Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
La presencia materna ilumina el camino que lo conducirá al pequeño mundo familiar que esta
fuera de la membrana psicológica que ambos comparten.
Primera etapa
Segunda epata
Ejercitación temprana: las energías propias del individuación del bebe lo siguen impulsando a
emplear sus poderes innatos, mientras que su apego emocional a su madre lo tienen bajo
control y le impide escaparse por su cuenta.
A los doce meses, las tentativas de alejarse de la madre son mucho más audaces, el niño
separa y se va caminando.
Tercera etapa
Ejercitación propiamente dicha: con estos pasos cuando se aleja caminando por sí mismo, la
mente corporal del niño alcanza su instante de perfección. El mundo le pertenece y el es el
supremo conquistador de todo cuanto tiene a la vista. El niño de un año vive un romance con
el mundo y por el momento puede olvidarse totalmente de su madre, a menos que esta lo
deje solo demasiado tiempo, el cuyo caso de su ánimo alborozado y doliente del estado ideal
de sí mismo que partió junto con la madre. En tanto su madre permanezca en las
inmediaciones, el niño procede como un intrépido acróbata, realizando proezas tales como
girar rápidamente, caminar en putas de pie, saltar, trepar, observar, y dar nombre a las cosas
está en pleno juicio de sentimientos de grandeza y de asombrosa omnipotencia.
Vida psicológica
Psicosexual
Hacia los ocho-nueve años conserva un gran ternura idealizada por su madre, y tan bien por
su padre, aunque con un sentimiento dividido entre la confianza y el temor de aparecerse de la
ley que el padre quiere que guarde, y que no solo es una ley dictada por el padre, si no que
este la representa y ejemplifica el niño ve en el padre el garante de la ley y al mismo tiempo el
testigo ejemplar dueño de sus pulsiones.
Cambios psicológicos
Segundo nacimiento: pero el hombre en general, no está hecho para quedarse siempre en la
infancia. Sale de ella en la época prescrita por la naturaleza; y este momento de crisis, aunque
bastante corto, tiene largas influencias. Tal como el bramido del mar precede con mucha
anterioridad a la tempestad, esta tormentosa revolución se anuncia por medio de las pasiones
nacientes, una sorda fermentación advierte de la próxima del peligro. Un cambio en el humor,
arrebatos frecuentes, una continua agitación del ánimo, hacen al niño casi indispensable. Se
vuelve sordo a la voz que lo mantenía dócil; es un león enfebrecido, no conoce su guía, y no
quiere seguir siendo gobernado