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Veo a Satán caer

como el relámpago
René Girard
Antropología Cristiana
Mgr. Martín Mercado V.
Datos del libro
• Autor: Girard, René

• Título: Veo a Satán caer como el relámpago

• Editorial: Anagrama

• Lugar: Barcelona

• Año: (1999) 2002

• Traductor: Francisco Díez del Corral


Datos del autor
• René Girard nació el 25 de diciembre de 1923 en Aviñón, Francia. Falleció el 4 de
noviembre de 2015 (91 años) en Stanford, Estados Unidos.

• Girard se graduó
Nationale des Chartes en París, donde se especializó en historia medieval.

• Su doctorado en historia lo culminó en el año 1950 en la Universidad de Indiana, en los


Estados Unidos.

• Ha ejercido la docencia en la Universidad de Duke, en el Bryn Mawr College, y en la


Universidad Johns Hopkins en Baltimore, así como en la Universidad Estatal de Nueva
York en Buffalo y la Universidad de Stanford, donde fue docente desde 1981 hasta su
jubilación, en 1995.

• En 1990 se estableció el
discusión de los temas de su obra.

• Fue

• En 2013 fue nombrado comendador de número de la Orden de Isabel la Católica.


Estructura general del libro
• Introducción (9-22)

• Primera parte: El saber bíblico sobre la violencia

• Es preciso que llegue el escándalo

• El ciclo de la violencia mimética

• Satán

• Segunda parte: La solución al enigma de los mitos

• Tercera parte: El triunfo de la cruz

• Conclusión (235-248)
Estudio de la introducción y la
primera parte
• Introducción (9-22)

• Primera parte: El saber bíblico sobre la violencia

• Es preciso que llegue el escándalo

• El ciclo de la violencia mimética

• Satán
INTRODUCCIÓN

• IDEA CENTRAL DE LA INTRODUCCIÓN:


CRISIS HISTÓRICA Y
MUNDIAL DE LA RELIGIÓN
• «Lenta pero inexorablemente, el predominio de lo religioso va retrocediendo en
todo el planeta. Entre las especies vivas cuya supervivencia se ve amenazada en
nuestro mundo, hay que incluir las religiones.» (p. 9)

• «La crisis es universal y en todas partes se aceler, aunque a ritmos diferentes.


Se inició en los países más antiguamente cristianizados, y es en ellos donde está
más avanzada.» (p. 9)

• Según algunos autores estamos «en la fase


humana.» (p. 9)

• «Sin duda, la crisis de lo religioso constituye uno de los datos fundamentales de


nuestro tiempo. Para llegar a sus inicios, hay que remontarse a la primera
unificación del planeta, a los grandes descubrimientos, quizá incluso más atrás,
a todo lo que impulsa la inteligencia humana hacia las
El papel de Jesucristo en el
cristianismo

• «Jesucristo es para el cristianismo el único redentor


‘(…) pues ni siquiera hay bajo el cielo otro nombre,
que haya sido dado a los hombres, por el que
debamos salvarnos’ (Hechos 4, 12)» (Las citas se
pueden cotejar con la versión de la BAC).
La particularidad del cristianismo ha sido puesto en
duda al compara a Jesús con otros héroes
mitológicos
• «Ya en el imperio Romano, ciertos defensores del paganismo veían en la Pasión y la
Resurrección de Jesucristo un
Dioniso y otros héroes y heroínas de los mitos llamados de

• «El sacrificio, a menudo por una colectividad, de una víctima aparece en todas partes, y
en todas finaliza con su triunfal reaparición resucitada y divinizada.» (p. 10)

• «Los comparatistas anticristianos no pierden ocasión de identificar la eucaristía


cristiana con los festines caníbales» (p. 11)

• «El teólogo protestante Rudolf Bultmann decía con toda franqueza que el relato
evangélico se parece demasiado a cualquiera de los mitos de muere y resurrección para
no ser uno de ellos» (p. 11):
«Suprimía imlplacablemente de su credo todo lo que le recordara la mitología,
operación que consideraba objetiva, imparcial y rigurosa» (p. 12)

• «¿Se puede desnitrificar la mañana de Pascua sin aniquilar el cristianismo? Ello es


imposible, de creer para Pablo: ‘Y si Cristo no ha resucitado, vana es vuestra fe’ (1
Corintios 15, 17)» (p. 12)
La particularidad del cristianismo ha sido puesta
en duda por las variaciones del relativista moderno

• «Nuestra época poscolonial, tanto por razones de moda intelectual como por
oportunismo político, ha sustituido la frenética búsqueda de semejanzas por una
glorificación, no menos frenética, de las diferencias. Un cambio a primera vista
considerable, pero que, en realidad, carece de importancia.» (p. 12)

• «El ‘pluralismo’, el ‘multiculturalismo’ y las demás recientes variaciones del


relativista moderno, aunque en el fondo no se contradicen con los viejos
etnólogos comparatistas, hacen inútiles las negaciones brutales del pasado.
Cuesto poco entusiasmarse con la ‘originalidad’ y la ‘creatividad’ de todas las
culturas y todas las religiones» (pp. 12-13).

• «Hoy, como ayer, la mayoría de nuestros contemporáneos percibe la


equiparación del cristianismo con el mito como una evolución irresistible e
irrevocable por cuanto se considera propia la única clase de saber que nuestro
mundo aún respeta: la ciencia» (p. 13)
El sacrificio y canibalismo ritual es un
elemento fundamental de lo religioso arcaico

• «En todos los cultos arcaicos existen ritos que


conmemoran y reproducen el mito fundador
inmolando víctimas, humanas o animales, que
sustituyen a la víctima original, aquella cuya muerte y
retorno triunfal relatan los mitos. Como regla general,
los sacrificios concluyen con un ágape celebrado en
común. Y siempre es la víctima, animal o humana, el
plato de ese banquete. El canibalismo ritual no es un
‘invento del imperialismo occidental’, sino un
elemento fundamental de lo religioso arcaico.» (p. 11)
Tesis del libro: los textos bíblicos
no son mitos
• «La equiparación de los textos bíblicos y cristianos con mitos es un error fácil de
refutar. El carácter irreductible de la diferencia judeocristiana puede demostrarse. Y
es esa demostración lo que constituye la materia esencial de este libro» (p. 13).

• «los relatos bíblicos y evangélicos se diferencian de modo radical de los míticos. En los
relatos míticos las víctimas de la violencia colectiva son consideradas como culpables.
Son, sencillamente, falsos, ilusorios, engañosos. Mientras que en los relatos bíblicos y
evangélicos esas mismas víctimas son consideradas inocentes. Son, esencialmente,
exactos, fiables, verídicos.» (p. 16)

• «De ahí que las comunidades míticas no comprendan qué les sucede y de ahí, también,
que sus relatos parezcan indescifrables» «Solo los textos bíblicos y evangélicos
permiten superar esa ilusión, porque sus propios autores la han superado» (p. 16).

• «Los mitos invierten sistemáticamente la verdad. Absuelven a los perseguidores y


condenan a las víctimas. Son siempre engañosos, porque nacen de un engaño, y, a
diferencia de los que les ocurrió a los discípulos de Emaús tras la Resurrección, nada
ni nadie
Sobre el método de trabajo
• Demostración: «Mi razonamiento trata sobre datos puramente humanos,
procede de la antropología religiosa y no de la teología. Se basa en el
sentido común y apela sólo a evidencia manifiestas.» (p. 13).

• «Para empezar, habrá que volver, si no al viejo


menos, a la idea de comparación.» (p. 13)

• Los etnólogos antirreligiosos del viraje del siglo XIX al XX: reducción de
los Evangelios a los mitos.

• Método de Girard: inversión de la compración: «hay que proceder a la


inversa y partir de la Biblia y los Evangelios. (…) precisar de entrada
todas las semejanzas entre lo mítico, por un lado, y lo bíblico y lo
evangélico, por otro.» (p. 14)
Objetivo: demostrar que hay un referente cuando
un determinado tipo de crisis social llega a su
paroxismo
• «Mediante una serie de análisis de los textos bíblicos y cristianos, en la
primera parte de este ensayo (capítulos I-III), y de mitos, en la
segunda (capítulos IV-VIII), intento demostrar que, tras todas las
aproximaciones y equiparaciones, existe algo más que un barrunto:
hay una realidad extratextual. Hay un ‘referente’, como dicen los
lingüístas, que más o menos es siempre el mismo, un idéntico proceso
colectivo, un fenómeno de masas específico, una oleada de violencia
mimética y unánime que se da en las comunidades arcaicas cuando un
determinado tipo de crisis social llega a su paroxismo. Si realmente es
unánime, esta violencia pone fin a la crisis que la precede al reconciliar
a la comunidad y hacer que se enfrente a una víctima única y no
pertinente, la clase de víctima que solemos llamar ‘chivo
expiatorio’.» (p. 14)
Objetivo: demostrar que en toda crisis social
arcaica la violencia contra un ‘chivo expiatorio’
pone fin a la crisis y reconcilia a la comunidad

• Mediante una serie de anuláis de los textos bíblicos y


cristianos y de mitos se demostrará que: ocurre siempre
«un idéntico proceso colectivo, un fenómeno de masas
específico, una oleada de violencia mimética y unánime
que se da en las comunidades arcaicas cuando un
determinado tipo de crisis social llega a su paroxismo. Si
realmente es unánime, esta violencia pone fin a la crisis
que la precede al reconciliar a la comunidad y hacer que
se enfrente a una víctima única y no pertinente, la clase
de víctima que solemos llamar ‘chivo expiatorio’.» (p. 14)
Sobre los mitos y la violencia
arcaica
• «La violencia central de los mitos arcaicos es muy parecida a la que encontramos en
numerosos relatos bíblicos, sobre todo en el de la Pasión de Cristo.» (p. 15)

• «Lo más frecuente es que en los mitos tenga lugar una especie de linchamiento
espontáneo (…)» (p. 15)

• «todas las violencias míticas y bíblicas hay que entenderlas como acontecimientos reales
cuya recurrencia en cualquier cultura está ligada a la universalidad de cierto tipo de
conflicto entre los hombres: las rivalidades miméticas, lo que Jesús llama los

• «esta secuencia fonemática, este ciclo mimético se reproduce sin cesar, a un ritmo más o
menos rápido, en las comunidades arcaicas. Para detectarla, Los Evangelios resultan
indispensables, puesto que sólo allá se describe de forma inteligible dicho ciclo y se
explica su naturaleza» (p. 15)

• Los relatos míticos: «Las comunidades que los elaboran no pueden hacer otra cosa que
transfigurarlos; en todos los casos parecen cegadas por un violento contagio, por un
apasionamiento mimético que las persuade de la culpabilidad de su chivo expiatorio y,
así, une a sus miembros contra él en lo que puede considerar una reconciliación. Y es esa
reconciliación lo que, en una segunda fase, condice a la divinización de la víctima,
percibida como responsable de la paz finalmente recuperada» (p. 16).
El punto de vista antropológico
• Desde el punto de vista antropológico:

• «Mientras que la divinidad de los héroes míticos


resulta de la ocultación violenta de la violencia, la
atribuida a Cristo hunde sus raíces en el poder
revelador de sus palabras y, sobre todo, de su
muerte libremente aceptada y que pone de
manifiesto no sólo su inocencia sino la de todos los
‘chivos expiatorios’ de la misma clase» (p. 18)

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