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Las religiones han cumplido durante siglos una función básica como elementos
de cohesión social, sirviendo para unir colectivos amplios y heterogéneos y contrarrestar
así las fuerzas disgregadoras.
Maquiavelo dice en sus Discorsi sopra Tito Libio: “Jamás hubo estado ninguno
al que no se diera por fundamento la religión, y los más prevenidos de los fundadores de
los imperios le atribuyeron el mayor influjo posible en las cosas de la política.”
Locke en 1689, como consecuencia del enfrentamiento de Enrique VIII con la
Iglesia, escribe la Carta sobre la Tolerancia en la que intenta salvaguardar la libertad
religiosa y la paz civil.
El debate entre la sociedad religiosa y la sociedad laica comienza con la
Ilustración y la Revolución francesa.
LA ILUSTRACIÓN, que nace en Inglaterra y se desarrolla en Francia “pretende
iluminar al mundo y sacarlo de las tinieblas de la tradición”. Desecha el principio de
autoridad por el principio de la sola razón como camino para estructurar el
conocimiento, la ciencia y la sociedad. Lo único perfecto es la Naturaleza ; el hombre
pertenece a ella y esta regido por sus leyes. Se admite la existencia de un Dios único y
creador, pero se desechan todos los principios que no estén regidos por la razón y por
tanto todo lo que signifique revelación, milagros, vida ultraterrena se considera
superstición. Busca la mayor utilidad para el mayor número de personas. Mediante la
razón el hombre camina en busca de su interés, que una vez conseguido le llevará a la
felicidad. Se desecha el sistema del antiguo régimen, basado en la herencia y
alimentador de la diferencia de clases, por una sociedad basada en la libertad, la
igualdad y la propiedad basada en las cualidades de cada individuo. Todo debe ser
controlado por el gobierno. Centralismo educativo. La DIOSA RAZÓN. Es la época
del despotismo ilustrado: “Todo por el pueblo, pero sin el pueblo”. La Ilustración dio un
nuevo impulso a la educación, encuadrándola en el quehacer estatal y social. Para la
ilustración la instrucción es un medio de renovación y reforma y un medio para la
democracia. Los ilustrados creen que solo la educación va a acabar con el poder de las
supersticiones y por eso idean un modelo de enseñanza laica. Condorcet, en sus famosos
Informe y Proyecto sobre la Instrucción Pública, presentado a la Asamblea Nacional
Francesa en 1792 dice que “era rigurosamente necesario separar la moral de los
principios de cualquier religión particular y no admitir en la instrucción pública la
enseñanza de ningún culto religioso”. L instrucción pública antes de ser un proyecto
político es un proyecto moral de autonomía del hombre. El rechazo a la educación
confesional procede de una confrontación filosófica entre una moral de la obediencia,
sujeta a un orden dogmático de verdades indiscutibles basadas en la fe, en la tradición o
la autoridad moral de la Iglesia, y su contrario, una moral basada en la autonomía moral,
cuyo imperativo ético sólo descansa en la razón individual.
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espíritu nuevo en la educación. Son políticos de la educación que tratan de organizar,
legislativamente, un vasto sistema de educación pública.
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En el polo más radicalmente opuesto a toda cultura dominante está la Escuela
Moderna catalana de Ferrer y Guardia, hombre abiertamente comprometido con la lucha
de clases y con la semana trágica de Barcelona. Defiende que la religión no es más que
un instrumento más para fomentar la dominación de los oprimidos. Está en la línea
marxista que afirma que la religión es el opio del pueblo porque justifica a los opresores
y consuela a los oprimidos y en ambos casos no ayuda a la transformación de la
sociedad en el compromiso por la justicia. En esta línea de argumentaciones están los
llamados” maestros de la sospecha.”
Las batallas en torno a la obligatoriedad de la clase de religión siguen hasta la
dictadura de Primo de Ribera. Así en 1926 aparece el Plan Calleja en el que la religión,
aunque no era objeto de examen, se hacia obligatoria la asistencia a clase, salvo petición
contraria expresa de los padres.
El 6 de mayo 1931 el gobierno provisional de L Segunda República publica un
decreto suprimiendo la obligatoriedad de la enseñanza de la religión, apelando a la
libertad religiosa, y el 13 una circular del Director General de Primera Enseñanza,
Rodolfo Llopis, aclara que se podría mantener en aquellos casos en que los padres lo
solicitaran, pero dejando a los maestros la libertad de dar ellos esa enseñanza o pasarla a
algún sacerdote. El crucifijo debía quitarse de las escuelas, salvo que hubiera consenso
entre todos los padres y maestros para conservarlo. La reacción de los católicos fue de
rotunda oposición. La Segunda República (1931-1936) comenzó declarando el derecho
a la libertad de conciencia y de religión, pero acabó imponiendo una escuela única y
laica, excluyendo la religión católica de la educación española.
También en 1931 Lorenzo Luzuriaga elabora unas bases para el anteproyecto de
ley de enseñanza. En ellas aparece que la enseñanza es esencialmente una función del
Estado. Ha de ser laica, limitándose a dar información sobre historia de las religiones,
aunque con especial mención a la católica. En la constitución se dice escuetamente en el
artículo 3: “El estado español no tiene religión oficial” y en el 48 establece que la
enseñanza primaria será gratuita y obligatoria, unificada y laica y se reconoce a las
iglesias el derecho de enseñar sus doctrinas en sus propios establecimientos. La reacción
de los obispos, en una pastoral de enero de 1932, es considerar una violación del
derecho natural impedir a los padres elegir la escuela y la educación que quieran para
sus hijos. Piden a los católicos que envíen a sus hijos sólo a escuelas católicas.
En 1936 con el Régimen de Franco la educación ya no es una competencia
exclusiva del Estado, que pasa a ocupar una función subsidiaria, de suplencia o
complemento de las iniciativas privadas. El régimen se hace confesional y quiere que el
catolicismo sea la base firme de la unidad y grandeza de la patria. En el fondo está el
modelo de la España imperial del siglo XVI, que produjo aquella Pléyada de sabios La
enseñanza de la religión es obligatoria, en todos los cursos de todos los grados y en
todos los centros, público y privados. En 1937 se dispone en la enseñanza primaria de
una serie de prácticas piadosas, como recepción de sacramentos, mes de mayo, etc.
Resumiendo lo estudiado hasta ahora, podemos decir que la relación
entre la enseñanza de la religión y la escuela es pacífica y natural hasta el siglo XVIII y
que esta cuestión va unida al proceso de secularización de la sociedad con la autonomía
de las realidades temporales. El concepto de secularización tiene sus primeros
antecedentes en el siglo XVI y XVII en el contexto de las guerras de religión. En todo
este proceso la Iglesia va cediendo el espacio educativo, no a la sociedad civil, sino al
Estado.
El cuestionamiento de la religión en el sistema educativo español, lo que se ha
llamado “cuestión religiosa” se sitúa a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Según
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García Regidor, en su obra “La Educación Religiosa en la Escuela” se puede hablar de
tres posturas ante el tema:
1.- Los defensores a ultranza de la religión católica en la escuela pública y
privada: Esta era la postura de la Iglesia católica y de varios partidos que afirmaban el
carácter católico de la escuela estatal y la enseñanza del catecismo como base y
fundamento de toda instrucción.
2.- En la postura contraria estaban los defensores del laicismo escolar,
implantado en Francia a principios del siglo XIX y que defienden en España los partidos
de izquierda y la “Escuela Moderna” de Ferrer y Guardia: defienden una educación
fundada en la razón y la ciencia como pilares únicos y definitivos, libre de toda idea de
divinidad y de religión. Algunos de estos movimientos veían en la escuela laica la
solución de todos los problemas educativos y aún culturales y sociales de la sociedad
española.
3.- La postura intermedia, llamada de neutralidad escolar. Propugna una escuela
laica o neutra, porque la religión confesional en la escuela era un factor de perturbación
social y división de las conciencias de los niños. Esta postura entendía que la escuela
debe educar para la tolerancia religiosa, aceptando una cierta educación religiosa,
excluyente de toda expresión confesional. Representantes de esta postura son Giner de
los Ríos y la Institución Libre de Enseñanza. Aceptan el valor de la religión para la vida
y para la educación del hombre, pero la desplaza, en sus formas confesionales
dogmáticas, del marco de la escuela, porque la escuela debe ser un ámbito de unidad y
las religiones confesionales eran factores de división.
Dice Carlos Esteban Garcés, en su obra “Enseñanza de la Religión y Ley de
Calidad que los argumentos y las posiciones de estas tres visiones nos recuerdan con
notable similitud lo que se dice sobre este mismo asunto en la actualidad.
En 1948 las Naciones Unidas aprueban la Declaración Universal de los
Derechos Humanos, que en el art. 26.2 afirma que “la educación tendrá por objeto el
pleno desarrollo de la personalidad humana…, favorecerá la comprensión, la tolerancia
y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos…. En el
apartado tercero declara que “los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de
educación que habrá de darse a sus hijos”.
El Vaticano II proclama en 1965 la libertad religiosa (Dignitatis Humanae) y el
derecho a la educación como pleno desarrollo de la personalidad y el derecho de la
libertad de educación para los padres en la elección de centro y en la formación
religiosa y moral de sus hijos, de acuerdo con sus propias convicciones (Gravissimum
Educationis).
Aparece así un nuevo modo de plantear las cosas desde la sociedad universal y
desde la propia Iglesia.
Hasta 1970 no se discute la clase de religión entendida como catequesis escolar.
Es más, normalmente se habla de catequesis o catecismo con dos núcleos
fundamentales: la historia sagrada y el catecismo. Aunque normalmente se afirma que
no hay porque distinguir la catequesis escolar de la parroquial, ya en el documento “La
Iglesia y la Educación en España, hoy”, de 1969 aparecen indicaciones sobre la
necesidad de las actividades extraescolares o la “insuficiencia de la catequesis escolar”
para la educación completa de la fe. La escuela aporta la síntesis sistemática, pero
olvida aspectos comunitarios, litúrgicos y testimoniales que hay que buscarlos en la
familia y en la parroquia. El año 1969, dice A. Salas, en su obra Didáctica de la
Enseñanza de la Religión “representa un momento de resurgimiento y de primera
síntesis postconciliar en la catequesis española tanto a nivel de acción (cursillos), como
de reflexión teórica (documento de 1969) y práctica (catecismos escolares)”
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LEY DE 1970
En 1970 aparece la Ley general de Educación de Villar Palasí, conocida mas
popularmente como la Ley del 70. Supone una reforma del conjunto del sistema
educativo, tan importante como la Ley Moyano. Retomó la función docente del estado.
Mantiene, a pesar de algunas críticas, la obligatoriedad de la enseñanza religiosa
católica, con la única y difícil posibilidad de solicitar la exención por escrito
En 1972 el ministerio promulga una serie de normas en las que se niegan
derechos vitales para la religión, como la selección y designación de profesores de
religión y libros de texto.
La constitución española de 1978 marca un nuevo escenario, ya que proclama
la no confesionalidad del Estado y la libertad religiosa: La enseñanza confesional de la
religión pasará a ser objeto de una libre opción positiva por parte de los padres o, en su
caso, de los propios alumnos. El articulo 27.3 dice:” los poderes públicos garantizarán el
derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la educación religiosa y moral
que está de acuerdo con sus propias convicciones”. Y la aconfesionalidad del Estado
para garantizar la libertad religiosa en condiciones de igualdad. (Este artículo tiene un
precedente en el 26.3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos) El art.
16.3 dice: “Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en
cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes
relaciones de cooperación con la Iglesia católica y las demás confesiones”.
El 4 de diciembre de 1979 el parlamento democrático y constitucional ratifica
los Acuerdos Iglesia-Estado, que habían sido suscritos el 3 de enero del mismo año,
amparándose en el artículo 16 de la Constitución. En ellos se dice, después de
reafirmarse el derecho fundamental de los padres sobre la educación moral y religiosa
de sus hijos en el ámbito escolar:
Artículo II.” Los planes educativos en los niveles... incluirán la enseñanza de la
religión católica en todos los centros de educación, en condiciones equiparables a las
demás disciplinas fundamentales. Por respeto a la libertad de conciencia, dicha
enseñanza no tendrá carácter obligatorio para los alumnos. Se garantiza, sin embargo el
derecho a recibirla. Las autoridades académicas adoptarán las medidas oportunas para
que el derecho a recibir o no recibir la enseñanza religiosa no suponga discriminación
alguna en la actividad escolar”.
Artículo III. “En los niveles educativos a los que se refiere el artículo anterior, la
enseñanza religiosa será impartida por las personas que, para cada año escolar, sean
designadas por la autoridad académica entre aquellas que el ordinario diocesano
proponga para ejercer esta enseñanza... En los centros públicos de educación preescolar,
de educación básica y formación profesional de primer grado, la designación, en la
forma antes señalada, recaerá con preferencia en los profesores de básica que así lo
soliciten. Nadie está obligado a impartir enseñanza religiosa. Los profesores de religión
formarán parte, a todos los efectos, del Claustro de profesores de los respectivos
centros”.
Artículo IV. “A la jerarquía eclesiástica corresponde señalar los contenidos de la
enseñanza y formación religiosa católica, así como proponer los libros de texto y
material didáctico relativo a dicha enseñanza y formación...
En 1979 se adecua la enseñanza de la religión católica a los nuevos tiempos
(Concilio, Constitución, Acuerdos, situación social) con el documento titulado “La
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Enseñanza Religiosa Escolar” de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis.
Este documento es clave para entender a partir de este momento la nueva identidad y
naturaleza de la enseñanza religiosa escolar, expresamente diferenciada de la catequesis.
La enseñanza religiosa es materia escolar ordinaria, por ser exigencia de la escuela la
educación integral y no porque los alumnos sean cristianos como se justificaba
anteriormente. Es enseñanza religiosa confesional, y no sólo cultura religiosa. Es
síntesis de fe y cultura ofrecida al alumno y va íntimamente ligada a la formación
humana de la persona. Tiene un estatuto original por ser una materia que afecta
directamente al sentido de la libertad y de las opciones últimas de la persona. La
aportación fundamental de este documento es el paso de ser catequesis a ser materia
escolar ordinaria y de ser obligatoria a ser opcional. (Completar con fotocopia de A.
Salas. Pag.44)
Dice Carlos Esteban que “la década de los ochenta supuso una aceptación
generalizada y sin resistencia de aquella novedosa concepción y los esfuerzos se
centraron en subrayar su carácter escolar. Sin embargo, en la década de los noventa,
sobre todo a finales, dentro de la propia Iglesia afloran otras tendencias que subrayan
más la confesionalidad de aquella propuesta que su peculiaridad escolar” (pag. 33)
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En 1984 se presenta el proyecto de Reforma del ciclo superior de la EGB y no
aparece la religión.
En 1986 se pone en marcha una reforma global de todo el sistema educativo y en
1987 se presenta el “proyecto para la reforma de la enseñanza. Propuesta para el debate”
y la Religión no aparece ni en Primaria, ni en Bachillerato. En Secundaria Obligatoria
aparece en la relación de áreas.
En 1989 el ministro Solana presenta el Libro Blanco para la Reforma del
Sistema Educativo y los Diseños Curriculares Base de Infantil, Primaria y Secundaria.
En estos materiales se contemplaba la enseñanza de la Religión como un área,
enumerada entre el resto de las áreas, para cada etapa, obligatoria para los centros y
voluntaria para los alumnos. Pero al presentar el proyecto de la LOGSE al Consejo de
Ministros para remitirla al Parlamento se produce una modificación sustancial: sacan a
la Religión del cuerpo de la ley y la sitúan en una disposición adicional, sin justificación
constitucional y sin mencionar el carácter de “equiparable al resto de disciplinas
fundamentales”. El PSOE no admite ninguna enmienda sobre el tema de la Religión ni
en el Parlamento, ni en el Senado. Se rompen las negociaciones entre el Episcopado y el
ministerio y en los medios de comunicación el tema estrella del debate es la enseñanza
religiosa. La disposición adicional segunda de la LOGSE dice: “La enseñanza de la
religión se ajustará a lo establecido en el acuerdo sobre enseñanza y asuntos culturales
suscrito entre la Santa Sede y el Estado Español y, en su caso, a lo dispuesto en aquellos
otros que pudieran suscribirse con otras confesiones religiosas.. A tal fin, y en
conformidad a lo que dispongan dichos acuerdos, se incluirá la religión como área o
materia en los niveles educativos que corresponda, que será de oferta obligatoria para
los centros y de carácter voluntario para los alumnos”
b.- La primera solución LOGSE: Los Reales Decretos de Enseñanzas Mínimas
de 1991 y 1992 referentes a la Educación Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato.
En el Artículo 16.1 se dice: ”el área de Religión Católica será de oferta obligatoria para
los centros, que así mismo realizarán organizarán actividades de estudio en relación con
las enseñanzas mínimas de las áreas del correspondiente curso escolar, orientadas por
un profesor. Al comenzar la etapa o en la primera adscripción del alumno al centro, los
padres o tutores de los alumnos manifestaran a la dirección del centro la elección de una
de las dos opciones referidas anteriormente, sin perjuicio de que la decisión pueda
modificarse en el comienzo de cada curso escolar.” Desaparece así la alternativa de
ética. La determinación del currículo corresponde a la jerarquía eclesiástica y “...las
calificaciones no serán tenidas en cuenta en las convocatorias que realicen las
Administraciones Públicas...” (Art. 16.3) Cuatro sentencias del Tribunal Supremo
declaran la nulidad de algunos de estos artículos: “Declaramos no ser conformes a
derecho, y, por consiguiente nulos... los apartados 1 y 3 del artículo 16” (Conviene
recordar que en 1992 el Estado español firmó tres acuerdos de cooperación con los
evangélico, con los israelitas y con los islamistas)
3.- La segunda solución LOGSE de 1994: Ante las sentencias del tribunal
supremo el Consejo de Ministros aprueba el Real Decreto de 16 de diciembre de 1994
(Decreto Suárez Pertierra) por el que se ha regulado desde entonces y hasta hoy la
enseñanza de la religión. Los puntos fundamentales son:
-Establece la enseñanza de la Religión católica en todos los centros docentes en
los niveles de Segundo Ciclo de Educación Infantil, Primaria, ESO y Bachiller, en
condiciones equiparables a las demás disciplinas fundamentales. Será de oferta
obligatoria para los centros y de carácter voluntario para los alumnos. La evaluación se
realizará a todos los efectos según la normativa vigente para todas las áreas. En
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Bachillerato no se tendrá en cuenta la nota de la evaluación a los solos efectos de acceso
a la Universidad ni en las convocatorias de becas y ayudas al estudio
-Para los alumnos que no opten por la enseñanza religiosa escolar, los centros
organizarán actividades de estudio alternativas, como enseñanzas complementarias, en
horario simultaneo a las enseñanzas de religión. Estas actividades deberán ser
concretadas por la administración educativa y contribuirán, como toda actividad
educativa, a la consecución de los objetivos generales de la etapa correspondiente. Estas
enseñanzas alternativas nunca podrán ser referidas a los contenidos que están incluidos
en las enseñanzas mínimas, ni serán objeto de evaluación, ni tendrán constancia en los
expedientes académicos de los alumnos.
-Durante dos cursos en ESO y otro en Bachillerato, las actividades de estudio
alternativas versarán sobre manifestaciones escritas, plásticas y musicales de las
diferentes confesiones religiosas. Tampoco serán evaluables. (Ver la normativa
completa en Didáctica de la Religión pag. 190 y ss.)
Este decreto va a ser completado el 3 de agosto de 1995 con la regulación de las
actividades alternativas conocidas popularmente como “parchis” y el 16 de agosto con
una Resolución de la Dirección General de Renovación Pedagógica que propone que las
actividades de estudio alternativas a la religión para los cursos 3º y 4º de ESO y 1º de
Bachiller giren en torno a la temática ”Sociedad, Cultura y Religión”. De aquí se tomara
el nombre para el Área de Religión en la Ley de Calidad.
El decreto de 1994 fue recurrido en los tribunales por muchos colectivos y tuvo
varias sentencias que validaban jurídicamente el decreto
2.- Los tiempos del PP:
a.- Con la llegada al poder del PP en 1996 se busca una modificación del Real
Decreto del 94 para someter a evaluación el rendimiento de los alumnos de las
alternativas. Esa modificación que parecía técnicamente fácil y suficiente se topa con
una sentencia del tribunal supremo de 31 de enero de 1997 que dice:”...no es razonable
aceptar que quien desee valerse de una garantía constitucional de formación religiosa,
no obligada para quien no se acoja voluntariamente a ella, tenga un derecho
constitucional a imponer que las condiciones pactadas para su prestación en orden a la
evaluación se extiendan a actividades alternativas no cubiertas con dicha
garantía...constituiría una carga desproporcionada para los alumnos no inscritos en la
enseñanza religiosa que, además de ver intensificado su horario lectivo con las
actividades alternativas, además se les impusiera la evaluación de las mismas”.
b.-El borrador de proyecto de Rajoy de 1999 intenta superar el dilema
Religión/alternativa por un nuevo bloque curricular con dos modalidades: religión y
valores éticos. Pero pronto se vio la dificultad de oponer, de nuevo, ética y religión. En
este año se publica la Orden de 9 de abril sobre el régimen económico-laboral de los
profesores de religión
c.- El 11 de marzo del 2002 la ministra Pilar del Castillo presentó el Documento
de Bases para una Nueva Ley de Educación y no tiene nada sobre la enseñanza de la
religión. Dos meses después en el anteproyecto de ley ya aparece la propuesta de una
nueva materia, Sociedad, Cultura y Religión, para todos, con dos modalidades.
d.- El 23 de diciembre se aprueba la Ley Orgánica de Calidad (LOCE) y el 13 de
enero de 2003 entro en vigor, aunque de forma progresiva. El aspecto más importante
del nuevo planteamiento es la superación del planteamiento religión/alternativa y el
nacimiento de un nuevo enfoque que algunos denominan nuevo paradigma Sociedad,
Cultura y Religión. Desarrolla el artículo 27 de la constitución introduciendo una nueva
área o bloque educativo que atiende a la formación integral o del pleno desarrollo de la
personalidad humana (27.2), con una modalidad confesional que responde al derecho de
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los padres para que sus hijos reciban una formación religiosa y moral que este de
acuerdo con sus propias convicciones (27.3).
Reacciones de la prensa:
El editorial de El País: “...una enseñanza de carácter doctrinal, cuyos contenidos
son articulo de fe para quienes la solicitan y cuyos enseñantes son designados y
controlados por los obispos, aunque pagados por el estado...En contra del mandato
constitucional de que “ninguna confesión tendrá carácter estatal”, la catequesis...con
pretensión de “asignatura científica”...¿Habrá también catequesis con rango escolar de
otras confesiones si sus fieles la piden?...La decisión de la ministra cierra un periodo de
25 años en que el estado ha intentado dar una respuesta razonable, de acuerdo con su
carácter aconfesional... sin satisfacer nunca las pretensiones de una jerarquía católica,
que en este terreno, siempre tuvo reminiscencias del franquismo” (20 junio2003)
El editorial de El mundo: “...de lo que se trata efectivamente es de catequesis, de
formación en el dogma católico... el rango que se le quiere dar choca con la laicidad de
nuestro sistema político”
El ABC: “...la nueva regulación cumple escrupulosamente con el respeto a la
libertad religiosa y el principio constitucional de la aconfesionalidad del Estado. Sólo
puede molestar a quienes pretenden erradicar la religión de las aulas, asimilándola a la
creencia subjetiva o a la superstición, o a quienes movidos por viejos tópicos
anticlericales, se resisten a que la Iglesia pueda impartir sus enseñanzas en las aulas de
todos, aunque lo pida la mayoría de los ciudadanos. En el fondo, la cuestión reside en
determinar si la Religión pertenece al ámbito de la cultura y debe por ello ser enseñada
en las aulas o, por el contrario debe quedar relegada a la catequesis o a las catacumbas
de la pura privacidad
LA RELIGIÓN EN LA LOCE
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mismos, corresponden a las autoridades religiosas respectivas, de conformidad con lo
establecido en los Acuerdos suscritos con el Estado Español”.
4.- “Los profesores que, no perteneciendo a los cuerpos de funcionarios
docentes, impartan enseñanzas confesionales de religión en los centros públicos en los
que se desarrollan las enseñanzas reguladas por la presente ley, lo harán en régimen de
contratación laboral, de duración determinada y coincidente con el curso escolar, a
tiempo completo o parcial. Estos profesores percibirán las retribuciones que
correspondan en el respectivo nivel educativo a los profesores interinos”.
Al amparo de esta normativa se dictan los reales decretos de 27 de junio con las
enseñanzas comunes de Educación Infantil, de Educación Primaria, educación
Secundaria Obligatoria y Bachillerato. En este último Real Decreto sobre el bachillerato
se señala: “Las calificaciones obtenidas en la evaluación de la asignatura de Sociedad,
Cultura y Religión no computarán en las convocatorias para la obtención de becas y
ayudas al estudio...cuando hubiera que acudir a la nota media del expediente para
realizar una selección entre los solicitantes”.
El BOE de 17 de diciembre publica la Orden del Ministerio de Educación,
Cultura y Deportes que desarrolla los anteriores reales decretos y que, al mismo tiempo
que establece los currículos de la opción confesional católica de Primaria, Secundaria y
Bachillerato, señala que corresponde a las administraciones educativas adoptar las
medidas precisas, en el ámbito de sus competencias, para que los currículos de
Sociedad, Cultura y Religión se impartan en los términos que en ella se establecen.
El 29 de mayo de 2004 se publica el Real Decreto por el que se paraliza la Ley
de Calidad.
Teniendo en cuenta esto la legislación vigente sobre la enseñanza de la Religión
es el Real Decreto de 16 de diciembre de 1994.
Se abrió un debate sobre la religión con dos posturas extremas y con una serie de
alternativas intermedias: Para un sector de la población española la enseñanza de la
religión es una de las principales disciplinas para la formación completa e integral de los
educandos, para otro sector el área de Sociedad, Cultura y Religión y , en su caso, la
enseñanza alternativa no deben ser evaluables, pues esta enseñanza debe pertenecer a la
esfera de la privado y no se debe impartir en los centros docentes. A este respecto dice
Marchesi.” El principal problema...para un acuerdo, es el referido a las diferentes
opciones ideológicas de unos y otros. Las distintas ideologías reflejan una concepción
diferenciada de la sociedad, de las relaciones entre las personas y de los valores
sociales, lo que se traduce en educación por una visión específica de lo que significa la
calidad y la equidad. Esta concepción se extiende después al papel de la escuela pública
y la privada, al sistema de admisión de alumnos, a la financiación de la educación, a la
participación, a la organización de la ESO, al estudio de la religión...Uno puede ser
progresista y llevar a sus hijos a la escuela privada y considerar importante que los
alumnos estudien religión en las escuelas...Los partidos políticos y las organizaciones
sociales mantienen una mayor consistencia en sus opciones: la izquierda defiende
prioritariamente la igualdad, la escuela pública, la participación y el laicismo; la derecha
apuesta por la excelencia, la escuela privada, la eficacia y la religión... En este contexto
no resulta sencillo aproximar posiciones. Pero es necesario conseguirlo para evitar
sucumbir a la vieja tentación de tejer y destejer según se produzcan cambio de gobierno.
La Declaración Conjunta a favor de la Educación, firmada en 1997 por prácticamente
todas las organizaciones administrativas bajo el auspicio de la Fundación Encuentro,
abogó por este compromiso y acordó un conjunto de objetivos básicos que unían a todas
ellas... estos puntos ya firmados podrían marcar la pauta para el entendimiento...Parto de
la premisa de que la LOGSE no ha sido capaz de resolver algunos problemas y de que la
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LOCE no ha acertado en varias de las soluciones propuestas, por lo que alternativas
nuevas, que vayan más allá de ambas, pueden facilitar el acuerdo. El cumplimiento de
los acuerdos con la Santa Sede es obligado, por lo que debe seguir existiendo una
materia de religión en las escuelas. Lo sorprendente es que el debate principal no está en
este punto, sino en la alternativa para los alumnos que no deseen estudiar religión. En
este tema el principal interlocutor no puede ser la Conferencia Episcopal, sino los
representantes de las familias de estos alumnos. La propuesta de diferentes actividades
educativas o que cada padre o madre pueda elegir entre éstas y que el alumno se marche
a su casa es una alternativa razonable, habida cuenta de que se ha garantizado el estudio
de la religión para todos los alumnos que lo deseen. Los derechos de unos alumnos no
pueden suponer obligaciones para otros. Lo que es inadmisible es la sinrazón abusiva de
la LOCE que establece el estudio del hecho religioso para aquellos alumnos cuyos
padres no deseen que sus hijos estudien religión.(Cuadernos de Pedagogía338. Pag. 82 y
85)
LA RELIGIÓN EN LA L.O.E.
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La LOE, que sigue en líneas generales el planteamiento de la Logse, presenta
como novedad un nuevo tipo de aprendizajes basado en competencias y como polémica
la materia de Educación para la Ciudadanía, por su carácter moralizante e ideológico y
por ser obligatoria para todos los alumnos.
Con los reales decretos de enseñanzas mínimas de 2006 y con las órdenes de las
comunidades autónomas la enseñanza de la Religión en la escuela presenta tres
opciones: Religión confesional (católica o de otras religiones que tengan acuerdos con
el estado), enseñanza de historia y cultura de las religiones o la “debida atención
educativa”.
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EDUCACIÓN INFANTIL Real Decreto 1630/2006, de 29 de diciembre.
(BOE n. 4 de 4/1/2007 pp 474-482)
2. Las administraciones educativas garantizarán que los padres o tutores de los alumnos
y las alumnas puedan manifestar su voluntad de que éstos reciban o no reciban
enseñanzas de religión.
3. Las administraciones educativas velarán para que las enseñanzas de religión respeten
los derechos de todos los alumnos y de sus familias y para que no suponga
discriminación alguna el recibir o no dichas enseñanzas.
2. Las administraciones educativas garantizarán que, al inicio del curso, los padres o
tutores de los alumnos y las alumnas puedan manifestar su voluntad de que éstos
reciban o no reciban enseñanzas de religión.
3. Los centros docentes dispondrán las medidas organizativas para que los alumnos y las
alumnas cuyos padres o tutores no hayan optado por que cursen enseñanzas de religión
reciban la debida atención educativa, a fin de que la elección de una u otra opción no
suponga discriminación alguna. Dicha atención, en ningún caso, comportará el
aprendizaje de contenidos curriculares asociados al conocimiento del hecho religioso ni
a cualquier área de la etapa. Las medidas organizativas que dispongan los centros
deberán ser incluidas en su proyecto educativo para que padres y tutores las conozcan
con anterioridad.
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5. La evaluación de la enseñanza de la religión católica se realizará en los mismos
términos y con los mismos efectos que la de las otras áreas de la Educación primaria. La
evaluación de la enseñanza de las diferentes confesiones religiosas se ajustará a lo
establecido en los Acuerdos de Cooperación suscritos por el Estado español.
2. Las administraciones educativas garantizarán que, al inicio del curso, los alumnos
mayores de edad y los padres o tutores de los alumnos menores de edad puedan
manifestar su voluntad de recibir o no recibir enseñanzas de religión.
4. Quienes opten por las enseñanzas de religión podrán elegir entre las enseñanzas de
religión católica, las de aquellas otras confesiones religiosas con las que el Estado tenga
suscritos Acuerdos Internacionales o de Cooperación en materia educativa, en los
términos recogidos en los mismos, o la enseñanza de historia y cultura de las religiones.
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6. La determinación del currículo de la enseñanza de religión católica y de las diferentes
confesiones religiosas con las que el Estado ha suscrito Acuerdos de Cooperación en
materia educativa será competencia, respectivamente, de la jerarquía eclesiástica y de
las correspondientes autoridades religiosas. La determinación del currículo de historia y
cultura de las religiones se regirá por lo dispuesto para el resto de las materias de la
etapa en este real decreto.
2. Las administraciones educativas garantizarán que, al inicio del curso, los alumnos
mayores de edad y los padres o tutores de los alumnos menores de edad puedan
manifestar su voluntad de recibir o no recibir enseñanzas de religión.
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5. Con el fin de garantizar el principio de igualdad y la libre concurrencia, las
calificaciones que se hubieran obtenido en la evaluación de las enseñanzas de religión
no se computarán en la obtención de la nota media a efectos de acceso a la Universidad
ni en las convocatorias para la obtención de becas y ayudas al estudio en que deban
entrar en concurrencia los expedientes académicos.
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elegir sobre la materia religiosa que tendrá el niño.
Se pueden ver distintos tipos de educación según nos encontremos en
Europa o en los continentes Americanos.
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7 Construir la religiosidad es…
Comprender que…El origen de la interioridad religiosa es el resultado de las
huellas biográficas, de experiencias vitales del sujeto, que junto a las
expectativas de otros, en interrelación con otros, con el entorno social y el
devenir de la historia, establece una relación con Dios.Dios dialoga con el
individuo por medio de la actividad reflexiva provocando criterios precisos que
conforman parte de la estructura cognitiva del sujeto (visión sagrada de la
vida).
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15 Para educar la religiosidad: Los Perfiles de Egreso
Hay que incluir los ámbitos culturales: La persona consigo misma. Con Dios.
Con los demás. Con el Entorno. Lo esencial es conformar perfiles que permitan
a la persona educar su humanidad y su sentido de persona en comunión con
otros a partir de las enseñanzas de la Iglesia.
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