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Es una filosofía política que limita la intervención del Estado y de los poderes públicos en la
vida social, económica y cultural. Se impuso paulatinamente como corriente de pensamiento para la
organización estatal y para la actuación económica. Instauración del sistema de economía de “libre
mercado”, a través del libre juego de la oferta y la demanda. Tendencia predominante a la privatización de
fuentes y medios de producción con escasa o mínima intervención estatal, acotando ésta, exclusivamente
a la mediación en los conflictos que se generen entren los particulares.
Las crisis económicas de 1873 y 1890 impulsaron a distintos Estados europeos a intervenir en la economía
y en la planificación social.
ESTADO BENEFACTOR.Es un modelo de organización social que contempla el compromiso del Estado para
brindar servicios sociales a todos los habitantes de un país. En el Estado de Bienestar no había tanta
dependencia de los mercados como sí lo había en el Neoliberalismo, es decir, en éste, el mercado tiene
mucho que ver en la economía del país. Económicamente, intentó regular el mercado mediante un
desarrollo del sector público en áreas estratégicas de la producción y de los servicios. Socialmente, se
convirtió en garante de los derechos sociales.
El Estado de Bienestar es un fenómeno histórico y político del capitalismo desarrollado, entre fines de la
segunda guerra mundial y que comienza a desmontarse a mediados de los años setenta, y supone una
forma estatal diferente a la manera que hasta entonces el liberalismo había pensado la relación entre
sociedad, gobierno y economía.
Puede ser pensado como una respuesta al progresivo fortalecimiento del movimiento obrero como actor
social y político, capaz de exigir un cambio en sus condiciones de existencia social.
El período estuvo signado por dos procesos a nivel mundial: por un lado, un crecimiento económico
sostenido y antes nunca alcanzado, motorizado por la necesidad de reconstruir la Europa arrasada luego
del conflicto bélico. Por otro, el enfrentamiento entre EE.UU y la Unión Soviética, conocido como Guerra
Fría.
En el Estado benefactor una producción masiva requiere un consumo masivo, que sólo será posible a partir
del aumento del poder adquisitivo de los trabajadores.
La investigación científica se puso al servicio de la innovación tecnológica aplicada a la producción: la
automatización y la industrialización de la ciencia.
La sociedad que se configuró con los Estados de Bienestar era “nueva” también en otro sentido. Se trató de
la primera vez en la historia en que generaciones de jóvenes nacieron no sólo con amplios niveles de
cobertura social y en medio de un período de paz, sino que también ello implicó su posibilidad de
escolarizarse en todos los niveles posibles, exentos de la necesidad de emplearse para ello.
Triada ligadas a las políticas sociales del Estado de Bienestar:
El seguro social permite salir de una visión individualista de la sociedad.
Las intervenciones del Estado en política social deben ser puestas en relación con la problemática de las
presiones de los obreros respecto al mejoramiento de sus condiciones de vida y la necesidad de regular el
funcionamiento del mercado del trabajo y del sistema económico.
NEOLIBERALISMO.
El termino neoliberalismo es empleado por primera vez en 1934 por el francés Pirou. Hayec y Friedman son
los referentes más destacados del pensamiento neoliberal, fueron los inspiradores de las políticas signadas
por la restricción de la emisión monetaria, la defensa del libre mercado, la desregulación económica y
financiera y de la baja del costo de la fuerza de trabajo.
Según Dávilo, el neoliberalismo reactiva la concepción liberal que supone que el mercado es el lugar de
formación de una verdad, a la vez economía y política, capaz de mostrar cuanto y como intervenir. Los
defensores del neoliberalismo apoyan una amplia liberalización de la economía, el libre comercio, una
reducción del gasto público y la intervención del Estado en la economía a favor del sector privado.
En síntesis, las políticas del neoliberalismo eran la privatización de empresas estatales y la desregulación de
los mercados. Este modelo cree absolutamente en que la “ley de la oferta y la demanda” debe regir la libre
competencia de la industria nacional frente a la extranjera, y la privatización como método de financiación,
competitividad y equidad en el mercado.
El neoliberalismo es la “libertad del mercado”, esto implica que el Estado ya no deberá intervenir más y
deberá dejar el juego de la oferta y la demanda, manera en que el precio se libera. Es decir, el mercado va
a regular los precios y no el Estado.
Dardot y Laval caracterizan al neoliberalismo como un modo de gobierno productor de cierto tipo de
relaciones sociales, de ciertas maneras de vivir, de ciertas subjetividades. Con el neoliberalismo está en
juego el modo en que nos vemos llevados a comportarnos, a relacionarnos con los demás y con nosotros
mismos.
El neoliberalismo puede ser entendido de múltiples maneras:
a) Como una ideología o una política orientada a la defensa del libre mercado.
b) Como una concepción de un Estado no intervencionista.
c) Como un conjunto de ideas propias de una única expresión política o partidaria.
d) Como la expresión social del desarrollo de ciertos saberes.
El neoliberalismo se caracteriza como una racionalidad gubernamental, es una nueva forma de concebir la
emergencia del Estado, una nueva forma de gestión, de administración, de gerenciamiento de lo público y
de definición de sus objetivos. La racionalidad gubernamental es aquella actividad que tiene por objetivo
dar forma, guiar la conducta de las personas.
En la racionalidad gubernamental neoliberal puede reconocerse un principio lógico – estructurante: la
generalización de la competencia y la generación de sujetos que se conduzcan a sí mismos como a una
empresa; a partir de esta racionalidad cada uno es llevado a gerenciar y gestionar su propia existencia, a
ser empresario de sí. Reclama a los individuos que se conviertan en “empresarios de si” dispuestos a
maximizar o adecuar sus recursos de modo de adaptarse mejor a las necesidades del incremento de la
ganancia. El “empresario de sí” es aquel sujeto responsable de sí mismo. En el neoliberalismo, el individuo
para pensar en su éxito se desliga de todo el contexto social, tomando únicamente el esfuerzo individual.
La construcción del Estado Neoliberal en Argentina – Ferrer (2012)
1) ¿Cuáles son las condiciones y objetivos políticos ligados a la construcción del Estado neoliberal?
2) Caracterice la primera y la segunda etapa del Estado neoliberal en Argentina.
3) ¿Cuáles son las etapas del Estado neoliberal en Argentina? Condiciones internas y externas.
En un sentido más amplio, la globalización ha borrado las fronteras nacionales y ha transferido el poder a la
esfera transnacional, por lo tanto, el Estado nacional ha desaparecido. Entonces, es importante para
administrar los mercados.
En síntesis, la dictadura llego para quebrar el modelo de industrialización que imperaba en el país (las
empresas quebraban por la libre importación, es decir, ingresaban productos más baratos al país y de esta
manera las industrias dejaban de producir), para reemplazarlo por un esquema donde las finanzas tomaron
un rol preponderante. Entonces, esta primera etapa coincide con la consolidación de la financiarización de
la economía mundial. Se anuncio una reforma financiera con el propósito de ir hacia la liberalización del
mercado financiero.
El plan económico tenía como objetivo detener la inflación y estimular la inversión extranjera. Debido a las
importaciones masivas, se produjo un efecto desastroso sobre la industria argentina, es decir, dentro del
país estallo el desorden económico y social. La abundancia de crédito externo, ocasiono el desequilibrio
macroeconómico, el cual dio como resultado una montaña de deudas.
Ambas etapas.
Instrumentos semejantes.Desregulación financiera y la apreciación del tipo de cambio.
Instrumentos diferentes. Radican en las reformas del régimen jurídico institucional, terreno en el cual la
segunda etapa avanzo en profundidad, y en la provincialización de la propiedad de los recursos naturales.
Tanto la segunda etapa como la primera fueron reveladoras de la debilidad de la densidad nacional. En la
primera, porque la sociedad argentina no logro resolver sus conflictos en el marco de la transacción
política dentro de instituciones estables, se precipito en la vorágine de la violencia y el terrorismo de
Estado y, de allí, a la renuncia de un proyecto nacional, instalando el Estado neoliberal. En la segunda
etapa, es también la debilidad de la densidad nacional la que explica cómo, en el marco de la democracia,
se pudo agredir de tal manera los intereses fundamentales de la Nación y construir el Estado neoliberal
mas alborotador de la escena mundial contemporánea.
La construcción del Estado neoliberal fue mucho más ambiciosa en la primera etapa que en la segunda,
porque un régimen de facto (dictadura militar) es siempre transitorio y, en tales condiciones, el Estado
neoliberal se construye en fundamentos efímeros y vulnerables. En el marco de la democracia y de
instituciones estables, los fundamentos son más permanentes.
El Estado neoliberal en Argentina fue construido desde adentro y fue resultado de la debilidad de la
densidad nacional.
Deuda externa impagable con recursos propios: esto requiere de el refinanciamiento externo continuo y la
subordinación de criterios de los mercados y la condicionalidades del FMI (Fondo Monetario
Internacional), que son los mismos que los del Estado neoliberal.
Compromisos legales externos: son los convenios que fueron firmados con otros países u organismos
internacionales, que subordinaban la resolución de problemas dudosos entre el gobierno argentino e
intereses extranjeros, a tribunales u organismo de arbitraje del exterior. Es decir, actos expresos de
renuncia voluntaria de soberanía.
Gestión del territorio y recursos naturales: la provincialización de la propiedad de los recursos naturales fue
la decisión más profunda de la estrategia neoliberal, en 1994. Provoco la dispersión de la gestión de los
recursos naturales en los gobiernos provinciales y facturo la unidad de las políticas de explotación de los
mismos, necesaria para integrar las cadenas de valor, defender el medio ambiente y la sociedad, maximizar
las rentas públicas y distribuirlas con equidad en el espacio federal.
4) Considere las características del gobierno de Alfonsín y el periodo vinculado a lo que Ferrer denomina
etapa de reparación (correspondiente al periodo de gobierno Kirchnerista).
Gobierno de Alfonsín.
Alfonsín recibió un país totalmente quebrado, con problemas sociales y una deuda externa altísima. Y se
manejó dentro de esos parámetros. Los primeros años estuvieron tranquilos, después surgió lo que fue la
“hiperinflación” (pagaban el sueldo día por día, porque aumentaba de un día para el otro. Es la subida del
nivel de precios muy rápida y continuada, que provoca que la gente no retenga el dinero, por su pérdida de
valor constante, y prefiera conservar las mercancías).
La hiperinflación argentina de 1989 fue un estallido hiperinflacionario sucedido en Argentina. Sucedido en
el primer semestre de 1989 e influyó fuertemente en la derrota electoral y posterior renuncia del
presidente Raúl Alfonsín. De esta manera asume Menem y comienza la segunda etapa de la construcción
del neoliberalismo con las privatizaciones.
Etapa de reparación.
La transformación del estado político, desde principios de este siglo hasta la actualidad, puso fin a la
construcción del Estado neoliberal en la Argentina. La recuperación de los equilibrios macroeconómicos y
la gobernabilidad del sistema posibilitaron las nuevas orientaciones de la política económica.
El contexto externo. La transición tuvo lugar en el contexto de profundos cambios en el escenario mundial
respecto de la situación que prevalecía en las dos etapas de la construcción del Estado neoliberal. Esos
cambios incluyeron la crisis de la financiarización y su prolongación en el tiempo.
Es previsible que la reparación del Estado nacional en la Argentina tenga lugar en un escenario de
turbulencias financieras internacionales, estallidos críticos focalizados e inestabilidad de las paridades
cambiarias de las principales monedas y, consecuentemente, de las condiciones de competitividad.
La transición. La reparación del Estado nacional ha recuperado varias de las funciones esenciales que lo
constituyen, pero subsisten restricciones heredadas de la segunda etapa del Estado neoliberal.
Las reformas introducidas para instalar el Estado neoliberal en la Argentina pueden clasificarse en dos
categorías: la primera, contiene aquellas reformas que son reversibles por el cambio de orientación de las
políticas públicas. La segunda, es el núcleo de las restricciones a la libertad de maniobra del Estado
nacional.
Es necesario diferenciar entre las restricciones a la libertad de maniobra de las políticas públicas impuestas
por el Estado neoliberal y de las que surgen de la normativa vigente en el orden político económico
mundial: las primeras se resuelven con la consolidación del Estado nacional. Las segundas, con la eficacia
de la política nacional de desarrollo y el manejo prudente y firme de las relaciones económicas
internacionales.
La densidad nacional. La progresiva transición desde el Estado neoliberal al Estado nacional en los últimos
años puede explicarse por los avances que se han logrado en esos componentes de la densidad nacional.
El estudio del discurso terapéutico es llevado a cabo desde la perspectiva de la sociología de la cultura. La
exploración del ethos terapéutico es un terreno ideal para examinar “cómo funciona la cultura”. Esto es
cierto por numerosos motivos.
a) Para un estudioso de la cultura el lenguaje terapéutico tiene la virtud de ser un nuevo lenguaje del yo.
En ese sentido, representa una posibilidad de comprender de qué manera emergen las nuevas formas
culturales y como los nuevos lenguajes transforman las autocomprensiones que se introducen en las
relaciones sociales y en la acción; es decir, en la medida que el discurso terapéutico representa un
lenguaje del yo, nos permite poner de relieve la cuestión de la emergencia de nuevos códigos y
significados culturales y preguntarnos por las condiciones que hacen posible su difusión y su impacto
en toda la sociedad. . El discurso terapéutico ha “reformulado el nivel más profundo de los símbolos
identitarios”.
b) No hay otro marco cultural que haya ejercido una influencia tan decisiva en los modelos del yo
(análisis del lenguaje terapéutico como nuevo lenguaje del yo) del siglo XX.
La perspectiva terapéutica ha sido institucionalizada en varias esferas sociales de las sociedades
contemporáneas (organizaciones económicas, escuelas, ejércitos, etc.), es decir, la terapia ha logrado
un nivel inusual de legitimidad cultural en una gran variedad de grupos sociales, organizaciones,
instituciones y entornos culturales. El discurso terapéutico ha atravesado la modernidad y ha llegado a
constituirse como uno de los principales códigos con los cuales expresar, conformar y guiar el yo.
c) El discurso terapéutico ilustra los modos en que la cultura y el conocimiento se han imbricado
inextricablemente en las sociedades contemporáneas.
La psicología es, sin dudas, un cuerpo de conocimiento difundido a lo largo del mundo a través de una
amplia variedad de industrias culturales, en las cuales el conocimiento psicológico se convirtió en un
modo de representar al yo, lo que explica a su vez por que se apodero de las definiciones del yo de
manera tan firme y duradera. El conocimiento y los sistemas simbólicos han llegado a conformar lo
que somos porque son representados dentro de las instituciones sociales que les confieren autoridad
a ciertos modos de conocer y de hablar y los convierten en rutinas, de manera que puedan
transformarse en los códigos semióticos invisibles que organicen la conducta ordinaria y estructuren
los rituales de integración del yo.
d) El discurso terapéutico es un excelente lugar para el análisis cultural porque ha atravesado todo el
siglo XX, ganando cada vez mayor fuerza y alcance, es decir, permite actualizar la pregunta respecto a
cómo y por qué una estructura cultural persiste y se extiende.
Su estudio releva el modo como el lenguaje de la terapia ha reformulado el nivel más profundo de los
símbolos de identidad, mediante una visión que considera al discurso terapéutico al mismo tiempo como
un cuerpo de conocimientos formal y especializados y como un marco cultural que orienta las
autopercepciones y las percepciones de otros y genera prácticas emocionales específicas.
Las narrativas terapéuticas son tautológicas, porque una vez que un estado emocional (por ejemplo:
amor) es definido como saludable y deseable, entonces todas las conductas que no alcanzan ese ideal son
indicio de emociones problemáticas o de barreras inconscientes (deficiencias psicológicas), que a la vez
deben ser entendidas y manejadas en el marco de la narrativa terapéutica. Cualquier conducta que no
alcance el ideal terapéutico requiere una explicación. La naturaleza de la tautología es obvia: cualquier
aprieto del presente señala una herida del pasado; la estructura de la narrativa terapéutica puede producir
líneas argumentales contradictorias que organizan al yo de manera consistente al encontrar las causas de
una relación deficiente en un pasado reprimido u olvidado.
Parece inherente (relacionado) a la condición humana que ni siquiera el niño mas normalmente dotado,
con la madre mas optima, sea capaz de atravesar el proceso de separación – individuación sin crisis, de
salir indemne de la lucha por el acercamiento y de ingresar a la fase edípica sin dificultades en el
desarrollo. Si incluso el niño mas normalmente dotado y la madre mas optima producen dificultades y
crisis, entonces tanto los niños normales como los que padecen patologías no logran la salud mental, y por
lo tanto necesitan ayuda de la psicología para superar la crisis inherentes a la experiencia misma de la vida.
Esta visión básica de la salud se apoya en una narrativa de la enfermedad; esta puede ser caracterizada
como una narrativa demoníaca, la cual sitúa el origen del sufrimiento en un principio del mal que esta
fuera del sujeto. Esta forma del mal está dentro de la persona, y está oculto para los observadores e
incluso para el propio sujeto; el trauma puede dejar sus marcas destructivas sin que la persona sea
consciente de ello. Además, en la narrativa demoniaca la identidad de la persona es tomada y
transformada por este principio maligno, que ha ingresado insidiosamente en su alma y en su cuerpo. De
manera similar, en la narrativa terapéutica se forja una nueva identidad. Otra característica de la narrativa
demoníaca es que solo una persona que esté fuera del entorno del sujeto puede descifrar los signos de la
contaminación psíquica, motivo por el cual la confesión ocupa un lugar central en el proceso de
purificación, que debe seguir a la identificación de la posesión demoniaca.
Conclusión.
El discurso terapéutico ofrece interminables posibilidades de narrativizar coherentemente la historia de
vida a través de sus “enfermedades”. Este supuesto, central para el grupo de apoyo, es lo que hace que la
doctrina terapéutica funcione: su fracaso siempre puede ser corregido, y por ello tiene que ser de alguna
manera resultado de una “enfermedad de voluntad”, esto es, tiene que ser hecho por uno mismo.
La narrativa acerca del yo se convierte rápidamente en una narrativa en acción: una narrativa acerca del
proceso de comprensión de los propios problemas, acerca del trabajo con ellos y de su superación.
Las narrativas terapéuticas pueden ser responsabilizadas de otorgar demasiado interés a la propia vida, de
atar de manera demasiado ajustada el presente, el pasado y el futuro en una narrativa fluida de la herida
psíquica y del cambio llevado a cabo por uno mismo.