarios de montepío, en su caso, de la Administración Pública y demás
organismos y entidades anteriormente señalados, como asimismo fijar las remuneraciones
mínimas de los trabajadores del sector privado, aumentar obligatoriamente sus remuneraciones y
demás beneficios económicos o alterar las bases que sirvan para determinarlos; todo ello sin
perjuicio de lo dispuesto en los números siguientes.

5) Establecer las modalidades y procedimientos de la negociación colectiva y determinar los


casos en que no se podrá negociar.

6) Establecer o modificar las normas sobre seguridad social o que incidan en ella, tanto del
sector público como del sector privado.
El Congreso Nacional sólo podrá aceptar, disminuir o rechazar los servicios, empleos,
emolumentos, préstamos, beneficios, gastos y demás iniciativas sobre la materia que proponga el
Presidente de la República.

3. Capítulo VI – Poder Judicial:

En este apartado, se regula el Poder Judicial que está constituido por los tribunales subordinados a
la Corte Suprema, establecidos por la ley, a los cuales les corresponde el conocimiento, resolución
y fallo de todos los asuntos judiciales que se promueven dentro del territorio de la República de
Chile.

4. Capítulo VII – Ministerio Público:

La Constitución lo establece como un organismo autónomo, cuya unción es dirigir en forma


exclusiva la investigación de los hechos constitutivos de delito, los que determinen la participación
punible y los que acrediten la inocencia del imputado, así como las demás funciones que en dicho
apartado se indican.

5. Capítulo VIII – Tribunal Constitucional:

Se establece una magistratura especial e independiente, con una serie de atribuciones, entre las
cuales se destaca el control de constitucionalidad preventivo y posterior de preceptos legales.

6. Capítulo IX – Servicio Electoral y Justicia Electoral:

Establecen las normas fundamentales de estos organismos.

7. Capítulo X - Contraloría General de la República:

Dotada de autonomía constitucional, establece la forma de designar a los miembros de este


organismo y los procedimientos en los cuales opera el mismo.

8. Capítulo XI – Fuerzas Armadas, de Orden y Seguridad Pública:


Establece la forma de operar de las instituciones armadas y policiales, sus normas fundamentales,
el ascenso de sus miembros y la designación de los comandantes en jefe de las distintas ramas de
las FF.AA. y de Orden.

9. Capítulo XII – Consejo de Seguridad Nacional

Establece un Consejo de Seguridad Nacional, formado por los miembros que la Constitución
señala, para asesorar al Gobierno en materias de su incumbencia.

10. Capítulo XIII – Banco Central:

Establece normas fundamentales para este órgano autónomo y técnico.

11. Capítulo XIV – Gobierno y Administración Interior:

Establece las bases del Gobierno y la Administración del Estado a nivel regional y provincial y de la
administración comunal, la forma y modo de operar de las autoridades de dichos entes y sus
atribuciones.

El Gobierno Regional reside en un Intendente:

Artículo 111 inciso primero.- El gobierno de cada región reside en un intendente que será de la
exclusiva confianza del Presidente de la República. El intendente ejercerá sus funciones con
arreglo a las leyes y a las órdenes e instrucciones del Presidente, de quien es su representante
natural e inmediato en el territorio de su jurisdicción.

El intendente tiene por función dirigir las tareas del Gobierno Interior en la Región, conforme a las
orientaciones, órdenes e instrucciones que imparta el Jefe de Estado.

La Administración Regional reside en un Gobierno Regional:

Artículo 111 inciso segundo.- La administración superior de cada región radicará en un gobierno
regional que tendrá por objeto el desarrollo social, cultural y económico de la región.

El Gobierno Regional es un organismo autónomo que se encarga de la administración superior de


la región, se preocupa por el desarrollo armónico y equitativo del territorio. Su principal labor es la
planificación y la confección de proyectos que impulsen el desarrollo económico, social y cultural
de la Región Metropolitana, tomando en cuenta la preservación y mejoramiento del medio
ambiente y la participación de la comunidad.

El Gobierno y Administración Provincial es ejercida por un Gobernador:

Artículo 116.- En cada provincia existirá una gobernación que será un órgano territorialmente
desconcentrado del intendente. Estará a cargo de un gobernador, quien será nombrado y
removido libremente por el Presidente de la República.

Corresponde al gobernador ejercer, de acuerdo a las instrucciones del intendente, la


supervigilancia de los servicios públicos existentes en la provincia. La ley determinará las
atribuciones que podrá delegarle el Intendente y las demás que le corresponden.

La Administración Comunal reside en las Municipalidades:

Artículo 118.- La administración local de cada comuna o agrupación de comunas que determine la
ley reside en una municipalidad, la que estará constituida por el alcalde, que es su máxima
autoridad, y por el concejo.

Las municipalidades se definen en el artículo 1° de la ley N° 18.695, como corporaciones


autónomas de derecho público, con personalidad jurídica y patrimonio propio, cuya finalidad es
satisfacer las necesidades de la comunidad local y asegurar su participación en el progreso
económico, social y cultural de las respectivas comunas.

Procedimientos de Reforma (Capítulo XV)

El Capítulo XV de la Constitución establece la forma, los quórums y modos de reformar los


diferentes capítulos de la Constitución Política de la República.

El sistema, actualmente vigente hasta esta fecha, presenta las siguientes características:
Iniciativa Ejecutivo o
Legislativo

REFORMA (Capítulo XV)


PROCEDIMIENTOS DE
Quórum de 3/5 (salvo
capítulos I, III, VIII, XII y XV
que es de 2/3)

Plebiscito para dirimir

Posibilidad de insistencia del


Congreso

Iniciativa Ejecutivo o Legislativo:


Iniciativa del proyecto de reforma por mensaje del Presidente de la República o por moción de
cualquiera de los miembros del Congreso, con las limitaciones del artículo 65.

Quórum de 3/5:
Exigencia de un quórum general de aprobación de tres quintas partes de los diputados y senadores
en ejercicio; y de un quórum especial más elevado de dos tercios para la modificación de
determinadas materias (Caps. I, III, VIII, XI, XII y XV).

Plebiscito para dirimir:


Facultad discrecional del Presidente para convocar a plebiscito con el objeto de dirimir las
controversias entre el Ejecutivo y el Legislativo.

Posibilidad de insistencia del Congreso:


El rechazo total del Presidente a un proyecto aprobado por las cámaras puede ser superado por la
insistencia de las dos terceras partes de los miembros en ejercicio en cada cámara.
El rechazo parcial del Presidente a un proyecto aprobado por ambas cámaras puede ser superado
con el voto conforme de las tres quintas partes o dos terceras partes de los miembros en ejercicio
de cada cámara, de lo contrario no habrá́ reforma sobre los puntos en discrepancia.

Disposiciones Transitorias

El último capítulo de la CPR contiene 27 artículos que regulan situaciones especialísimas. La mayor
parte de dichas normas se contenía en el texto original de la Carta Fundamental, pero algunas han
sido incorporadas con posterioridad, para regular situaciones especiales ocurridas a propósito de
reformas constitucionales.

Ejemplos:
1. Disposición cuarta transitoria, según la cual se entiende que las leyes vigentes a la época
de entrada en vigencia de la CPR, sobre materias de LOC o de LQM, cumplen con esos
requisitos.
2. Disposición vigesimocuarta transitoria, que permitió al Estado de Chile ratificar el estatuto
de Roma de la Corte Penal Internacional.
3. Disposición vigesimoséptima transitoria, que reguló la situación de los consejeros del
SERVEL en funciones al momento en que ese organismo adquirió autonomía
Constitucional.

VALORES Y PRINCIPIOS DEL RÉGIMEN CONSTITUCIONAL CHILENO


El capítulo I de la Constitución Política contempla dos grandes líneas orientadoras que inspiran toda
la estructura del ordenamiento jurídico chileno, a saber:
- Valores: entendidos como una realidad o concepto que determina el comportamiento de
una persona o de la sociedad. Desde un punto de vista filosófico jurídico, dice relación con
los ideales u opciones ético-sociales elementales que el Estado defiende y ampara. Son
consensos sociales tenidos como fundamentales, conforme un contexto cultural e historico
específico;
- Principios: entendidos como un estándar que ha de cumplirse por exigencia de la justicia, la
equidad o alguna otra dimensión de la moralidad, son elementos técnico-jurídicos que
surgen de los valores y actúan como la estrcutura que da soporte al ordenamiento
constitucional.
Cualquier norma dentro del ordenamiento jurídico chileno (desde la propia Constitución, pasando
por las leyes, decretos y cualquier otra norma de menor jerarquía), debe respetar los valores y
principios técnico jurídicos que los operativizan, consagrados en la Constitución. O sea, estos valores
y principios imponen a los sujetos – esencialmente a los públicos, pero también a los privados – la
obligación de respetarlos y desarrollarlos, sin discrecionalidades.
La existencia de valores y principios es lo que define que nuestra Constitución sea un texto
orientador y no meramente instrumental. Es con base en estos elementos que debe realizarse la
interpretación constitucional, siempre de modo flexible (ajustándose a la realidad del tiempo en que
ella se realice) y finalista (teniendo siempre como fin último el bien común).

Valores, capítulo I de la CPR, análisis del art. 1° del inc. 1° al 3°

Los valores superiores del ordenamiento jurídico chileno están contemplados en el artículo 1 de la
Constitución Política (CP):
“Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos.
La familia es el núcleo fundamental de la sociedad.
El Estado reconoce y ampara a los grupos intermedios a través de los cuales se organiza y estructura
la sociedad y les garantiza la adecuada autonomía para cumplir sus propios fines específicos.
El Estado está al servicio de la persona humana y su finalidad es promover el bien común, para lo
cual debe contribuir a crear las condiciones sociales que permitan a todos y a cada uno de los
integrantes de la comunidad nacional su mayor realización espiritual y material posible, con pleno
respeto a los derechos y garantías que esta Constitución establece.
Es deber del Estado resguardar la seguridad nacional, dar protección a la población y a la familia,
propender al fortalecimiento de ésta, promover la integración armónica de todos los sectores de la
Nación y asegurar el derecho de las personas a participar con igualdad de oportunidades en la vida
nacional.”

Sobre este artículo el Tribunal Constitucional ha señalado que es donde se encuentra la filosofía que
orienta al intérprete de la CP en la búsqueda de su verdadero sentido (sentencia rol Nº 19 de 1983).

Valor esencial de la persona humana (Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos).

Nuestra CP reconoce que las personas somos los únicos seres dotados de dignidad, atendido que
somos seres consientes, racionales, dotados de voluntad y afectividad, que merecemos ser
respetados por el sólo hecho de existir.

Partiendo de esta premisa (la dignidad del hombre) se reconoce que los humanos somos libres, más
allá de toda consideración o idea (ser hombre es ser libre). Es a partir de esta libertad intrínseca que
se puede hablar de libertad para elegir una opción o crear una nueva (libre albedrío), de libre
participación (que se manifiesta en los derechos políticos) y de libertad para buscar nuestro máximo
desarrollo como seres humanos. Asimismo se reconoce la igualdad natural de las personas – sin
distinción de sexo, clase social, condición ni raza – en el sentido de que no hay seres humanos
superiores ni inferiores a otros. En este contexto, como nadie es más que otros en dignidad o
derechos, por una parte nadie puede discriminar a otras personas (o sea, no se pueden hacer
diferencias arbitrarias, irracionales o injustas) y, por otra el Estado debe propender a corregir las
desigualdades (valor contemplado en el inciso final del artículo 1 de la CP, que veremos más
adelante).
La incorporación de la libertad e igualdad reconoce su origen en el constitucionalismo moderno y la
redacción constitucional tiene una semejanza casi literal con la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre (1948).

Es importante tener en cuenta que libertad e igualdad son los valores que inspiran la creación del
Estado, limitan su actuación y el imponen los deberes que la Constitución contempla.

La familia como estructura social básica (La familia es el núcleo fundamental de la sociedad).

Se reconoce a la familia como un ente que trasciende a las personas que la integran y, en este
contexto se le reconoce dignidad propia y se la protege como grupo social unido por vínculos de
sangre y/o legales y/o religiosos, ya que es esencial para el desarrollo integral de las personas y de
la satisfacción de sus necesidades de amor, alimento, techo cuidado y preparación para la vida en
sociedad.
Considerando su importancia y en línea con el reconocimiento de los grupos intermedios que se
analizará a continuación es que las normas que regulan a la familia se las reconoce como de orden
público y de ese modo irrenunciables e innegociables.
Vale la pena resaltar que la CP no definió el concepto de familia, lo que nos lleva a entender que
estamos bajo un concepto jurídico indeterminado. En ese sentido, lo que se pudo entender como
una familia a la fecha de entrada en vigencia de la CP, no parece ser del todo coincidente con lo que
la sociedad y el Estado entienden por tal hoy en día.

Respeto a los cuerpos intermedios y subsidiaridad del Estado (El Estado reconoce y ampara a los
grupos intermedios a través de los cuales se organiza y estructura la sociedad y les garantiza la
adecuada autonomía para cumplir sus propios fines específicos).

Acá el valor es el respeto que el Estado tiene por la organización de los grupos intermedios de la
sociedad, o sea aquellos que surgen entre la sociedad mayor – el Estado – y las personas. Se les
reconoce a estos grupos la posibilidad de desenvolverse de modo autónomo para cumplir sus fines,
desde que se subordinen a las exigencias del bien común, ya que en caso contrario dicha autonomía
desaparece.

Como corolario del valor antes descrito surge la idea de la subsidiaridad del Estado, cuyo objetivo
es doble. Por una parte proteger a los cuerpos intermedios para que puedan llevar adelante sus
fines específicos y, por otra inhibir al Estado para que no intervenga en las acciones de dichos grupos
intermedios, desde que éstos cumplan su rol y fines orientados al bien común.
En este entendido, el Estado sólo podrá intervenir en una actividad cuando las sociedades
intermedias no sean capaces de desarrollarlas de modo eficiente o atenten contra el bien común.
Es importante tener en cuenta que el rol subsidiario del Estado no puede entenderse en desmedro
de su deber fundamental de, entre otros aspectos, promover la integracion armonica de todo los
sectores de la nacion y asegurar el derecho de las personas a participar con igualdad de
oportunidades en la vida nacional (lo que está relacionado con el inciso siguiente de este artículo
que establece que el Estado está al servicio del bien común).

El Estado como instrumento para el bien común (El Estado está al servicio de la persona humana
y su finalidad es promover el bien común, para lo cual debe contribuir a crear las condiciones
sociales que permitan a todos y a cada uno de los integrantes de la comunidad nacional su mayor
realización espiritual y material posible, con pleno respeto a los derechos y garantías que esta
Constitución establece).

Este valor define la concepción instrumental del Estado, como una entidad cuyo fin es favorecer el
desarrollo integral de los seres humanos. El Estado existe porque los hombres (entendido como las
personas) lo crearon, lo organizan de una forma determinada y le fijan la misión de coordinar los
esfuerzos sociales en busca de la mayor realización espiritual y material de sus miembros.

Ahora bien, la finalidad que el Estado debe perseguir es la "promoción" del bien común y no la
implantación del mismo, vale decir, que debe crear las condiciones que hagan posible su existencia.
El bien común a que se refiere la CP es de carácter personalista, o sea vinculado con el desarrollo
integral de las personas, en sus diversas dimensiones. Considerando que bien común es concepto
jurídico indeterminado, muchos autores prefieren identificarlo con la segunda parte del inciso 3º
del artículo 1 de la CP, de manera que lo entienden como: “crear las condiciones sociales que
permitan a todos y a cada uno de los integrantes de la comunidad nacional su mayor realización
espiritual y material posible, con pleno respeto a los derechos y garantías que esta Constitución
establece”.

Los deberes del Estado (Es deber del Estado resguardar la seguridad nacional, dar protección a la
población y a la familia, propender al fortalecimiento de ésta, promover la integración armónica
de todos los sectores de la Nación y asegurar el derecho de las personas a participar con igualdad
de oportunidades en la vida nacional).

Los deberes del Estado

Siguiendo con la caracterización del Estado como un instrumento al servicio de las personas con
norte en el bien común, la CP define algunos deberes básicos que el Estado debe cumplir:
- Resguardar la seguridad nacional, esto es cuidar de la integridad del territorio, la seguridad
y derechos de sus habitantes. Se entiende la integridad territorial como condición para el
normal desarrollo del Estado, que en cualquier caso está subordinada al bien común.
- Proteger a la población y a la familia, y propender al fortalecimiento de ésta última (respetar
la intangibilidad de los derechos esenciales).
- Promover la integración armónica de todos los sectores de la Nación y asegurar el derecho
de las personas a participar con igualdad de oportunidades en la vida nacional, esto es
garantizar la igualdad de oportunidades (dice relación con hacer realidad el valor de la
igualdad, imponiendo al Estado el deber de remover los obstáculos sociales que permitan
la igualdad de oportunidades, creando las condiciones materiales para ello).

Vale la pena resaltar que la lista anterior no es taxativa y, por ejemplo no contempla el respeto y
promoción de los derechos fundamentales (que está consagrado en el artículo 5º inciso 2º CP).

Símbolos o emblemas nacionales (Artículo 2°)

Símbolos o emblemas nacionales (Artículo 2º.- Son emblemas nacionales la bandera nacional, el
escudo de armas de la República y el himno nacional.).

Como una originalidad en el contexto constitucional chileno, la CP incorporó un artículo a los


emblemas nacionales, que se entiende expresan los valores esenciales de la chilenidad y sirven para
preservar la identidad histórica y cultural de la Patria.

Nuestra CP establece tres símbolos estatales:

Los emblemas son parte importante de la auto representación del Estado – la bandera incluso es un
signo de identificación ante otros Estados – y una forma de representación el él.

Considerando su inclusión en la CP, si se quisiera incorporar un nuevo símbolo o emblema o eliminar


los existentes se requeriría de una reforma constitucional. Ahora si lo que se busca es modificar la
forma o características de los emblemas, se requeriría de un cambio legal.

El respeto por los símbolos descritos por la CP se considera una obligación impuesta por el propio
texto, que en su artículo 22 señala que es un deber de los habitantes de la República el respetar a
Chile y sus emblemas nacionales.
La existencia de estos símbolos o emblemas nacionales no es obstáculo para la existencia de
banderas o pabellones regionales, cuyo uso está definido en el decreto 1534 de 1967, del Ministerio
del Interior (incorporado en una reforma del año 2013).

Principios jurídicos políticos de la CPR, artículos 3 ° y 4 °

Son aquellos principios contemplados entre los artículo 3º al 9º y que dicen relación con la
organización fundamental del Estado, los requisitos y límites esenciales para su funcionamiento.

Forma jurídica del Estado chileno (Artículo 3º.- El Estado de Chile es unitario.
La administración del Estado será funcional y territorialmente descentralizada, o
desconcentrada en su caso, de conformidad a la ley.
Los órganos del Estado promoverán el fortalecimiento de la regionalización del país y el
desarrollo equitativo y solidario entre las regiones, provincias y comunas del territorio nacional).

Un Estado puede tener la forma jurídica de un Estado federado o unitario.

Se considera Estado federal aquel Estado en el que las distintas competencias constitucionales son
distribuidas entre un Gobierno central y los estados particulares (estados federados, provincias,
territorios u otra denominación) que lo conforman.

Diferente del modelo anterior, el Estado de Chile es unitario, o sea cuenta con un solo centro
político de dirección central, que recae en el Gobierno Central. Asimismo, la función legislativa
también está concentrada, en un trabajo conjunto entre el gobierno y el Congreso. Sin perjuicio de
esta concentración del poder, el territorio se divide en 15 regiones y estas en provincias, las cuales
para efectos de su administración interior se dividen en comunas.

Además, la Constitución establece que la administración del Estado será funcional y


territorialmente descentralizada o desconcentrada en su caso, en conformidad a la ley. Que la
administración sea territorialmente descentralizada, quiere decir que no obstante la existencia de
un poder central existen órganos que gozan de personalidad jurídica, patrimonio y competencias
propias, que ejercen sus atribuciones dentro de una porción territorial determinada (el ejemplo
más característico son los Gobiernos Regionales). Que la administración sea funcionalmente
descentralizada, dice relación con órganos que gozan de personalidad jurídica, patrimonio y
competencias propias, que ejercen sus atribuciones sobre una materia específica (algunos
ejemplos son el SII, INE, JUNAEB o las superintendencias). Por su parte, la desconcentración
implica el traslado de competencias desde un órgano del poder central a otro, que actúa bajo la
personalidad jurídica del primero (ejemplos de órganos desconcentrados son: las Secretarías
Regionales Ministeriales o las gobernaciones).
Régimen político (forma política del Estado y forma de gobierno (Artículo 4°.- Chile es una
república democrática).

Esta norma consagra dos importantes definiciones sobre el modelo político chileno:
- En cuanto forma política de Estado, Chile es un Estado Democrático, esto es aquel sistema
donde los gobernantes son elegidos en elecciones libres y deben someter su acción al
ordenamiento jurídico con respeto por los derechos fundamentales.

Todo régimen democrático, para ser considerado como tal, debe cumplir con ciertas reglas básicas:
que se trate de un gobierno de mayorías con respeto a las minorías, pluralismo político e ideológico,
competencia regulada y pacífica, alternancia en el poder (a través de elecciones libres y limpias),
reconocimiento de la autonomía de los cuerpos intermedios y el respeto por el Estado de Derecho.

El modelo chileno es el de una democracia representativa, en que los ciudadanos eligen


directamente a sus autoridades políticas, para ejercer sus funciones de modo temporal, y sometidos
a controles cruzados (internos, entre órganos y por los ciudadanos, a través de las elecciones).

En cuanto forma de gobierno, Chile es una república, o sea el titular del Poder Ejecutivo es electo,
temporal y responsable políticamente de sus actos. En términos generales de habla de república en
oposición a monarquía.

El sistema republicano chileno se clasifica como un gobierno puro republicano o presidencialista, en


el que el Presidente de la República es tanto jefe de Estado como de gobierno, con una clara
separación de poderes y la imposibilidad reciproca que el Presidente o el Congreso revoquen el
mandato del otro por temas de mera confianza.

Artículo 5°, Soberanía

La soberanía (Artículo 5º.- La soberanía reside esencialmente en la Nación. Su ejercicio se realiza


por el pueblo a través del plebiscito y de elecciones periódicas y, también, por las autoridades
que esta Constitución establece. Ningún sector del pueblo ni individuo alguno puede atribuirse
su ejercicio.
El ejercicio de la soberanía reconoce como limitación el respeto a los derechos esenciales que
emanan de la naturaleza humana. Es deber de los órganos del Estado respetar y promover tales
derechos, garantizados por esta Constitución, así como por los tratados internacionales
ratificados por Chile y que se encuentren vigentes.).

La soberanía es el poder supremo (poder político) en cuya virtud el Estado se da una organización
política y jurídica y se relaciona con otros Estados en un plano de independencia e igualdad.
Según la CP ese poder reside en la Nación toda. Ya su ejercicio recae en el pueblo, entendido como
el electorado, participando en elecciones y/o plebiscitos y, a través de las autoridades electas. Por
este motivo, sólo aquellas autoridades o gobernantes que hayan recibido el poder directamente o
derivado (como en el caso de los jueces, fiscales o el propio Contralor General) desde el
electorado, en la forma prescrita por la CP, son legítimos.

Considerando esta residencia del poder en el electorado, la CP prohíbe que un sector determinado
de éste o un individuo en particular se atribuya algún poder o prerrogativa al margen de la
voluntad del cuerpo político de la sociedad (electorado).

Aun cuando la soberanía sea un poder supremo, está limitada por los derechos esenciales que
emanan de la naturaleza humana. Esto significa que dentro del ordenamiento chileno no existe un
poder capaz de eliminar, ni siquiera coartar los derechos fundamentales, ni siquiera mediante una
reforma constitucional (salvo, es claro, si se hiciera fuera de los límites de la actual CP). Es
importante aclarar que sin perjuicio del listado de derechos humanos protegidos por la CP (en el
Capítulo III) o de aquellos listados en los tratados internacionales ratificados por el país y vigentes
en Chile, éstos no pueden ser enumerados taxativamente, ya que el desarrollo del ser humano
puede ir perfeccionando los existentes o creando otros nuevos. Esto significa que no porque un
derecho en particular no esté mencionado en la CP o en los tratados sobre derechos esenciales
vigentes, éste no existe.

Toda esta declaración sobre origen y ejercicio del poder soberano, así como su limitación por
parte de los derechos esenciales, concluyen con una imposición a los órganos estatales, en el
sentido de que deben respetar y promover tales derechos. Esta obligación es amplia y alcanza
tanto a las funciones estatales clásicas (Ejecutiva, Legislativa, Judicial) como para las restantes
funciones y órganos (Contraloría, Ministerio Público, Banco Central, FF.AA. De Orden y Seguridad,
municipalidades, etc.).

Artículos 6° y 7°

Supremacía constitucional (Artículo 6º.- Los órganos del Estado deben someter su acción a la
Constitución y a las normas dictadas conforme a ella, y garantizar el orden institucional de la
República.
Los preceptos de esta Constitución obligan tanto a los titulares o integrantes de dichos órganos
como a toda persona, institución o grupo.
La infracción de esta norma generará las responsabilidades y sanciones que determine la ley.).

La supremacía constitucional implica que la CP es la norma superior de todo el ordenamiento


jurídico chileno y que por tanto define la producción normativa de rango inferior. O sea, toda
norma en Chile debe sujetarse a las directrices formales y sustantivas definidas en la CP.
Esta supremacía implica que la CP es una norma de aplicación inmediata que rige directamente, o
sea que lo que dice es obligatorio para todos, sin mayor trámite.

En este entendido toda norma de menor jerarquía que la CP debe ser interpretada a la luz de los
preceptos constitucionales.

Este artículo incluye también lo que se denomina principio de responsabilidad, en cuya virtud
quien ejerce el poder es responsable de ejecutar sus actos conforme al ordenamiento jurídico y
cualquier actuación al margen de éste da pie para perseguir las responsabilidades administrativas,
civiles, penales y/o políticas que fueren procedentes. Ahora bien, la definición de las sanciones
queda entregada a la ley y no son establecidas directamente por la CP.

Separación de Poderes y Estado de Derecho (Artículo 7º.- Los órganos del Estado actúan
válidamente previa investidura regular de sus integrantes, dentro de su competencia y en la
forma que prescriba la ley.
Ninguna magistratura, ninguna persona ni grupo de personas pueden atribuirse, ni aun a
pretexto de circunstancias extraordinarias, otra autoridad o derechos que los que expresamente
se les hayan conferido en virtud de la Constitución o las leyes.
Todo acto en contravención a este artículo es nulo y originará las responsabilidades y sanciones
que la ley señale.).

El artículo 7 de la CP contempla dos importantes principios jurídico-políticos: el Estado de Derecho


y la Separación de Poderes.

En virtud del principio de Estado de Derecho cualquier autoridad debe someter su acción al
ordenamiento jurídico vigente, para de ese modo evitar la arbitrariedad del actuar de los
gobernantes y garantizar el respeto por los derechos esenciales. Conforme con este principio es
que los gobernantes y autoridades sólo pueden hacer aquello que esté dentro de las atribuciones
y derechos que expresamente les haya conferido el ordenamiento jurídico.

Vinculado con el principio anterior podemos identificar el principio de Separación de Poderes,


concepto clásico de la ciencia política (elaborado por Montesquieu en el siglo XVIII), que consiste
en que cada Poder Estatal (Ejecutivo Legislativo, Judicial) debe radicar en personas/órganos
distintos y tener una esfera precisa y diferenciada de atribuciones. Actualmente la aplicación de
este principio no es tan rígida como originalmente fue planteada, y es así como por ejemplo
encontramos que el gobierno tiene funciones legislativas y judiciales, o que el Congreso ejerce
funciones judiciales y de coadministración. En cualquier caso, aun cuando un Poder pueda realizar
acciones que son propias de la esfera de competencias de otro, ello sólo será posible si es que el
ordenamiento jurídico así lo permite.
Considerando la importancia de estos principios y su implicancia para el funcionamiento del
Estado es que la propia CP define una sanción en caso de incumplimiento de éstos, al definir que
todo acto contrario a lo establecido en el artículo 7º es nulo y además generará las
responsabilidades que sean procedentes.

Artículos 8° y 9°

Probidad y transparencia en el ejercicio de la función estatal (Artículo 8º.- El ejercicio de las


funciones públicas obliga a sus titulares a dar estricto cumplimiento al principio de probidad en
todas sus actuaciones.
Son públicos los actos y resoluciones de los órganos del Estado, así como sus fundamentos y los
procedimientos que utilicen. Sin embargo, sólo una ley de quórum calificado podrá establecer la
reserva o secreto de aquéllos o de éstos, cuando la publicidad afectare el debido cumplimiento
de las funciones de dichos órganos, los derechos de las personas, la seguridad de la Nación o el
interés nacional.
El Presidente de la República, los Ministros de Estado, los diputados y senadores, y las demás
autoridades y funcionarios que una ley orgánica constitucional señale, deberán declarar sus
intereses y patrimonio en forma pública.
Dicha ley determinará los casos y las condiciones en que esas autoridades delegarán a terceros
la administración de aquellos bienes y obligaciones que supongan conflicto de interés en el
ejercicio de su función pública. Asimismo, podrá considerar otras medidas apropiadas para
resolverlos y, en situaciones calificadas, disponer la enajenación de todo o parte de esos
bienes.).

Los principios y definiciones contempladas en el artículo 8º de la CP son producto de dos reformas


constitucionales recientes. Por una parte la reforma del año 2005 incorporó los principios de
probidad y transparencia, y por otra fue mediante una reforma del 2010 que se incorporó – a
nivel constitucional – la obligación de hacer declaraciones de patrimonio e intereses.

El principio de probidad dice relación con el actuar recto/honrado de las actuaciones y decisiones
de las personas que ejercen poder público, que deberá pensar siempre en el interés general por
sobre el interés particular – sean propios, de sus relacionados o de una persona o grupo en
particular. En este sentido, la probidad dirige la actuación de los gobernantes y autoridades que
siempre se deben orientar por el interés general de la sociedad.

Estrechamente vinculado con la probidad está el principio de publicidad de los actos y


resoluciones de los órganos del Estado, y por este medio la transparencia, que permite que toda
persona pueda conocer el contenido y fundamentos de las decisiones adoptadas por un órgano
estatal (existiendo sólo contadas excepciones).

Probidad, publicidad y transparencia ya habían sido recogidos por la ley – en la de Bases Generales
de la Administración del Estado y en la de procedimientos administrativos, pero ahora pasan a ser
reconocidos como principios constitucionales y, por esa vía orientadores de todo el
funcionamiento del Estado.

El terrorismo como violación a los derechos humanos (Artículo 9º.- El terrorismo, en cualquiera
de sus formas, es por esencia contrario a los derechos humanos.
Una ley de quórum calificado determinará las conductas terroristas y su penalidad. Los
responsables de estos delitos quedarán inhabilitados por el plazo de quince años para ejercer
funciones o cargos públicos, sean o no de elección popular, o de rector o director de
establecimiento de educación, o para ejercer en ellos funciones de enseñanza; para explotar un
medio de comunicación social o ser director o administrador del mismo, o para desempeñar en él
funciones relacionadas con la emisión o difusión de opiniones o informaciones; ni podrá ser
dirigentes de organizaciones políticas o relacionadas con la educación o de carácter vecinal,
profesional, empresarial, sindical, estudiantil o gremial en general, durante dicho plazo. Lo
anterior se entiende sin perjuicio de otras inhabilidades o de las que por mayor tiempo
establezca la ley.
Los delitos a que se refiere el inciso anterior serán considerados siempre comunes y no políticos
para todos los efectos legales y no procederá respecto de ellos el indulto particular, salvo para
conmutar la pena de muerte por la de presidio perpetuo.).

La inclusión de una declaración dogmática contra el terrorismo es algo novedoso en el sistema


constitucional chileno. Ello se fundamentó en la idea de que éste “en el afán de infundir miedo y
pánico en la sociedad, con el fin de atentar contra la autoridad o lograr objetivos políticos, cobra
sus víctimas valiéndose de los procedimientos más crueles y salvajes (…)”. En este contexto, se
consideró al terrorismo como una negación de los valores y principios que iluminan y orientan a la
propia CP, aun cuando éste pretenda sostenerse en un fin superior o en la defensa de una causa
hipotéticamente justa.

Hecha la declaración, la CP entrega al legislador – para que por medio de una ley de quórum
calificado – la potestad de definir qué conductas se considerarán terroristas y su penalidad**, no
obstante define expresamente las inhabilidades a las que quedan sujetos los condenados por
estos delitos y los plazos mínimos que estas durarán. Además, el texto constitucional prohíbe el
otorgamiento de indultos para delitos de este tipo, salvo que se trate de conmutar la pena de
muerto por la de presidio perpetuo.

Es importante tener en cuenta que la CP hace una declaración expresa en el sentido de identificar
los delitos terroristas como delitos comunes y no como delitos políticos (como se dijo
previamente, no hay ninguna causa que justifique la violación de los derechos humanos).
EJERCICIO DE LA FUNCIÓN PÚBLICA Y SU RELACIÓN CON LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA
La función pública – etimológicamente cumplir o ejecutar lo público – se entiende como la tarea,
misión o cometido asignados a los órganos públicos. O sea, la ejecución de actos jurídicos y/o
hechos materiales, realizados por un órgano estatal cuyo fin es la obtención del bien común.

Este concepto abarca tanto la estructura, prerrogativas y funciones de los órganos estatales, como
el ejercicio de la función pública, esto es la regulación del trabajo de los funcionarios públicos.
El régimen jurídico de la función pública en Chile está contenido esencialmente en lo siguientes
textos:
• Constitución Política de la República.
• Ley Nº 18.575, de Bases de la Administración del Estado.
• Ley N° 18.834, que aprueba el Estatuto Administrativo + Estatutos especiales.
• Ley N° 19.653, de Probidad Administrativa.
• Ley Nº 19.880, de Bases de Procedimiento Administrativo.
• Ley Nº 19.882, del Nuevo Trato Laboral y Sistema de Alta Dirección Pública.
• Ley Nº 20.088, de Declaración de Intereses y Patrimonio.
• Ley Nº 20.055, de Acoso Sexual.
• Ley Nº 20.880, sobre probidad en la función pública y prevención de los conflictos
de intereses.

En sentido amplio, en la medida que la CP actúa como un límite y regulación para la actividad del
Estado, se puede decir que toda ella, en mayor o menor medida, regula la función pública. En
efecto, todos los valores y principios de la CP constituyen un marco de acción orientador de la
actividad estatal – tanto en la actuación de los órganos como en el quehacer de los funcionarios –
que, en la búsqueda del bien común debe cumplir con su deber ajustándose al ordenamiento
jurídico, con pleno respeto de los derechos esenciales que emanan de la persona humana.

Ahora bien, en sentido estricto, la regulación constitucional de la función pública está contenida
esencialmente en las siguientes normas:
- Artículo 19 Nº 17 CP: que se conoce como la igualdad ante los cargos públicos, dispone
que “La Constitución asegura a todas las personas: La admisión a todas las funciones y
empleos públicos, sin otros requisitos que los que impongan la Constitución y las leyes”;
- Artículo 38 CP, que establece que “Una ley orgánica constitucional determinará la
organización básica de la Administración Pública, garantizará la carrera funcionaria y los
principios de carácter técnico y profesional en que deba fundarse, y asegurará tanto la
igualdad de oportunidades de ingreso a ella como la capacitación y el perfeccionamiento
de sus integrantes.
Cualquier persona que sea lesionada en sus derechos por la Administración del Estado, de
sus organismos o de las municipalidades, podrá reclamar ante los tribunales que
determine la ley, sin perjuicio de la responsabilidad que pudiere afectar al funcionario que
hubiere causado el daño.”

En cumplimiento del mandato constitucional expreso y respetando la CP en su conjunto, el


legislador dictó la Ley Orgánica Constitucional de Bases Generales de la Administración del Estado
(Nº 18.575), cuyo texto refundido, coordinado y sistematizado fue fijado mediante el Decreto con
Fuerza de Ley 1/19.653 de 13 de diciembre de 2000. Este texto normativo desarrolla los aspectos
esenciales de la estructura de la Administración del Estado, a saber:
- Definir la organización básica de la Administración;
- Garantizar la carrera funcionaria y los principios técnico / profesionales en los que debe
fundarse;
- Establecer como se asegurará el principio de igualdad de oportunidades de ingreso a la
Administración, la capacitación y el perfeccionamiento de sus integrantes;
- Destacar y sentar la idea de que todo daño causado por la administración del Estado, por
sus organismos o municipalidades es indemnizable.

BREVE REFERENCIA A LOS DERECHOS (GARANT ÍAS) Y DEBERES


CONSTITUCIONALES
En el Capítulo III de la Constitución, se encuentran los Derecho y Deberes, las Acciones y las
Garantías Constitucionales.

Los derechos esenciales (comúnmente conocidos como derechos humanos) son innatos y
anteriores a cualquier ordenamiento jurídico, o sea son naturales y anteriores al Estado. En este
sentido, nuestro ordenamiento constitucional parte de la base de que los derechos esenciales
tienen las siguientes características:

- Son innatos, toda vez que se nace con ellos.

- Son universales, ya que se extienden a todo el género humano, sin importar el tiempo o lugar.

- Son absolutos, desde que pueden reclamarse respecto de cualquier persona, autoridad o
comunidad.

Atendidas estas características es que la doctrina jurídica concluye que los derechos humanos son
necesarios, inalienables, inviolables e imprescriptibles.
Aun cuando los derechos son anteriores al Estado y no dependen de éste para su existencia, la
Constitución igualmente los consagra por los siguientes motivos:

• Como un modo de divulgarlos.

• Para garantizar su ejercicio.

• Para reglamentarlos adecuadamente.

Derecho a la vida y a la integridad física y


psíquica (artículo 19 Nº 1)

Protección de la vida del que está por


DERECHO A LA VIDA

nacer (artículo 19 Nº 1 inciso 2º)

Prohibición de todo apremio ilegítimo


(artículo 19 Nº 1 inciso 4º)
Derecho a vivir en un medio ambiente
limpio y libre de contaminación (artículo
19 Nº 8)
Derecho a la protección de la salud
(artículo 19 Nº 9)

Derecho a la seguridad social (artículo 19


Nº 18)
Igualdad ante la ley (artículo 19
Nº 2)
IGUALDADES
Igualdad ante la justicia
(artículo 19 Nº 3)

Igualdad ante los cargos


públicos (artículo 19 Nº 17)

Igualdad ante las cargas


públicas (artículo 19 Nº 20)
Derecho a la libertad personal y a la seguridad individual (artículo 19, N°7):

Recurso de protección (art. 20) y recurso de amparo (art. 21)

Basados en el principio de Supremacía Constitucional contemplada en el artículo 6 CP y a fin de


resguardar el contenido de esta Norma Fundamental, el propio Constituyente definió mecanismos
que permitan hacer efectivo dicho principio en lo que dice relación con el respeto por los derechos
esenciales*. Estas herramientas permitan a las personas requerir la intervención rápida del Poder
Judicial cuando ven amenazado, perturbado o amenazado sus derechos.

Estas acciones (en términos doctrinarios) que la CP denomina recursos son:


- Recurso de protección, contemplado en el artículo 20 CP (El que por causa de actos u
omisiones arbitrarios o ilegales sufra privación, perturbación o amenaza en el legítimo
ejercicio de los derechos y garantías establecidos en el artículo 19, números 1º, 2º, 3º
inciso quinto, 4º, 5º, 6º, 9º inciso final, 11º,12º, 13º, 15º, 16º en lo relativo a la libertad
de trabajo y al derecho a su libre elección y libre contratación, y a lo establecido en el
inciso cuarto, 19º, 21º, 22º, 23º, 24°, y 25º podrá ocurrir por sí o por cualquiera a su
nombre, a la Corte de Apelaciones respectiva, la que adoptará de inmediato las
providencias que juzgue necesarias para restablecer el imperio del derecho y asegurar la
debida protección del afectado, sin perjuicio de los demás derechos que pueda hacer
valer ante la autoridad o los tribunales correspondientes.
Procederá, también, el recurso de protección en el caso del Nº8º del artículo 19, cuando el
derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación sea afectado por un acto u
omisión ilegal imputable a una autoridad o persona determinada.)

- Recurso de amparo, consagrado en el artículo 21 CP (Todo individuo que se hallare


arrestado, detenido o preso con infracción de lo dispuesto en la Constitución o en las
leyes, podrá ocurrir por sí, o por cualquiera a su nombre, a la magistratura que señale la
ley, a fin de que ésta ordene se guarden las formalidades legales y adopte de inmediato
las providencias que juzgue necesarias para restablecer el imperio del derecho y
asegurar la debida protección del afectado.
Esa magistratura podrá ordenar que el individuo sea traído a su presencia y su decreto
será precisamente obedecido por todos los encargados de las cárceles o lugares de
detención. Instruida de los antecedentes, decretará su libertad inmediata o hará que se
reparen los defectos legales o pondrá al individuo a disposición del juez competente,
procediendo en todo breve y sumariamente, y corrigiendo por sí esos defectos o dando
cuenta a quien corresponda para que los corrija.
El mismo recurso, y en igual forma, podrá ser deducido en favor de toda persona que
ilegalmente sufra cualquiera otra privación, perturbación o amenaza en su derecho a la
libertad personal y seguridad individual. La respectiva magistratura dictará en tal caso
las medidas indicadas en los incisos anteriores que estime conducentes para restablecer
el imperio del derecho y asegurar la debida protección del afectado.)

El recurso de protección es una novedad incorporada al modelo constitucional chileno, cuya


función es proteger los derechos fundamentales que se indican* mediante la interposición de una
acción ante los tribunales, en caso de amenaza, perturbación o privación del ejercicio de esos
derechos, derivado de un acto u omisión arbitrario o ilegal.

Entendemos por amenaza un mal futuro, cierto o predecible, que no debería ser soportado por el
afectado; la perturbación es la alteración de una situación tranquila, o sea el trastorno del ejercicio
regular de un derecho; la privación es derechamente un abuso, usurpación o desconocimiento de
un derecho o su ejercicio.

El acto (ejecutar o hacer algo) u omisión (dejar de hacer algo a que se está obligado) puede ser
cometido por particulares, por el legislador, por el administrador (gobierno, municipio, servicios
públicos), el contralor o incluso un juez. En general, por cualquier persona como particular o en
ejercicio de un mandato público. Asimismo, el afectado puede ser cualquier persona, sea de
derecho público o privado.
La CP dice que será competente para conocer de esta acción el tribunal competente, el que
conforme a la ley se la Corte de Apelaciones del lugar donde se hubiere incurrido en el acto u
omisión.

Que un acto u omisión sea ilegal o arbitrario, quiere decir que es contrario a derecho. En caso que
se viole el ordenamiento jurídico, el acto u omisión será ilegal; a su turno, estos podrán ser
arbitrarios cuando son producto del mero capricho, voluntad irracional o ausencia de motivación
que los justifiquen.

Respecto al derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación, la CP define ciertos


requisitos especiales para interponer el recurso (acción) de protección, a saber:

- La Protección ambiental sólo procede contra actos u omisiones ilegales, pero no respecto
de conductas arbitrarias;

- La conducta que da origen al recurso debe ser imputable, o sea, debe provenir de culpa o
dolo de otro sujeto, esto quiere decir que se requiere de negligencia o mala fe de parte de
aquel contra el que se interpone el recurso/acción.

- El acto u omisión que se reclama debe provenir de una persona o autoridad determinada,
la que deberá individualizarse con precisión.

El recurso de amparo o “habeas corpus” – como se conoce universalmente – forma parte del
ordenamiento chileno desde la Constitución Política de 1833, de ahí pasó a la de 1925 y asimismo
la encontramos en la CP vigente. Desde su origen, esta acción constitucional ha podido ser
invocada frente a un arresto, detención o prisión ilegal, pero además en caso que una persona
sufran otro tipo de atentados ilegales a su libertad individual.

Actualmente esta acción es la principal herramienta de protección de la libertad personal (artículo


19 Nº 7 CP) y es posible interponerlo cuando concurren alguna de las siguientes hipótesis:
- Que la persona se encuentre arrestada, detenida o presa.
- Que esa privación de libertad se haya consumado con infracción a la CP o las leyes.

Esta acción constitucional se interpone, sin mayor formalidad (por escrito, verbalmente, por
teléfono, correo electrónico, etc.), ante la Corte de Apelaciones que corresponda cuando se ha
producido una detención, apresamiento o prisión contrarios al ordenamiento jurídico, a fin de que
el afectado sea puesto en libertad o se reparen los defectos con que se procedió. Este recurso
puede ser interpuesto por cualquier persona, o sea podría ser presentado por el directamente
afectado o por terceros a su nombre.
Deberes constitucionales art. 22 y 23

(Artículo 22.- Todo habitante de la República debe respeto a Chile y a sus emblemas nacionales.
Los chilenos tienen el deber fundamental de honrar a la patria, de defender su soberanía y de
contribuir a preservar la seguridad nacional y los valores esenciales de la tradición chilena.
El servicio militar y demás cargas personales que imponga la ley son obligatorios en los términos
y formas que ésta determine.
Los chilenos en estado de cargar armas deberán hallarse inscritos en los Registros Militares, si no
están legalmente exceptuados.
Artículo 23.- Los grupos intermedios de la comunidad y sus dirigentes que hagan mal uso de la
autonomía que la Constitución les reconoce, interviniendo indebidamente en actividades ajenas
a sus fines específicos, serán sancionados en conformidad a la ley. Son incompatibles los cargos
directivos superiores de las organizaciones gremiales con los cargos directivos superiores,
nacionales y regionales, de los partidos políticos.
La ley establecerá las sanciones que corresponda aplicar a los dirigentes gremiales que
intervengan en actividades político partidistas y a los dirigentes de los partidos políticos, que
interfieran en el funcionamiento de las organizaciones gremiales y demás grupos intermedios
que la propia ley señale.).

Los principales deberes constitucionales, consagrados en los artículos 22 y 23 de la CP, tienen las
siguientes características:
i. En palabras del Consejo de Estado* se trata de deberes de tipo patriótico, considerados
esenciales para el país en su unidad y destino como Estado nación soberano;
ii. Hay algunos que son exigibles sólo a los chilenos y otros de carácter general, que obligan a
todos los habitantes de la República, sean estos chilenos o extranjeros;
iii. No son taxativos, ya que fuera la CP contiene una serie de otros deberes para las personas.

Los deberes contemplados en el capítulo III de la CP puedes clasificarse según el sujeto al que
obligan en:
1. Deberes de las personas naturales: ya sean estos chilenos o extranjeros.
Aquellos deberes transversales que obligan a todos los habitantes de la República son: respetar a
Chile y a sus emblemas.
Por su parte, los deberes imponibles sólo a los chilenos son: honrar a la Patria; defender su
soberanía; contribuir a preservar la seguridad nacional; contribuir a preservar los valores
esenciales de la tradición chilena; e inscribirse en los Registros Militares, si están en estado de
cargar armas y no están expresamente exceptuados.
La CP agrega que el Servicio Militar y cualquier otra carga personal que imponga la ley son
obligatorios en la forma y términos que ella determine (y que en cualquier caso deberá respetar
los derechos esenciales).
2. Deberes de los grupos intermedios: quienes tienen prohibido hacer mal uso de la
autonomía que la Constitución les reconoce, interviniendo indebidamente en actividades
ajenas a sus fines específicos, caso en el que se les aplicarán las sanciones que defina la
ley. Además, se establecen incompatibilidades entre cargos directivos superiores de
organizaciones gremiales y cargos directivos superiores, regionales y nacionales de
partidos políticos.
Asimismo, se serán sancionadas por ley la intervención en actividades político - partidistas
por parte de los dirigentes gremiales y la interferencia de los dirigentes de los partidos
políticos en el funcionamiento de las organizaciones gremiales, y demás grupos
intermedios que la ley señale.

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Gobierno
Unidad: Constitución Política de Chile

GOBIERNO
Respecto del Presidente de la República, en su artículo 24 se establece que:

“El gobierno y la administración del Estado corresponden al Presidente de


la República, quien es el Jefe del Estado.

Su autoridad se extiende a todo cuanto tiene por objeto la conservación


del orden público en el interior y la seguridad externa de la República, de
acuerdo con la Constitución y las leyes”.

Respecto de los Ministros, el artículo 34 señala que:

“Los Ministros de Estado son los colaboradores directos e inmediatos del


Presidente de la República en el gobierno y administración del Estado.”

Luego, el artículo 35 dispone que “Los reglamentos y decretos del Presidente de la República
deberán firmarse por el Ministro respectivo y no serán obedecidos sin este esencial requisito”.

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Congreso Nacional
Unidad: Constitución Política de Chile

CONGRESO NACIONAL
El artículo 46 de la CP señala que “El Congreso Nacional se compone de dos ramas: la Cámara de
Diputados y el Senado. Ambas concurren a la formación de las leyes en conformidad a esta
Constitución y tienen las demás atribuciones que ella establece.”

Se establecen algunas atribuciones exclusivas de la Cámara de Diputados (Ejemplo: Fiscalizar los


actos del gobierno y crear comisiones investigadoras) y otras del Senado (aprobar designaciones de
ministros y fiscales judiciales de la Corte Suprema, del Fiscal Nacional y del Contralor General).

En el artículo 63 de la CP, se establecen taxativamente las materias que pueden ser reguladas a
través de una ley.

Artículo 63.- Sólo son materias de ley:

1. Las que en virtud de la Constitución deben ser objeto de leyes orgánicas constitucionales.
2. Las que la Constitución exija que sean reguladas por una ley.
3. Las que son objeto de codificación, sea civil, comercial, procesal, penal u otra.
4. Las materias básicas relativas al régimen jurídico laboral, sindical, previsional y de seguridad
social.
5. Las que regulen honores públicos a los grandes servidores.
6. Las que modifiquen la forma o características de los emblemas nacionales.
7. Las que autoricen al Estado, a sus organismos y a las municipalidades, para contratar
empréstitos, los que deberán estar destinados a financiar proyectos específicos. La ley
deberá indicar las fuentes de recursos con cargo a los cuales deba hacerse el servicio de la
deuda. Sin embargo, se requerirá de una ley de quórum calificado para autorizar la
contratación de aquellos empréstitos cuyo vencimiento exceda del término de duración del
respectivo período presidencial.
Lo dispuesto en este número no se aplicará al Banco Central.
8. Las que autoricen la celebración de cualquier clase de operaciones que puedan
comprometer en forma directa o indirecta el crédito o la responsabilidad financiera del
Estado, sus organismos y de las municipalidades.
Esta disposición no se aplicará al Banco Central.
9. Las que fijen las normas con arreglo a las cuales las empresas del Estado y aquellas en que
éste tenga participación puedan contratar empréstitos, los que en ningún caso, podrán
efectuarse con el Estado, sus organismos o empresas.
10. Las que fijen las normas sobre enajenación de bienes del Estado o de las municipalidades y
sobre su arrendamiento o concesión.
11. Las que establezcan o modifiquen la división política y administrativa del país.
12. Las que señalen el valor, tipo y denominación de las monedas y el sistema de pesos y
medidas.
13. Las que fijen las fuerzas de aire, mar y tierra que han de mantenerse en pie en tiempo de
paz o de guerra, y las normas para permitir la entrada de tropas extranjeras en el territorio
de la República, como, asimismo, la salida de tropas nacionales fuera de él.
14. Las demás que la Constitución señale como leyes de iniciativa exclusiva del Presidente de la
República.
15. Las que autoricen la declaración de guerra, a propuesta del Presidente de la República.
16. Las que concedan indultos generales y amnistías y las que fijen las normas generales con
arreglo a las cuales debe ejercerse la facultad del Presidente de la República para conceder
indultos particulares y pensiones de gracia.
Las leyes que concedan indultos generales y amnistías requerirán siempre de quórum
calificado. No obstante, este quórum será de las dos terceras partes de los diputados y
senadores en ejercicio cuando se trate de delitos contemplados en el Artículo 9°.
17. Las que señalen la ciudad en que debe residir el Presidente de la República, celebrar sus
sesiones el Congreso Nacional y funcionar la Corte Suprema y el Tribunal Constitucional.
18. Las que fijen las bases de los procedimientos que rigen los actos de la administración
pública.
19. Las que regulen el funcionamiento de loterías, hipódromos y apuestas en general.
20. Toda otra norma de carácter general y obligatoria que estatuya las bases esenciales de un
ordenamiento jurídico.

Artículo 65.- (inciso cuarto). Corresponderá, asimismo, al Presidente de la República la iniciativa


exclusiva para:

1. Imponer, suprimir, reducir o condonar tributos de cualquier clase o naturaleza,


establecer exenciones o modificar las existentes, y determinar su forma,
proporcionalidad o progresión.
2. Crear nuevos servicios públicos o empleos rentados, sean fiscales, semifiscales,
autónomos o de las empresas del Estado; suprimirlos y determinar sus funciones o
atribuciones.
3. Contratar empréstitos o celebrar cualquiera otra clase de operaciones que puedan
comprometer el crédito o la responsabilidad financiera del Estado, de las entidades
semifiscales, autónomas, de los gobiernos regionales o de las municipalidades, y
condonar, reducir o modificar obligaciones, intereses u otras cargas financieras de
cualquier naturaleza establecidas en favor del Fisco o de los organismos o entidades
referidos.
4. Fijar, modificar, conceder o aumentar remuneraciones, jubilaciones, pensiones,
montepíos, rentas y cualquiera otra clase de emolumentos, préstamos o beneficios
al personal en servicio o en retiro y a los beneficiarios de montepío, en su caso, de
la Administración Pública y demás organismos y entidades anteriormente
señalados, como asimismo fijar las remuneraciones mínimas de los trabajadores del
sector privado, aumentar obligatoriamente sus remuneraciones y demás beneficios
económicos o alterar las bases que sirvan para determinarlos; todo ello sin perjuicio
de lo dispuesto en los números siguientes.
5. Establecer las modalidades y procedimientos de la negociación colectiva y
determinar los casos en que no se podrá negociar.
6. Establecer o modificar las normas sobre seguridad social o que incidan en ella, tanto
del sector público como del sector privado.

El Congreso Nacional sólo podrá aceptar, disminuir o rechazar los servicios, empleos, emolumentos,
préstamos, beneficios, gastos y demás iniciativas sobre la materia que proponga el Presidente de la
República.

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Gobierno y Administración Interior del Estado
Unidad: Constitución Política de Chile

GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN INTERIOR DEL ESTADO


El Gobierno Regional reside en un Intendente:

Artículo 111 inciso primero.- El gobierno de cada región reside en un intendente que será de la
exclusiva confianza del Presidente de la República. El intendente ejercerá sus funciones con arreglo
a las leyes y a las órdenes e instrucciones del Presidente, de quien es su representante natural e
inmediato en el territorio de su jurisdicción.

El intendente tiene por función dirigir las tareas del Gobierno Interior en la Región, conforme a las
orientaciones, órdenes e instrucciones que imparta el Jefe de Estado.

La Administración Regional reside en un Gobierno Regional:

Artículo 111 inciso segundo.- La administración superior de cada región radicará en un gobierno
regional que tendrá por objeto el desarrollo social, cultural y económico de la región.

El Gobierno Regional es un organismo autónomo que se encarga de la administración superior de la


región, se preocupa por el desarrollo armónico y equitativo del territorio. Su principal labor es la
planificación y la confección de proyectos que impulsen el desarrollo económico, social y cultural de
la Región Metropolitana, tomando en cuenta la preservación y mejoramiento del medio ambiente
y la participación de la comunidad.

El Gobierno y Administración Provincial es ejercida por un Gobernador:

Artículo 116.- En cada provincia existirá una gobernación que será un órgano territorialmente
desconcentrado del intendente. Estará a cargo de un gobernador, quien será nombrado y removido
libremente por el Presidente de la República.

Corresponde al gobernador ejercer, de acuerdo a las instrucciones del intendente, la supervigilancia


de los servicios públicos existentes en la provincia. La ley determinará las atribuciones que podrá
delegarle el Intendente y las demás que le corresponden.
La Administración Comunal reside en las Municipalidades:

Artículo 118.- La administración local de cada comuna o agrupación de comunas que determine la
ley reside en una municipalidad, la que estará constituida por el alcalde, que es su máxima
autoridad, y por el concejo.

Las municipalidades se definen en el artículo 1° de la ley N° 18.695, como corporaciones autónomas


de derecho público, con personalidad jurídica y patrimonio propio, cuya finalidad es satisfacer las
necesidades de la comunidad local y asegurar su participación en el progreso económico, social y
cultural de las respectivas comunas.

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Artículo 19
Unidad: Constitución Política de Chile

ARTÍCULO 19
El Artículo 19 de la Constitución Política (CP), donde el texto consagra – en 26 numerales – los
derechos esenciales, tiene el siguiente enunciado: “La Constitución asegura a todas las personas:”
Vale la pena detenerse un poco en las palabras utilizadas. Por una parte, el concepto “asegura” – ya
utilizado en la CP de 1925 – permite destacar el reconocimiento a lo innato y pre-estatales que son
los derechos ahí enunciados. Por otro lado está el concepto “persona”1 que es una novedad de esta
CP, ya que en el texto de 1925 se hablaba de “habitantes”; lo que se buscó con este cambio es dar
una mayor amplitud conceptual, que por una parte tiene vocación universalista, ya que no se limita
a los que viven en el territorio de la República, y por otra comprende tanto a las personas naturales
como a las jurídicas.

Al analizar el tratamiento de los derechos en la Constitución se pueden distinguir las siguientes


características generales:

1. El listado de derechos enumerados en el artículo 19 no es taxativo. Todos los derechos


fundamentales de la persona humana estén o no contemplados en la Constitución, están
protegidos por esta norma, que debe entenderse e interpretarse atendiendo lo dispuesto
en el artículo 5° inc. 2° CP2, que limita el ejercicio de la soberanía.

2. A la luz del mismo artículo 5º inciso 2º, antes citado, el respeto a los derechos esenciales
funciona como un límite para el Poder Constituyente.

3. Considerando la necesidad de regular la vida en sociedad, en resguardo de los derechos de


terceros o de bienes jurídicos de mayor entidad – la moral, el orden público, las buenas
costumbres, la seguridad del Estado – la autoridad competente podrá definir limitaciones
fundadas al ejercicio de los derechos.

1
Según el Código Civil chileno (artículo 55) “Son personas todos los individuos de la especie humana,
cualquiera sea su edad, sexo, estirpe o condición. Divídense en chilenos y extranjeros”.
2
Artículo 5º inciso 2º: El ejercicio de la soberanía reconoce como limitación el respeto a los derechos
esenciales que emanan de la naturaleza humana. Es deber de los órganos del Estado respetar y promover
tales derechos, garantizados por esta Constitución, así como por los tratados internacionales ratificados por
Chile y que se encuentren vigentes.
4. Ahora bien, en cualquier caso, la CP contempla una garantía de esencialidad, en cuya virtud
en la regulación o límite al ejercicio de los derechos fundamentales el legislador no podrá
afectarlos en su esencia (artículo 19 Nº 26).

La autoridad competente podrá suspender o restringir los derechos fundamentales durante


ciertos estados de excepción, contemplados en la propia CP.

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