El territorio: Es el espacio físico –terrestre, marino y aéreo- sobre el que se proyecta el
poder soberano o jurisdicción del Estado y en el que ostenta el derecho exclusivo a ejercer sus funciones. En este sentido, todo Estado debe contar con un espacio terrestre y –como complemento necesario- con un espacio aéreo. No todos los Estados cuentan, en cambio, con un espacio marino. Lo esencial radica en la existencia de un territorio cierto y básicamente estable, aunque sea reducido. Lo importante en cuanto a este elemento constitutivo es la constancia lo suficientemente cierta de su existencia. Contar con un territorio definido no implica inexcusablemente un territorio reconocido, delimitado y, menos aún demarcado en su totalidad.
La Población: Es la base personal de ejercicio de ciertas competencias del Estado e indica
la vinculación entre el Estado y un conjunto de personas. El Estado ejerce competencias en su territorio sobre todos los individuos, nacionales y extranjeros, con algunas limitaciones, en este último caso, derivadas del régimen de extranjería y de la protección diplomática.
La Soberanía: De acuerdo al Profesor Bidart Campos, “la soberanía es la cualidad de aquel
poder que para organizarse jurídicamente no reconoce, dentro del ámbito de relaciones que rigen, otro poder superior de cuya formación positiva derive lógicamente su propia validez normativa”. De acuerdo a este concepto cuando una sociedad se provee de una organización sin sujeción a otro poder entonces ese poder de organización original es soberano. También la podemos definir como lo hace Alfonso Rivas Quintero, cuando manifiesta que “la soberanía es la cualidad del poder del Estado que permite calificarlo como tal tanto desde el punto de vista interno como desde el punto de vista internacional, lo cual conduce a considerar que la soberanía se proyecta tanto desde el punto de vista interno como desde el punto d vista externo”. En definitiva podemos afirmar que la Soberanía es la cualidad del poder del Estado que le permite actuar en el orden interno de forma autónoma y no sometido a ningún otro poder y además actuar a nivel internacional en un plano de independencia e igualdad respecto del resto de los Estados. La soberanía constituye un atributo fundamental del Estado y un principio constitucional del orden internacional, del cual se desprenden dos aspectos importantes: La soberanía supone exclusivismo en el ejercicio de las competencias del Estado, autonomía de las competencias respecto de las de otros Estados y plenitud de dichas competencias. Las limitaciones de la soberanía no pueden presumirse. Así las normas jurídicas que obligan a los Estados proceden de la voluntad de éstos, voluntad manifestada en los convenios, o en usos aceptados generalmente como expresión de principios jurídicos que regulan la convivencia a nivel internacional. La noción de soberanía puede vincularse a la idea de independencia o ausencia de dependencia en el ejercicio de las competencias estatales. Sin embargo, esta noción de independencia no puede ser considerada de forma absoluta, ya que los Estados forma parte de una comunidad internacional que implica para ellos ciertas obligaciones que condicionan el ejercicio de sus competencias y además se encuentran regidos por un ordenamiento jurídico que los limita.
El Poder: Por su propia definición el Estado es una colectividad organizada, establecida
sobre un territorio determinado, y dotado de autoridad suficiente para el cumplimiento de sus fines. Esa autoridad o gobierno, colocado en todos los niveles de la organización del Estado es los que se llama Poder Público o Poder estatal. “El poder del estado es un poder de hombres, un mando de uno o pocos individuos sobre muchos individuos, que distingue al grupo gobernante de la comunidad gobernada, en la irreducible realidad dicotómica del mando y la obediencia” (Bidart Campos) El poder surge como una necesidad para Asegurar la convivencia humana, Establecer un orden y autoridad que impida la anarquía, Posibilitar la convivencia y la interacción en sociedad, Permitir, con la concurrencia de otros elementos, alcanzar la categoría de Estado. El Estado tiende al logro de sus fines por él establecidos, para el logro de los mismos se establece el Poder Público.
Funciones del Estado:
Son los actos que el Estado cumple para alcanzar determinados objetivos: FUNCION LEGISLATIVA: Formula la norma jurídica de carácter general para regular las relaciones entre el Estado y los individuos que habitan en su territorio; entre las personas que ejercen cargos gubernamentales y las personas que son gobernados, entre quienes gobiernan y entre quienes son gobernados. Son normas generales de conducta. FUNCION EJECUTIVA: Mediante esta función el Estado procura el bienestar de sus ciudadanos y la satisfacción de las necesidades de la colectividad presta los servicios públicos y cuida el cumplimiento de las leyes mediante el mantenimiento del orden público, es conocida también como función administrativa, encaminada a regular la actividad concreta y tutelar del Estado, bajo el orden jurídico. En sentido moderno el Estado es el promotor del desarrollo económico y social de un país. FUNCION JUDICIAL: Aplicación de la norma jurídica en los casos particulares cuando surgen discrepancia o conflictos. Denominada también función jurisdiccional, es la actividad del Estado encaminada a resolver las controversias, estatuir o declarar el derecho. La superioridad del Poder Judicial en la sociedad moderna, lo coloca como el órgano orientador de la vida jurídica nacional.
La Personalidad Jurídica del Estado
El Estado se auto limita sometiéndose al orden jurídico que lo estructura y da forma a su actividad, es sujeto de derechos y deberes, es persona jurídica, y en ese sentido es también una corporación ordenada jurídicamente. El sustrato de esa corporación lo forman hombres que constituyen una unidad de asociación, unidad que persigue los mismos fines y que perdura por efecto del poder que se forma dentro de la misma. La personalidad jurídica del Estado viene dada en razón de que el ordenamiento jurídico le atribuye derechos y deberes; derechos y deberes que crean en el hombre la personalidad jurídica y en los entes colectivos la personalidad moral.