Sunteți pe pagina 1din 4

COMPARACIÓN EVOLUTIVA DE “NIÑOS SALVAJES”

ESTUDIANTE:

MICHELL ANGELLA LÓPEZ PALLARES

PROFESOR:

LIZBETH SILVA AHUMADA

ASIGNATURA:

PSICOLOGÍA DE LA INFANCIA

UNIVERSIDAD DE LA COSTA – CUC

FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES

PROGRAMA DE PSICOLOGÍA

BARRANQUILLA-ATLÁNTICO

2019
Comparación evolutiva de “niños salvajes”

El desarrollo humano es de vital importancia conocer, ya que “abarca el ciclo completo de

vida del ser humano desde la concepción hasta la muerte” (Papalia, Olds y Feldman, 2009, p.9).

lo anterior se refiere a la evolución ontogénica de la especie humana, conociendo todas las

distintas etapas en la cual, a lo largo del tiempo transcurre independientemente y de diferente

manera una persona, desde el vientre de la madre hasta su culminación en la tierra.

Asimismo, a medida que va creciendo, se va adaptando a cada etapa correspondiente; se debe

tener en cuenta, que el periodo más importante del ser humano es su infancia, conocida como, el

desarrollo infantil, constituido por distintas fases.

De esa manera, en primer lugar, se encuentra el periodo de lactancia y primera infancia, “que

va desde el nacimiento hasta los tres años” (Papalia, Olds y Feldman, 2009, p.153). En efecto, es

una etapa donde el niño es dependiente del cuidador hasta los 12 meses, donde, va adquiriendo

nuevos aprendizajes, como el de caminar, balbucear, etc. Durante los 18 meses hasta los 3 años,

el infante se vuelve más comunicativo, independiente y capaz de moverse de un lugar a otro, es

decir, subir y bajar escaleras, correr, saltar, etc. de igual forma, muestran curiosidad, exploran su

ambiente, así, obtienen la capacidad de poder representar en su mente, objetos y sucesos, para así,

poder codificarlos en la memoria.

En segundo lugar, se encuentra la segunda infancia, que abarca desde los 3 a los 6 años, “sus

cuerpos se vuelven más esbeltos, sus capacidades motoras y mentales más agudas, y sus

personalidades y relaciones, más complejas” (Papalia, Olds y Feldman, 2009, p.271). al respecto,

en este periodo el menor adquiere la capacidad motriz gruesa y fina, donde se requiere que

involucre sus músculos y su creatividad, como por ejemplo, poder subir las escaleras alternando

los pies, tiene control sobre su marcha y de girar, puede saltar corriendo una distancia

determinada, comienzan la obtención de su lateralidad, sus dibujos cambian de ser un garabato a


tener ya la forma del objeto un poco deforme, se concientizan más sobre su actividad mental,

capaces de contar, mantienen una conversación, recuerdan acontecimientos importantes y objetos

familiarizados. Por último, está la tercera infancia, que va desde los 6 hasta los 11 años, donde el

niño entra a un nuevo entorno, como es el colegio, despertando habilidades motoras para jugar y

realizar deportes, tienen avances en conocimiento, capaces de tomar decisiones, evocar recuerdos

y tienden a desarrollar mejor su personalidad.

No obstante, el desarrollo normal de un niño puede verse alterado por varias circunstancias del

ambiente, como es el caso de “Gennie: la niña salvaje”, en donde su padre no le tomo tanta

importancia al desarrollo infantil de su niña, así, la aislaron y amarraron a una silla desde muy

pequeña, allí duro 13 años sin poder tener el contacto con los demás, lo que causo que no

cumpliera con varias de las fases de un desarrollo normal infantil, no tuvo la capacidad de

exponerse a una actividad motriz, lo que se le dificulto caminar, no tuvo el contacto humano o

social para aprender a comunicarse lo cual hacia solo por sonidos y su relación socioafectiva no

fue la mejor ya que después de varias familias que la maltrataban dejo de hablar e involucrarse

con los demas.

Así, otro caso de comparación es el de “Víctor: el niño salvaje de Aveyron”, que fue

encontrado en un bosque de Francia, lleno de cicatrices realizadas por animales y con una actitud

agresiva ante los científicos, trepaba árboles, comía comida cruda, bebía de arroyos y se reusaba

a usar vestimenta. Con tan solo 13 años, solo podía desplazarse en posición de cuatro como un

animal, presentaba poca comunicación, su aprendizaje fue lento y con poco éxito.

Para concluir, podemos ver la simple comparación de un niño de desarrollo normal infantil

con un niño con complicaciones en su desarrollo, donde se deja claro que, al vivir aislados del

contacto humano, se pierde esa construcción del habla, ya que al nacer somos capaces de

desarrollar el lenguaje, pero, si no se tiene la estimulación adecuada se presentan dificultades.


Referencias

Papalia, D., Olds, S., y Feldman, R. (2009). Psicología del desarrollo – de la infancia a la

adolescencia. México: Mc GRAW-HILL.

S-ar putea să vă placă și