EQUINOS

Neonatología
equina
Autor: Santiago Garcia Pasquel,
Maria Masri Daba
Presentación: tapa dura
Formato: 20 x 28 cm
Páginas: 272
Ilustraciones: en color
Edición: 2011
ISBN: 978-950-555-386-0

Esta obra se delinea como una referencia en el área promoviendo los prin-
cipios médicos enfocados al reconocimiento temprano de las patologías genéticas,
metabólicas, de mal manejo u otro indole que se presenten en potros neonatos.
Para la supervivencia de cualquier potro es imprescindible explorar e identificar de
manera oportuna la presencia de dificultades previas o durante el parto.

Contenido
Capítulo 1. Clasificación de riesgo para la gestación
Capítulo 2. Parto
Capítulo 3. Información perinatológica
Capítulo 4. El potro al nacer
Capítulo 5. Manejo de rutina y examen clínico
Capítulo 6. Procedimientos y técnicas diagnósticas
Capítulo 7. Procedimientos diagnósticos avanzados
Capítulo 8. Cuándo y cómo referir a la unidad de cuidados intensivos
Capítulo 9. Cuidado intensivo
Capítulo 10. Tranquilización y anestesia del neonato
Capítulo 11. Anormalidades congénitas y síndromes neonatales
Anexos

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 Neonatología equina
Sistema endocrino
La tiroides es la única glándula que pue-
de ser evaluada físicamente. Es importan-
te examinarla con cuidado en los potros
con anormalidades congénitas y en aque-
llos con signos de hipotiroidismo (fig. 5-5)
(véase cap. 11, Anormalidades congénitas
y síndromes neonatales).
Sistema urogenital
Los genitales externos pueden ser exami-
nados fácilmente para encontrar anorma-
lidades congénitas (fig. 5-6). La micción es
un evento clínico y debe ser observada.
Los potros deben orinar dentro de las pri-
meras 6 horas de vida, mientras que las
potrancas suelen hacerlo 1 o 2 horas des-
pués que los potros.1-4
NOTA: Existe una incidencia de per-
sistencia del uraco en potros cuyos
cordones umbilicales han sido liga-
dos o cortados, en lugar de ser des-
garrados naturalmente.
Figura 5-6. Potro de 12 horas con una hernia inguinal.
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La densidad específica de la orina
del potro es normalmente baja, como
resultado de la alta cantidad de fluidos
ingeridos y la inmadurez de la capaci-
dad de concentración. La orina del
potro no es ni turbia ni mucinosa como
en los adultos, porque la excreción de
calcio es muy baja y las glándulas secre-
toras de moco de la pelvis renal están
inmaduras.
• La proteinuria transitoria es común en
los potros y puede ser particularmente
alta después de una efectiva alimenta-
ción con calostro.
• Una leve glucosuria (alrededor del 10-
25% por sobre el rango de referencia)
es común en potros normales, pero no
debe persistir ni debe ser más elevada.
El cordón umbilical debe ser examinado
con las manos limpias y con guantes.
• Es recomendable explorar con ultraso-
nido cualquier aumento de tamaño o
engrosamiento.
El uraco puede permanecer permeable
durante 12-24 horas en potros normales.
Todos los animales con uraco persistente
deben ser revisados por posible sepsis. Un
uraco persistente puede ser obvio durante
la micción, pero en algunas ocasiones se
muestra sólo como unos cuantos pelos
húmedos en el ombligo.1-4
La hemorragia importante del cordón
umbilical constituye una emergencia, en
tanto, la hemorragia intraabdominal puede
no mostrar signos previos.
El examen de la orina puede otorgar
valiosa información adicional (tabla 5-1).
Revisión oftalmológica
Se deben examinar ambos ojos, verifican-
do su tamaño, integridad y función. Los
 Manejo de rutina y examen clínico

Tabla 5-1. Resultados normales para el urianálisis del potro neonato*

Densidad
específica pH Proteína Glucosa Cristales Precipitados

1.000-1.027 5,5-8 Negativo a +30 Negativo Comúnmente Negativo

negativo

Células Glóbulos Glóbulos

Hemoproteína Bacterias epiteliales rojos blancos Moco

Negativo a +2 Negativo Escamosas Negativo +3 / HPF Negativo

(salvo en o caudadas a abundante
muestras
tomadas sin
cateterización)

*Traducido de Bernard W.V., Reimer, J.M., 1994.4

tener en cuenta que los potros pueden ser

difíciles de examinar, ya que:
• Parecen tener reflejos palpebrales y
corneales lentos.
• Los reflejos del iris, por lo general, tam-
bién son lentos en potros normales, es-
Figura 5-7. pecialmente si el animal está excitado
Lámpara oftálmica o con dolor.
(Kowa Portable
Slit-Lamp SL-15).

párpados deben evaluarse antes de ma-

nipular la región periorbital, para detec-
tar evidencia de entropión o pérdida de
simetría.
El examen oftalmológico completo es
esencial en todos los potros, porque pue-
Figura 5-8. Protección para evitar úlceras en potro enfer-
de revelar importantes anormalidades mo. Cortesía Departamento de Medicina Cirugía y
oculares, así como signos de enfermedad. Zootecnia para Équidos de la Facultad de Medicina
Un oftalmoscopio binocular es muy útil Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional
Autónoma de México (DMCZE, FMVZ, UNAM).
para realizar esta tarea (fig 5-7). Se debe

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 Neonatología equina
bilidad y los reflejos de las orejas, los pár-
pados y los ollares externos se puede pro-
bar mediante la estimulación delicada de
cada una de esas zonas.8
Estos reflejos requieren la integridad
del tronco cerebral, el nervio trigémino y
el nervio facial, pero no necesitan que el
animal esté consciente del estímulo.
Nervio facial (VII)
El nervio facial es un nervio predominan-
temente motor, que inerva los músculos de
la expresión facial y las glándulas lagri-
mal y salival. Es la parte motora de mu-
chos de los reflejos en la cara.
La revisión del nervio facial involucra
la observación de estos reflejos, que resul-
tan en el cierre de los ojos (reflejos de
amenaza, palpebral, corneal) y en el
movimiento de las orejas, los labios y la
nariz (fig. 5-15).8
Nervio vestibulococlear (VIII)
La parte coclear (auditiva) de este nervio
transmite los estímulos del sentido de la
Figura 5-15. Potro prematuro con deficiencia unilateral en
par craneano VII.
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audición. La parte vestibular aporta la
mayor parte del impulso del sistema vesti-
bular y controla el equilibrio. Fibras del
oído medio pasan a través del meato
acústico interno del hueso petroso y pene-
tran en la médula lateral para terminar
en el núcleo vestibular.8
El sistema vestibular recibe estímulos
de varios centros y del cerebelo, y contro-
la la orientación de la cabeza, el cuerpo,
los miembros y los ojos con respecto al mo-
vimiento y la gravedad.8
El nistagmo que se observa en caso de
enfermedad vestibular puede ayudar a
detectar la lesión. En los animales en los
que el movimiento ocular es horizontal o
rotatorio, la lesión puede encontrarse en
cualquier lugar del sistema vestibular.
Cuando el movimiento ocular es vertical
la lesión es vestibular central.
En el nistagmo horizontal por daño ves-
tibular periférico, el movimiento es con la
fase rápida en dirección contraria a la
inclinación de la cabeza. Cuando existe
daño vestibular central, la fase rápida del
nistagmo es en dirección de la inclinación
cefálica.
Nervios glosofaríngeo (IX) y nervio vago (X)
El papel principal de los nervios glosofa-
ríngeo y vago es la inervación de laringe
y faringe con fibras tanto sensoriales como
motoras. Las funciones de estos nervios se
evalúan mediante endoscopia de las vías
respiratorias superiores, que permiten
observar la deglución normal.
Estos nervios controlan la faringe y
están asociados al núcleo ambiguo y
solitario de la médula caudal. Por lo
tanto, las parálisis faríngea y laríngea
son los signos más frecuentes de déficits
en estos pares.
La prueba de la palmada es poco efec-
tiva en el potro, a menos que se vea una
respuesta en el examen endoscópico.
 Manejo de rutina y examen clínico
B
Figura 5-16 A y B. Potros con problemas para retraer la
lengua.
Nervio accesorio (XI)
El nervio accesorio provee también iner-
vación motora al trapecio y la parte cra-
neal del músculo esternocefálico. La pér-
dida de su función es difícil de evaluar sin
realizar una electromiografía.
Nervio hipogloso (XII)
El nervio hipogloso tiene los cuerpos celu-
lares en la médula oblonga caudal y es el
centro nervioso motor para la lengua. Ésta
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Figura 5-17. Potro con regurgitación de leche.
debe examinarse en busca de simetría,
movimiento, tono o evidencia de atrofia.
Normalmente, el potro se resiste a que
le revisen la boca (y más aun la lengua).
Una lesión unilateral del núcleo o nervio
hipogloso resulta en atrofia unilateral de
la lengua y su consecuente escasa retrac-
ción. Con frecuencia, el animal tiene la
lengua fuera de la boca y no la puede
regresar (fig. 5-16 A y B).
La capacidad de tragar se evalúa
mediante la observación del amamanta-
miento. El tono de los labios y la lengua, así
como el reconocimiento de la ubre, son
necesarios para que el potro pueda mamar
adecuadamente. Si se observa que grandes
cantidades de leche salen por la boca o los
ollares, uno de los diagnósticos presuntivos
es una deficiencia neurológica (fig. 5-17).4
Reflejos espinales
Los potros son con frecuencia hipe-
rreflexivos hasta que tienen varias
semanas de edad. En el miembro pélvi-
 Neonatología equina

A C

Figura 5-18 A-C. Secuencia de evaluación del reflejo

patelar.

El reflejo patelar se examina con el

B
co se pueden evaluar los reflejos pate-
lar, flexor del gastrocnemio y craneoti-
bial. La respuesta debe ser calificada
como au-sente (0), deprimida (+1), nor-
mal (+2), exagerada (+3) y exagerada
con movimientos clónicos (+4).
potro en decúbito lateral y el miembro
que va a ser probado en flexión relaja-
da. Cuando los ligamentos patelares
son golpeados con un martillo percutor
o con la mano se espera una extensión
de la babilla (fig. 5-18 A a C). El reflejo
involucra el segmento espinal L4-L5 y
está mediado por el nervio femoral. 4
El reflejo flexor del miembro pélvico o
reflejo de retracción involucra los segmen-
tos espinales L3-S3 y se encuentra media-
do por el nervio ciático. Pellizcar la piel
distal del miembro (como la corona o los
pulpejos del talón) debe ocasionar la re-
tracción de la pierna o producir una res-
puesta al dolor.4
El reflejo del gastrocnemio o reflejo
contralateral se estimula mediante la
percusión del tendón gastrocnemio, tras
lo cual se observa una extensión del

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 Manejo de rutina y examen clínico
A B
Figura 5-19 A y B. Secuencia de evaluación del reflejo del gastrocnemio.
tarso. Éste involucra los segmentos espi-
nales L5-S3 y está mediado por la rama
tibial del nervio ciático (fig. 5-19 A y B).4
El reflejo tibial craneal se estimula sos-
teniendo el miembro en posición relajada
y extendida y percutiendo el músculo
tibial craneal. La respuesta esperada es la
flexión del tarso (fig. 5-20 A y B).4
Las prueba de los reflejos de los miem-
bros torácicos incluyen la del reflejo flexor
y la del reflejo del tríceps.
• El reflejo del tríceps se estimula dete-
niendo el miembro relajado en flexión y
percutiendo el tendón del bíceps por
arriba de su inserción en el olécranon.
La respuesta esperada es la contrac-
ción del codo. Este reflejo es mediado
por el nervio radial a través de la intu-
mescencia cervical (fig. 5-21 A y B).4
• El reflejo flexor o de retiro del miembro
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torácico está mediado por las últimas
tres vértebras cervicales (primeros dos
segmentos cervicales). La respuesta es-
perada es la flexión del dedo, el carpo,
el codo y el hombro.4
Las lesiones toracolumbares pueden ser
localizadas evaluando el reflejo cutáneo a
lo largo de la pared del tórax. Pe-llizcar o
picar suavemente a lo largo de la pared
lateral del tórax ocasiona una contracción
del músculo cutáneo. La señal es llevada a
la médula espinal al nivel de la estimula-
ción; luego viaja cranealmente por la
materia blanca de la médula hasta el últi-
mo segmento cervical y primero torácico, y
hace sinapsis con las neuronas motoras
bajas del nervio torácico lateral (que iner-
va el músculo torácico cutáneo). Un daño
en cualquier parte de esta vía resulta en
pérdida del músculo torácico cutáneo.4