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UNIDAD 2

TEOLOGIA I

La vía ascendente del hombre a Dios


 La razón y el conocimiento de Dios.
 La experiencia existencial.
 La búsqueda religiosa
La Razón y el Conocimiento de Dios.
El n° 27 del Catecismo de la Iglesia Católica (CEC) comienza diciendo que la búsqueda de Dios nace del deseo
de Dios, que los hombres llevan inscrito en su corazón. Y es Dios mismo, creador del hombre, quien ha puesto
ese anhelo en su interior. Un anhelo que le lleva a salir de sí, a trascenderse, a preguntarse por el sentido
último de todo lo que ve y también de lo que no ve.

El hombre, por tanto, es entendido como una criatura de Dios que no tiene otro fin que Dios mismo. Y Dios,
por su parte, es presentado atrayendo a los hombres hacia sí, para que en Él encuentren la verdad y la dicha,
que de un modo u otro, no pueden nunca dejar de buscar.

Estamos, pues, en lo que para la teología clásica eran los preámbulos de la fe, y que hoy se prefiere llamar
"teología fundamental". Una disciplina que se pregunta por las condiciones de posibilidad tanto de la
revelación divina como del acto de fe. Su objeto formal es bastante resbaladizo, ya que no se pregunta por
lo que creemos (o qué es lo que creemos), sino cómo es posible creer; qué es la fe; cómo Dios se puede
comunicar al hombre; cómo el hombre puede alcanzar a Dios, etc.

Dios no es una realidad demostrable, porque no es ni un ente de razón (un a priori, una mera condición de
posibilidad o el resultado de una abstracción) ni tampoco un objeto material al que tengamos acceso
empírico. Sin embargo, el acceso a Dios ni es irracional, ni tampoco se hace más allá o fuera de la experiencia.
La razón humana puede conocer a Dios (y, para los creyentes, la razón tiene capacidad natural para ello). Y,
los hombres, de hecho (como se pone de manifiesto a lo largo de la historia del pensamiento y de las
civilizaciones), partiendo de la experiencia, han llegado naturalmente al conocimiento de Dios y han
reconocido la existencia de un Ser personal, que es bueno, que es justo y providente, que es eterno, principio
y fin de todo. Más lo que el hombre descubre de Dios nunca llega ser un factum apodíctico, innegable,
irrefutable, ni siquiera su existencia. Dios queda más allá. Por eso también afirmamos que sólo desde la fe se
da el acceso pleno a Dios. Y la fe es siempre un salto. No un salto en el vacío, ni dado a ciegas, sino razonable
hasta donde lo es y objetivo hasta donde alcanza. Pero, en cualquier caso, nunca deja de ser un salto.

La Experiencia Existencial.
La historia nos ha enseñado que la experiencia podemos captarla de distintas maneras. La más cercana a
nosotros la experiencia empírica, es decir todas las formas inmediatas que tenemos para percibir las cosas,
otra forma es la experiencia experimental, es decir la que se realiza reflexivamente y con un fin determinado,
ambas son experiencias directas, realizadas conscientemente por cualquier hombre, son dos formas de
experiencia que no alcanzan a abarcar lo que Dios es en realidad. De ahí que el camino para alcanzar un
encuentro cercano con Dios, está marcado dentro de lo que-llamamos-experiencia-existencial.

La experiencia existencial, abarca todos los niveles de la experiencia humana, es indirecta, es mediada, se
origina cuando se capta simultáneamente la relación personal del sujeto que conoce con el objeto conocido,
en este sentido la experiencia no es un conocimiento que se realiza teóricamente, ni por recuerdo, ni mediante
un proceso de abstracción, al contrario este tipo de experiencia se encarna en la historia, le es muy importante
conocer el dato que está sucediendo, no es lejana de lo que vive el hombre, está siempre abierta a la manera
de cómo vive, a sus expectativas, a sus necesidades, permanece en una continua apertura y esperanza, es un
proceso de interpretación, se expresa-a-través-del-símbolo.
Como vemos la experiencia de Dios siempre está mediada por cosas, nunca está ausente de2
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TEOLOGIA I

realidades propias al hombre, lo importante es saber descubrir cómo nos encontramos con Dios. Y es en esa
búsqueda cuando necesariamente nos encontramos de frente con la fe, que aunque siendo un acto
totalmente libre en el hombre, hace parte fundamental de su estructura, que implica encuentro, confianza,
inteligencia, voluntad y-sentimiento.

La Búsqueda Religiosa.
El hecho religioso es algo presente en toda la historia humana. En todas las etapas encontramos datos
suficientes para poder descubrir indicios de actividad religiosa de las personas que las han protagonizado.
Desde la prehistoria, las pinturas rupestres, estatuillas, restos funerarios etc. indican la preocupación del
hombre prehistórico por el problema del más allá y la presencia en su vida, junto a las actividades propias de
la lucha por la supervivencia, de otras acciones religiosas. Estos signos son distintos según se trate de
poblaciones recolectoras, nómadas o sedentarias.

La experiencia religiosa es una experiencia humana sobre Dios, que cambia y da sentido a la vida y a la muerte.
Hoy, muchas personas no creen en Dios porque tienen una falsa experiencia o imagen de Él.

La experiencia religiosa

La experiencia religiosa es una experiencia humana de tipo espiritual y de comunicación con el Misterio. Esta
vivencia cambia la vida y sirve para vivir en comunión con Dios, con los demás, con uno mismo y con la
naturaleza. Los místicos, como Santa Teresa de Jesús (1515- 1582), viven la mayor experiencia de amor, éxtasis
y unión con Dios. Las actitudes y los comportamientos que favorecen la experiencia religiosa son: + Apreciar
la vida como misterio y expresión de Dios. + Dar gracias a Dios por la belleza y el regalo de la naturaleza. +
Descubrir a Dios en las personas y las experiencias diarias. ❚ Practicar la oración y participar en celebraciones
religiosas. + Seguir a un maestro espiritual en el camino a lo trascendente.

La experiencia religiosa de Jesús

La experiencia religiosa de Jesús, en el único Dios, comienza en su familia y en su pertenencia a la religión judía
(Lc 2, 41-51). En su bautismo, el Espíritu Santo descendió sobre Él y le llamó «Hijo amado de Dios» (Mc 1, 11 y
Jn 1, 32-34). Durante su vida siempre se sintió lleno del Espíritu de Dios; por ejemplo, cuando venció a Satanás.
Su experiencia religiosa se caracteriza por su especial relación de Dios como su Padre. Un Dios Padre, cercano
y amoroso, en quien confía y deposita su fe. Una experiencia de profunda unión con Dios: «Yo y el Padre somos
uno» (Jn 10, 30), que expresa en su vida, sus enseñanzas, milagros, oraciones y, especialmente, en su
transfiguración (Mc 9, 2-8), muerte y resurrección. Su unión con Dios, y ser verdadero hombre y verdadero
Dios, llevan a Jesús a imitar y actuar como su Padre Dios, a enseñar el Mandamiento del Amor (Jn 13, 34), el
Padrenuestro, la confianza en Dios (Mc 11, 24), etcétera. Y a entregar su vida para la salvación de la
humanidad.

La experiencia religiosa y la revelación de Dios

Las religiones son intentos humanos de responder a la búsqueda de sentido a la vida y a la necesidad de
encontrarse con Dios. Cada religión promueve un tipo de experiencia religiosa: experiencia budista,
experiencia hinduista, etc. La experiencia cristiana es la plenitud de la experiencia religiosa, porque se basa
en: + La revelación de Dios en la historia. La Biblia narra esta historia de la revelación, el amor y la salvación
de Dios a la humanidad.+ Jesucristo, el único fundador de religión que muere y resucita. El Hijo de Dios, que
se encarna y revela de forma completa y definitiva a Dios (Heb 1, 1-2).+

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