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= ~5R20 aime Alfonso Sandoval | mes de Bef g F i i 3 R caso A Modo DE INTRODUCCION: [ALGUNAS CUESTIONES SOBRE LOS SUPERHEROES rsresteconpeza. qusierapresentarme Soy Paco Goline, también cnecdo como Capt Mata, Tatiniosagee Seetous aa Si spareta nl sorta dun pric deport, tuve mi marca de cereal y hasta salieron gorras con mi firma. Ya me recordaron, 2no es asi? No? nonce al ver dstutaron mi plc: Capit Mate conn cl quo rade. as es ee lamemoria, verdad? ‘Tampoco? {No les sueno para naa? flora? Bueno, no importa, si no me pueden recordar, no los culpo, Para ser sincero, mi fama tampoco duré mucho. ¥ es que hay demasiados superhéroes. (UI, 0 eS que vivi en carne propia lo que significa ser superhéroe ¥y conozco todo sobre el tema. Asi que siéntense en tun exceso, en mi humilde opinion. El PO COOOOOHOOOCOOOOOOOOOOOOOHOEOOOCOE tun buen silln y desconecten la tele, porque en las siguientes péginas revelaré algunos de los secretos mejor guardados de los supetheéroes, donde se ente- rardn de algunas bochorosas intimidades y de pi- cantes chismes. Por ejemplo, al contrario de lo que se pueda pen- sar, los superbéroes no llevan una vida lujosay rela- jada, 2Se han preguntado de qué se mantienen? De donde sacan para la despensa y la lavandera? ¢Como compran sus armas y esas piyamas tan c6micas que uusan como uniformes? Pues aungue es certo que la poicfa y algunas or- ganizaciones les pagan un pequerio sueldo, a reall dad es que no podrian sobrevivir sin otro empleo de medio tiempo. Los superhéroes 0 son millonarios (cosa rara, mas bien) o deben trabajar como todo el mundo, Conozco a algunos que son profesores de aritmética, instructores de aerobic, choferes de taxis, repartidores de pizas, y hasta sé de uno que es maria- chien Garibaldi. Todo el mundo cree que estos empleos son un tru- co para ocultar la verdadera identidad. (Qué va! Sin estos trabajos los superhéroes no podrian cubrir sus ‘gastos... {NO es justo! Y mejor ni comento del pésimo plan de jubilacion. Todavia no hay ni una sola casa de reposo para superhéroes ancianos oretirados. Claro, nadie sabe de esto, pues esta mal visto que los superhéroes envejezcan o se enfermen. Vaya, ni 6 siquiera se les permite tomarse unas vacaciones en Navidad o en el dia de su cumpleatios. Pero puedo asegurar una cosa: a pesar de todo esto, nunca oirdn a ningiin supethéroe quejarse. Se supo- ne que son invencibles. Seria ridicalo que se pusieran asollozar porque no les alcanza el dinero para un an- tifaz nuevo, es duele la reuma o tienen resfriado esa noche y no pueden salvar al mundo, Para este momento, ya deben de estar lorando desconsoladamente por la triste vida de los pobreci- tos superhéroes... Bueno, séquense las kigeimas por- que no todo es negative. Digamos que, de cada mil superhéroes, quince o veinte legan a ser riquisimos al obrar jugosas recompensas 0 al comercializar su nombre. ¥ ademas, hay algo que disfrutan los super- héroes, sin importar si trabajan en una gran ciudad en el pueblito Zapotlan de los Patos: todos ellos go- zan dela fama. ‘Suna maravilla ser famosot Nunca haces cola en Jos cines ni esperas mesa en los restaurantes, te ha- cen descuento en las tiendas, todos te saludan en la calle y quieren ser tus amigos, firmas autégratos, tc- nes clubes de admiradores que aman todo de ti (jin- cluso tus defectos), le ponen tu nombre a una calle y ‘cada rato te hacen homenajes por haber salvado el "universo (0 el pueblito de Zapotlan de los Patos), Enfin, que la vida de los superhéroes tiene de todo, va lo iran descubriendo, Pero tal vez serfa mejor si 1 les relatara mi historia desde el comienzo, explican- do cémo fue que entré al negocio. Bien... para empezar por donde se debe, hay que aclarar algunos puntos: ¢Cémo surge un supethé- roe? La gente atin esta confusa con el tema. ¢Piden ‘una estatura minima? ¢Hay limite de edad? 2Fs cler- to que todos usan Ia ropa interior por fuera? Para salir de dudas, aqui tienen algunas de las formulas iis conocidas (extrafdas del Manual del superhéroe). Fijense si encajan en una, puede que incluso tengan. potencial y no lo hayan descubierto. 114. Visas bet espacio EXTERIOR ‘A los que provienen de otro planeta, imuchas felicidades! Casi todos los extraterrestres son muy bien recibidos como superhéroes, siem- pre y cuando no resulten demasiado repulsivos (JO: nada de ventosas, tres cabezas o tentécu- Jos babeantes). Ademis, siempre es itl tener antenas telepsticas y provenir de una civiliza- cin supuestamente mas avanzada. 112. Acaenres PecuLanes ‘Muchos superhéroes tuvieron algtin extrafio y terrible accidente en su infancia.Fjemplo: les pied tun piojo radioactivo o recibieron fa descarga de ‘un reactor solar. Si te ocurri6 a ti, entonces debes, festejarlo, lo mas seguro es que tengas extraiios superpoderes. 113, BeReoizos nausensunoos Algunos supechéroes cambiaron la estructura de su cuerpo bebiendo una pécima repugnante. Por ejemplo, si después de comer esa sopa de fi- deos de tu mama empezaste a ver visiones, eso quiere decir que te acabas de convertir en mu- tante (y sino, mejor vecon el doctor). 14, Pepin AYUDA A Tu HemMae Pidele prestados a tu hermanita unos leotards. [No serdis superhéroe, pero por lo menos tendrés, la facha. eY bien? gHlas descubierto que tienes superpoderes? 2Nada? Si no encajas en ninguna opcién, no te pre- ‘ocupes, yo tampoco lo hice. La forma en la que me converti en superhéroe fue algo absolutamente in- esperado; ocurrié de un dia para otro, sin haberlo planeado, ni sofiado. Vaya, ni siquiera deseado. Ver 10 MATERIAL DE DISTRIBUCION GRATUITA 1 Tio ADELAIDO Y LA LECHUGA ASESINA © Baccics atios, yo era el nifio mas normal entre Jos nifios normales, ni gordo ni flaco, ni alto ni bajo, tan tonto y tan listo como otro Paco cualquiera. 0 sea que podria haber sido cualquier nifia 0 nitio, in- cluso su vecino, o ustedes mismos. ‘Todo comenz6 una tarde en la que me encontra- ba solo en casa. Veia en la tele un especial sobre ra- nas venenosas del Amazonas (esos programas son ‘muy buenos para la digestion, se los recomiendo). Apreciaba la imagen de un espeluznate batracio que arroja dcido en los ojos de sus victimas, cuando to- cron a la puerta. Lsperé a los comerciales para abrir, aunque pensé {que todavia miraba la tele porque el personaje que cencontré tras la puerta tenia algo de bicho: era un hombre pequetio, tan diminuto, que poco le faltaba n para ser duende: vesta traje gris, usaba enormes len- tes de aumento y un bigotilloleescurria delos bordes de la nariz.como dos colas de rat6n. Crei que se trataba de un vendedor de enciclope- dias 0 algo peor. Bstaba a punto de hacer lo de eos- tumbre en esos casos (o sea, cerrarlela puerta en las narices), cuando el hombrecillo me pregunt6 con ‘una vor muy educada: —:Se encuentra Francisco Guillermo José Godt- nez de la Colina y Montes? —Soy yo... —respondi,intrigado de que conocie- rami nombre completo (ni yo estoy seguro de saber- lo todo). —Mucho gusto. Soy el licenciado Erasmo Sifuen tes—el hombrecillo extendid su manita sudorosa—. Vengo a entregarte una herencia. —Aina herencia? —balbuct muy confundido—. Para mi? —Asi es, Tu tio abuelo, Adelaido de la Colina, te hha dejado todas sus pertenencias. Definitivamente, no tenfa la menor idea de que tuviera un tio abuelo con semejante nombre, pero ‘ya sentia que lo adoraba por su noble gesto. —2Qué me dio? —pregunté feliz—. Una casa, di- nero, un coche? —Algo mejor que todo es0 —dijo el licenciado y sonrié enigmaticamente. Abrié el portafolio y me extendié una gruesa bolsa de ona, 2 ; : i perenne Para ese momento, yo estaba francamente emo- cionado, asi que tomé la bolsa con las manos tem- blorosas. Imaginé que en el interior encontraria tilletes, pepitas de oro, varios kilos de diamantes 0, por lo menos, un cheque en blanco. Entonees meti Jamano y descubri algo desconcertante: era ropa. Si,leyeronbien:ropa. Y quéropa! Lamashorrible ‘que haya visto en mi vida: una capa color mosta- za.con estampados purpura, una camisa estrecha, botas blancas, calzoncllos verdes, mallas rojas. Ni siquiera era ropa nueva. Descubri costurones, par- ches, manchas y, ademas, todo tenia pequeiias es- trellas de plastico cosidas con hilo brillante. Nunca habia visto nada igual, s6lo cuando mi mamé se pone vestidos de gala, y en los miisicos de los con- juntos tropicales. —iHleredé este viejo disfrax? —le pregunté fran- ‘camente desilusionado. Fl hombrecillo dio un respingo, tomé la capa y ka extendi6 como si estuviera mostrando una reliquia historica —fste no es un disfraz —aclaré—, es el traje del Capitan Matraca. —2De quién? —i0h! —sonrié—. La culpa ha sido mfa, seguro ‘no te expliqué lo més importante. ‘Se ent6 en el sill6n, como preparindose para dar tuna conferencia: B COOOOCOOOOOCOEOHOOOOOOOOCOOOCOLOOOE —Tu tio abuelo, don Adelaido de a Colina, como ya tehabia dicho, fue el noble Capitn Matraca, un super- héroe bastante conocido en la ciudad de San Bartolo Chico, Seguramente alguna vezofste del gran Capitén Matraca de San Bartolo Chico. —La verdad es que no —reconoci ELhombrecillo suspir6, —Byeno, es que los otros superhéroes acaparan toda la atencién, Claro, son extranjeros y les dan preferencia —parecia molesto, pero se control6—. ‘Te puedo asegurar que el Capitan Matraca era tan integro y poderoso como cualquier otro hasta que, claro, tuvo una batalla contra una pandilla de le- chugas mutantes y muri. —Qué triste... —Sobre todo, sitomamos en cuenta que se ahog en salsa de queso roquefort. Entonces, el licenciado Erasmo me explicé uno de dos grandes secretos de los supethéroes. Para aparen- tar que son indestructibles y eternos, acostumbran “heredat” su puesto ala siguiente generacién, ya sea 4 um hijo, primo o sobrino-nieto. Adelaido de la Coli- ‘na no tuvo hijo, pues nunca se atrevi6 a pedirle ma- trimonio a Luisa Lunas (fueron novios 51 atios, hasta quella se march6 a un asilo para ancianos). Astque, a la muerte del Capitan Matraca, tuvieron que ras. trear al pariente varén més cercano para ocupar el puesto y resulté ser yo. “4 ‘Aquello era de lo mas extratio que me habia ocu- rrido. ‘Yo, un superhéroe! Imaginé la envidia de mis amigos del colegio y el desconcierto de mi profesora, la seforta Bety, quien aseguraba que nunca harria algo nla vida (mas que travesuras). Podrén decirme que el Capitan Matraca noera un supethéroe muy conocido. Yo también lo pensé, pero imaginé que todos comenzaban asf y luego, poco poco, iban subiendo de categoria... De cualquier modo, era una buena herencia, —Ademés, tienes superpoderes —agreg6 el li- cenciadg. Debi6 ver mi cara de alegria porque, de inmedia- to, aclaré: —Bueno, tampoco te ilusiones, que estamos algo escasos de presupuesto...en fin, te los mostraré ahora. Extendié de nuevo la capa. —Fsta tela es especial, produce un campo de an- tigravedad y funciona con baterias recargables. —@odtré volar? —pregunté, sorprendido, —Hih... si, pero el sistema de vuelo tiene una du- racién de s6lo quince minutos; dirés que no es mu- cho tiempo, pero sf es sufciente para escapar de un peligro. A continnacién, tomé un par de brazaletes de metal y los agit6 mientras se ofa un ruido como de matraca y lanzaban diminutas chispas. Estos, silos mueves ast, producen centellas. ZY para qué sirven? —Zh... para nada, slo son parte de la identidad corporativa. Ahora voy a mostrarte el arma secreta, Con gran cuidado, sacé del fondo del bolso lo que parecia un cepillo para elcabello, apunts al sill pre- ferido de mama y con un ligero toque, iplog!, de la punta de las cerdas del cepillosalieron varios litros de tuna viscosidad rosa que se endurecié de inmediato cuando cubrié el sion, —4Parece brillantina para el cabello! —exclamé, sorprendido, —No parece... lo es —sonri6 satisfecho—. Bs vil para inmovilizar alos villanos. Solo te recomiendo ‘que te alejes pronto cuando la utilices, atrae a las moscas. No parecian armas demasiado deslumbrantes; al menos, no como las delos superhéroes del cine, pero bastaban para pasar un rato divertido. 2 Mis PARIENTES Y OTRAS CALAMIDADES Bi cise pares divertio fue a mt madre Lleg6 poco después, justo cuando terminaba de po- nerme el traje para practicar mi primer vuelo. —Paco...;Qué esté pasando aqui? —pregunté des- concertada al ver a un hombrecito sentado en la sala mientras su hij, vestido con la discrecion de un arbol de Navidad, intentaba despegar del suelo. Bl licenciado Erasmo se aprestr6 a explicarle el relato de la herencia y del Capitan Matraca. Mi ma- dre escuch6 con ateneién; recordaba vagamente al tio Adelaido. —No sabfamos que se hubiera convertido en su- pethéroe —contes6 después de oft la historia com- pleta—, aunque todos decfan que terminaria mal. Lo expulsaron de la familia cuando anuncié que querfa ser entrenador de perros chihuahuetis. —2Ve usted? No sélo triunf en la vida, sino que ahora hereda sus logros a su hijo. —No lo sé... —mi madre me miré preocupada Paco todavia no termina el quinto grado... ademas, su papa quiere que estudie para contador. Le va a dar un infarto cuando lo vea en leotard y con botas alarodilla —Pero mama, esto es normal en los superhéroes; ‘ademas, podré volar. —so es lo que més me preocupa —aseguro— Noes bueno que andes por alli dando vueltas como mosquito fumigado. Podrias tener un accidente, estrellarte contra un edificio, enredarte en unos cables de alta tensi6n. jNi Dios lo permital Bs muy peligroso. —Mamé, te prometo que tendré cuidado. —Bs0 me dijiste cuando te compré la patineta y {ya te has caido dos veces. —Pero esto es diferente, 5 lo mismo... no voy a exponerme. No sé qué plensen las mamés de los otros superhéroes. —No tienen mamé... —intervino el licenciado—; por lo menos, no son conocidas pablicamente. —Pues a alguien deben de tener, digo yo... quien los ccude y les lave la ropa, porque la dejardn muy sucta {Dios mfo! ¢Alguten sabe qué le ha pasado a mi sillon? —Pero, mamé... —puse mi cara de perrito aban- donado—. Esto es especial, no pasa todos los das. 18 si ce nn ena nat —Sefiora —volvi6 a intervenir el licenciado—, considere que ésta es la oportunidad para que sa hijo se desarrolle en esta noble carrera. Pasara peligros, nolo niego, pero también tendra grandes satisfaccio- nes; ayudaré a la justicia y, con un poco de suerte, gozard de mucha fama y fortuna. 1 ciltimo comentario del licenciado Erasmo pa~ recié ablandar el corazén de mi madre; habia visto ese mismo brillo en sus oos cuando encontraba una oferta en la seccién de chuletas ahumadas del super- mercado. —Bueno, un poco de dinero no nos caerfa nada ‘mal —reconocié—, Aunque eso de volar como bi- cho sigue sin convencerme... stuvo unos minutos pensativa, mientras yo im- ploraba con la mirada mas triste que soy capaz de ‘ransmitir. —les diré qué haremos —dijo finalmente—. Le comentamos todo al padre de Paco y él decidira qué hacer. Casi le doy un beso. —Y quitate ese distrax—me orden6—. Serés muy superhéroe, pero ahora mismo terminas la tarea de la escuela, y luego me ayudas a quitar esa porque- ria del sill6n. Tienes prohibido practicar tus poderes dentro de la casa, zme has ofdo, Paco? En e508 momentos supe por qué las madres de los superhéroes nunca aparecian en piiblico. v Curiosamente, mi padre no se opuso a mi nueva —Pero no tendremos que pagar nada, verdad? —fue lo tinico que observ6, Todos los castos son cubiertos por la alcaldia de San Bartolo Chico —le respondié el licenciado Eras- mo— incluldo el traslado. —+Entonces esta bien —asintié—. En las proximas ‘vacaciones de verano tenia pensado meter a Pacocon los chicos exploradores para que hiciera un poco de ercicio, pero ya que ha surgido esto, nos ahorrare- ‘mos el costo della inseripcién. — Pero, Francisco! —exclamé mi madre, escan- dalizada—, el nifio va a estar volando por los aires, ces muy pequefio, le puede pasar algo. os accidentes més graves en los nifios de su ‘edad ocurren dentro de la casa —aseguré paps— Lo han dicho en las noticias. Cuando papa citaba algo que habia salido en las noticias dela tele, era como una ley biblica que no se podia contradecir con nada, Mis padres parecian haber aceptado finalmente (oni madre un poco a regaitadientes). Sin embargo, el verdadero obstéculo estaba por aparecer. —Yo no estoy de acuerdo —dijo una vor desde el fondo de la sala. Se trataba de Marili, mi hermana mayor. Si a tuna lagartija le pones pelo de escobeta, la vistes con 20 siesengnaenactne MATERIAL DE DISTRIBUCION GRATUITA ‘un uniforme almidonado y le das un aire de sabi- ‘onda, abi tienes a mi hermana, Llevaba doce aitos ‘olestando gente sobre la Tierra (y sobre todo a mi), En ese momento, las pecas de su nariz estaban descoloridas, lo cual indicaba su altisimo grado de furia —cQué dices, querida? —pregunt6 mi madre. Por qué él debe ser un superhéroe? —me sefia- 6 muy indignada—. Yo soy la hermana mayor, a mi sme correspond. —Pero sieres una chica —sonrié mi padre. —También hay chicas superheroinas, zno es certo? fh... se dan casos —asintié el licenciado Eras- mo—, pero el Capitén Matraca fue muy claro en 30. La herencia es para el primer varén en linea su- cesivay.. —Bs0 es discriminacién —Interrumpié mt herma- rna—. Por eso el mundo no funciona, sélo hasta que los hombres nos den a las mujeres el lugar que nos correspond. A partir de que habia entrado a secundaria, mi hermana se habja aficionado a ciertas lecturas que iban desde derechos humanos hasta la ley interna- cional de proteccién de las focas, y las defendia a to- das por igual —iDebemos hacer un Juiciot —exclamé—. Esto ‘sun atropello contra los derechos femneninos, con- tra la infancia, un crimen contra la humanidad,

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