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Pese a que María, de Jorge Isaacs sea un exponente del romanticismo, me atrevo a
decir que de la misma forma lo es del costumbrismo: la novela fue escrita en un momento
histórico donde ambas corrientes coexistían, por ende, el libro de Isaacs comparte aspectos
de los dos géneros y puede considerarse como un puente entre ambos, abriendo paso a otro
tipo de literatura, tal como el realismo y la novela histórica. Esto es debido a las
características que comparten entre sí para dar lugar a María.
Jorge Isaacs fue un autor que tomó las tendencias literarias europeas de su tiempo
para llevarlas a sus obras en Colombia. Sin embargo, en el caso del romanticismo, no hay
forma de comparar María con, por ejemplo, Goethe o Byron. La novela de Isaacs consigue
ser única en su especie manteniendo las características esenciales del género. Aun así, el
autor mantiene un estilo propio y sorprendente; ahora bien, analizando los “requisitos” del
romanticismo literario en María, es evidente que pertenece al mismo: en primer lugar, la
novela mantiene un tema religioso notable, generalmente representado en la devoción que
tienen las mujeres de la hacienda de El Paraíso, en especial María o los personajes rurales
que aparecen; “…esa sonrisa hoyuelada era la de la niña de mis amores infantiles,
sorprendida en el rostro de una virgen de Rafael.” (Isaacs, 2016, p.14). Esta característica
es constante, sin embargo, solo es un factor “menor” y para un lector que no lea la obra con
intención de analizarla a fondo, no le daría mayor importancia, así mismo ocurre con el
llamado “sentimiento patriótico”, donde, o se menciona tal cual, con el nombre, o pasa
desapercibido a menos que se busque.
Pues bien, el amor es un leitmotiv constante en toda la novela, y pese a tener un
carácter trágico (es ya conocida la muerte de María al final de la obra), el romance que
María y Efraín tienen es sumamente discreto y lleno de pureza. La intensidad de sus amores
se limita a miradas y pequeños gestos, sin mencionar los monólogos internos (muy
apasionados, una característica que de igual forma es usual en el romanticismo) que tiene el
protagonista.
La voz de María llegó entonces a mis oídos dulce y pura: era su voz de niña, pero más
grave y lista ya para prestarse a todas las modulaciones de la ternura y de la pasión. ¡Ay!
¡Cuántas veces, en mis sueños, un eco de ese mismo acento ha llegado después a mi alma, y
mis ojos han buscado en vano aquel huerto donde tan bella la vi en aquella mañana de
agosto! (Isaacs, 2016, p.14)
Como he dicho antes, pese a pertenecer al romanticismo, la obra de Isaacs toma su
propio camino, mediante cumple con las características, no podría decirse que es cien por
ciento romántica. Ahora bien, María está llena de detalles que la alejan del aspecto
“fantástico” que caracteriza al romanticismo, sino que a través de una historia de amor
representa la vida rural de su tiempo con gran exactitud, así como la sociedad colombiana
del siglo XIX. Es por lo cual que María sería el “puente” entre ambos géneros, el paso de
una corriente derivada a la oposición del neoclasicismo que llega al antecesor del realismo.
Y es que María, siendo una obra tan apegada a la realidad, tan verosímil incluso no sería
desacertado clasificarla como realista, y del mismo modo, a causa de lo bien que muestra la
vida en una Colombia de alrededor de 1850, no hay problema con decir que, de alguna
forma, es una novela histórica.
Con respecto al costumbrismo, notar su influencia en la novela no es difícil; en
primer lugar, una de sus características más importantes es la minuciosidad con la que se
describen objetos, entornos y aspectos. En el caso de Isaacs es evidente como se toma el
tiempo de narrar paisajes como si de una foto se tratase, así mismo con, por ejemplo, las
ropas de las damas, “Lucía y Tránsito, llevaban enaguas de zaraza morada y camisas muy
blancas con golas de encaje, ribeteadas de trencilla negra, bajo las cuales escondían parte de
sus rosarios…” (Isaacs, 2016, p.27) o llegando a describir como se ponía una mesa para
servir la comida:
Campeaba el maíz por todas partes: en la sopa de mote servida en platos de loza
vidriada y en doradas arepas esparcidas sobre el mantel. El único cubierto del menaje
estaba cruzado sobre mi plato blanco y orillado de azul. (Isaacs, 2016, p28)
María, en segundo lugar, es presentada como si de una anécdota se tratase. Presuponemos
que Efraín está ya muerto, entonces lo que figura en las páginas es producto de un posible
amigo que bien conocía la historia y la transmitió a los hermanos menores del protagonista,
que en el transcurso de los hechos son niños pequeños. Esta presentación es puesta como
una dedicatoria, sugiriendo que, en realidad, algo así podría realmente haber pasado (buena
parte de la obra está inspirada en la juventud de su autor, menos, al menos que se sepa, la
existencia de alguna María): “He aquí, caros amigos míos, la historia de la adolescencia de
aquel que tanto amasteis y ya no existe. Mucho tiempo os he hecho esperar estas páginas.”
(Isaacs, 2016, p.7); es pues, la sugerencia de anécdota y su posible verosimilitud una de las
características del tipismo costumbrista, así como “lo pintoresco”, que se reflejan
principalmente en las actividades agrícolas y el vocabulario que tienen este tipo de
caracteres: “Tal vez sería agora que estuve empeñao sobre hacer el cambalache con su
padre…” (Isaacs, 2016, p.229), también se usa el voseo, típico en el vocabulario
colombiano de antaño generalmente cuando intervienen personajes principales.
Un tema destacable conforme al análisis presente de María, es la crítica social a una
Colombia que había comenzado a dejar de lado la esclavitud y el tema racial; en esta
historia, la fecha es sencilla de precisar gracias a ciertos detalles y años que da el autor,
especialmente en el capítulo VII, donde se relata la llegada de María y sus orígenes. De este
modo la novela podría estar transcurriendo entre los años 40 del siglo XIX y los 50 de la
misma época. Esto es importante ya que la esclavitud en Colombia fue abolida en 1851, por
lo que podríamos estar hablando de un momento donde está llegando a su fin la esclavitud
o cuando apenas se abolía. De todos modos, la familia de Efraín tiene una relación
obviamente de amo-esclavo, sin embargo, no dejan de lado la humanidad de los mismos,
existe un trato de respeto, inclusive de bondad y paternalismo. Pese al estado de esclavitud,
la familia protagonista representa a un pequeño sector de amos donde no existe el abuso de
poder o maltrato (otro caso en la literatura donde esto ocurre es en Lo que el viento se
llevó, de Margaret Michell)
Descontada la fábula central, los rasgos y el estilo de la novela no son en exceso
románticos. Busco un tema cualquiera: la esclavitud. Dos tentaciones lamentables y
opuestas acechan al romántico en ese tema. Una, magnificar los sufrimientos de los
esclavos, el infierno servil; otra, exaltar su devoción o su sencillez y fingir envidiarlos.
(Borges, 2007, p.347)
Por otro lado, algo interesante que recalcar es que existe un obstáculo para la consumación
del amor entre María y Efraín, más allá de la enfermedad que la adolescente padece.
También esta que ella posee sangre judía, siendo una brecha en el camino ya que Colombia
siempre ha vivido una situación de xenofobia importante hasta finales del siglo XX.
¿Podemos hablar de un costumbrismo típico en Colombia, mediante la novela de
María? la respuesta es sí. En su época, esta obra tuvo un impacto comparable con la novela
de Cien años de soledad, siendo inclusive defendida por Jorge Luis Borges; ver una obra de
tanta trayectoria, y habiéndola estudiado, con un solo género sería cometer un lamentable
sesgo. Gracias a esta obra, (y Manuela, al compartir ambas la misma época) es posible
conocer una riqueza cultural y la historia de una nación que pareciera cae en el olvido. Al
María pertenecer al costumbrismo por sus particulares características anteriormente
expuestas permite realizar estudios sobre la historia no central de Colombia, la evolución de
sectores sociales no pertenecientes a la capital, y sobre todo, que no figuran en los textos
históricos.
Bibliografía:
Arenas, F. M. R. (2004). El realismo de medio siglo en la literatura decimonónica
colombiana: José María
Borges, J.L., Obras completas. Tomo IV (de 4). Emecé editores S. A. Buenos Aires.
Argentina. 2007
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Isaacs, J. (2016). María. Colombia: Norma.
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Caro y Cuervo, 22(1), 21-44.
Orrego Arismendi, J. C. (2009). Antropología, literatura y costumbrismo en Graciliano
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Padilla, E. P. (1965). El cuento en Colombia. Boletín Cultural y Bibliográfico, 8(02), 181-
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Robledo, B. H. (2012). Todos los danzantes...: panorama histórico de la literatura infantil
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Samper y Soledad Acosta de Samper. Estudios de literatura colombiana, (14), 55-77.