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LOGGIA Nº17

Conservar, no restaurar.
Hugo, Ruskin, Boito, Dehio et al. Breve historia y
sugerencias para la conservación en este milenio
por Marco Dezzi Bardeschi*

Efigie de Francesco Algarotti (Fondo Morigia)

Con una prosa arrolladora cargada de razón y Conservation, not Restoration. Hugo, Ruskin, Boito,
sentimiento, el profesor Dezzi Bardeschi expone su Dehio Et Al. A Brief History & Conservation Suggestions
credo personal que defiende la práctica de la for the New Millennium. With an overpowering prose style
conservación frente a la alternativa de la restauración. La full of reason and feeling, Professor Dezzi Bardeschi
historia italiana de ambas disciplinas, las Cartas explains his personal creed in defence of conservation
Internacionales de Restauración y sus protagonistas rather than restoration. The history of both disciplines in
principales sirven de hilo conductor para un Italy, the International Restoration Charters and their
razonamiento que rebate los caprichos y frivolidades main protagonists are the central strand of a reasoning
injustificables que presupone ligados a la restauración, that refutes the unjustifiable whims and frivolities linked to
para defender el respeto a la integridad material e restoration to defend respect for the material and
histórica que supone la conservación del edificio historical integrity involved in the conservation of a
entendido como monumento/documento building seen as a monument/document.
*Marco Dezzi Bardeschi es profesor de Restauración Arquitectónica en la Facultad de Arquitectura de Milán-Bovisa

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CONSERVAR, NO RESTAURAR. HUGO, RUSKIN, BOITO, DEHIO ET AL

1. Quatremère de Quincy en la medalla de Pierre-


Jean David, llamado David d´Angers, 1835

Este artículo propone un examen renovado y sintético de las La relectura desde el panorama italiano de la disciplina
Cartas Internacionales de Restauración, a la luz de la con- está salpicada de sugerencias, si se presta atención: 1) la
tribución italiana a la disciplina de la conservación, que se Carta de Florencia ICOMOS-IFLA (1981) con la contra-
ha alejado de la licitud injustificable de la así llamada “res- puesta Carta italiana de los jardines históricos; 2) la
tauración”, para contraponerle la alternativa de una práctica declaración de Amsterdam (1975) y las grandes restaura-
virtuosa basada en el respeto y en el cuidado del monu- ciones urbanas europeas con la insistente alusión a la
mento/documento. La consigna “conservar, no restaurar” de conservación integrada de la escuela napolitana
Camillo Boito, retoma la línea radical europea anticipada (Francesco Forte, Roberto Di Stefano); 3) las declinacio-
por Victor Hugo (“Guerre aux demolisseurs”, 1825-1832), nes abiertas de la noción de “autenticidad” (material o
John Ruskin (<la así llamada “restauración” constituye la formal) en la base de la Declaración de Nara (Lemaire,
forma más vil de destrucción acompañada de la falsa des- 1994); 4) los objetivos (y las consecuentes prácticas de
cripción del objeto destruido>, 1849), y la cruzada de movi- puesta en obra) que se quieren legitimar con la declara-
lización del Antirestoration Movement de William Morris ción de Burra (1979, 1999) o de Cracovia (2000). Resulta
(desde 1877). Se trata de un lema hecho propio e invocado oportuno que el debate promovido por el ICOMOS sobre
hace poco más de un siglo por Georg Gottfried Dehio las razones (y los modos) de la CONSERVACIÓN se
(“Conservieren, nicht restauriren”, 1901) y por la teoría de detenga a profundizar sobre éstos y otros matices esen-
la tutela de los valores de Alois Riegl (“Denkmalkultus”, ciales, decisivos para el futuro y la refundación urgente y
1905) y por sus discípulos (Max Dvorak, Clemens) que hoy necesaria de la disciplina.
conserva plena actualidad. 1. La instancia de la conservación contra el engaño de la así
En particular, este ensayo reexamina a la luz de la pri- llamada “restauración”. El largo y tortuoso camino que rei-
mera Carta italiana (Boito, 1883), los dictados de la vindica la liberación (y la consecuente necesaria autono-
Carta de Atenas (1931) y la contribución del contexto de mía) de la CONSERVACIÓN de la espiral arrolladora que
Gustavo Giovanonni (1931), premisa ineludible para representa la práctica desenvuelta de refacción propia de la
comprender la evolución del debate en torno a la restau- disciplina de la RESTAURACIÓN, comienza en Italia con-
ración hasta la Carta de Venecia (Roberto Pane, Ignazio cretamente con el descubrimiento de la traición de las
Gazzola, 1964). expectativas de esta última y de la exigencia de garantizar

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el respeto y la tutela (frente a la pérdida de identidad y la


falsificación irreversible) del documento material. Desde
hace tiempo, como es conocido, éste representa el punto
fundamental e imprescindible que se reclama para una dis-
ciplina que posee como campo de aplicación declarado pre-
cisamente la efectiva salvaguardia de un BIEN reconocido
PATRIMONIO material inalienable de la colectividad
(monumento, construcción simple, manzana, ciudad, terri-
torio antropizado), RECURSO que auspiciamos pueda ser
transmitido en herencia a las futuras generaciones en toda
su propia y singular riqueza testimonial. Desde hace
tiempo, decía, porque la denuncia o la lección a este propó-
2 sito que nos han transmitido grandes Maestros del pensa-
miento civil europeo como Victor Hugo, John Ruskin o
William Morris ya constituye (o debería constituir) un
patrimonio común y al mismo tiempo un referente cultural
y ético irrenunciable. Y esto, como veremos releyendo los
puntos destacados de la evolución del debate disciplinar,
especialmente en Italia. El engaño de la restauración está ya
presente en la contribución con la cual Carlo Cattaneo (“de
la restauración de algunos edificios de Milán”) inaugura el
primer número de su polifacética revista el Politecnico:
“para no hacer que la restauración –escribe al principio- se
convierta en objeto de devastación o exterminio”. Estamos
en 1839 y ya se anticipa –tras la lectura de la campaña con-
tra los vándalos restauradores lanzada por Victor Hugo
desde 1825- la denuncia lapidaria que, diez años más tarde
(1849), formulará un Ruskin principiante en sus “Seven
Lamps”: “la así llamada restauración constituye la peor
forma de destrucción, acompañada de la falsa descripción
del objeto destruido”. Y desde este momento en adelante
quien quiera cerrar filas en contra de los resultados perver-
sos de la disciplina recurrirá despectivamente a la expresión
con comillas (la así llamada “restauración”).

DE LA RESTAURACIÓN A LA CONSERVACIÓN:
EL TERMÓMETRO SENSIBLE DE QUATREMÈRE
DE QUINCY
Si queremos recoger testimonios a favor de la conservación
3
(y contra la restauración) puede ser útil remontarse, en Italia,
a la primera mitad del Siglo de las Luces. En 1728 Jonathan
Richardson ya denunciaba las inoportunas intervenciones de
2. Portada de la primera traducción italiana del Maratta en los frescos de Rafael Sanzio, puesto que “lejos de
“Dizionario storico di architectura” de Quatremère
de Quincy, editor Fratelli Negretti, Mantua, 1842 restablecer la obra de Rafael, ajada por el paso del tiempo,
3. G. Valadier, proyecto para la reconstrucción del la ha arruinado más de lo que este tiempo ha hecho o habría
Arco de Tito, alzado del arco restaurado
podido hacer” 1 , también por aquellos tonos violentos de

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color que “saltan tremendamente a la vista” 2 . Y enseguida le líneas de la misma voz “restauración” del Dictionnaire
hace eco monseñor Bottari para confirmar (1730) que la d’Architecture de Quatremère de Quincy (editado en
obra, “estando retocada, ha perdido mucho”; seguido de un Francia en 1832, y difundido en traducción italiana más
viajero de época exigente como el presidente De Brosses tarde, en torno a la mitad del siglo). Al principio, el
(1739) que opina: “el color es muy malo, rojizo y completa- autor, nombrado desde 1816 secretario perpetuo de la
mente errado” 3 . Por tanto, la impugnación de los desprópo- Academia, clásico irreductible y defensor de la belleza
sitos de la restauración comienza por la crítica a la interven- ideal, no parece admitir la más mínima duda: restaurar es
ción sobre los grandes ciclos pictóricos de autor (1753: para él, según la tradición de los diccionarios (véase por
William Hogarth, en nombre de todos, denuncia la absoluta ejemplo la voz del “Vocabulario” de Filippo Baldinucci),
imposibilidad de la “recuperación” de los colores originales) “rehacer en un objeto las partes dañadas o ausentes bien
pero, gracias a la culta y refinada lección de un intelectual por vejez, bien por otro accidente”. Y considerando que
mundano y cosmopolita como el conde Francesco Algarotti, “la arquitectura se compone necesariamente en sus obras
se extiende a los arquitectos, con el descubrimiento del de partes similares que, mediante una precisa observan-
envejecimiento de los materiales y del valor añadido sobre cia de las medidas, pueden ser copiadas o reproducidas
la piel de una obra de arte por los efectos del tiempo. Al con- de manera idéntica, no cabe lugar al ingenio en una ope-
trario de un signo despreciable de decadencia y degradación ración de esta índole, dado que puede reducirse a un sim-
(y por tanto a eliminar), Algarotti –mucho antes de Ruskin- ple mecanismo”. Sin embargo, en las sucesivas edicio-
considera “la pátina” una cualidad realmente “preciosa”, nes y respectivos añadidos a esta voz, no resulta
signo del valor de antigüedad y de autenticidad de la obra, complicado comprobar un sensible desplazamiento
fruto de la acción de aquel “venerable anciano llamado semántico desde la tesis de la refacción mecánica a la
Tiempo, que la trabaja con pinceles finísimos y con una opuesta del total respeto del monumento. Así, después de
increíble lentitud” y que, mezclando “insensiblemente las haber constatado la difusión de la nueva “manía gene-
tintas, las torna más suaves y delicadas”. Y en 1756 el abad rada por el sistema, supuestamente pintoresco, del len-
boloñés Luigi Crespi, precisamente en dos de sus cartas a guaje irregular”, con el efecto que “desde entonces en
Algarotti, llega a sugerir, sin grandes escándalos, la virtuosa adelante cualquier proyecto de restablecimiento de un
tesis de la no intervención: para evitar los estragos de las monumento antiguo arruinado ha contado con la desa-
“restauraciones” de una pintura es preferible apreciar probación de los secuaces del pintoresquismo”, en pri-
“intacto lo poco que permanece virgen e inmaculado que mer lugar, Quatremère de Quincy considera “que se
disfrutarlo de manera discordante por el retoque”. puede adoptar una vía media de compromiso” que, “para
Contentarse, como ya proponía Vasari, de preservar la obra los edificios antiguos más o menos arruinados” contem-
“de las injurias del tiempo (cuando se pueda) o de la intem- ple el respeto y la “no restauración de sus restos” y, en
perie de las estaciones (...) de los hielos del invierno, de los segundo lugar, asegure con la intervención oportuna la
calores excesivos del verano” y evitar que “la humedad no distinción entre las partes existentes y los elementos de
rezume en los muros y en las bóvedas”, esto es, practicar nueva aportación: “convendrá prescindir de los detalles
una buena prevención de las causas de posible degradación, de manera sumaria, de manera que el observador pueda
custodiar con cuidado y, en fin, apreciar “las cosas creadas distinguir la obra antigua de aquella añadida para com-
por hombres excelentes –en palabras todavía de Crespi- pletar el conjunto”. La restauración ejemplar para él se
mejor medio consumidas que retocadas por alguien que sepa refleja en la intervención contemporánea (1821) de
menos”. Con esto habríamos llegado ya, al menos por lo que Valladier sobre el arco de Tito en Roma donde, en aras
atañe al documento pictórico (pintura, decoración o fresco) de una mayor legibilidad, las integraciones se realizan
a la toma de conciencia del respeto debido a la autenticidad en travertino en vez de en el mármol original. Y al final
material del documento autógrafo. llega incluso a sugerir la práctica magnífica de la
La evolución de más de medio siglo de debate sobre la mínima intervención preventiva, en un pasaje que será
disciplina en el pasaje desde el Antiguo Régimen a la adoptado inmediatamente por Ruskin: “a menudo no se
Restauración, se puede claramente captar –a pesar del trataría más que de un simple puntal para asegurarle (al
tono asertivo propio de un vocabulario- incluso entre las monumento) todavía muchos siglos de subsistencia”.

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LA RESTAURACIÓN EN ITALIA ANTES DE LA siglos, la conservación de los monumentos se convierte en


UNIDAD: MARTELLI Y CATTANEO un arte tanto más necesario como mayor es el estudio y el
Pero mientras tanto, la viva protesta de Victor Hugo contra respeto que la Europa culta dedica a nuestras obras antiguas
las restauraciones y los restauradores, a través de un medio en comparación con las modernas”. Los ecos de la “Guerre
de comunicación de masas como Notre Dame de París, aux demolisseurs” de Victor Hugo (1825, 1832) y de las
sacude la conciencia popular. Y en Italia, entre los primeros apenas creadas Comisiones de Conservadores están bien
defensores de la tesis de una intervención respetuosa del presentes “en un tiempo que toda la Europa culta reclama
dato testimonial físico-matérico encontramos, ya en los contra los vándalos restauradores y que en Francia y
años treinta del siglo XIX, un arquitecto culto como Alemania se han instituido sociedades y comisiones para
Giuseppe Martelli en Florencia y un europeísta convencido proteger los monumentos (...)”. Cattaneo pone en guardia
y crítico militante como Carlo Cattaneo en Milán. contra toda intervención destructiva, de modo que “la res-
El primero se enfrentaba al destino del antiguo símbolo a la tauración o el complemento no se convierta en objeto de
libertad del ayuntamiento republicano esculpido por devastación y exterminio.” Y sin embargo, termina por que-
Marzocco. ¿Qué hacer? ¿Conservarlo en su lugar en la dar atrapado en la red de un indefinible espíritu del lugar y
plaza, al pie de la fachada del Palazzo Vecchio, en su mate- del tiempo. Y cuando debe indicar el objetivo (¿qué?, y por
rialidad histórica a pesar de su estado deplorable e informe tanto, ¿cómo conservar?) se referirá a la noción demasiado
debido a las agresiones del tiempo, o sustituirlo por una vaga y ambigua “de índole propia y nativa” del monumento
copia para evitar su pérdida definitiva? Al final, optará por para no incitar tentaciones trasnochadas de retorno a los
la conservación del original en el Museo y por su sustitu- orígenes. Así, después de haber tejido el elogio de la estra-
ción por una copia de otro material más resistente a la tificación de las épocas (la “impronta multiforme de una
intemperie como el bronce. El segundo defiende la necesi- secuela de siglos”), en vez de alinearse en la salvaguardia
dad de un cambio: “la arquitectura no se debe restringir a concreta del documento material en su conjunto, lo vemos
imaginar las obras nuevas o a comenzarlas, sino que debe deslizarse hacia la aventura del restablecimiento de la con-
incluso saberlas completar, y también conservar con opor- figuración primigenia (la medieval que era la preferida,
tunas restauraciones”. Cattaneo ya tiene clara la distinción como es obvio) y declararse a favor de la selección y de la
(que Boito retomará) entre conservar y crear de “nueva adecuación estilística, apreciando por ejemplo la obra de
planta”: “en una tierra como Italia (...) que en sus construc- quien, como Pizzigalli, en la iglesia del Carmine en Milán
ciones lleva la impronta multiforme de una secuela de “demoliendo las exuberantes cornucopias añadidas en el

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4. Victor Hugo (Boulanger, 1843)


5. Retrato de Giuseppe Martelli en una fotografía de 1860 aproximada-
mente (Coll. Martelli)
6. Carlo Cattaneo en un retrato del siglo XIX
7. Prosper Mérimée en 1834, acuarela del album de Mathilde Odier,
6 Biblioteca del Instituto de Francia

Barroco, va restituyendo las partes primigenias de este Por esta razón, a pesar de sus muchas contradicciones,
bello gótico”. Solución esta última auspiciada también para resulta fundamental la aportación de Cattaneo a un plantea-
San Simpliciano, donde propone “completar armónica- miento disciplinar conservativo que, aunque asume un
mente el templo con una bella tribuna del mismo estilo”, carácter diverso en función de cada nación, comparte una
antes que intercalar “una masa escolástica de mármol y legitimidad y un sostén reconocido a nivel europeo.
bronce tallados al estilo moderno”.
A pesar de muchas observaciones agudas (la misma atención LOS PRIMEROS DEFENSORES EUROPEOS DE LA
precoz a la pátina, definida “venerable opacidad” depuesta CULTURA DEL RESPETO Y LA TUTELA DESPUÉS
por el tiempo), persisten todavía muchas de las contradic- DE VICTOR HUGO: MERIMÉE, RUSKIN Y LA S.P.A.B.
ciones, si bien todas las cuestiones disciplinares están ya dis- Como se sabe, en Europa el debate naciente se polariza
puestas sobre el tapete. ¿Cómo identificar la ley genética del entre las dos líneas contrapuestas de tendencia inaugura-
carácter distintivo del “tipo” y del “modelo”, basándose en das por Viollet le Duc (difundidas en Italia especialmente
la importante diferencia entre ambas nociones que ya había por Pietro Selvatico Estense), por un lado, y por Victor
formulado Quatremère de Quincy? ¿Cuál es el ámbito de Hugo y John Ruskin por otro.
influencia, el aura del monumento? ¿Cómo comportarse Estamos en 1840 y en Francia nace el primer aparato esta-
frente a las superfetaciones (término introducido por primera tal de tutela del patrimonio arquitectónico. Prosper
vez, creo, por Cattaneo) o sea a los añadidos declarados no Merimée, con Ludovico Vitet en el origen de las primeras
orgánicos, incongruentes o, de todos modos, no deseados? campañas de intervención sobre los monumentos nacio-
Pero es sobre todo al nivel de la conciencia precoz de la nales, exhorta de nuevo a favor del necesario respeto
unidad de la estratificación urbana heredada (y de la con- debido al monumento: “no se repite nunca lo suficiente
secuente necesidad de su completa salvaguarda) que la que, en materia de restauración, el primer e inflexible
contribución de Cattaneo se revela valiosa, como en esta principio consiste en no innovar, incluso cuando esta
bella intuición sobre la plaza del Duomo en la cual lo innovación derivase de la tendencia loable de completar o
vemos retomar la comparación (de Victor Hugo) de la embellecer: conviene dejar incompleto e imperfecto todo
ciudad con el libro escrito: “si se suprimiese cualquier aquello que se encuentra incompleto e imperfecto. No es
parte de esta combinación arquitectónica generada for- necesario permitirse corregir las irregularidades, ni recti-
tuitamente por los siglos, ¿no sería como arrancar una ficar las desviaciones, porque las desviaciones, las irregu-
sílaba a una palabra, una cuerda a un clavicémbalo?”. laridades, los defectos de simetría son hechos históricos

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llenos de interés que a menudo proporcionan los criterios Y después de una campaña de críticas de muchos casos
arqueológicos para determinar una época, una Escuela, “ejemplares”, el siglo se cierra con la denuncia de W.B.
una idea simbólica”. Y concluye acuñando una sana con- Richmond en el Informe anual de la Sociedad en la cual teo-
signa. ¿La restauración? “Ni añadidos, ni demoliciones”. riza, ruskinianamente, “The Impossibility of Restoration”
Y en esta línea, da la alternativa a un joven arquitecto de (1891): “la restaución es una falsedad. No se puede tornar a
grandes esperanzas: Eugène-Emmanuel Viollet le Duc. la vida la historia. Ningún hombre puede repetir los pensa-
Pero desde las primeras intervenciones la pasión encen- mientos de otro hombre (...) Sobre todo, creednos, el “restau-
dida de este último por los monumentos medievales desa- rador” no existe”. Equivale a decir: es inútil hacer ilusiones;
rrolla un proyecto positivista de conocimiento racional no es posible operar ninguna acción retroactiva: no se puede
(es discípulo de Comte) durante la obra de restauración, volver atrás. Se puede sólo intervenir diligente y tempestiva-
con exuberantes reinvenciones y re-escritura morfológica mente para conservar con esmero el patrimonio arquitectó-
y estilística. Las graves recriminaciones de Victor Hugo se nico superviviente, el que todavía existe y nos habla. Pero
olvidan rápidamente y es precisamente el monumento sím- esto es una tarea de excepcional empeño técnico y social, un
bolo popular de su novela histórica (Notre Dame de Paris, reto cultural inadecuado para las fuerzas demasiado débiles
1831) el primero que recibe los estigmas de la nueva y pere- de un individuo. La batalla por la tutela y la conservación del
grina teoría (“restaurar un edificio, no es mantenerlo, repa- patrimonio construido puede obtener la victoria sólo si se
rarlo o rehacerlo, sino restablecerlo en un estado de com- convierte en toma de conciencia y acción colectiva.
pleción que puede no haber existido jamás en un momento
dado”: voz “Restauration” del Dictionnaire...., 1867). Para CAMILLO BOITO Y EL CAMBIO DE LA PRIMERA
Viollet, autoelegido vate de la naciente disciplina y asumido CARTA ITALIANA DE RESTAURACIÓN (1883)
inmediatamente como modelo por las nuevas generaciones Es también gracias a la apremiante acción de denuncia
de arquitectos intervencionistas, restaurar no es conservar ni de tantos insospechables desmanes en los monumentos,
siquiera rehacer “com’era e dov’era”. No se trata de una emprendida con insistencia por los “ingleses” del
operación histórico-filológica, sino de una reproyectación Antiscrape o Antirestoration Movement, que se verifica
sobre conjeturas de un estado potencialmente unitario y en Italia un cambio radical. El preludio tiene lugar en
completo, incluso sólo imaginado y nunca realizado: esta- 1882, cuando el ministro Giuseppe Fiorelli difunde a los
mos en el momento de declive que ha pasado a la historia prefectos y a los presidentes de las Comisiones
con el nombre de “restauración estilística”. Conservadoras una circular (21 de julio de 1882, nº 683
Por otra parte, precisamente la sorprendente intolerancia y la bis), que contiene las disposiciones para las restauracio-
valoración arbitraria y negligente generadas por esta teoría nes “a fin de evitar los errores en los cuales se cae fre-
despiertan en toda Europa un creciente coro de voces de reac- cuentemente, recurriendo a refacciones no indispensa-
ción que se hace eco ni más ni menos en la fundación de la bles, que a menudo no respetan ni la forma ni la
Society of Protection of Ancient Buildings (S.P.A.B.), una sustancia del monumento antiguo”. Las intenciones son
sociedad fundada en 1877, activa especialmente en Inglaterra buenas pero, como había sucedido ya con Cattaneo, la
e Italia, con el impulso solícito de William Morris y de sus solución propuesta se desvía. En vez de conservar el
amigos, para combatir el carácter destructivo de la “restaura- estado actual, tiende a entrever y, por tanto, a apoyar
ción”. Su “manifiesto” retoma y divulga a nivel de cruzada el operaciones de repristinación del estado originario per-
pensamiento de Ruskin, elegido su presidente y profeta: “esta- dido que es definido como el “normal”: “confrontando el
mos convencidos de que estos últimos cincuenta años de estado normal con el actual, pónganse en evidencia las
conocimiento y atención han causado más destrucción que los diferencias y los daños sufridos, es decir, las perversio-
precedentes siglos de revolución, violencia y desatino”. De nes, las demoliciones, los añadidos, las reconstruccio-
hecho “surge en el ánimo de los hombres la idea realmente nes, las variaciones estructurales”, infiriendo de éstos
extraña de la restauración de los monumentos antiguos, una los trabajos a ejecutar que se destinarán “a suprimir las
idea ciertamente extravagante y fatal a todas luces que, por su diferencias entre el estado actual y el normal, o sea, reac-
propio nombre implica que es posible despojar ésta u otra tivando y manteniendo en lo posible el estado normal en
parte de la historia –es decir de la vida- de una fábrica, etc.” todo aquello que debe ser conservado”.

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Fiorelli, como buen arqueólogo, invoca un proceso a la
inversa, dirigido a revisitar el recorrido proyectual y cons-
tructivo originario: “estas disposiciones deben ser aplicadas
advirtiendo que, para tener una perfecta cognición de un
monumento, es necesario rehacer sobre el mismo todo el
trabajo que la mente ha ideado”.
Esta situación enmarañada provoca la reacción de Camillo
Boito que, en ocasión del IV Congreso de Ingenieros y
Arquitectos de Roma (enero 1883), inicia el conocido
debate en torno al carácter de los añadidos que lo llevará a
redactar y hacer aprobar en ese mismo momento la primera
Carta italiana de la restauración: “si en las restauraciones
arquitectónicas -ésta es la pregunta-, máxime las de los
monumentos medievales, conviene imitar, en las partes a 10
completar o a añadir, el estilo, la forma, el trabajo, los mate-
riales envejecidos, de manera que las obras nuevas parez-
can originales, o si, al contrario, conviene de alguna manera
mostrar claramente las partes añadidas o completadas”.
Se trata de un cambio copernicano respecto de sus prime-
ras obras de juventud (Santa Maria e Donato di Murano
Venecia, Porta Ticinese en Milán) en los cuales el debu-
tante Boito aparece fuertemente influido por la restaura-
ción estilística de Viollet y por su directo y fiel intérprete
italiano, el marqués Pietro Selvatico Estense (el proyecto
de restauración del Palacio Gótico de Piacenza, la nueva
fachada de San Pietro de Trento). La excusa utilizada para
restar credibilidad a la adecuación estilística (de lo nuevo 11
a lo viejo) es la cuestión del carácter de los añadidos, que
Boito desvincula con decisión del ambiguo modelo de 8. John Ruskin fotografiado en el Working Men´s College en 1856
9. John Ruskin, Portada de “Las siete lámparas de arquitectura”, ed. 1925
sujeción estilística, exaltando su autonomía: la restaura- 10. Retrato de William Morris
ción se debe limitar a una correcta obra de conservación 11. Retrato de Camillo Boito, 1880, Colección Montrasio, Monza

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de lo existente, mientras que el añadido debe seguir las consiste en tratar (y respetar) el monumento como un
reglas del proyecto contemporáneo. Con el reconoci- documento. Recordamos el inicio de la Carta de 1883: “los
miento de que el monumento es un testimonio abierto al monumentos del pasado no sólo albergan un valor para el
futuro (no sujeto a un cortocircuito invertido hacia un estudio de la arquitectura, sino que sirven en su calidad de
improbable pasado a resucitar), la intervención se reabre a documentos esenciales para clarificar e ilustrar en todas
la confrontación dialéctica entre las variadas aportaciones sus partes la historia de los tiempos y de los pueblos y, por
de diversas culturas y generaciones. La restauración no tanto, deben ser respetados con escrúpulo religioso, como
debe prestarse más a la mutación sino que debe garantizar documentos donde incluso una leve modificación que
la permanencia del texto sobre el cual se aplica: en resu- pueda aparecer como obra originaria lleva al engaño y
men, se debe identificar (y debe concluir) en el proyecto conduce poco a poco a deducciones equivocadas.
de conservación. Pero, dado que para mantener en vida el Y Boito retoma la misma metáfora eficaz de Victor
monumento-documento es necesario asegurarle un uso Hugo (y de Cattaneo): el monumento es un libro, un tes-
con el mínimo consumo, será en el añadido necesario timonio de piedra: “recupero su comparación –dirá uno
donde se expresará el proyecto nuevo compatible con el de los dos protagonistas al otro de claras simpatías vio-
objeto preexistente: “los añadidos o renovaciones se deben lletianas-: el monumento es un libro, que pretendo leer
acometer en nuestra manera contemporánea, advirtiendo sin reducciones, añadidos o manipulaciones; quiero sen-
que en lo posible la obra nueva no hurte en demasía el tirme seguro de que todo lo que está escrito ha salido de
aspecto y la apariencia del edificio antiguo”. la pluma o del estilo del autor (...) y de la misma manera
La tesis de confrontación dialéctica entre antiguos y que condenaría con placer a trabajos forzados a los fal-
modernos será divulgada, bajo forma de diálogo entre los sificadores de medallas antiguas, mandaría también a
dos alter ego del autor, el año siguiente (1884) en el que se pudrieran a los falsificadores de un edificio anti-
Congreso de los Ingenieros y Arquitectos de Turín (en el guo o de una parte del mismo”.
cual el arquitecto Alfredo D’Andrade realiza un nuevo Conclusión: “todo se reduce por tanto a mantener el monu-
pueblo “medieval” en el Castillo de Valentino) y el texto mento en pie, asegurándole una larga vida con los refuerzos
se inserirá en la colección de ensayos editada bajo el título que la ciencia y la práctica sugieran: cualquier otro tipo de
de “Cuestiones prácticas de Bellas Artes” (Editorial obra se convierte en un falso en un monumento público”.
Hoepli 1894). En este momento, el pensamiento de Boito, “Se puede afirmar, en general, que el monumento posee sus
a pesar de no pocas oscilaciones que permanecen irresuel- estratificaciones, del mismo modo que la corteza terrestre
tas en el mismo texto del “diálogo”, se afirma como la vía –sugiere todavía Boito-, y que todas, desde la más profunda
italiana específica de restauración. Su decisiva fortuna a la superficial, albergan su valor y se deben respetar”.

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12. Alois Riegl (1858 - 1905)


13 y 14. Castillo de Heidelberg, vista del album fotográfico de Walter
Leisenring. (The Getty Center para la Historia del Arte y la Humanidad,
Santa Mónica, California)

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Pero si el monumento es un libro, constituye entonces un repristinación y de la compleción en estilo. Se opondrá a ellos
documento manuscrito que permanece abierto a la escritura Georg Dehio que invocará en Centroeuropa la consigna boi-
de las nuevas generaciones, una escritura que no elimine la tiana (“Konservieren, nicht Restauriren”, 1901) iniciando la
precedente y sepa colocarse entre las línas ya escritas del polémica contra los autores de la reconstrucción mimética del
palimpsesto. Aquí radica el mayor mérito de Boito, castillo de Heidelberg (Bodo Ebhard). Y no maravilla encon-
incluso entre tantas “contradicciones extrañas” (la expre- trar algunos años después que un gran pionero y protagonista
sión es suya), en haber devuelto un futuro legítimo a los del Movimiento Moderno como Hermann Muthesius hiciera
monumentos del pasado que la “restauración” deseaba propio el lema de Boito y Dehio.
invertir en un cortocircuito hacia el tiempo remoto de sus A nivel europeo, la gran novedad de principios de siglo es sin
orígenes inciertos, reabriéndolos a la necesidad (y a la duda el proyecto de ley de tutela confeccionado para el
calidad) de las nuevas aportaciones de escritura de los gobierno austriaco por el historiador del arte Alois Riegl en
arquitectos del futuro. 1903 y, por desgracia, nunca puesto en práctica quizás por la
En el movido y variopinto recorrido crítico de Boito, por precoz muerte de su autor (1905). Se trata de un proyecto sus-
desgracia siempre pronto a mediaciones y compromisos tentado por una original teoría sobre los valores (el
con sus posibles oponentes, existen al menos dos precep- “Denkmalkultus”), que aparecen en perenne confrontación
tos fundamentales que representan un salto cualitativo en dialéctica entre ellos mismos. Las decisiones del operador/res-
el debate a favor de la conservación, que el autor mismo taurador en definitiva constituyen el resultado de un conflicto
no duda en evidenciar con la eficacia de la rima de los entre instancias contrapuestas: así el valor histórico tiende a
siguientes versos: completar el texto y reclama con decisión la reintegración de
“Conservar debo en los monumentos / el aspecto venerable y las partes o componentes ausentes o perdidos, mientras que el
pintoresco; / y si evitar añadidos y complementos / con toda valor de antigüedad exige la no intervención, apuntando en
la buena voluntad no puedo, / debo actuar de tal manera que contra de la instancia conservativa. Pero el enemigo del buen
se discierna / en el conjunto mi intervención moderna”. conservador es el valor de novedad que ampara las reconstruc-
ciones miméticas más trágicas, en menoscabo del valor testi-
RIEGL: LA TEORÍA DE LOS VALORES Y EL PRI- monial del original. Y mientras tanto aparece en escena el reco-
MER PROYECTO DE LEY DE TUTELA (1903 - 1905) nocimiento del valor de uso, necesario para garantizar la
Al inicio del nuevo siglo asistimos a un agudización del supervivencia del monumento. Una importante contribución a
debate en torno a la restauración. En el Congreso Denkmaltag la teoría de Riegl viene posteriormente de la mano de Max
de Dresde (1900) muchos son los historiadores del arte que, Dvorak, su discípulo directo, con la redacción del “Catecismo”
como Paul Tornow, defienden todavía con vigor la tesis de la (1916), verdadero manual práctico del buen conservador.

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LOGGIA Nº17

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Y simultáneamente en Italia nacen de las Comisiones El documento conocido como Carta de Atenas confec-
Conservadoras las primeras Sopraintendencias, mientras la cionado por los participantes en la Conferencia
presencia de Boito, con sus casi cotidianos informes y pare- Internacional de Expertos para la Protección y
ceres, se afirma como decisiva sobre todo por su incansable Conservación de Monumentos del Arte y de la Historia
acción de mediación entre instancias y elecciones contra- (Atenas, 21-30 de octubre de 1931), entre los cuales se
puestas. Hasta el punto de no poder encontrar en su vastí- encuentra Giovannoni, confirma la validez de la Carta
sima producción de ocasión, una sola palabra de censura italiana del 1883 e, incluso en las palabras elegidas para
firme para las exuberantes intervenciones hipermedievales la declaración (salvaguardia, protección, conservación
de amigos y colegas (como D’Andrade, Rubbiani o en vez de la ambigua “restauración”), aporta un impor-
Sacconi) de tantas Comisiones. La buena causa de la con- tante esclarecimiento disciplinar. De entrada, proscribe
servación no alcanza así a imponerse en Italia como sería con determinación la repristinación y las reconstruccio-
necesario, a pesar del inicio ruskiniano de Giacomo Boni, el nes conjeturales y desplaza el objetivo hacia el empeño
dinamismo organizativo y proselitista de Corrado Ricci en un mantenimiento periódico y tempestivo. (“constata
(desde 1898 primer Sopraintendente en Ravenna y, desde que (...) predomina en los varios estados representados
1903, Director General del Ministerio). Este último libra la una tendencia general a abandonar las restituciones inte-
primera batalla (a la manera de Riegl) por la tolerancia y la grales para evitar los riesgos mediante la institución de
salvaguardia de lo “diverso” (la decoración barroca de la un mantenimiento regular y permanente dirigida a ase-
cúpula de San Vitale en Ravenna). gurar la conservación”).
Los otros puntos fuertes de la nueva Carta consisten en
GIOVANNONI: DE LA CARTA DE ATENAS (1931) A garantizar la permanencia del uso (“mantener la ocupación
LAS INSTRUCCIONES (1938) de los monumentos asegura la continuidad vital”) a condi-
La tarea de guiar las decisiones operativas de la restau- ción de que en cualquier modo “la destinación moderna
ración pasa ahora a un joven y diligente ingeniero-arqui- respete el carácter histórico y artístico”; hacer prevalecer
tecto inspector del Ministerio: Gustavo Giovannoni, siempre el interés público (“constituye un derecho de la
señalado por Boito como su corifeo y único heredero colectividad frente al interés privado”); hacer preceder (y
desde la celebración del Congreso de los Inspectores de motivar) el proyecto por “una investigación escrupulosa
la Sopraintendencia de Palermo en 1912 (Boito morirá de las patologías a las cuales se debe poner remedio” (de
dos años después). aquí el parangón entre el buen conservador y el médico

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CONSERVAR, NO RESTAURAR. HUGO, RUSKIN, BOITO, DEHIO ET AL

15. Corrado Ricci


16. Gustavo Giovannoni (1873 - 1947)

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atento); auspiciar en la consolidación el “empleo jui- En lo que atañe a Italia, la Carta de Atenas es objeto de
cioso” de todos los recursos aportados por la técnica (y la elaboración de un reglamento más detallado elaborado
de los materiales) modernos “y en especial del hormigón por el Consejo Superior para las Antigüedades y las
armado” sobre todo “en los casos en los que permiten la Bellas Artes (en práctica todavía desde Giovannoni) que,
conservación de los elementos in situ evitando los ries- bajo forma de “Normas para la restauración de los monu-
gos de la destrucción y de la reconstrucción”; sugerir, mentos” se publica en el Boletín de Arte (enero 1932),
frente al nuevo problema de la contaminación urbana, la con el fin de “favorecer la unificación de los métodos y
colaboración de los “conservadores de los monumentos” de los criterios de intervención”.
con los técnicos de las disciplinas físico-químicas: en La voz “Restauración” en la Enciclopedia Treccani
particular para las esculturas exteriores se considera (Giovannoni, 1936: “el propósito de restaurar los monu-
completamente inoportuno “la extracción de las obras mentos, ya sea para consolidarlos reparando las injurias
del marco para el cual fueron creadas”. del tiempo, ya sea para restablecerles en una función
El lema ahora consiste en cuidar y dar a conocer (“la activa, es un concepto completamente moderno, paralelo
mejor garantía de conservación de los monumentos y de a la actitud del pensamiento y de la cultura que encuen-
las obras de arte debe venir del afecto y del respeto del tra en los testimonios construidos y artísticos del pasado
pueblo”): por ello, “los educadores deben volcar toda su argumentos de respeto y tutela, con independencia del
atención en que los niños y adolescentes se habitúen a periodo al que pertenecen”) y las ulteriores Instrucciones
abstenerse de cualquier acto que pueda degradar los dirigidas a los Sopraintendentes (1938) contribuyen a
monumentos” y hagan crecer en ellos el interés “por la desplazar la atención sobre la materialidad de los “testi-
protección del testimonio que han dejado todas las civi- monios” históricos y, por tanto, de las técnicas de conso-
lizaciones”. Como se observa, el documento es digno de lidación del organismo constructivo y de conservación
loa por su afán dirigido al respeto y al cuidado de los bie- física de los materiales. El problema de la restauración
nes arquitectónicos que constituyen un patrimonio en un edificio comienza con la manifestación de las pri-
común de la colectividad y de interés supranacional, para meras señales de cedimiento estructural y de degradación
cuya salvaguardia, por primera vez, se invoca en todas de los materiales, acelerado de la inadecuación y pérdida
las fases (desde el reconocimiento hasta la intervención) de uso. Se puede advertir claramente la novedad en estos
al máximo empeño y al recurso a la movilización de la documentos: son ahora los técnicos (el arquitecto y el
cooperación internacional. ingeniero estructurista, pero también el químico y el

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LOGGIA Nº17

17

físico de los materiales) más que el historiador del arte, operaciones de fuerte impacto en la estructura urbana
los principales protagonistas y los responsables científi- consolidada, secundando (con Munoz y otros arqueólo-
cos de la obra de tutela (mientras que todavía para Boito gos) los esventramientos fascistas para la ampliación del
“el restaurador debía ser un artista y un arqueólogo). Foro realizados “por imperativo del Estado” para unir
En una palabra: desde este momento debe prevalecer el res- visualmente el palacio Venezia con el Coliseo, a costa del
peto del documento histórico sobre las (siempre de todos barrio de vía Alessandrina y del aglomerado histórico de
modos subjetivas) instancias estéticas propuestas por los la colina de la Velia.
historiadores del arte que pretenderían la restitución en
efigie de la obra completa. El pulso férreo entre la cul- ITALIA: LAS LEYES DE TUTELA DE 1939 Y LOS
tura técnico-científica de los ingenieros-arquitectos PRIMEROS EXPERIMENTOS DE CONSERVACIÓN
(como Giovannoni) y la cultura formalista de los histo- DE LA MATERIA
riadores y críticos del arte (como Venturi, Toesca o Después de un tormento legislativo que había durado más
Salmi), que eran los autores de grandes enciclopedias de treinta años, en la vigilia de la segunda guerra mundial,
visivas de las manifestaciones artísticas de cada época, Italia alcanza finalmente a establecer tanto las dos leyes
en las cuales los monumentos son acreditados a través de fundamentales sobre la tutela de los monumentos (1089/39)
las imágenes frontales de la saga de fotógrafos Alinari, y las bellezas naturales (1497/39), como la ley urbanística
como presuntos iconos suprahistóricos congelados en el para establecer un orden en el desarrollo urbano (1942).
año de su nacimiento e insensibles al paso del tiempo, Mientras tanto en Florencia un joven ingeniero de la
ocupa ahora el epicentro del debate disciplinar. Sopraintendencia, Piero Sanpaolesi, retomando las leja-
Y, en cualquier caso, después de que en Atenas se haya nas experimentaciones de la “silicatisation”, o sea del tra-
hablado tanto de protección y conservación, es fácil tamiento químico de las piedras, puestas en práctica por
constatar como –de vuelta- los mismos protagonistas del el mismo Viollet le Duc (y citadas por Boito), comienza a
encuentro histórico, incluso evocando sus conclusiones, realizar pruebas de endurecimiento (con fluosilicatos (de
retornen tranquilamente a practicar una restauración silicio, calcio y magnesio) de la piedra (la heladiza piedra
intolerante y de reinvención sustancial: sintomático, en serena, la arenisca, el mármol) que después aplica en sus
este sentido, es el caso de Torres Balbás, nombrado primeras obras toscanas (la linterna de la Sacristía Vieja
desde 1923 “conservador” de la Alhambra de Granada. de Brunelleschi en Florencia, el púlpito de mármol de
Pero también, el caso del mismo Giovannoni que, con Donatello en Prato). Nacen para la ocasión los primeros
los planes de esponjamiento edilicio, firma en Roma colaboradores de tratamiento de materiales. Y en Roma el

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CONSERVAR, NO RESTAURAR. HUGO, RUSKIN, BOITO, DEHIO ET AL

17. Cesare Brandi


18. Piero Sanpaolesi

18

ministro Bottai, que firma las dos leyes de tutela, ante la con condiciones límite de supervivencia humana. La
solicitud de algunos historiadores del arte (Argan, “verguenza nacional” de las casas-cueva de Matera se
Bianchi Bandinelli, Lionello Venturi, Brandi), alumbra el convierte en un laboratorio de política urbanística, pero
Istituto Centrale per il Restauro (ICR), que nace real- el problema no será resuelto hasta el abandono forzado y
mente como clínica de investigación y cuidado de las el desplazamiento de los habitantes a nuevas barriadas
obras de arte (y será dirigido durante más de treinta años rurales: la intervención de recuperación de la ciudad fan-
por Brandi). La cruzada por la conservación de la materia tasma, se diferirá de facto al menos cincuenta años y el
entra ahora en su fase de experimentación directa. éxito auspiciado para la solución actual adoptada todavía
no está al margen de la duda.
LA SEGUNDA POSGUERRA: LOS VÁNDALOS EN Frente a la creciente presión de la especulación edilicia
CASA Y LA TUTELA DEL PAISAJE que descompone el antiguo tejido de la ciudad, asume un
El nacimiento del ICR se debe también a la contribución protagonismo polémico la campaña de denuncia contra
de Roberto Pane, un joven formado en el ámbito de la “los vándalos en casa” (título de uno de sus encendidos
cultura de Benedetto Croce que enseguida se caracteri- panfletos) de Antonio Cederna. La devastación se abate
zará como uno de los representantes más enérgicos de la no tanto sobre los monumentos (de los que se ocupan los
cruzada por la tutela paisajística (contra la cementifica- “restauradores”), sino sobre el tejido más pobre e inde-
ción de las costas, de la península sorrentina y de las fenso de la ciudad histórica, <cuyo carácter no está en
villas vesuvianas). Los años de la Reconstrucción y del sus monumentos principales sino en el complejo con-
boom edilicio son, de hecho, también los años de las texto de calles y edificios, en la articulación orgánica de
grandes tropelías medioambientales. Surge una tentativa calles, casas, plazas, jardines, en la sucesión compacta de
de confrontar la cultura de la restauración y la nueva cul- estilos y gustos diversos, en la continuidad de la arqui-
tura urbanística (Olivetti, Astengo). Desde el monumento tectura “menor”, que de cada núcleo antiguo de ciudad
aislado, la atención se desplaza cada vez más al contexto constituye el tono, el tejido necesario, el elemento de
(ya con Giovannoni) y a la construcción urbana conside- conexión, en una palabra el “ambiente vital”>. Cederna
rada como organismo unitario a salvaguardar. Al princi- constata que, por desgracia, “una importante parte de la
pio de los años cincuenta, mientras el cine neorrealista destrucción que se abate sobre nuestras ciudades se
llama la atención sobre las zonas en sombra, la periferia puede atribuir a los estudiosos de historia del arte: la his-
y los extremos de la ciudad, explota el problema del des- toria de la arquitectura constituye todavía prevaleciente-
tino de los asentamientos más precarios y marginales, mente estudio de los monumentos y de la personalidad

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LOGGIA Nº17

individual (...) Parecen evidentes los resultados de una - el texto “oficial” (impreso por el Poligrafico dello Stato en
impostación estética que con tanto ahínco ha enseñado a 1956) del Sopraintendente Alfredo Barbacci sobre la histo-
distinguir la poesía de la no poesía, expulsando de la ria y la teoría de la restauración
valoración de la obra de arte todo aquello que no sea un - la voz Restauración de la Enciclopedia Universal del Arte
arrebato lírico”. redactada por Renato Bonelli y Cesare Brandi y la “Teoría
Es precisamente Pane, siempre en 1956, en el encuentro del de la Restauración” de este último (ambas de 1963)
Istituto Nazionale di Urbanistica (INU) de Turín, quien - la fortuna de la teoría de la Restauración Tipológica que
afronta, en un discurso de título giovannoniano (“Città proporciona un éxito forzado a los “Estudios para una his-
antica, edilizia nuova”), la cuestión de si “existe una incon- toria urbana operativa” de Muratori sobre Venecia, en pri-
ciliabilidad insuperable entre la edilicia antigua y la nueva” mer lugar, y sobre Roma, con posterioridad.
como sostenía Brandi. Y concluye que “esta invocada intan- Barbacci, a pesar de mostrar una insospechada galería de
gibilidad representa un absurdo perfecto”: la belleza de una horrores históricos (proponiendo confrontar imágenes des-
ciudad consiste “en su valor de organismo, más allá del concertantes del “antes” y el “después” de la intervención)
correspondiente a sus monumentos excepcionales” y, tanto el reconduce sin descomponerse la disciplina a la definición
uno como el otro se encuentran en continua evolución. Por de Baldinucci o de Quatremère (restauración es “toda ope-
tanto, “el ambiente debe sentirse como obra colectiva a sal- ración que se efectúa en un monumento para conservarlo,
var como tal”, con el conocimiento en cualquier modo de que reintegrarlo o integrarlo en la forma que le es propia, o sea,
no se puede congelar in vitro la escena urbana, pretendiendo en aquella ideada por el autor o los autores”) y repropone
una fisicidad ahistórica. No se pueden crear cesuras en el torpes binomios de categorías, legitimando las restauracio-
continuum histórico: la nueva arquitectura puede convivir nes de “recomposición, liberación, reintegración, integra-
naturalmente con la antigua porque siempre ha sucedido así: ción o reconstrucción”, o de “compleción”. Considerado el
ésta se relaciona con aquélla expresando los modos de vida púlpito de donde procede el sermón, entre los parroquianos
de una sociedad que evoluciona con una continuidad tempo- se genera una confusión terrible.
ral. La cuestión boitiana del añadido se repropone a escala En cuanto a Brandi, su formación de historiador del arte lo
urbana y territorial: mejor “crear un contraste feliz –todavía lleva a elaborar una teoría de la restauración directamente
en palabras de Pane- que una falsa imitación”. E incluso en modelada sobre la teoría (idealista) de la obra de arte. De aquí
el interior del perímetro de un casco histórico se consiente la particular insistencia en el “vínculo inescindible entre la
“la sustitución de un edificio antiguo por uno nuevo” siem- restauración y la estética y, en particular, la prevalencia de la
pre que no se altere la preexistente “relación entre masas y instancia estética sobre la histórica”. Le hace eco Bonelli, el
espacios”, a saber, no se consienta la superación de la altura cual, en su renovado recorrido de la historia “progresiva” de
y del volumen existente. La confianza hacia la cultura del la maduración de la disciplina (pasada de la restauración
proyecto contemporáneo se brinda bajo estas condiciones, a “estilística” de Viollet a la “histórica”, “filológica”, “cientí-
diferencia de lo que reclama en paralelo Ernesto Nathan fica”), exalta la restauración contemporánea como “proceso
Rogers desde las columnas de Casabella augurando para la crítico y acto creativo” (los ecos de la actualidad de Gentile
nueva arquitectura la teoría de la “ambientación en las pree- son evidentes). La vecindad con el purovisibilismo es inme-
xistencias” sin particulares condiciones restrictivas (el ejem- diata. La percepción estética se privilegia de manera neta
plo estrella es su Torre Velasca en Milán). (sino exclusiva): cuando la imagen artística se empaña o
viene “interrumpida por destrucciones o estorbos visibles, el
CONTRAORDEN: UN PASO ATRÁS proceso crítico está obligado a valerse de la fantasía (!) para
En el momento en que el fiel de la balanza disciplinar se está recomponer las partes ausentes o reproducir las escondidas y
inclinando sensiblemente hacia el lado de la conservación (y reencontrar finalmente la unidad completa de la obra”.
crecen los testimonios a favor de la legitimidad y de la auto- En este punto estamos en las antípodas de la conservación:
nomía del proyecto de nueva planta destinado a confrontarse el objetivo de la restauración consiste en reintegrar la ima-
con el documento histórico), la historia italiana retrocede un gen completa de la obra, de restablecer la presunta lectio
paso debido a la contribución teórica de varios sujetos que expresiva originaria. Si Bonelli teoriza la “restauración
ralentizan el esclarecimiento disciplinar. Indicamos algunos: crítica” (que está sujeta totalmente a una interpretación

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CONSERVAR, NO RESTAURAR. HUGO, RUSKIN, BOITO, DEHIO ET AL

subjetiva y por tanto crítica también la conservación del LA RENOVACIÓN DE LA DIDÁCTICA UNIVERSITARIA
estatus histórico del texto que se quiere manipular), en un Y mientras tanto, también por efecto de tantas destrucciones
acuerdo sustancial Brandi dirige la intervención del res- llevadas a cabo en el nombre de la “restauración”, crece el
taurador a la “reintegración de la imagen” (título de un debate sobre la disciplina y la formación universitaria se
ensayo juvenil de homenaje dedicado por Giovanni renueva: se activan los primeros Institutos Universitarios de
Carbonara en 1978 a su maestro): “la restauración Restauración de Monumentos (en Florencia: Sanpaolesi, desde
–escribe Brandi en la “Teoría” y póngase buena atención 1960) con archivos y laboratorios de conservación de materia-
a los términos que emplea- debe apuntar al restableci- les donde se experimentan métodos de tratamiento de la piedra
miento de la unidad potencial formal de la obra de arte, empleada en los edificios históricos. La relación necesaria
siempre que esto sea posible sin cometer un falso artístico entre química y restauración entra en su fase más directa. En las
o un falso histórico, y sin eliminar ninguna traza del obras de Sanpaolesi se persigue el objetivo del endurecimiento
pasaje de la obra de arte en el tiempo”. Está claro que se químico de la “piedra de la arquitectura” (título de su ensayo de
trata de una pura paradoja, siendo imposible restablecer la 1966): la piedra de los palacios Bartolini-Salimbeni y Rucellai
unidad formal originaria (¡aunque sea sólo potencial!) en Florencia, el mármol de los Alpes Apuanos del Arco de
respetando las trazas de la mano del hombre y del tiempo. Alfonso de Aragón en Nápoles, la arenisca ya reducida a arena
En los estudios de Muratori sobre el proceso de forma- comprimida de la fachada de San Michele de Pavía donde, para
ción histórica de la ciudad, se identifican en el “tipo edi- obtener una mayor penetración del endurecedor químico en el
licio” la clave caracterizadora (y hasta ahora ignorada) a interior de la piedra, se recurre incluso a la aplicación de poten-
asumir incluso como “síntesis a priori”, expresión del tes aspiradores en la parte posterior de la fachada para favore-
“espíritu constructivo” y reflejo de la “intuición formal y cer una mayor penetración del consolidante.
colectiva” de la sociedad: el arquitecto entonces se iden- En las obras italianas comienza a difundirse entonces cada
tifica con “aquel que encuentra, descubre, más allá de las vez más una virtuosa práctica de conservación (y de consoli-
múltiples formas, la forma primera, el origen no histórico dación) en el palimpsesto matérico de la obra con la conse-
sino sustancial”. El analista se transforma en juez. El cuente reducción de las partes de la piedra consideradas “irre-
método gusta a los primeros impulsores municipales de cuperables”. El objetivo de la prevención frente a la
la recuperación urbana de Bolonia, Brescia, Gubbio, degradación tiene a sustituir al de la “restauración” que cada
Vicenza. Pero sobre todo del espíritu de la geometría del vez más se convierte en una intervención excepcional.
castrum romano de Como llama la atención de los tipo- “Constituya una exigencia fundamental –recitaba al respecto
logistas: en 1968 Caniggia, discípulo de Muratori, recibe el texto de las Instrucciones enviadas por el Ministerio a la
del Ayuntamiento el encargo de esa investigación histó- Sopraintendencia en 1938- la prevención tempestiva a través
rico-tipológica de la ciudad amurallada, que se traducirá de un mantenimiento atento de toda causa de deterioro de los
en una campaña agobiante de repristinaciones seguida de monumentos y de las obras de arte; a esta garantía preventiva,
la “liberación de las unidades edilicias originarias de los dirigida a la conservación del dato histórico en su integridad,
volúmenes y de los aspectos y usos añadidos” en aras de debe volcar su atención especialmente la actividad de las ofi-
restablecer el presunto “aspecto pertinente y originario” cinas administrativas, con la participación de todos los entes
del organismo urbano. públicos y privados afectados en cualquier modo”.
También los legisladores por su parte, siguiendo las suge-
rencias de arquitectos como Benevolo o Cervellati, contri- DE LA CARTA DE VENECIA (1964) A LA
buyen a crear más confusión: el artículo 31 de la ley 457 CONSERVACIÓN INTEGRADA
para la salvaguardia de la consistencia física de la ciudad “La conservación de los monumentos impone sobre todo un
histórica constituye un verdadero boomerang, con sus cate- mantenimiento sistemático” recita (en el artículo 4) la Carta
gorías de intervención que desde el “mantenimiento extra- de Venecia redactada por Pane y Gazzola y aprobada con la
ordinario” (que ya admite la sustitución de cubiertas, ocasión de la segunda muestra internacional de la restaura-
muros, fenestración y forjados) hasta la “restauración urba- ción monumental en Venecia. Partiendo de la base de que “en
nística”, conceden su aprobación a cotas crecientes en la la restauración de un monumento se deben respetar todas las
remoción del objeto construido. contribuciones que definen la configuración actual de un

31
LOGGIA Nº17

monumento, con independencia de la época a la que perte- detalle, se esfuerza en precisar el mérito de los contenidos del
nezca”, se reafirma que la restauración constituye “un pro- documento veneciano, recurriendo a diversos anexos específi-
ceso que debe asumir un carácter excepcional”. Los redacto- cos: instrucciones para la salvaguardia y la restauración de la
res aspiran a distinguir netamente, tanto desde un punto de antigüedad (Romanelli, 1969); para el correcto proceder en la
vista conceptual como operativo, la conservación (a la que se restauración arquitectónica (Barbacci, 1969); para la ejecución
dedican los artículos 4-8) de la restauración (a la que se dedi- de la restauración pictórico-escultórica (Brandi, 1969), para la
can los artículos remanentes 9-16). El objetivo de la restaura- tutela de los centros históricos. En este momento crece la lista
ción consiste en “conservar”, pero también –se añade, y aquí de las operaciones “prohibidas sin excepción para todas las
se advierte el compromiso pactado entre las dos facciones del obras de arte de toda época y en la acepción más vasta”. Se
Congreso (los técnicos, arquitectos e ingenieros por una parte proscriben definitivamente, sin ninguna posibilidad de equívo-
y los historiadores y críticos del arte, por otra)- “revelar los cos: “las compleciones en estilo o analógicas; las remociones o
valores formales e históricos del monumento”. La restaura- demoliciones que supriman el paso de la obra a través de las
ción “se fundamenta sobre el respeto a la sustancia antigua y épocas; la remoción, reconstrucción o reubicación en lugares
a la documentación auténtica”. Como en el lejano debate diversos a los originales; la alteración de las condiciones acce-
medieval entre “materia” y “haecceitas” 4 , entre (Santo sorias o ambientales en las que ha llegado a nuestros días; y la
Tomás) y los franciscanos (Duns Scoto), en aras de un alteración o remoción de las pátinas” del documento histórico.
acuerdo entre los materialistas y los purovisibilistas, se recu- El restaurador se concibe como un técnico atento de la conser-
rre al vocablo “sustancia” en vez de emplear el para muchos vación en bata blanca que se ocupa de no sustraer materia al
incómodo término de “materia”. contexto y de garantizar la permanencia con un proyecto de
El hecho de que la restauración sea considerada como un conocimiento seguido de una intervención localizada y respe-
hecho “excepcional” provoca la inmediata reacción de Bonelli tuosa de tratamiento de los materiales.
que comenta en caliente: “este enunciado se revela a bote Pero una tarea de conservación tal puede tener éxito sólo si se
pronto atrasado y fuera de lugar, deficiente desde cualquier inserta en un plan de intervención más general a escala urbana
punto de vista, incapaz de un desarrollo ulterior (...); un resul- y territorial. En 1975, año del patrimonio arquitectónico euro-
tado increíblemente pobre e insignificante”. En particular, le peo, el Consejo de Europa organiza en Amsterdam un
parece realmente inadmisible que (artículo 11) se deban “respe- Congreso sobre el patrimonio arquitectónico europeo, para
tar todas las aportaciones que definen la actual configuración decretar que la conservación de este inestimable valor cultural
del monumento con independencia de la época a la que perte- común “debe ser considerada no como un problema marginal,
nezcan”. Y denuncia el golpe de mano de la Carta que “ignora sino como el objetivo principal de la planificación urbana y
completamente la identificación de la restauración en el proceso territorial”. La declaración de Amsterdam, llamando la aten-
crítico y su traducción integral en un juicio fundado sobre el ción sobre los procesos, las estrategias y las modalidades téc-
principio de asignar al valor artístico la prevalencia sobre otros nicas y económicas de gestión de la intervención de planifica-
aspectos del monumento; no valora las consecuencias, cuando ción y de restauración urbana, responsabiliza a los poderes
la restauración asume la tarea de redescubrir y liberar la obra, locales e invoca el potenciamiento de las medidas legislativas
restituyéndole la imagen unitaria, incluso si esto comporta la y administrativas necesarias. Con el objetivo de una nueva
destrucción de las partes añadidas”. Conclusión: la nueva Carta política de protección y conservación integrada, de la cual
representa “una grave amenaza” y la razón de sus inexcusables indica los puntos programáticos, el documento ratifica el opor-
carencias depende del hecho que sus escribanos son arquitectos tuno rol de co-protagonista de la cultura del proyecto: “dado
y no científicos, críticos o historidadores del arte. que la arquitectura de hoy será el patrimonio del mañana, se
A pesar de estas tentativas de deslegitimación, la Carta viene deben poner los medios necesarios para asegurar una arquitec-
asumida como un punto de referencia fundamental en la disci- tura contemporánea de calidad”.
plina a nivel internacional. Ante la solicitud de Gazzola, del Aparentemente en orgánica sintonía, se desarrolla en Italia,
ICOM nace el ICOMOS y, en Italia, el debate sobre la conser- concretamente en Nápoles, una nueva Escuela de investiga-
vación se afina en 1972 con la difusión (circular ministerial n1 ción que, con el lema de la conservación integrada, tiene
117 del 6 de abril) de la nueva Carta italiana que, en mayor como referente el economista Francesco Forte por un lado y

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CONSERVAR, NO RESTAURAR. HUGO, RUSKIN, BOITO, DEHIO ET AL

19. Roberto Pane.

19

la Escuela de Especialización y el Doctorado de totalmente” o no haya existido nunca, la intervención “tendrá


Restauración de Di Stefano. En los seminarios anuales de entonces el carácter de la evocación o de la creación”. Si el
Ravello, en los cuales se dan cita los docentes nacionales de documento franco-belga desplaza completamente el problema
la disciplina, se precisa y se refuerza el objetivo común divul- de la restauración de los jardines al campo de la refacción y de
gado a través de la incesante actividad de la revista Restauro. la reproyectación arquitectónica “more antiquo”, la Carta ita-
liana lo conduce a la línea (congruente con otros sectores de la
JARDINES HISTÓRICOS (1981): DOS CARTAS intervención) de la salvaguardia y de la conservación matérica.
CONFRONTADAS/ENFRENTADAS El jardín “representa un conjunto polimatérico”, un “artefacto
El 21 de mayo de 1981 el Comité Internacional ICOMOS- material” que “al igual que cualquier bien, constituye un uni-
IFLA reunido en Florencia bajo la presidencia del belga cum, limitado, perecedero, irrepetible” que “posee un proceso
Raymond Pechère promulga la Carta de los Jardines propio de desarrollo, una historia propia (nacimiento, creci-
Históricos, denominada –en homenaje a la anfitriona ciudad de miento, mutación, degradación) que refleja la sociedad y la
la flor- “Carta de Florencia”. Esta dedicatoria no es del gusto cultura que lo han ideado, construido, utilizado y que, en cual-
de los italianos participantes en la mesa redonda organizada el quier caso, se han relacionado con él. Por ello, en cumpli-
12 de septiembre en la Academia de las Artes del Dibujo que miento de las indicaciones de la Carta de Venecia y las
le contraponen la Carta italiana de los jardines históricos. Disposiciones de 1972, la intervención de restauración “deberá
Se enfrentan dos concepciones antitéticas de la restauración. respetar el proceso histórico comprensivo del jardín, dado que
Para los primeros un jardín histórico es solamente “una com- este proceso materializa la evolución de la estructura y de la
posición arquitectónica y vegetal”, es decir, “viva, y como tal configuración evolutiva que ha ido asumiendo con el tiempo”.
deteriorable y renovable”. “Expresión de la estrecha relación Consecuencia: “por tanto, toda operación que tendiera a privi-
entre civilización y naturaleza (...), el jardín –prosigue- legiar una fase individual asumida en un cierto periodo histó-
adquiere el sentido cósmico de una imagen idealizada del rico y a recrearla ex novo, a expensas de las fases posteriores,
mundo” que, ¡“eventualmente, puede ser objeto de una enca- comportaría una sustracción de su riqueza y resultaría reduc-
recida repristinación”! En el caso en que haya “desaparecido tiva y decididamente antihistórica”.

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LOGGIA Nº17

EL DEBATE SOBRE LA AUTENTICIDAD a salvo de cualquier rasguño por el efecto del tiempo. Una
En el documento franco-belga se afronta la noción de “auten- noción hipostática, no procesual, que mal se adapta a la con-
ticidad” que se constituye la base de un nuevo y profundo tinua evolución (y caracterización) del testimonio de la arqui-
debate. Ésta “concierne tanto el diseño como el volumen (?) de tectura, que no constituye un arte alográfico reproducible con
sus partes como su decoración o la elección de los elementos desenvoltura, sino más bien al contrario, autográfico e irre-
vegetales o minerales que lo constituyen”. La autenticidad por producible, (al respecto, Walter Benjamin había ya escrito en
tanto se reduciría a un problema proyectual (de diseño, de 1936: “el hic et nunc del original constituye el contenido de
volumen, etc.) esencialmente de naturaleza formal. Nada que la noción de autenticidad”; y más aún: “la autenticidad de una
ver ni con la etimología, ni con la cultura material, ni la singu- cosa integra todo aquello que comporta de transmisible: por
laridad del documento. Auténtico y autógrafo son dos nociones su origen, su duración material y su testimonio histórico que
que comparten mucho en común. En tanto, la raíz griega reposa sobre la materialidad”).
(“Autos”, per se) que remite a una secuencia de gestos físicos Como se observa bien, el papel de tornasol de la autenticidad
que dejan señales tangibles, trazas materiales. “Autenticos” es se vuelve decisivo para el futuro de nuestra disciplina: o se la
una voz del latín tardío que circula en edad protomedieval y invoca en nombre de la causa de la conservación de la singu-
que remite a los “autentes”, al artífice que trabaja por sí mismo, laridad e irreproducibilidad del bien construido o se vuelve a la
al autor que operando, produce éste o aquel documento mate- fluctuante (y estéril) cuestión subjetiva de cuál de las “dos ins-
rial (que es, justamente, autógrafo) sobre el que después otros tancias” debe prevalecer (la artística o la histórica), en un falso
operadores (el historiador, el analista, el científico) se interro- problema que ya Riegl a principios del siglo pasado había
gan activando un ejercicio incesante de certificación/verifica- resuelto magistralmente escribiendo que, justamente, “un valor
ción dirigido a convalidar la credibilidad de la fuente. Toda artístico constituye también un valor histórico” pero también:
obra, más bien todo fragmento y componente tangible de la “y viceversa, todo valor histórico representa un valor artístico”
misma, como objeto de atención de sus fruidores, está expuesta (con la respectiva demostración por reducción al absurdo).
en todo momento a la prueba de la autentificación (histórica, Creemos con sinceridad que en la actualidad nadie puede pre-
filológica, autógrafa, etc.) La autenticidad es por tanto una tender seriamente un retroceso de las saetas del reloj de la res-
noción indisolublemente ligada a la presencia parlante de un tauración hasta antes de 1903.
testimonio físico. Y no puede prescindir de la existencia de un
referente material, de un texto a certificar. Tanto más para la EL FUTURO DE LA CONSERVACIÓN ENTRE LA
arquitectura: la autenticidad es sólo aquella parte de la fábrica DOCTRINA Y UN NUEVO TIPO DE OBRAS: EL AUS-
y de sus componentes matéricos que poseen la impronta de la PICIADO ROL DE GARANTE Y REFERENCIA DEL
mano del hombre y del tiempo. ICOMOS
Propusimos precisamente esta reflexión en el encuentro sobre En Italia, la reciente refundición (1999) de las antiguas pero
el tema “Autenticidad y patrimonio monumental” promovido todavía operantes leyes de tutela fascistas implantadas por
por Di Stefano y por la revista Restauro en Nápoles en 1994, Bottai en 1939 (una, la 1089, sobre los monumentos, otra –la
a la vista del Encuentro de ICOMOS en Nara sobre el mismo 1497- sobre los bienes ambientales y el paisaje) reagrupadas en
tema. Esto nos llevaba a rebatir el planteamiento de quien el Texto Único de Tutela de los Bienes Culturales, representa
hablaba de “autenticidad formal” conduciendo la noción quizás la señal más reciente de la revisión de los objetivos de la
exclusivamente a un plano abstracto, inmaterial de las ideas, disciplina a favor de la permanencia. También el legislador, des-
o sea, a la imagen icónica considerada como una invariante, pués de veinte años de saqueo del patrimonio arquitectónico,

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CONSERVAR, NO RESTAURAR. HUGO, RUSKIN, BOITO, DEHIO ET AL

legado a la mal formulada aplicación de la ley 457 (en particu- Estos puntos reclamados deberían caracterizar un correcto
lar al artículo 31), parece finalmente haber escuchado el coro de (nunca suficientemente exhaustivo) proyecto de conocimiento.
las tantas voces que han reclamado al arquitecto restaurador en En lo que atañe a la intervención posterior se augura que la res-
la tarea de la salvaguardia. En particular, con el artículo 34 del tauración se identifique (y se agote) en el empeño por la cura
nuevo Texto Único que declara que el fin de la restauración con- clínica del documento material y en la elaboración de un deta-
siste en “mantener la integridad material y de asegurar la con- llado proyecto de salvaguardia físico-química del estatus y de
servación y la protección de los valores culturales”. la estratificación material existente, capaz de asegurar al
Nos auguramos ahora que, a las palabras, sigan los palimpsesto ulteriores siglos de vida y de transmitir a las nue-
hechos. Se abre una nueva estación de la intervención vas generaciones el compromiso de ejercitar una salvaguardia
sobre el patrimonio arquitectónico en la que se precisan, de mantenimiento tempestiva y periódica.
frente a una nueva demanda específica, nuevas compe- Con el pleno convencimiento de que este programa de conser-
tencias y por tanto nuevas profesiones integradas, vación organizada no puede en ningún caso disociarse de un
comenzando por todas aquellas llamadas a ofrecer con- paralelo y responsable ejercicio proyectual participativo que
tribuciones decisivas a un profundo proyecto de conoci- responda (en las formas y en los modos propios de la cultura
miento. Entre los nuevos sectores de la disciplina que, del proyecto contemporáneo) a la satisfacción de las requeridas
como premisa indispensable, concurren a brindar el técnicas de mantenimiento al uso con el mínimo consumo de
necesario fundamento a una correcta intervención de la integridad del bien construido (adecuación de las instalacio-
conservación, se cuentan: nes de todo tipo, equipos y mobiliario fijo compatible). Este
1. El recurso a una nouvelle histoire evenementielle (cuanti- cometido va seguramente más allá de la disciplina del buen
tativa y comparada, más que subjetivamente cualitativa) de conservador, e involucra de manera específica la cultura y el
la obra de construcción, de las modificaciones de uso sufri- modus operandi propio del arquitecto proyectista y del pro-
das por el edificio y de sus sucesivas restauraciones, a lle- yecto de nueva planta, que está destinado por consiguiente a
var a cabo con ayuda de fuentes de primera mano (el edifi- confrontarse de manera autónoma y transparente, como ulte-
cio, los archivos); rior texto autógrafo en paralelo, con el documento histórico al
2. Toda forma rápida y útil de levantamiento expeditivo (foto- cual ha sido llamado a añadirse, produciendo un augurado y
gráfico y manual) de primer reconocimiento del estado actual auténtico valor añadido (cultural y económico).
de consistencia de la fábrica.
3. Un detallado levantamiento de las patologías (estructurales NOTAS DEL EDITOR:
y matéricas), base esencial de apoyo y parte integrante de los 1. “... loin de rétablir l’ouvrage de Raphael, ruiné par la longueur du
documentos que componen el proyecto de conservación; temps, l’a plus gaté que le temps n’avait fait ou n’aroit pu faire” (en
4. El vasto campo, hoy en expansión, del diagnóstico preven- francés en el original).
tivo, del análisis físico-químico, de las pruebas de carga o de la 2. “... choque extrèmement la vue” (en francés en el original).
investigación no destructiva preliminar; 3. “... le coloris est fort mauvais, rougeatre et entièrement perdu” (en
5. La ampliación del análisis al contexto y a las condiciones del francés en el original).
medio, la investigación de la situación ambiental y de las cau- 4. Para Duns Scoto, el haecceitas constituía la naturaleza específica de
sas externas de la degradación en relación con la contamina- un cuerpo, la última configuración alcanzada por el mismo, que se dis-
ción ambiental: estado del aire, del terreno (análisis geotécni- tinguía en el momento presente y en su forma de la original. En el texto
cos) y acciones de las aguas superficiales y profundas). se podría identificar con la figura.

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