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T R A BA JO SO CI A L
Al ic ia GO NZ ÁL EZ - S AIBENE
P u b l i c ado en :
o R e v i s t a T E M AS Y DE B AT E S , Añ o 1 , N º 1 , J u l i o / Di c i e m b r e de 1 9 9 6 , R o s ar i o :
U n i v e r s i dad N ac i o n al de R o s ar i o , I S S N 1 6 6 6 -0 7 1 4 , p p . 1 1 1 a 1 2 8
Introducción
Aquí también se impone otra discusión, hoy candente en los espacios académicos
del Trabajo Social, respecto de la identidad profesional y de la especificidad de la
profesión:
¿es ésta una profesión sostenida en la división social del trabajo, legitimada entonces
por la demanda social y que establece, en su intervención, sus propias estrategias de
acción?,
¿o es una disciplina social que posee, por lo tanto, teoría propia y metodología
específica?.
1. ese objeto está histórica y socialmente determinado desde una perspectiva teórico-
ideológica, es decir, que las condiciones históricas y sociales en las que se
desenvuelve una práctica profesional, en relación a la particular naturaleza de su
interés y objetivos, producen el objeto, desalojando la "ilusión" de una perspectiva
transhistórica;
2. ese objeto no se construye sino en función de una problemática teórica que antecede
a cualquier experiencia, y que se basa, antes de precisarse, sobre una duda
específica por el objeto mismo. Es el punto de vista teórico el que crea el objeto, éste
es una construcción conceptual, no surgido de relaciones entre hechos reales sino
entre conceptos, entre problemas teóricos.
Es, entonces, sólo desde esta manera de mirar el objeto de la profesión que
podremos dar cuenta de la cuestión del método, entendiendo que, para el Trabajo Social,
éste se configura como una estrategia capaz de responder a los objetivos
transformadores de la intervención en medio de la complejidad social.
Sólo así podremos abordar aquel objetivo académico-profesional que nos impone
sostener y/o recuperar una consistencia epistemológica en la formación y en el
ejercicio profesional que, al mismo tiempo que permita comprender una determinada
forma organizativa de lo social y una cierta manera de concebir al sujeto, a efectos de
potenciar sus implicancias en la intervención en la realidad, pueda dar cuenta de aquellas
preguntas originarias del Trabajo Social, referidas al qué, al para qué y al cómo de la
profesión.
Con ella comienza y queda caracterizado ese período llamado después clásico o
tradicional, configurado por una visión ingenua, acrítica y maniquea de las relaciones
sociales, sostenido en la comprensión de la solución de los problemas sociales globales
partiendo de cada uno de ellos aisladamente, por no comprender ni cuestionar la
ideología dominante y por concebir a la sociedad sin clases, dividiendo el mundo en
"buenos-malos", "adaptados-no adaptados", "integrados-no integrados" (15).
Este momento histórico puede, a su vez, subdividirse en dos que configuran otras
tantas lecturas del contexto y concepciones de lo social:
Para ello, se apela a las teorías surgidas del auge de las Ciencias Sociales que se
produce en esos años, como el desarrollismo, cuyos argumentos fundamentales se
sostienen en la posibilidad de desarrollo y crecimiento ilimitados y en las características,
ya enunciadas, del estructural-funcionalismo; y en las técnicas estadísticas,
demográficas, de dinámica de grupos, etc.
A esa lógica binaria, dicotómica, excluyente, hay que contraponerle las categorías
de contradicción y de complejidad. Estas son las que caracterizan el pensamiento de
los 80' y, sobre todo, el de los 90' - tanto para la profesión como para el conjunto de las
disciplinas sociales. La perspectiva epistemológica actual es múltiple y abarcativa; ya no
hay - no debe haber - una adhesión acrítica y dogmática a los postulados de las
macroteorías omnicomprensivas; es allí donde la epistemología encuentra su espacio, no
ya como "moda" o como reproducción informativa de las distintas matrices, en unproceso
de categorías inmóviles, sino como posibilidad de mostrar criterios, en lo complejo de los
distintos enfoques, para leer la producción de rupturas y nuevas construcciones que
permitan, no sólo redefinir la profesión en su identidad, sino también recuperar modos de
interpretar los procesos sociales en los que se juega su intervención (32).
1. la recuperación de la teoría del Estado desde los aportes de autores que, como
Gramsci, realizan, revitalizando la discusión a partir de la ampliación del concepto de
Estado;
2. el análisis de las relaciones de poder - los micropoderes y su circularidad - y las
implicancias de la relación entre el poder y el saber, planteadas por Foucault;
3. la perspectiva del actor, devuelta a la discusión por Touraine, y el análisis de los
movimientos sociales como una nueva manera no sólo de hacer política sino también
de socialización, realizado por Castells, Dos Santos, Jelín y otros.
Todos estos aportes teóricos han ido configurando el espacio que permitió a la
profesión el retorno a las instituciones estatales y/o no gubernamentales, planteado desde
la intención de cambio en las relaciones y en el discurso institucional al romper,
oponiéndose, a la hegemonía de los análisis estructuralistas.
En esta línea, el Trabajo Social, como una forma de política social, se inserta en la
dinámica superestructural, con un objeto históricamente construido desde una
perspectiva teórica, política e ideológica y un objetivo centrado en la constitución de
sujetos - autónomos por definición.
Ese objeto está constituido por las relaciones sociales complejas, distinta
manera de leer las relaciones de clase, no sólo de lucha sino también de negociación - y
no me refiero sólo a las del capital con el trabajo, como lo demuestra la historia reciente
del país -, las diversas formas de relacionarse los hombres entre si, los movimientos
sociales, los movimientos étnicos, las luchas nacionalistas, las distintas relaciones de
poder. Este pensamiento ya no queda en el nivel de las relaciones de producción sino que
también da cuenta de otras, múltiples, desordenadas maneras de expresarse, en su
complejidad, el conjunto de las relaciones sociales.
Sólo así el Trabajo Social podrá redefinir lo que le está faltando en el momento
actual, que es el campo específico de la intervención.
Bibliografía y Notas
(1) Estas líneas de pensamiento fueron producto de un debate entre los docentes
trabajadores sociales de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Nacional de
Rosario, en Mayo de 1992 y que, junto al producto de una discusión de similares
características del claustro estudiantil de dicho ámbito, se presentaron como documento
de trabajo, con el nombre de "La formación profesional de los trabajadores sociales", en
un encuentro de discusión metodológica organizado por la Federación Argentina de
Unidades Académicas de Trabajo Social (F.A.U.A.T.S.) y desarrollado en la Escuela de
Servicio Social de Santa Fe, en el mismo año.
(6) Esta línea de análisis fue parte de la síntesis realizada en el 1er. Encuentro Regional
del Cono Sur, realizado en Montevideo, Uruguay, en Junio de 1992, del cual participé y fui
responsable de la redacción final del documento. El mismo fue publicado, posteriormente,
en la revista Acción Crítica n* 31, Agosto de 1992, Ed. Alaets-Celats, Lima Perú.
(7) Pierre BORDIEU y otros, "El oficio de sociólogo", Siglo XXI Ed., Buenos Aires, 1975,
p. 53.
(8) Alicia GONZALEZ SAIBENE, op. cit. En la misma caracterizo el/los objeto/s de
intervención del Trabajo Social como esos aspectos de la realidad, de una necesidad
social, de un problema, que son susceptibles de ser modificados por la intervención
profesional y que, por lo tanto, son objetos reales, empíricos; y lo/s distingo del objeto de
investigación, que es un objeto teórico, un sistema de relaciones conceptuales
expresamente construido. Esta diferenciación implica un cambio de problemática, un
proceso de ruptura que conduce a un recorrido cualitativamente distinto, produciendo las
condiciones para pasar de una serie de procesamientos de información sobre
acontecimientos empíricos a otro terreno, el de la elaboración cognoscitiva.
(13) Mary RICHMOND, "Social Diagnosis", original de 1917, extractado en "Historia del
Trabajo Social", de Ezequiel Ander-Egg, Ed. Humanitas, Buenos Aires, 1985, p. 170 y
sgs.
(14) Mary RICHMOND, "Caso Social Individual", del original de 1922 "¿Qué es el Trabajo
Social de Casos?", Ed. Humanitas, Buenos Aires, 1982.
(16) Natalio KISNERMAN, "Servicio Social de Grupo", Ed. Humanitas, 6ta. edición,
Buenos Aires, 1986.
(17) Rose Mary SOUZA SERRA, "La práctica institucionalizada del Servicio Social.
Determinaciones y posibilidades", 4ta. edición, Cortez Ed., Brasil, 1978, p. 21 del texto
traducido al castellano por docentes de la cátedra Trabajo Social II de la Escuela de
Trabajo Social de la Universidad Nacional de Rosario y reproducido en mimeo.
(27) Mao TSE TUNG, "Acerca de la práctica", en "Cinco tesis filosóficas", Ed.
Independencia, Buenos Aires, 1984, p. 1 y sgs. Este texto y su repercusión sobre la
práctica académica de los reconceptualizadores es extensamente analizado por
Mercedes Escalada en la op. cit., p. 95 y sgs.
(28) Alicia GONZALEZ SAIBENE, op. cit. Vuelvo a este texto, en el que desarrollo esa
relación entre teoría y práctica desde distintas perspectivas teóricas - positivista, marxista
- y desde autores como Foucault y Althusser; la diversa significación de esas prácticas; la
correlación existente entre conocimiento y transformación; y la imprescindible apelación
paradigmática que estas distintas posiciones contienen.
(29) Mercedes ESCALADA, op. cit., p. 3 y sgs.; también pueden recuperarse análisis
similares en Leila LIMA y Roberto RODRIGUEZ, "Metodologismo, estallido de una
época", en revista Acción Crítica n* 14, Ed. Alaets-Celats, Perú, 1983, p. 35.
(31) Carlos MARX, "El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte", Ed. Progreso, Moscú,
1969, p. 9.
(32) Estas posiciones han sido ampliamente desarrolladas por Teresa Matus en sus
documentos "Cuando la Epistemología no basta", presentado en el Seminario Regional
del Cono Sur, organizado por la Asociación Latinoamericana de Escuelas de Trabajo
Social (A.L.A.E.T.S.) y la Asociación Uruguaya de Escuelas de Trabajo Social, en
Montevideo, Uruguay, Junio de 1992; y en "El dilema de la producción de conocimientos
en Trabajo Social", presentado en el 1er. Encuentro Regional de Escuelas de Trabajo
Social del Cono Sur, organizado por la Asociación Latinoamericana de Escuelas de
Trabajo Social (A.L.A.E.T.S.) y la Asociación Chilena de Escuelas de Trabajo Social,
Santiago de Chile, Mayo de 1993.
(35) Karel KOSIK, "Dialéctica de lo concreto", Colección Enlace, Ed. Grijalbo, 10a.
edición, México, 1967, p. 55 y 62.
(36) Anthony GIDDENS, "Las nuevas reglas del método sociológico", Amorrortu Ed.,
Buenos Aires, 1993, p. 127 y sgs.
(39) Edgar MORIN, op. cit., p. 81 y sgs. Para dar cuenta de esta noción, Morin apela a una
reconstrucción conceptual en cadena, la que, partiendo de la organización biológica, de la
dimensión cognitiva, del principio de identidad, etc., llega a construir el concepto. Como
principio metodológico, esta cadena se constituye en una estructura organizadora, p. 84.
(40) Michel FOUCAULT, "¿Porqué hay que estudiar el poder?". La cuestión del sujeto", en
"Sociología crítica, varios autores", Ed. La Piqueta, España. Citado en Mario R. ROVERE,
"Planificación estratégica de recursos humanos en salud", Organización Panamericana
de la Salud, E.U.A., 1993, p. 25.
(49) Retomo la cita nro. 6 referida al documento síntesis del 1er. Encuentro del Cono Sur,
realizado en Montevideo, Uruguay, en Junio de 1992 y publicado en revista Acción Crítica
n* 31, Ed. Alaets-Celats, Perú, Agosto de 1992, p. 5 y sgs.