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El virus B de la hepatitis consiste en una partícula tipo DNA con doble hebra circular
que pertenece a la familia Hepadnaviridae, con un diámetro de 42nm. Comprende una
nucleocápside y una envoltura lipídica donde se insertan proteínas virales de superficie
infecciosas llamadas partículas Dane. Existen otras partículas vacías circulantes de
22mm no infecciosas.
HVB infecta principalmente los hepatocitos, sin embargo, otras células no escapan de
este ataque, como las epiteliales biliares, páncreas, riñón, piel, bazo y células
mononucleares en sangre periférica. Todas éstas, constituyen un reservorio
extrahepático para partículas HBV infecciosas. La partícula viral HBV se fusiona con la
membrana del hepatocito, liberando su nucleocápside en el citoplasma. Las proteínas
virales de envoltura son mudadas a otro sitio y la nucleocápside migra hacia el núcleo
del hepatocito. El DNA viral penetra hacia el núcleo donde es transformado en una
molécula proviral circular covalentemente cerrada (ccc DNA). El ccc DNA sirve como
templete para la subsecuente replicación viral y traslación hacia la proteína viral vía
pregenómica y RNA mensajero, para ser exportadas hacia el citoplasma donde el
ensamblaje viral tiene lugar. El DNA viral se integra al cromosoma de la célula
huésped, proceso que parece jugar un papel en la hepatocarcinogénesis. Este ciclo de
vida viral es complejo y se realiza gracias a la función de transcriptasa reversa de su
polimerasa.
El primer estadio está caracterizado por un periodo de tolerancia inmune cuya duración
es de 2-4 semanas en adultos sanos, pero con duración de varias décadas cuando la
infección es neonatal o en etapa temprana de la niñez. Durante esta fase existe
replicación viral activa, con evidencia de secreción de HBeAg y altos niveles séricos de
HBV-DNA, sin síntomas y sin niveles de ALT elevados en forma significante.
Posteriormente, se presenta una respuesta inmunológica durante la cual el HBeAg se
continúa secretando, pero los niveles de DNA declinan así como el número de células
infectadas.
Este estadio dura pocas semanas en pacientes con infección aguda sintomáticos, pero
puede persistir 10 años o más en pacientes con enfermedad crónica. Esta fase
inmunoactiva se caracteriza por flare intermitentes de hepatitis evidenciado por
elevaciones de ALT y mayor probabilidad de progresión por la enfermedad. En la
tercera fase, la respuesta inmune del huésped halt y la replicación viral activa, se
negativiza el HbeAg y aparece Anti-HbeAg detectable (seroconversión) Por lo general,
esta fase está precedida de una marcada reducción del HBV-DNA hasta niveles
indetectables por técnicas de hibridización, seguido por normalización de ALT sérica y
resolución de la actividad necroinflamatoria del hígado. Alrededor del 50% de los
pacientes pierden el HBeAg dentro de 5 años del diagnostico, 70% dentro de 10 años.
Hepatitis B crónica:
significante.
HEPATITIS B. RESUELTA
- HBsAg negativo.
- ALT normal.
REACTIVACIÓN DE HEPATITIS B
CLEARENCE HBeAg.
SEROCONVERSIŁN HBeAg
REVERSIÓN HBeAg
Reaparición del HBeAg en una persona con HBeAg negativo y Anti-HBe positivo previo.
MUTANTES HBV
El virus B de la hepatitis presenta una frecuencia de mutación de 10 veces mayor que otros
virus tipo DNA.
Existen otras mutaciones genéticas inducidas por drogas como la mutación resistente a
adefovir N236T.
GENOTIPOS HBV.
El HBV se clasifica en 8 genotipos (A-H) basado en las diferentes secuencias del DNA.
Los genotipos B y C del HBV tienen mayor prevalecía en áreas de alta endemnicidad,
donde la transmisión vertical es la forma de transmisión más importante. Los
genotipos A, D, E, F y G se encuentran en áreas donde la transmisión de la infección es
horizontal o sexual.
Al comparar los genotipos A y D del HBV, se encuentra que los pacientes con genotipo
D desarrollan enfermedad hepática más agresiva, experimentan más baja remisión
sostenida y menor porcentaje de pérdida del HBsAg. Estos hallazgos parecen señalar
que el genotipo A presenta un pronóstico más favorable. Otros estudios han
demostrado que el genotipo D tiene mayor prevalencia en pacientes con hepatitis
aguda autolimitada, en comparación con el genotipo A, el cual predomina en pacientes
con hepatitis crónica.
Hasta los momentos, los estudios no han demostrado una franca asociación entre la
insuficiencia hepática fulminante y los genotipos de HBV. El genotipo parece afectar
también la respuesta al tratamiento antiviral debido a que los genotipos Ay B parecen
tener mayor respuesta antiviral frente al interferónalfa que los genotipos D y C. En un
estudio en el que se incluyeron 266 pacientes con hepatitis B crónica HBeAg positivo
tratados durante 52 semanas con interferón pegilado alfa 2b, el genotipo A demostró
mejor respuesta significativa cuando se comparó con los genotipos B, C, Y D
(47%,44%, 28% Y 25% respectivamente). La pérdida del HBsAg varió según los
genotipos, observando este hecho en el 28% de los respondedores virológicos con
genotipo A , 20% en genotipo B , 0% en genotipo C y 8% en genotipo D.
- Biopsia hepática.
- HBeAg positivo con HBV-DNA> 105 copias/m/ con niveles de ALT normales.
- Scrrening HCC.
La Meta final del tratamiento de HBV es lograr su erradicación antes de que el virus
provoque daño irreversible tales como: cirrosis y/o HCC.
Los puntos finales empleados para evaluar la respuesta al tratamiento son definidos
como bioquímicos, virológicos, histológicos o completo y estos puntos difieren si se
trata de un paciente HBV - antígeno E positivo o antígeno E negativo.
Respuesta virológica:
HBe Ag-positivo: disminución HBV-DNA sérico a < 105 copias/ml, y pérdida de HBe Ag con
seroconversión.
SELECCIÓN DE TRATAMIENTO
Entecavir es bien tolerado y con alta potencia antiviral, sin demostrarse resistencia a la
droga en pacientes infectados con HBV resistentes a lamivudine. En términos de
seguridad, no existen datos disponibles con la droga.
Hasta los actuales momentos, no existe evidencia que sugiera que alguna terapia
combinada sea superior a monoterapia con alguna de las cinco drogas aprobadas.