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Fase_2 observación reflexiva

Reseña sobre la ética

Presentado por:

Eveling Dayana Pérez Lozano

40002_0319

Universidad Nacional Abierta y a Distancia-UNAD


Escuela de ciencias artes y Humanidades
Programa de psicología
Ibagué, Colombia 2019
Tutor: Fredy Alexander Patiño
Nombre y apellidos del estudiante autor de la reseña:
Eveling Dayana Pérez Lozano
Documento de identidad 1.110.601.362

Grupo al que pertenece 40002_


Título del documento a reseñar:
El camino de la ética civil en Colombia. Balance y perspectivas.
Autor del documento a reseñar:
Mauricio García Duráll, S.J
Referencia:
García, S. J. (1995). El camino de la ética civil en Colombia. Balance y
perspectivas.
Palabras clave:
Ética- valor social- moral básica- responsabilidad- compromiso social-
fragilidad de la realidad colombiana

Propósito:

Generar una reflexión en torno a la ética no solo ciudadana sino también dentro las

profesiones que se generan en Colombia, promovidas por el programa por la paz.

Resumen:

Según el autor García, S. J. (1995). Uno de los problemas más sensibles que aqueja a la

sociedad colombiana en su conjunto es la debilidad en el carácter a la hora de actuar

éticamente. Hoy priman nuevos principios en prácticas o comportamientos sociales que

fragilizan la voluntad del ciudadano en su disposición de hacer las cosas bien, debilitando

de paso el concepto de autorresponsabilidad en actuaciones cotidianas en el barrio, la

convivencia, el trabajo, la familia o la sociedad.

Por todo lo que sucede en el país con la corrupción de los jueces, el plagio en la escuela, los

sobornos a la policía, los bajos referentes espirituales y el fraude en el control fiscal,


estamos en una profundad crisis en lo que podríamos llamar “nuevas” éticas de ciudadanías

alteradas. Muchas de estas lógicas se profundizan por asuntos complejos como la economía

del mercado, la débil seguridad estatal, la poca empleabilidad, la pérdida del valor de la

palabra o por la diversidad en lo que sería un actuar políticamente correcto en el ámbito

personal, organizacional o colectivo. La tensión radica en saber tomar buenas decisiones,

en dignificar la condición humana, respetar procesos y como dijo el papa Francisco no

dejarnos robar la esperanza. Estos planteamientos que parecen solo personales son también

responsabilidad de nuestros gobernantes, empresarios, dirigentes o líderes políticos al

incentivar objetivamente mejores percepciones de futuro, más oportunidades laborales,

estimular la participación o fortalecer la estabilidad económica.

Por consiguiente, una disolución ética y política de la sociedad, una de cuyas principales

manifestaciones es el notable índice de violaciones a los derechos humanos, en especial el

derecho a la vida es desafortunadamente necesario concluir que, para la mayor parte de los

colombianos, la violación de los derechos humanos aparece normal en la regulación de

conflictos y de equilibrio social.

El autor concluye enfatizando que las malas prácticas en construcción de ética social dentro

de los mismos centros educativos y entornos sociales en nuestro país, cuando este pacto

social se ha destruido, la violencia se convierte en el único y terrible pedagogo que permite

una eventual reconstrucción de la convivencia. El terror, así como el sentimiento

generalizado de inseguridad que éste suscita, constituyen quizás las únicas fuerzas que

pueden ir convenciendo a todos los actores sociales, y sobre todo a las élites dirigentes,

acerca de la necesidad de establecer unos consensos mínimos vitales que deben ser

respetados por todos si quieren sobrevivir.


Exposición de argumentos

La posición del autor frente a la decadencia de la ética y la moral ciudadana se basa no solo

en los gobernantes de nuestro país, sino en la postura que tienen muchos actores entre ellos

la justicia, las entidades educativas, eclesiásticas y en decadencia permanente la propia

ciudadanía, todo basado en el postconflicto ya que nos hemos quedado en juzgamientos en

contra de los autores que generaron conflictos en nuestro país, sea de un grupo u otro,

enmarcándolos en que todos los problemas que aqueja el país fueron o son de ellos, sin

embargo, otros autores gubernamentales no tienen nada que ver, frente a ello, el autor

refiere que es preocupante la decidía de los gobiernos de turno y entes educativos en

generar herramientas que permitan la construcción de ética y responsabilidad ciudadana,

más que por un vinculo social, es una construcción moral que en futuras generaciones,

agradecerá el país.

Preguntas que le genera la experiencia significativa

¿Las instituciones educativas tanto de educación básica como de educación superior, están
realmente formando ciudadanos con moral social?

¿La desvinculación social frente a la ética y la moral, es un agente generador de violencia


en nuestro país o esa es la percepción de algunos académicos?

¿A quién pertenece la responsabilidad de construir herramientas que restituyan la ética y la


moral en Colombia?

Posición, observaciones personales e interpretación:


Desde mi punto de vista la falta de compromiso social, las malas prácticas frente a la ética

social y factores como la política que va de la mano con corrupción ha permeado todas las

instituciones del Estado y todas las ramas del poder público, que va desde el presidente

hasta las Cortes, entidades que deberían tener como fundamento la ética profesional y el

respeto por el cargo que ostenta, parece que las facultades de derecho de todas las

universidades dictaran una materia enfocada hacia la corrupción, como ser un buen

corrupto, o robe y delinca sin dejarse pillar, o como escalar más ascensos para delinquir

mejor, esta parece que fue la catedra que aprendió el vice fiscal anticorrupción, que si el

fiscal general su jefe inmediato sintiera respeto por la entidad o por el cargo para el que fue

designado hace rato se había apartado, pero acaso ¿no vio ética en la facultad de derecho? o

no sabe qué es eso.

Siguiendo la misma línea está el aval que los partidos les dan a corruptos y delincuentes,

con el fin de tener mayor representación en determinadas zonas y mayores ganancias, entre

más curules, alcaldías, gobernaciones se tenga se obtienen mejores beneficios, no para los

habitantes de las regiones sino para el negocio particular que tienen los partidos políticos y

entre ellos, nosotros los habitantes de a pie, que cada vez en elecciones no demostramos

nuestra posición frente a este flagelo en nuestro país y muchos venden el alma en

elecciones por un tamal o una veintena de camisetas con un logo y 20 mil pesos.
Cierre

Para concluir la experiencia frente a este artículo, que por cierto fue interesante, deja mucho

por discutir, frente a la ética no solo ciudadana, sino la profesional y como debería en cierta

forma recalcar un fortalecimiento dentro de las instituciones educativas especialmente las

de educación superior, ya que es allí donde se forman los futuros profesionales que vamos

de una forma directa o indirecta a contribuir en la dirección de este país.

Desde un aspecto profesional como psicóloga en formación, se que no solo estoy regulada

por una normativa y un código deontológico, sino también me rige una moral ciudadana,

espiritual que va a ser mi carta de presentación frente a otros profesionales y colegas de la

rama.

La nueva información que me dejo este documento fue ver más allá de los que transciende

la ética sea ciudadana y la moral que maneja nuestro país que es ciencia cierta es crítica,

frente a otras culturas, es por ello, que este articulo insta a concienciar no solo a quién lo

lea, sino permite abrir los ojos, para poder ver quién nos gobierna y las falencias de un

estado que por el hecho de no cumplir con el rigor de la ética y el valor moral ciudadano,

nos esta perjudicando a todos, ya que lleva muchos años ocurriendo lo mismo.

Nosotros como futuros psicólogos, debemos ser conscientes que tendremos un trabajo

extenuante, para construir a futuras generaciones un camino de bien y en la actual

generación reeditar esos conceptos generalizados junto a las malas prácticas de no acatar la

moral y no retener en muchos casos la ética como profesionales y no hacerla prevalecer

ante las primicias de la corrupción y violencia de nuestro país.

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