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-Carrera de Psicología-

Intervención en organizaciones
educativas
Trabajo de interpretación del texto: “Orientación
Vocacional Aportes Clínicos y Educacionales” de Mariana
Muller.

Profesora Titular: Profesora Rubí


Profesora Adjunta: Patricia M. Bousquet
Maureen Bond
Alumna: Carolina Isse
Cuarto año- Comisión AM
Fecha de entrega: 03/04/2020
Carolina Isse

Resumen e interpretación personal del texto: “Orientación Vocacional Aportes Clínicos y


Educacionales” de Mariana Muller.
La ORIENTACIÓN VOCACIONAL es un campo muy amplio que incluye a trabajadores de
distintas áreas que tienen en común el abordaje del ser humano. Por eso es un campo
interdisciplinario que involucra tanto al individuo como a su contexto, siendo estas dos
vertientes las que de manera dialéctica, se modifican mutuamente y por eso nunca se
pueden tomar de manera aislada.
Me pareció interesante la mención de la educación y la orientación afectiva dentro del
proceso de la ORIENTACIÓN VOCACIONAL, ya que considero, desde mi experiencia
personal, que en la educación formal (inicial, secundaria y universitaria) no es un tema
que se aborda como algo primordial. Desde mi forma de ver, la educación emocional es
algo fundamental ya que es una de las causas por las que hay tanto sufrimiento psíquico,
por la falta de educación emocional.
La ORIENTACIÓN VOCACIONAL tiene distintos ámbitos de aplicación, tanto colegios,
centros de salud mental, hospitales, etc. Esto es así ya que no es algo que solamente
incumba a púberes o a sujetos que están finalizando la edad escolar, sino que abarca un
amplio rango de edades que van desde adultos que se sienten que fracasaron en el
ámbito laboral, hasta adultos mayores que se replantean qué hacer con su tiempo libre.
Es importante destacar que la labor del ORIENTACIÓN VOCACIONAL es tanto preventiva
como terapéutica. Como menciona Mariana Muller, la elaboración de un proyecto
vocacional expone la problemática del sujeto y sus disposiciones  psicopatológicas, ya que
pues sintetiza toda su historia previa y, al mismo tiempo, anticipa su futuro.
El marco teórico de la ORIENTACIÓN VOCACIONAL nos da una pauta interesante para
pensar este proceso, donde si bien la perspectiva desde la cual se analiza el sujeto es el
psicoanálisis no deja de involucrar la “operatividad” del proceso, la acción, en palabras de
Enrique Pichon Riviére: “la praxis superadora”. Se intenta trabajar sobre la auto-
percepción en relación a las tareas y proyectos que tiene esa persona, las ansiedades que
predominan y a cuáles objetos se encuentran ligadas, así como también ahondar en sus
fantasías y miedos. Esto nos permite orientarnos en que la ORIENTACIÓN VOCACIONAL no
es un proceso que busca un resultado superficial, como lo sería una mera elección en base
a cualidades e intereses, sino que es un proceso de autoconocimiento en donde la
persona, seguramente, logre comprender que esos obstáculos que encuentra en esa
decisión (vocacional) en realidad involucran algo mucho más profundo y complejo ligado a
sus fantasías y su deseo inconsciente.
Como se menciona en el texto: “La ORIENTACIÓN VOCACIONAL es un proceso, un
recorrido, una evolución mediante la cual los orientados reflexionan sobre su
problemática y buscan caminos para su elaboración”. Tiene como finalidad orientar al
sujeto para tomar decisiones reflexivas a partir del conocimiento de su realidad tanto
psíquica como externa.
Para la evaluación de lo que mencioné anteriormente, y de otros elementos como lo son
las defensas que predominan en ese sujeto, su grado de dependencia/ autonomía; los
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rasgos narcisistas, su autoconfianza, etc. se utilizan diferentes técnicas que van desde test
psicométricos, hasta juegos, encuestas y técnicas proyectivas.
Estas técnicas, aparte de la información puntual a la apuntan, nos muestran la actitud del
sujeto frente a ellas. Por ejemplo, la forma de sentirse evaluados y mirados por el
examinador. Pueden aparecer rasgos de omnipotencia proyectados en la figura del
entrevistador, también temores en relación a los resultados de los test; Otro rasgo que
puede aparecer en algunas personases el sentir que les están “sacando” datos
depositando así un gran poder a los instrumentos. Es por eso que el profesional debe
tener una mirada integral del proceso y no circunscribirse únicamente al “resultado” de
las técnicas.
El texto menciona términos que suelen aparecer en el proceso de ORIENTACIÓN
VOCACIONAL. Estos son: vocación, elección, identidad y duelos. En relación a las dos
primeras me parece importante destacar lo que se menciona como un proceso
CONSTRUIDO, en contraste con algo con lo que “se nace”. Creo que es importante
mencionar esto, ya que muchas veces las personas sienten que “deberían saber” lo que
quieren como si fuese algo que “está ahi” y que ellos deben buscarlo, mientras que la
propuesta de la autora incluye la posibilidad de ir construyéndolo, y esto puede ser un
elemento que alivie esa tensión.
La comprensión de que la naturaleza intrínseca de una decisión implica “dejar algo de
lado” nos permite visualizar este conflicto como una posibilidad de afianzarnos en un
camino propio. Sin que a este conflicto se le sume la tensión de sentir que hay algo malo
en él. Esto se vincula a lo que se plantea en relación al duelo por la “perdida” de esos
aspectos que se eligen dejar de lado.
En cuanto a la identidad y su concepción dinámica de la misma, creo que es muy acertada.
Comprender que cualquier proceso involucra un camino de avances y retrocesos más que
algo lineal y directo, creo que es un elemento importante para transmitirle a la persona
que esté en ese proceso de ORIENTACIÓN VOCACIONAL. Que esas desestructuraciones
llevan a nuevas integraciones “más propias” y con “menos” rasgos adquiridos por
identificaciones inconscientes.
En cuanto a los instrumentos de la ORIENTACIÓN VOCACIONAL el primero que se
menciona es el encuadre. Sin ánimos de repetir las definiciones del mismo, mencionaré
los puntos que, a mi modo de ver, con interesantes.
El encuadre habilita y contiene la tarea que se proponen el entrevistado y el entrevistador.
No es una variable rígida sino más bien flexible que se adecuará a lo que ese sujeto traiga.
El encuadre posibilita que los emergentes de esa relación que surge en la consulta puedan
ser comprendidos como propios de ese sujeto en ese proceso. Por eso es muy importante
que el entrevistador mencione con claridad las “reglas” de ese encuadre y que le dé
tiempo al entrevistado a interiorizarlas.
Uno de los elementos que creo fundamental es que se expliciten los objetivos del proceso
ya que permitirá que el proceso sea más efectivo.

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El método utilizado son entrevistas en donde se incluyen las técnicas antes mencionadas.
Hay ciertas dificultades con las que se suelen encontrar los entrevistadores que tienen que
ver con diferentes puntos:
Por un lado el mal manejo de una “distancia óptima” tanto por exceso, como por defecto.
La excesiva intelectualización, o la evitación de ciertas áreas ante las que el profesional no
se siente “cómodo”. Por otro lado, las entrevistas excesivamente rígidas que no den lugar
a los elementos espontáneos que muchas veces aluden a problemáticas inconscientes que
están íntimamente relacionadas con el “objetivo” del proceso.
Otro elemento que se suele presentar como dificultad es la actitud directiva y autocrática
del entrevistador, que se pone en un rol “pedagógico” y técnico más que clínico.
Es importante lo que la autora menciona en relación al rol del entrevistado. Argumenta
que debe poder “dejarse penetrar” por los entrevistados, permitiendo que el proceso
implique un compromiso de ambas partes.
En cuanto a las posibles intervenciones se menciona que el lenguaje debe estar adecuado
al contexto de ese sujeto. También se debe utilizar un lenguaje que demuestre al sujeto
que es comprendido. Por otro lado hacer señalamientos acerca de los temas que pasen
inadvertidos y que sean contradictorios. Están también las interpretaciones, que en el
caso de la ORIENTACIÓN VOCACIONAL, se vinculan siempre al proyecto vocacional
tratando de esclarecer defensas, resistencias, etc.
Al igual que en una entrevista psicoanalítica se utilizan las herramientas de la
transferencia y la contratransferencia para tener más información sobre el modo de
relacionarse de ese sujeto, entendiendo que esta información puede ser clave para
ayudarlo a “destrabar” la conflictiva consciente por la que comenzó el proceso.
Un elemento importante a mencionar, es que en el proceso de ORIENTACIÓN
VOCACIONAL se buscará ir por el camino que ofrezca menor resistencia entendiendo que
si bien quiere ser ayudado, hay momentos o sectores de su personalidad, en que se
percibe un rechazo a la ayuda.
Aparecen diferentes modos de manifestación de las resistencias y el abordaje incluye las
técnicas siguientes: a aceptación, la interpretación de la resistencia, la distensión (cambiar
de posición), hacer una pausa, volver más tarde a lo doloroso cambiando
momentáneamente de tema.
A modo de conclusión, como fui mencionando en los respectivos temas, considero que la
ORIENTACIÓN VOCACIONAL es un proceso complejo que involucra muchos aspectos del
individuo y que debe ser tomado e interpretado como tal. A su vez al ser un proceso de
construcción de un “objetivo” entiendo que tendrá avances y retrocesos y que no deben
vivirse como un fracaso sino más bien como algo natural de cualquier proceso de
crecimiento.
En cuanto a mi experiencia personal, no elegí hacer un proceso de orientación vocacional
ya que, en su momento, creí que sabía lo que quería estudiar. Por supuesto me equivoqué
y pasé por más de 3 carreras: Derecho en la UCA (pocos meses) y luego dos años más en la
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UBA; Luego Administración de empresas en la UBA un año y medio y paralelamente un


terciario en Psicología social; Finalmente opté por Psicología en la USAL. Durante los años
que vengo haciendo la carrera estudié dos años para hacer el Profesorado de Yoga y luego
el año pasado me seguí formando en Yoga en India.
Recuerdo que en el último año de colegio tuve algo como una cierta “orientación
vocacional” con una psicóloga que trabajaba en el colegio. Sin embargo éste no fue un
proceso de indagación profunda sino más bien algo bastante superficial de búsqueda de
facultades y cosas “burocráticas”.
Quiero destacar que aunque la cantidad de carreras elegidas sugieran que en realidad yo
no sabía lo que quería, hoy comprendo que cada decisión fue parte de un proceso de
crecimiento propio y necesario para hoy encontrarme en donde estoy. Creo que un
proceso de orientación vocacional, de la manera en la que yo lo buscaba en ese entonces,
buscando resultados concretos, no me hubiese dado lo que sí me dio el recorrido por esas
distintas decisiones. Por otro lado, hoy en día habiendo aprendido de qué se trata el
proceso pienso que me hubiese gustado realizarlo como un proceso de autoconocimiento
aunque mi análisis personal considero que me aportó y me sigue aportando mucho en
relación a eso.
Creo que hay algo que considero muy valioso del proceso de ORIENTACIÓN VOCACIONAL
que tiene que ver con poder identificar aquellos elementos con los que, paradójicamente,
nos identificamos pero en realidad tienen que ver con Otros. Siento que incorporar eso en
la educación formal, sería un elemento que nos hubiese ayudado mucho a tomar
decisiones desde un lugar más propio en lugar de correr detrás de la pelota de otro, sin
saberlo ni elegirlo.
A modo de conclusión considero que las herramientas que propone el proceso de
ORIENTACIÓN VOCACIONAL son muy valiosas y estoy convencida que aportarían mucho
en la prevención de esas “malas” decisiones.

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