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Los modos de la política: El régimen conservador

El año 1880, cuando Gral. Roca asume la presidencia es un punto de partida. Se inauguro
un periodo de diez años de estabilidad en la vida institucional, que se prolongo hasta la
revolución del 90.

El orden vigente hasta ese momento reconocía amplios derechos civiles (libertad de
expresión y derecho a la propiedad), mientras que los derechos políticos estaban
acotados en razón de algunas disposiciones legales y también a las prácticas electorales,
que impedían la expresión de la voluntad popular.

Entre 1880 y 1915 la política tuvo su centro en el Partido Autonomista Nacional (P.A.N),
una agrupación heterogénea, formada principalmente por miembros de las clases
acomodadas. Unas de las principales características del régimen, que lo hicieron fuerte,
fue el control de cada uno de los escenarios políticos en las provincias, ya que allí se
elegía a los integrantes del Colegio Electoral encargada de seleccionar los cargos
políticos, entre ellos el de Presidente de la Nación. El fraude era la principal herramienta
electoral ya que no dejaban ingresar a las mesas a los opositores.

En ese entonces el voto era público y no obligatorio. Los gobernadores eran una pieza
central en el modelo ya que cada dirigente tenían tras de sí gobernadores aliados que
constituían sus propios apoyos electorales, siendo los propios gobernadores y el
presidente casi los únicos capaces de acceder al poder.

Los elencos de gobierno y el personal político se reclutaban entre la elite, en las


provincias los gobiernos eran casi de familia, la política era un asunto de notables.

Los modos de la política: el noventa

En la década de 1880 era casi imposible la organización política solida ya que la


maquinaria montada era tan eficaz que desalentaba la actividad política de opositores.

Hacia 1890 varias circunstancias brindaron la oportunidad para que los descontentos
intentaran un movimiento cívico-militar conocido como “revolución del parque”, que
impugno el unicato de Juárez Celman y al propio régimen, denunciando la ausencia de
comicios libres en razón del control de voto que se sabía en ese momento. La libertad de
sufragio fue uno de los reclamos centrales junto a la restauración de la Constitución
Nacional, para ellos conculcada. Este movimiento se autoproclamaba no como obra de un
partido político sino como un movimiento popular e impersonal.

Formación de los partidos políticos modernos


Una oposición muy amplia y heterogénea se agrupo en la Unión cívica de la juventud, y
un año más tarde se creó la Unión Cívica Radical, que en julio de 1890 intentaría el
levantamiento armado.

Los integrantes de estos movimientos en general eran de las elites políticas y sociales y
su perspectiva ideológica era la del republicanismo cívico liberal, ya existente desde hacia
algunas décadas. Así la revolución del parque termino siendo la forja inicial de la Unión
Cívica Radical.

La creación de la U.C.R es vista como el episodio que marca la aparición de un partido


político moderno en la Argentina. Partido político moderno visto como una agrupación
más estable que las que se presentan solo en las elecciones, con recursos
independientes del estado y con reglas internas más o menos formalizadas.

El radicalismo intento la protesta arma en dos ocasiones: 1893 y 1905. En ambos casos
las consignas centrales eran la libertad del sufragio y la honradez en la administración. La
U.C.R hizo de la constitución nacional su propio programa. De esta manera continuaba la
objeción a la legitimidad del orden conservador.

En 1890 se produjo otro acontecimiento importante: se celebro el primer “1º de mayo”,


una iniciativa de la Segunda Internacional reunión de obreros y socialistas, en aquella
ocasión se reclamaron medidas que protegieran al trabajador (jornada de 8 horas,
descanso dominical, etc.). Los trabajadores ya comenzaban a unirse en asociaciones y
comenzaron a protestar con la movilización callejera. Desde fines del siglo XIX los
trabajadores crearon sociedad de resistencia y sindicatos, así como periódicos y
publicaciones, que fueron los elementos iniciales de organización del movimiento obrero.

Por estos años nació el Partido Socialista, con mucho arraigo con el movimiento obrero.
Este partido desde un comienzo combino la participación electoral y la actividad
parlamentaria con la organización sindical que reclamaba una definición como partido de
clase. En 1904 Alfredo Palacios se convirtió en el primer diputado socialista.

En 1904 se creó la Federación Obrera Argentina (F.O.A), de estirpe anarquista, y en 1902


se formo la Unión General de Trabajadores. Desde 1901 los trabajadores protagonizaron
varias huelgas generales, en un periodo de mucha conflictividad social que se extendería
hasta los años del Centenario.

La reforma electoral

La política de principios de siglo XX había sufrido cambios significativos con respecto a la


década del 80: las impugnaciones a la legitimidad del orden conservador, un partido
político nuevo, la U.C.R, la presencia del socialismo que se implantaba con fuerza en los
trabajadores de Bs As; la influencia en el movimiento obrero del anarquismo, etc. Estas
nuevas situaciones provocaron en el mismo partido conservador cierta vocación
reformista que incluyo desde el intento de creación de un código nacional de trabajo hasta
la reforma electoral de 1904.

Entre aquellos que desde el poder consideraban importante una reforma electoral se
encontraba Roque Sáenz Peña, quien llego a la presidencia en 1910 a través de los
mecanismos habituales (la reforma también era vista como necesaria desde la opinión
pública).

La ley Sáenz Peña fue votada en 1912, a pesar de las reticencias de varios
parlamentarios conservadores. Las disposiciones centrales establecían que el voto seria
UNIVERSAL ( en el sentido de no restringido por razones económicas, sociales o
culturales), SECRETO (aspiraba a garantizar al ciudadano su derecho a elegir sin
presiones de caudillos o maquinarias electorales ni patrones, etc.) y OBLIGATORIO (se
buscaba garantizar la participación a fin de dotar legitimidad a los futuros gobernantes).
Otra particularidad era que cada elector solo podría votar por las dos terceras partes del
número de representantes a elegir, esto ponía fin al sistema de lista completa y buscaba
incluir a las minorías.

Con todo esto, mujeres, extranjeros no nacionalizados habitantes de territorios nacionales


y menores de 18 años quedaban excluidos.

En 1912 aplicándose la nueva ley, las elecciones de diputados en Santa Fe dieron un


triunfo a la U.C.R. Los conservadores a pesar de que lograron algunas victorias locales,
no lograron adaptarse a la nueva situación que los exponía a una casi desconocida
competencia electoral, en 1916 fueron derrotados por la UCR.

Conjeturas: la cuestión de la democracia en la década de 1910

En muchas ocasiones se formula la pregunta acerca de qué razones habrían impulsado al


régimen a encarar una reforma de las reglas de juego político que terminaría alejando a
sus miembros del manejo del estado.

Para esto hay que tener en cuenta varios elementos. En principio este no era el primer
ensayo reformista de los conservadores y luego el estado de la opinión pública parecía
entender al sinceramiento de las prácticas políticas como imprescindible. Por último es
importante tener en cuenta que los conservadores no pensaron la reforma para ser
derrotados sino para abrir una forma de participación que dotara al régimen de legitimidad
y así acallar algunas voces de la oposición y la opinión pública.

Esta reforma se dio en un contexto mundial particularmente europeo, hacia la apertura y


participación de la ciudadanía. Es decir que este no fue un fenómeno exclusivamente
argentino. Al momento de empeñarse en la reforma los dirigentes argentinos contaban
con modelos previos en los que la ampliación de los derechos políticos no había
producido ningún cataclismo político o social, sin embargo, la idea de que el poder se
retendría resulto errada y aunque el radicalismo era una fuerza moderada, en sus manos
cayo la derrota futura del estado en manos del régimen conservador.

La importancia de la Ley Sáenz Peña

A partir de 1912 se produjo una transición de la dominación oligárquica a la democrática.


Este proceso se interrumpe o trunca no solo por el golpe militar de 1930 sino también por
los límites de la propia ley (excluía a gran parte de la ciudadanía) y el mismo proceso de
transición (ya que la dominación oligárquico continuaba en las provincias.

La ley impulsada por los reformistas de la burguesía argentina persigue descomprimir la


presión de los sectores excluidos de la política, y permite la competencia electoral entre
partidos socialmente representativos. Y a un nivel de ingeniería política, lo que se intento
es forma un partido orgánico de la burguesía democrática, un objetivo no logrado.

Las primera elecciones en las que se aplico la ley la UCR triunfo holgadamente en
algunas provincias y el partido socialista en capital federal. Así comenzó a cambiar el
mapa político en el país, y el congreso dejo de ser completamente conservador. (de las 63
bancas el oficialismo tenía 33 y la oposición en bloque, 30). Los conservadores seguían
siendo mayoría.

La muerte de Sáenz Peña en 1914 y los resultados en las elecciones, generaron la


ofensiva de los conservadores anti reformistas, aunque estas presiones no alcanzaron el
objetivo y finalmente se llego a las elecciones presidenciales el 2 de abril de 1916. En tal
fecha se llevaron a cabo los comicios de presidente y vice mediante el procedimiento de
voto secreto y obligatorio.

La UCE se llevo la mayor cantidad de votos, un 45, 59% del total de votos emitidos.

Transición del régimen oligárquico a la democracia política

La democracia política que comienza a constituirse en 1912 era ampliada en un sentido, y


restringida, en otro. Ampliado no solo por incorporar al sistema de decisiones políticas a
las clases de formación (medias y obrera), sino que por hacer efectivamente posible el
ejercicio del sufragio masculino.

El temprano basamento para construir una democracia política liberal no es lo


suficientemente firme. Tampoco logra modificar una de las claves del sistema política
argentino, el de da doble lógica de funcionamiento de la mediación política, partidaria y
corporativista.

Los años de la transición de la dominación oligárquica a la democrática muestran la


permanencia y el despliegue de viejos y estructurales componentes y prácticas de la
cultura política argentina: caudillismo, clientelismo, intolerancia, fraude electoral, etc.

Los alcances de la Ley Sáenz Peña

La ley modifico el régimen político y amplió la participación en la política, aun


manteniendo sustanciales restricciones (exclusión de mujeres, extranjeros no
nacionalizados, etc.). También permitió la creación de un sistema de partidos competitivo,
paso de un sistema de partido predominante a un pluralismo limitado.

En términos de ejercicio del poder de clase, la ley hizo posible el pasaje de la hegemonía
organicista a la hegemonía pluralista.

La mediación entre Sociedad civil y el Estado (sistema político)

Sistema político: entramado de relaciones que tiene una doble cara: democrática y
corporativa.

Democrático Corporaciones

El problema de América latina es que las corporaciones tienen mucho poder y los partidos
políticos se corporativizan ( clientelismo, captación de votos, etc.).Por esta razón tenemos
una democracia débil.

En un régimen político democrático liberal, el canal por el cual se expresan las demandas
de la sociedad civil ante el estado deberían ser los partidos políticos. En el caso argentino
los partidos políticos no logran consolidar su papel de mediadores.

Yrigoyen tuvo que gobernar con un parlamento opositor, en el cual los sectores
oligárquicos de la burguesía tenían representación y tenían al senado como verdadero
garante del pacto de dominación oligárquica.
Otra característica de yrigoyen fue la intervención mediante decretos de las provincias
dominadas por conservadores o afectadas por disidencias internas del propio radicalismo,
con el fin, entre otros, de modificar la composición del senado.

Cuando el radicalismo tuvo mayoría en alguna de las cámaras, no dudo en utilizar la


“tiranía del numero” para rechazar a legisladores de la oposición.

Yrigoyen potencio los mecanismos presidencialistas y apelo al protagonismo de las


“asociaciones de interés” (corporaciones) como mediación entre sociedad civil y el
Estado. El papel creciente de las asociaciones de interés coexistió con un debilitado
sistema de partidos políticos y el parlamento. Así fue como se tejió una red compleja de
instituciones mediadoras que conectaba a gobernantes y gobernados en una práctica que
se define mas como Económico-Corporativa que Nacional-estatal.

Las condiciones sociopolíticas de la democracia argentina

Durante la hegemonía pluralista burguesa, coincidente con el ejercicio del gobierno por el
radicalismo, se hacen explicitas las tendencias que apuntan a trabar la construcción de un
orden social y político democrático, en una sociedad definida por relaciones de producción
capitalistas. La clave de esto reside en el papel de la estructura agraria, con sus
estructuras internas de clases y de poder.

La relación entre estructura agraria y estructura social es el núcleo de la debilidad


estructural de la democracia argentina. Uno de los elementos decisivos es las retención
de gran parte del poder político por parte de la burguesía, al no producirse una alianza
entre sectores urbanos (obreros y clase media) y chacareros.

Mientras hay movimiento en la estructura agraria, la hegemonía burguesa es firme.


Recién empieza a debilitarse cuando la frontera agrícola pampeana es alcanzada y ahí
comienza a alterarse. Es así que puede entenderse porque en 1930 con el contexto
mundial desfavorable, comienzan a aflorar algunos cambios. Si esto es así, la hegemonía
burguesa dura el tiempo que lleva la definición y consolidación de la estructura
económico-social del país sobre una base agraria.

La derecha violenta

Toda la cultura política argentina se construyo conforme a la lógica de la guerra, que


concibe la concibe la confrontación de amigo/enemigo y produce acciones para eliminar al
disidente. La expresión más frecuente de esa lógica es discursiva pero la violencia de las
palabras deviene en violencia de los hechos.

Fue así como no tardaron en aparecer en argentina grupos parapoliciales, xenófobos


antisemitas alrededor de 1909. El principal grupo fue la Liga Patriótica, constituida en
1919. Esta organización autodefinida como “asociación de ciudadanos pacíficos
armados”, desarrolló bajo la consigna de “orden y patria”, una acción doble: como grupo
(ilegal) atacando obreros y a miembros de la colectividad judía, y como agente de
propaganda político-ideológica.

Estaba formada por la elite terrateniente, la burguesía. Eran jóvenes conservadores de


familias distinguidas. Decían que la cuestión social se resuelve con “orden y mucho
orden”, y se combatía a los que atenten contra la patria ( “por la patria” revela el sesgo
nacionalista, chauvinista).

La aparición de la Liga inaugura una línea de acción de violencia paraestatal que se


prolongara en el país mucho tiempo.

Relación Estado y movimiento obrero

Un aspecto central de la relación del estado con el movimiento obrero gira en torno a la
percepción socialista de la política de yrigoyen, que combinaba resistencia a impulsar
cambios en materia de derecho laboral con preferencia de abordar esta por la vía del
decreto presidencial y no por medio de leyes sancionadas por el parlamento. Al mismo
tiempo el gobierno empleaba su poder para arbitrar a favor de los trabajadores en ciertas
situaciones conflictivas, sin desmedro de recurrir a la represión cuando se trataba de
calmar a los desconfiados burgueses.

Es importante señalar que coherente con la distinción entre política de conciliación y


política de represión, el radicalismo no derogo la Ley de Residencia de 1902.

Causas de la caída de Yrigoyen

Una de las causas de la caída de Yrigoyen fue la gran crisis internacional del 30, que
afecto enormemente al modelo agroexportador argentino y puso de manifiesto la
vulnerabilidad de este.

Ante esta situación se ve obligado a tocar intereses de la clase media (la cual había
accedido a cargos públicos) o tocar intereses de la clase terrateniente. Ante esto se lo
acuso de debilidad ante la crisis y afloraron los sectores antidemocráticos, liderados por
intelectuales.

En estos sectores opositores a la democracia liberal se encontraba como figura principal


Leopoldo lugones, un renegado del socialismo y opositor a la reforma electoral de Sáenz
Peña, el cual dijo en 1924 “ha sonado otra vez, para bien del mundo, la hora de la
espada”. Esta predica antidemocrática, favorable a las soluciones militares es más eficaz
que la democracia que se gesto en argentina durante dos décadas. Para quienes la
democracia no es un buen mecanismo para ejercer la dominación, los sujetos sociales y
políticos identificados con ella no alcanzan a constituir un bloque sólido, homogéneo,
capaz de asegurarla. La democracia se amplio, pero esta ampliación no fue acompañada
de fortalecimiento.

Al final, la derecha antidemocrática, como casi siempre, es quien gana.

Si bien es cierto que los gobiernos de comienzos de siglo reaccionaron con fuerza ante el
conflicto social, se trata de establecer que esta política no se dirigía a la mera destrucción
del anarquismo sino a desarticular la peculiar vinculación que estos habían establecido
con los trabajadores y en este sentido actuaron las leyes represivas. No deben buscarse
las causas de la decadencia anarquista solo en la acción represora o en los cambio
producidos en la estructura productiva argentina, sino también estableciendo la influencia
real de los grupos libertarios en los trabajadores pues las propuestas libertarias se
efectuaban en una sociedad donde la movilidad social jugaba un rol adverso a la
conformación de una identidad colectiva, es decir, que los trabajadores no querían un
cambio en el modelo económico, sino que lo querían eran movilidad social.

Ley de Residencia

La sanción y aplicación de la Ley de Residencia, conjuntamente al estado de sitio, fue el


resultado de la agudización del conflicto entre trabajadores y empresarios.

Hasta el año 1902 el Estado tuvo una política del “Laissez Faire” (dejar hacer, dejar
pasar), pero cuando las huelgas amenazaban con paralizar la economía agroexportadora,
comenzó a tomar parte del conflicto defendiendo los intereses terratenientes, los cuales
contribuyo a crear. Con la ley de residencia y el estado de sitio le permitían la expulsión
de los agitadores extranjeros y podía desarmar sin trabas legales los focos de conflicto.
Otra de las medidas que tomo el estado fue la ley de defensa social, con ella profundizo la
represión, implementando un control sobre los extranjeros indeseables y extendía el
mismo sobre los agitadores nativos.

En periodo 1900-1901 y 1910, estuvo signado por los enfrentamientos entre trabajadores
y clases dominantes, ambos buscando su propia identidad en una sociedad donde los
límites entre uno y otro sector eran difusos. Sin embargo la constitución de la identidad de
los trabajadores parecía casi imposible por ese entonces.
Objetivo

El anarquismo y el socialismo intentaron articular la identidad de los trabajadores a partir


de sus propuestas, que si bien diferentes, brindaban la alternativa de una sociedad sin
explotados ni explotadores extremadamente opuesta a la del Estado. En ese sentido
fueron los anarquistas quienes lograron un fuerte eco en los trabajadores a partir de sus
propuestas simples y directas y de su adscripción a todas las reivindicaciones inmediatas.
Siempre que había un conflicto aparecían los anarquistas siempre dispuestos a la huelga
general como herramienta para lograr sus objetivos. Esta afinidad de los trabajadores con
las acciones libertarias, más que con las ideas, fue captada por el Estado ya en la década
de 1890 y desde un primer momento se propuso desarticular esa relación.

La ley de residencia y otras medidas represivas adoptadas por el Estado y aplicadas


sistemáticamente durante la primera década, apuntaron a destruir el anarquismo a la vez
de alejarlo de los trabajadores. La ley parece haber sido aplicada cuidadosa y
selectivamente en detrimento de los anarquistas.

Si bien es cierto que los gobiernos de comienzos de siglo reaccionaron con fuerza ante el
conflicto social, se trata de establecer que esta política no se dirigía a la mera destrucción
del anarquismo sino a desarticular la peculiar vinculación que estos habían establecido
con los trabajadores y en este sentido actuaron las leyes represivas. No deben buscarse
las causas de la decadencia anarquista solo en la acción represora o en los cambio
producidos en la estructura productiva argentina, sino también estableciendo la influencia
real de los grupos libertarios en los trabajadores pues las propuestas libertarias se
efectuaban en una sociedad donde la movilidad social jugaba un rol adverso a la
conformación de una identidad colectiva, es decir, que los trabajadores no querían un
cambio en el modelo económico, sino que lo querían eran movilidad social.

Creación de la F.O.A, la U.G.T y la FORA

Los conflictos sociales alcanzados entre 1900 y 1902 hizo que se generara una
intensificación de la actividad socialista y, especialmente, anarquista, en infinidad de
centros culturales y periódicos, que alcanzaron difusión en todo el país, con mucho
arraigo de la clase trabajadora.

El hecho más importante fue la unidad de los gremios orientados por socialistas y
anarquistas en la F.O.A, durante 1901. Esta federación brindaba apoyo en los conflictos
existentes e impulsaba otros nuevos y a la vez intentaba dar coherencia y dirección a un
movimiento gremial desacostumbrado a una orientación y accionar unificados.

Este proceso de organización fue paralelo a la ola de huelgas que sacudió al país y
comenzó en enero con el paro de estibadores del puerto, la cual no era una huelga mas
sino que significaba la paralización de un sector clave en la economía. La dura represión
estatal fue un hecho natural ya que las huelgas paralizaban los factores de producción.

Por esa época también se formo la U.G.T (Unión General de Trabajadores) y la FORA.

El 1º de Mayo de 1909, luego de una cierta calma social, durante una manifestación de la
FORA, la intervención policial provoco muchas muertes entre los manifestantes. La
FORA, la UGT y gremios autónomos apelaron con huelga general y pedían la renuncia de
Ramón Falcón (acusado de las muertes) y la libertad de los detenidos, entre otros
pedidos.

El 14 de noviembre fue asesinado el Coronel Falcón.

F.O.A y Socialistas: La FOA pregonaba la acción directa frente a la representación política


de los socialistas, debido al predominio de los militantes anarquistas en la federación.

U.G.T: Del 12 al 18 de agosto de 1905 se llevó a cabo el tercer congreso de la UGT, en el


que la tendencia sindicalista se impuso por sobre la tendencia parlamentaria,
reivindicando la huelga general como arma de lucha, declarando que el ámbito
parlamentario y el partido sólo servían para complementar la acción material realizada por
el proletariado y la lucha económica de las organizaciones obreras. Este resurgir anti
político inicia un aproximación entre la UGT y la FORA.

Fracaso del anarquismo

La acción anarquista de 1910 se vio frustrada principalmente por la acción estatal, pero
también contribuyo a ello la desconexión que parecía existir entre los grupos más activos
del anarquismo y los trabajadores. El éxito de una huelga general dependía, cada vez
más, de la adhesión de una serie de gremios de servicios capaces de paralizar la
economía agroexportadora, ferroviarios, estibadores, etc. Estos se convirtieron en
depositarios de los éxitos o fracasos de las huelgas.

En 1902 el anarquismo controlaba a los portuarios y a los carreros, pero con el tiempo
esta relación se fue deteriorando, y todos estos gremios se fueron transformando en
gremios elitistas, con buenos sueldos, despreocupados por la suerte de los demás
obreros.

En un principio una franja de los trabajadores hallaba en la oferta libertaria un espacio


donde expresarse y sentirse identificado, sin embargo esto no implicaba un compromiso
con las ideas fundamentales del anarquismo.

Las constantes transformaciones de la sociedad argentina, producto de la peculiar


movilidad social que podía ilusionar a los humildes trabajadores con la idea del ascenso
social con fuerte presencia del Estado, los cambios producidos en el mundo del trabajo,
fueron factores que llevaron al divorcio entre anarquistas y trabajadores. En este contexto
la represión estatal logro su objetivo de desarticular e impedir las relaciones de los
trabajadores y los libertarios, más allá de los estertores de la Semana trágica.

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