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HACIA LA SELECCIÓN NATURAL

EL CAMINO DE DARWIN

Darwin comenzó su primer borrador en 1937, según sus memorias se “inspiraba para ese
trabajo en los principios de Bacon, sin teoría preconcebida”
Comenzó a coleccionar antecedentes relacionados con las especies domésticas, hizo
circular cuestionarios impresos entre los criadores y leía muchos libros y publicaciones,
incluso series completas de informes de sociedades científicas.
“Pronto me di cuenta que la selección era la clave del éxito que ha encontrado el hombre
para razas útiles de animales y de plantas”
¿Cómo podría ser aplicada la selección a organismos vivientes en estado natural” i Él
intuía que ese sería el mecanismo que provocaría el cambio a través del tiempo, del cuál
estaba convencido desde su viaje con el Beagle. Pero no se daba cuenta aún como operaba.
Puesto que en la selección artificial era el hombre quien seleccionaba. Qué o quienes
seleccionaban en la naturaleza. Existía un agente seleccionador. No, ¿entonces cómo
sucedía? Aún no lo sabía: “Constituyó para mí un misterio durante algún tiempo”.
Pero la lectura oportuna elucidó la cuestión:
“En octubre de 1832, es decir 15 meses después de comenzada mi encuesta sistemática,
alcancé a leer sólo por vía del entretenimiento el libro de Malthus sobre la población”
Malthus le brindó la idea de la “lucha por la existencia”
“estaba bien preparado, por haber observado prolongada y continuamente los hábitos de
los animales y las plantas para apreciar la lucha por la existencia que se encuentra en toas
partes; entonces se me ocurrió la idea de que en tales circunstancias, las variaciones
favorables tenderían a ser preservadas, mientras otras menos felices, serían destruidas. El
resultado de esto sería la formación de nuevas especies. Había por fin llegado a formular
una hipótesis sobre la cual apoyar mi trabajo. Pero estaba tan deseoso de evitar todo
preconcepto, todo prejuicio, que decidí no escribir ni el más leve bosquejo. Recién en julio
de 1842 me di por primera vez, la satisfacción de redactar un resumen sucinto de mi
teoría, de 35 páginas escritas a lápiz. Durante el verano de 1844 ese resumen fue alargado
hasta alcanzar 230 páginas”
Stephen J. Gould denomina “annus mirabilis” a lo que en realidad fueron algo más de dos
años, desde el regreso de su viaje con el Beagle hasta la lectura de Malthus. Según él
durante ese lapso, Darwin fue muy prolífico en formular hipótesis y explicaciones del
mecanismo que promovía el cambio en las especies a través del tiempo. “En su empeño por
formular un mecanismo evolutivo durante su annus mirabilis… Darwin había abrazado, y
rechazado en última instancia, una variedad de teorías contrapuestas que incluía la
saltación, la variación inherentemente adaptativa y la senescencia intrínseca de las
especies… Todas estas aproximaciones desechadas tienen en común el postulado de un
impulso interno, basado bien en una variación a empujones (saltacionismo) bien en un
cambio inherentemente direccional”ii
Cómo cité anteriormente, Darwin se autoproclamaba empirista, siguiendo los preceptos de
Bacon. Pero ¿realmente desarrolló de esa manera su teoría?
Para Gould, el método utilizado fue el de ensayo-error. A medida que iba leyendo y
acumulando datos probaba y desechaba teorías. “El método de ensayo y error, paso a paso,
se convierte en la metáfora central del Darwinismo”iii
Gould establece que luego de haber establecido un dominio de verificabilidad, Darwin
comenzó a acumular datos y “delineó su metodología histórica (nunca de manera explícita,
desde luego, pero con tal fuerza acumulativa a base de ejemplos que el libro entero se
convierte en «una larga argumentación» sobre la tratabilidad de su nueva ciencia”
Darwin vio la necesidad de desarrollar varios métodos de inferencia histórica, cada uno a la
medida de la naturaleza y calidad de la evidencia disponible.

Darwin al proponer la teoría de la selección se basó en observaciones empíricas


(actualmente las dividiríamos en ecológicas y genéticas) sobre el potencial reproductivo y
la existencia de la variabilidad. Y estableció inferencias sobre la correlación de ciertas
características biológicas de los individuos y sus probabilidades de sobrevivir y dejar
descendencia sin intervención del azar. Y que dichos resultados de ese proceso selectivo se
acumulan con el tiempo produciendo el cambio evolutivo. Por un lado y la adaptación de
los organismos al medio por el otro.
También Darwin, intentó dejar claro que el uso de la expresión selección no es una
"proyección" antropomórfica de las acciones teleológicas en los mecanismos causales, ni
una simple metáfora afortunada. La selección artificial puede haberle sugerido a Darwin la
idea de selección natural, como él mismo confesaba en una carta a Wallace de 1858, un año
antes de publicar El origen de las especies: "Llegué a la conclusión de que la selección era
el principio del cambio a partir del estudio de las producciones domésticas; y después,
leyendo a Malthus, vi enseguida cómo aplicar este principio"11 Pero la validez del principio
depende de conexiones objetivas que desbordan la sugerencia metafórica.
Darwin mismo, realiza aclaraciones sobre la elección de la expresión “selección natural”.
Al parecer utiliza ésta al no encontrar “alguna mejor”.
“Diversos autores han interpretado erróneamente o puesto dificultades al término
selección natural. Algunos hasta han imaginado que la selección natural produce la
variabilidad, aunque implica únicamente la conservación de las variaciones que surgen y
son beneficiosas al ser en sus condiciones de vida. Nadie pone reparo a los agricultores
que hablan de los poderosos efectos de la selección del hombre, y , en este caso las
diferencias individuales dadas por la naturaleza, el hombre elige con algún objeto, tiene
por necesidad que ocurrir antes. Otros han puesto que el termino selección implica
selección consciente en los animales que se modifican, y hasta se ha argüido que, como las
plantas no tienen volición, la selección natural no es aplicable a ellas. En el sentido literal
de la palabra, indudablemente, selección natural es una expresión falsa; pero ¿quién no
pondrá nunca reparos a los químicos que hablan de las afinidades electivas de los
diferentes elementos? y, sin embargo de un ácido no puede decirse estrictamente que elige
una base con la cual se combina preferentemente. Se ha dicho que yo hablo de la selección
natural como de una potencia activa o divinidad; pero como, ¿quién hace caso a un autor
que habla de la atracción de la gravedad como si regulase los movimientos de los
planetas? Todos sabemos lo que significa e implica estas expresiones metafóricas, que son
casi necesarias para la brevedad. De la misma manera, también, es difícil personificar la
palabra naturaleza; pero por naturaleza, sólo la acción conjunta y el producto de muchas
leyes naturales, por leyes, la sucesión de hechos en cuanto son conocidos por nosotros.
Familiarizándole un poco con los términos, estas objeciones, tan superficiales, quedarán
olvidadas.” 12
HACIA LA SÍNTESIS Y MÁS ALLÁ

A partir del redescubrimiento de las experiencias de Mendel, se suceden una serie de


investigaciones que van aportar las respuestas sobre el origen de las variaciones. Surge una
nueva corriente que estudia la evolución, la impulsada por los genetistas. Que se basaban en
modelos matemáticos y experimentaban en laboratorios a diferencia de los naturalistas que
se ocupaban de las observaciones de campo como lo había hecho Darwin. Costó bastante
que se lograra un consenso entre ambas corrientes, más de medio siglo de discusiones.
La selección natural salió fortalecida y apoyada por modelos matemáticos y estadísticos.
Por mucho tiempo se sostuvo como el único mecanismo del cambio microevolutivo (a nivel
poblacional) y macroevolutivo (especiación y formación de nuevos taxones).
A partir de la década de los setenta, comenzaron a surgir otras alternativas: el equilibrio
puntuado de Gould y Eldregde, los genetistas que abogaban por la deriva génica y los
neutralistas. El equilibrio puntuado si bien no le quitó méritos a la selección natural, atacó
el modo de operar de ésta: el gradualismo. Gould se enfocó en la macroevolución y aportó
evidencias de la existencia de cambios bruscos, facilitados por agentes externos a la
selección, como catástrofes y eventos aleatorios y grandes períodos de éstasis donde no
ocurrían grandes cambios ni surgían nuevos taxones.
Gould se apoyó en las grandes extinciones y buscó evidencias de eventos externos en la
definición del camino macroevolutivo.
Unos de los debates que se instalaron tuvieron como eje principal la participación del azar.
Hasta dónde los sucesos estocásticos influían en el cambio evolutivo. Esto tiene sus raíces
en los dos componentes de la selección natural: la variación y la selección propiamente
dicha, que desde la publicación del Origen se debatió el alcance de cada una. De ellas
surgieron corrientes antagónicas, que luego de la síntesis, los límites se fueron borrando,
pero los genetistas siguieron existiendo con introducir al azar mayor poderío que el
otorgado por Darwin.
“Cuando se habla de selección natural siempre se piensa inconcientemente en la lucha por
la existencia. Se piensa en los factores que favorecen la supervivencia tales como la
capacidad de superar condiciones meteorológicas adversas, la de escapar de los
enemigos, la de lidiar mejor con parásitos y agentes patógenos, y la de ser exitosos en la
competencia por el alimento y el hábitat; en pocas palabras la de tener cualquier
característica que incremente las probabilidades de supervivencia. Ésta “selección de
supervivencia” es aquello en la que la mayoría de la gente piensa cuando habla de
selección natural. Darwin, empero, vio con toda claridad que existían otros factores que
aumentaban la probabilidad de dejar descendencia. Cualquiera de estos factores puede
describirse como selección para el éxito reproductivo, que abarca la competición por la
pareja. Entre estos factores que Darwin aisló para se objeto de atención especial se
encuentran rasgos que afectan al éxito de la competencia por la pareja, ya sea por medio
del combate entre machos o por selección de las hembras. Combinó esos dos modelos de
selección de pareja bajo la denominación de selección sexual. Para indicar cuan
importante consideraba Darwin este proceso le dedicó los dos tercios del origen del
hombre.” 15
Darwin al proponer la teoría de la selección se basó en observaciones empíricas
(actualmente las dividiríamos en ecológicas y genéticas) sobre el potencial reproductivo y
la existencia de la variabilidad. Y estableció inferencias sobre la correlación de ciertas
características biológicas de los individuos y sus probabilidades de sobrevivir y dejar
descendencia sin intervención del azar. Y que dichos resultados de ese proceso selectivo se
acumulan con el tiempo produciendo el cambio evolutivo. Por un lado y la adaptación de
los organismos al medio por el otro.
Los que sostienen que la selección natural es un concepto
i Darwin, Memorias y epistolario Íntimo.

ii Gould S. J. La Estructura de la Teoría de la Evolución, 2002

Gould Op. Cit.


iii
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