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ii) La tarjeta SUBE se implementó por primera vez en 2016, con cierta falta de información
acerca de su modo de uso y alcance, cuestión que ocasionó algunos problemas
burocráticos. El rechazo inicial de parte de los usuarios, en concreto, ha ido en descenso
hasta llegar a lo que se supone, a priori, como un grado de aceptación cercana al óptimo.
De todos modos, algunas encuestas privadas han puesto esto último en duda. El objeto
de este trabajo es la percepción del funcionamiento de la red SUBE por parte de los
usuarios de CABA, entre 2017 y 2018.
iii) Brodsky (1976) fue el primero en relacionar el mobbing con el ámbito laboral. Lo
definió como “los intentos repetidos y persistentes de una persona de atormentar,
desgastar, frustrar u obtener una reacción de otra persona”. Es, así pues, un tratamiento
que provoca de manera persistente, presiona, asusta, intimida o causa malestar en otra
persona. Leymann (1990), por su parte, lo describe como la comunicación hostil y poco
ética dirigida de manera sistemática hacia un individuo. O sea, el mobbing implica una
agresión –que puede llegar a ser devastadora– a la dignidad, la integridad y la credibilidad
del trabajador.
Claves de corrección
Ejercicio 1.
ii) La tarjeta SUBE se implementó por primera vez en 2016, con cierta falta de información
acerca de su modo de uso y alcance, cuestión que ocasionó algunos problemas
burocráticos. El rechazo inicial de parte de los usuarios, en concreto, ha ido en descenso
hasta llegar a lo que se supone, a priori, como un grado de aceptación cercana al óptimo.
De todos modos, algunas encuestas privadas han puesto esto último en duda. El objeto
de este trabajo es la percepción del funcionamiento de la red SUBE por parte de los
usuarios de CABA, entre 2017 y 2018.
iii) Brodsky (1976) fue el primero en relacionar el mobbing con el ámbito laboral. Lo
definió como “los intentos repetidos y persistentes de una persona de atormentar,
desgastar, frustrar u obtener una reacción de otra persona”. Es, así pues, un tratamiento
que provoca de manera persistente, presiona, asusta, intimida o causa malestar en otra
persona. Leymann (1990), por su parte, lo describe como la comunicación hostil y poco
ética dirigida de manera sistemática hacia un individuo. O sea, el mobbing implica una
agresión –que puede llegar a ser devastadora– a la dignidad, la integridad y la credibilidad
del trabajador.